Dominical No. 29

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[ESPECIAL]

03|03|2013 · NÚM. 29

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El Figueroa, rastreador de migrantes p̈ĻŎ vĂ͚

"No dejo que la fama afecte mi vida personal"

EL BRILLANTE GOLPE DE 170 SEGUNDOS


REPORTAJE 03|03|2013

EL FIGUEROA, RASTREADOR DE MIGRANTES En medio de la permanente violencia que padecen los centroamericanos al cruzar territorio mexicano, muchos de ellos desaparecen sin dejar huella. Encontrarlos es tarea incumplida de las autoridades y solo la solidaridad humana los rescata

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por Alejandro Almazán

Por qué cree usted que los traficantes de personas amenazan a Rubén Figueroa, un treintañero sin un peso en la bolsa? A) porque él también es pollero; B) porque es un indocumentado; C) porque en México se mata a la gente como si estorbara; D) porque desde hace año y medio se dedica a buscar migrantes vivos. Si piensa que la respuesta A es correcta, se equivoca: es cierto que Rubén sabe quiénes son los grandes traficantes en el Golfo y cuáles son sus mañas, pero no tiene el corazón tan endurecido como para ensangrentar destinos. Podría ser la B, solo que se me escapó un dato: Rubén fue migrante durante cinco años y no volverá a serlo jamás. La C tiene mucho sentido ahora que en este país se mata por capricho. Pero si cree que la respuesta es la D, entonces esta historia puede interesarle.

Rubén me dirá que haber venido a Guadalajara para buscar al joven hondureño Óscar López Enamorado podría ser el caso más difícil que haya tomado. Pero eso me lo dirá hasta mañana. Ahora es medianoche y Rubén mira por la ventanilla del autobús al cual nos hemos trepado. Por lo que me platica supongo que no alcanza a ver el futuro, pero sí su pasado: los aguaceros que inundaban Villa San Manuel, las casuchas amontonadas y el suelo lleno de hoyos donde se arrastró mientras aprendía a caminar, los ríos que fueron contaminados cuando los petroleros llegaron a Las Choapas para cercenarlo todo, y ese día en que su padre salió temprano de la Villa y nunca más regresó. Se acuerda también de la vez en que su madre, doña Emilia, se resignó al abandono del marido y cómo ella se percató que era infeliz. Intenta acordarse de la mañana con truenos en que doña Emilia se llevó a sus hijos a Huimanguillo y terminaron de arrimados en casa del abuelo. Recuerda los pantalones rotos, el carrito sin ruedas, la tierra que se echaba a la boca, los perros dormilones, los huevos duros que lo hacían ensalivar, el pantano atestado de cocodrilos donde nadie metía siquiera un dedo y todas aquellas horas muertas en que, encaramado en los árboles, pensaba que la vida era muy injusta. Se remonta a aquel día en que doña Emilia comenzó a lavar ropa ajena y cómo, pasadas las semanas, pudo llevar carne por primera vez a casa. Evoca el río limpio de Mezcalapa, donde los chicos de su pueblo flotaban para sentir cómo el agua jugaba con sus cuerpos y ahora entiende que los mangos, las guanábanas y los plátanos que comían no eran tan buenos como decían. Recuerda las aventuras en los recodos con sus amigos El Tyson, El Capi, Cando y El Tilo. Rememora cuando su hermana María, apenas cumplidos los 10 años, tuvo que trabajar de sirvienta y él debió abandonar la secundaria por falta de plata. Le duele todavía pensar en los mosquitos que le chupaban la sangre y en aquella tarde cuando su hermano Fredy fue encarcelado por un pleito callejero. Se acuerda de aquellas noches en que escuchaba a los mayores 02

decir que la única manera de salir adelante era irse a Estados Unidos, un lugar que él solo sabía que estaba arribita de México. Recapitula esa ocasión en que El Berna, un chico del pueblo, le dijo que él tenía un hermano en Texas y podía pagarles los coyotes en cuanto cruzaran. Le lleva casi 10 minutos contarme que él no estaba resignado a la mediocridad, que él quería ser alguien, que no tardaría en comprarle una casa a doña Emilia, en regalarle ropa a su hermana y en pagarle un abogado a Fredy. Me cuenta que sonsacó al Tyson para irse de indocumentados y que fue a la cárcel a despedirse de su hermano. “Nomás que si no pasas, no te aferres, Rubén, porque es malo llevarle la contraria al pinche destino”. Recuerda que El Tyson y él pudieron juntar mil 500 pesos, dinero que en 1999 todavía alcanzaba para algo, y evoca la manera tan dolorosa en que doña Emilia lo despidió. Platica del camioncito viejo que los llevó a Villahermosa, del autobús incómodo en el que recorrieron Tampico y Monterrey, y cómo en ese viaje plano les costó trabajo aceptar la redondez de la Tierra. Me habla de su llegada a Piedras Negras, de los enganchadores que olieron la carne fresca de sus 16 años y de cómo a

todos les comenzó a parecer peligroso el momento. “No sabíamo nada del mundo, no sabíamo qué hacer”, me dice Rubén con ese acento tabasqueño, donde las "S" finales suelen atascarse a mitad del paladar. Entonces me dice que se arrodillaron y le pidieron al Sagrado Corazón que le avisara a Dios que tres de sus hijos lo necesitaban con urgencia.

&$62 Me acuerdo que fue a principios de noviembre de 2011, porque la primera caravana de madres centroamericanas andaba por San Luis Potosí. Guadalupe Rivas, una señora de Nicaragua con un corazón bien grandote, me había hablado de su hijo, Max Rivas, desde hacía meses. “Ayúdame a encontrarlo, Rubén; un pariente en Guatemala dice que mi muchacho se fue a Chiapas”, me platicaba por teléfono y no se me ocurría qué contestarle. En ese’ntonces, el Movimiento Migrante Mesoamericano no hacía búsquedas. Pero quién era yo pa’quitarle la esperanza a Guadalupe. Hablé con Elvira Arellano y con Marta Zárate, mis jefas, y ellas se entusiasmaron con la idea de ir a buscar a Max. Solo había un problema: dinero. Hubieras visto lo trabajoso que fue pedir prestado; creo que


[MARCO UGARTE/ AP]

REPORTAJE 03|03|2013

apenas juntamos 500 pesos. Con eso me fui a Chiapas. El contacto en Guatemala me había dicho que la última vez que Max le había hablado le contó que trabajaba de gallero en Tuxtla Gutiérrez. Pero en Tuxtla no fue fácil la búsqueda. La gente fue apática y no ayudó de mucho. Hasta como a los dos días pude contactar a un señor que se dedicaba a las peleas de gallos. Él me mandó con otra y esa otra con alguien en Bochil. “Conozco al que me describes, pero se llama Max Funes”, me dijo el gallero de Bochil. “Lo vi hace como tres años en la feria de Berriozabal”. Mi pensamiento me dijo que Max Funes era Max Rivas y ai te voy a Berriozabal. Cuando eres nuevo en esto la cagas y yo me la pasé preguntando todo un día por él, en vez de buscar a los galleros. En la mañana, fui a casa de uno y me dijo que Max Funes era su amigo, nomás que, hasta donde sabía, era colombiano. Me dio su dirección y le caí en la casa. Me abrió un gordo, moreno y de bigote. Si Guadalupe me hubiera dicho que ese era su hijo, yo no le hubiera creído. No se parecía en nada a la descripción que traía. “Estoy buscando a Max Rivas”, le dije y lueguito, pa’no darle oportunidad de nada, le solté: “Me dicen que eres tú”. Él se me quedó viendo como si enfrente tuviera a un pinche loco. “Pos yo no soy”, me contestó y a mí casi se me cayó la cara de vergüenza. Lo único que se me ocurrió fue platicarle de Guadalupe. Le conté que desde hacía cinco años estaba buscando a Max, que en esos momentos andaba en la caravana con la esperanza de encontrarlo, que estaba enferma del azúcar, que ella se había hecho cargo de los cinco hijos que Max dejó en Guatemala y que solo quería volver a abrazarlo. Él se disculpó por no poder ayudarme, pero anotó mi número y el de Guadalupe por si sabía algo. Yo no me fui tan convencido, pero ni modo que lo forzara. Fue hasta el 2012 que el bato le habló a Guadalupe. ¿Y qué crees? Sí era Max Rivas, tenía 38 años, estaba por casarse y me había mentido porque pensó que yo era un güey de migración. El movimiento logró que se reencontraran en la segunda caravana y Guadalupe me dio uno los abrazos más amorosos que yo recuerde.

volví a saber de él”. Me dice que lloró mucho por El Tyson, que quiso regresarse a su pueblo, pero Berna habló con otro coyote y ahora sí pudieron tocar tierra firme: Austin, Texas. Le cala acordarse de que el hermano de Berna solo pagó por éste y él se quedó más de tres días encerrado en una bodega, hasta que ocurrió un golpe de suerte: la policía hizo una redada y Rubén salió corriendo. “Me subí al coche de un chavo de Monterrey y él me llevó hasta un rancho, a las afueras de Jiuston”. Me cuenta que ahí pasó 15 días, que solo entonces habló con su madre, que le contó de El Tyson, y que unos amigos de su hermana María le mandaron dinero para que se trasladara a Virginia. Rememora aquella babel de voces en el autobús, sus nuevas súplicas a Dios para que no lo detuviera la migra y el alma samaritana de una pocha que lo cuidó durante casi todo el viaje a Virginia. Me habla de todos los oficios en los que trabajó en Martinsville, de sus problemas para entender el inglés, de su mudanza a Durham, en Carolina del Norte, y de cómo en la soledad uno va perdiendo el temor. Antes de que se quede dormido, Rubén me habla de Betsy Divers, una estadunidense de padres argentinos que conoció en la iglesia. “Ella formó mi vida, me enseñó inglé, me hizo entender que lo’ migrante’ somo’ una fuerza importante y que no debían verno como si fuéramo’ animale’”. También me cuenta que ahí comenzó a masticar la idea de regresar a México y cómo, después de cinco años en Estados Unidos, volvió a Huimanguillo, abrazó a doña Emilia, supo que El Tyson estaba vivo y se fue a Oaxaca a trabajar con unos misioneros. Ya luego, de vuelta a Huimanguillo, gastó todos sus ahorros por dar de comer a los indocumentados que bajaban del tren. Fue entonces cuando conoció a Elvira Arellano y se metió a trabajar en el Movimiento Migrante Mesoamericano. Alguna vez leí que el altruismo era una mentira porque, en realidad, en ese acto no había compasión ni amor. Después de conocer a Rubén, creo que tiraré ese libro.

