El Niño del Dinero en un Mundo Sustentable (alumnos de los 10 a los 14 años de edad)

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Reinaldo Domingos

El NiĂąo del Dinero En Un Mundo Sustentable


La colección "El Niño del Dinero" es una adaptación infantil con base en la Metodología DSOP de Educación Financiera, concebida por el profesor, educador y terapeuta financiero Reinaldo Domingos. La serie forma parte del Programa DSOP de Educación Financiera, conformado por la colección didáctica – compuesta por 15 libros del alumno y 15 del profesor – y la colección paradidáctica, compuesta por cinco obras que abordan los temas: Familia, Diversidad, Emprendedurismo, Sustentabilidad, Autonomía y Ciudadanía –, que van desde la Enseñanza Primaria hasta la Secundaria.

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Además de los libros, las instituciones de enseñanza que adoptan el Programa DSOP de Educación Financiera en las Escuelas reciben Capacitación Pedagógica, Workshop de Educación Financiera para los profesores y Ponencias de Sensibilización para padres y comunidad, además del acceso al Portal Escuelas (portalescolas.dsop.com.br), que contiene planes de clase, actividades interactivas (games), videos y áreas exclusivas para alumnos, profesores, padres y gestores.

El Niño del Dinero

Para mayor información, ingrese a www.dsop.com.br/escolas o contacte un franquiciado de su región, consultando nuestro Portal www.dsop.com.br/franquia.

En Un Mundo Sustentable

Adaptación Infantil: Simone Paulino Versión en Español: Pablo Gallego Totera Ilustraciones: Ariel Fajtlowicz


Copyright © by Editora DSOP Título Original: O Menino do Dinheiro – Num Mundo Sustentável Dirección editorial Simone Paulino Editora asistente Maíra Viana

Sonrisa en la cara y mente fresca

Ilustraciones Ariel Fajtlowicz

Traducción Pablo Gallego Totera Impresión y acabado Intergraf Indústria Gráfica LTDA

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Vuelta a clases 9

Edición de arte Luyse Costa Producción gráfica Christine Baptista

Índice La lección de las 5Rs

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reservados a Editora DSOP.

Eso de la informática

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Av. Paulista, 726 - Cj. 1210 - Bela Vista

La nueva materia del profesor Reymoney

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La buena acción del día

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Una amistad sustentable

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Todos los derechos de esta edición están

CEP 01310-910 - São Paulo - SP Tel.: 11 3177-7800 | Fax: 11 3177-7803 www.editoradsop.com.br

El club de Tito 37 Un sueño colectivo 43 Al final, ¿qué es DSOP? 49 Todo puede convertirse en arte El gran día

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Fiesta en la Plaza de las Margaritas

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Sonrisa en la cara y mente fresca En el período de vacaciones, la ciudad de Casablanca parecía más calma. Las calles estaban más tranquilas sin la entrada y salida de los alumnos de las escuelas. Los automóviles disminuían la velocidad y los habitantes parecían aprovechar más la vida todos los inicios de año. El Niño del Dinero se había despertado feliz. Su hermanita, Gaby, se balanceaba en la cuna, su madre calentaba la leche y preparaba el desayuno para la familia, mientras su padre se bañaba para ir a trabajar. Con la llegada de la dulce niña, la rutina de la familia había cambiado en varios sentidos. Doña Previsión se despertaba más temprano que de costumbre y sus horarios de sueño se adaptaban a los de Gabriela. Por otro lado, el señor Desprevenido andaba preocupado con los gastos de la casa que habían aumentado. Ahora, tenía que ocuparse del sustento de la esposa, del hijo y de la niña que precisaba pañales, leche en polvo, ropas, cuna, carrito de bebé, entre otras cosas. Doña Previsión, impedida de salir de casa para trabajar como normalmente lo hacía, ahora dedicaba toda su atención a la hija. Sus salidas para vender los cosméticos eran cada vez más espaciadas. En resumen, en la casa del Niño del Dinero una cosa quedaba cada vez más clara: los gastos habían aumentado y los ingresos de la familia habían disminuido.

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Sin embargo, los días de vacaciones estaban llegando a su fin y él sabía que, en breve, volvería a la escuela para reencontrar a sus amigos y retomar las enseñanzas aprendidas en las clases. A lo mejor, conversar con el profesor Reymoney, que siempre le había dado buenos consejos sobre la vida, podría ayudar en esta cuestión. Victoria, a su vez, había viajado a la hacienda de sus abuelos y ni se había dado cuenta de adelantar el calendario. Fue necesario que doña Custodia llamara por teléfono a su hija para que volviera el domingo, último día del mes de enero, para organizar su material escolar y prepararse para el nuevo año de estudios. Gastón estaba ansioso por reencontrarse con los dos amigos y contarles lo que le habían regalado en Navidad: un ordenador. El muchacho pasó las vacaciones enteras aprendiendo a usar Internet. No muy lejos de allí, una niña recién llegada a la ciudad, de cabellos color miel y un aire misterioso, observaba el ir y venir de las personas en las calles, asomada en la ventana de su casa. Se llamaba Carolina. Ella se había mudado recientemente al mismo barrio en donde vivían el Niño del Dinero, Victoria y Gastón. La muchachita pasaba el tiempo andando en bicicleta por las aceras cercanas a su casa y aprovechaba los paseos para conocer la región donde ahora vivía con su madre. El Niño del Dinero, Victoria y Gastón todavía no la conocían, pero, por coincidencia, la muchacha estaba matriculada en la misma escuela que los tres amigos asistían y, en breve, pasarían a convivir diariamente. El año anterior, los tres amigos y sus compañeros habían aprendido sobre la Metodología DSOP y, en el último semestre, la clase estuvo inmersa en las lecciones de emprendedurismo, enseñadas por el profesor Reymoney. El inicio del nuevo año lectivo prometía algunas sorpresas, grandes emociones y clases cada vez más desafiantes para los alumnos de la escuela “Hacer Crecer”. Pero, mientras tanto, los niños de Casablanca ni siquiera sospechaban lo que estaba por venir, ¡pues estaban más interesados en disfrutar el final de las vacaciones con una sonrisa en la cara y la cabeza fresca!

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Vuelta a clases En el primer día de clases, todos los alumnos buscaban sus nuevas aulas e intentaban guiarse a través de las señales indicativas en los pasillos. El Niño del Dinero fue el primero que entró y saludó a doña Constancia, la profesora de artes de la clase desde los primeros años. Un rato después, un aluvión de niños pasó por la puerta del aula dando inicio a un blablablá sin fin. Todos querían contarse, unos a otros, lo que habían hecho en las vacaciones y las novedades que traían de sus casas. Y había de todo: niñas que habían cambiado sus cortes de pelo, chicos con nuevas mochilas... Todos ansiosos por contar las aventuras de los viajes que hicieron durante el período que fue desde la Navidad hasta el inicio de febrero. En el medio del alboroto, Victoria les mostraba una nueva colección de cuadernos, de la empresa de su madre, a los colegas que miraban admirados y querían saber el precio, la cantidad de páginas, si tenían otros estampados... Asunto era lo que no faltaba en aquella aula. Sin embargo, la profesora, que quería empezar la clase, les tuvo que pedir a los alumnos que se sentaran y recuperaran el aliento para que ella pudiera hablar con todos. Doña Constancia tomó uno de los cuadernos que Victoria mostraba a las amigas y notó que estaba hecho con material reciclado. La profesora percibió que la tapa había sido hecha con cartón y que, por arriba, había una tela estampada pegada con cola. La variedad de telas coloridas embellecía los cuadernos y ella notaba que las páginas internas estaban hechas con papel reciclado, cosido en las puntas, superpuestos por un lomo cubierto con una ancha cinta de satén.

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El trabajo, confeccionado a mano, demostraba una extrema delicadeza, lo que hacía que las ventas de los productos de Recrearte, empresa de la madre de Victoria, fueran un éxito.

- ¡Es verdad, Victoria! Por cada cincuenta kilos de papel fabricados, es necesario cortar un árbol. Por lo tanto, cuando reciclamos papel, evitamos la destrucción de la naturaleza. ¡Imagina cuántos árboles podemos ayudar a

Aprovechando el interés de la clase por los cuadernos, ella empezó dando la bienvenida a los niños y haciendo una pregunta curiosa: - Gente, quiero aprovechar ese material de Victoria para hacer una reflexión que tiene que ver con nuestro proyecto de este año: ¿quién me puede decir cuántas hojas de papel son desperdiciadas en una escuela? Por unos instantes, la clase se quedó en un silencio total y entonces la profesora continuó:

preservar si reaprovechamos las hojas de nuestros anotadores, cuadernos, agendas, diarios! – provocó doña Constancia. Por ello, este año, tendremos un proyecto sobre reciclaje. - Pero, ¿qué es reciclaje? – preguntó Gastón rascándose la cabeza. - Reciclar es reaprovechar algo. Cualquier cosa. Por ejemplo, la madre de Victoria usó restos de telas que ella iba a tirar a la basura e hizo lindas tapas para estos cuadernos. Además, ella reaprovechó hojas de papel que, probablemente,

- Vamos a imaginar lo siguiente: ¿ustedes ya vieron cuánto papel tenemos en nuestro cesto de basura al final de cada día? Tenemos aquí diez aulas. Si cada aula

serían desperdiciadas. De esa forma, ella creó algo nuevo, lleno de delicadeza y encanto – explicó doña Constancia.

desperdicia tres hojas por día, son treinta hojas, solamente en el período de la tarde,

- ¡Es cierto, profesora! Mi padre trae a casa todo el papel que sobra en el

por día. Considerando que tenemos veintidós días de clases por mes, ¿cuántas hojas

trabajo de él. Antes, iba todo para la basura, pero ahora mi madre usa para crear los

van para el cesto de basura en total?

cuadernos. A veces, yo me divierto dando sugerencias en los colores de las cintas de

El Niño del Dinero levantó la mano y, como era muy bueno en matemática, rápidamente respondió:

satén y en los estampados florales que serán usados – contó Victoria, toda entusiasmada.

- ¡Seiscientas hojas, profesora!

- ¡Muy buen ejemplo, Victoria! El reciclaje es fundamental en las escuelas,

- ¡Muy bien, Niño del Dinero! ¿Y en un año? – quiso saber doña Constancia desafiando a los niños.

en los lugares de trabajo y también dentro de nuestra propia casa. Precisamos practicarlo e incentivar a otras personas para que también lo hagan. En breve,

La clase hizo silencio.

vamos a hablar más sobre eso – concluyó doña Constancia.

- Gente, ¡en un año nosotros desperdiciamos más de seis mil hojas! – informó la profesora.

Los niños se quedaron pensativos y, en ese momento, la profesora anotó en la pizarra el tema de las clases del semestre: Consumo Consciente - La Lección de

- Sin contar un borrador que anotamos y después tiramos, un cuaderno que ya está viejo y cambiamos por uno nuevo sin terminar de usar sus páginas. De a poco, nuestro desperdicio diario de papel va transformándose en una montaña de basura – añadió doña Constancia. - Profesora, mi padre me contó que varios árboles son derribados para hacer papel – dijo Victoria.

las 5Rs. Ante la curiosidad de todos, doña Constancia, entusiasmada con el éxito de su primer clase del año, introdujo el tema frente a las miradas atentas de sus alumnos: - En este semestre vamos a hablar de consumo consciente. Consumir de forma consciente es usar las cosas con moderación, sin exageraciones, evitando el desperdicio. Vamos a pensar en formas prácticas e inteligentes de economizar los recursos naturales y financieros del planeta, porque queremos construir un mundo mejor, más sustentable, para nosotros y para los niños que todavía van a nacer.

