De mis ojos… De mis ojos emergen lágrimas del corazón, es inevitable al contemplar la humanidad dormida, enajenada bajo la nube de la ignorancia, atrapada en el miedo a estar solos consigo mismos, abrazando lo ajeno, lo lejano, lo otro. Ausencia de sí mismos. de la tranquilidad de los recuerdos creativos que engendran pensamientos reflexivos. eclipse de ideas libres,
sombras que no permiten viajar. & El mundo gira de una forma extraña, diferente a las enseñanzas del abuelo,
que en otros tiempos, según eran mejores a los nuestros, se vivía de otra manera. Existía un respeto – dice el abueloun honor y una lealtad, se amaba la vida,
el trabajo, se tenía complacencia con los amigos, se les ayudaba y se confiaba en ellos. Recuerdo las tardes frescas en el jardín donde se reunía la familia a platicar, a contar anécdotas e historias que tenían una enseñanza para todos. En aquellos tiempos, los viejos tenían la voz de la experiencia, se daban a respetar y educaban
a los menores con sabías palabras. Eran otros tiempos… Los hombres tenían palabra, ahora faltan huevos en el gallinero -Dice el abuelo& El destino es un viejo caprichoso que se divierte con los humanos.
¿Podemos huir de él? ¿Se elige o es impuesto por los dioses? ¿Qué sorpresas nos depara? Presente en la vida de todos se encuentra, juega con los sentimientos, los planes, los sueños, los deseos, los anhelos. deja que el hombre sueñe de una manera ingenua, que esboce su vida de la manera más platónica, pero sabe que no todo lo que deseamos lo permitirá. se burla del que planea, del que ordena su vida en una agenda. Esconde secretos a la vuelta de la esquina, hace que los caminos de gente extraordinaria se crucen, creando metáforas de la vida. Es cómplice junto con la muerte, es arrogante, caprichoso, testarudo, y en ocasiones hasta pendenciero. Es en la vida un punto y aparte, una coma, puntos suspensivos punto y coma y por si fuera poco, también es punto final.
& En la habitación de los sueños, en el tiempo de todos, en el otro y en mí,
con el método que guste. Con la educación de tutores, con la religión de cajón, el choque de dos culturas mezclada con otras dos o… tres, cadena mordiendo el siguiente eslabón,
tradiciones de la gente, gente aprendiendo tradiciones, lo externo invade lo interno, lo interno irrumpe lo externo y se repite la ecuación.
& Explicar las cosas… Deberíamos explicar las cosas, dejarnos de tanto rodeo y paja
para entendernos mejor. Que si los sueños… que si la cigüeña… que si las parábolas… que si el oráculo…
que si la interpretación de la palabra… que si el lenguaje de los dioses… que si la metáfora que si la poética…
que si los opuestos… que no es si y que si es no… que si explicarles a los mortales no es de dioses…
que mejor seguimos jugando… que no les expliques… que se vayan a la mierda… que ya se los está cargando la chingada…
que sigan dormidos… que lo seguirán… que busquen… que cada quien lo encuentre…
que el secreto está en ellos… que cada quien su pedo para que nadie se gloríe… deberíamos explicar las cosas, dejarnos de tanto rodeo y paja
para entendernos mejor. ¿Deberíamos volar solos? ¿Deberíamos inyectarles la droga? ¿Deberíamos callar? ¿Deberíamos lanzar confeti de palabras al viento
para que se diviertan con ellas? ¿Deberíamos parlar menos y explicar más? ¿Deberíamos seguir haciendo malabares con letras de colores?
o quizá seguir escondiendo el fuego entre poemas. &
Pienso lo que pienso porque no lo pienso y me da miedo pensar que pase sin poderlo remediar. ¿por qué pienso lo que pienso sin dejarlo de pensar?
¿Es acaso un eco que repito sin poderlo evitar? No soy las ideas ni ellas son mi piel, me muevo al ritmo de ellas
como si fueran mis pies. ¿Qué pensaría el tlatoani de este pobre disertar? No llegaron a mí sus palabras para meditar.
Nadie escapa al eco del pensar pero… ¿quién primero lo pensó? No lo podría explicar, alguien el secreto se robó para que nadie más lo pueda usar. & Recorro los mismos caminos de ayer contemplando las mismas flores que me regalaron olores de abril. Mapas estampados en la epidermis muestran las huellas de la batalla en la casa de los fantasmas. Fantasmas que me atormentaron
poniéndome los ojos en oscuridad, ceñido con grilletes en pies y manos. La libertad era anhelada, extrañaba el aroma de otros tiempos En los que la luz brillaba en ternuras.
Habría que poner orden en la casa, mostrar la faz a los espectros, limpiarla y sacar las sombras.
Bastó con encender la luz, viajar de nuevo al presente y corresponder con la creación. &
Tenemos la necesidad de la búsqueda, la inquietud de conocer ese algo que intuimos que existe y aún no sabemos. Buscamos en las experiencias, en el estudio de los libros,
en la investigación de la ciencia. Experimentamos en las sustancias que dilatan los sentidos: éxtasis artificialmente producido.
¿Qué buscamos? ¿por qué ese afán de experiencia? ¿perseguimos algo sin saberlo? ¿Por qué la contemplación
del cielo, montañas, mares, produce un éxtasis natural? La vida guarda un secreto, y pocos logran descubrir ese algo que se esconde. & ¿Y ahora a dónde vamos? Si dejas a tus hijos en medio de una locura que apenas comenzabas a alimentar.
Nos dejas solos contemplado el horizonte mientras llega la noche de tu cuerpo, esperando que regreses de la muerte o de la vida o de donde hayas ido. En realidad, nunca supimos a donde ibas, en donde estabas o con quien hablabas.
Tú nunca estuviste ni el tiempo ni en el espacio, el tiempo y el espacio salían de tu boca, de tu mirada que no veía nada y lo contemplaba todo. Es un loco, decían… Mientras se mordían uno a otros y se proclamaban los cuerdos del mundo. Sonreías sin burlarte de la humanidad y te dabas el lujo de dejarnos encerrados en la cárcel universal, para irte a dormir o descansar o platicar con los dioses o con las musas y olvidarte de la gente que se dice “normal”.
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