Dominical No. 11

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[ALFREDO ESTRELLA/ AFP]

28|10|2012 · NÚM. 11

Óscar Naranjo, cazador de narcos

CONTADORES Y MUJERES DE CAPOS, LAS CLAVES Tenancingo, Tlaxcala

Un padrote nunca se enamora

Olga Segura

La nueva bomba latina en Hollywood


CRÓNICA 28|10|2012

UN PADROTE NUNCA SE ENAMORA EN SAN MIGUEL TENANCINGO, TLAXCALA, LOS TRATANTES DE MUJERES PRESUMEN CÓMO LAS PROSTITUYEN, CONTROLAN Y EXPLOTAN INCLUSO EN ESTADOS UNIDOS por Alejandro Almazán

UNO

P

ara ser honestos, Kalimán es un tipo feo, muy feo. Él mismo me lo dirá apenas se aparezca por el paupérrimo bar y regañe a una joven prostituta que ha perdido ya lo mejor de ella. Por eso, porque Kalimán es feo, le preguntaré cómo se convirtió en padrote. Él soltará una sonrisa ambigua y contestará con un rústico lenguaje: “La medecina, mi buen, la medecina”. Creeré que habla del viagra, pero no. Kalimán aludirá a un menjurje del que solo sabrá que provoca vómitos y diarreas interminables. “La medecina se lo doy a las viejas en el trago o en la comida, y nunca me han abandonado las cabronas”. —¿Es brujería? —lo interrumpirá su compadre, un politiquillo que me llevará con Kalimán. —No, compadre. Nosotros le encomendamos la medecina a la Santa Muerte. Brujería sería otra cosa, ¿que no? —y Kalimán nos mirará como buscando complicidad. A mí solo se me ocurrirá preguntarle si la medicina es la única carta que se juegan los padrotes. —Bueno, el verbo también importa un chingo y yo tengo harta saliva, ¿verdá, compadre? —dirá Kalimán cuando desabroche los tres últimos botones de su camisa y deje al descubierto la medalla de la Santa Muerte que siempre trae colgada al cuello—. Cuando encuentro buena mercancía, lo primero que hago es terapiarla, le digo que es lo mejor que me ha pasado, que vamos a tener hijos y viviremos como Dios manda. O sea, entusiasmas a la vieja, la haces vivir tus sueños pa’que ella no tenga. En dos meses, y no más porque’ntonces eso ya no es negocio, la consiento, le regalo flores, ropa, dinero. Luego visito a sus papás y a ellos les llevo una despensa o cosas que me hagan ver como un güey buena onda. Veo sus necesidades y de ai me agarro pa saber si nomás me robo a la vieja o me caso con ella. Puro verbo, ¿verdá, compadre? —¿Y después, Kalimán? —Después te casas por todas las leyes y enseguida la vistes de puta. Ora que si no quiere putiar por las buenas, la madreo o le digo que voy a ir a matar a sus papás. Y ella, como además se siente manchada porque ya la desfloré, pos se queda. —¿Nunca te has enamorado de una de tus mujeres, Kalimán? —Nunca. Aquí debes matar el sentimiento, porque el que tiene corazón de pollo, fracasa, la caga. Todo eso, sin embargo, lo sabré hasta dentro de unos días, cuando Kalimán regrese de Nueva York, donde prostituye a dos de sus esposas. Ahorita, por lo pronto, estoy con un abogado que usa un reloj de tres mil dólares, y que por no menos de 100 mil dólares suele defender a los lenones. “Desde hace mucho le escupo a la ley en la jeta”, me dijo apenas lo saludé y yo lo vi como un descaro que se salía de todo libreto. Probablemente este abogado merece que le retuerzan el pescuezo. Pero tendrá que ser en otra ocasión. Esta noche ha aceptado ser mi Marco Polo en San Miguel Tenancingo, La Meca de los padrotes.

DOS

El abogado enciende las luces del auto y pone el drive. Para empezar se dirige a lo que acá llaman la Vía Corta, una carretera mordisqueada que une a Puebla con Tlaxcala. “Desde este semáforo vas a ver paradas a las putitas”, dice el abogado como si putitas fuera su única manera de llamar a aquellas jovencitas con los senos y la esperanza a la deriva. Jovencitas 02

"SOY UN CABRÓN QUE TRABAJA CON LA NECESIDÁ DE LAS VIEJAS QUE NO TIENEN PA'COMER"

de pueblos de Oaxaca, Chiapas, Veracruz y de Guerrero que trabajan hasta 20 horas al día y que, seguro, han abortado al menos en una ocasión. “En todos los bares y hoteles que ves sobre la carretera, están sus padrotes, desde ahí las están checando; a esos cabrones no se les escapa nada”. La comodidad de los clientes, sin embargo, sí se les escapa: los hoteles son cuartuchos donde apenas caben los bichos y las sábanas hierven a escabiasis. En esta parte del mundo, coger suele ser muy desaseado. Por cinco dólares no se puede pedir más. Ahora el abogado da un volantazo y toma camino hacia Canoa, ese pobre pueblo donde hace 44 años un alocado párroco incitó a los pobladores a linchar a cinco universitarios. Vamos a Canoa porque, al parecer, la muerte no ha parado de trabajar: las leyendas dicen que en el bar El Paso Texas fueron asesinadas muchas mujeres porque se negaron a abortar. “A mí no me consta”, dice el abogado cuando paramos frente al bar. “Las cruces que están clavadas en la puerta son porque unos padrotes se agarraron a balazos; uno le quiso bajar a la vieja al otro y aquí una putita es oro molido”, dice el abogado y mira aquella construcción sin consistencia, rodeada de maizales y mucho silencio. Si aquí han asesinado a algunas chicas, muy probablemente nadie las escuchó. Acelera. Entonces llegamos a la calle Ayuntamiento. “Bienvenido a Tenancingo”, dice el abogado y, según su cultura, me cuenta qué significado tiene en náhuatl la palabra Tenancingo: “Aquí se trata a las señoritas como putas y a las putas como señoritas”. Sin duda, el trabajo de este abogado también consiste en hacerse odiar. Conforme avanza el auto, el abogado va hablando como esos guías que al turista le cuentan las historias como si trajeran una grabadora en la boca. “En esa casa, la que está a tu izquierda, vivió El Güilo, dicen que fue el más chingón de Tenancingo, pero yo conocí a otro padrote que también se creía el nomber guan. Los dos eran unos cabrones; llegaron a tener más de 10 esposas y todas vivían juntas”. La casa que estamos viendo es muy parecida a las de la mayoría en Tenancingo: absurdas, enormes porque ellos se sienten grandes, costosas y de muy mal gusto. Un arquitecto poblano me dijo que algunos padrotes han gastado hasta dos millones de dólares en una sola construcción, que por dentro los acabados son necedades y que incluso unos tienen tigres de bengala, elevador y piscina. El abogado ha entrado a algunas de esas propiedades. De una recuerda que tiene cuatro pisos, pero subterráneos. De otra se acuerda porque, sobre el piso de la sala, el padrote grabó en oro las iniciales de sus apellidos. Hay otras, según él, que tienen gimnasios y hasta pequeñas salas de cine. Pero la que nunca olvida es una donde todo es de mármol. “En ésa, las gallinas y los marranos se la pasan cagado los muebles”. Ahora avanzamos por la calle Reforma, justo frente a la iglesia de San Miguel Arcángel. “Por esta calle vivía don Fausto”, me dice el abogado. “Ese viejo fue de los primeros en traer argentinas y rusas; yo vi cuando las dejaba morir de hambre; las amarraba ai en su casa”. Quiero indignarme con ese tal don Fausto, pero el abogado ya está hablándome de los niños aquellos de la esquina, los que no han dejado de vernos. “Son halconcillos”, dice el abogado como si estuviera platicando de la lluvia que se avecina. “El 60 por ciento del pueblo se dedica a la trata de personas, así que imagínate si no van a estar cuidando quién entra y quién sale”. Si el abogado no miente —y al parecer no lo hace— casi seis mil habitantes, de una u otra forma, trabajan en este negocio. De éstos, según las estimaciones de autoridades de Tlaxcala y de los propios habitantes de Tenancingo, unos tres mil


[arturo bermúdez]

CRÓNICA 28|10|2012

—Todo está inundado de Zetas. Ahorita traen pleito. Los Zetas quieren quedarse con el negocio y los padrotes no aflojan. Ha habido mucho muertito, pero eso no sale en las noticias. Comienza a llover. Habrá que regresar a Puebla. El abogado me irá contando la historia de un tipo minusválido que hace años controló la prostitución. Yo extenderé un viejo mapa de Tlaxcala y ahí, donde huele a podrido, escribo: Usted está aquí.

TRES

Puedes decir que tengo un tatuaje de la Santa Muerte, pero nomás. En este negocio he aprendido que la desconfianza es una virtú, así que ni lo tomes como un pedo personal. Me preguntas cómo le hago con las viejas y te lo voy a contar, rapidito: algunos padrotes se mueven en las centrales camioneras, como la Tapo o la Capu; otros en los antros o en las universidades de Puebla; unos se jalan pa’los pueblos, pero yo no. Yo me muevo en las agencias de trabajo. Hay una en Puebla. Se llama Limpieza Profunda. Ai van un resto de viejas bonitas, jovencitas y con un chingo de carencias. Yo las analizo, las estudio bien pa’encontrar a la más necesitada. Llego y le digo que ando buscando sirvienta, que salgo mucho por negocios y que la quiero de tiempo entero. Me la llevo a mi casa, en Tenancingo, conoce a mi familia y en poquitos días, después de que mi mamá y yo la terapiamos, ya es mi novia. En chinga me la llevo a Tijuana con el cuento de que allá tengo bisnes. La dejo en una casa con unas putas que la van terapiando y yo me salgo todo el día a jugar billar o a andar por ai con los amigos. Como a los tres o cuatro días le digo que me está yendo mal, que me siento frustrado, que la casa que le prometí no se la podré comprar. Como pa’ntonces ella ya está enculada y terapiada por las otras, me pregunta que en qué puede ayudarme y es ahí cuando le suelto el sablazo y le digo que una comadre se metió de puta, pero nomás fue en lo que sacó pa’comprarse su casa. Hay viejas que le entran en chinga al negocio, pero otras no, son como más necias. Y ai entra el plan b: más terapia. La aconsejan tu mamá, tus hermanas, tus primas. Todas le echan montón. Y así, de la nada, un día la vieja te dice que va, que se va a putiar, pero que lo hace por amor a ti. Tú le agradeces esa noche con harto setso, nomás que en el fondo sabes que ya se chingó. Ha habido viejas que me han reclamado y yo les he dicho: “Yo nunca te obligué”. Y ellas, cuando ven cómo fueron las cosas, entienden que su único error fue ser pendejas. (El padrote no hablará más. Lo veo irse con parsimonia, con la actitud de quien es incapaz de matar a una mosca. Nadie pensaría que este tipo moreno carece del menor sentido humano).

