Analisis de la accion de los Servicios de Inteligencia en el conflicto de la Malvinas

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2011 Módulo: Historia de los Servicios de Inteligencia Enrique Ávila Gómez

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Los Servicios de Inteligencia en el conflicto de las islas Malvinas

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Breve análisis, desde la perspectiva del Análisis de Inteligencia, del último conflicto clásico acaecido entre dos naciones occidentales: Argentina y el Reino Unido.


1.- RESUMEN. ................................................................................................................. 3 1.- ABSTRACT. ............................................................................................................... 3 2.- OBJETIVOS DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN ............................................. 4 3.- ANÁLISIS PREVIO. SITUACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA. .................................................................. 5 3.1.- LA SITUACIÓN EN ARGENTINA. LA DELICADA POSICIÓN DE LA JUNTA MILITAR. ... 5 3.2.- LA SITUACIÓN EN GRAN BRETAÑA. LOS PROBLEMAS DE MARGARET THATCHER. 8 4.- ANÁLISIS DE INTELIGENCIA DE LA SITUACIÓN PREVIA AL CONFLICTO MILITAR. ....................................................................................................................... 10 5.- CRONOLOGÍA DEL CONFLICTO....................................................................... 14 5.1.- CONSIDERACIONES PREVIAS. ................................................................................. 14 5.2.- DESARROLLO DE LOS ACONTECIMIENTOS. ............................................................ 16 5.2.1.- LA INVASIÓN DE LAS ISLAS. CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS. ....................................................... 16 5.2.2.-CRONOLOGÍA DE LA FASE DE OPERACIONES. ................................................................................. 17 6.- ANÁLISIS ESTRATÉGICO SOBRE EL DESARROLLO DEL CONFLICTO. ... 20 7.- ANÁLISIS DE INTELIGENCIA DEL CONFLICTO. ........................................... 29 8.- CONCLUSIONES. .................................................................................................. 31 BIBLIOGRAFÍA. ................................................................................................................ 34


1.- RESUMEN. En este trabajo de investigación trataremos de identificar los elementos que caracterizan la acción de los servicios de inteligencia así como la metodología de trabajo utilizada por los mismos con el fin de dar respuesta a las necesidades de conocimiento planteadas por los diversos órganos de decisión política involucrados en el conflicto de las Islas Malvinas. De igual forma, intentaremos demostrar cómo la acción de los Servicios de Inteligencia se configura como un elemento clave en la victoria del Reino Unido sobre la República Argentina. Por último, trataremos de demostrar que la acción de los Servicios de Inteligencia ha de desarrollarse en marcos temporales diferentes en función de las necesidades del decisor político para lo que es preciso dotar a éstos de unas líneas claras de acción y de los recursos necesarios para que desarrollen su labor.

1.- ABSTRACT. In this research try to identify the elements that characterize the action of the intelligence services and the methodology used by them to respond to the needs of knowledge raised by the various bodies involved in policy decision the conflict of the Malvinas Islands. Also, try to show how the action of the Intelligence Services is configured as a key element in the victory of the United Kingdom Argentina. Finally, try to demonstrate that the action of the intelligence services to be developed in different time frames depending on the needs of policy makers to what is needed for them to clear lines of action and resources needed to develop their work.


2.- OBJETIVOS DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN El conflicto entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía sobre las islas Malvinas puede considerarse, probablemente y con las particularidades sobre las que incidiremos a lo largo del trabajo de investigación, como el último conflicto entre actores nacionales que se produce en un entorno estratégico de guerra fría. Este carácter nos parece especialmente valioso pues, por un lado, nos permitirá estudiar, con cierta profundidad, el funcionamiento interno del proceso de toma de decisión por parte de todos los actores involucrados, pudiendo, al tiempo, encuadrar este modelo de generación de inteligencia dentro de los patrones clásicos correspondientes a la situación previa a la desaparición de uno de los grandes bloques de poder, con proyección geoestratégica, existentes en este momento histórico. Del mismo modo y gracias, sobre todo, a la posibilidad de acceso a una gran cantidad de fuentes abiertas que, a su vez, hacen referencia a un modelo de obtención de información clásico, basado en trabajo de campo de los medios humanos e interceptación de señales, comunicaciones electrónicas, colaboración entre servicios, etc, intentaremos señalar los elementos de inteligencia puestos en juego antes, durante e, incluso, tras la finalización del conflicto. Un elemento que, a nuestro juicio, determina el inicio de este conflicto es la inadecuada dirección de los objetivos de inteligencia señalados por el poder político en el Reino Unido ya que la disminución de los recursos dedicados a estas acciones, por un lado, ofrecen una señal de debilidad al adversario que éste termina confundiendo con una indisponibilidad de recursos militares y de voluntad política para el mantenimiento de la soberanía sobre las islas. De igual forma, trataremos de poner de relieve de qué manera se genera la inteligencia ciñéndonos al modelo clásico del Ciclo de Inteligencia, lo cual nos permitirá valorar y conocer en profundidad los elementos clave del mismo, de un modo doctrinal, pudiendo aplicar los conocimientos obtenidos a cualquier otra situación en la que la elaboración de inteligencia resulte clave en el apoyo a la toma de decisión.


3.- ANÁLISIS PREVIO. SITUACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA. 3.1.- La situación en Argentina. La delicada posición de la Junta Militar. La situación interna en la que vive Argentina será un elemento clave a la hora de comprender por qué se desencadena una guerra entre ambas naciones por el control sobre un archipiélago cuyo interés estratégico ha decaído a lo largo del siglo anterior, sobre todo tras la apertura del Canal de Panamá y que, en fechas recientes, ha adquirido nuevo protagonismo pues, al parecer, existen importantes yacimientos de crudo en la plataforma que rodea estas islas. En 1974 desaparece de la escena política argentina Perón. El caudillismo que ha vivido esta sociedad hace que su muerte desate las luchas internas entre los diferentes actores políticos, económicos y sociales que conforman la sociedad argentina. Un entorno internacional marcado por la protesta, una economía lastrada por años de corrupción interna del régimen militar, el progresivo empobrecimiento de la sociedad argentina, el triunfo del golpe de estado de Pinochet en Chile y el relativo éxito económico que, en el corto plazo y con la ayuda de EEUU y los organismos de gobernación económica mundial (FMI y Banco Mundial), parece estar teniendo el enemigo ancestral hace que, de nuevo con el apoyo incondicional de las autoridades estadounidenses, se desencadene un cambio de régimen a través de un golpe de estado militar. La celebración del Mundial de Fútbol en 1978 en Argentina y la exaltación de los valores patrios que ello conlleva, no hacen sino maquillar una represión atroz que lleva, incluso, a vulnerar la propia pseudo-legalidad instaurada por el régimen militar. El programa económico que la Junta presentó al país el 2 de abril de 1976 era de inspiración liberal y postulaba la necesidad de pasar de una economía de especulación a una de producción, por medio del estímulo a la libre competencia y la limitación del papel del Estado en la economía, siguiendo las instrucciones precisas de la, cada vez más poderosa escuela neoliberal norteamericana. Estos objetivos, huelga decirlo, no fueron alcanzados. Por el contrario, el resultado de la política económica de la Junta Militar fue un crecimiento explosivo de la especulación financiera y una caída dramática de las actividades productivas.


En un primer momento, el gobierno militar tomó una serie de medidas de estabilización (que contaron con el apoyo del Fondo Monetario Internacional y la banca privada extranjera) para controlar la inflación, reducir el déficit fiscal y equilibrar el sector externo. Se devaluó la moneda, se redujo el déficit del sector público —en buena parte congelando los salarios— y se consiguió financiación externa, lo cual no era sino una bomba de relojería a medio plazo pues, al fuerte incremento de la deuda argentina que esta medida provocó desató un entorno económico de pronunciada depresión que acabó por empobrecer a amplias capas de la sociedad argentina hasta límites insospechados. La política económica tuvo un sesgo fuertemente antisocial y, para reducir la contestación interna que la política económica estaba fraguando se tomaron medidas restrictivas de los derechos civiles básicos: se suspendió el derecho de huelga. En cuanto a la economía de las familias, durante este periodo se redujo la participación de los asalariados en el PIB con las consecuencias que ello tiene, a corto y medio plazo sobre el consumo interno. Una vez controlada la crisis abierta con el conocido desde entonces como Rodrigazo (Kandel, 2005) (Dellatorre, 2006), el equipo económico definió y llevó adelante dos medidas principales: la apertura de la economía y la liberalización de los mercados financieros. La apertura de la economía se transformó en la apertura del mercado interno a la competencia exterior provocando una primera ola de rebaja en la actividad productiva interna de las empresas argentinas. Posteriormente, la sobrevaluación del peso se sumó a esta medida, lo que comprometió seriamente la actividad productiva, afectada además, en este momento económico, por las altas tasas de interés. La liberalización del mercado financiero se llevó a cabo con la liberación de la tasa de interés y la autorización para el funcionamiento de nuevos bancos e instituciones financieras. Por otro lado, en una decisión claramente dirigida por el FMI, el Estado, que renunciaba a los controles sobre los cambios, garantizaba los depósitos a plazo fijo tomados por entidades financieras privadas, cuya consecuencia más inmediata fue el endeudamiento del propio Estado argentino y la posterior intervención de su capacidad de decisión por órganos de gobernanza económica mundial (Banco Mundial y FMI) que impusieron draconianas condiciones de ajuste a los argentinos para su acceso a los préstamos de estabilización de estas instituciones. Algo parecido a lo que ha ocurrido con el Estado de Irlanda en fechas cercanas, en el ámbito europeo. En 1978 el gobierno militar estableció una pauta cambiaria, conocida popularmente como la “tablita”, que determinaba una devaluación mensual del peso. Esta devaluación era decreciente y tendía a cero. El objetivo declarado de esta medida era controlar la inflación. Este objetivo no se alcanzó. En cambio, lo que se fomentó fue una fuerte especulación con una gran masa de dinero colocada a corto plazo, favorecida por la abundancia de dólares en el mercado internacional, basada en


