autismo Descifrando el
Evidencias científicas, estrategias naturales y consejos prácticos para lograr una vida sana y próspera
Dr. Rath Health Foundation
Descifrando el autismo
1ª Edición
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© Dr. Rath Health Foundation 3. Contenido Introducción: Descifrando el autismo 4 ¿Por dónde empezamos? 6 Síntomas del autismo (TEA) 7 Los factores de riesgo del autismo no están firmemente establecidos 10 Tratamiento convencional de los TEA 22 Abordar los síntomas y las causas del autismo con métodos naturales 26 El importante papel de los micronutrientes 36 ¿Qué más se puede hacer? 40 Referencias 42 Instituto de investigación Dr. Rath 44
Descifrando el autismo
Evidencias científicas, estrategias naturales y pasos prácticos para lograr una vida sana y próspera.
Por Mirja Holtrop y Aleksandra Niedzwiecki, Ph.D.
Si es usted padre o familiar de un niño autista, o simplemente una persona interesada en el tema, es posible que tenga numerosas preguntas sobre las causas, las curas disponibles y la prevención de esta enfermedad. El autismo es un problema de rápido crecimiento en nuestra sociedad y requiere una atención seria. Según un informe de 2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1 de cada 160 niños padece autismo. Algunos científicos estiman que en 2025, si no se hace nada, uno de cada dos niños podría estar afectado.
Son proyecciones aterradoras. Además, el autismo es un síndrome polifacético sin una solución terapéutica clara. Por lo tanto, la mayoría de los padres tienen que averiguar por sí mismos cuáles de los enfoques disponibles pueden ser beneficiosos y cómo combinarlos. Muchos libros de texto conocidos sobre este tema enseñan a los padres cómo entrenar a su hijo para que pueda desenvolverse mejor durante las interacciones sociales. Sin embargo, no explican cómo mejorar las condiciones subyacentes. Después de indagar en la investigación original sobre el papel de los micronutrientes en el autismo, nos queda clara la evidencia científica de las
opciones naturales, seguras y eficaces para que los padres de niños autistas ayuden a sus hijos a mejorar. El lema “La comida es tu medicina” tiene aquí un significado real.
No vamos a recomendarle tratamientos específicos ni a decirle lo que su médico debe hacer por usted. Estas decisiones les corresponden a usted y a su médico.
Sin embargo, le ayudaremos a comprender la complejidad del autismo y le pondremos al corriente de las últimas investigaciones al respecto. Armado con este conocimiento, podrá analizar las opciones por sí mismo y evaluar cuáles se aplican mejor a su situación específica. Además, la información proporcionada en este folleto puede ayudarle a reconfigurar sus conocimientos actuales sobre el autismo en un contexto más amplio. Quizá le plantee nuevas preguntas o cuestione creencias que posee. También puede abrirle posibilidades totalmente nuevas. En cualquier caso, confiamos en que los continuos avances en la investigación científica sobre micronutrientes sigan abriendo nuevas opciones y soluciones en relación con el autismo.
4.
Hay personas destacadas que han contribuido a esta publicación de distintas maneras.
L a Sra. Elizabeth Wells, especialista en nutrición, ha sido de gran ayuda en la edición profesional de varias versiones del manuscrito y ha ofrecido valiosos comentarios y sugerencias. El Dr. Matthias Rath M.D. ha proporcionado un apoyo inestimable, comentarios perspicaces y ánimos durante el
proceso de redacción. También agradecemos a Paul Anthony Taylor su continuo apoyo a nuestro trabajo.
Esta publicación le capacitará para actuar, así que, sin más dilación, empecemos. La intervención temprana puede marcar una gran diferencia en el desarrollo y la vida de una persona autista.
5.
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El trastorno del espectro autista (TEA) está envuelto en numerosas controversias y discusiones entre los profesionales sanitarios y los padres. Por ello, incluso hacer un diagnóstico puede ser muy difícil.
Los trastornos del espectro autista (TEA) engloban una amplia gama de afecciones, caracterizadas por escasas habilidades sociales, comportamiento repetitivo, dificultades en el desarrollo del habla y discapacidades en la comunicación no verbal. Incluyen el trastorno desintegrativo infantil (TDI), el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NOS) y el síndrome de Asperger.
Esta afección sigue siendo en gran medida un problema misterioso, ya que sus causas no están bien definidas y le rodea la controversia. La controversia no sólo se refiere al tratamiento del autismo, sino también a si debe considerarse un trastorno en primer lugar. A principios de la década de 1990, el autismo se clasificó como una forma rara y grave de esquizofrenia. Antes de eso, el autismo se describía como una enfermedad del desarrollo más que mental. En 1994 se añadió el síndrome de Asperger al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría. Casi de inmediato se diagnosticó “trastor-
no del espectro autista” a personas con un coeficiente intelectual alto y buenas habilidades verbales. Hoy en día, las personas con trastorno del espectro autista (TEA) son muy diversas, muchas son brillantes y realizadas, pero otras tienen graves dificultades. Por tanto, mientras que algunos consideran el autismo como una forma de “diferencia neurológica” que puede dar lugar a percepciones extraordinarias, otros lo consideran un trastorno que merma la capacidad de la persona para funcionar en sociedad y que, por tanto, debe tratarse - o, en el mejor de los casos, curarse-.
Para aumentar la complejidad, los criterios de diagnóstico del autismo han cambiado a lo largo de los últimos 20 años. Los psiquiatras suelen diagnosticar utilizando la escala CARS (Childhood Autism Rating Scale) o la ADOS (Autism Diagnostic Observation Schedule), o la ADI-R (Autism Diagnostic Interview-Revised). Sin embargo, estas evaluaciones se basan únicamente en cuestionarios, ya que no existe ninguna prueba biológica específica para determinar si una persona es autista. En general, se acepta que el TEA comienza en la primera infancia y tiende a persistir en la edad adulta. Puede variar de leve a grave: algunos pacientes con TEA viven de forma más o menos independiente, pero otros sufren graves discapacidades y requieren cuidados de por vida.
6.
¿Por dónde empezamos?
Síntomas del autismo (TEA)
En niños de hasta 5 años
• Retraso en el desarrollo del habla o negativa a hablar en absoluto
• Repetición frecuente de palabras
• Habla monótona
• Uso de palabras sueltas; las frases son cortas o inexistentes
• No reaccionan cuando se les llama por su nombre.
• Rechazar los mimos y abrazos de sus padres o hermanos.
• Reaccionar inexplicablemente con enfado o tristeza cuando se le pide que haga algo.
• No ser consciente del espacio personal de los demás y mostrarse muy protector cuando alguien entra en su propio espacio.
• Poco interés por otros niños
• No disfrutar de situaciones sociales como fiestas de cumpleaños
• Prefiere jugar solo
• Ausencia de expresiones faciales en la interacción social
• No hay contacto visual directo
• Movimientos repetitivos (agitar las manos o mecerse)
• Juega con los juguetes de forma repetitiva (alineando los bloques por orden de tamaño o color en lugar de utilizarlos para construir una casa, por ejemplo)
• Requiere una rutina familiar fija, se altera mucho si hay cambios en esta rutina
• Fuerte preferencia por determinados alimentos, basada en la textura y el color
• Preferencias sensoriales inusuales; puede oler juguetes, objetos o personas de forma inapropiada
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Síntomas del autismo (TEA) En
niños mayores de 6 años
• Evitación o monotonía del habla
• Hablar con frases aprendidas de antemano, sin juntar palabras sueltas.
• Problemas con las conversaciones bidireccionales. Tendencia a hablar “a” la gente, en lugar de con ella.
• Incapacidad para entender el sarcasmo o las metáforas.
• Dificultad para realizar tareas, no responde bien a las instrucciones
• Poco interés en relacionarse con la gente, pocas amistades
• No entienden las interacciones sociales, como saludar o despedirse de alguien.
• Incapaz de encontrar el tono y el contenido adecuados en diferentes situaciones sociales: por ejemplo, hablar de manera muy formal en una fiesta informal y luego reírse con desconocidos de manera familiar
• No disfrutar de las actividades que disfrutan sus compañeros, por ejemplo, juegos de cartas, juegos de mesa o actividades de equipo como voleibol o fútbol
• Pocas expresiones faciales al comunicarse
• Comportamiento autoestimulante
• Poco o ningún contacto visual
• Prefiere jugar con objetos en lugar de con personas, juega con otros niños como si fueran objetos
• Comportamiento agresivo hacia otros niños, mordiendo, gritando
• Interés muy específico por un tema concreto
Ser diagnosticado como autista conlleva diversos retos, ya que los niños y adultos con TEA suelen ser objeto de estigmatización o discrimination.1 Sin embargo, el autismo no es una deficiencia programada en los genes y diseñada para permanecer ahí para siempre, como se suele decir a la gente.
