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EDITORIAL
from Revista Palpando 03
by DPM Pando
No te riNdas
(…) No te rindas, por favor no cedas, (…) aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, (…) porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento. Porque no estás solo, porque yo te quiero.
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Mario Benedetti
NAUFRAGIO
¡europa! ¿dóNde estás?
Aquellos ideales de convivencia, solidaridad y paz se están viendo truncados. El rumbo sigue por otros mares repletos de carencia de humanidad, de indolencia ante el sufrimiento ajeno. Esas aspiraciones e inquietudes que nos llevaron a protagonizar acciones conjuntas en pro de la Comunidad ya no las tenemos cerca.
La trágica situación social que atraviesa el mundo en estos momentos roba los sueños y las esperanzas de los niños, su futuro. Desde esta atalaya, que son los centros educativos, debemos enseñar a nuestro alumnado lo que pasa para que entiendan el mundo que les rodea. Estas crudas realidades deben servir de revulsivo a nuestros jóvenes. Debemos asumir la responsabilidad que nos toca, afrontar acciones que agranden los listados de ciudadanos y ciudadanas que se indignen con la manera de construir esta sociedad; ciudadanos y ciudadanas que se rebelen con el objetivo de mejorar, de cambiar, de aceptar, de acoger, de compartir. Desde la escuela nos toca igualmente desarrollar el espíritu crítico y la autonomía de estos jóvenes. Si está ausente el espíritu crítico y riguroso sobre las razones, las causas y las finalidades de las conductas sociales, las respuestas que se ofrezcan estarán siempre abocadas a la agresión y a la violencia continua y las decisiones que se adopten serán, cuando menos, irresponsables. Sin embargo nos toca lanzar y promover un mensaje de esperanza, como sentimiento eminentemente positivo que hemos de poseer para disfrutar de expectativas favorables ante nuestro futuro, más inmediato o a largo plazo. Porque “esperanza” es sentir que navegas por una estela constructiva hacia tus sueños, lleno de motivación, inquietud e ilusión. Tenemos esperanza en las cuestiones sentimentales, en las sociales, en las más insignificantes. Debemos empapar de esperanza nuestras acciones y progresar porque otra Europa es posible. Si no fuera así, la historia nos lo reprochará. Por ello, en comunidad y con contundencia, debemos apostar por la paz y la solidaridad, luchar por los sueños y no rendirnos jamás.