la existencia de altas tasas de interés y la garantía del Estado sobre el precio de recompra de los dólares. La fluctuación de este “dinero caliente”, provocará a medio y largo plazo, una hiperinflación monetaria que socavará, de manera permanente, la estructura económica de uno de los países más ricos hasta los años 50 del siglo XX. La euforia financiera contrastaba con el comportamiento del sector productivo, apremiado por el endeudamiento. El sector industrial, en particular, sufrió una profunda mutación, que incluyó una caída en su producción, una disminución de la mano de obra ocupada y el cierre de numerosas plantas industriales, con el empobrecimiento general que ello suele conllevar. El esquema económico de Martínez de Hoz, ministro argentino de economía a lo largo de todo este proceso, estalló en 1980, de la mano de la quiebra de importantes entidades financieras, entre ellas uno de los mayores bancos privados argentinos debiendo ser el Estado y, por ende, los ciudadanos a través de sus impuestos, los garantes del pago de la quiebra financiera. La nacionalización de las deudas privadas de los grupos financieros argentinos provocará la quiebra del propio Estado argentino con las terribles consecuencias que ello tendrá sobre la estructura social argentina1. Sin embargo, existen otros antecedentes que, de alguna manera justificarán el interés de la Junta Militar en la adopción de un posicionamiento de fuerza en el asunto de la soberanía sobre las Islas Malvinas. Por un lado, en el análisis de la evolución del estatus jurídico de las islas a lo largo, fundamentalmente, de los dos decenios anteriores al estallido del conflicto, ya entrevemos la situación de callejón sin salida a la que se ha llegado en las negociaciones diplomáticas al enfrentar dos derechos igualmente valorables a la hora de atribuir la soberanía del territorio objeto de disputa. De hecho, la inteligencia británica evacuaba informes anuales en los que se valoraba la posibilidad del estallido de un conflicto armado por el control sobre la soberanía de las islas (West, 1997). Por otro lado, en el marco de evitar un juicio a la cúpula militar argentina por sus desmanes, se establece una política de responsabilizar de esa política al mayor número de oficiales. Esto desembocará en un sentimiento colectivo de justificar sus actuaciones en clave de magnificar el valor de la patria y de la recuperación de los territorios en disputa, tanto en lo referente a las islas Malvinas como en los territorios disputados a Chile o Perú, que ya habían generado, por otra parte, peligrosos conflictos. Uno de los elementos que consideramos clave, a la hora de determinar el resultado del conflicto será, de hecho, el apoyo que, de manera soterrada, dará Chile a las necesidades de 1

Un proceso similar al que se está desarrollando en la actualidad dentro del seno de la Unión Europea en los casos de Grecia, Irlanda y, posiblemente Portugal.


inteligencia del Reino Unido. Este apoyo resultará determinante, fundamentalmente en lo que a Inteligencia de Señales se refiere. En este entorno socioeconómico y político, el gobierno militar argentino toma la decisión de enervar el sentimiento nacionalista del pueblo argentino haciendo uso de una de sus reivindicaciones históricas: La recuperación de la soberanía sobre las islas Malvinas, tan largamente solicitada y tantas veces rechazada por el Reino Unido.

3.2.- La situación en Gran Bretaña. Los problemas de Margaret Thatcher. En Gran Bretaña se vive una situación de depresión económica que ya se alarga desde la crisis petrolera de 1978. El apoyo político, por parte de la ciudadanía, a la Primera Ministra Margaret Thatcher, merma constantemente, hasta el punto de peligrar su reelección. La situación en Irlanda del Norte: la guerra sucia en contra del IRA, en la que, cada vez con más violencia, se ven envueltas las fuerzas armadas, en teoría pacificadoras, destacadas en esa provincia británica, hacen que el sentimiento de impotencia de la ciudadanía católica, de esta provincia británica, se dispare. Las recetas económicas, claramente ultraliberales, aplicadas por el gobierno de la Sra. Thatcher aún no han empezado a dar los resultados prometidos. Por el contrario, han causado importantes heridas al tejido social británico que cristalizan en violentos enfrentamiento con los, hasta esos momentos, poderosos sindicatos británicos (BBC). La crisis de identidad británica se manifiesta en sucesivos recortes presupuestarios que afectan a la capacidad logística de sus, anteriormente, poderosas fuerzas armadas. Uno de ellos será un elemento clave en la evaluación de la posible respuesta británica, por parte de los militares argentinos a una eventual toma de las Malvinas: Por restricciones presupuestarias se elimina la fuerza naval asignada al Atlántico Sur, que es la encargada de la defensa de las islas en caso de agresión por parte de Argentina (West, 1997). La posibilidad de proyectar una fuerza militar con capacidad estratégica global se antoja como una tarea titánica, muy difícil de coordinar y de llevar a cabo, para los altos mandos militares británicos y así lo hacen saber al gobierno de la Sra. Thatcher. Con respecto al tema que analizamos en este trabajo, uno de los elementos clave a la hora de determinar la casi absoluta ausencia de análisis de inteligencia previos a la agresión militar por parte de la inteligencia británica será la indisponibilidad de medios de adquisición de datos sobre el terreno, en un momento de fuertes restricciones presupuestarias. Bajo nuestro punto de vista, el Reino Unido considerará Argentina (casi toda América del Sur) como una zona geográfica sujeta al control por parte de EEUU, en una situación geopolítica de conflicto entre bloques, dejando la generación de inteligencia en manos de su aliado y considerando que éste diseminará la información de forma óptima a los intereses británicos.


En la coyuntura social, económica y política en que se desenvuelve el gobierno de la Sra. Thatcher, parece bastante improbable que se materialice una nueva victoria conservadora en las elecciones legislativas que han de celebrarse un año más tarde, aproximadamente por lo que su gobierno da una enorme sensación de debilidad, tanto a nivel interno como exterior. Este hecho, por otra parte, determinará que la victoria militar se convierta en uno de los principales activos del Partido Conservador aupándole en el poder durante 4 legislaturas consecutivas.


4.- ANÁLISIS DE INTELIGENCIA DE LA SITUACIÓN PREVIA AL CONFLICTO MILITAR. No se estima probable, por parte de la inteligencia británica, un golpe de mano por parte de Argentina, a pesar de haberse producido varios hechos significativos que podrían hacer pensar un desinterés británico por el futuro del archipiélago: el desmantelamiento de la base científica británica en Georgia del Sur y una importante reducción del presupuesto militar, que implicaba la retirada del único buque de guerra británico, con carácter permanente en el Atlántico Sur. (West, 1997)2 En 1981, en un informe rutinario de evaluación de la inteligencia británica sobre la situación de este conflicto diplomático ya se pone de manifiesto la impaciencia del gobierno argentino ante la dilación de un acuerdo sobre la soberanía de las islas. Este informe evacúa evaluaciones tanto sobre el entorno político y social argentino en esta reclamación como sobre las posibles estrategias de acción de que dispondría el gobierno argentino para forzar militarmente la situación. De igual modo se revisa la situación estratégica de las fuerzas armadas británicas para ofrecer una respuesta militar a una agresión frontal determinándose la dificultad de la misma3. (West, 1997) (Rattenbach, 1982) Para el gobierno Argentino y su diplomacia (y su inteligencia militar, tal como se demostrará posteriormente), estas acciones suponen un cambio importante en la percepción que tienen sobre el interés del Reino Unido por conservar para sí la soberanía de las islas (Cánepa, 2003). No obstante, la dilación y progresivo endurecimiento de la parte negociadora británica emiten signos contradictorios sobre la persistencia de las posiciones británicas en el mantenimiento de la soberanía sobre las islas (Rattenbach, 1982).4 Por otro lado, el gobierno militar, involucrado en la llamada Operación Cóndor, de represión de la izquierda latinoamericana, considera que su apoyo incondicional a la política estadounidense en este terreno y su alineamiento sin condiciones en el bloque occidental, le granjeará el apoyo del gobierno de Ronald Reagan si el golpe de mano sobre las islas resulta incruento. Bajo nuestro punto de vista, esta percepción constituye un error más en el análisis de la situación ya que EEUU defenderá sus propios intereses estratégicos en una situación 2

Nigel West. La guerra secreta de las Malvinas. Editorial Sudamericana. 1997 Nigel West. La guerra secreta de las Malvinas. Editorial Sudamericana. 1997. Pág 45 y 46 haciendo referencia al Informe Franks. 4 Conclusión 111 del Informe Rattenbach. “El día 04-ENE-82 se realizó una reunión de la Junta Militar en el Edificio Libertad, de la cual no existen actas, oportunidad en que se analizó la trayectoria de las negociaciones con el Reino Unido desde 1965 hasta la fecha. Los últimos sucesos ocurridos en relación con el diferendo indicaban (Cap.I. Inf. ExCC.JJ, Pág. 2/13): 3

a. Rigidez de Gran Bretaña en las negociaciones. b. Creciente influencia del elemento "kelper" en ellas. c. Presión pro-isleña en el parlamento británico, tendiente a incrementar las fuerzas británicas en las Islas Malvinas.”