En la actualidad, en lugar de tratar las causas subyacentes, la mayoría de los pediatras se centran en los síntomas y recurren a fármacos químicos para suprimir los comportamientos relacionados con el autismo. Pero esto conlleva un riesgo, ya que los fármacos tienen efectos secundarios no deseados,
8.
como cambios graves de personalidad. Algunos de estos medicamentos pueden alterar toda la bioquímica cerebral e incluso desencadenar daños más amplios. Órganos filtradores como el hígado y los riñones -que se ocupan de las toxinas del cuerpo- pueden empezar a funcionar mal, lo que lleva al desarrollo de problemas de salud secundarios.
Bajo esta medicación, los niños suelen mostrarse apagados y poco receptivos, lo que les aleja aún más de la vida. Esto se convierte en un círculo vicioso.
El autismo debe abordarse en el nivel en el que se produce, que es dentro de las unidades bioquímicas más pequeñas del cuerpo, las células. Ahora sabemos que el cuerpo responde a las toxinas ambientales de diversas maneras y que cuando la toxicidad llega a su límite, puede causar daños cerebrales y manifestarse en síntomas que clasificamos como autismo. Pero el secreto de la verdadera recuperación también reside en nuestras células. Todas las células necesitan una nutrición adecuada (micronutrientes) para funcionar de forma óptima y defenderse de la exposición a compuestos tóxicos y artificiales. Al adoptar enfoques naturales y eliminar las sustancias químicas nocivas de su entorno, muchos pacientes han visto mejorar drásticamente sus síntomas de autismo.
Sus propias observaciones y puntos de vista son inmensamente valiosos para encontrar lo que funciona en tu situación. El autismo es una enfermedad multifactorial que afecta a todo el organismo. Probando muchos métodos y enfoques diferentes, puede descubrir lo que funciona mejor para usted y su hijo. La recuperación con métodos naturales no sólo es posible, sino que debe promoverse en todo el mundo.
© Dr. Rath Health Foundation 9.
La mayoría de los pacientes aún desconocen las razones o causas de los TEA. A lo largo de los años, las posibles causas examinadas han ido desde los polvos antipulgas, los teléfonos móviles y la televisión por cable (radiación), hasta una combinación de genética y problemas ambientales (exposición a determinados medicamentos prenatales, metales pesados, toxinas ambientales y, al mismo tiempo, deficiencias nutricionales). La investigación científica sugiere que existe una fuerte conexión entre los venenos ambientales y el autismo, por lo que merece la pena ser consciente de los posibles culpables.
1. Exposición a metales tóxicos
Se ha evaluado el papel de algunos metales tóxicos en relación con el autismo.
Mercurio
Nuestros océanos están contaminados con mercurio que llega al mar procedente de residuos tóxicos. Las ballenas están tan llenas de mercurio que, si varan, deben eliminarse como residuos peligrosos. Se han detectado concentraciones especialmente elevadas de mercurio en el atún, el pez espada, el
A medida que aumentan las toxinas ambientales, no es de extrañar el rápido crecimiento del número de niños autistas.
A continuación encontrará una lista de factores que pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle un TEA. Por desgracia, hoy en día las toxinas forman parte de la vida y se encuentran en todas partes.
rabil, la caballa real y el blanquillo. Esta toxicidad ha llevado a muchas personas a evitar comer pescado, o a pasar a consumir pescados más pequeños, como el arenque, que tienen menos probabilidades de estar contaminados con mercurio. Además del pescado, los productos domésticos y de belleza más comunes también pueden
10.
Los factores de riesgo del autismo no están firmemente establecidos
Perla de mercurio sobre cinnabarita.
contener mercurio. Los peores culpables en este ámbito son las cremas para aclarar la piel.2 Muchas vacunas también contienen mercurio. Más adelante hablaremos de ello con más detalle.
Se ha demostrado que la exposición al mercurio durante el embarazo puede provocar en el bebé un coeficiente intelectual más bajo, daños nerviosos, un lenguaje deficiente y un desarrollo motor deficiente.3
“El daño biológico de los metales pesados como sustancias neurotóxicas, junto a la susceptibilidad genética en forma de capacidad reducida para excretar metales pesados y/o una mayor exposición ambiental en momentos clave del desarrollo, pueden desempeñar un papel causal en el autismo.”5
El plomo está presente en diversos productos de uso común. Este metal pesado tóxico se encuentra en la pintura, ciertas cerámicas, tuberías y herramientas de fontanería. Incluso las soldaduras, la gasolina, las pilas y los cosméticos contienen trazas de plomo.Esto es muy preocupante, ya que un estudio descubrió que a mayores niveles de plomo, “los niños muestran niveles más altos de desconfianza hostil y conductas de oposición desafiante, estaban más insatisfechos e inseguros sobre sus emociones y tenían dificultades de comunicación.”4
De acuerdo con esto, un estudio de 2015 informó de que los niños autistas tienen niveles más altos de plomo, mercurio y aluminio que sus compañeros sanos. Estos niños también tenían un coeficiente intelectual más bajo en comparación con el grupo de control. El estudio concluyó que:
Por desgracia, el plomo puede encontrarse incluso en el agua del grifo procedente de las tuberías interiores o de las tuberías que conectan una casa con la tubería principal de agua de la calle, sobre todo si se trata de una casa antigua. Suele proceder de la corrosión de las instalaciones antiguas o de la soldadura que conecta las tuberías. Algunas personas pueden tener una capacidad genética reducida para excretar metales pesados, como el plomo, y corren un riesgo especial. Un estudio sugiere que la exposición a metales tóxicos en combinación con algunas deficiencias de nutrientes esenciales, por ejemplo manganeso, puede dañar el desarrollo cerebral de un feto en el útero o durante la primera infancia.6 Esto fue confirmado en un estudio sueco-estadounidense publicado en 2017 que sugirió que el aumento de los niveles de plomo y otros metales pesados, al mismo tiempo que la deficiencia de manganeso y zinc durante ventanas de desarrollo específicas, pueden aumentar gravemente el riesgo de TEA.7
© Dr. Rath Health Foundation 11.
Plomo
Galena
Otros metales pesados
Un estudio realizado en Egipto con 45 niños autistas y 45 sanos de entre 2 y 10 años concluyó que los altos niveles de plomo y mercurio detectados en sangre y cabello podrían ser una de las principales causas del autismo. La desintoxicación mediante un agente quelante (los agentes quelantes son compuestos químicos que reaccionan con los iones metálicos para formar un complejo estable y soluble en agua) produjo grandes mejoras en estos niños.8 Otro estudio publicado en 2011 mostró niveles significativamente elevados de arsénico, cadmio, bario, cerio y plomo en muestras de pelo y orina de niños diagnosticados de autismo.9
Muchos padres han experimentado mejoras sustanciales en los síntomas autistas de sus hijos mediante un programa adecuado de desintoxicación de metales pesados. Definitivamente, existe una necesidad global de más investigación sobre la desintoxicación de metales pesados para el tratamiento de los TEA.
Este mineral está presente en nuestro entorno y en los alimentos. Muchos suministros municipales de agua también contienen flúor añadido para prevenir la caries dental en la población masiva. El flúor está presente en la pasta de dientes y en muchos productos dentales y químicos. Tanto el flúor
como el aluminio interfieren con una serie de enzimas específicas y, en consecuencia, pueden reducir significativamente la producción de energía por parte de las células y dañarlas. La interacción sinérgica del flúor y el aluminio es muy tóxica, sobre todo para los niños.10
12.
Flúor
Fluorita (CaF2).
Aluminio
Este metal no sólo se encuentra en latas y papel de aluminio, sino también en muchos artículos domésticos y en nuestro entorno. Puede resultar sorprendente saber que la mayor parte del aluminio que ingerimos procede de nuestra dieta. Este metal es una potente neurotoxina. La exposición laboral al aluminio se ha relacionado con enfermedades neurológicas, incluida la enfermedad de Alzheimer. Se han reportado niveles cerebrales más altos de aluminio en individuos que envejecen. Curiosamente, un estudio de 2018 encontró que los pacientes con TEA tenían niveles de aluminio significativamente
2. Pesticidas y herbicidas
Como todos sabemos, el nivel de contaminación ambiental y el uso de plaguicidas en la agricultura, la jardinería, los parques, las zonas de juego y otros espacios frecuentados por nuestros hijos es considerable.
