Pasajero/Revisteros (Viajando en la cola del diablo) / (2014-2015) ©Mario E. Pineda Quintal ©Dos Puntos Editorial La última ciudad serpiente, Veracruz abril del 2016 Fotografía de portada Calle de La Habana, Cuba Parte del proyecto Fotobuzón de Mérida, Yucatán ©Omar Said Charruf Diseño Jesús Gallegos
[Cada libro debe tener una forma única de latir, de vibrar, de
explotar.
Nosotros
buscamos
esa
universalidad
intentando crear algo más, para que nuestros libros dejen de ser sólo libros: que muten y puedan volar]
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(Viajando en la cola del diablo)
Voy en el autobús que gira de un infierno a otro
La ruta, es la cola del diablo. Él mismo se la cortó, por pura ociosidad. La presta para humillaciones. Hoy podría alimentar a un abogado, pero asesinar un buitre… cuando come, es un boleto a este camión. Así lo decidieron los policías certificados para Castigo Directo, hermosa iniciativa conocer algunos sitios de los muertos de por aquí. A mí no me engañan, lo decidieron por mi voz, no tengo acento carcelario, “Chinguen a su madre”, directo a los juzgados. “No lo vuelvo hacer”, directo al camión. El chofer es un hijo de puta, su par de reglas las escribió con la sangre del primer detenido: “PROHIBIDO LA VENTANA, SI BUSCAS A MAMÁ” “PROHIBIDO EL PASILLO, SI VAS A MASTURBARTE” Creo que soy el prisionero siete y mantengo la racha de ser único al momento,
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veo seis nombres, con letras iniciales diferentes, y diferentes a la mĂa.
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Primera parada
Un insomnio sin tiempo para mí encargó su aguja a mis manos, traicioneras de por sí. Me pinchan arriba de los ojos y entre las hileras de sangre, veo el último cruce de miradas con Ella, cuando no recordó cómo pateábamos los sándwiches de la caridad cómo éramos asesinos seriales vestidos como repartidores de comida. Intento resistir a las lágrimas, mi soledad ya no depende de tetas, ahora, es un vaso vacío después de tomar cerveza o whisky, ahora es… -Regresar al camión y disfrutar del volante -pinche camionero, su voz equivale a latigazos.
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Segunda parada
(Casi una libertad) Una gota de mi voz desciende como ceniza, un buitre viene por ella la disuelve entre sus garras, antes del eco. -Bajan en la siguiente calle -ese era el eco. Maldita venganza. Aves lloronas. Intento de águilas prostitutas. Búhos volando entre ceros. Sus plumas no tienen descendencia. Maté a una de ustedes, porque mi destino es carroña y no quería ser cagado desde las alturas. -Vámonos, quizás haya un récord en el kilometraje siguen los latigazos. Pagaría la fianza, tres besos a un Perdonador, (otra figura de la hermosa iniciativa) Olvidémoslo, el pintalabios oficial no va con mis caprichos.
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Tercera Parada
En este punto, desde la ventanilla, observo gusanos hambrientos cargando un velo de piedra. Van a una lápida que disolvió el nombre a seudónimo. “Huésped” y sus dos apellidos. Son los nazis del camposanto, si el muerto fue un idiota, comen su carne, si el muerto fue un pendejo, comen su carne y huesos, si el muerto fue un capitalista, comen hasta el privilegio de su ataúd. Si el muerto se parece a mí, “Gracias, somos vegetarianos”, dirán.
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Cuarta Parada
En esta parada, alguien decapitó una hormiga y agigantó la cabeza. ¿Experimento milagro, idiotez? El castigo no es adivinar la transformación, el castigo es usar la cabeza como mascara y buscar más pasajeros. Significaría menos paradas, sin tonterías como ésta. ¡Niños de parque! Siempre quieren ser hormigas. Yo grito: ¡Vamos a levantar una paleta entre todos! ¡Vamos hacer un hormiguero y en cada piso habrá columpios! Es mi promesa, todos al camión. Las madres responden: Vayan, no importa si eres niño, sé la reina. No importa si aún estás niña, sé la reina. Ellos reclaman: ¡Queremos cargar hojitas! ¡Queremos cargar hojitas! ¡Queremos cargar hojitas! El chofer y su látigo: Vámonos, igual y sólo iban a cantar “Al chofer no se le para”.