geopolítica de enfrentamiento entre bloques en los que se intuye una debilidad en el verdadero enemigo a batir que es la URRS y en donde no puede permitirse un conflicto con su principal aliado en este conflicto de carácter bipolar. Existe, además, un elemento adicional que explica el posicionamiento no oficial de EEUU a favor de su aliado británico durante el conflicto: la complicidad personal existente entre la Premier Británica y el Presidente de los EEUU (West, 1997). Como elemento aglutinador de voluntades a niveles más bajos de decisión, se da la circunstancia de que, en los momentos en los que se desarrollan los prolegómenos del conflicto, las relaciones entre los servicios de inteligencia de ambas naciones se encuentran en un momento de enorme fluidez5. La actuación de la Junta, a todas luces, se traduce en una decisión pobremente evaluada, desde el punto de vista de la inteligencia (si es que hubo alguna evaluación previa fuera de los cauces meramente políticos y de imagen de la propia Junta)6 En cuanto a evaluación de inteligencia, solo aparecerán informes sobre la capacidad militar de respuesta del Reino Unido una vez iniciada la operación de control sobre las islas y dado su contenido negativo sobre la capacidad del ejército argentino para hacer frente a las fuerzas británicas se configura como un elemento clave a la hora de volver a incidir en el hecho de que, de ninguna manera la Junta militar pensaba que Gran Bretaña iba a luchar por el mantenimiento de la soberanía sobre las islas. Un último elemento que consideramos importante a la hora de señalar los fallos en el análisis de situación por parte de la inteligencia argentina residirá en el hecho de que no toma en consideración la existencia de un conflicto territorial con su vecino chileno que le impedirá, finalmente, volcar todos sus recursos militares en la consecución del objetivo de mantener el control territorial sobre las islas. Si analizamos el conflicto desde la perspectiva de la política interna de Argentina nos encontramos con una situación crítica para la Junta Militar Argentina pues la contestación interna a la Junta se está trasladando a amplios sectores de la población en un entorno económico claramente adverso. La Junta percibirá la demostración de fuerza como una oportunidad por el valor que tiene la recuperación de la soberanía sobre las islas, con respecto al afianzamiento de su gobierno ultranacionalista ante su propia opinión pública. De la misma forma, erróneamente, como se comprobará con posterioridad, considerarán que el nulo interés estratégico que las islas ofrecen al almirantazgo británico, permitirán que la antedicha política de hechos consumados, lleve al establecimiento de conversaciones diplomáticas serias tendentes a formalizar una situación que, a todas luces, es manifiestamente injusta desde el punto de vista del Derecho Internacional. Es palmario, sin embargo, el conflicto de intereses que se plantea, para la diplomacia occidental este conflicto: El surgimiento de un conflicto entre dos aliados fieles de los EEUU, entre dos 5

Nigel West. La guerra secreta de las Malvinas. Editorial Sudamericana. 1997. Pág 96 y ss. El Informe Rattenbach no hace mención alguna a los criterios de evaluación de inteligencia que llevaron a la decisión de invadir las Islas Malvinas. 6


naciones completamente integradas en un sistema de Derecho Internacional que prohíbe, en esos momentos, el uso de la violencia para dirimir conflictos territoriales entre actores nacionales. Ambas posicionadas en el mismo bloque geoestratégico. Por otra parte, la agresión militar argentina habilitará la respuesta militar del Reino Unido en el uso de la Clausula de Defensa de la Carta de las Naciones Unidas. Este factor, tampoco será tenido en cuenta por el gobierno militar argentino. Un aspecto que, bajo nuestro punto de vista, influirá de manera determinante en la toma de decisión de toma por la fuerza de las islas es el deficiente análisis de inteligencia que realizan los mandos militares argentinos. El Informe Rattenbach (Rattenbach, 1982) ofrece una visión clara de la deficiencia a la que nos referimos en sus conclusiones nº 114 y 115 en las que se manifiesta como máxima prioridad el secreto de las conclusiones obtenidas por el análisis de inteligencia sobre el empleo del poder militar por parte de Gran Bretaña como respuesta a la toma por la fuerza de las islas7. Esta prioridad determinará la imposibilidad de acceder a otras fuentes y análisis paralelos de la situación que, en buena medida, generarán un análisis incorrecto de la situación en el que, posiblemente, los prejuicios e ideología de los analistas se conformarán como un elemento clave de las conclusiones provocando con ello la diseminación de una información incorrecta, incompleta y sesgada de la situación y de las posibles respuestas por parte de Gran Bretaña8. Vemos que, a pesar de desarrollarse en un entorno geoestratégico de enfrentamiento entre bloques, que había funcionado hasta entonces en la contención de los conflictos dentro de estos bloques, este conflicto se caracterizará por ser un “rara avis” de la época a pesar de que no podemos olvidar que gran parte de la inteligencia que se generará durante el conflicto estará claramente influenciada por la situación geopolítica de enfrentamiento de bloques ya que se sucederán los contactos para configurar el conflicto como uno más de los acaecidos en este entorno. Así, uno de los presupuestos con los que la Junta Militar jugará, a la hora de prever la respuesta británica será el papel de la URRS, dentro del Consejo de Seguridad, vetando cualquier resolución condenando el ataque. No deja de sorprender, por otra parte, que un gobierno ferozmente católico y anticomunista confíe en el respaldo de la URRS al ataque e, incluso, en el inicio de contactos para el intercambio de información de inteligencia que nunca llegarán a prosperar. 7

Conclusión 114 del informe Rattenbach. “En tal oportunidad y por resolución no incorporada al Acta de la Junta Militar, se designó una Comisión de Trabajo (CT) para "analizar la previsión del empleo del Poder Militar para el caso Malvinas, con un enfoque político militar que especificara los posibles modos de acción", designándose a los señores General de División D. Osvaldo Jorge García, Vicealmirante D. Juan José Lombardo y Brigadier Mayor D. Sigfrido Martín Plessl para integrar el organismo encargado de elaborar los documentos correspondientes.” 8 Conclusión 115 del informe Rattenbach. “Los integrantes de esta Comisión de Trabajo (CT) que recibieron la directiva de mantener el máximo secreto, realizaron la tarea prácticamente sin colaboradores y manuscribieron los documentos producidos. Los señores JJ.EE.MM. y el Canciller serían informados, oportunamente, por la Junta Militar. Según las declaraciones de los integrantes de la Comisión de Trabajo (CT), la directiva no escrita que recibieron fue la de planificar la toma de las Islas Malvinas. Cabe acotar que esta decisión resulta prácticamente inédita en los procesos de planeamiento teniendo en cuenta que se estaba previendo simplemente la materialización de una hipótesis de guerra no desarrollada hasta ese entonces, cuando lo normal hubiera sido asignar la tarea del Estado Mayor Conjunto, organismo específico para ella.”


Menos conocido y más oscuro es el papel que la diplomacia vaticana, a través de su brazo económico, tendrá durante el conflicto militar. Las relaciones del Cardenal Marzinkus, la Banca Ambrosiana, la logia masónica dirigida por Licio Gelli tendrán un papel nunca aclarado en el desesperado intento de la Junta Militar para adquirir nuevas unidades de misiles Exocet (Arias, 1982), accediendo a un mercado negro de armas en el que, una y otra vez, fracasarán, probablemente en acciones de contrainteligencia de los servicios secretos británicos y aliados de los mismos. Otro elemento que se configurará como clave en el desarrollo del conflicto y que se relaciona con la inteligencia del mismo lo constituye la imprevisión en el acceso de un arma clave: Los misiles Exocet. Además de todo lo antedicho, existe un elemento central que, en buena medida, determinará el desarrollo del conflicto en cuanto a lo que a generación de Inteligencia se refiere: Los tentáculos financieros y empresariales de que el Reino Unido dispone a nivel mundial para hacer acopio de valiosa información de fuentes cerradas e, incluso, llegar a intervenir en aspectos relacionados con la contrainteligencia necesaria para que el enemigo no disponga de acceso a valiosos instrumentos de toda índole que le permitan obtener una posición de superioridad estratégica9 (West, 1997). La intervención de empresas como la reaseguradora Lloyd para acceder a información sobre capacidades de buques, contratos de embarque y otros no ha sido convenientemente puesta de manifiesto en los análisis académicos que, sobre este conflicto, se han ido publicando (West, 1997). Todos estos factores ( y otros de menor importancia, bajo nuestro punto de vista, que no reseñamos por no ser pertinentes a un trabajo de esta extensión), coadyuvan en el desarrollo de un conflicto que, como ya hemos mencionado, es atípico por varias razones: Por un lado, trata de solventar, haciendo uso de la violencia, un problema territorial que trae su causa en un proceso de descolonización inacabado. Por otro lado, sus actores no pertenecen a cada uno de los bloques sino que ambos son países occidentales avanzados y respetuosos de los convenios internacionales. Solamente la confluencia de todos los aspectos reseñados, aparte de la fuerte personalidad de la Primera Ministra Británica así como la imperiosa necesidad del gobierno militar argentino de asentar su poder en un reconocido ultranacionalismo, precursor de subsiguientes conflictos en Europa, harán que estalle el conflicto militar.

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Sirva como ejemplo de estas habilidades la promesa que le hace Jacques Miterrand, hermano del presidente francés y Presidente de Aerospatiale, fabricante de los misiles Exocet y los aviones Super Ètendard a Margaret Thatcher de no dar soporte técnico alguno a Argentina.