Un estudio de 2017 que evaluaba la relación entre la proximidad residencial de las mujeres embarazadas a plaguicidas agrícolas potencialmente neurotóxicos y el neurodesarrollo de niños de 7 años descubrió que los niños que vivían cerca de tierras de
más altos en comparación con los grupos de control sanos.10 Estos hallazgos coinciden con las preocupaciones ya existentes sobre los adyuvantes que contienen aluminio utilizados en muchas vacunas (hablaremos de este tema más adelante).11
cultivo rociadas con plaguicidas tenían puntuaciones de CI más bajas en comparación con los niños que vivían en otras zonas.12 Otro estudio realizado en Corea mostró que la exposición a plaguicidas durante el embarazo podría estar relacionada con un mayor riesgo de crecimiento prenatal deficiente y alteraciones del neurodesarrollo en la descendencia. Las sustancias químicas evaluadas en este estudio incluían 4 f talatos, bisfenol A, 3 metales pesados, 19 bifenilos policlorados (PCB), 19 plaguicidas
© Dr. Rath Health Foundation 13.
Aluminio en las vacunas de Nueva Zelanda 1980 frente a 2013
Fuente: Immunisation Handbook 2002 & 2011 Ministry of Health NZ
organoclorados y 19 éteres difenílicos polibromados. Sus niveles se midieron en la orina, la sangre, el suero y/o la leche materna de mujeres embarazadas o lactantes.
Resulta alarmante que estos plaguicidas se utilicen con bastante frecuencia en muchos países y se encuentren en productos de la agricultura convencional en céspedes tratados con herbicidas. También pueden contaminar diversos productos animales como la leche, la carne, los huevos y el queso.13
También hay pruebas preliminares de que los pesticidas pueden causar autismo. Un estudio publicado en el American Journal of Psychiatry en 2018, sugiere firmemente que la exposición a productos químicos agrícolas durante el embarazo puede ser un factor de riesgo para el autismo.14, 15 Una revisión científica del Centro de Ciencias de la Salud Ambiental y el Departamento de Ciencias de
la Salud Pública de California vinculó los pesticidas organofosforados con déficits cognitivos, conductuales y neurológicos en los niños, y emitió una recomendación de acciones inmediatas para reducir tales exposiciones.16
Si tiene animales domésticos, como perros o gatos, no utilice collares antipulgas ni jabones químicos, porque contienen sustancias nocivas. En su lugar, pruebe alternativas naturales, como el aceite de neem, lavanda y árbol del té, que puede encontrar en muchas tiendas de productos sanitarios.
Aunque es difícil eliminar por completo nuestra exposición a los pesticidas, incluso una pequeña reducción, como el uso de productos ecológicos o quitarse los zapatos para evitar que los productos químicos del césped y otros contaminantes lleguen al suelo y las alfombras, puede ayudar.
Herbicidas a base de glifosato (GBH)
El famoso herbicida de Monsanto, el glifosato (“Roundup”), que ahora se ha demostrado que mata las bacterias intestinales de las abejas, se vendió por primera vez a los agricultores en 1974. Desde 1978, el uso de HBG se ha multiplicado aproximadamente por cien. Un estudio estadounidense publicado en 2017 descubrió que:
• Los GBH son los herbicidas que más se aplican en el mundo y su uso y exposición siguen aumentando.
• Los GBH contaminan las fuentes de agua potable, el suelo y el aire, especialmente en las regiones agrícolas.
• El glifosato está clasificado como probable carcinógeno humano.
14.
• El glifosato y sus metabolitos están ampliamente presentes en el suministro mundial de soja.
• Las estimaciones reglamentarias de las ingestas diarias tolerables de glifosato en Estados Unidos y la Unión Europea se basan en datos científicos obsoletos.17
Stephanie Seneff, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, autora de numerosas publicaciones sobre diversos temas que van desde la enfermedad de Alzheimer hasta el autismo y las enfermedades cardiovasculares, señala un vínculo notablemente fuerte entre el aumento del uso del Roundup de Monsanto y las crecientes tasas de autismo.
Advierte de que si no se hace nada para eliminar la exposición a esta potente toxina, en 2025 ¡uno de cada dos niños será autista!
Otras investigaciones también han encontrado pruebas alarmantes de que esta sustancia es muy perjudicial para el sistema nervioso y que podría estar relacionada con el autismo y muchas otras enfermedades, como el Parkinson y el Alzheimer, e incluso el cáncer. El estudio -realizado en Brasil y publicado en 2018- presentó pruebas preocupantes de la presencia de glifosato y su metabolito ácido amino-metil-fosfónico (AMPA) en 10 marcas comerciales de fórmulas infantiles analizadas entre 2012 y 2017.18
© Dr. Rath Health Foundation 15.
Año 199119931997 1995 1999 2003 2001 2007 20052009 199019941998 1996 2000 2004 2002 2008 2006 2010 1992 400000 350000 300000 250000 300000 150000 100000 50000 0 90 80 70 60 50 40 30 20 0 10 Relación entre
niños
amparados
Glifosato para maíz y soja (1000
Número de niños con autismo (6-21 años) cubiertos por la Ley IDEA*. (Véase p. 49) Niños con autismo Uso del Glifosato en Maíz y soja
los
con autismo
por la ley IDEA* de EE.UU. y el uso de Glifosato en el maíz y la soja. IDEA* y el uso de glifosato en el maíz y la soja
toneladas)
3. Productos químicos alteradores endocrinos
Las sustancias químicas alteradoras endocrinas interfieren en el sistema endocrino (hormonal) y se sabe que causan cáncer, defectos de nacimiento y otros trastornos del desarrollo. Entre estos compuestos, el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, presentes habitualmente en los envases de plástico de alimentos y biberones, pueden imitar o manipular los efectos de las hormonas naturales, creando diversos problemas de desarrollo. Un estudio japonés del año 2018 sugiere que la exposición prenatal a los ftalatos puede causar cambios de comportamiento en los niños en edad preescolar.19 Los estudios en animales han encontrado que “la exposición prenatal al BPA puede causar obesidad, anormalidades reproductivas y alteraciones del neurodesarrollo en la descendencia.” 20
Sin embargo, todo el mundo utiliza envases de plástico por comodidad sin pensar en los posibles riesgos para la salud. Si utiliza recipientes o botellas de plástico para alimen -
tos, asegúrese de que no contengan BPA. En la actualidad se comercializan diversos productos sin BPA gracias a la presión ejercida por los consumidores y los defensores del medio ambiente para que las empresas los fabriquen.
Al vivir en una sociedad moderna estamos rodeados de sustancias químicas nocivas, por lo que no es de extrañar que en 2004 los investigadores descubrieran que los cuerpos de la mayoría de las mujeres embarazadas de EE.UU. contenían múltiples sustancias nocivas. Aunque algunas sustancias químicas se prohibieron en los años setenta, otras se siguen utilizando y abundan en productos domésticos comunes. Un estudio demostró que las mujeres embarazadas de hoy en día están expuestas a 163 sustancias químicas tóxicas diferentes, todas ellas presentes en la sangre, los tejidos y la leche materna.21 El creciente número de lactantes enfermos no es ninguna sorpresa.
16.
4. Aditivos alimentarios
Los colorantes alimentarios se utilizan en muchos productos alimenticios, fármacos y cosméticos, a pesar de las innumerables preocupaciones que suscitan desde el punto de vista de la salud. Muchos colorantes están permitidos, aunque estén contaminados con pequeñas cantidades de plomo, mercurio, arsénico, bencidina y otras toxinas, simplemente sobre la base de que estos contaminantes peligrosos son demasiado difíciles de eliminar durante el proceso de fabricación. Por tanto, en favor de los intereses comerciales, se considera “aceptable” que los aditivos alimentarios conserven “algunos” componentes nocivos.
Aunque no pueden matar a una persona al instante cuando se consumen en pequeñas cantidades, comer muchos productos que los contengan durante un largo periodo de tiempo provoca una acumulación de estas sustancias químicas en el organismo. Esto hace que aumente la carga tóxica del organismo. Los bebés y los niños siguen siendo los más vulnerables a estas toxinas, ya que sus órganos aún no han madurado y porque metabolizan estos compuestos de forma diferente a los adultos. En nuestros alimentos se utilizan cantidades ingentes de colorantes artificiales aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos Estadouni-
dense (FDA) y otros organismos reguladores similares. Como se encuentran en todo, desde cosméticos hasta cereales y refrescos, intentar evitarlos es una pesadilla para los consumidores.
Los colorantes de los medicamentos farmacéuticos pueden contener el doble de plomo que los alimentos. Como los medicamentos suelen tomarlos personas que ya están enfermas, esto puede dañar aún más su metabolismo. Imaginemos las consecuencias para el número de pensionistas que toman a diario muchos medicamentos diferentes.
