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Las nuevas formas de enseñanza
Robert Baden Powell señalaba la necesidad de: “… educar desde dentro, en lugar de instruir desde fuera, es decir, ofrecer juegos y actividades que además resulten atractivos para el muchacho y que lo eduquen seriamente en el aspecto moral, mental y físico”. Al final, transportando esta máxima al ámbito escolar, el objetivo que se busca es hacer las aulas divertidas, para obtener mejores resultados en diversos aspectos que impacten la vida de un estudiante.
Desde la generación de la pandemia, en nuestro país se han revelado tres grandes cuestiones: una gran carencia en el acceso de la tecnología para las clases en casa, la falta de pericia en el uso de la tecnología y en la generación de nuevas técnicas para la enseñanza a través de la computadora, además de la deserción escolar… me explico.
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UNICEF advirtió que las desigualdades inherentes en el acceso a las herramientas y a la tecnología podrían agravar la crisis mundial del aprendizaje. Fue palpable que el acceso a la tecnología y a los materiales necesarios para seguir estudiando mientras las escuelas permanecieron cerradas fue desigual. Del mismo modo, los estudiantes que no dispusieron de ayuda suficiente para estudiar en casa apenas contaron con los medios necesarios que facilitaran su educación. Esta agencia de la ONU señaló que incluso antes del COVID-19, la educación ya estaba en crisis. Ahora, como resultado, nos encontramos ante una crisis educativa cada vez más profunda y que puede crear aún más divisiones.
Por otra parte, resulta ser paradójico que pensáramos que los estudiantes de cualquier nivel escolar podían manejar la tecnología a su alcance para tomar clases y nada es más alejado de la realidad. En el nivel superior, los estudiantes tienen el conocimiento de la existencia de ciertas plataformas necesarias para la impartición de clases en línea, hablando en concreto, por ejemplo de Google y lo que implica: el uso de las cuentas institucionales, Classroom, el Calendario y demás herramientas hacen muy asequible la impartición de las sesiones a distancia, no obstante, se reveló que ni siquiera el uso del correo y de cómo activarlo era familiar para los estudiantes de dicho nivel, tan es así que para ellos sería inapropiado aplicarles el término de “nativos digitales”. En efecto, los estudiantes de educación superior apenas descubrieron nuevos usos de la tecnología en la educación.
Así pues, llego a la conclusión que quienes verdaderamente pueden tener la categoría arriba señalada, son los estudiantes de educación básica, y para muestra un botón, pues al preguntarle a una estudiante de secundaria como sabía dónde dar clic sin haber tenido ninguna capacitación en dichas herramientas, me respondió que más bien se guiaba por la intuición, esto es: la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón, de ahí que, ellos son los realmente van a un paso adelante.
Ahora, si la falta de pericia en el uso de la tecnología se aplica a los estudiantes de educación superior, no hay que imaginar tanto sobre cómo fue la experiencia de los docentes. La realidad es que se desarrolló un cierto temor para hablar a través de la pantalla, pasar lista a través de la aplicación, hasta como compartir imágenes. Hubo quienes se acoplaron de inmediato, pero aquellos dentro de la generación del “miedo a la tecnología” renunciaron al reto o les costó bastante adaptarse y aquí es donde entra la cuestión de la impericia en la generación de nuevas
técnicas para la enseñanza. La queja común era que los oyentes se aburrían con las clases en línea, la realidad es que era fatigante escuchar un monólogo por demasiadas horas, sin mayor interacción por parte de los estudiantes, lo idóneo era que los docentes emplearan videos, aplicaciones que generaran competencia o concursos para la demostración de conocimientos, elaboración de libros digitales, lluvia de ideas, salas para trabajo colaborativo, en fin, que la falta de conocimiento en esos aspectos, al inicio rebasó por mucho la experiencia docente.
En otro sentido, hablando del abandono escolar, resulta ser que mantiene su antesala en el proceso de deserción escolar, en México los datos son abrumadores, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que 738.4 mil personas de la población inscrita en el ciclo escolar 2019-2020 que no concluyeron, más de la mitad de ellos (58.9%) fue por un motivo relacionado al COVID-19, el 8.9% por falta de dinero o recursos, el 6.7% porque tenía que trabajar y finalmente el 25.5% restante mencionó otros motivos distintos. La moraleja de la situación, es vislumbrar la necesidad de prevenir y atender los casos detectados de deserción escolar, con el fin de reintegrarlos al proceso educativo a través de una atención integral, multidisciplinaria, científica y con sentido humano.
Ahora, ante este panorama, no queda más que proporcionar una diversidad de herramientas educativas y ampliar el acceso a internet para cada escuela y para cada estudiante. A su vez, reflexionar que, en la actualidad, la tecnología ha llegado para quedarse en las aulas, aunque se sigan impartiendo las clases de forma presencial, no escapa ya la idea de la aplicación de nuevas técnicas y más tecnología para educar, y que, en la medida de lo posible, puedan aplicarse algunas ideas donde se utilicen formas prácticas de enseñanza o la tecnología, para hacer más asequible el acercamiento al conocimiento, unas de ellas podrías ser:
FLIPPED CLASSROOM O CLASE INVERTIDA
Es un concepto en el que los estudiantes estudian la teoría y practican en clase. El docente puede grabar la materia que quiere explicar en un vídeo, que envía a los alumnos para que vean y estudien en casa. Después de dar un tiempo para verlo se hacen los ejercicios en clase y el docente explica las dudas que surjan. El trabajo en equipo, estrategias, proyectos, etc., son conceptos que nos suenan y que relacionamos con las empresas. En la educación por proyectos se enseña a los estudiantes a conseguir unos objetivos que tienen que cumplir siguiendo una estrategia y para ello trabajan en equipo, dando lo mejor de cada uno, por el bien del conjunto. Encontramos también muchas ventajas en este método, como son la capacidad de trabajar en equipo y la inclusión de niños que son más introvertidos y les cuesta más participar de forma individual.
LA GAMIFICCIÓN
Que es una técnica que usa juegos para aprender.
LA REALIDAD AUMENTADA
Permite mostrar información adicional en un soporte un poco más especial. Con un móvil podemos, por ejemplo, al acercarlo a una imagen que contenga realidad aumentada, visualizar una figura 3D que ayude a aclarar conceptos, viéndolos de una forma más real, o incluso un vídeo con una explicación. Hay aplicaciones que permiten ir por la calle, escanear un edificio y conocer más datos sobre él. Lo mismo en un museo y muchos más ejemplos.
REALIDAD VIRTUAL
Si los alumnos retienen den memoria un 15 % lo que explica un profesor en el aula, con los métodos tradicionales, con esta técnica aplicada a la educación, los niños llegan a retener hasta el 90 %, ya que viven la experiencia. Evidentemente, lo anterior significa que las clases constarán de preparar un poco más de lo habitual, pero a cambio, los docentes se ganan el interés de los estudiantes, los cuales estarán mucho más motivados a aprender, que hacerlo con un simple monólogo.
DR. JULIÁN GERMÁN MOLINA CARRILLO
Abogado y connotado académico
poblano. Ha tenido una
prolífica experiencia académica pues es Director Fundador del
Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla; de la Universidad Angelópolis; del Centro de
Estudios Superiores
de Tlaxcala; del Centro
de Investigaciones y Consultoría Jurídicas del ICI; de la Escuela Libre de Psicología; de la Revista de Investigación Científica-Jurídica IUS y de la Universidad Leonardo Da Vinci, de Tehuacán, Puebla