Y TÚ, COMES SOSTENIBLE?

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¿Y

TÚ,

COMES SOSTENIBLE?

Tutores: Lola Campillo Carla Carrasco Narciso Marín Virginia Verdú Marta Saura

2020 IES Saavedra Fajardo


¿Y tú? ¿Comes sostenible? ÍNDICE RESUMEN .................................................................................................................................................................. 3 ABSTRACT ................................................................................................................................................................ 3 INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................................................... 3 ANTECEDENTES...................................................................................................................................................... 4 1. Alimentación ...................................................................................................................................... 4 2. Alimentación sostenible ..................................................................................................................... 6 3. Procedencia de los alimentos ............................................................................................................ 7 4. Agricultura, cultivos en Murcia ........................................................................................................ 9 HIPÓTESIS Y OBJETIVOS ..................................................................................................................................... 9 MATERIALES Y MÉTODOS ................................................................................................................................ 10 RESULTADOS

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CONCLUSIONES .................................................................................................................................................... 17 AGRADECIMIENTOS............................................................................................................................................ 17 BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................................................... 18

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RESUMEN Tanto la nutrición como la sostenibilidad alimenticia son una parte fundamental en nuestras vidas y en nuestra dieta, pues nos ayudan a llevar un modelo sano y sostenible de vida sin afectar negativamente al medio ambiente. El objetivo principal de nuestro trabajo es estudiar el conocimiento de las personas sobre este tipo de nutrición y alimentación. Además de otros factores que les afectan, como la procedencia de los alimentos o el tipo de dieta. Para ello realizamos una encuesta de carácter general sobre la nutrición y sostenibilidad.

ABSTRACT Nutrition together with food sustainability are a crucial part in our lives and diet, considering that they help us leading a healthy and sustainable model of life without affecting the environment. The main objective of our work is to research what people know about this type of food and nutrition. Apart from other elements that affect them, such as the food origin or the type of diet. In order to do so, we carried out a survey about nutrition and sustainability.

INTRODUCCIÓN Todos sabemos que la alimentación es crucial para la salud, pero ¿de verdad sabemos alimentarnos? Y una cuestión igual o más importante, ¿sabemos hacerlo de forma responsable? La curiosidad de conocer el impacto de nuestra dieta en el medioambiente nos llevó a comenzar este trabajo, mediante la búsqueda de información y pruebas experimentales. Queríamos conocer si la gente es consciente de los productos que compra, si son de temporada, locales, o simplemente los compra por que le apetece o le gusta sin conocer su procedencia o lugar de cultivo y si son frescos o no. Este trabajo se basa en el análisis mediante una encuesta sobre la nutrición gracias a preguntas de carácter general. Con este análisis estadístico estudiaremos el conocimiento que tiene la población sobre la alimentación sostenible y responsable y cómo les afecta en su día a día, además de los diferentes puntos de vista que tienen las personas sobre dicha alimentación, las dietas y los productos que compran según su edad y residencia. Una alimentación sostenible es aquella que nos ayuda a llevar un estilo de vida tanto saludable como económico comprando productos de la zona. Este tipo de alimentación, además de ser favorable para las personas ya que se consumen productos frescos, buenos para la salud, a un precio más barato, también lo es para el medioambiente. Al comprar productos de temporada y locales, ayudamos a reducir la huella de carbono y las emisiones de CO₂ qué provoca el transporte de alimentos procedentes de otras partes del mundo y que además, no estamos seguros de que lleguen en buenas condiciones o frescos.

La alimentación es algo vital en nuestras vidas y si no nos preocupamos nosotros por ella, ¿quién lo hará?