El glutamato monosódico (GMS) se utiliza habitualmente como potenciador del sabor. Se puede encontrar en la mayoría de los alimentos preparados y envasados comercialmente, o en muchos platos de restaurante, porque hace que incluso la comida más pobre sepa muy bien. El glutamato monosódico estimula el cerebro y provoca una producción excesiva de dopamina. El subidón que provoca, similar al de una droga, proporciona una breve sensación de bienestar y hace que los consumidores deseen más. Sin embargo, en el proceso se destruyen células cerebrales. Aunque diversos estudios (a menudo financiados por la industria alimentaria) afirman que el glutamato monosódico es inocuo, muchas pruebas demuestran
© Dr. Rath Health Foundation 17.
que es tóxico. Además de la obesidad y los daños cerebrales, el glutamato monosódico también puede provocar asma y otras afecciones alérgicas.22 En los últimos años ha crecido entre los consumidores la tendencia a exigir productos alimenticios sin GMS. Es esencial leer las etiquetas de los alimentos que se compran y elegir productos que no contengan glutamato monosódico. Sin embargo, tenga en cuenta que también puede esconderse bajo nombres como “proteína hidrolizada”, “caseinato de calcio y sodio”, etc. Recuerde que sus decisiones pueden cambiar las prácticas de la industria alimentaria.
Si quiere saber más, aquí tiene un buen libro sobre el glutamato monosódico: The Slow Poisoning of America, de Edward Erb
de aspartamo durante el embarazo tenían más probabilidades de dar a luz a un niño con autismo.23 El neurocirujano jubilado Russel Blaylock MD sugiere que los aditivos alimentarios excitotóxicos, como el glutamato monosódico y el aspartamo, el aluminio y el flúor, pueden contribuir al desarrollo del TEA o ser un cofactor del mismo.24
El consumo de aditivos ali mentarios artificiales no aporta nada bueno, por lo que es mejor evitarlos. Preste atención a la información de las etiquetas de los alimentos.
El aspartamo es un edulcorante artificial utilizado en muchas bebidas sin azúcar y productos reducidos en calorías. Desgraciadamente, es tan tóxico como el glutamato monosódico, causa daños en el hipotálamo del cerebro y desencadena inflamaciones. Su consumo a largo plazo puede afectar negativamente a los sistemas endocrino y nervioso. Se ha relacionado con muchos problemas de salud, incluidos trastornos del comportamiento como la esquizofrenia, la depresión y las convulsiones. Un estudio reveló que 700 madres que ingirieron grandes cantidades
18.
El aspartamo se encuentra en bebidas dietéticas y productos bajos en calorías.
La vacunación de los niños con múltiples dosis de vacunas ha encabezado la lista de causas probables del autismo. Esto ha llevado a muchos padres a retrasar o rechazar las vacunas para sus hijos. La vacuna triple vírica (paperas, sarampión, rubéola) y, en concreto, su ingrediente inactivo, el timerosal (un conservante a base de mercurio), se ha relacionado con el TEA y otros trastornos del neurodesarrollo. El aumento de los diagnósticos de autismo puede ser paralelo al incremento del uso y la presencia de timerosal y otros compuestos tóxicos en las vacunas.
Desde que se acumularon las pruebas de la conexión, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., la Academia Americana de Pediatría y algunas empresas farmacéuticas acordaron finalmente en julio de 1999 eliminar el mercurio de todas las vacunas infantiles “lo antes posible”. Como consecuencia, el uso de timerosal en las vacunas autorizadas por la FDA estadounidense disminuyó considerablemente.
En Estados Unidos, todas las vacunas para niños de 6 años o menos están ahora disponibles en formulaciones que no contienen timerosal. Sin embargo, este ingrediente sigue presente en las vacunas infantiles de muchos otros países. El timerosal también está presente en muchas vacunas antigripales y de otro tipo, incluidas algunas que se
administran a lactantes. Dada la evidencia de los riesgos para la salud asociados a esta formulación que contiene mercurio, esto es escandaloso.
Un estudio, “Retraso en la adquisición de reflejos neonatales en primates recién nacidos que reciben una vacuna contra la hepatitis B que contiene timerosal: Influencia de la edad gestacional y el peso al nacer“, comparó a monos macacos lactantes vacunados con la vacuna contra la hepatitis B que contiene timerosal con monos que recibieron un placebo salino y los que no recibieron ninguna inyección. Los resultados mostraron que los monos vacunados presentaban retrasos significativos en el desarrollo de respuestas clave para la supervivencia, como los reflejos de enraizamiento, hocico y succión. Estos reflejos están controlados por el tronco encefálico, una zona crucial especialmente susceptible a los daños causados por el mercurio. Los reflejos neonatales de los animales no expuestos y del grupo placebo no se retrasaron.25
Los padres informan de que sus hijos, antes normales, empezaron a comportarse de forma anómala tras ser vacunados. Como no hubo mejoría tras la vacunación, a muchos de estos niños se les diagnosticó TEA.
© Dr. Rath Health Foundation 19.
5. Vacunas
En 2017, los investigadores descubrieron que existe una mayor probabilidad de diagnóstico de autismo atípico tras la exposición a vacunas que contienen timerosal. El estudio aporta importantes pruebas epidemiológicas que asocian significativamente un mayor contenido de mercurio en las vacunas infantiles que contienen timerosal con un riesgo de diagnóstico de autismo atípico, y sugiere que el timerosal debería eliminarse de las vacunas.26 Los investigadores encontraron “una relación significativa entre la exposición al mercurio de las vacunas infantiles que contienen timerosal y el riesgo posterior de un diagnóstico de „trastorno emocional”.27 El TE es una enfermedad neurológica similar al autismo.
Numerosos estudios descubrieron que una exposición elevada al mercurio etílico de las vacunas que contienen timerosal en el primer mes de vida aumenta el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico. Basándose en estos hallazgos, las investigaciones apuntan a un delito para desinformar al público y mostrar que el timerosal de las vacunas es seguro.28 Además, un estudio de 2006 mostró “un riesgo significativamente mayor de autismo, trastornos del habla, retraso mental, espasmos infantiles y anomalías del pensamiento después de las vacunas que contienen timerosal en comparación con las vacunas sin timerosal.”29
20.
EL CALENDARIO DE VACUNACIÓN
Los niños estadounidenses son los más vacunados del mundo. (Fuentes: NVIC.org & CDC.gov)
• EDAD 12 horas: 1 vacuna
• EDAD 2 meses: 8 vacunas más
• EDAD 4 meses: 7 vacunas más
• EDAD 6 meses: 8 vacunas más
• EDAD 12-18 meses: 12 vacunas más
• EDAD 2-6 años: 13 vacunas más
• EDAD 7-18 años: 20 vacunas más
TOTAL GENERAL: 69 vacunas
EE.UU. tiene la tasa de mortalidad infantil más alta del mundo industrializado y administra más vacunas a sus ciudadanos que cualquier otro país del mundo industrializado. (Fuentes: WashingtonPost.com)
Aunque un estudio de 2013 ha cuestionado la conexión entre las vacunas y el autismo, no es probable que las preocupaciones y los debates en torno a la vacunación infantil terminen pronto.30
Muchas enfermedades pueden prevenirse, y muchas se han eliminado mediante la vacunación. La respuesta al problema actual de las vacunas puede ser el desarrollo de nuevas tecnologías basadas en conservantes y adyuvantes más seguros que puedan estimular respuestas inmunitarias saludables contra un antígeno sin generar efectos
secundarios perjudiciales. Hasta que las empresas farmacéuticas no inviertan en investigación centrada en el desarrollo de una tecnología de vacunas segura, continuará el debate sobre los pros y los contras de la vacunación. Peor aún, nuestros hijos estarán expuestos a enfermedades que pueden prevenirse fácilmente mediante el acceso universal a vacunas seguras y eficaces.
© Dr. Rath Health Foundation 21.
¿Por qué no todos los niños vacunados presentan síntomas?
Algunos datos de investigación indican que la aparición de síntomas de autismo tras la vacunación podría estar desencadenada por una susceptibilidad genética y una sensibilidad extrema a los metales pesados. Esto, a su vez, podría desencadenarse por el mal funcionamiento de una proteína específica, la proteína metalotioneína (MT), que es importante en el metabolismo humano.31
Además, algunos niños sufren una acumulación crónica de fenilalanina o fenilcetonuria (PKU). Este raro defecto genético provoca retraso mental, convulsiones, alteraciones del desarrollo cerebral y síntomas de autismo. Algunos estudios sugieren que el tratamiento precoz de la PKU con restricciones dietéticas puede reducir la prevalencia del autismo en los niños afectados.32
Tratamiento convencional de los TEA
La risperidona (Risperdal) y el aripiprazol (Abilify) se aprobaron hace más de una década para tratar la irritabilidad asociada al autismo. Risperdal entró en el mercado en 1993 como tratamiento de la esquizofrenia en adultos. Posteriormente, la FDA lo aprobó para el tratamiento de la esquizofrenia en niños y el trastorno bipolar en adultos. También se recetó para trastornos del comportamiento asociados al autismo. Risperdal se ha relacionado con varios efectos secundarios negativos, uno de los cuales es el aumento de peso debido al incremento del apetito inducido por el fármaco. Se ha informado de que los niños que toman risperidona aumentan una media de 2,5 kilos en las 8 semanas siguientes a la toma del medicamento. El fármaco también puede causar somnolencia, cambios hormonales y, en raras ocasiones, temblores y movimientos involuntarios.