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Quinta Parada
Chofer: ¿Recuerdas a los vagabundos de mayo? Murieron quemados… y su peste, fue el calor de la temporada. El gobierno lo solucionó fácil, a echarles cal y baja la temperatura. Como siempre hubo protesta, pinches humanistas religiosos. Recuerdo sus gritos. ¡Sus almas pertenecen a las calles! ¡Harapos, suciedad, carne y huesos! ¡Harapos, suciedad, carne y huesos! ¡Harapos, suciedad, carne y huesos! ¡Respeto a su muerte, no son perros atropellados! Más de 35°y caguamas vendidas, saldo por respetar a esos muertos. (la primera semana) Al iniciar la segunda, el buitre que mataste en una noche se tragó esa carroña apestosa y sudorosa. A todo esto, atropellé a un cadáver de esos vagos, ni el buitre lo comió, ni la calle lo desapareció, no sé por qué. 15
Al menos recordamos a tu víctima. ¡Vámonos!
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Última Parada
El final del camino es un tablero de ajedrez. Hay reta. Me toca blancas. Tengo tres peones con papeles en mano, el contrincante es un Rey dormido y un Peón viendo al cielo. Ocupó posición y la tercia de mi ejército, me entrega una lista: “Urgencias y peticiones” ¿Qué va a pasar con el seguro de vida? Dos necesitamos vacaciones al mismo tiempo, ya hicimos planes. No entrenar con lluvia, no somos jugadores de futbol americano. Listado de tuppers extraviados en el cuartel general. Negociar paz antes del primer movimiento. Espadas personalizadas, por favor. Por ahora, el sindicato sólo nos permite coronar como Alfil. Aumento de salario si nos quieres convertir en Dama. ¿Se van a cumplir sí o no? Gritan en coro mientras el Rey negro sigue roncando. 17
-No lo sé señores -es mi respuesta mientras el Peón negro saluda algunas nubes. ¡Espada caída, escudo caído, huelga general! ¡No me jodan! El Peón negro da el primer paso. -Hay que detenerlo o coronar antes que él. Nadie obedece mi orden, me rodean y gritan sus peticiones y urgencias en coro. ¡No me chinguen! El enemigo marcha en libertad y llega al último cuadro. Mis soldaditos huyen por atrás, peones retrocediendo, quién lo imaginaría. Y como si el final del camino diera un tiro de gracia, el Peón negro se desploma. Es el principio de la coronación, piel y huesos del pecho se abren y el corazón se eleva a la altura de mis ojos, oscurece como su antiguo dueño, empluma, engarra y saca el pico. Evolucionó al buitre que asesiné hace rato. Vuela hacia mí y dicta la condena: -Tus últimas palabras y hazte al muerto donde quieras, en un rato me va a dar hambre***
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Deberíamos adoptar el “Principio de los Buitres”, ley carnívora hasta el hueso. Aterrizar, tragar, cagar. (Ya se murió, trae los platos, no hay papel) Es una lástima que no lo permitan los reglamentos alimentario y funerario de la humanidad. Tanto llanto, tanta tierra, tanto fuego en cremaciones, exclusivo de funerales. Podríamos evolucionar las lágrimas en agua, y erradicar las pipas y jicarazos de algunas colonias. Entregar las palas del cementerio a los anarquistas y pedirles que caven en su próxima protesta, para entender la profundidad de sus desmadres. ¿El gas? Yo lo donaría a la Federación del Taco, apoyemos su producción ante la informalidad de las hamburguesas. Es todo lo que tengo que decir, venga el jaque mate. Voy a ser la carroña más sabrosa de tu segunda vida. El Rey dormilón por fin despierta, pone las sobras del condenado, sus huesos en una bolsa, los va a vender a los peones huelguistas, para que griten en otros tableros: ¡Si nosotros pudimos derrotar a nuestro Rey, por qué ustedes no!