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- Pero, ¿y esa regla de las 5Rs? – preguntó Victoria. - Bueno, eso lo vamos a ver en la próxima clase. Quiero que se junten en grupos y piensen al respecto de todo lo que conversamos hoy. A esa altura, los alumnos, ya inquietos, esperaban ansiosamente que la próxima clase llegara rápido para que pudieran aprender más sobre todo aquello. Y la profesora agregó: - Tenemos un largo camino de aprendizaje por delante y les garantizo que nuestras lecciones van a convertirlos en personas mejores y más conscientes. En este momento, el timbre sonó y los alumnos salieron rápidamente al patio. La escuela estaba viva, llena de niños y adolescentes corriendo de aquí para allá. El parloteo de novedades era grande y Victoria, el Niño del Dinero y Gastón tenían también las suyas para compartir.

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La lección de las 5Rs Al día siguiente, en el quiosco de la escuela, los tres amigos tomaban refrescos y se contaban historias sobre los últimos dos meses en que apenas se habían visto por causa de las vacaciones. - Cuéntame, Niño del Dinero, ¿cómo está Gaby? – quería saber Victoria. - ¡Ah! Ella todavía es muy chiquita. No podemos conversar, jugar al futbol, esas cosas. Gaby vive comiendo y durmiendo... pero, de vez en cuando, es peor: ella llora. ¿No es increíble que la única cosa que los bebés ya nacen sabiendo hacer sea berrear? Lo peor es que la mayoría de las veces yo nunca sé el porqué... y tampoco sé que hacer para que se calme – respondió el Niño del Dinero rezongando. - Niños son así. No tienen mucha gracia al comienzo. Pero, ¡déjenme que les cuente una novedad! – dijo Gastón interrumpiendo la charla. - ¡Dale, muchacho! Si no te dejamos igualmente la vas a contar. Entonces, cuéntanos – dijo el Niño del Dinero riendo. Los tres se rieron. - Bueno, en Navidad me regalaron un ordenador. Aprendí a usar Internet y me está gustando un montón – reveló el muchacho. - ¡Genial! ¿Podemos investigar sobre reciclaje en tu ordenador? – preguntó Victoria. - ¡Claro! Podemos estudiar y también ver videos de canciones, descubrir bandas de música y leer las noticias en los sitios web de las revistas que nos gustan – explicó Gastón. - ¿Y podemos jugar con otras personas? ¡Mi primo me dijo que hay unos juegos

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geniales en Internet y que hasta hay campeonatos! ¿Es verdad? – quiso saber el

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nuestras casas, aquí en la escuela y en todos los lugares en el mundo en que

Doña Constancia sugirió una lectura conjunta del primer capítulo del libro que les enseñaría sobre el consumo consciente. - Gastón, empiece leyéndole a la clase lo que dice ahí sobre la primera R – pidió la profesora. - La primera R es Reducir. Reducir es tener consciencia de la cantidad que se gasta con alguna cosa y crear maneras de disminuir su consumo excesivo – leyó el muchacho. - Manuela, ¿puedes darnos un ejemplo de ello? – quiso saber doña Constancia. - Sí, profesora. Creo que un buen ejemplo es la cantidad de tiempo que pasamos en la ducha. Un baño podría tardar entre diez y quince minutos, pero muchas veces, se prolonga durante media hora. Nos distraemos en nuestros pensamientos y acabamos derrochando agua, que es un recurso natural importante en nuestro día a día – señaló la niña. - ¡Muy bien, Manu! Reduciendo el consumo de agua, haciendo uso de ella moderadamente, estamos contribuyendo con la sustentabilidad del planeta – añadió doña Constancia. - Doña Constancia, ¿puedo leer sobre la segundo R? – pidió Victoria. - Sí, querida. ¡Compártelo con nosotros! – solicitó la profesora. - Bueno, la segunda R significa Reutilizar, que es usar varias veces una cosa, antes de tirarla a la basura. Platos descartables, por ejemplo, pueden ser lavados después de usarlos y así sirven para otras comidas. - La tercera R significa Reciclar – adelantó el Niño del Dinero – Reciclar es inventar una nueva forma de aprovechar un objeto que aunque se encuentre en buen estado, iría a la basura – concluyó el muchacho. - Eso mismo, Niño del Dinero. ¿Y puedes darnos un ejemplo práctico de reciclaje? – desafió la profesora. - Bien, me acordé ahora de algo que mi madre hace mucho en casa. Cuando terminamos de comer todo el queso untable que ella compra en el supermercado, lavamos el vaso – que generalmente es de vidrio – y lo usamos para tomar zumos, agua, refresco. - ¡Eso está muy bien! Miren, niños: un vaso de vidrio, en buen estado de conservación, normalmente termina en la basura después que el queso untable termina. Y, así y todo, la madre del Niño del Dinero practicó la lección de la tercera

vivimos. Las 5Rs significan Reducir, Reutilizar, Reciclar, Rechazar y Recrear.

R y recicló el objeto – planteó la profesora.

Niño del Dinero. - Sí. Se puede hacer todo eso…y mucho más. ¡Aunque todavía no sé hacer todo! – respondió Gastón dejando asomar una sonrisa en la cara. - No hay problema, podemos ir aprendiendo juntos – argumentó la niña de los hoyuelos. Exhibiendo el regalo con una sonrisa, Gastón le mostraba al Niño del Dinero y a Victoria las páginas de búsqueda de su notebook . - Miren como es liviana y práctica. Puedo llevarla en la mochila a cualquier lugar. - ¡Ah! ¡Existe un modelo más moderno que éste! Se llama tablet. Es del tamaño de un libro, más o menos. Tener una tablet es mi sueño ahora que vamos a empezar a tener clases de informática. ¿Ustedes ya vieron una de esas? – preguntó Victoria entusiasmada. - ¡Sí! También son maravillosas, aunque más caras – añadió el Niño del Dinero. - Por cierto, mi madre y yo fuimos a algunas tiendas para averiguar los precios. Saben, estoy ahorrando parte de mi mensualidad para poder comprar una de esas para el final del semestre – contó Victoria. - Cambiando de asunto, ¿vieron que hay una muchacha nueva en el aula? – preguntó el Niño del Dinero. - Si, la vi. Me pareció muy rara. El cabello color miel, la forma de caminar, no sé. ¿Ustedes no la observaron? – comentó Gastón. - ¡Ella usa una cola de caballo! Parece medio traviesa, pero no dijo ni una palabra en toda la clase. Bastante rara – opinó Victoria. La conversación estaba animada, sin embargo, el timbre sonó llamando a los niños para una clase más con doña Constancia. La profesora, entonces, empezó a enseñarles a los pequeños la Lección de las 5Rs: - Niños, hoy vamos a aprender lo que significan las 5Rs que garantizan el consumo consciente de los recursos naturales y financieros que tenemos en

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Felipe, sentado justo atrás del Niño del Dinero, levantó la mano y se ofreció para hablar sobre la cuarta R.

en que pueda trabajar para poder ayudar a mi padre en la casa – confesó el Niño. - ¡Tranquilo! Todo a su tiempo. Tú ya estás ayudando mucho al dedicarte a los

- La cuarto R es Rechazar, y nos enseña a dar preferencia a los productos que no agreden al medioambiente. Por ejemplo, cuando mi madre va al supermercado, ella lleva una bolsa para traer los alimentos comprados y rechaza la bolsa de plástico que hace mal al medioambiente. - ¡Muy bien, Felipe! ¡Es un perfecto ejemplo de acción sustentable! Y, para finalizar, voy a pedirle a Mariana que nos cuente lo que dice el libro sobre la quinta R – dijo la profesora.

estudios y siendo consciente de los preceptos de la educación financiera que has aprendido en la escuela. Aunque, bien, en cuanto al caso de tus padres, yo tengo dos consejos para darte – dijo Reymoney. - Entonces, ¡cuénteme! ¡Estoy ansioso! – comentó el Niño sonriendo. - Entrégale a tu padre este folleto. Aquí habla sobre cursos de especialización y capacitación profesional en varias áreas. La intendencia, en conjunto con

- Bien, la quinta R significa Recrear y tiene mucho que ver con lo que la madre

el Gobierno de la Provincia, está abriendo vacantes para cursos donde los

de Victoria hace en su empresa. Recrear es inventar formas de usar materiales que

profesionales pueden aprender más sobre su trabajo. Tu padre se puede convertir

serían arrojados a la basura para construir otros objetos de uso práctico o hasta

en un técnico en su área, puede aprender cosas que él todavía no sabe y, de repente,

decorativo. Los productos hechos por Recrearte son un buen ejemplo de ello, pues

conseguir un ascenso en su empleo o un cambio de cargo o de sector. Quien hace

ellos crean cuadernos y agendas a partir de retazos de tela, de cordeles usados, de

cursos y busca perfeccionarse siempre consigue aumentos en el salario – concluyó

papel reciclado, entre otras cosas – finalizó la muchacha.

el profesor.

Con la estupenda presentación de Mariana, la profesora dio por finalizada la clase y los alumnos salieron al recreo.

- Gracias, profesor Reymoney. Esto me parece genial. Estoy seguro que mi padre aprenderá rápido pues él es muy listo – agradeció el Niño tomando el folleto

En el patio, el Niño del Dinero vio al profesor Reymoney saliendo de la sala de los profesores y corrió para hablar con él. Tras los saludos iniciales de retorno de las vacaciones, el Niño confesó que

de las manos del profesor. - ¡Muy bien! Me hace feliz ayudar. Y para el caso de tu madre, lo que puedo decirte es que hay muchas mujeres que trabajan en casa. Hay actividades que

estaba ansioso para hablar con el profesor, porque tenía un asunto delicado para

pueden ser llevadas a cabo sin que las personas precisen salir todos los días.

contarle:

Coser es una de ellas, por ejemplo. ¿Sabías que hay gente que gana dinero apenas

- Profesor, mi padre está en una situación muy difícil en casa. Con la llegada de un niño más en nuestra familia, los gastos aumentaron mucho. Para peor, mi madre ya no consigue salir de puerta en puerta para vender sus productos de belleza y, con ello, perdimos parte del dinero que ella conseguía ganar para ayudar con los costos de la casa – se desahogó el Niño. - ¡Comprendo! Esto normalmente ocurre cuando un matrimonio resuelve tener más hijos. Tus padres están gastando más y ganando menos. Es decir, los

digitando páginas y páginas de documentos sin salir de casa? Existen innumerables trabajos en que se puede ganar algo de dinero sin salir de casa. Tu madre debe pensar un poco en lo que ella sabe y le gusta hacer y que podría ser practicado en su propio domicilio. Sugiero que ustedes platiquen sobre ello. Hagan una reunión de familia, ya que varias cabezas piensan mejor que una – finalizó el profesor. El Niño del Dinero se despidió del profesor Reymoney con una expresión de

gastos están mucho más altos que los ingresos de la familia. Sin embargo, hay

alivio y esperanza. Sabía que los consejos del profesor eran valiosos y haría uso de

alternativas posibles, ¿sabías? – respondió el profesor.

ellos ayudando a sus padres a mejorar las condiciones financieras de su familia.