Hasta la fecha, Risperdal ha reportado a Johnson & Johnson, su fabricante, más de 40.000 millo nes de dólares, con más de 3.000 millones de beneficios anuales. En la actualidad, mu chas personas han presentado deman das contra Johnson & Johnson, debido a que Risperdal podría ser responsable de miles de lesiones, así como de un inmenso trastorno emo cional. Incluso podría ser la causa de muchas muertes.
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Desde hace algún tiempo se viene observando que el aripiprazol (Abilify) hace que los pacientes se comporten de forma imprudente e impulsiva. Los fabricantes de medicamentos nocivos de venta con receta suelen argumentar que los beneficios de sus fármacos superan los riesgos. Sin embargo, estas afirmaciones suelen basarse en estudios de investigación financiados por esos mismos fabricantes. Resulta significativo, por tanto, que un reciente estudio independiente, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), afirme: “Puede que bilify ni siquiera sea muy eficaz para tratar la depresión”. 33
Ambos fármacos han mostrado algunos beneficios sintomáticos a corto plazo, como la reducción de las conductas desafiantes y repetitivas en compa-
FÁRMACOS
Agonistas adrenérgicos alfa2 (guanfacina y clonidina).
Antagonistas opiáceos (naltrexona).
Psicoestimulantes (por ejemplo, metilfenidato, sales mixtas de anfetamina).
ración con los pacientes no tratados. Sin embargo, debido a sus posibles efectos secundarios, no deberían utilizarse en absoluto. Y menos aún durante un periodo prolongado.
Cuando se busca un tratamiento eficaz para aliviar los síntomas incapacitantes del autismo, muchos médicos recetan medicamentos que se utilizan “fuera de etiqueta”. Se trata de fármacos aprobados para otras afecciones, a veces relacionadas, como el trastorno por déficit de atención con hipe ractividad (TDAH), los trastornos del sueño o la depresión. La mayoría de es tas autorizaciones se conceden a pacientes adultos. Varios de estos medicamentos “fuera de indicación” se utilizan para tratar síntomas específi cos en niños autistas:
SÍNTOMAS EFECTOS SECUNDARIOS
Agresividad, hiperactividad, falta de atención, trastornos del sueño.
Irritabilidad, comportamientos repetitivos/autoestimulantes, hiperactividad.
Agresividad, irritabilidad, falta de atención, impulsividad, hiperactividad.
Presión arterial baja (hipotensión), sedación, sequedad de boca, dolor de cabeza, estreñimiento.
Insomnio, dolor de cabeza, disminución del apetito, sabor amargo.
Pérdida de apetito, insomnio, dolor de cabeza, irritabilidad, comportamiento retraído, ritmo cardiaco irregular, hipertensión (estos fármacos no se recomiendan para niños con enfermedades o defectos cardiacos preexistentes) y -con uso crónicoretraso del crecimiento.
Inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) (por ejemplo, fluoxetina, sertralina).
Agresividad, impulsividad, cambios de humor, irritabilidad, trastornos del sueño.
Sedación, sequedad de boca, estreñimiento, riesgo de suicidio (advertencia en el recuadro negro).
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En 2007, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) dio un paso importante en relación con la prescripción de ISRS, una clase de antidepresivos.34 Emitió una advertencia de recuadro negro sobre estos fármacos, destacando el aumento del riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas en niños y adolescentes a los que se les prescribían como parte de su tratamiento. Las advertencias de recuadro negro suelen preceder a la retirada de un fármaco del mercado.35 Los peligros de los ISRS son preocupantes.
Dado que el uso de antidepresivos está muy extendido, los pacientes que los toman deben ser vigilados para detectar cambios inusuales en su comportamiento, como inquietud interior o retraimiento de las situaciones sociales normales.36 Sin embargo, la vigilancia de los pacientes es difícil de llevar a cabo y no puede evitar la mayoría de las tragedias. Por desgracia, algunos adultos jóvenes que han estado tomando estos fármacos se han suicidado inducidos por los ISRS apenas unas horas después de que sus seres queridos o compañeros pensaran que estaban completamente bien.
También es importante tener en cuenta que muchos pediatras generalistas no tienen experiencia en la prescripción y el manejo de medicamentos psicotrópicos, especialmente en niños con TEA. Se justifica un control regular, a veces incluso semanal en las etapas
iniciales de la administración de este tipo de medicación. Para ciertos medicamentos es importante registrar el peso, la altura, la presión arterial y la frecuencia cardíaca en cada visita; para otros fármacos (por ejemplo, los antipsicóticos atípicos), se recomiendan pruebas de laboratorio, como lípidos en ayunas, pruebas de función hepática y glucosa sérica.
Dado que estos medicamentos no están bien estudiados en este grupo de población, sobre todo en niños, y conllevan un alto riesgo de efectos secundarios adversos, se recomienda consultar con un especialista en salud mental. Hoy en día, muchos médicos incluyen otras medidas no farmacológicas para ayudar a sus pacientes, por lo que existen opciones alternativas.
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ANAFRANIL (clomipramine)
ASENDIN (amoxapine)
AVENTYL (nortriptyline)
CELEXA (citalopram hydrobromide)
CYMBALTA (duloxetine)
DESYREL (trazodon HCl)
ELAVIL (amitriptyline)
EFFEXOR (venlafaxine HCl)
EMSAM (selegiline)
ETRAFON (perfenazine/amitriptyline)
EXAPRO (escitalopram oxalaat)
LIMBITROL (chloordiazepoxide/amitriptyline)
LUDIOMIL (maprotiline)
MARPLAN (isocarboxazide)
NARDIL (fenelzinesulfaat)
SERZONE (nefazodon HCl)
NORPRAMIN (desipramine HCl)
PAMELOR (nortriptyline)
PARNATE (tranylcyprominesulfaat)
PAXIL (paroxetine HCl)
PEXEVA (paroxetinemesylaat)
PROZAC (fluoxetine HCl)
REMERON (mirtazapine)
SARAFEM (fluoxetine HCl)
SEROQUEL (quetiapine)
SINEQUAN (doxepine)
SURMONTIL (trimipramine)
SYMBYAX (olanzapine/fluoxetine)
TOFRANIL (imipramine)
TOFRANIL-PM (imipraminepamoaat)
TRIAVIL (perfenazine/amitriptyline)
VIVACTIL (protriptyline)
WELLBUTRIN (bupropion HCl)
ZOLOFT (sertraline HCl)
ZYBAN (bupropion HCl)
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La lista de antidepresivos disponibles en EE.UU. es muy larga, y cada fármaco conlleva riesgos para la salud:
Insatisfechos con los tratamientos convencionales del autismo, muchos padres y pacientes buscan otras opciones. A menudo consultan páginas web o publicaciones populares repletas de recomendaciones personales, testimonios e incluso curas milagrosas, normalmente sin ninguna prueba científica. Esto suele causar aún más frustración y confusión. Para obtener resultados satisfactorios, hay que recurrir a fuentes científicas y encontrar enfoques probados profesionalmente que hayan demostrado su eficacia.
Como ya se ha indicado, es importante adoptar el enfoque de “no hacer daño”. Esto significa evitar la exposición a toxinas ambientales en la medida de lo posible, mantenerse alejado de productos procesados de comida rápida y refrescos, así como eliminar el azúcar y las grasas saturadas de la dieta del paciente.
Además, para prevenir el autismo o tratar un trastorno autista existente, es fundamental establecer una dieta óptima rica en micronutrientes. Esto proporcionará un apoyo natural a la función de la mayoría de los órganos críticos que se ven afectados por el proceso de la enfermedad o son susceptibles de padecerla. Numerosos estudios han demostrado que los niños y adultos con TEA suelen presentar importantes deficiencias
nutricionales, desequilibrios metabólicos y problemas digestivos que es necesario abordar y corregir.
Investigaciones recientes demuestran claramente que las mujeres que toman suplementos dietéticos en las primeras fases del embarazo tienen un riesgo aproximadamente un 40% menor de tener un hijo diagnosticado de autismo, en comparación con las mujeres que no utilizan suplementos. Esto se observó en las que tomaban suplementos multivitamínicos con o sin hierro o ácido fólico adicional, o ambos.37 Numerosos estudios han probado los efectos de diversas dietas y nutrientes individuales sobre el autismo. La mayoría de ellos demostraron que los patrones dietéticos específicos, así como la ingesta de ácido fólico y calcio, son importantes para disminuir el riesgo de padecer este trastorno.38 Sin embargo, la suplementación con un único compuesto no es una forma eficaz de corregir la complejidad metabólica del TEA. Un método mucho más exitoso es utilizar una combinación de micronutrientes científicamente seleccionada y sinérgicamente interactiva. Esto, junto con una dieta saludable, es la medicina primaria y más eficaz, ya que apoya los propios mecanismos eficientes de autocuración del cuerpo y mantiene el funcionamiento óptimo de sus órganos.