5.- CRONOLOGÍA DEL CONFLICTO. 5.1.- Consideraciones previas. Desde 1976, Argentina había dado claras muestras de iniciar acciones tendentes a forzar la resolución del conflicto, hasta ese momento, diplomático, que suponían la soberanía británica sobre las islas Malvinas. Los esfuerzos realizados por los sucesivos gobiernos argentinos en aras de encontrar una resolución por vía del Derecho Internacional se habían encontrado con la oposición más o menos frontal de los gobiernos británicos cuyo principal argumento consistirá en el respeto a la voluntad de los habitantes de las islas en lo que a nacionalidad se refiere. Un argumento, por cierto, bien conocido por España pues es el habitualmente esgrimido para la negativa del gobierno británico a la devolución de la última colonia en suelo europeo: Gibraltar. En este año de 1976, en noviembre, Argentina establece una estación científica en la isla Morrel, que forma parte de las islas Sandwich. Esta acción será considerada como intrascendente, a efectos jurídicos de soberanía sobre las Malvinas, por el gobierno británico. Sin embargo, desde el punto de vista de la ciudadanía argentina, es visto, por los periódicos de la época como una victoria que ha de culminar en la recuperación de la soberanía sobre las islas Malvinas. Al mismo tiempo, como ya hemos reseñado con anterioridad, se desarrollan una serie de acontecimientos políticos y económicos en Argentina que provocan que el gobierno argentino, para salvaguardar algún rastro de legitimidad ante un pueblo sobre el que se abate una crisis económica sin precedentes y una represión acorde con la acción de los gobiernos militares de la época, todos nacidos de golpes de estado apoyados por EEUU, decida refugiarse en una ideología ultranacionalista cuya única base de movilización popular residirá en combatir contra los enemigos externos de Argentina, ya sean éstos supuestos o reales. Así, la recuperación de la soberanía sobre las islas Malvinas se convertirá en la máxima preocupación del gobierno argentino tras la celebración del Mundial de fútbol de 1978. En un ambiente social de extremo nacionalismo, la victoria en este conflicto se hace creíble. Por otra parte, la política británica de apaciguamiento induce a pensar en que la política de hechos consumados que pretende llevar a cabo el gobierno militar argentino puede llegar a tener éxito. En este marco geopolítico se diseña la que se conocerá como Operación Rosario, que consistirá en la ocupación militar de las islas sin producir bajas en el lado británico que justifiquen una intervención militar por parte de Gran Bretaña10 (West, 1997). Podemos concluir, pues, que el objetivo del gobierno argentino es provocar las condiciones precisas que induzcan a buscar una solución negociada al problema de soberanía arrastrado a

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Nigel West. La guerra secreta de las Malvinas. Editorial Sudamericana. 1997. Págs 32 y ss


través de los lustros, a través de la imposición de una política de hechos consumados sobre la que edificar la base de las negociaciones posteriores. No obstante, diversos documentos publicados con motivo del recuerdo de la guerra, 25 años después de la misma, nos inducen a creer que, como en todo conflicto bélico, las motivaciones ocultas del mismo superan, con creces, las que parecen obvias. El posible conocimiento de la inminencia de la toma de las islas por parte de los servicios de inteligencia británicos se ve avalado por el conocimiento de los mismos de que disponían los servicios de inteligencia americanos (Reagan, 1990)11. No nos resulta creíble, por tanto, que estos datos no fuesen compartidos por ambas comunidades de inteligencia, sobre todo en un momento político en el que se estaban trazando las directrices básicas, por parte de EEUU, que permitirían acabar con el mundo de los bloques y, por ende, con el enemigo soviético, tal y como hemos expresado con anterioridad (West, 1997).12 Por otra parte, el conflicto se desarrolla inmediatamente después de una remodelación sin precedentes de la armada británica, en un marco de adecuación de la capacidad estratégica de la misma adaptado a un escenario global que, paulatinamente, se va percibiendo como una sucesión de pequeños conflictos mantenidos en zonas muy determinadas, para la consecución de un objetivo predeterminado. Esta adaptación y remodelación de la armada británica no ha sido puesta, en ese momento, a prueba y el acceso a los mercados internacionales de armas exige que los sistemas de armamento hayan demostrado su eficacia en un conflicto real. Para mantener la anterior aseveración no tenemos sino que observar el éxito obtenido, merced a este conflicto, por parte de la industria armamentística francesa. Sus misiles Exocet 13 y sus aviones Super Étendard 14 tendrán tanto éxito que se transformarán en un valor seguro para la industria militar francesa. Por último, nos gustaría mencionar un hecho frecuentemente olvidado en los análisis realizados sobre este conflicto: Las islas

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Avión Super Étendard

Ronald Reagan. An american Life. Pág. 358. Aunque, según Nigel West los recuerdos del expresidente pueden estar muy mediatizados por su edad. 12 Nigel West. La guerra secreta de las Malvinas. Editorial Sudamericana. 1997. Pág 96 y ss. 13 El Exocet es un misil de crucero subsónico antibuque desarrollado por la división de armas tácticas de la compañía francesa Aérospatiale (actualmente parte de Euromissile/EADS). Se trata de un arma del tipo "dispara y olvida" que realiza su recorrido hasta el blanco rozando la cresta de las olas, a unos 10 m de altitud. Cuando se aproxima al blanco, puede descender hasta los 3 m ó, por el contrario, elevarse rápidamente para evadir los sistemas antimisil y precipitarse sobre el objetivo desde arriba. La primera versión fue el MM.38, lanzada desde buques de superficie, que entró en servicio con la Marina Francesa en 1975. La versión AM.39, de lanzamiento aéreo, se desplegó por primera vez en 1979. 14 El Dassault-Breguet Super Étendard ("estandarte" en francés) es una cazabombardero que puede ser utilizado desde portaaviones diseñado en Francia por Dassault-Breguet para la Armada Francesa. (Fuente Wikipedia”


Malvinas se encuentran sobre una plataforma continental rica en reservas de hidrocarburos. Sus más que probables ingentes recursos naturales, se antojan como un elemento estratégico importante a la hora de establecer correctamente su valor estratégico intrínseco. Consideramos, después de todos los argumentos expuestos con anterioridad, que esta frase define, perfectamente, la situación en que se encuentra un conflicto larvado durante decenios y que desembocará en la prevalencia de la solución militar sobre la diplomática.

5.2.- Desarrollo de los acontecimientos. 5.2.1.- La invasión de las islas. Cronología de los hechos. En el marco de la ya mencionada Operación Rosario, se inicia la toma de las islas Malvinas por parte de las fuerzas argentinas. Se determina, por parte del mando argentino que, con el fin de no provocar una respuesta militar inmediata por parte de Gran Bretaña, es necesario que la toma militar de las islas se verifique sin bajas por parte británica. De este modo, el mando militar argentino confía en que podrá mantener el conflicto dentro de unos límites que no supere la amenaza al uso de la fuerza militar contra argentina por parte de Gran Bretaña pero que no llegue a materializarse. Craso error. El conflicto militar no ha de detenerse pues, como ya hemos expresado en varias ocasiones, es de interés para Gran Bretaña la antedicha materialización por varios motivos externos a la razón principal. Se iniciará, de esta forma, el conflicto. Brevemente, pasaremos a relatar la cronología del mismo: 19 de marzo: Desembarcaron en Puerto Leith de la isla San Pedro obreros de la empresa "Georgias del Sur", a bordo del buque ARA Bahía Buen Suceso, para cumplir tareas de desmantelamiento de factorías balleneras fuera de servicio, conforme los términos de un contrato privado, firmado y escriturado en Londres, entre el empresario argentino Constantino Davidoff y la empresa "Christian Salvensen Co." de Edimburgo. 20 de marzo: El embajador británico en Buenos Aires, Anthony Williams, presentó una protesta al gobierno argentino informando el desembarco de "apreciable cantidad" de personal militar y civil en las islas Georgias, el cual había izado la bandera argentina en el lugar, procediendo a arriar las enseñas inglesas. Agregó que dichos incidentes fueron tomados muy seriamente por su gobierno y que si los tripulantes del ARA Bahía Buen Suceso no abandonaban las islas inmediatamente, se tomarían las medidas que fueran necesarias. La cancillería argentina no hizo esperar su respuesta y el mismo día contestó que el ARA Bahía Buen Suceso, el cual había zarpado tras el desembarco de sus pasajeros, era un buque de transporte comercial, sin personal militar a bordo, cuyas actividades se encontraban autorizadas por las autoridades británicas, y asimismo, que los hechos acontecidos no revestían importancia alguna de cara a la vulneración de los derechos sobre las islas.


21 de marzo: Zarpa desde Port Stanley, rumbo a Puerto Leith, el buque británico HMS Endurance, con infantes de marina a bordo, para hacer cumplir a los obreros de la empresa argentina, la orden emitida por el gobernador de Malvinas, Rex Hunt, de reembarcarse y retirarse de la zona en 24 horas. 23 de marzo: El buque ARA Bahía Paraíso, que se encontraba en las islas Orcadas, es desafectado de su campaña antártica y enviado a proteger a los obreros antes que el HMS Endurance arribara y procediera a su desalojo por la fuerza. El buque, tal y como establecen los acuerdos de investigación sobre territorio antártico, va desarmado, pero a bordo del buque va embarcado personal militar adscrito al llamado Grupo Comando Alfa. El gobierno argentino consideró que la amenaza de emplear al HMS Endurance era una verdadera agresión. El gobierno militar argentino decide enviar buques de guerra a la zona con el fin de detener la acción del buque inglés. 24 de marzo: El ARA Bahía Paraíso llega a la Bahía Stromness. El mismo día había zarpado de Montevideo el RR5 John Biscoe, con infantes de marina de refuerzo para la Guarnición Malvinas. 25 de marzo: Desde Punta Arenas, partía el RRS Bransfield, también con el mismo destino. 27 de marzo: Parte el Aviso ARA Alférez Sobral de Puerto Belgrano en misión desconocida. 28 de marzo: Parten las naves que participan de la Operación Rosario. 29 de marzo: La Corbeta ARA Guerrico abandona Puerto Belgrano con 40 lnfantes de marina a bordo y juntamente con el ARA Bahía Paraíso y el Grupo Alfa formarían el contingente militar llamado a ejecutar la Operación Rosario en sus inicios. 3 de Abril al 30 de Abril de 1982: Se comienza a dirimir, haciendo uso de instancias internacionales, el conflicto político diplomático entre ambos países, con marchas y contramarchas, propuestas de negociación, amenazas de profundizar el conflicto, intentos de mediación por parte de terceros países… Mientras, la flota británica atraviesa el Océano Atlántico con el fin de posicionarse para el inicio del conflicto. Entre tanto, en las Islas van tomando posiciones las fuerzas terrestres argentinas, distribuyéndose, fundamentalmente, en la Isla Soledad.