CUATRO

son padrotes. “Tres mil cabrones que necesitan a gente como yo”, me dice el abogado y yo evocó un dato que ha dado el Centro Fray Julián Garcés, el único socorro que tienen en Tlaxcala las mujeres que quieren huir del padrote: de 120 denuncias que ha habido este año, la procuraduría del estado solo ha atendido cuatro casos. —Leí que el alcalde anda enojado, que le parece muy injusto que Tenancingo esté marcado —le digo al abogado. —Este pueblo tiene gente muy buena, la verdad, pero qué se le hace cuando la mala es más. Otra vez a acelerar. Hotel. Casa. Otro hotel, que más bien parece un campo de refugiados, y después vienen unos baños públicos de vapor, cuyos dueños le encontraron uso de hotel. Entonces recuerdo la historia de cómo este pueblo se convirtió en La Meca de los padrotes: Años sesenta: la industria textilera en Tlaxcala se hunde, las mujeres emigran a la Ciudad de México, se contratan como sirvientas, y los hombres se van a Estados Unidos a sudar como una regadera. Años setenta: los hombres de Tenancingo, San Luis y Zacatelco, todos en la zona sur de Tlaxcala, no quieren resignarse a la mediocridad y vuelven del primer mundo a sus pueblos. Traen ideas revolucionarias: prostituir a sus esposas, sus hermanas y cuanta mujer se les atraviese. Entonces la prostitución, como la miseria, se disparará en el campo. Hoy, la mayoría de los hombres de Tenancingo pueden tener las esposas que quieran, comprar a un policía y a un juez por el doble, vestirse de Lacoste, ponerse lucecitas en el pelo, colgarse mucho oro como si el que traen en los dientes no fuera suficiente, y presumir un Camaro del color más horrendo. De nuevo a acelerar. —¿Esas casitas de quiénes son? —le pregunto al abogado cuando casi salimos del pueblo. —No son casitas, son mausoleos, es el panteón —responde y lamento haber hecho una pregunta tan imbécil—. Cuando un padrote muere lo entierran con sus joyas, su ropa y hasta le echan vino. Son igualitos a los entierros de los narcos, ¿a poco no? —¿Y aquí no hay narcos?

Mientras Kalimán llega al bar, hojeo la tesis de Óscar Montiel: “Trata de personas, padrotes, iniciación y modus operandi”. Entonces me imagino que los padrotes se sientan en fila y esperan su turno para hablar. Leo el testimonio del Compa: Una mujer puta es como mercancía para tu negocio. Así que pa’que sea exitoso debes conseguir a mujeres jóvenes, señoritas, casi niñas, porque son las que más busca el cliente. Las jóvenes son inexpertas, se enamoran de ti, las haces a tu forma de pensar. Cuando se dan cuenta para qué las querías, ya pasaron tres años. El Compa toma aire y en la siguiente página dice: Debes buscar a paisanitas, mujeres humildes pa’que te sea más fácil convencerlas. Ellas deben ser de otras partes, porque no hay que hacerle daño a tu pueblo. Hay mujeres, niñas bien, que se cotizan un chingo, nomás gastas lana con ellas y al final no quieren ser putas. Las paisanitas son otra cosa: una vez que ven el dinero ya es difícil que se salgan del negocio. El Compa se ve ahora desplazado por el Santísima Verga: Esta chamba es como cualquier juego, por ejemplo las canicas. En este juego, como en cualquier otro, si quieres ganar tienes que aprender bien las reglas y estar actualizado en las nuevas tecnologías para estar a la vanguardia… Quisiera saber a qué se refiere con las nuevas tecnologías, pero Kalimán ha llegado al bar y hay que cerrar la tesis.

CINCO

Kalimán me repite que tenga cuidado: nada de nombres, nada de describir lugares. Supongo que no se molestará si digo que en ropa trae puestos unos dos mil dólares, aunque él la luzca como si se vistiera en una tienda de segunda mano. Sé que ha venido porque a su compadre, el politiquillo que ha sido el contacto, le debe un favor: ayudarle a congelar una investigación. Así que quién sabe si Kalimán está tan platicador porque ya pagó su deuda o porque todos llevamos un egocéntrico por dentro. —Perdón que te lo diga —me disculpo—, pero por todo lo que he escuchado, se me ha ocurrido una definición de padrote: un tipo que es capaz de llevar a una mujer hasta el abismo. —Es que tú, mi buen, lo estás viendo por el lado de la mujer, 03


[cortesía]

[arturo bermúdez]

REPORTAJE 28|10|2012

del sentimiento. Y no es así. Un padrote es un cabrón que trabaja con la necesidá. La necesidá de las viejas que no tienen ni pa’comer. La necesidá del hombre. La necesidá de las pinches autoridades que, ora con esa puta ley de trata de personas, nomás encarecieron las mordidas. ¡Ochocientos mil pesos por librar cada operativo! Imagínate nomás. O sea, todo es necesidá. Hasta la mía, porque yo también debo comer —dice Kalimán y yo no sé si debo golpearlo o largarme de ahí. —¿Desde cuándo quisiste ser padrote? —Yo creo que desde que mi papá embarazó a mi amá. Neta, compadre, no se ría —y los ojos de Kalimán adquiren el típico aspecto distante de quienes se inventan una vida—. Yo apenas estudié hasta cuarto de primaria porque esto de ser caimán tiene, se podría decir, su adrenalina. Me acuerdo que le dije a mi papá y él en chinga me enseñó. Aprendí cómo se le debe hablar a estas viejas. O sea, con ellas uno nunca se disculpa. Ni madre. Ellas son las que deben entender que uno es la víctima. Pero te decía: cuando yo cumplí los 13, mi papá me dio a una jovencita pa’que yo la taloniara. Así empecé. —¿Y tu padre, aún vive? —Sí, todavía lo tenemos, gracias a Dios. Él sí cuidó su dinero y a sus mujeres. Te lo digo porque hay padrotes de la edá de mi papá que hoy no tienen nada. Se quedaron solos por cabrones, por no cuidar a sus mujeres ni a sus hijos. Ai andan pidiéndole a los nietos que les den consuelo. —¿Tienes hijos? —Seis. De una vieja son dos, de la otra son también dos, y con las dos viejas que tengo de putas en el gabacho tuve a las niñas. —¿Alguno de tus hijos está en el negocio? —Apenas al grandecito le di una chamaquita pa’que la padrotiara. Yo quise que fuera a la universidá, pero me salió burro y flojo. Ignoro si Kalimán es un mal padre. En un estudio, “Proyecto de vida de niños y adolescentes de Tenancingo”, respaldado por la Universidad Autónoma de Tlaxcala y hecho en primarias y secundarias, uno de cada cinco chicos respondieron: “Quiero ser padrote”. —No soy sacerdote ni juez, ¿pero, no piensas en tus hijas cuando te robas o te casas con una jovencita? —¿Tú crees que no? Uno también sufre, es lo que te digo. Si ai luego las ando cuidando porque en el pueblo todos siempre se andan moviendo. Luego ves que a la hermana de fulanito ya la trai de ficherita un güey. A otros les vale madre, ellos mismos sonsacan a sus hermanas o a sus hijas. —¿Y a ti no te parecen nada raras esas costumbres? —Pos es que desde que yo me acuerdo, así vivimos en el pueblo. Nadien nos dijo si esto estaba bien o mal. Nomás nos pusimos a’cer dinero, como en cualquier otro trabajo. —Pero este no es cualquier otro trabajo, Kalimán. Es ilícito. —Pos sí, pero alguien debe hacerlo. —¿Cuántos años tiene la mujer más chica que prostituyes? —Mmmm, 14. —¿Y la más grande? —Veintiséis. Ya más grandes no ganan mucho dinero. Imagínate las develadas, la droga, el alcohol y el setso todos los días. Además, tienen que lidiar con mucho pervertido. —¿Cuánto dinero te da a ganar una mujer al día? —Depende. Las ficheritas andan en unos 800. Las putas sacan de dos mil a cuatro mil pesos. Te digo que depende. En Estados Unidos me va mejor. No sé si sepas, pero los de Tenancingo estamos en Los Ángeles, Nueva York, Jiuston, en hartas ciudades. Todo es una pinche red de la que no te voy a hablar. Nomás te digo que un día una puta está en La Merced y al otro anda trabajando en Japón. —¿Y cuánto dinero le das a cada una de tus mujeres? —Nada. Una mujer con dinero es peligrosa. Se te van luego y tú pierdes toda la inversión que hiciste en ella. —¿Se puede saber qué le dijiste a la chica, cuando entraste al bar? —Que cobre bien. Es que como están acostumbradas al setso por amor, pos no cobran lo que deben y uno nomás pierde. Kalimán se marcha y a mí me queda claro que un padrote nunca se enamora. D