"EL HOMBRE DEBE SABER QUÉ NECESITA EL OTRO Y DEBE DÁRSELO, YO YA CUMPLÍ"

Todavía vamos camino a Guadalajara, y ahora Rubén reconstruye los dos días que él, El Tyson y El Berna pasaron metidos en unos cuartos pulgosos de Piedras Negras. Recuerda a los coyotes que quisieron robarlos y otros que amenazaron con matarlos. Evoca los minutos que les llevó desnudarse para pasar el río Bravo, los 40 kilómetros que caminaron con un guía borracho, las horas que debieron detenerse para que el guía recuperara la sobriedad y el momento en que se vieron rodeados de agentes de la Border Patrol. “Ahí no sentimo miedo, sentimo curiosidad, porque era la primera vez que veíamo a un gringo”. Repara en cómo los deportaron y cómo intentaron cruzar de nuevo, solo que aquella segunda ocasión se les atravesaron los de la DEA. “Berna y yo corrimo pa’un lado y Tyson pa’otro; nunca

&$62 Servelio Mateo se salió de Honduras cuando cumplió los 18 años. Entró a México por Tenosique en el 2001. En una parada del tren se bajó porque traía harta hambre. Mendigó en las casas y, cuando regresó, vio que el tren ya se había pelado. Imagínate lo cabrón que fue pa’Servelio: no conocía a nadie y no sabía leer ni escribir. Anduvo vagando por Tenosique hasta que unas gentes le dieron trabajo en un rancho. Nunca pudo comunicarse con

su mamá, porque en su pueblo nomás por la radio comunitaria saben de uno. Quiso regresar a Honduras, pero pa’ntonces Los Zetas ya andaban matando a mucho migrante y se quedó. Todos los domingos iba a la estación del tren pa’ver si veía a alguien de su pueblo y le ayudaba a hablar por teléfono. Ya sé que te suena increíble, si quieres hasta tonto, pero el migrante es así en cuanto llega a México: se esconde, se le impone el miedo, se le acaba el mundo. Servelio pudo hablar dos veces con su mamá y después desapareció. Todo lo que te estoy contando de Servelio lo supe hasta que resolví el caso, así que será mejor contarte desde el inicio. Quién sabe quién le contó de mí a Silveria Campos, pero por agosto de 2012 me llamó pa’pedirme que buscara a su hijo. Ella me dijo que Servelio le había dicho que estaba en Tabasco y no más. Yo estaba en Tenosique, porque suelo ayudarle a Fray Tomás en el albergue de la 72. Con mis contactos, rastreamos en hospitales, en las cárceles. Nada. Fui a la radio y alguien de Tlacotlalpan llamó pa’decirme que allá había un bato que se llamaba Heriberto y checaba con la descripción que di. En esto de la búsqueda, cada dato es una pista y no puedes desperdiciarla. Llegué con Heriberto. Era hondureño, pero no era Servelio. Pa’mi suerte, Heriberto me dijo que él había conocido a un bato en Jalapa y me dio las señas pa’llegar. Tardé como dos días pa’encontrar la dirección. Ahí vivía un güey que tampoco era Servelio. Ya cuando me iba, la esposa salió y me dijo que ahí cerquitas, en la colonia Calicanto, ella había visto a un hondureño, que era el yerno de doña Carmen. Y pos ai te voy a buscar a doña Carmen. Me abrió, le platiqué de mí, del movimiento, de Silveria y la doña nomás se me quedaba viendo. Después de media hora, le habló a su hija y, cuando salió, le dijo: “Buscan a tu marido, a Servelio”. La esposa se puso a llorar y me dijo: “A Servelio le va a dar mucho gusto saber de su familia, siempre se pone triste por su mamá; ya hasta quería ir con la señorita Laura, la de la televisión, pa’que le ayudara”. Servelio llegó al ratito y se puso a chillar como niño. Trabajaba de albañil y, aunque era muy pobre, se veía que era un buen hombre, un buen padre. Quise marcarle a Silveria hasta Honduras, pero ya no tenía saldo en el teléfono. Me metí a internet y en el féisbuk le pedí a la raza que me prestaran una recarga. Como a la media hora alguien me puso saldo. “Señora, ya encontramos a su hijo”, le dije a Silveria y se lo pasé. Pinche corazón se me revolvió. Fue hasta octubre de 2012, cuando hicimos la segunda caravana, que Silveria pudo reencontrarse con Servelio después de ocho años. Silveria no quiso quedarse con su hijo. Le pregunté que por qué, si ya había encontrado a Servelio. “Todos los desaparecidos son mis hijos”, me dijo y siguió en la caravana con nosotros.

Un indocumentado hondureño espera el paso de La Bestia en las afueras del DF

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[FELÍX MÁRQUEZ/ CUARTOSCURO]

REPORTAJE 03|03|2013

Madres centroamericanas de la caravana "Liberando la Esperanza" en Amatlán de Los Reyes, Veracruz.

[MOYSÉS ZUÑIGA SANTIAGO/ CUARTOSCURO]

A Rubén no le agradan las hipocresías. Tampoco le gusta la vida mundana. No fuma. No bebe. No lee. No sabe lavar. No tiene dinero —toda su riqueza cabe en una pequeña mochila Wilson: dos jeans, cuatro playeras que le regalaron los de Amnistía Internacional, un desodorante que irrita, un cepillo de dientes, un toalla y una sábana roídas, unas tijeras que nunca ha utilizado, una clavija, su pasaporte, algunos calzoncillos, una hattah, una computadora vieja que alguien le donó y un bolígrafo que a veces no pinta—. Rubén tampoco come tacos que cuesten más de seis pesos. No se siente cómodo cuando usa zapatos —siempre que puede se pone unas sandalias—. No comulga con ciertas ideas del poeta Javier Sicilia. No sabe dibujar. No puede dormir más de cuatro horas seguidas. No confía en el gobierno ni confiará. No entiende qué hace Ana Gabriela Guevara como presidenta de la Comisión de Migración en el Senado. Nunca deja que lo humillen por sus rasgos indígenas. No tiene tiempo para buscar novia. No le gusta practicar el inglés. No hay hora en que quiera conectarse a Facebook. No cree en el feminismo. Y no sabe si Dios existe, pero está seguro de que debe haber una fuerza porque, de lo contario, no estaría vivo.

&$62 < 0(',2 En la caravana de madres del año pasado, traía el gusanito de ir a buscar a Brígido Mateo López en Veracruz. En Honduras, Tesia, su mamá, me había contado que el bato tenía casi 10 años desaparecido y un primo suyo, que todavía está de ilegal en Estados Unidos, me había dicho por teléfono que Brígido ya no se llamaba así, sino Wilfredo Pacheco López. “Ese fue el nombre que me dio la última vez que hablamos”, me dijo el primo. “¿Y no te platicó dónde vivía?”, le pregunté. “Pos le oí algo de Veracruz, algo cerca del mar”. Yo, que soy adicto al Google, me metí y puse el nombre de Wilfredo. De volada me apareció una nota de un año antes, donde decía que el albañil Jesús Wilfredo López había sido detenido por una riña en la colonia Ortiz Rubio del puerto de Veracruz. Te va a sonar muy acá, pero mi pensamiento me dijo: “Ese cabrón es Brígido”. Si no fui de inmediato fue porque estábamos organizando la caravana y porque no tenía dinero. Pero cuando la caravana llegó a Tlaxcala, dije: “Orita es cuando”. Pa’ntonces ya se había corrido el rumor entre las mamás de que yo iba pa’Veracruz a buscar a un desaparecido. Eso envalentonó a Paola Bolonesi, la coordinadora de las madres nicaragüenses, pa’decirme que, ya 04

El hondureño Rubén Figueroa habla con migrantes cerca de Irapuato, en busca de sus connacionales desaparecidos que iba pa’Veracruz, buscara al hijo de María Teodora Ñamendi, la más anciana de la caravana. “En tus manos pongo el caso de Francisco Dioniso Cordero”, me dijo Paola. “Doña Teodora no puede morirse sin saber dónde está su hijo”. La única pista de Francisco era una carta que había mandado hacía 25 años. ¡Imagínate! Total que con esas dos búsquedas me fui a Veracruz. Rodrigo Soberanes, un camarada del DF, me puso en contacto con Félix Márquez, un fotógrafo de Cuarto Oscuro y AP. Cuando me recogió en la central camionera llegó con Nacho Carbajal, reportero de La Jornada, y con Ángel Ramos, de la agencia Imagen del Golfo. Te hablo de ellos porque les debo mucho. Ellos fueron los que me dijeron que ir a la colonia Ortiz Rubio era peligroso, que era territorio Zeta, así que primero fuimos a buscar a Francisco. La dirección que venía en la carta sí existía, pero habían construido una nueva casa hacía 10 años y ahí no sabían nada de Francisco. Los tres compas que te digo y yo nos pusimos a preguntarle a los vecinos. Una viejita nos dijo que quizá era el fontanero que había vivido ahí. “Lo vi hace como un mes en el mercado, tengo su tarjeta, espérense”, nos dijo y la trajo lueguito. Ahí venía la dirección y teléfono del fontanero. Fuimos. Allá nos abrió una

jovencita que nos hacía muchas preguntas raras y nosotros pensábamos que el fontanero era al que estábamos buscando. Como la jovencita nomás nos daba vueltas, opté por hablarle por marcar el número del fontanero. No quise arriesgarme y de entrada le dije que él era Francisco y que necesitaba verlo. El bato me pidió que lo fuera a ver a un taller y pos ai te vamos. El fontanero nos contó que él era boliviano, que incluso ya era ciudadano mexicano, pero nos dijo que conocía a un señor de apellido Cordero, que iba mucho a un grupo de alcohólicos anónimos y nos llevó con la suegra. Apenas le conté a la señora a quién buscaba, se llevó las manos al pecho y dijo: “Es mi yerno”. Yo todavía estaba que no me lo creía cuando la señora volvió a decirnos: “Miren, va llegando”. Volteamos y vimos que Francisco venía en una motito. Le conté de su mamá y se soltó a llorar. “Yo pensé que ya estaba muerta”. Francisco fue sandinista. Salió huyendo de Nicaragua pa’que no lo mataran y, apenas se asentó en Veracruz, comenzó a escribirle a su mamá. Dejó de hacerlo porque cada carta que mandaba se la rebotan. Ahora tiene tres hijos y ha superado el alcoholismo. Cuando les hablé a Elvira y a Martha pa’contarles, les pedí que no le avisaran a la mamá, a Teodora, porque me daba miedo de que le diera un infarto. Quedamos que yo