- Bueno, pero no consigo encontrar alternativas y no sé cómo ayudarlos, ya

Pensó que todo saldría bien y que era apenas una cuestión de tiempo.

que los niños no pueden trabajar. Tengo muchas ganas de que llegue rápido la edad

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Eso de la Informática Y finalmente llegó el viernes, día de la semana en que los alumnos tendrían clases con una nueva profesora, doña Clotilde. Ella entró en el aula presentándose a todos y escribió en la pizarra: “Clase de Informática – aula 910”. - Niños, hoy vamos a iniciar una nueva disciplina. Ustedes van a aprender a usar una herramienta muy importante: la informática – dijo ella, pareciéndole graciosos los ojitos confusos de sus alumnos. - Vamos a la sala de los ordenadores. La 910 hoy está reservada para nosotros. Levántense despacio, sin alboroto... – doña Clotilde no llegó a terminar de hablar y ya estaban todos corriendo por los pasillos hacia la sala en la que nunca habían entrado antes. Los alumnos estaban ansiosos y festejaban, pues finalmente irían a tener clases en la 910. En los años anteriores, solamente los niños más grandes podían aprender a usar aquellas máquinas y ahora, finalmente, ellos también iban a entender cómo funcionaban. - Niños, como no tenemos ordenadores para todos, voy a dividir la clase en parejas. Vamos a hacer esto a través de un sorteo para que todos puedan hacer trabajos colectivos con compañeros diferentes de los que siempre suelen elegir explicó doña Clotilde. Algunos alumnos se entusiasmaron, otros hicieron muecas de disgusto, ya que querían mantener a sus mejores amigos para las actividades de la nueva materia. La profesora fue llamando los números aleatoriamente por la lista de presencia y, coincidentemente, Victoria y Gastón quedaron juntos. Por otro lado,

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el Niño del Dinero terminó siendo convocado a formar pareja con la más nueva muchacha de la clase, Carolina, la misteriosa niña de la cola de caballo de color miel. En los primeros diez minutos de clase, doña Clotilde explicó las nociones básicas para empezar a usar el ordenador: encender, conectar y apagar. El Niño del Dinero, un poco cohibido con la nueva compañera, intentó ser simpático y resolvió presentarse: - Hola, me llamo Reinaldo. ¿Y tú? - Me llamo Carolina – respondió la muchacha. - Pero, puedes llamarme Niño del Dinero. Es mi sobrenombre aquí en la escuela – continuó. - ¡Ah! Combinado. Y tú puedes llamarme Carol – concluyó la muchacha. - ¿Te está gustando la escuela? – indagó el Niño. - Para decir la verdad, todavía no puedo responderte. No conozco a nadie – comentó la niña. - ¡Ah! ¡Ya me conoces! Yo soy alguien – observó el Niño del Dinero con una sonrisa juguetona en la cara. - ¡Ah! ¡Qué bien! Es verdad. – refunfuñó la muchacha sin prestarle mucha atención a la simpatía del Niño. Del otro lado de la sala, Victoria y Gastón tecleaban animadamente. El ordenador era como un juguete nuevo y los dos estaban fascinados en entender cómo funcionaba. En el medio de los descubrimientos de los niños, la profesora aprovechó para mostrarle a la clase el espacio interactivo dentro del sitio web de DSOP Educación Financiera. Ella les explicó que en las próximas clases, ellos podrían conocer los juegos y actividades online que complementarían los aprendizajes sobre la Metodología DSOP, que todos habían estudiado con el profesor Reymoney en el semestre pasado. La clase estaba eufórica. Eso de la informática era de verdad una asignatura fascinante. A partir de allí, ellos podrían aprender la materia didáctica jugando, respondiendo pruebas divertidas y mucho más. Algunos ya tenían ordenadores en casa, otros aún no, pero una cosa era cierta: había un nuevo mundo allí dentro de aquella pantalla y todos estaban ávidos por descubrir cada sitio web, cada programa, cada posibilidad de ventana a la vista.

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La nueva materia del profesor Reymoney Después de la clase de informática, el grupo estaba contento con la llegada del profesor Reymoney al aula. Las lecciones de educación financiera eran una de las preferidas de los alumnos. Mientras todos copiaban las informaciones escritas en la pizarra por el profesor, Victoria observaba al Niño del Dinero. Él era el único que no estaba con el lápiz en la mano haciendo los apuntes de la nueva materia. Su mirada flotaba hacia la niña de la cola de caballo. Carolina parecía llamar la atención, no sólo de él, sino también de varios otros muchachos de la clase. “Al final, ¿qué era lo que aquella niña con cara de presumida y nariz respingada tenía de atractivo?”, pensaba ella mientras dibujaba caritas en el pie de página del cuaderno. La atención de todos se dirigió hacia el profesor cuando escucharon la palabra: sustentabilidad. - Eso mismo. Vamos a aprender este año una nueva etapa en el mundo de la educación financiera: la sustentabilidad de un negocio – inició Reymoney. - Creo que no entendí muy bien – dejó escapar Gastón. - Es normal, Gastón. Hoy estamos empezando a hablar de ello. Deja que

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explique mejor: ¿la palabra sustentabilidad trae a la mente cuál otra palabra? –

de las empresas, esa práctica puede ser, por ejemplo, la generación de empleos para

indagó el profesor.

las personas de la región donde la empresa se encuentra instalada.

- Sustento – dijo Victoria.

- ¿Alguien puede darme un ejemplo de sustentabilidad financiera? – pidió

- ¡Muy bien! Sustento o sustentar. O sea, cuando montamos un negocio, una empresa... ¿cómo hacemos para que ella se sustente, se mantenga

el profesor. - Sí. Recrearte, la empresa que mi madre abrió el año pasado, empezó

funcionando bien, dando buenos resultados y, principalmente, colaborando con el

vendiendo sólo cuadernos hechos con material reciclado. Al final del año, ella notó

mundo en que vivimos? – quiso saber Reymoney.

que las ventas cayeron y entonces empezó a hacer agendas para el año nuevo.

- Para que las empresas y fábricas puedan ayudar al mundo, ellas deben tener

De esa manera, las personas volvieron a comprar los nuevos productos para

cuidado para no contaminar el medioambiente, por ejemplo – respondió Carolina

dar de regalo de Navidad a sus familiares – contó Victoria orgullosa del negocio de

con convicción.

su familia.

- ¡Excelente, niña! ¿Eres nueva por aquí, no es así? ¿Cómo te llamas? – preguntó Reymoney.

- ¡Victoria, lindo ejemplo! La empresa de tu madre cumple con dos requisitos allí descriptos en la pizarra: el material reciclado ayuda a preservar el derribo de

- Me llamo Carolina. Yo vivía en otra ciudad y allí tuve un problema muy

árboles e invierte en el reaprovechamiento de telas y papeles. Es la sustentabilidad

grande porque había una fábrica enorme que terminó siendo cerrada porque

ambiental de Recrearte. Con la confección de las agendas, tu madre creó también

contaminaba todo. Los niños empezaron a enfermarse, los empleados vivían

una nueva oportunidad de venta que terminó dando muy buenos resultados.

tosiendo y yendo al hospital hasta que la alcaldía mandó parar todo – contó la niña.

Nuevos productos sustentan el interés de las personas en continuar comprando

- Has tocado un punto muy importante de la sustentabilidad: la relación de

de la misma empresa. No obstante, es importante resaltar que la verdadera

las empresas con el medioambiente. Todos los empresarios deben preocuparse por

sustentabilidad financiera de un negocio es el equilibrio: no gastar más de lo que

preservar la naturaleza, el aire que respiramos, los animales y la salud de todos.

gana. El secreto es siempre tener un ingreso mayor que el gasto, ¿recuerdan esto?

Esto significa tener sustentabilidad ambiental – completó el profesor. Después de la explicación, Reymoney leyó a la clase los tres preceptos básicos de la sustentabilidad que ya habían sido escritos en la pizarra: 1°) Sustentabilidad Ambiental: Todos debemos preocuparnos con la preservación de la naturaleza, del medioambiente y velar por el bienestar de la ciudad donde vivimos.

Victoria se quedó pensativa y aprovechando la pulga que se instaló detrás de la oreja de la niña, Reymoney le hizo una pregunta interesante: - ¿Y qué me puedes decir sobre el tercer precepto allí anotado: la sustentabilidad social? ¿Será que Recrearte tiene esa preocupación hoy? - Bueno, eso no lo sé, profesor. Creo que todavía no pensamos en eso – respondió la niña tímidamente.

2°) Sustentabilidad Financiera: Todos debemos preocuparnos en renovar nuestros medios para conseguir dinero, en el caso de las empresas, debe existir siempre el cuidado de crear nuevos artículos para la venta. De esa forma, como

- Pues en nuestras clases, de aquí para adelante, pensaremos juntos no sólo en eso, sino en otras cuestiones también – concluyó el profesor. El timbre sonó dando por finalizada la clase. En la salida, el Niño del Dinero

vimos el semestre pasado, ello dará oportunidades a los negocios y mantendrá el

se despidió de los compañeros y salió caminando hacia su casa. Victoria también

interés de las personas en continuar comprando los productos de aquella empresa.

siguió su camino. La niña estaba pensativa, ya que la clase del profesor Reymoney

Y lo más importante: siempre gastar menos de lo que se gana.

le había abierto los ojos para algo que ella y su madre nunca habían pensado: la

3°) Sustentabilidad Social: Todos debemos buscar hacer un bien social en

sustentabilidad social de Recrearte.

nuestros barrios, en nuestras comunidades, en la ciudad donde vivimos. En el caso

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La buena acción del día Doblando en la esquina, el Niño del Dinero notó que Carolina estaba parada del otro lado de la calle al lado de un perro de mirada triste y orejas caídas. El perro parecía que hacía siglos que no se bañaba. Curioso, el Niño del Dinero se acercó e hizo un comentario: - ¡Hola Carolina! ¿Ese perro es tuyo? - Infelizmente no – respondió ella medio lagrimeando. - Entonces, ¿por qué estás aquí con él? – quiso saber el Niño. - Ayer lo encontré en la calle. Estaba con la patita rota, acostado debajo de ese árbol, llorando mucho. Entonces, fui a la farmacia, compré algunas cosas y le hice ese curativo – contó la niña. - Pobrecito. Por la apariencia, es un perro de la calle. Puede haber sido atropellado y tal vez el curativo no va a servir mucho en ese caso. Él precisa un veterinario – constató el Niño. - Es verdad. Pero soy nueva en la ciudad, no conozco ninguna clínica y tampoco puedo llevarlo a mi casa porque mi madre jamás me dejaría criarlo. A ella no le gustan los animales – confesó la niña. - Bueno, puedo pedirle a mi madre que lo lleve al veterinario y a lo mejor concuerde con hospedarlo en mi casa, por lo menos hasta que se ponga bien de nuevo – dijo el Niño. - ¿En serio? – los ojos de la niña brillaron ante la posibilidad de salvar al animalito. - ¡Sí! Vamos a intentar llevarlo sin que mueva la patita. Mi casa está a dos cuadras de aquí – indicó el Niño.

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- ¡Caramba! Eres muy bueno. Yo quería ayudar a Tito, pero no sabía cómo – argumentó la niña tomando al animalito cariñosamente en los brazos. - ¿Tito? – preguntó el Niño. - Sí. Ese fue el nombre que le di. Míralo bien, ¿no tiene cara de Tito? – comentó Carolina. - Es verdad. Tito es un lindo nombre – respondió el Niño. Cuando doña Previsión vio a los dos entrando por el portón con el animalito accidentado, sintió tanta pena que acabó llevando de inmediato al animal a una clínica veterinaria del barrio. Tito fue cuidado, medicado e incluso le dieron un buen baño. El perro recibió el mejor tratamiento posible mientras Carolina y el Niño del Dinero aguardaban en la sala de espera. Después de una conversación muy larga, el Niño del Dinero y su nueva amiga terminaron convenciendo a doña Previsión para que deje que el perrito se recupere durante algunos días en el patio de la casa, alegando que esa sería una buena acción de ellos para ayudar al animalito desamparado. El Niño le contó a su madre todo lo que había aprendido en la clase del profesor Reymoney sobre responsabilidad social y bienestar colectivo. Doña Previsión se sintió orgullosa de la concientización y del gesto del hijo y, por ello, permitió la estadía de Tito en su hogar. Carolina y el Niño del Dinero salieron de la clínica veterinaria estampando una felicidad enorme en el corazón. El animalito todavía mancaba, aunque, recibiendo todo el cariño de sus dos nuevos amigos se pondría bien enseguida. Sin embargo, con el paso del tiempo, la niña y el niño descubrirían muchas cosas importantes sobre el cuidado de un perrito. Una de ellas es que jugar y dar cariño no es suficiente. Un animal exige la adquisición de cosas materiales para sobrevivir, como alimento, vacunas, collar, antiparasitarios, huesos, juguetes... y, para conseguir todo esto, es preciso tener dinero.