"EL 60 POR CIENTO DEL PUEBLO SE DEDICA A LA TRATA DE PERSONAS, ASÍ QUE IMAGÍNATE"

| LA HORA DEL LOBO | POR FEDERICO CAMPBELL

DONDE NO HAY LEY HAY LOCURA De Rodrigo Rey Rosa (Guatemala, 1958) conocíamos en México por lo menos dos libros: el primero, que editó Hernán Lara Zavala en la UNAM, recogía buena parte de su obra: Con cinco barajas (1996), y el segundo, Siempre juntos y otros cuentos (2008) se publicó en la oaxaqueña editorial Almadía. También es autor de El mar de Barceló, una crónica sobre el plafond de estalactitas plásticas de muchos colores que el pintor Miquel Barceló realizó en el edificio de la ONU en Ginebra. La novedad ahora es Los sordos (Alfaguara) y da la impresión de que será su gran novela. Se refiere a la violencia y los abusos del poder que nos son comunes a Guatemala y México. Es tan cercano el contexto, la pérdida de terreno por parte del Estado a favor de las organizaciones criminales y la composición cultural, étnica y de clase de ambos países, que la novela de Rey Rosa nos abarca y nos conmueve. “En Guatemala se vive una especie de apartheid sin leyes”, ha dicho. Trata de dos desapariciones, “la de un niño sordo en un pueblo del interior guatemalteco y la de Clara, hija de un banquero rico y amable tirano”. Solo hasta la entrevista que le hizo Javier Rodríguez Marcos en Babelia del 15 de septiembre nos enteramos de algunos datos de la vida del novelista. No sabíamos que en realidad ha pertenecido a una clase media más o menos bien y tampoco teníamos noticia de que en junio de 1981 su madre de 64 años fue secuestrada. Una vez alguien le preguntó por qué no escribía sobre la Mara salvatrucha y Rey Rosa dijo que no se le había ocurrido, que no hacía novelas por el tema ni por el personaje de la realidad, a menos que tuvieran una conexión personal importante con su propia vida o con seres cercanos a su afecto. Por eso ha de entenderse cómo se ha ido a fondo ahora en esta novela que también es la crónica de un secuestro. Es eso, pero en lo más profundo Los sordos es una novela sobre la justicia, como todas las novelas de Leonardo Sciascia, el siciliano a quien Rey Rosa tanto sigue y admira. Lo que se propuso el escritor fue conocer en todos sus significados el sistema de autoridad indígena que fue aniquilado por un ejército de civiles. “Hice una somera investigación (procedimiento que suelo eludir) para llegar a conocer, siquiera de forma rudimentaria, el milenario sistema de justicia maya”. Sobre la criminalidad ambiente y la degradación que para todos comporta abundan ensayos reportaje que han encontrado en el libro el último refugio del periodismo. También empieza a proliferar, en menos dosis, la reflexión ensayística sobre el crimen, como lo están haciendo Fernando Escalante, Juan Villoro, Natalia Mendoza y otros. Ahora vemos por dentro, desde una novela como Los sordos, una dimensión que por el exceso de información no habíamos percibido. El novelista cala más hondo en esa materia nauseabunda del crimen y la connivencia de sus protagonistas con representantes del Estado. Los sordos asume la forma de la novela policiaca tradicional sin serlo en sentido estricto. Es como una parodia de ese género, un thriller en el que se destila la connivencia entre crimen y poder y se documenta visiblemente al fracaso del sistema de justicia del Estado tanto como valora “el eterno retorno a las costumbres ancestrales de los mayas”. D http://oralesos.blogspot.com/

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[archivo]

CRÓNICA 28|10|2012

EL MIEDO EN REYNOSA

LA GENTE SE ACOSTUMBRA

H

por Alberto Chimal

ace poco fuimos a Reynosa, invitados a un encuentro de escritores: el primero que se organizaba jamás en la ciudad. Y tengo que decirlo como en los cuentos de horror de H.P. Lovecraft: no vimos, en realidad, nada que fuera directamente terrible. Nada de lo que se conoce por los testimonios y los reportes innumerables. No vimos ninguna ejecución, ninguna balacera ni tortura. No vimos ningún coche de narcojunior, ningún grupo de jóvenes sicarios, nada de lo que hemos aprendido a esperar o a temer. Pero no hizo falta. Los signos del miedo estaban en todas partes. La ciudad estaba sitiada. Con más precisión, estaba sitiada desde adentro: invadida. —¿Por qué hay tanto comercio abandonado? —preguntó alguien del grupo de invitados, mientras el camión que llevaba al “contingente” avanzaba hacia el hotel. —Sí —respondió, fingió que respondía, alguien del grupo de anfitriones. Todos entendimos que no decían más porque nosotros éramos nuevos en la ciudad. Pero la mayoría de los locales a nuestro paso estaba cerrada, con las puertas atrancadas, las cortinas metálicas abajo y muchas ventanas cegadas. Algunas paredes tenían grafiteadas palabras indescifrables. Carteles y señales se veían deslavados, como si el sol de la mañana hubiera quemado los colores. Pero en todo lo demás parecía ocurrir el mismo desgaste, el mismo vaciamiento. —Mucha gente se ha ido a McAllen —agregó otro de los anfitriones minutos después, . Curiosamente, aunque faltaban los colores más vivos, lo que se veía no daba la impresión familiar de lo desolado y lo decadente: no podría describirlo como “gris”, como en “blanco y negro”, que es el modo en el que suele decirse. Los colores ausentes provocaban, más bien, que todo se percibiera teñido de un amarillo pálido: que todo fuera del color del polvo, de algo que se asentaba encima de todas las cosas. Dejé de pensar en esta percepción desagradable cuando llegamos al hotel, que debe ser como un millón de hoteles similares en el mundo globalizado. Pero por la noche, mientras varios bebíamos y hablábamos en el bar, llegó uno de los camareros para decirnos que no podíamos seguir allí. —¿Por qué no? —Porque personas ajenas al hotel han dicho que no quieren las luces prendidas tan tarde. Se pueden ir a un cuarto. Nótese el modo en el que camarero habló de esas personas ajenas: no nos dijo quiénes eran, aunque era obvio a quién se refería. No tenía la confianza suficiente en nosotros para decir más. Uno de los colegas escritores le dijo que estaba bien, pero que si ya no iba a haber servicio, ¿no podría salir él rápidamente a comprar algunas cervezas, tal vez a alguna tienda cercana? El hombre dudó. Todos pudimos ver que estaba pensando en las personas ajenas al hotel y en que nosotros éramos nuevos en la ciudad. Y todos, todos los que estábamos allí sabíamos las historias: que la gente de Reynosa no sale de noche a menos

que sea estrictamente necesario. Pero varios insistieron y le ofrecieron una buena propina. Al final el hombre fue y volvió con más cervezas. Estaba pálido. Alguien de los presentes se marchó en ese momento, con la observación más melodramática y más sincera que escuché durante todo el viaje: —Tomar esa cerveza sería como tomarse la sangre del fulano —dijo. Nadie le respondió.

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"HABÍA UNA BALACERA AFUERA Y LOS NIÑOS ESTABAN ARRIBA... LES DIJE QUE SE QUEDARAN EN EL SUELO"

Al término del encuentro, parte de los escritores invitados decidió ir al cine. Costó trabajo encontrar el camino a un complejo de salas que pudiera visitarse, porque éramos nuevos en la ciudad —porque siempre íbamos a ser nuevos en la ciudad— y todo lo que teníamos era una serie de sitios a evitar: por ejemplo, todas las personas a las que preguntamos nos recomendaron que no nos acercáramos a los cines que están ya sobre la carretera. Al fin llegamos a un centro comercial bastante grande y poblado; era como un mall de cualquier otro sitio de México salvo excepciones como las que se veían en una tienda de playeras: un diseño en exhibición tenía el lema “Yo sobreviví a crecer en Reyno”, con la última palabra inscrita en la silueta de una pistola, y al lado había otro más expresivo todavía: una Hello Kitty que sostenía un cuerno de chivo. Compramos boletos, entramos en la sala después de las 10 (la función sería la última del día) y tuvimos la siguiente pésima suerte: después de un rato, el proyector dejó de funcionar justo en una escena en la que un terrorista se abre paso a balazos. La luz parpadeó y se apagó y el ruido de balazos continuó por unos segundos; luego, silencio. Nadie dijo nada pero todo el mundo, lo sé, pensó en otras balaceras, más cercanas, más terribles, cotidianas y reales. —A quién se le ocurre venir a ver esta película aquí, y a esta hora —se quejó alguien. Nadie le contestó. Al día siguiente nos fuimos.

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La única conclusión que puedo ofrecer la supe varios meses antes de ir al encuentro: cuando se asienta la violencia, la gente se acostumbra a ella. No la ignora, porque es imposible de ignorar, pero intenta continuar viviendo. Puede no querer hablar todo el tiempo de ella. Puede hacer bromas a su costa. Puede cambiar sus costumbres para que el miedo se vuelva una parte de la experiencia de cada día y dé al menos la impresión de ser un poco menos terrible. Lo supe de este modo. Un día, mi esposa conversaba por teléfono con una amiga común: Alisma de León, la escritora de Reynosa que tuvo la idea del encuentro de escritores allá y aunque no tiene cargo alguno en el gobierno había logrado apoyo de las autoridades culturales para organizarlo. —Un momento —dijo Alisma, y se apartó del teléfono. Se oyó (dice mi esposa) su voz, desde lejos; luego se le oyó volver—. Ya está. Es que había una balacera aquí afuera y los niños estaban en el piso de arriba. Me los traje acá y les dije que se quedaran en el suelo para poder verlos —y continuó hablando de otros temas. D 05


[ARTURO BERMÚDEZ]

REPORTAJE 28|10|2012

E

por Mónica Maristain

n México, el vino ya no es una costumbre de ricos sofisticados y esnobs; por el contrario, su consumo ha sido adoptado por las clases medias, que lo beben y lo catan con una pasión irredimible. Pero los vinos nacionales son caros, y los consumidores se quejan. Van al supermercado y encuentran un vino chileno o argentino, más o menos decente, a un precio que oscila entre 50 y 300 pesos. En una conocida cadena estadunidense de hipermercados que ha dedicado este mes a los productos españoles, hay una oferta de tres vinos blancos, tintos o rosados, provenientes de La Madre Patria, por 100 pesos. Sí, a 100 pesos las tres botellas. La diferencia es notable si se piensa que los caldos nacionales se encuentran en un rango entre 80 y 700 pesos. Según las estadísticas, 80 por ciento de los vinos mexicanos cuesta menos de 300 pesos. Pero no mucho menos. El hecho obedece a una razón puramente de sentido común: la calidad. Vale decir, si usted compra un vino de 35 pesos, tomará un vino de 35 pesos. No hay mucha magia al respecto. En nuestro país, donde según Rafael Ibarra, columnista de Vinísfera.com, es mucho más caro hacer vino que en cualquier otro lado y donde la mayoría de las bodegas no son autosuficientes, el valor y el precio se relativizan. No es poca cosa admitir que en aquellos países donde la producción vitivinícola es crucial para la balanza comercial de su economía, la producción de los viñedos está subsidiada, al contrario de lo que sucede en México, donde el vino es considerado todavía un objeto de lujo. Sin embargo, la pasión que despiertan tanto el consumo como la elaboración de esta bebida, ofrecen un horizonte muy prometedor.