5.2.2.-Cronología de la fase de operaciones. 1º de Mayo de 1982: Se produjo el primer ataque aéreo británico sobre las fuerzas argentinas. Se atacaron las instalaciones del Aeropuerto de Puerto Argentino y un pequeño terreno usado como aeródromo en Darwin. 2 de mayo de 1982: Tras desarrollarse intensas negociaciones por vía diplomática,


incluyendo la propuesta de paz peruana, que no es respondida por Gran Bretaña, el gobierno de la Sra. Thatcher deciden el hundimiento del Crucero A.R.A. “General Belgrano”, buque argentino que no entrañaba peligro militar para la flota, ya que estaba a más de 300 millas de la misma, y que regresaba al continente encontrándose, por tanto, fuera de la zona de exclusión unilateralmente declarada por Gran Bretaña. La contraofensiva naval argentina había dado marcha atrás, toda vez que se consideraba inviable la misma ante la diferencia entre las fuerzas militares de cada una de las armadas involucradas y la plausibilidad de que las conversaciones por vía diplomática dieran algún fruto que evitase el conflicto militar. El ataque del submarino nuclear inglés “Conqueror” provocó el hundimiento del “Belgrano” en el que perecieron 323 argentinos, casi la mitad de la totalidad de las bajas argentinas en todo el conflicto. 3 de Mayo de 1982: Se produjo el ataque al Aviso A.R.A. Alferez Sobral. Dos helicópteros Sea Link atacan con misiles Sea Skua15 al Alférez Sobral, provocando la muerte de su comandante, y de 7 hombres más. Sea SKUA

4 de Mayo de 1982: Aviones Super-Étendard de la Armada Argentina dispararon misiles Exocet sobre el buque inglés “Sheffield”, causándole un grave incendio que no pudo ser controlado. A pocos días la nave se hundió cuando era remolcada por naves inglesas. 4 de Mayo al 31 de mayo de 1982: Se producen intensos combates aeronavales, con resultados terribles para la flota británica, por sus daños incalculables. Se produjeron las bajas del “Atlantic Conveyor”, “Sir Tristam”, “Sir Galahad”, “Coventry”, ”Ardent”, entre otros, lo que representó daños económicos y humanos muy significativos. Es este el momento en el que EEUU se posiciona en apoyo del Reino Unido ofreciéndole, por un lado, toda la información estratégica disponible mientras que, de igual modo, se cierra la posibilidad a los enviados argentinos para adquirir nuevos misiles Exocet con los que hacer frente a la superioridad de la armada inglesa. El gobierno francés abre los códigos de los misiles Exocet a los aliados ingleses lo que permite a éstos arbitrar contramedidas electrónicas que eviten nuevos desastres a su armada. 31 de Mayo al 14 de junio de 1982: En los últimos días de mayo se produce el desembarco inglés en el estrecho San Carlos. El 12 de junio una batería terrestre de misiles Exocet MM38, instalada en cercanías del aeropuerto de Puerto Argentino, disparó un misil contra el crucero H.M.S. Glamorgan causándole graves averías en su hangar y estructura. 15

SEA SKUA es un misil antibuque todo tiempo, diurno y nocturno, a ras de las olas. Está equipado con una cabeza buscadora con radar semiactivo y ha dado buena muestra de su elevada capacidad de ataque, fiabilidad y reducidos costes de ciclo de vida en operaciones con la Royal Navy así como con otras cuatro marinas de todo el mundo.


Hasta el 14 de junio se sucedieron intensos combates, donde los británicos aprovechan el dispositivo estático de las tropas argentinas, atacando cada una de las posiciones argentinas con enorme superioridad estratégica, aprovechando la inacción de las defensas antiaéreas argentinas y su superioridad en formaciones de helicópteros y artillería móvil. La decisión del General Menéndez- Gobernador político y militar de las Islas designado por el gobierno argentino de no movilizar tropas de refuerzo a las posiciones atacadas y concentrar la mayor parte en Puerto Argentino cerca de su resistencia, hace que se cada una de las posiciones defensivas se enfrente solitariamente con el enemigo, hasta que se produce la caída de Puerto Argentino el 14 de junio de 1982. Muchas posiciones argentinas se mantienen intactas y no llegan a entrar siquiera en combate. Argentina se rinde a los británicos.


6.- ANÁLISIS ESTRATÉGICO SOBRE EL DESARROLLO DEL CONFLICTO. El primer hecho que queremos poner de manifiesto, antes de iniciar un análisis en profundidad del conflicto, desde el punto de vista de la inteligencia es que, a pesar de la manifiesta superioridad tecnológica exhibida por la armada británica a lo largo del mismo, hemos de concluir que, de la documentación estudiada, no es posible pensar que, salvo por el hecho de la amenaza de un posible ataque nuclear táctico por parte de Gran Bretaña, posibilidad harto improbable, la capacidad estratégica para proyectar una fuerza aeronaval lo suficientemente poderosa como para derrotar militarmente al ejército argentino, en un conflicto al otro lado del Atlántico es manifiestamente reducida. De hecho, la administración estadounidense se opuso con todas sus fuerzas a la posibilidad de que las fuerzas británicas realizaran ataque alguno contra el territorio continental argentino algo que, por otra parte no resultaba demasiado factible después de comprobarse la vulnerabilidad de los buques británicos a la acción de la fuerza aérea argentina, con los recursos desplegados. Sin embargo, es necesario señalar el apoyo encubierto a las fuerzas británicas recibido por el gobierno estadounidense en forma de inteligencia y apoyo táctico con ofrecimiento, incluso de un portaaviones en los momentos más críticos del conflicto.16 (Thatcher, 1995) El almirante Harry Train, a la sazón Comandante en Jefe de la Flota del Atlántico de los EE.UU. y Comandante Supremo de la OTAN en Atlántico, en el momento en que se producen los hechos objeto de estudio17 (Train, 1987), deja bien claro cuáles fueron las claves estratégicas que llevaron al ejército argentino a perder la batalla por conservar la posesión sobre las islas Malvinas: “Se puede afirmar que Argentina perdió la guerra entre el 2 y 12 de Abril, cuando no aprovechó la oportunidad que tenía para emplear buques de carga en el transporte de artillería pesada y helicópteros para sus fuerzas de ocupación y equipo pesado para el movimiento de tierra que hubiera permitido al personal en la isla prolongar la pista de Puerto Argentino para que pudieran operar sus A4 y Mirage. La indecisión basada en el preconcepto argentino de que era imposible derrotar a los británicos en un conflicto armado, fue el elemento dominante en el resultado final.” De lo antedicho, podemos extraer, revisando la cronología del conflicto, una serie de datos que nos permitirán mantener nuestros argumentos a favor de que, cuando menos, la Junta Militar argentina no ofrecía un respaldo monolítico a la acción iniciada o bien, todas las acciones de guerra que se producirán a lo largo del conflicto, se verán fuertemente mediatizadas por presiones exteriores o interiores tendentes al mantenimiento de un conflicto de baja intensidad relativa que impida que éste derive en un conflicto total entre ambas naciones por la soberanía sobre las islas.

16 17

Margaret Thatcher. The Downing Street Years, pag 227. Boletín del Centro Naval N° 748, Enero-Marzo 1987, Volumen 105


Del contenido de las conclusiones del Informe Rattenbach se obtiene la conclusión de que, en todo caso, la Junta Militar no prevé la degradación de la situación en una escalada militar con las consecuencias de todos conocidas.18 (Rattenbach, 1982) La Fuerza Aérea Argentina solicitó, ya el día 2 de abril, que el Estado Mayor Conjunto hiciera llegar, con carácter inmediato, a las islas, las planchas de aluminio necesarias para alargar la pista de aterrizaje permitiendo así el aterrizaje de los cazas argentinos Mirage y los aviones de transporte pesados Hércules con el fin de establecer un puente aéreo operativo. De este modo, el transporte de material pesado (artillería, tanques) y las operaciones de los cazas, se vería optimizado en su operatividad. Al negar esta posibilidad a las fuerzas aéreas argentinas, las operaciones de la aviación se verán fuertemente mediatizadas por el limitado alcance de sus aviones de combate con base en el continente. A pesar de ello, la fuerza aérea argentina infringirá enormes daños a la fuerza naval británica estando a punto de inclinar la suerte del conflicto a favor de Argentina. Al establecerse, por parte británica, una zona de exclusión alrededor de las islas, haciendo uso de sus submarinos nucleares, el apoyo logístico por mar se transformará en una tarea sumamente arriesgada para los mercantes adscritos a esta tarea. Así sin posibilidades de establecer un puente aéreo para el traslado de suministros a las islas, se dispara un torpedo a la línea de flotación de la estrategia argentina consistente en negociar apoyados por una política de hechos consumados. La única salida, desde aquel momento, solo podrá tener carácter militar. De esta forma, comienzan a pergeñarse las estrategias militares de cada uno de los bandos. Argentina desestimará el uso de su flota en ataques frontales por dos motivos fundamentales: 

Claramente, su desventaja tecnológica y de potencia de fuego, a pesar de encontrarse a poca distancia de sus puertos, supone un hándicap importante a la hora de enfrentarse a la tercera potencia naval a nivel mundial en aquellos momentos. Existe cierto temor, por parte del alto mando argentino a que el conflicto pueda ser aprovechado por Chile para intentar solventar militarmente sus reclamaciones territoriales sobre territorios argentinos.

Gran Bretaña intentará, en primer lugar, impedir el tráfico de mercancías y equipos entre el continente y las islas. Para ello hará uso de sus submarinos de ataque en el área de exclusión alrededor de las islas.

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Conclusión 282 c del Informe: c. “La Junta no estuvo en condiciones de controlar los acontecimientos ni de medir la probable reacción británica, ya que la ocupación de las Islas Malvinas, con el propósito de encaminar favorablemente las negociaciones, concluyó en una escalada militar. Tal situación trajo una serie de medidas irreflexivas y precipitadas que la CONVIRTIERON EN UNA AVENTURA MILITAR, SOBRE TODO CUANDO SE HIZO EFECTIVA LA REACCIÓN BÉLICA BRITÁNICA YA QUE NO SE TUVIERON IMPLEMENTADAS LAS ALTERNATIVAS DIPLOMÁTICAS PARA NEUTRALIZARLA.”