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Una amistad sustentable A la semana siguiente, el Niño del Dinero llegó a la escuela presuroso para encontrarse con Carolina. Victoria y Gastón vieron sorprendidos esa intimidad de él con la novata que hasta entonces era callada y misteriosa para todos en la clase. La niña de la cola de caballo color miel estaba en el kiosco de la escuela comiendo un bocadillo cuando el Niño del Dinero se acercó: - Carolina, mi madre dijo que Tito ya no puede quedarse en casa. Él está mordisqueando todo, arranca la ropa del tendedero y la tira al suelo y, como si fuera poco, mi hermanita, que todavía es bebé, está con alergia al pelo de él. Ella se la pasa estornudando y mis padres me dijeron que realmente no puede quedarse más en casa. Además, mi padre nos avisó sobre los gastos que traerá con alimento, medicamentos, corte de pelo y otros que van a aparecer por el camino – dijo desconsolado el Niño con cara de preocupación. - Tenemos un problema entonces. Pobre Tito. ¿Y ahora? – preguntó la niña. - No sé. Tenemos hasta el final del día para pensar en algo – respondió el Niño mientras se dirigía hacia el mostrador para comprar su merienda. El muchachito, con una expresión en el rostro, pidió un refresco y un bocadillo de carne mientras Carolina lo miraba espantada. - ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras? – quiso saber el Niño.

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- ¿Tú comes carne? – preguntó ella. - Sí, claro. ¿Tú no comes? – dijo asustado. - Claro que no. ¿Sabes que para vender esa carne ahí tuvieron que matar una vaca? Un animalito igual a Tito, que tenía una familia, sueños, toda una vida por delante. – argumentó la muchachita dejando balancear su cola de caballo a cada

- ¿Celosa? Claro que no. Si él ya no quiere ser mi amigo, peor para él – dijo la niña, sólo de la boca para fuera. - Entendí. Lo que sale de la boca, a veces, es lo contrario de lo que dice el corazón – intuyó Gastón. - ¿Desde cuándo eres filósofo? Vamos al aula que es mejor – dijo la niña tomando al compañero del brazo.

zarandeo de sus gestos. El Niño la miró, se detuvo mientras observaba a la niña justo antes de colocar

En el aula, el profesor Reymoney le pidió a la clase que se dividiera en grupos y el Niño del Dinero invitó a Victoria y a Gastón a montar un equipo junto con

la carne dentro del pan y retrocedió: - ¡Espera! ¡Voy a cambiar mi pedido! Quiero un bocadillo de pan con.... –

Carolina, que estaba sin grupo. De mala gana, Victoria aceptó, pues no quería que

miró el sándwich de la amiga – pan con queso... y mayonesa – agregó.

pensaran que ella estaba con esa tontería de los celos. El desafío era crear ejemplos de sustentabilidad para una empresa ficticia y

Carolina sonrió victoriosa. - ¿Mayonesa se puede, o no se puede? – quiso saber el muchachito.

ellos tendrían que, aprovechando las clases de informática, crear un blog en Internet

- Sí, se puede – respondió ella afirmativamente inclinando la cabeza hacia el

donde relatarían opciones de sustentabilidad en las tres dimensiones estudiadas en

adelante y la cola de caballo saltando junto. Los dos comieron sin notar que estaban siendo observados por Victoria

la clase pasada: sustentabilidad ambiental, financiera y social. Tras los primeros diez minutos de integración, el grupo del Niño del Dinero ya conversaba animadamente. Carolina y Victoria parecían llevarse bien, por lo menos

y Gastón. - ¿Has visto eso? – preguntó la niña de los hoyuelos. - Sí. Y no entendí nada – respondió Gastón. - Ella es vegetariana – concluyó Victoria.

cuando el asunto era el trabajo y las lecciones de sustentabilidad. El desafío por delante también sería volver sustentable una buena amistad entre las dos.

- ¿Qué es eso? ¡Ah! Creo que sé. Es gente que sólo come verdura, ¿no es así? – arriesgó Gastón. - Más o menos. Los vegetarianos no comen ningún tipo de carne que venga de animales – explicó la niña. - ¡Cómo es eso¡ Todas las carnes son de animales, ¿o no? – quiso saber el amigo. - Todas no. Hay carne de soja. Una prima mía es vegetariana y ella sólo come si es de soja – contó la niña. - ¡Ah! ¡Qué interesante! – balbuceó Gastón. - Interesante nada. ¿El Niño del Dinero ahora va a hacer todo lo que esa niña quiere? Ya ni se junta con nosotros. Sólo vive con ella de aquí para allá – reclamó Victoria. - ¿Estás celosa? – provocó Gastón.

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El Club de Tito Al fin del día, el Niño del Dinero habló con sus amigos y les pidió para encontrarse en la Plaza de las Margaritas, enfrente de la escuela, pues él tenía un asunto urgente para contarles y precisaba de mentes pensantes para resolver una cuestión. Carolina y Victoria fueron las primeras en llegar. Sentadas en un banco cerca de un árbol, las dos hicieron silencio hasta que finalmente la niña de la cola de caballo decidió dar el primer paso y entablar una conversación: - ¿Cuántas personas viven en tu casa? – quiso saber. - Mi padre, mi madre y yo. ¿Por qué? – respondió Victoria desconfiada. - Por nada – disimuló Carolina. - ¿Y en la tuya? – preguntó Victoria. - En casa está mi abuela y mi madre – contó la niña. - ¿No tienes padre? – preguntó Victoria curiosa. - Sí. Pero ellos están separados. Y mi padre vive en otra ciudad – dijo la niña de la cola de caballo. - ¡Ah! Debe ser feo – comentó Victoria medio cohibida. - Sí. Me siento muy sola. Mi madre viaja mucho por causa de su trabajo y mi abuela duerme demasiado – contó sonriendo – pero ya me acostumbré. - ¡Ah! Cualquier día, si tú quieres, puedes ir a estudiar a mi casa. Yo no tengo hermanos y hago las tareas de la escuela, casi siempre, sola – dijo la niña de los hoyuelos abriendo la guardia para la niña vegetariana. - Muchas gracias. ¿Tienes una mejor amiga? – preguntó Carolina. - No. ¿Y tú? – quiso saber Victoria. - Tampoco – respondió la niña. Se hizo un nuevo silencio. Pero el clima en la Plaza de las Margaritas estaba

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mucho más distendido. Un rato después, los dos niños se acercaron a las dos niñas. El Niño del Dinero les contó a Victoria y a Gastón todo sobre el perrito Tito, desde el día en que lo socorrieron hasta la noche pasada, cuando su madre dio un ultimátum para que el hijo consiguiera un nuevo hogar para el animalito. Después de un rato pensando en soluciones, finalmente Victoria tuvo una idea que podría funcionar.

De repente, alguien golpeó la puerta e interrumpió sus pensamientos. Era su madre, doña Custodia. La niña entonces aprovechó para contarle todo sobre el plan referente al Club de Tito. La intención era convencerla para que deje que el perrito se quedara en la casa una vez por semana. Esa era la misión secreta de los siete involucrados en el Club. Doña Custodia admiró la iniciativa y la organización de los niños alrededor

- Podemos crear el Club de Tito. Cada día de la semana, uno de nosotros lo

del ya tan querido Tito. Sin embargo, hizo hincapié en mostrarle a la hija que aquello

lleva a su casa. Va a ser mucho más fácil convencer a nuestros padres a dejarlo

podría ser una solución provisoria, mientras no encontraran un dueño definitivo

pasar un día y una noche sabiendo que es solamente una vez cada siete días, ¿no les

para el perrito. Convenció a Victoria de que no sería práctico ni para las familias ni

parece? – dijo la niña entusiasmada.

para el animalito ese ir y venir de casa en casa.

- ¡Qué buena solución, Victoria! – elogió Carolina.

La madre de la niña la aconsejó analizar los costos que son necesarios para

- Victoria es muy buena en armar planes – comentó Gastón.

alguien que desea tener un perrito en casa. Después de eso, los miembros del

- Está bien, pero entonces precisamos siete miembros en ese club para que

Club podrían salir en búsqueda de una persona que tuviera esas condiciones finan-

Tito pueda quedarse un día de la semana en cada casa – concluyó el Niño

cieras para, entonces, adoptar al dulce Tito.

del Dinero.

Victoria se quedó pensativa y concluyó que su madre tenía razón. Otra

- Miren, puede ser mi primo. Él también estudia aquí en la escuela y le encantan los animales.

reunión del Club precisaba ser organizada con urgencia para que aquellas medidas fueran tomadas.

Creo que él va a estar de acuerdo – dijo Victoria. - A mí me parece que Felipe y Manuela también podrían entrar en el club. El

La niña de los hoyuelos abrazó a su madre y le agradeció los valiosos consejos. Ella estaba segura de que todo terminaría bien y que con sus amigos – y una

año pasado, el trabajo de ellos en la clase de artes fue en defensa de los animales –

nueva mejor amiga – conseguirían encontrar a la persona justa para adoptar al

recordó Gastón.

lindo perrito.

- Genial. Estamos nosotros cuatro y Felipe, Manuela y el primo de Victoria. Si ellos confirman, Tito está salvo. Vamos a hablar con ellos de una vez, pues mañana mi madre no quiere ni ver la cara de ese perrito ladrando por la casa – dijo el Niño del Dinero, pareciéndole graciosa la situación. Cada uno siguió su rumbo tras lo concordado. Victoria llegó a casa y fue para su dormitorio llena de ideas en la cabeza. En su dormitorio, la niña pensaba en la charla que había tenido con Carolina. Desde que había entrado en la escuela, ella andaba siempre con niños: el Niño del Dinero, Gastón, Felipe... y ahora, surgía en su camino una niña. La niña de los hoyuelos se miró en el espejo y pensó que tener una mejor amiga no estaría nada mal. Alguien para darle su punto de vista sobre sus ropas, para jugar a maquillarse, para contarse chismes sobre los niños...

Al día siguiente, Tito fue escoltado por Victoria y Carolina hasta la casa de Gastón. No fue tan difícil convencer al señor Furtado a dejar que el perrito se quedara allí todo el martes. El plan del grupo de amigos estaba teniendo éxito y el perro parecía feliz con tantos niños cuidando su bienestar. En la escuela, la profesora Constancia continuaba trabajando el tema del reciclaje de materiales y dio un trabajo que debería ser presentado para el final del semestre. Los alumnos tenían que contar sobre su familia y su día a día a través de una obra de arte hecha con objetos reciclados. - Ustedes pueden usar botellas de plástico de gaseosas, tapitas, latas, cordones,

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cajas de zapatos... todo lo que aparentemente iría a la basura ustedes van a reaprovechar para crear una pieza de arte – explicó la profesora. El trabajo era individual y valía una nota máxima para cerrar la asignatura.

Gastón, que estaba concentrado con los ojos pegados en la pantalla de la notebook, construyendo el blog de Recrearte, no prestó atención a la conversación de las niñas y cuando se dio cuenta del tema que estaban tocando, quiso saber:

Todos se entusiasmaron intentando entender mejor todo aquello y pensando en

- ¿Diarios? ¿Son cuadernos? – preguntó confuso.

cómo hablar de sí mismos a través de cosas que van a la basura. Era, sin dudas, un

- Diarios son cuadernos de anotaciones donde las niñas cuentan cómo fue

gran desafío.

el día y de cuáles muchachos ellas están gustando – resumió el Niño del Dinero

A la hora del recreo, los cuatro amigos fueron a merendar al quiosco. Victoria y Gastón comían unas salchichas mientras que el Niño del Dinero y Carolina se deleitaban con un queso caliente.

riéndose discretamente. - ¡Ah, entendí! Pero, ¿precisas eso? – comentó Gastón todavía medio desconectado de la charla.

