Trabajar a la alemana

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Trabajar “a la alemana” Hace poco desayuné con el hijo de un amigo que trabaja en el corporativo de Adidas en Núremberg, en Alemania. Lo que me platicó me impresionó: no por nada los germanos son una potencia económica. Logran mucho con poco. Revise algunas partes del modelo de trabajo de Adidas: - Se laboran 40 horas a la semana, no más. - Flexibilidad total de horario. “Puedo llegar al mediodía del lunes si salí de fin de semana largo”. - El empleado registra sus horas de trabajo en un App de la empresa. No checa tarjeta. Para nada: es un sistema de “código de honor”. Confianza total en el empleado. - 28 días hábiles de vacaciones desde el primer año, sin incluir días festivos (el mínimo legal es de 20 días hábiles al año).

Parece sueño guajiro, ¿no? ¿Cómo puede funcionar algo así? Dos factores clave: 1. Objetivos precisos y medibles de corto, mediano y largo plazo. 2. Comunicación constante con el jefe. Todas las semanas hay un “one on one” para ver progreso y obstáculos. Este ejemplo “micro” ilustra un fenómeno generalizado en Alemania. “Un país cuya población trabaja menos que casi cualquiera, cuya fuerza de trabajo no es particularmente productiva (en la UE) y cuyos niños van a la escuela menos horas que naciones vecinas. Alemania: la potencia Europea global”, explica un artículo de la BBC de 2012. Es cierto. Según datos de la OCDE, lo alemanes trabajaron en promedio 1,388 horas en 2013 (30 a la semana, asumiendo 5 semanas de vacaciones).

Dónde sí trabajamos mucho es en México: 2 mil 237 hrs/año (61 por ciento más que en Alemania, campeones de OCDE). Ah, pero si volteamos a ver la productividad por empleado (medida en PIB per cápita real por hora anual laborada) la historia cambia. Nuestra productividad es menos de la tercera parte de la alemana y apenas un 41 por ciento del promedio de OCDE. De hecho, respecto a productividad, en el País vamos como los cangrejos. De acuerdo con “México, ¿cómo vamos?”, entre 2004 y 2014: - México creció en promedio al 2.5 por ciento anual real. La productividad “aportó” un -1.2 por ciento anual real. - Los factores (capital, trabajo, energía, materiales y servicios) aportaron 3.7 por ciento anual real.


Una tragedia: ¡la productividad en México disminuyó nuestro crecimiento en 48 por ciento! En contraste, en Alemania sumó un 29 por ciento. Y en China, de un crecimiento anual promedio de 9.5 por ciento (casi cuatro veces mayor al nuestro), la productividad contribuyó 27 por ciento. ¿Cuál es el secreto alemán? El sitio “Knote: la ciencia de la productividad” enumera 3 razones: a) Horas de trabajo son horas de trabajo. “Existe tolerancia cero del mismo trabajador a comportamientos relacionados con perder el tiempo: redes sociales, chismes, simular trabajar, etc”. b) Enfoque a metas y comunicación directa. Precisión, medición y cero rollo. Al punto. c) Trabajar duro para vivir bien. Las horas fuera de la oficina son de la persona y no de la empresa. Respecto a este punto, le platico algo fascinante. De acuerdo con HuffPost (HP), en agosto de 2014 la Ministra alemana de Empleo, Andrea Nahles, comisionó un estudio para

determinar los efectos sicológicos y económicos del estrés en el trabajo. “Los resultados se darán a conocer en 2016 y podrían ser la base de leyes que prohíban a las empresas a contactar a sus empleados por email después de sus horas de trabajo”, explica HP. ¿Se imagina? Con estas reglas, no le queda de otra a una empresa: el empleado tiene que ser productivo en su jornada de trabajo. Punto. A nivel macro, otro factor relevante del éxito alemán es la flexibilidad de su mercado laboral. Y un punto relevante aquí es su sistema de “aprendices”. Mire que chulada: “La mitad de los chavos que estudian secundaria y prepa están en entrenamiento vocacional para ser aprendices. Jóvenes de 15 a 16 años que tras cuatro años de entrenamiento práctico tienen casi asegurado un trabajo de tiempo completo”, explica la BBC. Y luego ingresan a empresas con una cultura como la que ya vimos, que premia la productividad y respeta al trabajador. El resultado final es un

círculo virtuoso que a través del tiempo crea a una potencia económica. No es casualidad, sino causalidad. Claramente, en México existen factores macro que afectan a nuestra productividad: trámites, burocratismo, costo de energéticos, etc. La solución a vicios enormes y ancestrales por ende llevará tiempo. Sin embargo, a nivel micro hay muchas lecciones sobre productividad que podemos copiar de Alemania. ¿Empezamos de una vez?

En pocas palabras... “La productividad no es responsabilidad del trabajador, sino del administrador”.

Peter Drucker, Gurú de management benchmark@elnorte.com Jorge A. Meléndez, Diario reforma, 09/11/2015, México, D.F. Twitter: jorgemelendez


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