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(Poemas publicados entre 2014 - 2015)
Después de la revolución
en este pueblo las nubes caen para ser ataúdes, coleccionar perros atropellados es una profesión, si un murciélago te muerde puedes dirigir la misa por un día, nuestro Dios es la mierda de un tigre, con la piel de los policías muertos envolvemos películas porno como regalo, el sol cobra cuota cada amanecer, pagamos aventándole focos fundidos, un vagabundo llora y hacemos el saludo militar, las patrullas ahora son tiendas de golosinas, nuestra moneda son plumas de buitre, hemos quemado los letreros de “ALTO”, las calles son libres, terminamos la revolución comiendo pastel, los jefes y el comportamiento del pasado aún se pudren en nuestros puños. En este pueblo, el pueblo hace y vive como quiere.
(Publicado en la revista Revarena)
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Mis Pies
El viaje es un silencio, no digo letras, mis pies son lo importante. Ya lo dijo mamá: -Que tus huellas sean pensamientos, la nueva abreviación de los kilómetros, salida a otros caminos. La obligación es gritar una letra de cada señalamiento, en cualquier instante se forma el nombre de una ciudad y terminan los pasos, sus habitantes vienen por ti. -Bienvenido, eres el nuevo. Ni una P ni una I, soy mudo, mis pies deletrean traten de escucharlos, mamá compró calcetines antes que pañales preguntó por ellos en el ultrasonido, traten de escucharlos, y los que puedan, yo voy a su ciudad.
(Publicado en la revista LiberPopulum)
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Esta muerte
¡Dejen pasar a los buitres! No hagan esperar su vuelo, mi espíritu está listo para ser el suplente del fantasma de un loco, un demonio para los leones o el ángel que venda fotos de ateas en los clandestinos del cielo. ¿Mi cadáver? ¡Tercos! Déjenselos a los buitres, ellos sabrán qué hacer. Quizás lo lleven a las nubes, y provoque la maldición de no encontrar lluvias en un año nublado. Quizás a picotazos hagan un hueco en el corazón inerte, y canten con alegría… ♪Todas nuestras plumas estarán allí como tus nuevos latidos, todas nuestras garras estarán allí como tus nuevos latidos♪
(Publicado en la revista Infame)
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Un Momento
Las hormigas pasan de largo, buscan tierra donde caen vasos con agua más de dos veces. Las cucarachas que hicieron el amor sobre mis hombros, piden mi lengua como sala de maternidad. Se escuchan oraciones de atropellados, no habrá nacimientos en coches de lujo. Todos quieren dar un nombre a su comedor, temen a los minutos de sopa fría.
(Publicado en la revista Salvo el Crepúsculo)
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La cafetería de los caídos
Caídos de la fiesta no llegan a lo último, la penúltima es la última, vienen aquí, piden una taza y comparten el mismo cigarro todos en silencio. Se miran los unos a los otros como si los ojos fueran puertas, a la última fiesta que merecen, la celebración donde ellos dan el último trago al licor viejo y apagan la luz porque ya amaneció.
(Publicado en el suplemento literario Voz zero)
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Me voy
Pero antes haré unas sonrisas para nublarlos a todos hacerlos llorar y en sus lágrimas ver mis días sin veladoras. (Esos momentos de aplausos bajo el sol) O para hacerlos gritar y recordar los truenos de aquella tormenta que me quitó la sed, cuando iba caminando a la fiesta de mi nombre. Luego diré adiós, un adiós de vuelos. No habrá filas en el crematorio, no buscaré pésames de cortesía. Un buitre aterrizará en mi pecho y mis últimas palabras serán: Devórame, devórame con tus alas, déjame ser un fantasma en tus plumas, un fantasma condenado a tus alturas, condenado a decir adiós con la mano, a la carroña de hogares y calles, que devores para evitar gastos de ataúd y humo de muerto.
(Publicado en la revista Infame)
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Estoy de regreso
¡Enamórate de alientos alcohólicos, huele pedos en funerales, bebe lágrimas de atropellados! ¡Necesitas un vicio de los nuevos, acéptalo, ya eres libre! Me gritan mientras busco un toque, pero no sé. He llamado a 01-800-DROGA y sólo recomiendan oler arbolitos de navidad. -Es fabuloso y mejor si están empolvados -dice el tipo autorizado al otro lado del teléfono. -Todo se siente frío -dice el tipo autorizado al otro lado del teléfono. -¡Idiota, esas son mamadas, yo era un latido en la cartera de los narcos! -cuelgo el teléfono. Los futuristas jodieron el menú de recomendaciones, mejor asesino a un dealer de las drogas clásicas, y aspiro, me inyecto, me trago sus huesos. No sé. Ya. Ahora, necesito un vicio. 35
Mis dĂas de abstinencia terminaron y el castigo de barrer jeringas tambiĂŠn.