VINO MEXICANO

PARECE... Y ES CARO

DE DÓNDE VIENE EL VINO MEXICANO

“Desde hace algunos años visito las zonas vinícolas de México, desde las más cercanas al Distrito Federal, como Querétaro o Guanajuato, hasta Zacatecas, Baja California y Parras. He sido testigo, así, de la impresionante evolución que ha tenido nuestro vino en los últimos 20 años. Una evolución dispareja, desigual, pero así tiene que ser cuando existe una explosión, tanto en la oferta como en la demanda”, dice Rodolfo Gerschman, editor de las revistas Catadores y Gula. Para el experto, lo mejor que tiene el suelo mexicano en relación con la producción vitivinícola es la diversidad que permite incluso crear vinos en una región impensada como Chihuahua, “plantados en viñedos alrededor de mil 500 metros de altura, de una calidad sorprendente”, dice en su Guía Catadores. El 30 por ciento de la producción de vino disponible en México proviene del estado de Baja California, donde unos 80 productores ofrecen más de 400 marcas diferentes. Los municipios donde se produce vino y uva son Valle de Guadalupe, Tecate, San Antonio de las Minas, Santo Tomás, Ojos Negros y San Vicente. Según un informe elaborado por la Secretaría de Agricultura en 2010, la industria mexicana ofrece 200 diferentes tipos de vino, entre tintos, blancos, rosados y espumosos, elaborados con la más moderna tecnología y con la mano experta de enólogos profesionales. Aun cuando la industria vitivinícola puede ser considerada todavía incipiente en nuestro territorio y teniendo en cuenta que México ocupa el lugar 65 entre los principales consumidores de vino en el mundo, hay razones para henchirse de orgullo en lo que a producción de vinos locales se refiere. No es fácil en este contexto determinar cuáles son los mejores vinos mexicanos y los especialistas tienen cada uno su opinión muy personal al respecto. Un referente de peso podría ser el Concurso Mundial de Bruselas 2012, celebrado en mayo pasado en Guimarães, Portugal. Se trata de una contienda que nació en 1994 en la mencionada capital belga y que en 2006 se hizo itinerante. En esta edición de 2012 se evaluaron ocho mil 397 vinos y destilados procedentes de 52 países, bajo el escrutinio de cerca de 320 catadores internacionales. Y a México no le fue nada mal. 06

Obtuvo una medalla de oro el Santo Tomás Tinto Misión 2009, originario de Baja California, de color rojo violeta profundo y el que, según sus productores, tiene un sabor a “frutas con notas de cuero”. Igual distinción recibió el Casa Madero Malbec 2010, que fuera lanzado oficialmente el pasado 15 de septiembre en el Castillo de Chapultepec y que también fuera premiado en España en marzo de este año. El vino es originario de Coahuila y representa, según sus productores, el intento por hacer un Malbec en el Valle de Parras. Su color es violeta y al gusto tiene un ataque medio con notas a ciruela, chocolate, ahumado, taninos suaves y un postgusto largo. Para Roberto Gerschman, en su ya indispensable guía, el vino La Casona 2009, Cabernet Sauvignon Merlot, se mereció el título de Tinto Revelación y constituye la entrada por la puerta grande de Chihuahua como prometedora zona vitivinícola. Así las cosas, hay mucho para saber y más para beber de esta bebida que, consumida moderadamente, hace bien al corazón, según los médicos. Y al alma, ¿por qué no?, afirman los poetas. D

PRINCIPALES VARIEDADES NACIONALES Tintos: Barbera, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Claret, Grenache, Merlot, Misión, Nebbiolo, Petite Sirah, Ruby Cabernet, Tempranillo, Zinfandel. Blancos: Chardonnay, Chenin Blanc, Fumé Blanc, French Colombard, Sauvignon Blanc, Semillion.


[cortesía radio caracol]

REPORTAJE 28|10|2012

ÓSCAR NARANJO, CAZADOR DE NARCOS

CONTADORES Y MUJERES DE CAPOS, LAS CLAVES Este policía cosmopolita liquidó al cártel de Cali con acciones quirúrgicas, con inteligencia y sin un solo tiro. El autor del texto desvela aquí que escribió sobre el tema a instancias de García Márquez

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por Santiago Gamboa

onocí a Óscar Naranjo a fines del siglo XX, exactamente en abril de 1999. En ese entonces él era director de Inteligencia de la policía de Colombia. La historia de por qué lo conocí se remonta al inicio de ese mismo año, cuando el director general de la policía, Rosso José Serrano, coincidió con Gabriel García Márquez en una cena y le contó detalles y anécdotas de las capturas de los seis máximos jefes del cártel de Cali en apenas ocho meses, entre 1994 y 1995. “Debes escribir un libro”, le dijo García Márquez. “Escríbelo tú”, respondió Serrano. Una semana después me llamaron a mí. El libro sería una memoria en primera persona de Serrano y García Márquez haría la edición. Yo iba a ser el ghost writer. Y así se hizo (el libro se publicó a final de ese año con el título Jaque Mate). Fui a Colombia (vivía en Roma) a recopilar la información sobre las capturas para empezar a escribir, y muy rápidamente me encontré en el despacho del entonces coronel Óscar Naranjo, cerebro de los arrestos, autor intelectual al que el general Serrano apoyó y dio carta blanca. Recuerdo la impresión que me causó, pues ignoraba que en mi país hubiera policías como él: un tipo elegante, culto, refinado y cosmopolita. Una especie de James Bond colombiano. Naranjo llevaba 22 años en la policía, siempre en labores de inteligencia, y junto con Serrano había cambiado completamente el esquema de lucha contra el narcotráfico. El combate contra Pablo Escobar y el cártel de Medellín, que culminó en 1993 con la muerte del gran capo, fue algo sumamente conflictivo para la sociedad colombiana, y por supuesto para la policía. Ese cártel puso bombas, hizo terrorismo y se enfrentó militarmente al Estado dejando muchas bajas en todos los frentes. La policía luchó en ese mismo escenario, con un enorme costo en vidas, corrupción, desmembramiento, pérdida de credibilidad. Por eso al combatir al cártel de Cali, en 1994, la idea de Naranjo y del general Serrano fue crear un nuevo escenario de enfrentamiento con nivel Cero de violencia, basado en la información y la Inteligencia. No más operaciones de fuerza con centenares de agentes y helicópteros, sino intervenciones “quirúrgicas” en las que no se disparara un solo tiro. Esa fue la premisa de la que se partió en medio de un escándalo político sin precedente: la acusación de que el cártel de Cali había dado seis millones de dólares a la campaña presidencial del ya electo Ernesto Samper (1994-1998). Presionado por este escándalo, Samper dio luz verde al general Serrano, y así el coronel Naranjo se transformó en uno de los grandes estrategas de la policía. Lo primero que hicieron fue establecer un perfil muy completo de cada uno de los narcos: enfermedades, vicios, vínculos afectivos, familia, hobbies, debilidades, cuadro psicológico, personalidad, liderazgo, diversiones, ideología, religión, pasiones, gustos gastronómicos, preferencias de moda, marca de cigarrillos, marca de whisky o ginebra o vodka, marca de reloj, tipos de mujer, y cosas tan detalladas como el peso, tipo de sangre, fórmula de gafas, presión arterial y cuadro de glicemia. ¡Lo sabían todo de cada uno de ellos! Recuerdo mi sorpresa al ojear estos fólders de cerca de 200 páginas cada uno. Me recordaban los perfiles que los vestuaristas del cine hacen para cada personaje y escena de una película. Para recopilar todo eso, me explicó Naranjo, se requirió de meses de investigación e interrogatorios a 08


REPORTAJE 28|10|2012 [efe]