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ANTECEDENTES 1. Alimentación 1.1 ¿Qué es la nutrición? La nutrición es una ciencia que estudia los alimentos, su composición y cómo nuestro organismo los sintetiza, podríamos decir que la nutrición es el análisis bioquímico de los alimentos. La nutrición ha estado en los últimos años bajo análisis, se han creado nuevos patrones alimentarios y nuevas dietas como la vegetariana, vegana, etc. Pero todas estas dietas tienen el mismo objetivo, comer de tal forma que nuestro cuerpo funcione a la perfección. El filósofo Ludwig Feuerbach (1850) afirmó “Somos lo que comemos” y no podía estar más en lo cierto, pues lo que comemos nos afecta en gran medida en todos los aspectos de nuestra vida, desde nuestra forma física, hasta nuestro estado anímico. 1.2 Cómo estar nutrido Para estar nutridos nuestro organismo lleva a cabo numerosos procesos localizados en el sistema digestivo, absorbiendo distintos tipos de nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. Se podría decir que para estar correctamente nutrido hay que obtener una cantidad justa de nutrientes y calorías, por lo que tendríamos que tener una dieta muy estrictamente pautada. El gran dilema del siglo XXI, contamos con más información que nunca y demostramos menos conocimiento. Las cifras de obesidad continúan aumentando. Todos sabemos que lo más recomendable para mantenernos saludables es acudir a un nutricionista que nos elabore una dieta, pero la realidad de la mayoría es que cada uno en mayor o menor medida monitoriza lo que come, o no, y simplemente come lo que le apetece. Pero por recursos que no sea, disponemos hasta de aplicaciones para nuestros móviles. Los alimentos que comemos no son todos iguales, cada uno tiene un número de calorías y una composición nutricional diferente, pero, ¿qué son los nutrientes? Los nutrientes son las sustancias que nuestro organismo usa para obtener la energía necesaria para su correcto funcionamiento. Si queremos centrarnos más en la composición química de estos, diríamos que son distintas biomoléculas orgánicas: glúcidos, lípidos, proteínas, etc. Dependiendo de la cantidad necesaria para nuestro organismo los diferenciamos en dos grandes grupos: macronutrientes y micronutrientes. Los macronutrientes son aquellos que nuestro cuerpo necesita en gran cantidad para su correcto funcionamiento, estos son: carbohidratos, grasas y proteínas. Por otro lado, los micronutrientes son también esenciales para el organismo, pero necesarias en cantidades más pequeñas, en este grupo entran las vitaminas y los minerales. Pero analizar los alimentos tan solo teniendo en cuenta nutrientes y calorías nos puede llevar a confusión y a conclusiones erróneas debido a los distintos valores nutricionales que tienen estos alimentos, como que comer almendras es lo mismo que comer galletas cuando es sabido que esto no es así. Al considerar los alimentos es importante tener en cuenta el origen del alimento, el procesamiento que se le ha dado, los ingredientes que se le han añadido y lo saludable o no que sean después de este proceso, lo que determinará si un alimento es o no saludable.

Por lo que podríamos concluir que nutrirse es mucho más complejo que comer lo primero que te encuentres en tu cocina, es alimentarnos con conciencia, aportando los nutrientes necesarios para que el organismo se desarrolle saludablemente y evitar así la enfermedad. 1.3 Cómo nos afecta: malnutrición y enfermedades relacionadas con esta La malnutrición es un problema que afecta a un 30% de la población, pero a diferencia de lo que comúnmente se cree, no es sufrir hambre. En realidad, un 11% de la población sufre hambre. 4