Con posterioridad, una vez incorporado el grueso de la flota enviada a Malvinas, adoptará la estrategia de establecer una superioridad aérea y marítima completa en todo el área designada de exclusión. De esta manera impide por aire lo que ya ha logrado impedir por mar. Por último, una vez establecida esta superioridad, hará uso de la potencia de fuego de sus unidades navales para apoyar el desembarco sobre las islas y destruir, con artillería pesada, aviación de combate y helicópteros, las defensas argentinas en línea de playa, estableciendo una cabeza de playa que pudiera ser usada por unidades acorazadas para el desembarco. Tras el desembarco, las unidades navales serán usadas para la protección de las tropas terrestres y en misiones de vigilancia contra posibles contraataques de las unidades navales o aéreas argentinas. Con respecto a la estrategia seguida en tierra por ambos bandos, Argentina escogió establecer un perímetro alrededor de Puerto Argentino, como centro administrativo de las islas. De igual forma, se optó por una defensa estática, erigiendo defensas en el norte, sur, este y oeste, con el fin de resistir un ataque anfibio directo. Esto demuestra un pésimo conocimiento del modelo de actuación de las fuerzas armadas inglesas cuya estrategia siempre ha sido la de eludir un ataque directo a posiciones atrincheradas, por el alto costo en vidas de las mismas. En general, la nula disposición por parte del mando argentino a la hora de establecer defensas móviles será un elemento clave a la hora de determinar el curso final de la contienda. Este error será vital.19 (Rattenbach, 1982)

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Conclusiones 605 a 610 del Informe Rattenbach: 605. Al iniciar las hostilidades enfrentando una hipótesis de guerra inédita, el Ejército Argentino no se hallaba debidamente adiestrado ni capacitado para sostener Un conflicto bélico de la magnitud y características del qué se llevó a cabo y contra un enemigo con experiencia y un poder militar superior. La mayor parte de la clase 1962 había sido dada de baja,, mientras la clase 1963 apenas había completado su incorporación, pero no su instrucción básica. Ello fue motivo de que numerosos soldados hayan sido enviados al Teatro de Operaciones Malvinas sin haber completado la instrucción elemental de tiro y combate. 606. Asimismo, tampoco resultó acertada la selección de Unidades enviadas a las Islas Malvinas, Con excepción de la Brigada de Infantería IX, ya que se trataba de tropas preparadas ni equipadas para soportar el clima y las condiciones de vida de este TO, desde donde debió hacer frente en condiciones, a un enemigo altamente capacitado y equipado. 607. Al desplegar las unidades para las Islas Malvinas, el Comandante en Jefe del Ejército no previó las necesidades de orden logístico indiscutible responsabilidad ya que requeriría el apoyo de esas tropas, las que al establecerse el bloqueo británico, quedarían seriamente aisladas en las posiciones de combate, conforme con lo señalado, en su oportunidad, desde el seno del COMIL. Efectivizado aquél, convalidó la decisión de no enviar barcos para burlarlo, cuando lo lógico habría sido lo contrario, ya que era el titular de la Fuerza Armada que resultaba más perjudicada por esta decisión, y de la cual dependía, por otra parte, el logro del objetivo perseguido. 608. El día 22-ABR, el Comandante en Jefe del Ejército en, oportunidad de hacer una visita a la Guarnición Militar Malvinas ordenó, sin consultar a las autoridades involucradas (CTOAS, COMIL), y contrariando el requerimiento del Comandante Militar Malvinas que sólo había solicitado el envío de un regimiento más de infantería, el envío de una Brigada de Infantería adicional, ocasionado con ello no sólo una invasión de jurisdicciones, sino un agravamiento de la situación logística imperante en las Islas.


Con estas decisiones estratégicas, las fuerzas inglesas pudieron iniciar una guerra de desgaste contra las posiciones argentinas, pudiendo escoger otro lugar de desembarco. A pesar de todas las dudas en la elección del lugar de desembarco y la preocupación por la multitud de cosas que podían ir mal, el desembarco británico en San Carlos, puede considerarse un modelo de desembarco limpio y sin incidentes dignos de reseñar. La Fuerza Anfibia británica se aproximó y arribó al área del objetivo sin ser detectada, con la ayuda de la cobertura dada por la oscuridad, las pobres condiciones meteorológicas y una serie de operaciones de diversión que habían de llevarse a cabo en Goose Green, Fanning Head y otros lugares en la Isla Soledad por parte de comandos especiales. Las tropas británicas que desembarcaron en las primeras horas del 21 de mayo, no encontraron resistencia por parte de las tropas terrestres argentinas y pudieron moverse sin demora a las posiciones defensivas previstas alrededor del área. En estos momentos, ya puede observarse que la amenaza argentina prevista para el desembarco, nunca se materializará. La batalla militar que se combatió en San Carlos pasó a ser entre las Fuerza Aérea y la Aviación Naval argentinas y los buques de la Fuerza Anfibia del Reino Unido. Para su frustración, las fuerzas británicas en tierra, se vieron obligadas a cumplir el rol de espectadores de estas acciones.

Para tomar esta decisión, tampoco consultó a su Estado Mayor General. La Gran Unidad de Combate enviada (Brigada de Infantería III) no contaba con equipo y material adecuado y su personal era oriundo, en su mayoría, de provincias del litoral, de características climatológicas diametralmente diferenciadas. Por otra parte, el Comandante en Jefe del Ejército dispuso una inadecuada distribución del poder combativo propio, al ordenarse el desplazamiento de dos Regimientos (+) a la Isla Gran Malvinas, en condiciones críticas de movilidad y apoyo logístico. Esto fue causa de serios problemas de desnutrición de las misma las que no pudieron intervenir en el combate y no cumplieron función operativo alguna. 609. En términos generales, la situación de las tropas que se enviar a combatir contra los efectivos británicos, no fue satisfactoria salvo honrosas excepciones por una serie de razones, tales como: a. Falta de adiestramiento específico y conjunto. b. Serios problemas de conducción de tipo específico, que se trasuntaron en un desempeño defectuoso de alguno de sus comando c. No obstante, la artillería de campaña y de defensa aérea, la compañías de comandos, el escuadrón de exploración de caballería, los elementos de aviación de ejército (helicópteros), algunos elementos de apoyo de combate y especialmente elemento del Regimiento 25 de Infantería, demostraron un elevado grado de adiestramiento y profesionalismo, así como una adecuada acción de comando, lo que fue puesto de manifiesto especialmente en la defensa de Puerto Argentino, donde tuvieron un desempeño destacado. 610. El Comandante en Jefe del Ejército impartió diversas órdenes "per se", apartándose de la cadena de comando que como integrante del COMIL, había aprobado al ratificar el contenido de los documentos estratégicos oportunamente elaborados.


Aunque no tomaban parte directamente en la batalla aire-mar que se desarrollaba en San Carlos, las fuerzas en tierra fueron de todos modos afectadas por el resultado de esta acción. El primer día de asalto a San Carlos los británicos perdieron una fragata y recibieron daño en otras cuatro por ataques aéreos. Durante los días que siguieron al desembarco las pérdidas británicas en buques continuaron su alarmante promedio. Enfrentados a la amenaza aérea argentina, los británicos se vieron forzados a cambiar su Plan Logístico Básico, para apoyar a la fuerza de tierra, pasando de un concepto basado en depósitos a flote a otro de desembarco masivo de equipos a tierra. Este cambio de planes estaba asociado con la posibilidad de mover los buques solamente de noche y el grave error en la estimación de los helicópteros necesarios para transportar equipos por lo que el crecimiento de la logística en tierra se produjo con dolorosa lentitud. Un percance casi fatal para el progreso de la campaña en tierra fue la pérdida el 25 de Mayo, del Atlantic Conveyor que transportaba tres helicópteros Chinook cuya gran capacidad de carga era vital para el cumplimiento de los planes logísticos y operativos. Esta pérdida significó una carga de trabajo mucho más pesada para los helicópteros remanentes que terminaron siendo casi totalmente empleados para el transporte de equipos durante el resto de conflicto y no en operaciones de combate, lo que tendrá determinadas consecuencias, como ya relataremos. Con pérdidas de buques y aviones en aumento el acrecentamiento de la logística en San Carlos continuó a un ritmo demasiado lento como para ser plenamente operativo. Mientras, los buques que transportan los refuerzos de tierra se hallan aún demasiado distantes como para garantizar el éxito de un ataque sobre las posiciones argentinas acantonadas alrededor de Puerto Argentino. En esa circunstancia, el Parlamento Británico percibió que la opinión pública reclamaba una rápida victoria terrestre para justificar la creciente pérdida de buques en el conflicto de Malvinas. Esta percepción finalmente determinó la decisión política de atacar la guarnición argentina de Goose Green que se produce como resultado de la necesidad política de atacar y derrotar a los argentinos en algún lugar, lo antes posible, dadas las terribles pérdidas que se están sufriendo entre las fuerzas navales. El hecho de que Goose Green sea un objetivo estratégico y tácticamente irrelevante para el resultado general de la campaña de reocupación de las Malvinas, se consideró no pertinente. La batalla en sí produjo dos hechos que nos interesa poner de manifiesto, desde el punto de vista estratégico: 

Anteriormente al ataque a Goose Green, la BBC informó de la aproximación de tropas británicas a ese lugar. De este hecho derivó el refuerzo del área por parte argentina, antes del ataque. Este es un ejemplo del creciente problema que plantea la


necesidad de reconciliar el rol de los medios de información y la capacidad de transmitir, de manera instantánea, cualquier tipo de información y los requerimientos de secreto que siempre han demandado las operaciones militares. Sería un claro ejemplo de inteligencia de fuentes abiertas que supuso una ventaja estratégica para las fuerzas argentinas. La rendición de las tropas argentinas en Goose Green se produjo justamente cuando el jefe británico se consideraba en el límite de su capacidad para seguir combatiendo.