detenidos del cártel y personas afines que habían estado con ellos en diferentes situaciones: fiestas, aniversarios, reuniones de trabajo, etcétera. A partir de ahí, la investigación se dirigía a los suministradores de todo aquello que consumían en las zonas en las que se había percibido su presencia a través de detecciones o informantes, de modo que el círculo del mapa se fuera haciendo cada vez más estrecho. De este modo se procedía a un acercamiento a las casas de seguridad de cada narco —que por supuesto iban cambiando casi a diario—, hasta establecer direcciones precisas mediante el estudio de las basuras, las frecuentaciones del lugar, los horarios de luz en la noche, los ruidos. Otros dos elementos claves para el seguimiento de los jefes del cártel de Cali fueron las mujeres y el contador. La policía logró establecer que el contador era incluso más importante que la compañía de la mujer, pues era el que les confirmaba a diario su éxito, la expansión de sus ganancias, su patrimonio. Por eso gran parte de los seguimientos de personas que entraban y salían de las casas señaladas estaban dedicados a identificar al contador, y una vez hecho, con un seguimiento 24 horas, se podía llegar hasta los demás refugios del narco, comprender sus rutinas, conocer sus anillos de seguridad y proceder a montar el operativo de captura, que debía ser tan inesperado y contundente que no diera pie a ninguna clase de enfrentamiento. El general Serrano solía decir: “A mí me gusta golpear al narco a las cuatro y media de la mañana. A esa hora o está dormido o está borracho, y si está borracho lo más seguro es que esté desnudo y con alguna mujer”. A esto se sumó una campaña que tenía como fin “corromper” a los jefes de seguridad de los capos del cártel, prometiéndoles a través de anuncios por televisión jugosas recompensas, “resolución de sus problemas legales y nueva vida en el exterior”. Con esto se creó desconfianza al interior del cártel y se obtuvo mucha información sobre sus casas de seguridad. La primera detención fue la de Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela, hermano menor y tercer jefe del cártel. Era un tipo inseguro, desordenado, cocainómano, con frecuentes ataques de nervios. Le gustaba tomar aguardiente en las tiendas y continuamente rompía los esquemas de seguridad. A pesar de su fortuna conservaba el gusto por las cosas simples, de la calle. Al conocer estas debilidades, y sobre todo su inestabilidad, Naranjo consideró que era más fácil hacer el operativo fuera de sus casas de seguridad, y para ello dispuso una muy fuerte detección telefónica y vigilancia en centros de videntes y pitonisas de Cali, hasta que dieron con él y supieron la hora precisa de una cita. Al salir lo detuvieron. La pitonisa, interrogada por los agentes, contó que durante la cita había visto en la bola un “manto verde”. Jorge Eliécer le preguntó: “¿Una finca?”. Y ella respondió: “No, la policía”. La detención de Miguel Rodríguez Orejuela, el segundo de la lista de Cali, fue otra operación “quirúrgica”, resultado de un laborioso estudio y de muchos seguimientos. Un informante llamó para decir que lo había visto entrar en un edificio del barrio Normandía, pero cuando Naranjo y Serrano llegaron vieron que era un edificio de 18 pisos. ¿En qué apartamento estaba? En este caso fue la devoción a la Virgen el factor clave. La información sobre Miguel decía que en cualquier lugar donde se encontrara lo primero que hacía era encenderle un velador a la Virgen. La policía se apostó en un cerro al frente, para evitar ser detectados por la seguridad del capo, y al llegar la noche, cuando la luz de todos los apartamentos se apagó, en uno de ellos se encendió un resplandor rojo y fluctuante. El velador les indicó qué apartamento era el suyo. Cuando entraron Miguel estaba en calzoncillos metiéndose a una “caleta” (escondrijo al interior de la casa). Tenía medio cuerpo por dentro y estaba con su mujer y su contador. No opuso la más mínima resistencia. En la captura de Gilberto Rodríguez Orejuela, el jefe máximo, el seguimiento y la identificación del contador fue definitiva. Una vez hecha se le montó un seguimiento 24 horas y se estableció que en sus recorridos por la ciudad, sin mucha lógica, el contador cumplía con una disciplina férrea para “evadir” cualquier operativo. Entre más alocadas fueran sus vueltas, con idas y regresos sin sentido, vueltas atrás en taxi, en autobús, etcétera, más indicios había de que la jornada culminaría visitando a Gilberto. Y así fue. Los seguimientos escalonados de agentes disfrazados de oficinistas y de dos mujeres que hacían deporte en el barrio sospechoso, permitieron encontrar la casa. Cuando la policía entró Gilberto no estaba por ningún lado, pero junto a una estantería había astillas de vidrio en el suelo y un café aún caliente. Al mover el estante lo encontraron con las manos en alto. Años después, en el 2007, Naranjo fue nombrado director general de la policía y desde ahí implementó nuevos operativos de Inteligencia contra narcotraficantes ligados al paramilitarismo y con miembros de la cúpula de las

El narcoparamilitar colombiano Miguel Ángel Mejía Múnera fue detenido en mayo de 2008, después de que intentó huir escondido en un camión de carga [cortesía policía nacional de colombia]

General Rosso José Serrano

FARC que estaban más cerca del narcotráfico que de la lucha armada. No volví a encontrarlo personalmente pero supe de cada uno de sus éxitos. En el 2010, el escritor y periodista Germán Castro Caycedo publicó un libro llamado Objetivo 4, sobre cuatro operativos de la policía de Óscar Naranjo contra narcos, paramilitares y jefes guerrilleros, en donde las operaciones de inteligencia, infiltración y heroísmo individual de los agentes lo dejan a uno con los pelos de punta. Se trata de los guerrilleros Martín Sombra y El Paisa, y de los narcoparamilitares Don Mario, extraditado a Estados Unidos, y los hermanos Miguel Ángel y Víctor Manuel Mejía Múnera. En estas alucinantes historias, agentes de la policía se disfrazaron de campesinos, vagabundos de calle o descargadores de camiones, con el fin de proporcionar información sobre casas de seguridad, horarios y hábitos de vida que llevaron a las capturas. Y siempre con el mismo sello: la búsqueda de la violencia Cero. No sé —nadie puede saberlo— cuánto de todo esto pueda ser aplicable a México, y ese será el reto de Óscar Naranjo. En su trabajo dentro de la policía colombiana su carisma personal y liderazgo fueron fundamentales para lograr de sus agentes sacrificios y absoluta lealtad, algo que en México, por tratarse de un extranjero y por generar desconfianza en los rangos del Ejército —él viene de la policía—, parece muy difícil. Supongo además que constitucionalmente no podrá dar órdenes directas a las fuerzas armadas mexicanas, aunque sí aconsejar y compartir sus experiencias con quienes puedan hacerlo. Si bien comprendo las reticencias de algunos sectores políticos mexicanos, ya que esto implica que un extranjero esté cerca del tema más sensible de seguridad nacional de México, no comparto ni comprendo las furibundas críticas: acusarlo de hacer el juego al cártel de Sinaloa o de ser un “infiltrado” de Estados Unidos —como he leído— me parece injusto y, sobre todo, infundado. En Colombia, hasta la cúpula de las FARC desmentiría estas alocadas versiones. Más bien pienso que es importante para México y Colombia estar alerta y abrir canales de lucha conjunta contra los cárteles mexicanos, pues éstos pasaron de ser intermediarios a apropiarse del negocio, y ya están en Colombia, muy cerca de las materias primas. La cocaína, en el puerto colombiano de Buenaventura, ya es mexicana. Y hay algo fundamental por analizar: si el proceso de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, iniciado estos días en Noruega, llega a buen puerto y la guerrilla se desmoviliza (Naranjo es uno de los negociadores), ¿quién controlará los espacios de cultivo de coca que hasta ahora maneja la guerrilla en Colombia?, ¿quedarán en manos de facciones FARC renuentes a la probable desmovilización?, ¿trabajarán éstos para los cárteles mexicanos, que ya son sus aliados? Ese será el nuevo escenario transnacional de lucha. ¿Lograrán los cárteles el control de las zonas de cultivo en Colombia o, por el contrario, se debilitarán por la acción conjunta de ambos países si se les logra arrebatar la influencia en esas regiones? Ante estos retos impuestos por el salvaje capitalismo de la economía ilegal, con un narcotráfico mexicano cada vez más presente en Colombia, la idea de una colaboración anticárteles desde México con la asesoría de Naranjo, gran conocedor del terreno y las circunstancias en las zonas de cultivo, no me parece algo descabellado. D 09


[ANUPRIYA SHARMA/ AFP] [CORTESIA BARANDELA BIG BAND]

XXXXXXX 21|10|2012

PREGUNTAS PARA JODER AL VECINO

1.- ¿POR QUÉ RAZÓN SE CASÓ CON UNO DE SUS FAMILIARES LA MODELO ISRAELÍ BAR RAFAELI?

por Juan Alberto Vázquez

2.- ¿QUIÉN MATÓ A ROSITA ALVIREZ?

4.- ¿ ANTES DE CANTAR A QUÉ SE DEDICABA EL RAPERO 50 CENTS?

3.- ¿CÓMO Y POR QUÉ LE DECÍAN ASÍ AL TAL HIPÓLITO?

| MUSICÓPATA | POR JAIME ALMEIDA

6.- ¿CUÁL FUE LA PRIMERA CANCIÓN QUE SE TOCÓ EN VIVO EN EL LEGENDARIO SHOW DE TELEVISIÓN, SATURDAY NIGHT LIVE?

5.- ¿CUÁNTOS BALAZOS LE DIERON A 50 CENT UNA TARDE QUE AGUARDABA EN SU AUTO AFUERA DE CASA DE SU ABUELA?

8.- ¿POR QUÉ TONY BLAIR SE LLEVABA BIEN CON DIANA DE GALES?

7.- SEGÚN EL HISTORIADOR BRITÁNICO DOMINIC SANDBROOK, ¿POR QUÉ LAS BIOGRAFÍAS DE LOS POLÍTICOS SON TAN DECEPCIONANTES?

10.- ¿QUÉ RESPUESTA DA EL CRUCIGRAMA DE MILENIO DIARIO A LA PREGUNTA “MUJER PASADA DE AÑOS Y DE KILOS”?

9.- ¿LA BIOGRAFÍA DE QUÉ PERSONAJE ACABA CON UN “COMO DECÍA ELEANOR ROOSVELT ‘HAZ TODOS LOS DÍAS ALGO QUE TE DÉ MIEDO’, QUE NO PERDAMOS NUNCA EL ENTUSIASMO”.