La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la malnutrición como “una condición fisiológica anormal causada por un consumo insuficiente, desequilibrado o excesivo de los macronutrientes y los micronutrientes”. Es decir, la malnutrición, no es solo la desnutrición también engloba el sobrepeso y las diferentes deficiencias nutricionales, como podría ser la anemia. No hay que subestimar esta condición, estar malnutrido es un “hambre oculta” que afecta en todos los aspectos de nuestra vida, y en este caso, los más afectados por malnutrición son los niños. Casi 52 millones de niños sufren algún tipo de desnutrición, lo que le provocará retrasos en su desarrollo, además de cierta propensión a sufrir enfermedades a lo largo de su vida. Las Naciones Unidas aspiran a resolver este problema en la Agenda de 2030 de Desarrollo Sostenible ya que, uno de sus objetivos es poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. La malnutrición se puede dividir en tres grandes subgrupos. El primero de ellos, la desnutrición aguda y crónica, esta es una amenaza para la vida de 815 millones de personas, habitual en África y Asia, aunque poco a poco va disminuyendo. El segundo, el sobrepeso y la obesidad, considerada la gran epidemia del siglo XXI que afecta sobre todo y de manera fulminante a los habitantes de países desarrollados, donde se ha combatido el hambre; dentro de este grupo cabe destacar el sobrepeso infantil lo que los llevará a grandes problemas a lo largo de su vida. Por último, el grupo que engloba las patologías derivadas de la deficiencia de macronutrientes, entre ellas destaca la anemia. La combinación de una mala alimentación y una vida sedentaria aumenta el riesgo de numerosas enfermedades no transmisibles (ENT). Para llegar de una mala alimentación a una ENT según el nutricionista Carlos Ríos (2019) se pasan por varias fases. Una primera fase, denominada fase invisible; en la que nuestro organismo no parece estar afectado por la ingesta de comida insana, pero poco a poco, esto va cambiando, pues nuestro cuerpo debe compensar los desequilibrios que provoca, lo que nos lleva a problemas no perceptibles a no ser que se hagan análisis médicos muy exhaustivos, como pueden ser los radicales libres. Un exceso de calorías causa una producción excesiva de radicales libres por parte de las mitocondrias lo que produce estrés oxidativo, que resulta en un desequilibrio entre las defensas antioxidantes, presentes en nuestro organismo, y los radicales libres. Esto resulta en una alteración del balance redox celular, por lo que se producen ataques oxidativos que influyen directamente sobre biomoléculas esenciales como son los lípidos, las proteínas y los ácidos nucleicos; además de poder desencadenar mutaciones que se expresan en los genes de la célula, lo que puede llevar a la peroxidación lipídica, degradación de proteínas y la muerte celular. El estrés oxidativo está asociado a varias enfermedades como pueden ser cáncer, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, degeneración de tejidos como las cataratas, diabetes y envejecimiento en general. Pero una mala alimentación no solo afecta a nivel celular. La flora bacteriana de nuestro sistema digestivo, también puede verse dañada por una disbiosis intestinal. Es decir, una alteración en la estructura de la comunidad microbiana intestinal, que resulta anormal frente a lo que consideramos una microbiota sana y diversa. Esto puede desencadenar enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa, el síndrome del intestino irritable y la celiaquía. Además de relacionarse con enfermedades como la artritis, la diabetes tipo 2, el cáncer y las enfermedades cardiacas. En la fase visible, los parámetros bioquímicos de nuestro cuerpo se ven afectados, dándonos una primera señal de alerta. En esta fase, puede presentarse en nuestra analítica unos desequilibrios, que en un primer momento eran tan solo a nivel celular, ahora han pasado a la sangre y a notarse físicamente, pues comúnmente se produce un aumento de peso. Pero mientras que este proceso tiene lugar nuestro organismo ya se ha ido adaptando a los alimentos insanos que alteran nuestra salud y a su sabor. Ante este cambio de hábitos, se crea una situación en bucle de la cual es muy difícil salir. La última fase, es la fase de enfermedad no transmisible (ENT), donde estas comidas insanas han producido tantos estragos en nuestro organismo que nos han desencadenado algún tipo de enfermedad; como pueden ser enfermedades cardiovasculares producidas por un aumento de la presión arterial, varios tipos de cáncer y la diabetes tipo 2. Según la carga mundial de la morbilidad hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) las ENT son la principal causa de muertes en el mundo.