Estaba cada vez más claro que, aunque Victoria deseara ser amiga de la niña del cabello color miel, el hecho de que el Niño del Dinero haya cambiado su alimentación por influencia de la niña la irritaba muchísimo. Tras el intervalo, en la clase del profesor Reymoney, los grupos se reunieron

- ¡Es cosa de niñas! – agregó el Niño. Mientras tanto, las dos niñas ya no estaban escuchando lo que ellos decían, pues conversaban en paralelo sobre la idea y comentaban los modelos y colores de tapas que los diarios podrían tener. La propuesta era lanzar la moda en la escuela

para poner en marcha el trabajo de sustentabilidad. Mientras que los otros alumnos

y el blog en Internet sería una vidriera para que todos pudieran elegir los modelos,

tenían como proyecto el enfoque en empresas ficticias, el grupo del Niño del Dinero

tamaños, colores, etc. Al terminar la clase, Victoria y Carolina fueron al baño

había optado por pensar en soluciones sustentables para Recrearte, empresa de la

mientras los dos amigos terminaban las anotaciones del grupo.

madre de Victoria:

- ¿Por qué ellas nunca van al baño solas? – preguntó Gastón.

- Creo que podemos empezar con la sustentabilidad financiera. Aquí en el libro dice que para tener una sustentabilidad financiera, las empresas deben mantener el equilibrio – manteniendo siempre un ingreso más alto que el gasto – y también creando nuevos productos para la venta, de forma que atraiga el interés y la

- Cosa de ellas. No pienses mucho en eso. Hay cosas que ellas hacen que no tienen explicación – respondió el Niño del Dinero. - ¡Hum! Ya sé, por ejemplo, escribir diarios y hablar de cosas que nosotros no entendemos – concluyó Gastón.

fidelidad de sus clientes – añadió Victoria tras la lectura del capítulo del libro que

- ¡Sí! Algo así – confirmó el Niño del Dinero pareciéndole graciosa la situación.

estaban consultando.

Las niñas volvieron del baño y parecían felices con la marcha del proyecto del

- Yo creo que tengo una idea de un nuevo producto que Recrearte podría empezar a producir para vender. Además de los cuadernos, agendas y libretas de anotaciones, doña Custodia podría confeccionar diarios personales para las niñas, de aquellos con llave y candado, ¿saben cuáles son? – sugirió Carolina. - ¡Sí, los conozco! ¡Qué buena idea! No había pensado en eso. Y eso que tengo un diario en casa y tiene candado. Casi todos los días escribo algo. Es mi compañero fiel – contó Victoria con entusiasmo.

grupo. Sin embargo, todavía precisaban discutir sobre la sustentabilidad ambiental y social de Recrearte: - Bueno, nuestra empresa ya preserva el medioambiente a partir del momento en que trabaja con material reciclable, ¿no es así? – arriesgó Gastón. - ¡Sí! Pero podríamos pensar en algo más que se sume a eso, ¿no les parece? – señaló Victoria. - De acuerdo. Vamos a pensar en los próximos días y nos reunimos nueva-

- ¡Así es! Yo también tengo un diario y muchas veces preciso escribir para

mente – sugirió Carolina.

sentirme más aliviada cuando estoy triste y también para describir mis alegrías –

- ¿Y la sustentabilidad social? – recordó el Niño del Dinero.

complementó Carolina.

En ese momento, el timbre anunció el final de la clase y los cuatro amigos

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combinaron que continuarían hablando sobre el trabajo en un próximo encuentro.

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Un sueño Colectivo Algunos días pasaron y el plan del Club de Tito parecía funcionar eficazmente Hasta la madre del Niño del Dinero había concordado en que, una vez por semana, era posible albergar al perrito, mientras que se quedara en el patio, lejos de la nariz alérgica de Gaby. Además de todo estar marchando muy bien con el Club de Tito, la buena noticia era que el blog de Recrearte ya estaba funcionando. La madre de Victoria ya había hecho algunas tapas de diarios para niñas que Gastón fotografió y colocó como muestrario en Internet. Los alumnos de la escuela empezaron a hacer sus pedidos por e-mail. El Niño del Dinero era quien administraba la contraseña y luego le pasaba todo a doña Custodia. Mientras tanto, Carolina y Victoria se rompían la cabeza pensando en cómo hacer que la empresa realizara una buena acción de responsabilidad social. El precepto de preservación del medioambiente ya se justificaba por el uso del material reciclado y el reaprovechamiento de aquel montón de papeles que antiguamente iba a parar a la basura y después empezó a ser utilizado para la producción de cuadernos, agendas, diarios, blocs de anotaciones, entre otras cosas. Para que Recrearte se convirtiera en una empresa sustentable en las tres dimensiones sólo faltaba estrechar su relación con el barrio, con la ciudad...pero las niñas todavía no habían encontrado la manera ideal de hacer eso. Reunidos en la casa de Gastón, los cuatro estudiaban las asignaturas de la escuela. El pequeño Tito acompañaba todo de cerca y no sacaba los ojos de sus dueños. Cuando las dos niñas vieron la notebook de Gastón encima de la mesa, decidieron investigar en Internet sobre el tema.

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- Victoria, entré en el sitio web de la alcaldía de Casa Blanca y hay una noticia diciendo que están buscando pequeñas y medianas empresas para que adopten y cuiden las plazas que están sucias y mal conservadas. ¿Te parece que tu madre podría donar algo de dinero para ayudar nuestra Plaza de las Margaritas, por ejemplo? – preguntó Carolina. - Bueno, puedo hablar con ella. La empresa todavía está recién en sus inicios. Nosotros no tenemos dinero sobrando a tal punto de poder cuidar una plaza, eso debe costar caro – opinó la niña de los hoyuelos. Las dos continuaron investigando y notaron que generar empleos para habitantes del barrio también era considerado una forma de sustentabilidad social. Sin embargo, la madre de Victoria sólo tenía dos empleadas que la ayudaban. Era un número muy bajo para citar en el trabajo como ejemplo de acción de responsabilidad social. Aquel día, Victoria volvió a casa pensativa. Tenía que encontrar una solución para finalizar el proyecto de sustentabilidad de la empresa de su madre. Entró en el dormitorio y se paró frente al espejo. Hacía tiempo que no conversaba con él, su fiel compañero. Llegó a la conclusión de que tal vez no precisaba más quedarse tanto tiempo hablando sola en el dormitorio, pues ahora tenía una mejor amiga para dividir las cosas. Durante la cena, la niña planteó el tema con la madre con la intención de convencerla que adopte la Plaza de las Margaritas, aunque, sabía que la tarea no sería sencilla. - Hija mía, entiendo que Recrearte debe colaborar con la preservación del verde de nuestra ciudad, pero, infelizmente, no tenemos fondos para eso – explicó doña Custodia. - ¿Qué son los fondos, mamá? – quiso saber la niña curiosa. - Fondos es el dinero que uno separa para destinar a algo específico que queremos hacer – enseñó la madre. - Entendí. Y si juntas un poquito todos los meses, ¿será que no conseguimos colaborar con la restauración de los bancos y juegos de la plaza? – insistió Victoria. - Me parece bastante difícil. Recrearte es una pequeña empresa que recién está dando los primeros pasos, mi amor – argumentó la madre cariñosamente. - Hija mía, me parece muy bien que te preocupes por esto, pero la verdad es que este no es el momento de insistir con eso. ¿Y si hablas con tu amigo aquel que

es heredero de la empresa de los Heladitos de la familia Furtado? Ellos sí, podrán ayudarte con la plaza de las Margaritas y muchas otras áreas verdes de la ciudad – completó el señor Carrera, padre de la muchachita. - Papá, ¡me has dado una excelente idea! Si la empresa de los Heladitos adoptara la plaza junto con la empresa de mamá, quedaría sólo una parte chiquita para cada uno y todos podrían ayudar. Voy a pedirle a Gastón para que ellos den una parte mayor. ¿Qué te parece, mamá? – dijo la niña. - Bien, ahí la cosa cambia de figura. Habla con ellos y luego me dices lo que es posible hacer. Dispuesta a colaborar yo siempre estoy, la cuestión es cómo – señaló doña Custodia. Victoria se durmió más tranquila. Todavía no había encontrado la solución, pero algo le decía que estaba en el camino correcto. Lo que parecía ser el sueño de una persona sola, podría acabar transformándose en un sueño colectivo. Mientras dormía, la niña tenía debajo de la cama a alguien durmiendo también: el mimoso perrito Tito, que había venido de la casa de Gastón directo al dormitorio de la niña de los hoyuelos. En la escuela, Gastón le prometió a Victoria que conversaría con su padre y le daría una respuesta lo más rápido posible. Si Heladitos y Recrearte pudieran cuidar la Plaza de las Margaritas en conjunto, el trabajo de ellos estaría concluido. Un rato después, Carolina se acercó a los dos y les dijo que tuvo una buena idea para que la madre de Victoria pudiera, con su talento, ayudar a una comunidad Todos la miraron con curiosidad y asombro queriendo saber de qué se trataba. - Doña Custodia podría, un fin de semana por mes, hacer un taller de reciclaje artístico en comunidades carentes, así otras mujeres podrían aprender el trabajo y pensar también en crear sus propias cosas para vender – explicó la niña del cabello color miel. - ¡Taller de reciclaje? – preguntó Gastón. - ¡Sí! La alcaldía organiza muchos talleres con profesionales voluntarios que van a las comunidades más pobres a enseñar actividades que pueden transformarse en una fuente de ingreso para las personas – completó la niña con su cola de caballo saltarina. - ¿Dónde has aprendido todo esto, Carol? – quiso saber el Niño del Dinero. - En Internet. Leí algunos artículos y vi que podría ser un camino para la

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empresa de la madre de Victoria y también para salvar nuestro proyecto de sustentabilidad – respondió ella. - ¡Qué idea brillante! Voy a ver con mi madre si ella y las otras costureras están de acuerdo, yo creo que sí – concluyó Victoria. - De cualquier forma, voy a hablar con mi padre sobre la propuesta de revitalización de la Plaza de las Margaritas – avisó Gastón. - Dale. Tenemos que apuntar para todos lados – concordó Carolina. - Ah, ¿a quién le toca hoy en el Club de Tito? – preguntó el Niño del Dinero cambiando de asunto. - Le toca a Felipe. Hacia el fin del día, él dijo que pasará por casa a buscar a nuestra mascota – respondió Victoria. Los cuatro amigos, aprovechando que no tendrían la primera clase, debido a la gripe de la profesora Constancia, decidieron reunirse al aire libre, debajo de un árbol en el jardín de la escuela. Victoria extendió un mantel y todos se sentaron a platicar sobre dos temas muy importantes: el destino de Tito a largo plazo y los costos para la preservación de la Plaza de las Margaritas. Carolina abrió su cuaderno con algunos cálculos tras haber investigado junto con Victoria. Después de ver los números, que se ajustarían a un valor menor mensual, ellos llegaron a la conclusión que, aun así, sería muy difícil conseguir a alguien dispuesto a hacer frente a todo aquello. Sin embargo, Victoria y Carolina se miraron con complicidad, como si ya tuvieran en mente a la persona justa para completar aquel rompecabezas. Las dos corrieron hacia la sala 910 y le pidieron a doña Clotilde que conversara con ellas algunos minutos. La profesora permitió que las niñas dijeran lo que las afligía y escuchando el drama de Tito, ella no tuvo forma de no conmoverse. Doña Clotilde tenía una hija de diez años cuyo sueño era tener un perrito Cierta vez, la profesora había comentado con las alumnas sobre esa cuestión. Y el relato sobre la difícil vida de Tito la conmovió. Las alumnas, Victoria y Carolina, presentaron la planilla de costos y doña Clotilde percibió que tal vez pudiera hacerse cargo de todos aquellos gastos. Mismo así, pidió un tiempo para pensar, dejando con suspenso a las niñas.