[FELÍX MÁRQUEZ/ CUARTOSCURO]

COLUMNA 03|03|2013 [DOUGLAS HEALEY/AP]

Al localizar al nicaragüense Francisco Dionisio Cordero en el puerto de Veracruz le iba a decir y me regresé a DF. La bronca fue que en la mañana la noticia ya se sabía: mis compas la habían publicado. Cuando llegué al DF me contaron que a Teodora se le había bajado la presión. “Mijo, no tengo con qué pagarte”, me dijo apenas la vi y lloramos los dos. Después regresé a Veracruz a buscar a Brígido. Los compas de la prensa que te digo y yo anduvimos pregunte y pregunte en la Ortiz Rubio. Lo único que hemos conseguido saber es que Wilfredo Pacheco López sí es Brígido y que salió de la cárcel hace poco. Por eso te digo que este es el caso tres y medio, porque me falta verle la cara a Brígido. Pero ya regresaré. Quiero darle una buena noticia a Tesia, la mamá.

La última amenaza que recibió Rubén fue hace unos días en Tenosique. Un tipo fue al albergue de la 72 a advertirle que se cuidara o terminaría convirtiéndose en un festín para los gusanos. “Tú sabes cómo corre el agua, hijo de la chingada”, le dijo el matoncillo aquel de forma más pedagógica. Rubén también ha recibido llamadas anónimas, ha sido hostigado por los militares y la policía y, meses atrás, unos hombres armados que fueron enviados por la Procuraduría General de la República entraron a la 72 sólo para joder. “Estoy dispuesto a que me rompan la madre”, me dijo Rubén en octubre pasado, cuando lo conocí. “E’parte 'e mi trabajo”. Si bien la experiencia de verse perseguido por toda esta clase de simios le ha enseñado a no intimidarse por el tono y la placa, el cuatro de mayo de 2011 ocurrió algo más grave. Resulta que Rubén, Elvira Arellano e Irineo Mújica venían trepados en ese tren que los migrantes llaman La Bestia. La idea era, junto con los indocumentados, unirse a la gran marcha del silencio contra la violencia que había convocado Javier Sicilia. Cuando salieron de Ixtepec, Oaxaca, de un camionetón que parecían potro salvaje se asomó un tipo con un cuerno de chivo e hizo alarde del rifle. No disparó, pero con sus ademanes les dejó en claro que podría hacerlo sin sentimiento de culpa alguno. Más adelante, en Orizaba, bajaron del tren para hacer una marcha a orillas de las vías. Apenas llevaban 10 minutos manifestándose cuando aparecieron tres camionetas Suburban negras. De ellas descendieron más de 10 hombres con pistolas hasta por debajo de la lengua. Uno, el más bravucón, se acercó a Rubén, a Elvira y a Irineo y les dijo: “Ya los andamos cazando, déjense de meter”. Entonces se fueron los pistoleros y las alertas comenzaron en la red de ONG. Al final, ni la denuncia del propio Sicilia en Topilejo, Morelos, donde pidió garantías de seguridad y protección para los caravanistas, tuvo respuesta alguna. —Arriesgan mucho el pellejo, Rubén. —Pos sí, pero si nosotro' no hacemo' algo, no hay nadie má' que vea por el migrante.

“El nuevo terror de lo’ indocumentado’ en el Golfo son lo’ Mara’”, dice Rubén, con su acento tabasqueño, mientras pica un plato de frutas. “Lo Zeta son quiene’ lo’ protegen”. En la mesa, Rubén afila las ideas. Me cuenta que si Los Zetas secuestraban, extorsionaban, violaban y mataban, ahora sus trabajadores, los Maras, cobran 100 dólares a cada migrante por subirse al tren y, si no pagan, lo avientan a la vía. Los Maras también se están dedicando a la trata de mujeres y a la prostitución infantil. “Son gente que comete mucha cobardía”. Rubén también piensa que a Enrique Peña le importan un carajo los migrantes. “Salió igualito a Felipe Calderón”, dice ahora que se empuja el café. “Él nomá’ quiere quedar bien con lo gringo, por eso orita hay mucho grupo de choque que nomá’ quiere exterminar a lo' migrante”. De los gobiernos estatales tampoco espera buena voluntad. De hecho, cree que son peores. “En el de Veracrú’, la señora que ve lo de lo migrante se la pasa pidiendo dato’ por féibuk y luego dice que e’ una académica chingona”. Rubén ahora come unos huevos fritos y habla de la persona que más trae marcada: Emeteria Martínez. Ella era una hondureña que se volvió activista el día en que desapareció su hija. Siguió en las caravanas de 2011 y 2012, a pesar de que ya la había encontrado después de 21 años. “Ella me inspiraba, era un símbolo de la esperanza”, cuenta el rechoncho Rubén. “La vi en diciembre, en el hospital, porque había sufrido un derrame despué’ de la caravana; le dije que su historia estaba marcada por la búsqueda de la vida; ella levantó la mano en señal de victoria y yo la besé; en enero me hablaron pa’decirme que había muerto; su muerte me rompió la madre”. Rubén se levanta de la mesa, pero no quiere seguir sin contarme su lema: “El que no camine en tu camino, no siente tu sentir”.

326'$7$ El jueves 14 de febrero, Rubén me mandó un mensaje al celular: “Alex, lo encontré!!!”. Rubén se refería a Brígido, el hondureño perdido en Veracruz. Hablamos por teléfono, lo escuché orgulloso. “El caso tres y medio ya está completo”, le dije, y lo imaginé con sus ojos pulidos de emoción. Él me contestó: “El hombre debe saber qué necesita el otro y debe dárselo, y yo ya le cumplí a la mamá”. '

| LA HORA DEL LOBO | POR FEDERICO CAMPBELL

LA PERSONA Y EL PERSONAJE El teatro es el lugar de la metamorfosis que, tocado apenas, consuma la transformación de la criatura en personaje. —Luigi Pirandello Hemos de hablar ahora de Philip Roth, el gran novelista estadunidense que nació en Newark, Nueva Jersey, en 1933. Una de sus últimas novelas —últimas porque ha declarado que jamás volverá a escribir— lleva por título La humillación (Ed. Mondadori, Barberà del Vallès, 2010). ¿De qué trata? Trata del final de una vida, por obra implacable del tiempo y la entropía biológica. Esta caída se manifiesta de pronto en Simon Axler, uno de los más importantes actores de su país, cuando siente que ha perdido su magia. No puede seguir actuando. “Salir a escena era un sufrimiento. Su talento estaba muerto”. Y esa impotencia súbita no deja de relacionarse, en la mente del lector, con el abandono anunciado del propio Philip Roth en el sentido de que nunca más volverá a escribir. En el fondo de lo que se ocupa la novela de Roth es del problema de la creatividad humana, es decir, de la imaginación. ¿Por qué de pronto un artista, un pintor, un músico, un escritor, se paraliza? O, en general, ¿cómo es que un ser humano de repente, ya grande, sobre los 50 años, pierde el rumbo de su vida y se cae? La elección del actor como protagonista de este dilema aparece asimismo en una novela del irlandés John Banville, Eclipse. Lo que está en juego es la identidad personal, su fragmentación en diferentes “personas”, porque si bien la novela es una amplia reflexión sobre el teatro y la vida como gran teatro del mundo, también es cierto que no deja de ser una metáfora sobre el yo dividido. En La humillación de Philip Roth está siempre presente la opción del suicidio. El autor de El lamento de Portnoy y El escritor fantasma todo lo dice narrando, acaso porque siempre ha sabido que el arte de contar una historia —como decía Walter Benjamin— no permite dar explicaciones ni adelantar teorías como en una conferencia. Lleva a su personaje a un sanatorio psiquiátrico y allí Simon Axler se relaciona con una mujer lesbiana y prosigue el descenso a su infierno personal. Se obsesiona con las obras en las que el protagonista se suicida: Hedda Gabler, Otelo, la señorita Julia, Casio, Bruto, y no cede ante las súplicas de su agente teatral que le ha conseguido un papel principal en una obra dirigida por un director importante. Estoy acabado, dice. Algo en mí se murió. Ya no puedo ser otro, vivir otras vidas, desdoblarme en otros personajes. Ya no sé quién soy. Philip Roth es de los grandes autores en lengua inglesa y tal vez el más productivo. A nadie podría asombrarle que le dieran el premio Nobel. Ha querido hacer la Gran Novela Norteamericana y dice estar cansado. "No escribiré más. Ya lo que tenía que decir lo dije". Por lo pronto ya entró en la historia. Ha sido el gran intérprete de la cultura judía que, en los estados de la costa atlántica norteña, ha encontrado su asiento natural, más que en Israel. Con el paso de los años, cada vez más, de una generación a otra, la fusión de los inmigrantes ha cuajado en el alma colectiva de Estados Unidos a la que el enorme y admirable escritor ha dado voz y seguirá dándosela en su libros más allá de su muerte, desde esa tumba sin sosiego que es una biblioteca. ' 05