(Publicado en el fanzine El Poeta de las Duchas)
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Yo
Ataúd en oferta (Y si el muerto da las chelas, me ajusto a sus medidas) Yo, tarro vacío en domingo (Pero me desean las alcohólicas) Yo, bomba en diplomacia (Cronometrada al primer estornudo) Yo tropezando en silencio (A la decisión de los látigos)
(Publicado en la revista Liber)
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Un día normal
-Un día normal, por favor -me dicen antes de salir. No respondo, voy a mi cuarto y me cambio los calcetines por un par del mismo color pero en la mochila llevo un disparejo, qué tal si al rato duelen los pies. Afuera de casa, esperan mis taxistas personales. -Hoy no buitres, no me llevarán volando al trabajo, iré a la esquina a esperar el autobús, hoy soy normal. Subo al transporte y platico con la persona sentada a mi lado. -Necesito un trabajo normal, solo por hoy. -No soy bolsa de empleo, pendejo. Al bajarme, visito negocios donde solicitan vacantes para ocho horas y más. -¿Qué sabes hacer? -Analizo vómitos de borrachos, busco vida en ellos. -No tengo tiempo para bromas, a chingar gente a otro lugar -me dicen en todos lados. Los cantineros no dejan de marcarme. -Ya voy a trapear, ¿vas analizarlos de anoche? -No puedo, hoy no puedo trabajar de eso. 39
Nadie me contrata, y por ser normal la nube que me provee de agua no se acercó, los buitres con mi ración de carroña, menos, tuve que comer hamburguesas de un carrito. Día desperdiciado, mejor rescato la chamba, ya debe haber alcohólicos por ahí, igual y consigo una muestra de sus vómitos y al rato encabezo las noticias científicas.
(Publicado en la revista Liber)
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La “tarro vacío”
Las moscas, no entienden tu apodo. Todos nos reímos de ellas, eres “Tarro Vacío”. Esperan en tus labios, en los alrededores de la garganta, la cerveza de nosotros unos cuantos borrachos que en vez de rellenarte preferimos el beso que te causa la curiosidad de saber, si hay oxigeno afuera de la cantina.
(Publicado en la revista Liber)
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Índice Pasajero (Viajando en la cola del diablo) Voy en el autobús que gira de un infierno a otro------Pág. 5 Primer parada-------------------------------------------------------Pág. 7 Segunda parada--------------------------------------------------Pág. 9 Tercer parada-----------------------------------------------------Pág. 11 Cuarta parada----------------------------------------------------Pág. 13 Quinta parada----------------------------------------------------Pág. 15 Última parada-----------------------------------------------------Pág. 17
Revistero (Poemas publicados entre 2014-2015) Después de la revolución-------------------------------------Pág. 23 Mis pies---------------------------------------------------------------Pág. 25 Esta muerte---------------------------------------------------------Pág. 27 Un momento-------------------------------------------------------Pág. 29 La cafetería de los caídos------------------------------------Pág. 31 Me voy---------------------------------------------------------------Pág. 33 Estoy de regreso--------------------------------------------------Pág. 35 Yo----------------------------------------------------------------------Pág. 37 Un día normal------------------------------------------------------Pág. 39 La “tarro vacío”---------------------------------------------------Pág. 41
Mario Emmanuel Pineda Quintal Mérida, Yucatán (1986). Miembro de la Catarsis Literaria El Drenaje. Licenciado en Comunicación. Premio Estatal de Poesía Joven Jorge Lara Rivera 2006. Ha publicado en poesía las plaquets El Cuadrante Nostálgico (2007) y Prolemas (2011), así como en diversas revistas y antologías literarias. Escribe la columna “Nos vemos en el slam” en la revista de narrativa “delatripa”.