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Abordar los síntomas y las causas del autismo con métodos naturales
El propósito de esta publicación es, por tanto, proporcionar orientación que le ayude a hacer elecciones alimentarias individuales, seleccionar suplementos dietéticos de micronutrientes adecuados y adoptar otras modalidades para abordar su lucha por la salud. L a salud puede recuperarse sobre una base de nutrición sana y rica en vitaminas, antioxidantes y otros compuestos activos naturales. Este enfoque puede mejorar el funcionamiento óptimo del cerebro y del sistema nervioso y dotar a todo el organismo de las herramientas necesarias para mantenerse.
La investigación sugiere que “adaptar una dieta equilibrada especialmente diseñada con suplementos de micronutrientes adecuados puede mejorar la gravedad de los síntomas del autismo y los comportamientos anormales relacionados.”39
cerebro y pasa por el cuello y el tórax hasta el abdomen. Este nervio percibe el estado de los órganos del cuerpo y permite a la microbiota “hablar” bioquímicamente con las neuronas del cerebro. Esta es la razón por la que las toxinas producidas por ciertas bacterias intestinales tienen un efecto directo sobre el estado de ánimo y el comportamiento. L a microbiota intestinal normal contiene la comunidad corporal de decenas de billones de bacterias intestinales y puede formar una biomasa de 2 kg. Si bien es esencial en la protección contra patógenos, la extracción de componentes de los alimentos e incluso en la producción de algunos micronutrientes, también desempeña un papel en nuestra salud mental. Las investigaciones científicas sugieren que, en comparación con los controles, los pacientes autistas presentan marcadas diferencias en su microbiota. También se ha descubierto que los desequilibrios o cambios en la microbiota pueden afectar al desarrollo y la función cerebrales.40,41
La microbiota intestinal puede afectar a la función cerebral
Aunque la mayoría de la gente rara vez piensa que nuestros intestinos tienen algo que ver con la salud mental, las pruebas científicas, cada vez más numerosas, apuntan al papel fundamental de la población bacteriana del intestino en muchos aspectos de la salud, incluido el TEA. El intestino interactúa con el cerebro a través de nuestro nervio más largo -el nervio vago-, que nace en el
Un gran número de pruebas que subrayan la importancia de la microbiota en la función del sistema nervioso y el comportamiento procede de estudios con animales. Uno de los estudios realizados en ratones muestra cómo una cepa de la bacteria probiótica -Lactobacillus reuteri- podría reducir algunos comportamientos de tipo autista en estos animales.42 Basándose en estos hallazgos, el investigador principal y neurocientífico Mauro Costa-Mattioli, director del Centro
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de Investigación de la Memoria y el Cerebro del Baylor College of Medicine, expresó grandes esperanzas de realizar futuros ensayos clínicos utilizando esta bacteria específica en pacientes con autismo. La bacteria
L actobacillus reuteri se encuentra de forma natural en la leche materna y está presente en un tracto intestinal sano. Parece que esta bacteria beneficiosa está relacionada con
Basándose en diversos hallazgos, un estudio español publicado en 2018 sugirió que “la manipulación de la microbiota podría ser una intervención positiva para mejorar los síntomas del TEA”.45
28.
El desequilibrio de la microbiota puede aumentar el ácido propiónico en el intestino
Algunas microbiotas también pueden tener efectos negativos en la salud. En este sentido, un grupo canadiense de investigación sobre el autismo de la Universidad de Ontario Occidental dirigido por Derrick MacFabe ha demostrado que ciertas bacterias intestinales resistentes a los antibióticos pueden interferir en el desarrollo del cerebro. En concreto, los clostridios y otras especies similares que producen ácido propiónico tienden a crecer en exceso en el intestino tras un tratamiento con antibióticos.46
Es posible que no conozca la importancia del ácido propiónico. Este ácido graso de cadena corta está presente de forma natural en los productos lácteos y se produce como resultado de la fermentación bacteriana. También se utiliza en el pan y otros alimentos para inhibir el desarrollo de mohos. El ácido propiónico ha demostrado algunos beneficios en la diabetes tipo 2 y en la prevención de la obesidad, pero también puede tener efectos adversos en el organismo dependiendo de su concentración, tiempo de exposición y
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otros factores. Dado que los niños con autismo presentan niveles elevados de bacterias intestinales productoras de ácido propiónico, éste se ha visto implicado como posible factor en el TEA. Además, un estudio con animales demostró que cuando se alimenta a ratas preñadas y a sus crías con dietas ricas en ácido propiónico, las crías muestran muchos cambios similares al autismo en su cerebro, además de inflamación intestinal.47
En un estudio realizado en 2013 en niños cuyo autismo podría estar relacionado con una microbiota productora de ácido propiónico, los investigadores hallaron en su sangre un patrón de productos anormales de oxidación de ácidos grasos denominados acilcarnitinas. Este patrón era similar al encontrado en el modelo de rata de autismo inducido por ácido propiónico.48
Aunque las investigaciones en este sentido aún no son definitivas, es prudente mantener un equilibrio natural de producción de ácido propiónico en el intestino. Este equilibrio puede verse afectado por los antibióticos, pero también por pesticidas como el glifosato (Roundup). En todos los casos se recomienda un suplemento probiótico para restablecer un entorno bacteriano óptimo.
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Los cambios en la microbiota relacionados con el estrés pueden afectar a nuestro comportamiento
Estudios con animales han demostrado que el estrés durante el embarazo aumenta el riesgo de que la descendencia presente síntomas de autismo. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania sugieren que la vía que va del estrés de la madre al cerebro del niño pasa por el microbioma intestinal.49
En el momento del parto, el recién nacido recibe el microbioma vaginal de la madre a través del canal del parto. Si la madre experimenta un estrés anormal durante el embarazo, esto provoca altos niveles de cortisol en su sangre, lo que puede cambiar significativamente su microbioma vaginal. En consecuencia, esto altera el microbioma intestinal del bebé y provoca consecuencias a largo plazo para su desarrollo cerebral.
En un estudio con ratones, los investigadores estresaron a las ratonas embarazadas durante los 7 primeros días de gestación sometiéndolas a estrés psicológico mediante la exposición a olor a gato, ruido nocturno y luces intermitentes. Analizaron las bacterias vaginales de estas ratonas antes del parto. Los resultados mostraron que las ratonas estresadas tenían significativamente menos bacterias “buenas” en comparación con los controles no estresados. Lo mismo se ob -
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servó en la microbiota intestinal de las crías pocos días después del parto. Como consecuencia, una menor cantidad de bacterias beneficiosas provocaría una absorción deficiente de nutrientes y un mal desarrollo cerebral. De hecho, los investigadores también observaron cambios anormales en el hipotálamo, que es la parte del cerebro implicada en la respuesta del organismo al estrés.
Los cambios en la microbiota pueden favorecer la inflamación Una microbiota sana libera sustancias químicas que afectan a las células del intestino y que desempeñan un papel en la regulación de la inflamación del organismo. Sin embargo, en un proceso conocido como disbiosis, las bacterias y hongos nocivos del intestino crecen en mayor número y pueden dominar a las bacterias beneficiosas. Como resultado, las toxinas secretadas por estos organismos nocivos pueden promover la inflamación.
Algunos datos apuntan a una relación entre el autismo y las infecciones prenatales. Se han hecho observaciones similares en estudios con animales, como el realizado con un modelo especial de ratón de autismo denominado MIA (activación inmunitaria materna). Los ratones que presentan síntomas de autismo proceden de madres que sufrieron una infección vírica durante el embarazo. Los investigadores demostraron que los ratones MIA tienen una microbiota alterada,
anomalías intestinales y daños en la barrera entre el intestino y el torrente sanguíneo: una afección que el mundo médico denomina “intestino permeable”. Esta afección desencadena una inflamación generalizada, ya que las bacterias u otros contenidos intestinales pueden pasar al torrente sanguíneo. Además, los ratones MIA presentaban niveles elevados de productos de excreción microbiana. Cuando los investigadores administraron estos mismos productos tóxicos a ratones normales, estos ratones empezaron a mostrar de repente comportamientos similares al autismo. Curiosamente, tras tratarlos con Bacteroides fragilis, un microbio que vive en un intestino humano sano, el comportamiento similar al autismo en los ratones afectados se redujo significativamente y mejoraron sus intestinos permeables y sus niveles de inflamación.50
RESTAURAR LA MICROBIOTA: Los alimentos fermentados de forma natural, como el yogur a base de leche de coco y el kéfir, son buenas fuentes de bacterias útiles. (El coco es muy beneficioso para el cerebro y el sistema nervioso). El kombucha, una bebida de té negro o verde fermentado, y recetas tradicionales como el kimchi y el chucrut, que se elaboran con col fermentada, también son buenas fuentes.