ENTREVISTA 03|03|2013

EL WEA: DE LA ARMÓNICA AL PANCRACIO Por su carisma ha logrado ser uno de los favoritos de la banda en espacios distintos pero igual de tumultuosos; tanto, que hoy le basta salir al escenario o al cuadrilátero para recibir una gran ovación en sus dos facetas: como músico y como luchador

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por Jorge Almazán R.

ay momentos en que, pese a sacar las mejores notas de la armónica, Rafael Salgado no quisiera ser El Wea, sino El Justiciero Vengador, pues aunque la lucha libre es su verdadera vocación, no pudo ser su manera de vivir. Sin el tradicional cinturón en el que descansan sus 15 armónicas cuando sube a un escenario, El Wea para de blusear, se sube a la tercera cuerda de la Arena México y vuela sobre uno de sus tres camaradas, una fémina incluida. La Comandanta, con los que echa maroma de vez en vez. Al término de su incursión en el mundo del pancracio, agitado y sudoroso, Rafael Salgado platica con MILENIO Dominical. ¿TU VIDA HA SIDO LO QUE ESPERABAS LUEGO DE 28 AÑOS COMO ARMONIQUISTA DE EL TRI? Sí y no. Para mí, la música es una manera de ganarme la vida, sea con El Tri o con mis presentaciones de blusero con el grupo Domicilio Conocido, junto a Carlos Villalobos y Víctor Méndez, pero la verdad quisiera estar en el ring, aplicándole llaves a los técnicos, porque soy rudo de corazón. ¿QUERÍAS SER LUCHADOR? Así es, desde chavito, pues aunque me gustaba tocar la armónica, bastó con ver la película Santo contra el rey del crimen (Federico Curiel, 1961), en la que un chavo como yo descubre que su papá era Santo y cuando crece le toca a él ponerse la máscara, para saber lo que quería. Por eso le insistí a mi mamá, cuando vivíamos en Tacuba, que me llevara a la arena y fue en la Coliseo donde vi a Black Shadow, Mano Negra y El Perro Aguayo, todos iban empezando, se daban con todo y yo quería hacer eso. ¿POR QUÉ NO LO LOGRASTE? Pues a los 11 años comencé a entrenar natación, y sin que mi mamá supiera (porque me dejaba verla, pero no jugar a las luchitas), también a la lucha libre. Me cai que le entré con todo, porque quería ser un grande, pero cuando cumplí 14 el maestro me mandó a la chingada. ¿DE PLANO NO LA HACÍAS? Nel, el profe me dijo que no me iba a permitir practicarla porque tengo un defecto en el oído derecho desde que nací, aunque sí escucho. Me recomendó que mejor me dedicara a mis armoniquitas, porque ésas la comencé a tocar a los nueve años. Le insistí, pues yo quería ser como Carlot Lagarde, El Copetes Guajardo, El Solitario o El Ángel Blanco, pero no quiso. Chance si me hubieran dejado ahorita sería una leyenda como El Fantasma, Mil Máscaras o Blue Demon, que hicieron de las suyas en la Arena México y la Coliseo, pero me dediqué a correr y hoy me gusta andar en bicicleta. ASÍ QUE DEJASTE A UN LADO LA LUCHA LIBRE… Pues estaba terco en ser parte de los ídolos y hasta diseñé una máscara para llamarme El Justiciero Vengador, una 06

combinación de El Rostro y otro luchador más, y me salió un diseño propio, pero no la mandé hacer, es una lástima, pues los dibujos los perdí dado que mi vida ha sido nómada. Nací en el 25 de octubre de 1956 en una clínica de banqueros de la Del Valle, luego mi madre se cambió a Coyoacán, después me llevó al estado de Guerrero, regresamos al DF y nos establecimos en Tacuba. Luego, en la Bondojito y otras colonias, y con los cambios de casas se perdieron los recuerdos físicos, hasta cartas de unas chavas de la escuela.

"CUANDO PUEDO ME SUBO AL RING Y ME ECHO MI PALOMAZO LUCHÍSTICO..."

¿POR ESO SEGUISTE EL CAMINO DE LA MÚSICA? Sí, anduve por ahí tocando, y la neta me iba bien. Luego me conoció Alex Lora, me dijo que le entrara con El Tri, y toqué para su disco Simplemente las rolas “Violencia, drogas y sexo” y “Metro Balderas”, y a la fecha estoy ahí; como te decía, también hago tocadas de blues por mi cuenta, hasta en Estados Unidos. Pero lo chido es que nunca dejé de ir a las luchas y por accidente me relacioné con los de la Arena México, hace 18 años; como anunciador estaba Victorino, que en paz descanse, él era un ‘don’, reportero, columnista, tenía un programa de radio y me involucró en una exposición que hicieron en el pasillo de la México. Ese día le dije que incluyeran música, me respondió que yo la trajera y que fuera rock. ¿CÓMO TE FUE CON ESO? La llevé y a la fecha yo la pongo, porque resultó que a Victorino le gustó tanto que me pidió que se las pusiera a los luchadores cuando caminaban al ring. El primero fue Míster Niebla, quien acababa de regresar de Alemania y Francia. Así fue como me hice de amigos luchadores como El Negro Casas y Heavy Metal, hermanos rocanroleros, y luego de los hermanos Mil Máscaras, Sicodélico y Dos Caras. Bueno, hasta conocí a Alberto del Río cuando él tenía 17 años. Hoy la música sigue cuando los gladiadores salen a partírsela, gracias al Consejo Mundial de Lucha Libre, que de plano me abrió las puertas en la Coliseo y la México. ¿LES PLATICASTE QUE QUERÍAS SER COMO ELLOS? Sí, y que siempre me gustaron las llaves, que era muy aficionado a la lucha y algún día pensé ser como ellos. Pero lo chido es que gracias a la música que les ponía, de acuerdo con sus personalidades, poco a poco me fui clavando más en la onda de los costalazos y mi ilusión de darme en la madre arriba del ring creció. ¿Y YA LOGRASTE PARTÍRTELA EN EL ENCORDADO? Me invitaron a participar cuando Atlantis cumplió 25 años de luchador, salí con todos ellos por los pasillos y la neta se siente una adrenalina muy distinta a cuando me subo al escenario para darle a la armónica. Muchas veces me subí al ring cuando la arena estaba vacía, pero esa vez, neta que la vibra está de poca. Me aventé un par de maromas y me bajé, porque no soy profesional, fue más como un numerito muy bien hecho. ASÍ QUE CONOCES A LOS LUCHADORES SIN LA MÁSCARA… Solo a algunos. Pero la magia radica en no saber quiénes son


[JESÚS QUINTANAR]

ENTREVISTA 03|03|2013 [ARCHIVO]

en realidad, porque cuando he tenido la oportunidad de convivir con ellos, da gusto cómo son en la vida real, aunque no usen máscara en el ring. Todos se quitan las capucha y se tratan muy chido. Arriba son gladiadores, adversarios, luchadores que buscan la victoria… cabrones que provocan en el público miedo a un chingadazo cuando los tienen cerca. Abajo son compañeros de profesión… amigos que se echan la mano cuando se necesita, en verdad grandes personas. ¿LE HAS PROPUESTO A ALEX LORA QUE ALGUNA VEZ SE JUNTE EL TRI CON GLADIADORES PARA HACER UNA FUNCIÓN DE ROCK Y LUCHA? Mejor te cuento esto: estábamos de gira con El Tri en Estados Unidos y nos tocaba viajar de Portland a Houston, y cuando nos subimos al avión, me llevo la sorpresa de que ahí estaban los de la WWE: Big Show, John Cena y Rey Misterio, a quien conocí

cuando luchaba en México, y nos saludamos. Me cai que sigue siendo una buena persona. A quien no vi, porque estaba en primera clase, fue a Alberto del Río. Ni modo, me hubiera gustado platicar con él. SI HOY PUDIERAS CAMBIAR LAS ARMÓNICAS POR EL ENCORDADO, ¿LO HARÍAS? No tengo que pensarlo, ¡por supuesto! Te decía que vivo de la música, pero mi amor por la lucha es más grande. El rock y el blues han sido mi alimento, pero pudiera aplicar la “de a caballo”, llave que inventó el gran Santo; “la quebradora”, “el martinete”, “el martillo”, “el Cristo” y aventarme de la tercera cuerda, sería completamente feliz... Pero ni hablar, cuando puedo me subo al ring con los amigos, me echo mi palomazo luchístico y a seguirle en el rocanrol. Eso sí, los viernes, si no hay tocada, a la México o la Coliseo a gritar por los rudos. '

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CRÓNICA 03|03|2013

EL BRILLANTE GOLPE DE 170 SEGUNDOS CALIFICADO DEL ROBO MÁS GRANDE DE LA HISTORIA EN AMBERES, "LA CAPITAL MUNDIAL DE LOS DIAMANTES", EL HURTO SUCEDIÓ EN EL AEROPUERTO DE ZAVENTEM, DE DONDE UN COMANDO SUSTRAJO MÁS DE 300 MILLONES DE EUROS EN ESASJOYAS Julio I. Godínez Hernández / Bruselas