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Costos para criar un perrito: Gastos Mensuales: Alimento para perros: $20,00 Remedio antipulgas: $10,00 Corte de pelo higiénico (2 por mes): $20,00

Gastos anuales: Collar: $10,00 Cama: $15,00 Recipiente para el agua y la comida: $10,00 Vacunas Anuales: $80,00

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Al final, ¿qué es DSOP? Después de haber conversado con la profesora Clotilde, Victoria y Carolina notaron que un vínculo de amistad había sido creado entre ellas. Ambas se unieron para analizar los costos para criar a Tito. Esta fue una tarea que dio trabajo, ya que tuvieron que hacer consultas en tiendas que venden artículos para animales y también conversar con un veterinario del barrio. La batalla por las informaciones y la fe que las dos depositaron en la esperanza de que el perrito pudiera tener un futuro asegurado hizo que Carolina y Victoria se empeñaran y confiaran mutuamente. Animadas con el inicio de esa linda amistad que parecía estar surgiendo, decidieron ir a tomar un helado para festejar el éxito del trabajo en el cual tanto se esforzaron. Palabra va, palabra viene, las dos empezaron a hablar sobre sueños. Victoria le contó a Carolina sobre su sueño de comprar un ordenador antes de fin de año. Carolina escuchó con atención y se quedó curiosa para saber cómo la amiga iba a hacer para realizar este sueño. Fue justo en ese momento que Victoria le dijo que practicaba los cuatro pasos de la Metodología DSOP y que ello le ayudaba a conquistar sueños y a mantener su dinero siempre bien cuidado. Entonces, Carolina le preguntó: - Al final, ¿qué es DSOP? ¡Las dos se rieron! Y Carolina añadió: - Me acuerdo de haber escuchado ese nombre. En la clase de informática, incluso, ya hicimos como ejercicios algunos juegos y actividades del portal DSOP. Creo que fue una asignatura que ustedes estudiaron el año pasado e, infelizmente,

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yo todavía vivía en Casa Blanca. Y, en mi otra escuela, no estudiábamos nada sobre

- Pero, ¿por qué precisamos diagnosticar nuestros gastos? – preguntó Carolina.

educación financiera. - Bueno, el año pasado, el Niño del Dinero me enseñó a practicar la Metodología DSOP. Yo tampoco sabía lo que era. Después, el profesor Reymoney

- Bueno, eso es importante porque al final de los treinta días podrás analizar tus anotaciones y verás que estás gastando en cosas que tal vez no sean tan

nos explicó – aclaró Victoria.

buenas, por ejemplo con chicles. Tenemos la manía de mascar chicles y eso cuesta

- Genial, entonces, ¿tú me puedes explicar de qué se trata? Me encantaría

dinero. Cuando hice mi diagnóstico, el año pasado, descubrí que gastaba el 10% de mi

aprender – dijo Carolina. - Mira, la Metodología DSOP significa: Diagnosticar, Soñar, Presupuestar

mensualidad solamente para comprar chicles todas las semanas. Mi mensualidad acababa antes del fin de mes y no sabía por qué. Después del diagnóstico, pude ver

y Ahorrar. - ¡Qué bien! De esas cuatro palabras, hay una que conozco muy bien: soñar –

algunas cositas en donde gastaba mi dinero y eran esas cositas sin importancia que me dejaban sin nada antes que me dieran mi mensualidad siguiente.

dijo Carolina sonriendo. - Soñar es una cosa muy buena de verdad. Creo que ya nacemos sabiendo hacer eso – añadió Victoria, también sonriendo. - Pero, dime, ¿qué es diagnosticar? Es un término médico, ¿o no lo es? – quiso

Carolina escuchaba con atención y le pidió a la amiga que continuara. Todo aquello parecía tener sentido. - Es así. Tras el diagnóstico, podrás elegir lo que vas a comprar y lo que no vas a comprar, de acuerdo con tu consciencia, sabiendo que algunas cosas

saber Carolina. - ¡Sí! Cuando vamos al médico, él nos dice que precisamos hacer algunos

no son importantes y que pueden ser cortadas.

exámenes para poder tener un diagnóstico de nuestra salud, no es así? – inició

- ¿Tú no mascas más chicles?

Victoria.

- Mira, de vez en cuando, pero eso no es algo que forma parte de mi rutina. No es una manía que tengo que seguir obligatoriamente.

- ¡Es verdad! – asintió Carolina. - Pero esta palabra también puede ser usada para otras cosas. Por ejemplo:

Dejó de ser un vicio para ser algo que hago de vez en cuando. Y con el dinero

tú puedes hacer un diagnóstico de tu dinero y descubrir cómo marcha la salud

que ahorro, yo estoy guardando para comprar mi tablet, que es una cosa

financiera de tu mensualidad – explicó Victoria a su más nueva amiga. - ¿Y cómo hago para diagnosticar mi dinero hoy? – preguntó la niña. - Todos los días, debes anotar tus gastos en una pequeña Planilla de Gastos. El profesor Reymoney tiene varias en blanco y nosotros podemos usar una para ti –

mucho más importante y especial para mí. Al fin y al cabo, es mi sueño en este momento – agregó Victoria. - Te entiendo. ¿Qué es más importante: mascar chicles todo el día o realizar un sueño? – concluyó Carolina. - ¡Eso mismo, muchacha! Has entendido el espíritu de la cosa – festejó Victoria.

dijo Victoria. - En esa planilla, que es una especie de libreta, existe un espacio para que anotes el tipo de gasto y cuánto has gastado. Tú debes hacer este ejercicio durante treinta días. Entonces, después, tendrás el diagnóstico de tu salud financiera

- ¡Qué bueno, qué bueno! Me está encantando esta charla. ¡Sigamos! Cuéntame más sobre DSOP – pidió Carolina. - Bueno, el segundo paso de la Metodología DSOP es Soñar. Tú debes elegir

y descubrirás para dónde está yendo tu dinero. Solamente cuando concluyas

tres sueños para ser realizados: el primero de ellos es el llamado sueño a corto

este primer paso podrás pasar al segundo, que es Soñar – explicó la niña de los

plazo (que debes realizar en hasta 6 meses); el segundo es el sueño a mediano plazo,

hoyuelos.

que puedes realizar en hasta 1 año y, por último, el sueño a largo plazo, que será conquistado después de 1 año – le enseñó la niña de los hoyuelos.

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- ¡Eso es fantástico! Quiero practicar la Metodología DSOP y mi sueño a

- ¿Qué? – quiso saber la niña de la cola de caballo color miel.

corto plazo será igual al tuyo, amiga: un ordenador de esos portátiles – le

- Existe una cosa llamada interés. Cada vez que pongo algo de dinero en mi

contó Carolina.

cuenta, el banco va y me pone algo más también. Eso se llama interés – enseñó

- ¡Buenísimo! ¡Podemos soñar juntas! – dijo Victoria. - ¡Sí! Será maravilloso compartir contigo esta alegría! – respondió Carolina.

Victoria. - Pero que cosa fantástica. ¡Eso es mágico! – dijo Carolina con un brillo en la mirada.

- ¡Sí! Entonces, vamos al tercer paso – preguntó Victoria.

- ¡Sí! Después que empecé a practicar la Metodología DSOP, que parece

- ¡Vamos! Ya sé lo que es Presupuestar, pero no me imagino lo que eso significa

una fórmula mágica, pero que es algo muy sencillo, ¡mis sueños empezaron a

– respondió Carolina confusa.

realizarse! – confesó Victoria.

- La mayor parte de nuestros compañeros gasta toda la mensualidad a lo largo del mes y no ahorran nada. En la Metodología DSOP, Presupuestar es retirar una parte del dinero que recibes todos los meses para guardar en una alcancía o en una

- ¡Estoy impresionada! – exclamó Carolina. - ¿Sabes porque Reinaldo es famoso por su sobrenombre, el Niño del Dinero? – preguntó Victoria.

cuenta bancaria. Después de hacer eso, es ahí donde uno puede usar el resto del

- ¡No! ¡Nunca me contaron! ¿Por qué? – quiso saber la amiga.

dinero para los gastos de todos los días – explicó Victoria.

- Porque fue el primer alumno que aprendió la Metodología DSOP. El profesor

Y continuó:

Reymoney le enseñó y él empezó a practicar y después él les enseñó a sus

- La mayor parte de las personas primero gasta y después, caso sobre algo, guarda un poco.

padres y eso cambió la vida de toda su familia. Entonces, él empezó a juntar muchas alcancías con muchas monedas y después abrió una caja de ahorro y, hoy en día,

En el Presupuesto DSOP, tú guardas primero para el sueño y después usas el restante para los gastos cotidianos del mes – concluyó Victoria. - Entonces preciso saber cuánto cuesta mi sueño, en este caso, el ordenador

ni yo sé cuánto dinero él tiene guardado. El banco siempre lo ayuda colocando un dinero extra y entonces él debe tener una buena reserva financiera. Por ello, él es el Niño del Dinero – contó Victoria.

portátil, para calcular cuánto voy a guardar por mes, ¿es así? Porque estoy ansiosa.

- ¡Qué historia increíble! Si se la cuento a mi madre, no me va a creer! –

¡Quiero comprar ya, amiga! – dijo Carolina.

dijo Carolina.

- ¡Eres muy lista, Carol! Yo te aconsejo consultar en las tiendas y en Internet. Averigua cuáles son los modelos, marcas y precios para saber exactamente cuál vas a comprar y por cuánto – orientó la niña. - ¡Sí, haré eso! Pero, ¿y el cuarto paso? – quiso saber Carolina.

- ¡Tienes razón! Da ganas de enseñarle a todo el mundo, ¿no te parece? – preguntó Victoria. - ¡Sí! ¡Esta Metodología DSOP es realmente fascinante! – concluyó Carolina. Las dos conversaron un buen rato y ni siquiera notaron que ya estaba

- ¡El cuarto paso es ahorrar! Ahorrar significa guardar. Cuanto más dinero uno

oscureciendo y que precisaban volver a sus casas. La Metodología DSOP era un

consigue ahorrar, más rápido podemos realizar nuestros sueños –concluyó Victoria.

tema cautivante, una fórmula mágica que hacía brillar los ojos de las personas.

- Hum... ¿y dónde guardas el dinero que ahorras? – quiso saber Carolina. - Bueno, antiguamente, yo lo guardaba en una alcancía pero, hoy día, ya tengo una caja de ahorro que mi madre me ayudó a abrir. Entonces, siempre que deposito

Victoria se marchó a su casa feliz por haber trasmitido las enseñanzas de educación financiera a su amiga mientras que Carolina se sentía eufórica por descubrir un modo inteligente de realizar sus sueños.

algo de dinero en el banco, la cuenta se pone más gorda. ¿Sabes qué es lo mejor de todo? – preguntó Victoria.

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Todo puede convertirse en arte Algunas semanas pasaron y Casa Blanca andaba agitada. Algunas líneas de ómnibus estaban siendo inauguradas y conectaban un extremo de la ciudad al otro. Una nueva pizzería, de fama internacional, había sido inaugurada en el Centro, otorgando más valor a la región. Ellos hacían entregas a domicilio de varios sabores de pizzas. Otros establecimientos ya daban ese tipo de servicio, pero no en 35 minutos. El progreso parecía finalmente haber llegado a la tranquila ciudad de Casa Blanca, así como también progresaba la vida y el aprendizaje de los niños del colegio Hacer Crecer. Aquella tarde, Victoria había invitado a Carolina a conocer su casa. Las dos amigas conversaban en el dormitorio de la niña de los hoyuelos. Charlaban animadamente sobre diversos asuntos como los niños de la clase, tareas de la escuela, el destino del perrito Tito, la mejora que precisaba ser hecha en la Plaza de las Margaritas y también sobre la marcha de la práctica de la Metodología DSOP, que ambas llevaban adelante. Todos los temas eran apasionantes y dejaban a las niñas contentas. Victoria finalmente tenía una amiga con quien dividir sus pensamientos y Carolina había conquistado el sueño de entablar amistades en la nueva ciudad – algo que no imaginaba antes de mudarse.

