Resumen de la trilogía El Niño y los Sueños ( alumnos de 7 a 9 años e edad )
El Niño y los Sueños – Primer episodio A través de la observación atenta (pilar “diagnosticar”) de la construcción del sueño individual del pajarito (construir el nido) y del hormiguero (construcción de sueño colectivo), el protagonista desvenda la importancia del ritmo, de la continuidad y de la intensidad de la dedicación de cada ser a la construcción de sus sueños. El Niño se da cuenta también de que hay sueños que el dinero no puede comprar. Descubre aún que entre las cosas que el dinero sí puede comprar, algunas requieren más recursos materiales, esfuerzos y tiempo mientras que otras cosas requieren menos.
La metodología de conseguir recursos es un proceso que madura, enseña, transforma y dignifica a las personas con sus resultados. Y, lo más importante: todos esos descubrimientos solo valen la pena si los compartimos con quienes todavía no los conoce.
El Niño y las Tres Alcancías – Segundo episodio Como en el episodio anterior nuestro protagonista ya había descubierto que existen sueños materiales y no
materiales y que, entre estos últimos, había algunos de “dificultad” distinta, ahora El Niño descubre cómo deben funcionar los plazos de cada sueño material. Todo empieza cuando en su cumpleaños de 5 años de edad, le regalan una alcancía roja, que según su mamá es una herramienta realizadora de sueños de corto plazo. El Niño alcanza algún tiempo después su primer sueño: comprar una pelota de fútbol. Entonces, su mamá le compra una alcancía más grande que la anterior, esta vez azul, para un sueño de mediano plazo. El Niño se da cuenta de que para mantener el ritmo de realización de sueños con esa alcancía también, debe reducir el consumo de dulces. A lo largo del tiempo él logra llenar la alcancía y finalmente realiza el sueño de comprar un carrito de juguete, con el que juega muy animado. Con una alcancía más grande que las dos anteriores, blanca, El Niño comprende que hace falta aprender a esperar, a tener paciencia, a perseverar, a no desistir. Entonces él alcanza la satisfacción de compartir con otras personas su descubrimiento de que “si a lo largo de la vida las tres alcancías van recibiendo monedas siempre, varios tamaños de sueños pueden construirse paralelamente”.
El Niño y la Hormigarra – Tercer episodio La mamá de El Niño le cuenta una fábula, a la hora de acostarlo, sobre como la cigarra muere por no haber trabajado para garantizar comida durante la estación fría del año. En esa historia ella
también le cuenta como le pasa exactamente lo contrario a la hormiga. El Niño concluye que debe ser duro no tener qué comer, pero también llega a razonar que es durísimo no divertirse y pasarlo solamente trabajando todo el tiempo. El Niño, mientras duerme, tiene una pesadilla en la que la hormiga y la cigarra están jugando juntas en un subeybaja interminable. Eso, añadido a la observación que hace de la rutina de su papá y de su mamá, le permiten encontrar una respuesta para el dilema: lo ideal no es ser ni hormiga, ni cigarra, sino alcanzar el equilibrio de una presunta “hormigarra”. Además concluye que eso también se aplica al dinero y a la realización de sueños,
pues el primero solo tiene sentido si resulta en la segunda.