)

ue el crimen perfecto. Por su limpieza, el asalto millonario del lunes 18 de febrero llevado a cabo en el aeropuerto internacional Zaventem, en Bélgica, bien pudo haber sido planeado por el fallecido John Seybold, aquel escurridizo ladrón de joyas estadunidense que publicó en 1975, bajo el pseudónimo de Frank Hohimer, un libro con sus confesiones como perfeccionista atracador profesional y cuya historia inspiró la magnífica y casi desconocida película Ladrón (Thief, 1981) de Michael Mann. Igual que Seybold, los autores del ahora conocido como el robo más grande de la historia en Amberes, "capital mundial de los diamantes", tuvieron la exactitud de un comando perfectamente bien entrenado: entraron velozmente, sustrajeron su botín sin detonar un solo disparo y escaparon sin dejar evidencia alguna más que la expuesta falta de seguridad de uno de los aeropuertos que se supone más vigilados del mundo, por ser posible blanco de ataques terroristas, y a través del cual circulan cientos de millones de dólares en diamantes diariamente. Lunes 18 de febrero. En los hangares del aeropuerto de Zaventem, minutos antes de las 20:00 horas. El sexto y último vuelo del día entre esta capital y Zúrich, Suiza, de la línea aérea Swiss LX789, operado por la compañía Helvetic Airways, es preparado para su salida programada para las 20:05 horas. Dentro del avión, los pasajeros terminan de ajustar sus pertenencias y reciben las últimas instrucciones de la tripulación de cabina. Afuera, en el hangar, los operadores de equipaje concluyen la carga del avión. Ahí mismo, el piloto y el copiloto finalizan, además, una inspección visual de la aeronave. En ese momento, una pesada camioneta blindada y una segunda minivan de custodia, ambas de color blanco y azul con logotipos de la empresa Brink's Diamond & Jewelry, hace su arribo al hangar donde se mantiene estacionado el avión tipo Fokker 100 de Helvetic Airways. En el interior de la camioneta hay una valiosa carga: 120 paquetes con diamantes en bruto y pulidos, además de algunos otros objetos de valor que tienen como destino la ciudad de Zúrich, punto desde donde serán distribuidos a otros destinos en diferentes partes del mundo. El personal de Brink's comienza el descenso de la valiosa carga de la camioneta blindada entre las sombras y sin que los pasajeros se percaten del movimiento. Uno a uno, los 120 paquetes son depositados con cuidado en el compartimiento de carga del avión sin que, aparentemente, nada esté fuera de lo programado. La salida del vuelo LX789, que tomará una hora y 10 minutos a su destino, está próxima. La presencia de la suntuosa carga no es casualidad. A exactamente 42 kilómetros del aeropuerto de Zaventem, la principal terminal aérea del país, se encuentra la que es conocida como “la capital mundial de los diamantes”, la ciudad de Amberes. En este bullicioso e histórico puerto se comercializan ocho de cada 10 diamantes en bruto y 50 por ciento de esas piedras ya pulidas del mundo. El pujante comercio de esas gemas en Amberes es tal que en 2011 se calculó que las ganancias de los mil 850 comerciantes registrados en esa ciudad ascendieron a 42 mil millones de euros, aproximadamente 10 por ciento del Producto Interno Bruto del país. 08

EL PUJANTE COMERCIO DE PIEDRAS PRECIOSAS EN ESTE PUERTO REPORTÓ GANANCIAS POR 42 MIL MILLONES DE EUROS EN 2011

Cada día, de acuerdo con el Centro Mundial del Diamante de Amberes (CMAO, por sus siglas en neerlandés), por este aeropuerto sale 90 por ciento de los diamantes provenientes de Amberes en unos 600 paquetes, lo que equivale a entre 150 y 200 millones de dólares en estas joyas compuestas de carbón cristalizado que fascinaron en el siglo XIII al famoso viajero Marco Polo. A pesar de que en la década de los setenta se perdieron 35 mil empleos en Bélgica a causa de que el trabajo de pulido de las rocas se trasladó de Amberes a la India y China, por el bajo costo de la mano de obra, la gran experiencia y tradición de los pocos talleres que aún quedan en la ciudad hace que los diamantes más valiosos y especiales sigan siendo ahí labrados. En Amberes maestros joyeros les dan forma redonda, ovalada, cuadrada o, incluso, de corazón a esas piedras. Así se pueden recordar piezas como “La promesa de Lesotho”, el decimoquinto diamante más grande jamás encontrado, con un peso de 121 gramos, el cual fue adquirido en 2006 por 12.4 millones de dólares por una compañía sudafricana que tras analizar la pieza decidió dividirla en 26 diamantes únicos perfectamente trabajados precisamente en Amberes, los cuales se vendieron en 50 millones de dólares. El comercio de diamantes en esta ciudad se ha beneficiado más desde la puesta en marcha del llamado Proceso de Kimberley, un acuerdo global que asegura que las piedras cumplan con las características requeridas, ya que registra el peso, corte, color y calidad de cada una; y, aún más importante, que no se trata de “un diamante de sangre”, como se califica a los obtenidos a través de la explotación de personas principalmente en regiones del continente africano como Sierra Leona. Este mismo protocolo ha hecho que hoy las joyas hurtadas sean más difíciles de vender en mercados formales, por lo cual los contrabandistas continúan usando el activo mercado negro. Aeropuerto de Zaventem, 19:47 horas. Una camioneta negra Mercedes Benz Vaneo y un lujoso Audi A6 entran en el estacionamiento contiguo al edificio corporativo de la aerolínea Brussels Airlines y de la academia de vuelo Sabena, localizados sobre la avenida Ringlaan, al oeste del complejo de la terminal aérea. Al fondo del estacionamiento hay una malla metálica que divide las instalaciones de operación del aeropuerto (pistas de aterrizaje y despegue, hangares y talleres) de las oficinas de las diferentes aerolíneas y servicios auxiliares de la terminal. Ahí, al cobijo de la noche y aprovechando la carencia de vigilancia o, como sospechan ya las autoridades, bajo la complicidad del personal, el comando rompe la malla y desliza los dos autos a través del agujero hasta un pequeño prado, para luego tomar la vía que circunda las pistas del aeropuerto. Una vez dentro, a toda velocidad ambos vehículos toman dirección a los hangares, como si se tratara de un camino que conocen en ese pequeño trayecto cercano a 1.5 kilómetros.


[ESPECIAL]

CRĂ“NICA 03|03|2013

[ERIC VIDAL/ REUTERS AGENCIA] [NOMBRE

LOS MAYORES ROBOS DE AĂ‘OS RECIENTES

)(%5(52 < '( Atraco al Diamond Center de Amberes. El botĂ­n fue valorado en cerca de 100 millones de euros. Agentes de seguridad del puerto aĂŠreo cercano a Baruselas aseguran las puertas un dĂ­a despuĂŠs de los hechos

',&,(0%5( '( Hangares del aeropuerto de Zaventem, 20:00 horas. La carga estå depositada y los guardias de la empresa Brink's listos para partir. De repente observan dos unidades con sirenas azules que se acercan a ellos. El lugar se llena de confusión al ver que uno de los vehículos tiene insignias de la policía belga. De los autos descienden un grupo de sujetos encapuchados, fuertemente armados y vestidos como agentes de la policía. Inmediatamente amagan a los guardias de la empresa Brink's, al piloto y al copiloto de la aeronave, que misteriosamente aún permanecían debajo del avión en esos momentos, sin que hasta el momento se conozca si se trataba de un protocolo normal. Los guardias de Brink's no oponen resistencia alguna y siguen las instrucciones de los asaltantes, quienes, según el diario belga La Dernière Heure, les hablaban en francÊs. Ahí, en la plataforma, los 120 paquetes que contienen los diamantes y otros bienes son råpidamente sustraídos del avión y trasladados a la minivan y al Audi. Para los comerciantes de diamante de Amberes, en su mayoría judíos que poseen en la ciudad una cuadra completa extremadamente vigilada y restringida al trånsito, el asalto en el aeropuerto de Bruselas no era un crimen desconocido. Hace casi 13 aùos, el 31 de octubre de 2000, un vuelo de la compaùía alemana Lufthansa se disponía a iniciar el embarque, en una de las pistas de la misma terminal aÊrea, cuando una camioneta de transporte de valores se acercó lentamente a la bodega trasera del Airbus A-319 que transportaría el embarque para cargar siete cajas con diamantes a Fråncfort. En ese momento otra camioneta blanca con logos de Avia Partners, una empresa de servicio, se acercó y los falsos operarios se llevaron un botín de 15 kilogramos de diamantes valuados en seis millones de euros.

Aeropuerto de Zaventem, 20:05 horas. En menos de tres minutos los ocho asaltantes, al mĂĄs puro estilo de la cinta La gran estafa (Ocean’s Eleven), aquel remake de Once a la media noche (1960) de Lewis Milestone, concluyen el trabajo en el hangar del Helvetica sin realizar un sĂłlo disparo y sin que nadie, ademĂĄs de los guardias de la empresa de seguridad, el piloto y el copiloto, se dieran cuenta. Sobre los potentes autos y con las cĂĄmaras de seguridad grabando, los asaltantes regresan a toda velocidad hasta la apertura en la malla que les permite escapar con su jugoso botĂ­n del agitado aeropuerto de la ciudad, sede de las instituciones europeas. El convoy toma lo que serĂ­a el perifĂŠrico de la ciudad de Bruselas y se encaminan a Zellik, una poblaciĂłn ubicada al noroeste de esta capital. En una calle de esta localidad descienden de la minivan Mercedes y le prenden fuego. MĂĄs tarde se sabrĂ­a que tenĂ­a un reporte de robo y que sus dueĂąos originales la utilizaban como taxi; el otro auto, el Audi, tenĂ­a matrĂ­cula francesa, tambiĂŠn con reporte de robo. De los asaltantes, nada, ni una sola pista. Martes 19 de febrero, Bruselas, 14:00 horas. La programaciĂłn radial se interrumpe cada hora para escuchar una cĂĄpsula de noticias: “La noche de ayer un comando armado entrĂł en el aeropuerto de Zaventem para robar un valioso cargamento de diamantes y otras joyas —dice la voz de la locutora. El botĂ­n, segĂşn calcula la portavoz de Antwerp World Diamond Centre (la fundaciĂłn que representa los intereses de esta industria), ascenderĂ­a a 37 millones de euros (unos 50 millones de dĂłlares). Se trata del golpe mĂĄs importante a la pujante industria de la joyerĂ­a de un paĂ­s que ha resistido la crisis del euroâ€?. Un dĂ­a despuĂŠs, se sabrĂ­a que las joyas podrĂ­an alcanzar los 350 millones de euros, el golpe sin duda fue importante y ejecutado en tan sĂłlo 170 segundos. '

Roban 26.5 millones de libras en una sucursal del Northern Bank en Belfast, Irlanda del Norte. La acciĂłn se atribuye a terroristas irlandeses del IRA.