El avance sin oposición de los británicos desde San Carlos hasta las proximidades de Puerto Argentino, a más de 60 km de distancia, merece ser señalado sólo por la temeridad con que las fuerzas británicas afrontaron esa travesía a pie, sobre terreno muy accidentado y bajo terribles condiciones meteorológicas. Este avance a pie fue resultado, como ya hemos expresado, de la necesidad de asignar la actividad de los helicópteros disponibles a tareas de transporte de material y no de tropa, tras haber perdido tres helicópteros Chinook en la batalla. La planificación inicial que se había realizado para la ofensiva terrestre, estaba basado en la idea de que el avance de la fuerza debía cumplirse mediante saltos de rana, utilizando helicópteros para mover tropas y equipos sobre el difícil terreno de las islas. La imprevista alta demanda de los escasos helicópteros disponibles, para efectuar tan sólo el aprovisionamiento de las tropas y la pérdida de los tres grandes Chinooks en el Atlantic Conveyor, hizo que se dispusiese que el avance hacia Puerto Argentino debía efectuarse a pie, con los riesgos que ello conlleva. Observamos, de todo lo antedicho que la dependencia de un elemento configurado como punto único de fallo pudo determinar el resultado del conflicto. La llegada de los refuerzos a Malvinas, permitió al ejército británico adoptar la decisión de usar este contingente para el avance hacia Puerto Argentino. Las dos alternativas básicas eran conservarlos embarcados como una reserva para apoyar cuando fuera conveniente a las fuerzas que estaban ya operando, o usarlas en un segundo desembarco, fuera al noreste y suroeste de Puerto Argentino, a fin de abrir un segundo eje de avance sobre el objetivo. Dada la falta de recursos, principalmente armas antiaéreas, para apoyar un segundo desembarco, esta idea fue inicialmente rechazada y elementos de la Quinta Brigada comenzaron a ser desembarcados en San Carlos el 1° de junio. A través de una acción poco planificada y no carente de riesgos, elementos del Segundo Batallón de Paracaidistas que se mantenía en descanso en Goose Green, se desplazaron en helicópteros hasta Fitzroy e hicieron allí un desembarco sin oposición en las últimas horas del 1° de junio. Este hecho hizo que los estrategas británicos hubieran de enfrentarse a una decisión claramente compleja por su relevancia para la victoria final: Por un lado, la posición de Fitzroy obtenida sin bajas representaba una ventaja estratégica indiscutible para la consecución de la victoria final.


Por otra parte, el Segundo Batallón estaba ahora expuesto a ataques enemigos o bombardeo a kilómetros del más cercano apoyo británico. La idea de consolidar la posición del 2 Batallón de paracaidistas en Fitzroy guió la acción militar durante los días subsiguientes. Enfrentados al problema de contar con un insuficiente apoyo de helicópteros para mover el resto de la Quinta Brigada sobre el abrupto suelo entre San Carlos y Fitzroy, y el requerimiento de reforzar la posición británica en Fitzroy lo antes posible, muy a su pesar, los estrategas británicos decidieron recurrir a un movimiento por mar de estas tropas, iniciando un segundo desembarco. El intento de desembarco en Fitzroy se convirtió en un desastre. La operación se realizó utilizando sólo buques auxiliares de desembarco sin apoyó antiaéreo o de comando y control de unidades navales principales. La coordinación con las fuerzas ya ubicadas en Fitzroy fue inexistente. En la tarde del 8 de junio el LSD Sir Galahad sin protección antiaérea, fue atacado por la aviación argentina mientras desembarcaba tropas en la Bahía de Fitzroy, lo que significó la pérdida de 51 hombres. Desde el punto de vista argentino, el análisis de Fitzroy se centró sobre el tema de por qué las fuerzas argentinas de tierra no aprovecharon la ventaja que les dió el éxito del ataque aéreo contra las fuerzas británicas en Bluff Cove y Fitzroy procediendo a un contraataque en masa con el fin de recuperar la posición perdida. Los jefes militares argentinos en Malvinas, racionalizaron su decisión de no efectuar ese ataque, diciendo que Bluff Cove estaba a 16 km. hacia el suroeste. Una avanzada de tropas británicas se hallaba entre Puerto Argentino y Bluff Cove. Por otra parte, el ejército argentino en Malvinas contaba sólo con artillería de 105 mm con alcance de 10 a 12 Km. Disponían de dos o tres piezas de 155 con alcance de 20 Km., pero eran insuficientes para apoyar una acción a 16 Km. de la base de Puerto Argentino. Hubiese sido necesario retirar un batallón de la defensa de Puerto Argentino y esa unidad hubiera sido atacada por las fuerzas británicas de cobertura, mientras se enfrentaban al batallón que desembarcaba. Por último, el batallón en posición para efectuar ese movimiento, hubiera sido el 5° de Infantería de Marina: una unidad de élite que hubiera debido dejar su posición clave en la cima de Tumbledown Mountain. “La verdad es que por dos veces la victoria pendió de un hilo, en Goose Green y en Bluff Cove y los argentinos no supieron cortar ese hilo”. (Train, 1987) Los británicos estaban ahora en disposición de iniciar la fase final del ataque a Puerto Argentino.


Se enfrentaban a 33 grupos de soldados enemigos que totalizaban 8400 hombres, equipados con cañones pesados y bien pertrechados en armas y municiones, atrincherados en posiciones que venían fortificando desde hacía seis semanas. A pesar de que los argentinos habían optado por una defensa estática hasta este momento, la perspectiva de tener que atacar con limitaciones de medios de movilidad y con una capacidad de fuego insuficiente para atacar a un enemigo bien armado y atrincherado, distaba mucho de ser atractiva para los mandos ingleses. Los británicos iniciaron su avance sobre Puerto Argentino con una serie de ataques nocturnos el 11 de junio, contra los montes Longdon, Harriet y Two Sisters, que componían la siguiente línea de alturas entre las posiciones británicas y Puerto Argentino. Alguna firme resistencia se encontró durante los ataques a los montes Harriet y Two Sisters, pero los británicos pudieron conquistar esas posiciones con mínimas pérdidas. El ataque a Monte Longdon encontró mucha mayor resistencia y los objetivos fueron alcanzados luego de una batalla feroz, en la que se produjeron muchas bajas por ambos bandos. La fase final del ataque británico comenzó al atardecer del 13 de junio con ataques nocturnos en la línea de colinas ubicadas en las proximidades y al oeste de Puerto Argentino. Los objetivos iniciales fueron Wireless Ridge y Tumbledown Mountains. Dada la superioridad de fuego británico y una defensa baja de moral y mal pertrechada, Wireless Ridge sucumbió rápidamente. Sin embargo, Tumbledown Mountain cayó sólo tras desarrollarse en sus inmediaciones fieros combates en los que las bajas, por ambos bandos, resultaron muy numerosas. Se produce la retirada de las fuerzas argentinas hacia la capital. La derrota es total. Poco después, se producirá la rendición. Concluimos, pues, que, como en otros momentos de desarrollo del conflicto, la inteligencia empleada por las fuerzas armadas argentinas es sin duda, muy deficiente (Rattenbach, 1982)20, el no haber trasladado a las islas a las unidades expertas en la lucha en alta montaña (West, 1997)21, que siguieron en su destino en la frontera con Chile. Del mismo modo, el uso de tropas de reemplazo, débilmente equipadas y sin experiencia previa en combate, supone un serio problema a la hora de enfrentarse a un ejército fuertemente profesionalizado, dotado de un entrenamiento y unos medios superiores a los de los defensores. Así y todo, tanto las pérdidas inflingidas a la fuerza aeronaval británica por parte de las fuerzas aéreas argentinas y la proximidad del invierno austral estuvieron a punto de provocar un vuelco en el resultado del conflicto, de consecuencias imprevisibles. La elección de una defensa estática alrededor de posiciones igualmente estáticas, con la prohibición por parte del alto mando militar argentino de realizar operaciones ofensivas impidió que pudiese acontecer cualquier contraataque por parte de las unidades argentinas. 20 21

Informe Rattenbach. Conclusiones 605 a 623. Nigel West. La guerra secreta por las Malvinas y conclusión 606 del Informe Rattenbach.


La superioridad en fuentes de inteligencia, fundamentalmente en Inteligencia de Señales (SIGINT) e Inteligencia Humana (HUMINT), soportada la primera, en buena medida por EEUU, con el beneplácito de Chile, nunca reconocida oficialmente así como la tecnológica y la profesional de las fuerzas armadas británicas decantaron a su favor un conflicto que, en todo caso, pusieron al límite la capacidad de proyección estratégica de la que, por aquel entonces, era la tercera fuerza aeronaval del mundo.