Respuestas pág. 13

CONSEJO EDITORIAL JESÚS RANGEL ALFREDO CAMPOS VILLEDA JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. CORRECCIÓN ALEJANDRO DE LA GARZA FOTOGRAFÍA ARTURO BERMÚDEZ DISEÑO BRAULIO MONTES/Editor SALVADOR VÁZQUEZ/Concepto MARIO FUANTOS/Diseñador

(+) JESÚS D. GONZÁLEZ FUNDADOR FRANCISCO A. GONZÁLEZ PRESIDENTE FRANCISCO D. GONZÁLEZ A. DIRECTOR GENERAL JESÚS D. GONZÁLEZ A. DIRECTOR GENERAL ADJUNTO CARLOS MARÍN DIRECTOR GENERAL EDITORIAL

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FERNANDO RUIZ DIRECTOR PRODUCCIÓN

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LAS BIG BANDS PASAN AL FRENTE Los que creen que nada está pasando en el ambiente musical de México tienen que ir al oculista porque no están viendo bien. Cosas interesantes se manifiestan continuamente en el ondular de las tendencias, los gustos y las propuestas sonoras. Un ejemplo claro está en el creciente auge de las Grandes Orquestas: esas formidables agrupaciones de gran poder estructural que ahora llaman la atención de un enorme público joven que comienza a descubrir su espectacular sonido. Las Grandes Orquestas, llamadas así en eco a las Big Bands —nombre utilizado en Estados Unidos para clasificar a estas bandas—, no son totalmente ajenas a la cultura musical de México. En nuestro suelo se han formado muchas Grandes Orquestas que le han dado gloria a nuestra música y tuvieron resonancia fuera de nuestras fronteras. El término Big Band hace referencia a un grupo amplio de músicos que llega a tener entre 10 y 20 ejecutantes. Por lo general, sus arreglos musicales tienen raíces en el jazz y el swing. Su origen se remonta a la década de los años veinte del siglo pasado, aunque su etapa de oro se desarrolló entre 1935 y 1950. No existe un formato único para estos grupos, pero generalmente constan de tres secciones: Maderas, Metales y Ritmo. En la rica textura de sus interpretaciones se combinan saxofones, trompetas, trombones, flauta, clarinete, piano, bajo, guitarra y batería. Con frecuencia, estas Big Bands incluyen cantantes. En los Estados Unidos aún subsisten orquestas que son instituciones legendarias, como las de Duke Ellington, Glenn Miller o Count Basie. En los anales de esta corriente están también los nombres de Benny Goodman, Tommy Dorsey, Harry James y Artie Shaw, entre docenas más. El estilo de las Big Bands fue seguido en México por orquestas que estuvieron de moda, sobre todo en los años cuarenta y cincuenta. Para muchos, el primer nombre que viene a la mente al pensar en una Big Band mexicana es el de la Orquesta de Luis Arcaraz, pero también destacaron las de Everett Hoagland, Adolfo Girón, Chucho Zarzoza, Juan García Esquivel, Pablo Beltrán Ruiz, Moisés Pasquel, Ernesto Riestra, y las bandas con sabor latino de Dámaso Pérez Prado, Mariano Mercerón y Carlos Campos. Muchos cantantes se acompañan hoy con Big Bands y tienen éxito sobresaliente. En México se ha incrementado el número de producciones en las que cantantes nuevos se colocan frente a una gran orquesta para grabar temas que tuvieron impacto hace décadas. Si uno escanea las propuestas musicales que se ofrecen ahora en los escenarios del país descubrirá diversas Big Bands nacionales que están funcionando bien: Camouflage Big Band, la Orquesta SUTM, la Banda Rojo, la Orquesta Universitaria de Pepe Luis, la Orquesta Latin Swing, la Barandela Big Band y La Gran Banda de Tomy son sólo algunas de ellas. Pero lo más interesante en el resurgimiento de las Grandes Orquestas es que sus integrantes son ya, en su mayor porcentaje, músicos jóvenes que aún no nacían en los años dorados del swing pero que hoy dan nacimiento a lo que seguramente será parte vibrante de la música popular durante los próximos años. D


ENTREVISTA 28|10|2012

O

por Ximena Luna

lga Segura siempre quiso ser alguien más; tener muchas vidas y muchos disfraces. Desde niña aprendió a convertirse en otra persona, a ser más de un personaje, primero por sobrevivencia y después como una forma de vida, lo cual la ha llevado a conquistar las pantallas como actriz y productora en los festivales de Cannes, Sundance y ahora Morelia. A finales de la década de los ochenta, Olga estaba lejos de su natal Ciudad de México. Ella, su hermano Juan Carlos y sus padres se habían mudado a Panamá, donde pasó gran parte de su infancia. “Esa era mi realidad, hablaba con el acento panameño, conocía los juegos, las fiestas, las tradiciones. Mi vida era otra por completo”, dice quien diera sus primeros pasos en la actuación con la obra de teatro Pizza man, después de tomar clases en Casa Azul con el actor Eduardo Arroyuelo. Pero entonces sus vidas cambiaron. El gobierno estadunidense invadió Panamá para capturar al presidente impuesto, el general Manuel Antonio Noriega, acusado de narcotráfico. La constructora dirigida por su padre comenzó a tambalearse y algunas de sus propiedades fueron invadidas. Nada era seguro, sólo que tenían que irse. “Fue uno de los momentos más difíciles para nosotros. Estábamos, literalmente, entre bombas. Mi papá decidió que lo mejor para todos era salir de ahí, aunque mi mamá es panameña y su familia se quedó. No teníamos más opción que salir corriendo”, dice. Los Segura llegaron a Saltillo a comenzar de nuevo. Olga recuerda esos años por la dificultad que tuvo para adaptarse a su entorno mexicano, pero también como ésa época decisiva en que encontró su vocación. “Yo observaba a los niños mexicanos y los imitaba, me mutaba, me transformaba para poder encajar. En casa mantenía mi acento de panameñita, pero afuera hablaba golpeado, como norteña. Entonces supe que me encanta tener muchas vidas. Era un pequeño camaleón, porque la situación lo ameritaba, porque era necesario para sobrevivir a una edad en que los niños son crueles y se burlan por todo y te destruyen solo con palabras”, cuenta quien, no obstante estar convencida de que la actuación era su destino, tuvo que pasar por otros caminos antes de llegar a la cuesta por la que hoy va escalando hacia el estrellato.

EL INSTINTO EMPRESARIAL

La actuación no ha sido su única inquietud. Cuando tenía apenas 18 años, Olga sembró lo que ahora es la cadena de creperías Trocadero, en Coahuila, hoy administrada por su madre. En sus inicios se encargaba de cocinar, cobrar y servir. “Fue mi primera lección de administración pero sobre todo de humildad. Yo sé lo que es estar del otro lado, por eso no soporto que la gente sea prepotente con quienes ofrecen un servicio. Fue una gran experiencia y no me arrepiento, aunque sigo pagando las deudas de ese entonces”, cuenta. Entonces llegó otro giro camaleónico. Ella no quería estudiar administración, quería ser actriz. No quería ir a Monterrey para iniciar su carrera, quería ir a conquistar Los Ángeles. Pero tampoco quería ser “la rara”. Una vez más observó lo que hacían sus amigas, los rituales que le permitirían pertenecer a ese grupo y se adaptó. Sus padres no la dejaron seguir sus instintos, así que ahora es licenciada en comercio internacional. ¿QUÉ PASÓ CON LA ACTRIZ MIENTRAS ERA DOMINADA POR LA RIGIDEZ DE SUS ESTUDIOS? Una vez más, fue cuestión de sobrevivencia. Amo a mis papás y tomar la decisión de enfrentarlos no era sencillo. Así que les seguí la corriente, pero en mi interior sabía que a la primera oportunidad iba a cambiar de giro, iba a redescubrir mi pasión. ¿QUÉ HIZO QUE FINALMENTE TE ANIMARAS A REBELARTE? El hartazgo. Esa sensación de que no era feliz con lo que estaba haciendo, que yo debía estar en otro sitio, con otras personas. En un punto fue una fuerza incontrolable, una necesidad que ya no pude contener. Además, había terminado la carrera, así que mis papás ya no tenían que reclamarme. ¿POR QUÉ FUISTE A LOS ÁNGELES Y NO TE QUEDASTE EN MÉXICO, SI YA HABÍAS EMPEZADO EN EL TEATRO? Sabía que como todos los novatos tenía que picar piedra, trabajar durísimo, ganar muy poco y encontrar gente de todo tipo, que igual me valoraba o igual se quería aprovechar. Así que pensé que si de todas formas iba a pasar por eso, qué mejor que empezar en Estados Unidos. Pero Olga no es una actriz improvisada. Después de Casa Azul estudió en The Acting Corps, de la que han egresado actores como Benicio del Toro y Salma Hayek. Desde entonces se asentó en la ciudad donde aún reside. Fue su amigo Héctor Jiménez, a quien había conocido en su breve paso por el teatro, quien la invitó a participar en White Knight, del director Jesse Baget, coprotagonizada por Jiménez y el célebre Tom Sizemore (Asesinos por naturaleza y Rescatando al soldado Ryan, están entre sus películas más famosas). Todo estaba listo para la filmación que permitiría a Segura figurar en su primera película, obtener una visa de actriz para residir en Estados Unidos y unirse al Screen Actors Guild, sindicato que le garantizaría su reconocimiento como actriz profesional. Uno de los inversionistas se arrepintió. El proyecto quedó suspendido. 12

A V E U N A L A B M BO A EN N I T A L

D O O W Y L L HO

“Se me vino el mundo encima”, dice Olga, “pero después de lamentarme unos días, me di cuenta de lo valioso que era este proyecto, de lo importante que sería para mi carrera, y no lo solté. Si algo aprendí en la carrera de comercio fue cómo hacer más con menos. Así que nos pusimos a trabajar con los mejores guionistas y logramos adaptar la historia para reducir el presupuesto. Otra vez, estaba tratando de sobrevivir”. Y lo logró. La amistad que estableció con Sizemore la llevó a Cannes para promover esta película, aunque no se estrenó durante el festival. “Él iba a presentar otra ese año (2010), pero me llevó a todos lados para hablar de la que estábamos haciendo juntos. Fue maravilloso, porque mucha gente estaba interesada por la historia. Nadie me conocía, pero terminé haciendo muchos amigos con los que ahora tengo proyectos. Fue, además, el primer paso dentro de este sueño que se está volviendo realidad”, dice Segura. Una vez descubiertas sus cualidades para administrar el dinero y hacer mucho más que actuar, la joven decidió abrir una productora propia junto con su hermano Juan Carlos y su “brother from another mother”, Héctor Jiménez. La nombraron Producciones a Ciegas, porque están convencidos que el cine es casi un acto de fe, que se hace por pasión y no por dinero, porque nunca puedes predecir las reacciones que provocará tu trabajo. “Yo estoy en la parte creativa y del negocio, porque tengo ambas cualidades. La universidad sí me sirvió de algo. Aún así a veces me dejo llevar por la pasión de la artista, igual que Héctor, y es mi hermano el que nos pone el alto y nos enfría la cabeza. Él es totalmente el hombre de negocios”, dice. Después de esos primeros pasos, los más difíciles, vino la calma. Olga fue invitada a otros proyectos pero, sobre todo, empezó a generar sus propias ideas y sus propias películas con la productora. ¿POR QUÉ DECIDIERON INSTALARSE EN LOS ÁNGELES, DONDE EL MERCADO ES MUCHO MÁS COMPETIDO? Porque lo nuestro es una batalla por abrirnos camino. No se trata solo de hacer películas porque sí, se trata de darle un mayor significado y valor a nuestro trabajo. Queremos explorar el mercado latino en Estados Unidos, pero también acabar con el cliché de los actores hispanos. Demostrar que hacemos buenos personajes, no solo de jardineros, de meseros o choferes. Los latinos estamos tomando más poder y eso se tiene que ver reflejado en el cine que ve el público estadunidense. Queremos decirles que nosotros también podemos hacer grandes películas y grandes personajes. ¿TE TRATAN DISTINTO POR SER MEXICANA? Claro, aún existe la discriminación. Demián Bichir, Salma Hayek y muchos otros han abierto el camino desde hace años, pero falta muchísimo por hacer. A mí me llegan ofertas solo porque me veo como mexicana y hablo inglés, pero no se trata de eso. En realidad sigo picando piedra para demostrar que mis cualidades como actriz van más allá del color de la piel. ¿EN QUÉ MOMENTO SUPISTE QUE AL FIN TE HABÍAS ABIERTO LAS PUERTAS A HOLLYWOOD? Cuando llegué a Sundance con Goats, la segunda película que produje. Yo siempre había ido a ese festival como fan, a ver cinco o seis películas, y por primera vez estaba del otro lado, en ese otro grupo tan selecto. Es como el mayor reconocimiento a mi trabajo. Supe entonces que estaba haciendo bien las cosas.