)(%5(52 '( Roban diamantes y joyas por un valor de 75 millones de euros en el aeropuerto de Ă msterdam.

)(%5(52 '( Roban 53 millones de libras en un banco del condado de Kent, Reino Unido.

',&,(0%5( '( Un grupo sustrae 85 millones de euros en joyas de Harry Winston, una de las joyerĂ­as de ParĂ­s.

$*2672 '( Roban joyas valoradas en mĂĄs de 40 millones de libras en la joyerĂ­a Graff Diamonds de Londres. j y

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[ARTURO BERMÚDEZ]

por Juan Alberto Vázquez

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Respuestas pág. 13

CONSEJO EDITORIAL JESÚS RANGEL ALFREDO CAMPOS VILLEDA JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. CORRECCIÓN ALEJANDRO DE LA GARZA FOTOGRAFÍA ARTURO BERMÚDEZ DISEÑO BRAULIO MONTES/Editor SALVADOR VÁZQUEZ/Concepto MARIO FUANTOS/Diseñador

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[LUIS M. MORALES]

| MUSICÓPATA | POR JAIME ALMEIDA

CÁNTENME UNA DE BOND En la pasada entrega de los Premios Oscar de la Academia del Cine Estadunidense, la canción tema de la película Skyfall de James Bond, interpretada por la cantante inglesa Adele, se llevó la estatuilla en la categoría de Mejor Canción Original. Y a pesar de que las películas realizadas en torno al arrojado agente secreto internacional siempre han tenido canciones muy populares, ésta es la primera vez que una de ellas finalmente logró quedarse con el Oscar. Entre los aspectos más emblemáticos de las 23 películas producidas en torno a James Bond están las canciones tema. Desde el estreno en 1962 de Dr. No, la primera cinta de la serie que llegó a la pantalla, hasta Skyfall la última, estrenada el año pasado, han transcurrido 50 años. En este lapso, las canciones tema de las producciones se han convertido prácticamente en un género musical propio y muchas de ellas ya se consideran como clásicas de la música del cine. Sin duda, la melodía más conocida de toda la serie es el “Tema de James Bond”, un instrumental escrito por Monty Norman y arreglado en jazz por John Barry. Esta obra ha sido utilizada como fanfarria de acompañamiento para todas las secuencias iniciales en las que se ve a Bond del otro lado del cañón de una pistola. Pero han sido las canciones interpretadas por grandes artistas las piezas más celebradas por los cinéfilos del mundo. Entre todas las voces del género Bond la cantante galesa Shirley Bassey es la que tiene el record de haber interpretado más temas en la serie. Su voz se escucha en las cintas Goldfinger, Diamons Are Forever y Moonraker. “Live and Let Die”, de Paul McCartney, fue en 1973 la primera canción Bond nominada para el Oscar. No ganó, pero se colocó en el segundo lugar de las listas de popularidad de diversos países. El siguiente tema que estuvo en las ternas del Oscar como Mejor Canción Original fue “Nobody Does It Better”, de Marvin Hamslisch y Carole Bayer Sager, que Carly Simon cantó para la cinta The Spy Who Loved Me. De nuevo la canción se quedó a un paso del triunfo. Vino después la película For Your Eyes Only de 1981 cuyo tema fue interpretado por Sheena Easton. Tampoco tuvo suerte. Ha sido hasta ahora con Skyfall que, en 50 años, una canción Bond por fin se ha quedado con la codiciada estatuilla. Es interesante anotar que del grupo inglés Duran Duran, con la canción de la película A View To a Kill, ha sido el único tema Bond que ha conquistado un primer lugar en las listas de popularidad. El catálogo de artistas que han formado parte del elenco musical en las cintas del agente secreto es impresionante. En él figuran estrellas de la talla de Tom Jones, Nancy Sinatra, Lulu, Rita Coolidge, A-ha, Gladys Knight, Tina Turner, Sheryl Crow, Garbage, Madonna y Alicia Keys, entre otros. Es seguro que en los años por venir el agente 007 volverá a estremecernos con sus aventuras fílmicas. Ojalá que junto a ingeniosos gadgets, dramáticas persecuciones, mujeres bellas y fabulosos escenarios, la serie siga aportando canciones dignas del Oscar al estupendo repertorio Jamesbondiano. Ya aprendieron el camino, ahora solo tienen que seguirlo. D



ENTRTEVISTA 03|03|2013

JUDE LAW

“NO DEJO QUE LA FAMA AFECTE MI VIDA PERSONAL” El británico protagoniza la nueva versión fílmica de Anna Karenina, el clásico de Tolstoi, pero en un montaje teatral que ofrece distintos enfoques y altos riesgos a la actuación, por lo que “es una historia que cobra otro cariz”, asegura

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por Miguel Cane

urgido de la cantera del teatro inglés, Jude Law (Londres, 1972) cobró fama a los 23 años cuando fue nominado al premio Laurence Olivier y viajó a Broadway para protagonizar con Kathleen Turner la obra de teatro Indiscretions, en la que aparecía desnudo y por la cual fue nominado al premio Tony. También ha destacado en cine, como galán romántico y actor serio; ha sido nominado al Oscar por mejor actor de reparto por El talentoso Mr. Ripley y como mejor actor por Cold Mountain, ahora reaparece como un intérprete mucho más maduro, en la nueva versión de Anna Karenina dirigida por Joe Wright (Orgullo y prejuicio, Expiación). Con un estilo teatral que le da otro cariz, la película trata de encontrar un ángulo diferente a la famosa novela de León Tolstoi, llevando a la hermosa Keira Knightley como protagonista. En el filme, Law encarna a su marido, el severo Karenin, un ministro del gobierno zarista con quien tiene un hijo y un matrimonio sin amor, en una historia que cobra hondura cuando ella lo engaña con otro oficial mucho más joven.

¿TENER AL LADO A KEIRA KNIGHTLEY AYUDÓ A CREAR UN BUEN AMBIENTE? Sí, Keira es extraordinaria. Cuando estaba en personaje, yo siempre la trataba como esta jovencita muy ingenua, pues claro, uno se olvida que Keira ya hizo 30 películas y es toda una profesional de la actuación desde que era una niñita. En esta película tuvimos escenas muy intensas e incluso desagradables, de esas que exigen mucho a un actor en el aspecto emocional, y Keira siempre estuvo concentrada, trabajó muchísimo a lo largo de todo el rodaje. Puede decirse perfectamente y sin que suene a hipérbole que ella es el alma de la película. Además, ella y yo ya éramos amigos desde mucho antes, y claro, así todo se vuelve mucho más fácil. ¿POR QUÉ DIRÍAS QUE UNA HISTORIA DECIMONÓNICA COMO ANNA KARENINA SIGUE FUNCIONANDO? Porque es una historia que resulta universal; todo mundo sabe de qué se trata, aún si nunca ha leído el libro; y hay algo muy atractivo en esta historia. Todos hemos experimentado algo parecido, la sensación de sentirnos atrapados en una vida que es la nuestra, pero que nos asfixia. Muchos nos hemos enamorado de alguien que no corresponde a —o en el peor de los casos no merece— nuestro amor. Y, a la vez, está ese mundo que ya no existe: un San Petersburgo y un Moscú que parecen anclados en el tiempo y que, al mismo tiempo, evolucionan rápidamente. Joe hizo una película con un concepto muy peculiar y muy rica visualmente. El espectador queda enamorado, ya sea de los decorados, o del trabajo de cámara... es probablemente la película más hermosa, visualmente hablando, que haya hecho nunca.

"VISUALMENTE ES LA PELÍCULA MÁS HERMOSA QUE HAYA HECHO NUNCA..."

ANTES DE FILMAR, ¿REVISITASTE ALGUNA DE LAS VERSIONES ANTERIORES DE ANNA KARENINA PARA ACERCARTE AL PERSONAJE? No, porque sentí que tenía suerte con esta adaptación que muestra un mapa muy fuerte de temas esenciales del libro. Tom Stoppard es un escritor fabuloso, con un intelecto increíble, y a Joe, el director, le encanta ensayar. Crearon una versión tan apasionada que no me pareció necesario buscar nada por otro lado. Karenin es un personaje muy complejo y usualmente se le considera el villano desalmado de la obra... ¡y no es así! Es un hombre de su tiempo, con unas convicciones muy férreas y un concepto del matrimonio, de la propiedad que es su mujer para él. No es que no la ame, es simplemente que Anna ocupa un sitio en sus prioridades que no coincide con las ideas de ella. Pero eso es algo que sucede en muchos matrimonios, aún hoy en día.

ESTE ES TU PRIMER TRABAJO COMO “HOMBRE MADURO”... ¿CÓMO LOGRASTE LA TRANSICIÓN? Es natural, ¿no crees? Tengo 40 años. Obviamente, tener esa edad hoy en día no es en absoluto parecido a lo que era tenerla en 1873. En ese entonces tener 40 representaba tener más de la mitad de la vida vivida. Fue interesante analizarlo desde la postura de hoy, cuando con esos años, o casi, el mundo sigue lleno de oportunidades y de posibilidades. Me gustó bastante que Joe pensara en mí cuando hizo su terna de actores, sobre todo porque no soy el tipo de actor que usualmente se tiene pensado cuando se busca hacer el reparto de un filme como éste, ni mucho menos para un personaje así. Y yo me moría de ganas de trabajar con Joe desde hace muchos años. 12

¿QUÉ OTRO PERSONAJE DE CORTE HISTÓRICO TE GUSTARÍA REPRESENTAR? ¿Después de Karenin? Hay muchísimos. Por ejemplo, me hubiera gustado hacer a Lawrence de Arabia, que es una película extraordinaria y supongo que habrá sido divertidísima de hacer: miles de personas, camellos, caballos, aquellas batallas... David Lean era un gran genio del cine y Peter O’Toole en esa cinta es dios. Pero no creo en el remake per se, ¿sabes? Creo en las versiones de una misma historia, pero narradas de un modo diferente. El remake escena por escena me parece innecesario. Yo he participado en dos nominalmente —las nuevas versiones de Alfie (2005) y La pista (2008), en ambas interpretando a personajes originalmente encarnados por Michael Caine— y si acepté hacerlos fue porque eran historias muy diferentes a las películas originales. Sí, partían de una fuente común, pero eran completamente diferentes. Y lo disfruté mucho más. TRABAJAS BASTANTE Y POR TODO EL MUNDO EN CINE Y TEATRO, PERO ADEMÁS ERES PADRE DE CUATRO HIJOS. ¿CÓMO HACES PARA ENCONTRAR EL EQUILIBRIO PERSONAL?