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Después hice unos dibujos para ilustrar y creé esta tapa donde los personajes

Al día siguiente, las niñas fueron al colegio con la sensación de que todo saldría bien. Una tenía la fuerza y la otra la alegría, cosas muy importantes en una

aparecen sonriendo con un perrito al lado – contó la niña de la cola de caballo. La profesora tomó el libro. Observó los dibujos hechos en la tapa y notó que

relación de amistad y colaboración. Para ellas, era muy bueno saber que tenían ahora una mano amiga para apretar en cualquier momento que precisaran. Y, finalmente, había llegado el día de la presentación de los trabajos de la materia de artes. La profesora Constancia les pidió a todos que exhibieran sus obras

dentro del libro había también otros dibujos que iban contando la historia. Doña Constancia pensó que la niña era realmente una buena dibujante, pero no quiso comentar hasta que la alumna dijera todo lo que la había motivado a hacer aquel trabajo tan diferente de los demás. - ¿Y cuál es la historia de tu libro, querida? – quiso saber la profesora.

en la pizarra y explicaran lo que ellas significaban.

- Son siete amigos que estudian juntos y resuelven adoptar un perrito de la

Gastón fue el primero. Colocó encima del escritorio de la profesora un barco a vela que él mismo había construido con palitos de helado. El muchachito le había

calle llamado Tito. Sólo que, como sus padres no concordaban mucho con la idea de

pedido al joven que trabaja en la heladería que le guardara algunos de aquellos

albergar un perrito en casa, ellos armaron un súper plan para que el perrito no se

palitos, solamente pensando en el trabajo de artes.

quede ninguna noche sin techo y comida. Para saber más, ustedes tendrán que leer

- Este barco fue hecho con material reciclado. Conseguí juntar varios palitos

mi libro. Apuesto que les va a gustar a todos – explicó la niña muy entusiasmada. Doña Constancia felicitó a Carolina por el trabajo y destacó la creatividad de la

de helado, de esos que generalmente tiramos a la basura, y los fui pegando uno a uno hasta armar esta carabela. Ella representa mi entretenimiento preferido y el de mi padre. Algunos fines de semana, nosotros salimos a navegar y nos divertimos

niña. Por último, la profesora llamó al último alumno que faltaba, el Niño del Dinero, para que muestre su creación. El muchachito se levantó, se dirigió al centro del aula

mucho – explicó el niño. La clase aplaudió el trabajo de Gastón. Otros niños presentaron sus obras

y explicó: - Hola, yo utilicé como material latas de leche en polvo usadas. Mi madre me

hasta que llego el turno de Victoria. La niña de los hoyuelos se levantó y fue hasta el escritorio de la profesora. De

ayudó mucho y yo no podría presentar este trabajo sin hablar de ella. Nosotros hicimos tres alcancías para depositar moneditas. Después, aprovechamos algunos

frente a sus compañeros, ella explicó: - Bueno, como mi madre junta muchos retazos de telas en casa, yo recogí algunos de ellos – los más coloridos y floridos - y cosí a mano este lindo mantel, todo hecho con retazos. Por si alguien no sabe, retazos son las sobras de telas,

restos de pintura de la construcción del vecino y pintamos las latitas para que queden más lindas. La clase mostró un aire de sorpresa por la astucia del niño. Al final, todos los

pedazos de paños de varios tipos. Mañana, pretendo darle este mantel como regalo

alumnos allí ya habían aprendido la Metodología DSOP y sabían que debemos tener

de cumpleaños a mi tía Clara.

siempre tres sueños en mente.

De a poco, los alumnos mostraban sus obras de arte, unas más interesantes que las otras... Hasta que doña Constancia llamó a Carolina para exhibir su trabajo. - Mi obra artística es un libro. Yo misma lo escribí. Victoria me prestó algunas hojas de papel reciclado que su padre aprovecha de la empresa donde él trabaja y yo completé cada página: letra por letra, palabra por palabra.

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Los aprendizajes que el profesor Reymoney había transmitido el año anterior todavía parecían estar vivos en la mente de todos. Al ver las tres latitas, en tamaños diferentes, los alumnos enseguida identificaron la Metodología DSOP como inspiración para el trabajo del Niño del Dinero. Y el Niño finalizó la presentación de su arte comentando que:

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- ¡Cuando terminé, noté que esas latas también pueden ser transformadas en portalápices u otras cosas! Entonces, resolví probar: usé otra lata ya usada y pegué fotos de revistas alrededor de ella. Quedó tan bien que tuve ganas de traerla y regalársela a Ud., profesora. - Caramba, Niño del Dinero, qué lindo regalo. Voy a ponerla en mi mesa de trabajo, al lado de mi ordenador, en mi casa. La cuidaré con mucho cariño. Este es el resultado de una buena clase y de un buen trabajo realizado – dijo la profesora conmovida. Cuando doña Constancia finalizó la clase, les pidió a todos que aplaudieran los trabajos presentados y llamó a atención para el final del semestre que se acercaba. Así como a los alumnos les había ido muy bien con los trabajos de arte, la profesora ahora deseaba que ellos se juntaran para concluir las otras materias, las cuales, para algunos, podría ser todavía un gran desafío. Mientras los niños vivían las lecciones educacionales, la madre del Niño del Dinero, dentro de casa, andaba preocupada con los gastos de la familia. Ella quería ayudar al marido pero no sabía cómo, pues Gaby, todavía bebé, le impedía salir de casa para vender sus cosméticos de puerta en puerta. Cuando el Niño del Dinero llegó y le contó a doña Previsión todo lo que había visto y aprendido en la clase de artes, los dos empezaron a pensar juntos en una forma de solucionar aquella cuestión. Para el Niño, el arte tal vez pudiera salvar la salud financiera de su casa o, por lo menos, ayudar un poco. Viendo a doña Previsión en la cocina haciendo un exquisito pastel de naranja, el Niño del Dinero tuvo una idea: - Mamá, ¿ya has pensado que tal vez puede ser un buen negocio cocinar para afuera? – dijo él. - ¡No, hijo mío! ¡Nunca lo pensé! – respondió ella. - Bueno, tú cocinas muy bien, especialmente cosas dulces. Ese pastel de naranja es muy rico y sé que también sabes hacer otros tipos de dulces, de esos que vemos en las fiestas de cumpleaños. Sabes, mamá, cocinar puede ser un arte. No todos tienen una mano tan buena como la tuya – elogió el niño. - ¡Sí! Hablando así, parece fácil. Cocinar es algo que me encanta hacer y sería una actividad que podría llevar a cabo en casa, teniendo a tu hermana siempre

cerca. Aunque, ¿para quién vendería mis dulces? Las personas no vendrían aquí en casa sólo para comprar un pastel. Tendría que abrir una confitería y eso cuesta muy caro – le explicó doña Previsión a su hijo. - Ah, mamá, hoy en día, con Internet, muchas personas venden cosas y no precisan tener un local de venta para ello – explicó el Niño del Dinero animadamente. - ¿Cómo es eso? – quiso saber la madre. - Bueno, nosotros podemos colocar un sitio web en Internet donde tú ofrecerías kits de dulces y salados para fiestas de cumpleaños. Dejamos un contacto de teléfono en el sitio web y las personas van a llamar y hacer sus pedidos hablando contigo. Por ejemplo: fiestas de cumpleaños de niños para 60 invitados. Entonces, ahí le sugieres las cantidades de bollitos de queso, de bombones, de hamburguesas. Entonces, preparamos todo y el día de la fiesta la persona pasa por casa a buscar el pedido – explicó el Niño. - Hijo mío, ¡qué idea maravillosa! Pero, ¿será que las personas me van a querer hacer pedidos? ¿Cómo van a saber que ahora yo vendo dulces? – preguntó doña Previsión animada con la idea. - ¡No vendes dulces! Vendes kits para fiestas de cumpleaños. Queda mejor decir así – agregó el Niño. - Es verdad – asintió la madre. - Bueno, ¡podemos hacer unos folletos y distribuir por ahí! Además, yo puedo hacer una gran propaganda en Internet y también puedo pedir ayuda a mis amigos. En el colegio hay un montón de niños y niñas que hacen fiestas de cumpleaños durante todo el año – dijo el Niño. - ¡Caramba! La idea es realmente fabulosa! Pero, vamos a ver qué le parece a tu padre cuando llegue del trabajo. Si a él le gusta, podemos pensar en serio en hacer ese tal de sitio web y también los folletos – concluyó doña Previsión. Tras la charla, el Niño del Dinero fue a bañarse y doña Previsión se quedó pensativa en su cocina. Por primera vez en la vida, ella sentía que cocinar podría ser realmente un arte. Un arte que no todo el mundo es capaz de hacer. El hijo le había dicho que la mano de ella era buena para aquello. Cocinar definitivamente era un arte para el cual ella tenía mucho talento.

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El gran día El tiempo corría veloz en la ciudad de Casa Blanca. El final del semestre se acercaba y, junto a él, el gran día en que los alumnos de la escuela “Hacer Crecer” tendrían que presentar sus proyectos de sustentabilidad al profesor Reymoney. Aquella mañana, el Niño del Dinero estaba contento. Sus padres parecían felices y Gabrielita, ya más grande, no lloriqueaba tanto en la cuna. La familia estaba en armonía después que el señor Desprevenido concordó con la idea de que su esposa invirtiera en la confección de los kits de dulces y salados para fiestas de cumpleaños. Gastón, a su vez, se encontró con doña Socorro durante el desayuno en su casa. Aquella era la primera vez que su profesora – que también era su madrasta - había dormido por allí. El muchachito notó que su padre estaba un poco cohibido, pero el niño enseguida se sentó a la mesa y comenzó a conversar, dejando el aire un poco más liviano y relajado. En la casa de Victoria, doña Custodia despertó a su hija con una novedad. Había hecho unos diarios especiales con llave y candados en miniatura para que sus futuras dueñas pudieran cerrar sus secretos bajo llave. Seguramente, aquel nuevo producto sería otro éxito de ventas en Internet y en la papelería de la escuela. Victoria saltó de la cama festejando y le pidió uno de los diarios para llevar y mostrar a toda la clase durante la presentación del trabajo practico del profesor Reymoney. Por otro lado, Carolina, ya se había levantado hacía un buen rato. Lista para ir a la escuela, le mostró a su madre el libro que había hecho en la clase de artes. Doña Suely, a su vez, hojeaba el trabajo con curiosidad y le preguntaba a la hija asombrada:

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- Pero, ¿tú has hecho todo eso sola? - Sí, mamá – dijo la niña con cara de traviesa. - Pero esa historia de ese perrito se parece con la de Tito, ¿no te parece? – quiso saber doña Suely. - Sí. Un poco. Pero en mi libro, el otro Tito conoce una perrita del barrio y, al final, ellos se enamoran – añadió Carolina. - Qué lindo, hija mía. Has escrito una novela – comentó doña Suely. - Ah, ¿es así cómo se llama? Entonces, escribí una novela – dijo la niña sonriendo. - Hasta donde yo sé, tú siempre me has dicho que querías ser veterinaria cuando crezcas. ¿Y ahora? ¿Vas a cambiar de idea y pensar en la posibilidad de convertirte en una gran escritora? – preguntó la madre. La niña no respondió nada. Salió de casa pensativa y fue caminando a la escuela. Cuando llegó, se encontró con sus amigos ya ansiosos por el toque del timbre que los llevaría a la clase del profesor Reymoney. Algunos grupos se presentaron antes que ellos. En el momento en que escucharon el nombre de “Recrearte”, los cuatro se levantaron y fueron hasta la pizarra donde había una pantalla con proyector especialmente colocado allí para aquel día. Abrieron la página del blog de Recrearte en Internet y empezaron a mostrar a la clase lo que la empresa hacía y cómo había crecido en poco más de un año. - El primer precepto que aprendimos en la clase del profesor Reymoney fue el de la sustentabilidad ambiental. Desde el inicio, doña Custodia, que coordina la producción de los artículos de Recrearte, tuvo siempre la preocupación de usar material reciclado como sobras de papel, retazos de telas, estampados pintados a mano, entre otras cosas – inició Carolina. - Recrearte es una empresa que funciona dentro de casa, no contamina el medioambiente, no ensucia las calles ni perjudica el bienestar de los habitantes de nuestra ciudad – completó Victoria. - Para garantizar el cumplimiento del segundo precepto de la sustentabilidad, doña Custodia y sus ayudantes están siempre creando productos nuevos. Los primeros fueron los cuadernos coloridos, después vinieron las agendas y blocs de anotaciones y ahora, recién salidos del horno, están lanzando los diarios para niñas. Además, para mantener la sustentabilidad financiera, la empresa está