[jesús quintanar]

CINE 28|10|2012 [producciones x marca]

Y esa no ha sido la única muestra de que Olga está haciendo algo bien. La primera película que produjo, Marcelo, fue invitada a participar el nueve de noviembre en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2012. “Es mi primer hijo, el que está hecho con mucho amor, pero con más nervios”, dice. Además, este 12 de octubre se estrenó The Mule, donde comparte créditos con Sharon Stone, “una actriz a la que siempre he admirado y ahora es casi un sueño verme en la pantalla a su lado”, cuenta. Finalmente, el 15 de noviembre se estrena Hidden Moon, la película que filmó con Ana Serradilla. Algo está haciendo bien, aunque no sabe qué es. Hace lo único que ha sabido hacer toda su vida: convertirse en camaleón. “La clave es siempre poder adaptarte y crecer. Hacer lo que tengas que hacer lo mejor posible, aprender lo más rápido y sobrevivir. Al final, de eso se trata la vida”, concluye. D

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| OFICIO DE TINIEBLAS | POR GUSTAVO GARCÍA

Le encargo un cafecito No es la historia más difícil de entender en el mundo: según ésto, allá por 1924, llegó a las costas chiapanecas el inglés John McGee (Hugo Speer), con una esposa embarazada y una mata de café africano. La primera murió en el parto de Emily (María de la Fuente) y la segunda no producía por las malas artes del indígena xenófobo Iquibalám (Sami Samir). Pasan los años; Emily crece, la mata no y John bebe en compañía de Monseñor (Juan Ignacio Aranda, indispensable en toda película histórica); llega de Venecia Gerónimo Manchinelli (Jaime Camil), que ha cultivado con éxito café en Guatemala; Emily debe agregar el véneto a las lenguas que habla ya con soltura (español, inglés y zoque) pues brota el amor. Se atraviesa el indio Julián (Horacio García-Rojas) traficante de esclavos, también enamorado de Emily (en aquellas soledades); John y Monseñor ofrecen a la joven a Gerónimo, para que surta de plantas, y a Julián, para que surta mano de obra, en aras de que se dé el café chiapaneco. El aderezo son las incertidumbres de si el Soconusco se mueve aparte, si Chiapas va para Guatemala o para México y, en consecuencia, si la esclavitud es legal o no. Y todo esto es contado en flash back por una joven (Isabella Roch) que, ahora, quiere colocar su cosecha de café a la empresa Corazón de Café, socia de las pastelerías El Globo. Tampoco es difícil entender que el gobierno de Juan Sabines en Chiapas haya aportado una buena cantidad de millones para la filmación de este elogio al empeño empresarial, detrás del cual está precisamente la cadena de cafeterías que da título a la película, Chiapas, the heart of coffee; cuesta más trabajo entender la presencia fantasmal de un lacandón castrato que canta temas de Hëndel y de Vivaldi, según el gusto del auditorio (a falta de radios), que cada vez que se emociona Iquibalám ruja un jaguar en la banda sonora o que si en la época actual se pide un café en el negocio patrocinador, se oiga una canción sobre los ríos y las montañas del sureste mexicano, o que, en caso de duda narrativa, se acuda a imágenes de las cascadas de Agua Azul (los célebres “patitos” de Orol), o que el título, al menos en la campaña publicitaria (y los créditos en pantalla) sea en inglés, quizá en homenaje al fallido fundador de la industria. El director, Alejandro González Padilla, había evidenciado su gusto por las producciones ambiciosa, complicadas y lucidoras con Regresa (2008); si no temió al vasco, y a una reencarnación mexicana de un alma renacentista europea, menos a esta abigarrada acumulación de ocurrencias, sostenidas por la sorprendente eficacia de sus actores (Mónica Huarte, Speer y De la Fuente compensan como pueden el estilo declamatorio de Camil y unos diálogos atorados por el pequeño asunto de que cada quien habla un idioma diferente); pero tiene que cumplir a demasiados jefes, que exigen desde exaltar las bellezas del estado, o que se vea bueno, bonito y barato, hasta que se antoje el café o se asuma, en un abrazo fraternal y redentor, que la riqueza de un estado nació de unos enamorados y un traficante arrepentido. No cuesta trabajo entenderlo, pero sí justificarlo. Chiapas, el corazón del café/ Chiapas, the heart of coffee. Dirección y argumento: Alejandro González Padilla. Fotografía: Fabián Monroy. Música: Odilón Chávez. Intérpretes: Hugo Speer, Jaime Camil, María de la Fuente y Sami Samir. México. 2012.

RESPUESTAS... 1. Para no atender el llamado del Ejército de su país. Ya después anuló la boda. 2. Un tal Hipólito, nomás tres tiros le dio. 3. Según El Piporro, “le decían El Minero porque tenía oro en la boca, plata en las sienes y plomo en las patas”. 4. Era dealer y con ello adquirió muchos compromisos que luego le pasarían factura. 5. Nomás nueve balazos, en la mano, cara, boca y piernas. Sobrevivió y se hizo famosísimo (y millonario) como rapero. 6. “Nothing from Nothing”, con la banda del pianista Billie Preston. 7. Porque la mayoría son “un banquete de estado y cumbres económicas; una catarata de páginas secas de cualquier vida, sabor y color”. 8. A decir del ex primer ministro, porque ambos “éramos a nuestro modo gente manipuladora, capaz de percibir con rapidez las emociones de los otros y de jugar instintivamente con ellas”. 9. Las memorias de Arnold Schwarzenegger Desafío total. Mi increíble historia, recién publicadas. 10. “Jamona”.

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| MULTIMEDIA | POR HÉCTOR RIVERA*

DÍAS DE MIEDO Hay quien enfrentó aquellos días y los recuerda aún hoy como de supremo espanto cotidiano. Hace 50 años, en 1962, el pueblo cubano vivió las que han sido sin duda las más tensas jornadas de su historia desde los días de la revolución. Se codeaban todo el tiempo con el miedo y la muerte, en particular durante 13 días del mes de octubre. Para impedir una invasión estadunidense, el gobierno de la desaparecida Unión Soviética, en acuerdo con Fidel Castro, había instalado en la isla varios misiles, que fueron detectados por los servicios de espionaje del presidente John F. Kennedy. En el contexto de la Guerra Fría, la negativa de rusos y cubanos a desmantelar ese armamento y la amenazante insistencia de Estados Unidos dio lugar a lo que se denominó como la Crisis de los Misiles, que marcó a varias generaciones dentro y fuera de Cuba al vivir todos bajo la amenaza de una inminente guerra nuclear. Esos días de miedo fueron recordados por los medios recientemente luego de que el gobierno estadunidense hiciera públicas dos mil 700 páginas del archivo de la Seguridad Nacional que documentan lo que sucedió entonces, en particular los comunicados que dan cuenta de los supuestos esfuerzos de Kennedy para resolver el asunto de la mejor manera, negociando con el gobierno cubano. Por supuesto, los documentos no abundan sobre los muchos planes para deshacerse de Castro ni sobre las intenciones de los estadunidenses de regresar al control de la isla con todos sus beneficios. En estos días, cuando el ex mandatario cubano está de nuevo en los medios, que sospechan otra vez su discreto fallecimiento a los 86, vino detrás de la desclasificación de los documentos, que prueban la supuesta buena fe de los estadunidenses al tratar de revertir los hechos de la Revolución Cubana, una noticia ampliamente difundida que a más de uno le habrá arrancado una sonrisa: en aquellos días, Castro habría “reclutado” con urgencia y a modo de refuerzo ante lo que estaba por venir, los servicios de soldados, técnicos y oficiales que estuvieron unos 20 años antes al servicio del derrotado ejército nazi de Adolfo Hitler. Difundida por un diario alemán, Die Welt, que recordó así el cincuentenario de la Crisis de los Misiles, la pequeña historia tiene como fuente a los servicios de espionaje de la Alemania Occidental, que habrían detectado el arribo a la isla de unos cinco mil soldados soviéticos a bordo de 15 navíos. Los cubanos, de acuerdo con la información de los espías alemanes, estarían en disposición de disparar los cohetes unos cuantos días después, en noviembre de 1962. En realidad, lo que habría que recordar ahora es el hecho histórico de que los misiles fueron desmantelados a partir de un acuerdo que ha mantenido a los cubanos a salvo hasta ahora de una invasión estadunidense. Un acuerdo que como sea habla de la obligada buena voluntad de las tres partes en aquellos días cuando todos vivieron con miedo. D *Profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa

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IMÁGENES

[archivo]

POR ALEJANDRO LEAL Y LUCÍA M. VALLE

COLUMNA 28|10|2012

EN CARTELERA TERROR EN SILENT HILL 2 Secuela del filme de 2006, abunda en el oscuro universo desarrollado en las múltiples entregas del videojuego de supervivencia y horror en el que se basan ambas cintas. Heather (Adelaide Clemens), quien está por cumplir 18 años, descubre que la personalidad con la que ha crecido es falsa, siendo atraída al pueblo de Silent Hill, existente en una dimensión alterna.