[STUART WILSON/ AFP]

CINE 03|03|2013 [LAURIE SPARHAM/FOCUS FEAUTURES]

Trato de mantener el caos a raya, de no dejar que mi trabajo y las consecuencias de éste —ya sabes, la celebridad, su exposición constante, todo eso— entre en lo que es mi vida personal. Mi trabajo es muy importante para mí y soy consciente de que requiere muchas atenciones. Así que intento crear un espacio sagrado en el que pueda estar tranquilo, pasar el mayor tiempo posible con mis hijos, que son las personas más importantes para mí en el mundo. Tengo buenas relaciones con las madres de ellos, relaciones cordiales y de respeto, eso es posible entre la gente civilizada, y por lo mismo, puedo estar con ellos con regularidad y cumplir mis funciones de padre del mejor modo posible, sin tener que pensar absolutamente en nada que tenga que ver con el trabajo cuando paso tiempo con ellos. Y lo mismo aplica cuando estoy en un proyecto. Vamos a ver, soy actor y mi trabajo consiste en entregarme ciento por ciento al proyecto en el que estoy: una película, una obra de teatro. Incluso, una entrevista. Es lo que hago, lo que me gusta hacer. Es difícil hacer ese sesgo entre ambos mundos. Pero es importante tenerlo, para poder lograr el mejor desempeño en ambos ámbitos. '

| OFICIO DE TINIEBLAS | POR GUSTAVO GARCÍA

El precio del pecado Es como anotar un penalty sin portero. Tienes la experiencia de cinco largometrajes, de los cuales dos (Expiación, deseo y pecado y El solista) recibieron la atención de la Academia de Ciencias Artes Cinematográficas de Hollywood; tienes a un dramaturgo, el checo Tom Stoppard, que ha acometido guiones de gran complejidad con enorme éxito (Brasil, El imperio del sol, La casa de Rusia, Shakespeare apasionado) y estás ante el melodrama de adulterio por excelencia, Anna Karenina, cuya eficacia se ha mostrado en cada década del siglo pasado, desde la época silente (siete adaptaciones ente 1907 y 1927), y con una heroína consagrada en los rostros de Greta Garbo (la versión de Clarence Brown), Vivien Leigh (la de Duvivier), Tatiana Samoylova (en la académica soviética de Zarkhi) y Sophie Marceau en la más reciente, de 1997. Una historia que ha sido tema para variaciones; imposible fallar. Pero la portería, el balón y la patada no son una combinación infalible; como dice el conde Karenin (Jude Law) a su hasta ese momento impoluta esposa: todo pecado tiene su precio, Joe Wright cometió varios ahora, y los paga con creces. Su versión de Anna Karenina está marcada por la “revisión”; impensable una aproximación convencional a una historia tan sobada: ahora todo se contará dentro de un espacio teatral (escenario, bambalinas, butaquería que desaparece para convertirse en salón de baile o pista de patinaje) con irrupción de tramoyistas, telones que suben y bajan; ¿estamos enfatizando la sobredramatización del argumento de Tolstoi para contarlo con una distancia brechtiana sanamente irónica? No del todo: no es una teatralización descompuesta cinematográficamente como el Marat-Sade de Peter Brook (1966); peleándole a su ocurrencia original, la recreación de ambientes es minuciosa, el espacio termina rompiéndose en estaciones de trenes (of course), inmensos parajes nevados o campos floridos reales. Y la forma se impone al asunto de tal manera que no hay modo de involucrarse con un melodrama de maridos cornudos; por muy bien caracterizado que esté Jude Law, está desperdiciado en la avalancha de ideas deconstructivas que aflige a la puesta (?) en imagen; que Keira Knightley como Anna y Aaron Taylor-Johnson (que tan bien libró hacer al futuro Beatle en Mi nombres es John Lennon) como Vronski no hagan la menor química y acaben apabullados por decorados que se les vienen encima y les pasan a los lados, ya es un crimen más; incluso la espectacular música de Dario Marianelli suena demasiado, apabulla, como una herramienta más para minimizar a la trama. Wright se dejó dominar por el guionista. Esas ideas desdramáticas a partir de la teatralidad suenan demasiado a autor teatral con arrebatos de genio incomprendido, de “Gran Maestro de la Escena” que demostrará lo que se logra hacer cuando se vincula cine, un clásico de la literatura y el teatro. Un penalty fallado a la vista de todos. ' Anna Karenina. Dirección: Joe Wright. Argumento: Tom Stoppard sobre la novela de León Tolstoi. Fotografía: Seamus McGarvey. Música: Dario Marianelli. Intérpretes: Keira Knightly, Jude Law, Aaron Taylor Johnson y Mathew McFaden. Inglaterra, 2012.

RESPUESTAS... 1. Como “la ciudad menos parecida a Madrid que más se parece a Madrid”. 2. Ochocientas, nada más. 3. 140 millones, según estimaciones. 4. Con El Jefe Bruce Springsteen. 5. “Porque también le gusta a las ratas”. 6. Diez, de los cuáles domina al menos seis. 7. El piano. Su compositor favorito es Mozart, por cierto. 8. La canción “Rapture” incluida en Autoamerican, quinto disco de la banda Blondie, comandada por la rubia y sexy Deborah Harry. 9. Al conquistador Hernán Cortés. 10. Queso Filadelfia, espinaca, pepino, aguacate y camarón empanizado con el alga por fuera.

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| MULTIMEDIA | POR HÉCTOR RIVERA*

LA OTRA VIDA DE SAINT LAURENT La historia de un muchacho argelino empeñado desde niño en hacer carrera en el competido mundo parisino de la alta moda parecería apenas interesante para emprender un proyecto fílmico con ambiciones. Sin embargo, la vida de este joven ha inspirado ya un documental más o menos exitoso y se está iniciando en estos días la filmación de dos películas que recrean su biografía. Porque sucede que este muchacho argelino que llevó el mítico nombre de Yves Saint Laurent se convirtió en poco tiempo en una de las más significativas estrellas polares en el mundo de la moda, más allá del glamour y los excesos de los ricachones. Su aventura creativa derivó en uno de los negocios más consistentes en el complejo mapa de la alta costura internacional. Cuando murió en 2008, a los 71 años, mientras entraba el verano, las cenizas que quedaron de su flacucho cuerpo venerado por millones de ansiosos consumidores en todo el mundo fueron esparcidas en el jardín botánico de Marrakech, en Marruecos. El jardín, al que acudieron para decirle adiós su pareja y heredero Pierre Bergé y su amiga Paloma Picasso, entre un centenar de invitados, era de su propiedad. Representaba sólo una mínima parte de su extraordinaria fortuna. Apenas unos meses más tarde, Bergé organizó con Christie’s la que muchos llamaron “la subasta del siglo”: 733 lotes con la mayor parte de sus bienes reunidos a lo largo de 50 años, desde muebles hasta obras de arte, con un valor de casi 374 millones de euros al final de la venta. Muchos se preguntaron entonces por qué Bergé había puesto a la venta los tesoros de alguien a quien había amado profundamente durante largo tiempo. Mientras registraba con su cámara para un documental cómo los empleados de Christie’s descolgaban y empaquetaban la colección Saint Laurent, el cineasta Pierre Thoretton se moría también de curiosidad. Convenció entonces a Bergé de que le contara su historia de amor con el diseñador. El resultado fue el documental El amor loco. Han transcurrido poco más de tres años desde entonces y Saint Laurent sigue siendo un tema fílmico de enorme atractivo. También su tormentosa relación amorosa con Bergé, un hombre de negocios que a sus 83 es copropietario del diario francés Le Monde y asesor artístico del Teatro Real de Madrid, entre el montón de actividades de todo tipo que realiza. El cineasta Bertrand Bonello se ha conformado con la década que transcurrió entre 1965 y 1976, y que marcó el exitoso despegue de Saint Laurent, para introducirse en su vida en la cinta Yves Saint Laurent en la cual está ahora comenzando a trabajar. Aunque va más atrasada, la cinta que prepara Jalil Lespert promete más. No se contenta con una historia de éxito arrollador. Con la participación de Bergé en el diseño de la historia, la cinta aún sin título habrá de abordar a fondo el amor loco que los unió desde 1958, pero también sus bajas pasiones y sus devastadoras adicciones. D 14

POR ALEJANDRO LEAL Y LUCÍA M. VALLE

[ARCHIVO]

IMÁGENES

EN CARTELERA

COLUMNA 03|03|2013

METAL Y HUESO El certero manejo del melodrama y la poderosa actuación de Marion Cotillard sostienen la anécdota del filme, la cual, abordada de otro modo, contaría una quimérica historia de amor. Stephanie, una entrenadora de orcas que pierde las piernas y queda irremediablemente unida a la brutalidad animal, entabla una relación con otra especie de bestia: el rudo belga Ali (Matthias Schonaerts).