También puede empezar a preparar batidos verdes con una batidora de alta potencia. Hacer un puré con los alimentos puede ayu-
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dar a los niños a aceptar verduras crudas como la col rizada y las espinacas. Si añade estas verduras a un poco de fruta y leche de coco, el sabor no se verá afectado. Toda la familia se beneficiará de estas saludables comidas instantáneas. También son ideales para el desayuno.
Es importante utilizar un buen suplemento probiótico para favorecer la flora intestinal. Hoy en día hay muchos productos probióti-
cos en el mercado que contienen una variedad de cepas bacterianas en diferentes combinaciones y potencias. Por lo tanto, elegir el más adecuado para sus necesidades puede ser todo un reto.
Restablecer la salud del intestino y del sistema inmunitario son los primeros pasos importantes hacia la recuperación del autismo.
Opciones alimentarias para un paciente autista
El modo en que nuestro metabolismo aprovecha eficazmente los alimentos se ve afectado por sustancias químicas y metales pesados, así como por el gluten y la caseína, que pueden dañar el revestimiento intestinal e impedir que el organismo procese y absorba micronutrientes esenciales. Si nos centramos en dar a nuestro cuerpo alimentos
sanos y nutritivos, tanto el intestino como el cerebro se benefician. La dieta paleo -basada en la idea de que consumimos lo que comían nuestros antepasados cazadores-recolectores, como una dieta rica en fibra y baja en carne y productos animales- es una opción saludable. Siguiendo esta dieta, los pacientes con revestimientos intestinales dañados pueden tratar las afecciones inflamatorias crónicas del tubo digestivo de forma natural y con éxito.
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Se recomienda el folleto “Microbiota - ¡La clave de la salud!”, de M. Holtrop y el Dr. A. Niedzwiecki. Esta sencilla guía ayuda a elegir el probiótico más eficaz para diversos problemas de salud.
La dieta se basa en comer una gran variedad de verduras y frutas ecológicas, así como lentejas, quinoa, alubias, frutos secos, semillas y germinados. Entre los alimentos especialmente beneficiosos para tratar el autismo figuran el aguacate, la remolacha, los arándanos, el brécol, el apio, el aceite de coco, las yemas de huevo, las espinacas, la col rizada, las acelgas, el romero, la cúrcuma, el jengibre y las nueces.
He aquí otros factores dietéticos importantes que hay que tener en cuenta:
ELIMINAR EL AZÚCAR
Uno de las sustancias perjudiciales más importantes que debe eliminar es el azúcar refinado (esto incluye eliminar el jarabe de maíz de alta fructosa). El azúcar no sólo alimenta hongos intestinales peligrosos y causa disbiosis intestinal, sino que también eleva los niveles de azúcar en la sangre, desencadena la inflamación y alimenta el cáncer.
Un estudio realizado en 2010 en ratas descubrió que sólo 3 días de dieta rica en azúcar provocaban un deterioro de la función cerebral del hipocampo, que es la parte del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria.
34.
Las ratas alimentadas con azúcar tenían dificultades para encontrar comida dentro de un laberinto.51
Las dietas ricas en azúcar también pueden estimular el crecimiento de Candida albicans, un hongo patógeno oportunista que vive de forma natural en pequeñas cantidades en la microbiota intestinal. Su crecimiento excesivo provoca agujeros en el revestimiento intestinal. Esto ocasiona la salida de algunos componentes intestinales e impide la absorción de nutrientes beneficiosos; el resultado es una gran variedad de dolencias físicas y emocionales. Los pacientes con autismo suelen mostrar signos de disbiosis
Las dietas que contienen grandes cantidades de azúcar también pueden provocar cambios en la expresión de los genes. Esto repercute en los neurotransmisores y receptores y daña la función básica de las células. L as dietas altas en azúcar reducen el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), responsable del desarrollo, diferenciación y protección de las neuronas existentes y de la construcción de nuevas sinapsis.53
En lugar de galletas y caramelos, acostumbre a su hijo a comer uvas, plátanos, piñas, bayas de Goji, frutos secos o semillas: saben bien y son saludables para su cerebro.
EL GLUTEN Y LA CASEÍNA
Muchos padres de niños autistas han observado una mejora espectacular de los síntomas tras introducir una dieta sin gluten ni aseína junto con la eliminación de la comida rápida, los refrescos o los alimentos procesados. Describen un comportamiento más ositivo en sus hijos y observan una mejora de la concentración, mentes más tranquilas
Eliminar la leche y la soja es fácil y mejora los síntomas del TEA en muchos casos. Una dieta sin gluten es un poco más complicada que la simple eliminación del pan blanco, y también puede ser más cara, ¡pero realmente marca la diferencia! El gluten es una proteína del trigo, pero también se encuentra n la cebada, la espelta, el durum, la sémola
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y el centeno. A veces puede estar oculto en productos alimenticios aunque nunca sospecharía que lo contienen. Por lo tanto, es importante leer las etiquetas de cada uno de los productos que se compran. Parece que uno de los vínculos entre el gluten y la función cerebral es una proteína, la zonulina, que se encuentra en las uniones que unen las células que recubren nuestros intestinos. La zonulina, que se ha asociado a una alteración de la permeabilidad intestinal y de la barrera hematoencefálica, puede ser activada por el gluten. Esta observación podría aclarar cómo el gluten puede contribuir al desarrollo de enfermedades neuroinflamatorias y afectar a la función cerebral.
El otro problema del gluten y la caseína es que, cuando se procesan en el sistema digestivo, se liberan unas sustancias llamadas “exomorfinas” que imitan a las endorfinas del organismo, similares a la morfina. Estas exomorfinas tienen el mismo efecto en el cuerpo que los opiáceos y crean síntomas que hacen que la persona se sienta eufórica e intoxicada. Las exomorfinas son altamente adictivas, por lo que un cambio en la dieta sin pan puede suponer un reto al principio. El aspecto de estar “distraído” que se ve a menudo en los autistas puede ser el resultado de la acción de esas sustancias químicas en su organismo.
El importante papel de los micronutrientes
Los suplementos nutricionales son muy importantes, ya que pueden proporcionar ingredientes clave de apoyo a vías metabólicas específicas en las células de nuestro cuerpo y pueden tomarse en dosis que raramente se consiguen sólo con la dieta. Los micronutrientes tienen un profundo impacto en los síntomas autistas.54
36.
La mayoría de los estudios sobre micronutrientes en el autismo se realizaron con nutrientes individuales. Algunos de ellos se describen a continuación. Sin embargo, los efectos más profundos y completos sobre la salud pueden obtenerse con la suplementación con varios nutrientes, que contienen componentes naturales preseleccionados y que interactúan sinérgicamente.
VITAMINA D: La deficiencia materna de vitamina D puede causar autismo en los recién nacidos.55 Se ha demostrado que los comportamientos autistas desaparecían tras un tratamiento con altas dosis de vitamina D.56 Asimismo, los niveles sanguíneos elevados de vitamina D alcanzados en niños con una deficiencia grave de este nutriente estaban relacionados con una reversión de los comportamientos autistas. Se ha demostrado que la deficiencia de vitamina D durante el embarazo puede predisponer a los niños al autismo.57-59
VITAMINA A: El autismo también puede estar relacionado con daños en la proteína G-alfa, una proteína receptora de la retina. Esta proteína es fundamental para el procesamiento del lenguaje y la atención. Trabajos científicos sugieren que “la vitamina A natural corrige este defecto proteico en pacientes autistas”.60,61
GLUTAMINA: Los niveles séricos de este aminoácido son particularmente bajos en pacientes con autismo. La glutamina actúa
Dcomo precursor de neurotransmisores (glutamato y GABA). Se ha demostrado que también ayuda a prevenir el síndrome del intestino permeable.62,63
El GLUTAMATO es un aminoácido no esencial que no puede atravesar la barrera hematoencefálica y debe sintetizarse en las células neuronales a partir de precursores locales. Es el neurotransmisor más importante para el funcionamiento normal del cerebro e interviene en el aprendizaje y la memoria. El glutamato debe equilibrarse con el GABA (otro neurotransmisor) y la glutamina, su precursor. Los niveles elevados de glutamato liberados durante una lesión neuronal son tóxicos para las neuronas. Las anomalías en los niveles de glutamato se consideran uno de los principales mecanismos del autismo. Los pacientes con autismo tienen niveles elevados de glutamato que pueden provocar comportamientos autoestimulantes, convulsiones y síntomas similares.64,65
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FOLATO: Muchos datos de investigación apuntan a niveles bajos de folato en pacientes con autismo. La suplementación con folato puede resolver los síntomas del au tismo en algunos casos, sobre todo en pa cientes con cambios genéticos que afectan a la función de las enzimas dependientes del folato.66-70
L a VITAMINA C disminuye la gravedad de los síntomas y me jora las puntuaciones sensorio motoras en pacientes con autismo, posiblemente debido a su interacción con la síntesis de dopamina. También tiene importantes efectos sobre los ni veles de glutatión, un importante antioxi dante. Una ingesta suficiente de vitamina C puede reducir el estrés oxidativo, mejorar los procesos de sulfatación celular y aumen tar la producción de bioenergía (ATP, NADH y NADPH) en las células.71,72
GLUTATIÓN Y CISTEÍNA: Las pruebas de muestran que los pacientes autistas tienen niveles significativamente más bajos de los aminoácidos glutatión y cisteína en comparación con los individuos sanos. Un estado antioxidante bajo dificulta la desintoxicación y provoca daños oxidativos en las células. Esto se ha relacionado con los síntomas autistas, que a menudo se consideran un trastorno de estrés oxidativo.73,74 La deficiencia de glutatión y cisteína perjudica los procesos de metilación en la célula, que son impor-
tantes para una desintoxicación eficaz y se han relacionado con síntomas neurológicos en el autismo.75-78
VITAMINA B1: La deficiencia de esta vitamina se ha relacionado con un retraso en el desarrollo del lenguaje. La suplementación beneficia significativamente a los pacientes con autismo.79,80
VITAMINA B12: Los niveles bajos de vitamina B12 perjudican el proceso de metilación (importante para la desintoxicación en la célula). Una ingesta insuficiente de vitamina
38.