7.- ANÁLISIS DE INTELIGENCIA DEL CONFLICTO. Desde el punto de vista del Ciclo de Inteligencia y aceptando que éste se compone de 4 fases principales: Dirección, obtención, análisis y difusión, podemos iniciar el análisis de este conflicto desde antes del inicio de las hostilidades. Desde el punto de vista de la Dirección, hemos de poner de relieve las diferencias clave existentes entre ambos bandos. Por un lado, desde el lado argentino, quedan manifiestamente claras las debilidades de sus Servicios de Inteligencia. Tanto en lo que respecta a los procedimientos de determinación de los objetivos estratégicos de conocimiento que estos Servicios han de cubrir como en la respuesta frente a una realidad rápidamente mutable por el desarrollo del conflicto, se detecta una baja capacidad de programación de objetivos por parte de los niveles más altos de decisión. Su metodología puede ser definida como inexistente. Se trata de un modelo basado en el voluntarismo y teñido de ideología que, como no podía ser de otra manera, induce al error a la estructura de Inteligencia del Estado argentino, más acostumbrada a ser utilizada en labores de control interno y de situaciones de conflicto regional que dentro de un conflicto de nivel global. La Inteligencia del Reino Unido, sin embargo, a pesar de que en un principio adolece de herramientas para realizar una adecuada valoración del riesgo, debido, fundamentalmente a restricciones presupuestarias, claramente se encuentra correctamente estructurada y funciona a la perfección una vez desatado el conflicto. El acceso a fuentes cerradas, basadas en inteligencia de señales, con colaboración de los EEUU y Chile, fundamentalmente, así como la infraestructura de comunidad de inteligencia de que dispone el Reino Unido con proyección global le permitirán decantar, finalmente, el conflicto a su favor, tanto por el conocimiento adquirido de las capacidades del enemigo como por la realización de acciones de contrainteligencia que determinarán el resultado del conflicto. Tanto la metodología de su sistema de toma de decisión como su adaptabilidad frente a los acontecimientos tendrá un efecto demoledor sobre el desarrollo del mismo. Las acciones tomadas para evitar el acceso al mercado internacional de armas por parte de la Inteligencia argentina, controlando el flujo de información y realizando diversas labores de contrainteligencia que impedirán la adquisición de lo valiosos misiles Exocet por parte de los enviados argentinos22 (West, 1997) serán de vital importancia para el curso del conflicto. Con respecto a la adquisición de datos, en la fase de obtención, la proyección internacional del Reino Unido no puede compararse a la de la República Argentina. En un momento histórico en el que las fuentes de relevancia son, eminentemente cerradas, la red internacional de adquisición de datos británica, tanto pública como privada, se constituye como un elemento clave en la determinación del resultado del conflicto.

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Nigel West. La guerra secreta por las Malvinas. Págs 170 y ss.


La colaboración con otros Servicios (fundamentalmente las agencias norteamericanas) así como la de las grandes corporaciones británicas, fuertemente cooptadas por antiguos miembros de la Inteligencia Británica y de sus Fuerzas Armadas, serán determinantes a la hora de ejecutar acciones de toma de datos así como de acciones de contrainteligencia para evitar el acceso argentino al mercado internacional de armas. Argentina, por su parte, solo dispone de una red regional de Inteligencia. Su aliado más poderoso, a nivel internacional, será, posiblemente,23 El Vaticano (West, 1997). Tanto su estrategia militar como internacional volará “a ciegas” al no disponer de fuentes de información confiables fuera de este entorno. Las propuestas soviéticas de suministrar información SIGINT no tendrán una fase de continuidad y, por lo tanto, no incidirán en el resultado del conflicto. En base a todo lo antedicho, la fase de análisis se caracterizará por la profesionalidad en el caso británico y por la insuficiencia en el argentino. Este hecho se manifestará continuamente en las decisiones tomadas por el mando militar y político de cada una de las naciones. Por este motivo, Argentina desconocerá hasta qué punto estuvo a punto de vencer militarmente y de qué manera la capacidad de proyección estratégica del Reino Unido estuvo a punto de sucumbir. Debido a esta insuficiencia, Argentina tomará decisiones militares tácticas erróneas. No logrará acceder a los preciados Exocets en el mercado internacional de armas y verá desaparecer fuertes sumas de dinero dedicadas a la antedicha adquisición de misiles en acciones de contrainteligencia diseñadas por los Servicios Británicos.

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Aunque Nigel West hace referencia a esta relación en su obra, no creemos que la misma se encuentre lo suficientemente documentada ni demostrada.


8.- CONCLUSIONES. Tras haber estudiado el conflicto en profundidad, desde la triple perspectiva histórica, diplomática y militar, podemos exponer una serie de conclusiones que pueden ayudarnos a entender tanto la génesis como el desarrollo y las consecuencias de un conflicto que ofrece particularidades suficientes como para ser merecedor de este análisis: La primera conclusión que debemos extraer, en cuanto a inteligencia se refiere, es que este conflicto se desata en un momento en que existe una colusión de intereses entre dos naciones en aras de esconder los problemas internos de sus respectivos gobiernos, lo que será un factor importante a la hora de explicar la escalada del conflicto. Este interés no está pactado previamente pero coincide en el tiempo. La inteligencia se configura como un elemento fundamental a la hora de evaluar la génesis y el desarrollo del conflicto y determinará, en gran medida, su resultado final. La adquisición de datos para la elaboración de inteligencia es claramente deficiente o bien, las fuentes accesibles no ofrecen datos reveladores sobre las consecuencias de los posicionamientos diplomáticos ante la histórica reivindicación territorial por parte del gobierno argentino. El gobierno británico no evalúa correctamente la necesidad de la Junta Militar de atizar el sentimiento nacionalista para asegurar su propia supervivencia, tal y como se pone de manifiesto en los informes evacuados por la inteligencia británica. La crisis económica induce restricciones presupuestarias que reducen la capacidad de adquisición de información por parte de los servicios secretos británicos confiando en fuentes secundarias para muchas de sus evaluaciones. Unido a todo lo antedicho, la política exterior de apaciguamiento del gobierno británico en este conflicto territorial envía señales contradictorias sobre su disponibilidad a la defensa militar de sus intereses en las islas que es interpretado de manera errónea por la Junta Militar argentina. De igual manera, el gobierno argentino realiza un pésimo análisis de la situación geoestratégica avalando argumentos favorables únicamente a la intervención armada sin considerar sus posibles consecuencias. Sus equipos de analistas de inteligencia se encuentran claramente impactados por una determinada ideología lo que, como sabemos, constituye un grave error a la hora de evaluar correctamente los riesgos de una situación. Este mismo problema se manifiesta en la evaluación de las capacidades propias, por parte del gobierno argentino pues, del mismo modo, se muestra como claramente determinada por una ideología ultranacionalista y la necesidad de atizar el sentimiento nacional para su pervivencia política. Los grupos de presión británicos atizan el conflicto para la consecución de sus propios intereses.


La inteligencia de la potencia dominante (EEUU) y aliada de ambas partes no es capaz de prever la solución militar por parte argentina ni la respuesta británica. El conflicto se desarrolla en un momento en el que las fuerzas armadas británicas han de demostrar su capacidad de proyección estratégica en un entorno de fuertes restricciones presupuestarias que determinan la necesidad de competir por el presupuesto disponible. La estrategia militar seguida por el mando argentino durante el conflicto lleva a pensar en un desconocimiento absoluto de las condiciones del territorio (lo que no es probable) o de una imprevisión absoluta sobre la escalada del mismo. Los derechos territoriales de una y otra parte no se han visto modificados por el conflicto y, de hecho, las conversaciones para llegar a un acuerdo negociado siguen en la actualidad aunque, entendemos, con pocas probabilidades de éxito para Argentina debido al interés que tiene la zona en disputa en lo que a recursos naturales y a derechos de propiedad de la familia real inglesa se refiere. El conflicto se desarrolla en tres frentes: Por un lado, el frente militar, cuyas acciones operativas estarán mediatizadas por la información táctica y estratégica suministrada por los servicios de Inteligencia. El segundo frente es el diplomático. Se configurará como un elemento fundamental a la hora de encontrar alianzas y dar cabida a acciones relacionadas con la Inteligencia y la Contrainteligencia cuya importancia, como hemos tratado de demostrar a lo largo de este trabajo, será crucial para el desenlace del conflicto. El último frente y, a nuestro juicio más importante, es el de las acciones de los Servicios de Inteligencia del Reino Unido y la República Argentina. La descompensación de medios, historia, disponibilidad y conocimiento e interiorización del valor de la acción de los Servicios de Inteligencia determinará, a la postre, el resultado del conflicto. Tanto el acceso a datos como la elaboración de Inteligencia con los mismos, dará lugar a que el gobierno británico disponga de informes de apoyo a su decisión política decisivos en el devenir del conflicto, en tiempo y forma, lo que le permitirá, por un lado, ocultar la propia debilidad de su posición en un momento dado del conflicto y, por ende, movilizar ingentes recursos para evitar que las fuerzas armadas argentinas accedan al mercado internacional de armas en condiciones de adquirir el armamento que, según se demostró durante el desarrollo del conflicto, era vital para obtener una victoria sobre el enemigo. El gobierno argentino no dispondrá de acceso a Inteligencia de Señales y su despliegue de Inteligencia Humana es, prácticamente, inexistente. La indisponibilidad de esta información así como un inadecuado uso de las metodologías de elaboración de Inteligencia dará lugar en el bando argentino a un sistema de toma de decisión basado en la experiencia y el voluntarismo, a todas luces inadecuado para manejar un conflicto de las características reseñadas.


La enorme capacidad de que dispone Gran Bretaña, en lo que se refiere al acceso a diversas fuentes de información, relaciones internacionales, empresas multinacionales, poderes financieros, es decir, todo lo que en estos momentos englobaríamos dentro de la “gobernanza mundial” determinará, a la postre, el resultado final del conflicto. Toda esta disponibilidad de información se manifestará en el continuo acceso a datos suministrados por la Inteligencia de Señales de EEUU y del que, en este conflicto, se configurará como un aliado estratégico fundamental del Reino Unido: Chile. Argentina, cuyo único apoyo conocido provendrá de la diplomacia Vaticana y, posiblemente, de su estructura financiera paralela, no puede enfrentarse en el campo de batalla de la inteligencia y de la contrainteligencia a las estructuras de información británicas. Todo nos lleva a concluir, y este ha sido el objetivo principal de este trabajo, que la acción de los Servicios de Inteligencia, adecuadamente dirigida, coordinada y gestionada, se configura como un elemento principal a la hora de adquirir ventaja sobre el enemigo antes, durante y tras producirse un conflicto. Antes como elemento de disuasión frente al mismo. Durante para acceder a una posición de superioridad y/o impedir que el enemigo acceda a la antedicha posición. Tras el conflicto con el fin de impedir el resurgimiento del conflicto. Se trata, pues, de un ciclo que ha de perpetuarse en el tiempo dotándose de los elementos necesarios para que el decisor pueda disponer de información que le ayude a tomar la mejor decisión en cada instante.


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