PARKER Jason Statham y Jennifer López se las arreglan para sobrevivir al genérico tratamiento que desarrolla el director Taylor Hackford del criminal creado por el novelista Donald E. Westlake (alias Richard Stark). Si bien Parker ha aparecido en cintas como A Quemarropa (Point Blank, 1967) con Lee Marvin y Revancha (Payback, 1999) con Mel Gibson, nunca había sido llamado por su nombre en pantalla.

DVD/BLU-RAY

ARGO

TED

Con esta Edición Limitada de Argo en steelbook —el filme en Blu-Ray y en DVD— tenemos a la mano la cinta ganadora del Oscar a la Mejor Película. Aborda el insólito episodio en que la CIA va al rescate de seis empleados de la embajada estadunidense en Teherán —que habían escapado a la invasión del recinto por simpatizantes del Ayatollah Khomeini—, con la coartada de la supuesta filmación de una película. Todo acorde al plan del agente Antonio Méndez (Ben Affleck, quien también dirige) y con la ayuda del creador del maquillaje de El Planeta de los Simios y colaborador de la agencia, John Chambers (John Goodman).

Seth MacFarlane, quien condujo la reciente ceremonia de los Oscares y es creador de las teleseries animadas Padre de Familia (Family Guy), Un Agente de Familia (American Dad!) y Cleveland (The Cleveland Show), aplica su sabida incorrección —en grado superlativo— a su debut fílmico: Ted. Un milagro navideño da vida a Ted, un oso de peluche, para que éste sea el amigo de un niño solitario. Con el paso del tiempo, John (Mark Wahlberg) crece como un tipo inmaduro, mientras que el afelpado juguete (Seth MacFarlane) se ha vuelto un ser grosero y mujeriego. Su nexo puesto a prueba cuando Lori (Mila Kunis) quiere formalizar su relación con John.

EN LA TELE

QUADROPHENIA

50/50

Adaptación del álbum y la ópera-rock de la banda The Who, prescinde del aspecto musical enfocándose en la trama. Es 1964 en Inglaterra, Los Mods y Los Rockers se enfrentan a través de la mirada de Jimmy, quien se siente vivo en este ambiente al tener una frustrante vida laboral y familiar. EUROPA EUROPA, MIÉRCOLES 6, 19:00 hrs.

A sus 27 años, Adam (Joseph Gordon-Levitt) es diagnosticado con un cáncer del que tiene 50 por ciento de posibilidades de sanar. Con ayuda de su amigo Kyle (Seth Rogen) y la novata terapeuta Katherine (Anna Hendrick) inicia la odisea de la recuperación, un proceso en el cual aprende lo que verdaderamente vale de la vida. I.SAT, SÁBADO 9, 22:00 hrs.



[JORGE REYES/MEXSPORT] [CUARTOSCURO]

LA BARBIE JUÁREZ

“CREO EN EL PARAÍSO, Y QUIERO ESTAR EN ÉL” por Héctor González Mariana La Barbie Juárez quiere revivir viejas glorias y volver a ser campeona mundial de boxeo; asegura que la feminidad no tiene por qué estar disociada del pugilismo. ¿EL BOX ES VOCACIÓN O NECESIDAD? Empecé a entrenar por vocación. Mi segunda etapa dentro del boxeo es hoy por necesidad, pero aun así creo que ahora lo hago con más pasión, estoy en la mejor etapa de mi carrera. ¿POR QUÉ POR NECESIDAD? Después de que me retiré por lesión decidí ser madre. Vivía entonces en Estados Unidos y regresé a México a arreglar un problema. Por esos días deportaron al papá de mi nena, tuve que quedarme aquí y enfrentar una situación económica muy cruda. Me convertí en madre soltera y la necesidad de mantener a mi hija me obligó a regresar al gimnasio. ¿CUÁNDO ENTENDIÓ QUE EL BOXEO NO ES SOLO COSA DE HOMBRES? Desde siempre lo supe. Mi padre siempre fue muy liberal. Jugué futbol con hombres y ayudaba a mi papá a arreglar su motocicleta. Pero ya grande, cuando entré al gimnasio enfrenté a gente que me quería detener en esto, es más, me tocó estar en gimnasios donde no había baños para mujeres. ¿CUÁL FUE SU NOVATADA EN EL GIMNASIO? Me pusieron a boxear con un muchacho y me pegó fuerte. En el gimnasio me aguanté pero llegué a casa llorando de la impotencia. Tiempo después regresó el chico y ya le pude devolver la golpiza. ¿SE QUEDÓ CON GANAS DE HACER ALGO DURANTE SU ADOLESCENCIA? Como tuve una infancia muy padre en casa de mis papás, no me quedé con ganas de nada. Ahora puedo salir a una fiesta con la tranquilidad de que tengo con qué divertirme y puedo ser una mujer autosuficiente. No minimizo a los hombres, pero me hace feliz saber que lo que tengo me lo he ganado. ALGUNA VEZ LE ESCUCHÉ DECIR QUE LE TENÍA MIEDO A DIOS… Sí, soy cristiana. No temo tanto a la muerte, pero sé que he hecho cosas que no estuvieron bien y por lo mismo intento ser una mejor persona para estar bien con él. Creo que hay un paraíso después de esto y quiero estar ahí.

MARIANA Zde 1980 JUÁRdeE er en o

Nació el 29 Federal. En en el Distrito campeona nó ro 2011 se co categoría de mundial en la el Consejo r peso mosca po , título que eo ox B Mundial de tadunidense es la te perdió an récord actual Eva Knight. Su 16 nocauts. n es de 36-6-3 co

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¿EN VERDAD LOS BOXEADORES TIENEN VIDAS TAN DIFÍCILES? Dice don José Sulaimán que el boxeo es el deporte de los pobres. Necesitas el hambre de querer ser alguien y el coraje de conseguirlo a golpes. Alguien con dinero tal vez pruebe con otras cosas, pero hay círculos donde no hay demasiadas opciones. ¿CUÁLES GOLPES DUELEN MÁS, LOS DE ARRIBA DEL RING O LOS DE ABAJO? Los de abajo. Ahí he vivido situaciones más difíciles, pero que a la larga me han hecho más fuerte. ¿FUERA DEL RING ALGUNA VEZ ESTUVO AL BORDE DEL NOCAUT? Sí. La primera vez que salí de México fue por problemas con mis papás; regresé y enfrenté la misma situación. Fueron golpes muy fuertes pero aprendí a ser feliz con mi hija y a salir adelante. ¿QUÉ LE DEJÓ POSAR PARA PLAYBOY? Quería demostrar que aunque seas boxeadora también puedes ser guapa y femenina. Cuando empecé a entrenar pensaban que era lesbiana. Ahora estamos en una época diferente y ya no somos criticadas por ese tipo de cosas. ¿EN LAS RELACIONES USTED LLEVA LOS PANTALONES? Me he dado cuenta que me gusta dominar, aunque últimamente me he hecho más flexible. Aun así no he tenido mucha suerte porque los hombres se terminan sintiendo menos y a final de cuentas yo acabo haciendo todo. D

| EL SANTO OFICIO | POR JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S.

ELBA EN SU JAULA El cartujo cometió la imprudencia de ver a Elba Esther Gordillo sin maquillaje, desde entonces lo atormentan las pesadillas y no puede cerrar los ojos sin recordarla, ojerosa rendida, detrás de las rejas de los juzgados del Reclusorio Preventivo Oriente. Nunca pensó mirarla así, aunque, Dios lo perdone, lo deseó con el alma. Sin embargo, blandengue como es, lo conmueve hasta las lágrimas su recién estrenada fragilidad, su larga lista de supuestas enfermedades, su provecta edad. Es una anciana cuya legendaria ferocidad se esfumó tan rápido como la flama de un cerillo en una tarde de viento. Un día en la cárcel —el primero de muchos— bastó para amansarla, cuando menos en apariencia, para volver inofensivos sus afilados colmillos. Cuando en la televisión apareció con su uniforme de reclusa, despintada y con la voz apenas audible, el monje murmuró aquella vieja canción de Cuco Sánchez: “A dónde está el orgullo/ a dónde está el coraje…”. No encontró en ella a ninguna guerrera, nada en su actitud revelaba el espíritu combativo, beligerante, ante el cual sucumbieron, por conveniencia y quizá también por miedo, los gobiernos panistas. En el periódico La Razón, Carlos Jiménez narra el momento cuando, en el penal de Santa Martha Acatitla, La Maestra se desprendió de su bolso Louis Vuitton, tan popular entre las profesoras de educación primaria en el país, y de su ropa de diseñador. Era la medianoche del martes, sentada en una banca lloraba y repetía: “Me la hicieron a la mala, fue a la mala”. Dos celadoras le pedían quitarse su lujosa vestimenta y ponerse el uniforme reglamentario, ella no quería. Pensaba, tal vez, en su piel escamosa pero delicada, acostumbrada solo a lo mejor, a las telas más finas, a los más caros afeites; miraba el atuendo carcelario, descolorido, áspero, usado, y sus gimoteos se hacían más grandes. ¿A quién con un poco de sensibilidad no se le derrite el corazón ante una escena como ésta? Con un soplo se derrumbó su castillo de naipes edificado con sangre, sudor y lágrimas de los maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, con un golpe la dejaron tambaleante, al borde del nocaut. Faltaría rematarla, aunque al parecer ya no será necesario cuando es la viva imagen de la desgracia. Esa noche —dice Carlos Jiménez—, La Maestra fue fichada, le tomaron las huellas digitales, le pidieron sus generales y la fotografiaron con su número de presa. Esa noche se acabó su buena suerte. Nadie, excepto sus incondicionales y un fraile sentimental, llora por ella. Le quitaron, literalmente, las garras y ahora es una más en la siempre incompleta lista de políticos corruptos defenestrados en este país. Ojalá aproveche el tiempo, y si durante su encierro el ingeniero Jorge Díaz Serrano lo utilizó para darles lecciones de inglés y tenis a sus compañeros, ella bien podría aprender a leer y escribir. Nunca es tarde para hacerlo. Queridos cinco lectores, con aullidos a la luna llena, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén. D


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