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Educación pre y post pandemia; una brecha inevitable

EDUCACIÓN PRE Y POST PANDEMIA;

UNA BRECHA INEVITABLE

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El cisma de la educación en nuestro país inició con la pandemia, por supuesto que hoy hay un antes y un después, sí, pero no en el sentido figurado de la educación antes del 2019 y una después del 2022, sino que existe ahora un grupo que se quedó anclado en el 2019 y otro que avanza hacia la innovación.

El ingreso de la tecnología en este sector en nuestro país era insípido, en la educación pública esta herramienta era un discurso propagandístico, se pregonaba en medios desde hace varios sexenios la inversión en este sector, Internet y equipos de cómputo eran la bandera del desarrollo.

La pandemia vino a desnudar este argumento y presentó la otra versión del México real, docentes sin capacitación, falta de infraestructura tecnológica y poca conexión de internet. Sorprendió también el desinterés de los padres y alumnos en continuar sus estudios, independientemente de que no se contará con equipos de cómputo para todos los estudiantes de la familia, pareciera que tras la suspensión del modelo presencial, se encontró el pretexto ideal para abandonar los estudios.

La única alternativa estuvo en la tecnología, muchas escuelas sobre todo las privadas se adaptaron de mejor manera por el tema de recursos, un foco amarillo indudablemente para las autoridades, sin pensar como si habláramos de una teoría de conspiración, hoy existe una enorme brecha entre lo que ocurrió entre 2019 - 2022 entre escuelas particulares y públicas, brecha que sin duda impacta hoy a los miembros de cada grupo en el presente y en el futuro.

“Tan sólo en México 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años no se escribieron en el ciclo escolar 20202021 según datos de la ECOVID-ED y la UNESCO reporta en el mismo ciclo que 7.5 % de la Población estudiantil mundial fue afectada de distintas maneras”. tecnología es una realidad, lo que ocurrió con las escuelas particulares es tan sólo una muestra interna de lo que sucedió en realidad en todo el mundo. Muchos países migraron sin problema a un modelo online y hoy generan innovación en un modelo híbrido sacando lo mejor de cada uno de estas modalidades.

Me preocupa enormemente el regreso a clases en las escuelas públicas, justificado por supuesto por las carencias que ya he mencionado, la deserción de estudiantes y la falta de posibilidades de los padres para tener internet o equipos de cómputo para todos los estudiantes de casa, pero en realidad lo que me preocupa es que en el ciclo pandémico comprendido entre 2019 y 2022 prácticamente la única acción era aguantar y esperar el regreso a lo presencial, volver al 2019 y así estar de nuevo en la zona de confort.

Es en este punto donde arranca la reflexión de este artículo, porque la división entre las escuelas que avanzan generando innovación, las que simplemente se adaptaron y las que regresaron a 2019 será cada vez mayor en un grupo de personas que tarde o temprano se verán las caras y convivirán en el terreno laboral en un futuro muy próximo. La educación debe ser una oportunidad para el desarrollo y no un pretexto para la desigualdad social.

El reto de la educación

He vivido de cerca las bondades de la modalidad híbrida con mis estudiantes universitarios observando y viendo la importancia de cambiar un paradigma que se construye de forma conveniente desde la educación inicial cuando se construye la imagen del docente

como el centro del proceso educativo. Afortunadamente aunque en la práctica muchas instituciones lo promuevan así, existen nuevas generaciones de docentes que pugnan por buscar que existan estudiantes cada vez más responsables de su propio proyecto educativo, cada vez más docentes asumen el papel de acompañar a sus alumnos guiándolos y motivándolos a buscar el conocimiento por sí mismos.

Platicaba en una entrevista recientemente para uno de mis espacios en medios sobre el tema de educación y mi invitado me decía que no podía existir mayor motivación que la del conocimiento, saber cosas nuevas, crecer en nuestros talentos y como personas ¡qué motivante es esta justificación de vivir un proceso autodidacta!, a final de cuentas nuestra curiosidad nos conduce a investigar las cosas que nos agradan, ¡qué más nos llaman la atención! y si no encontramos ese camino debemos sin duda revisar nuestras prioridades y proyecto de vida.

Percibo en el nivel educativo esa falta de motivación en muchos estudiantes, quienes se dejan llevar hacia donde el maestro se los señale, ¿qué pasará cuando el docente ya no se encuentre con ellos?, ¿qué pasará si pese a estar conectado al otro lado de la pantalla lo miran distante y con poca empatía?

La pandemia rompió con el enorme paradigma que hablaba sobre la deshumanización en la era digital, impugnamos mucho por la falta de contacto en relaciones que cada vez más se inclinan hacia estos canales. El aislamiento nos obligó a utilizar estas herramientas no sólo para interactuar sino para fortalecer nuestras vinculaciones y ¡lo logramos!, porque tuvimos la intención de que así fuera. Hoy la tecnología en la educación es inclusiva porque muchos estudiantes que por diversas circunstancias como no pertenecer a la ciudad en donde se encuentra la escuela, no tener las posibilidades de pagar un hospedaje como foráneo o inclusive tener una discapacidad física que impedía asistir a las aulas, hoy queda atrás con los modelos online e híbridos, lo importante será para los docentes crear una comunidad logrando una integración entre los estudiantes online y los presenciales, ¡porque en realidad sí se puede y la pandemia nos lo demostró! Por supuesto el reto adicional para el docente será lograr esa empatía con sus alumnos tanto en su forma de trabajo como en la adaptación de sus cursos a una plataforma y que estos sigan siendo atractivos y actualizados.

Sumo a la motivación y la necesidad de construir una comunidad, abrir los ojos al mundo y a la descentralización del aprendizaje tan sólo en los centros educativos llámense escuelas o universidades. Las ofertas son cada vez más variadas para obtener conocimientos, desde la creación de un MOOC hasta academias online que se han construido buscando, haciendo una analogía con los estudios técnicos, ofrecer de forma especializada y pronta el conocimiento que en realidad interesa a las personas, de una forma bien desarrollada pero sobre todo rápida y práctica, en Estados Unidos este modelo educativo está ganando fuerza y pone en jaque a muchas universidades.

La educación como modelo está en un proceso de transformación y la innovación irá hacia muchas direcciones, la tecnología es como ese Rey Midas que todo lo que toca no lo convertirá en oro pero si iniciará su proceso de innovación, y al igual como ocurre en otros sectores, quienes especulan sobre esta herramienta poco a poco se quedan atrás. La educación ha sido tocada por la tecnología, vivirá un proceso de innovación muy acelerado y dependerá de nuestra mentalidad el subirnos a este tren o quedarnos simplemente mirando como el mundo 2019 empezará poco a poco a morir.

DANIEL FAJARDO

Comunicólogo egresado de Ibero Puebla con título de maestría en Alta Dirección y Pensamiento Estratégico. Reconocimiento por parte del H. Ayuntamiento de Puebla como “Poblano Distinguido”. Cuenta con experiencia en consultoría en comunicación e imagen para diversas marcas a nivel nacional a través de la agencia Mimfo Comunicación.

Es productor de contenidos para espacios en prensa, radio y medios digitales, los cuales utiliza para la difusión de causas sociales y entretenimiento. Es coach, tallerista, conferencista y desarrollador de contenidos para diversas plataformas.

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