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siempre preocupada en gastar menos de lo que gana, manteniendo así el equilibrio económico – explicó Gastón. - Esos diarios poseen pequeños candados y llaves. Solamente la dueña podrá leer lo que está escrito – explicó Victoria exhibiendo un lindo diario color rosa y otro celeste. Todas las niñas del aula lanzaron un derretido “ahhhh” en coro al ver los diarios. El profesor pidió silencio para que el grupo terminara la presentación y el Niño del Dinero aprovechó para avisar que los pedidos de diarios podrían ser hechos a través del blog o por e-mail. - Es bueno agregar que, con Internet, se hizo mucho más fácil divulgar los nuevos productos y controlar los pedidos de los clientes de doña Custodia. Ahora que el blog está listo, vamos a pasar las contraseñas para que ella o una de sus ayudantes pueda coordinar todo de aquí en más. El profesor, bastante impresionado con la eficiencia de los niños, preguntó entonces sobre el tercer precepto de la sustentabilidad, la social. - Recrearte colabora como puede con el bienestar social. Ahora, con esto de Internet, mi madre está pensando en contratar una empleada más solamente para atender las ventas, pues ella y sus dos ayudantes se la pasan cosiendo y pegando productos y no tienen tiempo para trabajar en el ordenador. Con eso, ella está empezando a generar empleos a personas de su barrio – argumentó Victoria. - Además, Recrearte, junto con la empresa Heladitos, están invirtiendo en la revitalización de la Plaza de las Margaritas. Cuando la obra esté concluida, van a colocar un cartelito allí diciendo que aquella área verde fue adoptada y es cuidada por dos empresas – contó Gastón orgulloso. - ¡Y hay más! – apuntó Carolina – doña Custodia y sus dos ayudantes se comprometieron a dictar cursos de reciclaje en comunidades carentes. Ellas van a enseñarles a otras mujeres a reaprovechar materiales, coser, pegar y crear nuevos productos a partir de objetos que, eventualmente, irían a la basura, como una lata vacía de leche en polvo, botellas pet y hasta tubos vacíos de bolígrafos – finalizó la niña. - Después de las clases que tuvimos con doña Constancia, aprendimos que todo puede ser recreado y transformarse en una obra de arte o, por lo menos, un objeto útil para el día a día de las personas – agregó Victoria sonriendo a los colegas. El profesor Reymoney estaba encantado con los resultados de los trabajos.

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Y cuando hizo mención de dar las presentaciones por concluidas, el Niño del Dinero levantó la mano y pidió la palabra: - Yo también quería decir, para finalizar, que mi madre está empezando un negocio propio y nuestro grupo está empeñado en ayudar y dar ideas siempre pensando en los tres preceptos de la sustentabilidad: ambiental, financiera y social – contó el Niño. - ¡Bueno, ahora estamos curiosos! ¡Cuéntanos cuál es ese negocio que tu madre está comenzando! – pidió Reymoney. - Ella provee kits para fiestas. Son salados, dulces y pasteles para fiestas de cumpleaños, de casamiento, de bautismo. Yo estoy haciendo un blog para que ella pueda vender también por Internet. Esa fue la manera que encontramos para conseguir algo de dinero y lo mejor de todo es que a ella le encanta cocinar y está muy entusiasmada con la idea y todos los preparativos. El blog se llama Casa de las Fiestas. En breve, todos podrán ingresar al blog. Quien pueda, por favor difunda la noticia a los amigos y familiares – concluyó el Niño del Dinero. - ¡Qué excelente noticia! Con seguridad todos aquí van a ayudar a divulgar, ¿no es así, niños? Al fin y al cabo, toda empresa que está empezando precisa tener sus primeros clientes para afirmarse – destacó el profesor. La última clase de Reymoney parecía finalizar en clima de fiesta. Todos festejaban el éxito de los trabajos, los alumnos conversaban efusivamente y el clima de vacaciones parecía entrar por las puertas y ventanas de la escuela. Las niñas rodeaban a Victoria y Carolina para comentar sobre los cuadernos y los niños daban ideas de pequeños blocs con tablas de los campeonatos de fútbol que doña Custodia podría hacer para que ellos marcaran los resultados de los partidos. La emoción iba en aumento cuando, de repente, todos oyeron un montón de ladridos que provenían de la puerta del aula. La clase se quedó en silencio mirando hacia aquel perro corriendo de aquí para allá.

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Fiesta en la Plaza de las Margaritas Es difícil imaginar que un perro consiga entrar a la escuela sin que nadie lo note. Bien atrás de él, venían Felipe y Manuela con un pedazo de collar en la mano que se había roto haciendo que el perro saliera del control de ellos. El profesor, sin entender nada, le pidió al Niño del Dinero que le explicara todo aquello. La clase se quedó en completo silencio. El perro se echó en los pies del profesor y el Niño del Dinero entonces explicó a todo el mundo sobre el Club de Tito y el esquema de rotación de casas para el perrito de la calle. Cuando todo fue aclarado, varios niños del aula se ofrecieron para cuidar al perrito. El Club de Tito se puso de moda y todo el mundo quería participar, ni que fuera para cuidarlo una sola vez, cada quince días. El profesor Reymoney comentó que aquel era un excelente esquema de cooperativa, pero nadie entendió muy bien lo que aquello quería decir. Probablemente, en el próximo semestre, tendrían mucho más para aprender. Finalizada la clase, los niños y el Niño fueron a la Plaza de las Margaritas. Ella estaba completamente restaurada tras el apoyo financiero de la empresa del padre de Gastón, de los Heladitos y también de Recrearte. Las dos empresas habían participado con dinero, pero había también un otro tipo de apoyo muy importante que la plaza había recibido: el apoyo de la comunidad.

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- ¡Qué buena noticia, fantástico! ¡El primer cliente de la Casa de las Fiestas!

Con el trabajo en conjunto de todos de la comunidad reunidos en una comunión de esfuerzos, en cerca de dos meses, el lugar se transformó en una

¡Felicitaciones! – dijo Victoria. - ¡Sí! ¡Cuenta con nosotros para ayudarte con los detalles! – reafirmó Carolina.

tarjeta postal de la ciudad de tanta belleza que había.

- ¡Muchas gracias, niñas! Gracias a nuestros profesores y a lo que aprendimos

Todos celebraban el final del semestre en una algarabía sin fin y el Niño era la gran diversión de los niños que festejaban en la Plaza de las Margaritas. En medio de la confusión general, Victoria y Carolina, sentadas debajo de un

en las clases, somos capaces de darles ideas a nuestros padres e, incluso, hasta ayudar para que cosas buenas ocurran – concluyó el Niño. - ¡Sí! ¡Mira esta plaza como está linda! ¡Las margaritas parecen hablar con

árbol, sonreían contentas. Más amigas que nunca, ellas se mostraban sus tablets. Felices, comentaban cuánto la Metodología DSOP había sido importante en

nosotros! – comentó Carolina. - ¡Es verdad! ¡Hasta el olor de la plaza cambió! ¡Gracias a nuestro trabajo

aquel semestre. Habían aprendido a soñar colectivamente y a soñar también en pareja. Con los ordenadores portátiles, ellas podrían comunicarse por Internet

colectivo y a las buenas ideas! – señaló Victoria. - ¿Y tu padre? ¿Consiguió cambiar de sector en la empresa? Recuerdo que

durante todo el período de vacaciones y no sentirían tanto la falta una de la otra

habías comentado algo sobre eso – le preguntó Victoria al Niño del Dinero.

cuando viajaran.

- ¡Ah, sí! Él lo consiguió. Después de hacer el curso de capacitación, el gerente

Justo cuando estaban festejando, el Niño del Dinero se acercó y sacó del bolsillo un celular. Las dos amigas, admiradas, preguntaron:

de la empresa le dio un ascenso y él está ganando un mejor salario – conmemoró el Niño.

- ¿Ese celular es tuyo? - ¡Sí! Es un celular que también tiene Internet. Ese fue mi sueño a corto plazo

En Casa Blanca, los vientos parecían soplar a favor de aquellos que luchaban

de este semestre. Conseguí ahorrar una parte y mi abuela me regaló lo que me

por sus ideales. El sol irradiaba el cielo y emanaba energías positivas a todos los

faltaba para que pudiera comprarlo. Bueno, no es nuevo, es seminuevo. Se lo compré

que allí estaban.

a Mariana, aquella niña del sexto año. Por ello, pagué un precio bien por debajo del

En medio de la diversión que reinaba en la Plaza de las Margaritas, la profesora Clotilde se acercó al perrito Tito que, aun sin saber que aquella sería su

precio que cobran las tiendas. - ¡Caramba! ¡Pero está como nuevo! – comentó Carolina.

nueva dueña, ya corrió a sus brazos como si intuyera que ahora su destino estaba

- ¡Sí! Creo que fue un buen negocio. Ahora también tengo Internet y voy a

realmente a salvo.

mantenerme conectado con ustedes, incluso durante las vacaciones – dijo el Niño

Por fin, todos allí en aquella plaza tenían en el corazón la seguridad de que es preciso creer en la belleza de sus sueños, hasta el perrito Tito, que parecía haber

sonriendo. - ¡Vaya! Esa es una gran noticia, al final, ¿ahora tú tienes el blog de la empresa

finalmente encontrado una casa definitiva para vivir.

de tu madre también para cuidar, no es así? – comentó Victoria. - ¡Sí! ¡Y ustedes no van a creer lo que pasó! – dijo el Niño con cara de suspenso. - ¿Qué pasó? – preguntó Carolina. - ¡Cuéntanos! ¡Cuéntanos! – pidió Victoria. - Fernanda va a cumplir años el próximo mes y me dijo que va a pedirle a su madre que llame a casa para hacer los pedidos de los kits de fiestas de mi madre – contó el Niño del Dinero con los ojos brillando.

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Autor

Reinaldo Domingos

www.reinaldodomingos.com.br Reinaldo Domingos nació en Casa Branca, interior de San Pablo. Hijo de padre ferroviario y madre autónoma, a los 12 años realizó el primero de sus muchos sueños: comprar una bicicleta. La estrategia adoptada en la época, de elegir de forma intuitiva ahorrar un poquito cada mes de lo que ganaba como ayudante de vendedor ambulante, para realizar su deseo , se convirtió en la base de aquello que vendría a ser la Metodología DSOP, una manera sencilla y eficaz de manejarse con el dinero, cambiando hábitos y realizando sueños. Adaptación Infantil

Simone Paulino

www.simonepaulino.com.br Simone Paulino nació en la periferia de San Pablo. Hija de padre y madre analfabetos, desde muy pequeña notó el poder trasformador de la lectura y de la escritura, dedicándose de cuerpo y alma a los estudios y a los pocos libros que le llegaban a sus manos. Después de transformarse en una apasionada lectora, construyó toda su vida alrededor de los libros, convirtiéndose primero en periodista, después escritora y, más recientemente, Maestra en Teoría Literaria y Literatura Comparada por la Universidad de São Paulo (USP). Ilustración

Ariel Fajtlowicz www.arifaj.com

Ariel Fajtlowicz nació en San Pablo. Apasionado por los dibujos desde la infancia, estudió en Quanta Academia de Artes y en Central San Martin School of Arts, en Londres, donde vivió y trabajó en la agencia Vivid Image. Actuó como diseñador gráfico y director de arte en varias agencias de publicidad de San Pablo. Acabó entregándose por completo al universo de las ilustraciones a partir del 2009, cuando empezó a trabajar de forma independiente en su propio estudio.



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