CAZANDO A BIN LADEN Más importante que la película es la historia detrás. Apenas muerto Bin Laden los derechos fueron dados a H. Weinstein, luego hubo protestas tanto por el uso del nombre del indio Gerónimo en el título original —tuvo que cambiarse— como por su fecha de estreno, cercana a la elección presidencial —se supuso apoyo a Obama—. Al final trocó los cines por su estreno en TV de paga.

DVD/BLU-RAY

SOMBRAS TENEBROSAS

BLADE RUNNER 30 ANIVERSARIO

Barnabás Collins retorna de entre los recuerdos de la televisión de la mano de Tim Burton en la dirección y Johnny Depp encarnando al vampiro, papel que le significa mucho al ser éste irredento fan de la telenovela sobrenatural Sombras Tenebrosas (Dark Shadows, 1966-1971). Con sentido del humor y el toque de gótica elegancia tétrica que lo caracteriza, Burton hace regresar de la tumba a Barnabás en 1972, lo que además de colocar al personaje en el contexto temporal inmediato al de la teleserie le permite travesear con la música y la estética de la época, mientras Barnabás recobra la gloria de su familia y el odio de la bruja que lo maldijo.

En 1982 Ridley Scott estableció con Blade Runner un nuevo estándar estético y narrativo para el cine de ciencia ficción. El Blu-Ray Book conmemorativo incluye cinco versiones del filme: la rara Workprint de prueba (con el inicio alterado, sin narración de Deckard sino hasta el final, sin final feliz, con líneas alteradas entre Roy y Tyrell, y musicalización alterna); la estrenada en EU (con voz en off); la internacional (más violenta); la Versión del Director (1992) que inserta la escena onírica del unicornio y omite tanto la voz en off como el final feliz, y The Final Cut (2007) restaurada y remasterizada con escenas y diálogos agregados.

EN LA TELE

LOCO Y ESTÚPIDO AMOR

PEACOCK

Cal (Steve Carell), orillado al divorcio por su mancornadora esposa (Julianne Moore), está dolido y quiere recuperar su masculinidad. Presto a ayudarle, el donjuanesco Jacob (Ryan Gosling) le brinda sus conocimientos para sacarle jugo a su inesperada soltería. HBO OESTE, DOMINGO 28, 19:30 hrs.

John (Cillian Murphy), quien tiene desorden de personalidad múltiple, es un huraño empleado bancario que en la intimidad de su hogar es Emma. Tras un accidente su alter ego queda expuesto, pero nadie sospecha de su secreto. Ahora ella anda suelta por el pueblo. I.SAT, DOMINGO 28, 20:20 hrs.


[video cine] [editorial aguilar]

ANA SERRADILLA

Debut en TV: Chiquititas, 1998. Debut en cine: El duende del reloj, 2000. Otras películas: Cansada de besar sapos y Cars 2.

ANA SERRADILLA

“MUY TORCIDA, LA PRENSA DEL ESPECTÁCULO” por Héctor González

Pese a ser española de nacimiento, Ana Serradilla se considera absolutamente mexicana, tan es así que ya no tiene el acento castizo. Convertida en uno de los rostros más identificables del espectáculo, salta con notable facilidad de la televisión al cine o al teatro. Su próxima incursión en la pantalla grande será con la cinta Luna escondida, de José Bojórquez, a estrenarse en los próximos días. ¿DE NO SER ACTRIZ, QUÉ SERÍA? En mis ratos libros practico el dibujo y la pintura. Soy fan de Leonora Carrington y Remedios Varo. Me quedé con ganas de estudiar psicología y de profundizar en los clavados, es un deporte que de verdad me fascina. ¿QUÉ ES LO MÁS INJUSTO DE LA ACTUACIÓN? Hay gente tremendamente valiosa y muy preparada que no tiene oportunidad en el medio. Y también al contrario, hay personas a las que ni siquiera les pasó por la cabeza dedicarse a esto, pero de pronto les cae la oportunidad de desarrollar papeles extraordinarios. ¿SE PRIVILEGIA EL FÍSICO SOBRE EL TALENTO? No sé… depende de la carrera que quieras llevar. Desde luego que el físico te marca, es tu herramienta para interpretar; claro que muchas veces se juzga por la apariencia para bien o para mal. Ser bonita te puede dar pero también negar ciertos papeles. ¿EN QUÉ PELÍCULA LE HUBIERA GUSTADO ACTUAR? En El marido de la peluquera, que por cierto es mi película favorita. En general me fascina el cine francés. EN SU PRÓXIMA CINTA INTERPRETA A UNA MUJER QUE LUCHA POR SUS SUEÑOS. ¿SU SUEÑO YA SE HIZO REALIDAD? Nunca hay que dejar de soñar, pero tampoco hay que crearse falsas expectativas o empecinarse con los sueños porque nos podemos crear castillos en el aire y luego el golpe es muy duro. Hay que ser 16

realistas y tener buenas bases para que los sueños tengan una razón de ser. ¿VE TELEVISIÓN MEXICANA? Casi no. Ahora que he estado haciendo teatro, he visto bastantes obras y además prefiero el cine. ¿SE HACE BUENA TELEVISIÓN EN MÉXICO? Ha bajado mucho la calidad de los programas, pero entiendo que la televisión es un negocio y tiene mucho que ver con el espectador. Mientras el televidente no sea más exigente y deje de dar rating a los programas de poca calidad no van a mejorar las cosas. Es un compromiso de ambas partes. ¿AQUÍ INCLUYE A LAS TELENOVELAS? Principalmente. El melodrama es un género maravilloso pero ha sido golpeado por las telenovelas que no son más que refritos. ¿QUÉ MÚSICA ESCUCHA EN CASA? Amo la música alternativa, el rock indie. Mi grupo favorito son los Pixies, moría de ganas por ir a verlos, pero no pude porque tenía obra. LE PUEDO DECIR QUE ESTUVO MUY BUENO SU CONCIERTO. ¡No me digas!, ¡qué envidia me das! ¿LA FAMA SE SUFRE O SE PADECE? Ambas cosas. Perder tu privacidad es de las cosas más tristes que le pueden suceder a un ser humano; que de pronto quieras tener un momento de intimidad y no puedas porque alguien te pide autógrafo. ¿ANDA TRANQUILA POR LA CALLE? Ando muy tranquila y vivo la vida como cualquier persona. Si necesito privacidad trato de evitar lugares donde puede haber prensa. Si quiero ir a la playa, prefiero una playa virgen, donde será más difícil que me encuentren. ¿QUÉ PIENSA DEL PERIODISMO DE ESPECTÁCULOS? Está muy torcido y debería haber una ley que nos protegiera del abuso de información o del uso de ciertas imágenes, porque no se imaginan el daño que pueden ocasionar. D

| EL SANTO OFICIO | POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

KID PAMBELÉ La locura comenzó la noche del 28 de octubre de 1972, en el Gimnasio Nuevo Panamá, cuando el colombiano Antonio Cervantes Reyes, mejor conocido como Kid Pambelé, despojó al local Alfonso Peppermint Frazer del título de los welter junior de la Asociación Mundial de Boxeo, al noquearlo en el décimo episodio. En la ciudad del Canal, ante su público, Peppermint cayó tres veces en ese round; la última para no levantarse. Tenía el rostro destrozado por los jabs precisos y letales de Cervantes, convertido en implacable verdugo y en nuevo campeón del mundo. Ese fue el principio de una demencial carrera al precipicio. Pambelé amaneció como el máximo ídolo de un país acostumbrado al fracaso. Los empresarios y políticos, los vividores de toda laya lo vieron como apetecible botín y el ego se le infló sin remedio con el venenoso humo de la fama, los halagos y el dinero. En el libro de Alberto Salcedo Ramos El oro y la oscuridad. La vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé (Aguilar, 2012), el cartujo descubre a este personaje admirado por Gabriel García Márquez, frecuentado por presidentes de la república, inmortalizado en poemas y canciones como aquella donde, a ritmo de vallenato, Carlos Vives dice: “Voy a contar una historia/ de un héroe que tengo./ Todos vivimos la euforia/ nos queda el recuerdo”. Cervantes escapó de la pobreza a punta de trancazos. Nunca esperó el éxito. Aunque era fuerte y pegaba duro, no sabía boxear y su colección de derrotas aumentaba en cada combate. Un escándalo —al parecer una pelea arreglada— lo llevó a Venezuela, donde el manager Melquíades Tabaquito Sanz limó sus defectos hasta hacerlos desaparecer y le enseñó los secretos del arte de la fistiana. Era un boxeador imponente cuando se enfrentó a Peppermint Frazer, a quien volvería a vencer en la revancha, noqueándolo en el quinto round. Era disciplinado y buena gente; nada en él presagiaba al demonio de los siguientes años, cuando las drogas y el alcohol lo llevarían a desbaratar a sus familias —tenía dos esposas reconocidas y varias amantes—, a la cárcel, al manicomio, de regreso para siempre a la miseria. La vida de Kid Pambelé, la manera como malgastó su patrimonio, su prestigio, su cordura, detona el recuerdo de algunos ídolos caídos del boxeo mexicano. Ricardo Pajarito Moreno, por ejemplo, llevaba tapones de oro en su Cadillac del año y encendía sus cigarros con billetes de cien pesos. Al final, luego de muchos escándalos y muchas mujeres, de largas noches de borrachera y marihuana, murió en la más absoluta pobreza en un gimnasio de Durango, donde dormía sobre cartones extendidos en el piso. Es la misma historia —con sus matices— de Rodolfo Chango Casanova, José Toluco López, Rubén Olivares, Carlos Zárate y tantas otras figuras inolvidables de un deporte hermoso y violento en el cual las caídas más dolorosas —nocauts sin cuenta de protección— no suceden dentro sino fuera del ring. Queridos cinco lectores, el Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. D


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