C
B12 puede causar daños neurológicos. La deficiencia de vitamina B12 puede causar neuropatía óptica y pérdida de visión en pacientes autistas. La vitamina B12 es importante para aumentar los niveles de cisteína y glutatión.81-83
VITAMINA B6: Los niveles de vitamina B6 son bajos en muchos pacientes diagnos ticados de autismo. Cuando los pacientes reciben suplementos de B6, tienen mejor contacto visual, mejor habla y menos com portamientos autoestimulantes. La vitamina B6 en combinación con el magnesio es un tratamiento eficaz para los pacientes con autismo.84-86
MAGNESIO: Este mineral es importante para los neurotransmisores responsables de las reacciones sociales y las emo ciones. Los pacientes con autismo suelen tener niveles bajos de magnesio. El magnesio mejora la eficacia de la terapia con vitamina B6 y estos nutrien tes deben tomarse juntos.
ZINC: El zinc fija el mercurio y lo elimina del tejido cerebral. Por lo general, los niveles de zinc y cobre están espe cialmente reducidos en los niños autistas. Los niveles ba jos de zinc perjudican a la metalo
88-91
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tioneína, una proteína que ayuda a excretar metales pesados de los tejidos.
CARNITINA: La carnitina transporta los ácidos grasos al interior de las células para que puedan ser quemados como bioenergía. “Un estado bajo de carnitina es una característica común del autismo y deteriora la capacidad de utilizar los ácidos grasos para el aprendizaje y el desarrollo social”.92,93
OMEGAS 3S/DHA: La investigación científica sugiere que los niños con autismo tienen niveles muy bajos de ácidos grasos omega 3. Los ácidos grasos esenciales están presentes en todas las membranas celulares. El ácido docosahexaenoico (DHA) es un componente
La TIROSINA ayuda a la producción de dopamina en la célula cerebral. Unos niveles bajos de tirosina pueden provocar deficiencias cerebrales de dopamina, lo que puede dar lugar a trastornos del estado de ánimo y comportamiento autista.95
El TRIPTÓFANO es un aminoácido natural (presente en plátanos y frutos secos) que ayuda al organismo a producir serotonina, un neurotransmisor que calma a las personas. Las investigaciones científicas indican claramente que las personas con autismo pueden tener un metabolismo del triptófano dañado, con niveles reducidos e este aminoácido, lo que puede alterar el desarrollo cerebral, la actividad euroinmunitaria y la función mitocondrial.96
40.
¿Qué mas se puede hacer?
He aquí algunas sugerencias que pueden ayudar a mejorar los síntomas del autismo:
Considere el uso regular de sales de Epsom (sulfato de magnesio) en el baño. La piel absorbe el magnesio, que tiene un efecto calmante y ayuda a conciliar el sueño, mientras que el componente de azufre favorece la desintoxicación.
• Considere el impacto que las toxinas y los alimentos poco saludables tienen en los adultos: el efecto es mucho mayor en los niños, ya que sus sistemas de desintoxicación aún no están completamente desarrollados. Elija bien los alimentos.
Desintoxique su casa. Revise todos sus productos de limpieza comerciales y sustitúyalos por alternativas no tóxicas de la tienda de dietética. También puede empezar a preparar su propio limpiador orgánico “multiusos” mezclando una taza de vinagre y media taza de bicarbonato de sodio en 4 litros de agua (añada cáscara de limón o naranja para darle una fragancia agradable y un mayor poder de limpieza).
Mantenga la mente y el cuerpo en plena forma. Dedique tiempo a relajarse.
• Consuma alimentos de apoyo para el cerebro, ricos en antioxidantes y otros micronutrientes, como vitaminas, minerales, aminoácidos y ácidos grasos. Estos alimentos aportan energía y ayudan a proteger contra las enfermedades neurológicas.
• Beber abundante agua fresca de manantial embotellada en vidrio hidratará el cuerpo y contribuirá al efecto curativo.
Apoye la capacidad de su organismo para utilizar eficazmente los alimentos de su dieta. Los complementos alimenticios que contienen péptidos únicos, fibras naturales y extractos de alcachofa son muy recomendables, ya que facilitan la absorción de nutrientes por las células mucosas del organismo. Estas fórmulas también ayudan a ligar los metales pesados y a eliminarlos del lugar de unión, para que puedan excretarse a través de la ruta natural biliar-intestinal del organismo.
Sabemos que cuando se es padre de un niño con autismo, la presión que se ejerce sobre uno es inmensa. Reclame más investigación y comparta sus experiencias con nosotros. Hágalo por usted, por su hijo, por su comunidad y por su futuro, y seamos todos p arte de la solución. Su hijo y su viaje hacia una mejor salud pueden ayudar a inspirar a otros.
© Dr. Rath Health Foundation 41.
Referencias
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Exención de responsabilidad:
Este folleto no pretende sustituir el consejo médico. El lector debe consultar un médico en asuntos relacionados con su salud y, en particular, con respecto a cualquier síntoma que pueda requerir un diagnóstico o tratamiento.
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AUTORES
Mirja Holtrop
Nació y creció en Alemania, donde estudió durante algún tiempo. Tras trabajar un par de años como asistente de marketing, se incorporó a la Dr. Rath Health Foundation. A principios de la década de 2000 se trasladó a Sudáfrica y cambió sus estudios por los de Educación en la Universidad de Cape Town. Su primer libro para la Dr. Rath Health Foundation fue “El secreto de las células”, en 2004.
Dra. Aleksandra Niedzwiecki
Como directora del Instituto de Investigación Dr. Rath, la Dra. Niedzwiecki y su equipo investigan y desarrollan enfoques únicos de sinergia de nutrientes en diversos aspectos de la salud y la enfermedad. Este trabajo en la salud cardiovascular, el cáncer, las infecciones y otras áreas ha permitido establecer el vínculo entre la prevención de enfermedades y la sinergia bioquímica de los nutrientes.
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LA ENFERMEDAD DE LYME
En Europa, cada año se registran oficialmente más de 65.000 casos de enfermedad de Lyme. Sin embargo, el número real de casos de enfermedad de Lyme es significativamente mayor, posiblemente incluso muchas veces superior. Esto se debe a que la enfermedad de Lyme presenta una variedad de síntomas difíciles de clasificar. En este folleto se describen detalladamente y se explican enfoques curativos naturales.
PROBIÓTICOS
PROBIÓTICOS
Este folleto muestra la enorme importancia de la microbiota y su influencia en numerosos procesos del organismo. Sin las bacterias, el ser humano no podría desafiar las diversas influencias del medio ambiente, la dieta, los agentes patógenos, los medicamentos, etc.
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INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DR. RATH
El Instituto de Investigación de Medicina Celular Dr. Rath, se encuentra en Silicon Valley, en California. El Instituto cuenta con expertos en los campos de la medicina, la bioquímica y la nutrición. Aquí, científicos de renombre mundial realizan investigaciones innovadoras en las que aplican el principio de la sinergia de nutrientes y estudian el papel de los mismos en la prevención y tratamiento de diversas enfermedades.
El equipo del Instituto de Investigación Dr. Rath desarrolla nuevos conceptos científicos basados en los descubrimientos del Dr. Rath en el campo de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las infecciones y otras enfermedades. Los trabajos de este grupo de científicos, han sido publicados por diversos medios de comunicación de todo el mundo.
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