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Por lo que podemos concluir, que la alimentación es uno de los factores más influyentes en nuestra vida, y tener cierto grado de malnutrición va mucho más allá de nuestra forma física. Tiene que ver con nuestra salud y por tanto con nuestra calidad de vida. 2. Alimentación sostenible Según los autores Isabelle Le Galo y Eva Torremocha, de la Fundación Daniel y Nina Carasso en la revista Ethic (noviembre, 2018) para que una alimentación sea sostenible, los procesos, iniciativas y programas que la manejan deben cumplir ciertos requisitos de perdurabilidad ambiental, social, nutricional y económica. Es decir, estos procesos deben sustentarse económicamente hasta conseguir un alto grado de autonomía, alcanzando la sostenibilidad económica. Deben integrar criterios de justicia social y lucha contra la precariedad, y contribuir de esta manera a una mayor sostenibilidad social del sistema. Deben preservar al máximo el planeta, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental del conjunto. Finalmente, deben tratar de asegurar que las personas a las que se provee de alimentos maximizan con ellos su salud a largo plazo, trabajando de esta manera la sostenibilidad nutricional. Antes de que el alimento llegue a nuestro plato ha pasado por diversos procesos que se encuentran dentro de un sistema alimentario, estos procesos pueden ser sostenibles o no. El reto de alimentarse bien, implica también el concepto de sostenibilidad en la alimentación, y esto, ¿cómo lo conseguimos? 2.1 Productos locales Definimos producto local o km 0 a aquel producto que está cultivado en un entorno próximo. Debemos tener en cuenta el tipo de clima del lugar, los ecosistemas presentes, las plantas autóctonas de la zona y muchos más factores, para que los sistemas alimentarios sean sostenibles, garantizando la seguridad alimentaria y una nutrición adecuada para todas las personas. Para mejorar la nutrición en general hay que tener en cuenta; no solo como se producen los alimentos, sino también, cómo se procesan, distribuyen, comercializan y consumen. Hay que tener en cuenta que el ambiente de la persona, su situación socioeconómica y demás factores afectan a su nutrición. En un sistema alimentario ideal se consumirían productos de proximidad naturales y sin apenas procesar. La apuesta por los alimentos de proximidad no significa una renuncia a la introducción de la ciencia moderna en la agricultura, ni un rechazo al desarrollo. Es más, gracias al progreso de la ciencia en la agricultura se pueden mejorar frutas y verduras locales ya existentes (muchas de ellas afectadas por el cambio climático) e incluso introducir nuevas especies de frutas y verduras para su consumición.

2.2 Los productos frescos son valiosos Los alimentos según la FAO, se dividen en cuatro categorías: alimentos sin procesar, alimentos mínimamente procesados, alimentos procesados y alimentos altamente procesados. Los alimentos sin procesar, es decir los productos frescos no transformados ni procesados son los deseables frente a cualquier otro, pues cuanto más se procesa la comida, peores son los resultados para la salud. Lo fresco es la base de una alimentación nutricionalmente equilibrada, comer lo más fresco posible es invertir en salud y colaborar con un sistema sostenible. Ante la duda, elige productos frescos. Muchos factores afectan a la hora de mantener un patrón alimentario saludable, ya no es simplemente cuestión de fuerza de voluntad. La sociedad se ve influenciada en la toma decisiones, por distintos factores y la alimentación no iba a ser menos. La publicidad de los alimentos altamente procesados, también llamados ultraprocesados, está en todas partes y esto altera nuestras elecciones, pero no está todo perdido.

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3. Procedencia de los alimentos 3.1 Impacto medioambiental Para hablar sobre el impacto medioambiental que puede causar la procedencia de los alimentos que consumimos, debemos hablar sobre actividades como la sobreutilización de pesticidas y el uso inapropiado de antibióticos en la cría de animales. Junto al gran desarrollo del comercio internacional de larga distancia, han provocado un aumento de los riesgos del sistema alimenticio que afectan a la salud humana. Ante este tipo de actividades se ha desarrollado una nueva disciplina: la agroecología. Esta es un conjunto de prácticas científicas y movimientos sociales que se encargan de estudiar la interacción entre los componentes del agroecosistema y buscar sistemas agrícolas que mejoren y equilibren la producción. Además, promueve la justicia social y refuerza la economía en las zonas rurales (FAO, 2018). Una de las prácticas que están en contra de los principios básicos de la agroecología, es la de consumir alimentos procedentes de lugares a miles de kilómetros de distancia, ya que el transporte de estos provoca una gran huella ecológica. Esto se puede ver, por ejemplo, en el transporte de productos exóticos, ¿es realmente necesario comer frutas exóticas en países occidentales? Se le otorga mayor importancia a esta pregunta cuando se habla del transporte y consumo transoceánico, ¿tiene sentido que un español compre y consuma bananas ecuatorianas en lugar de plátanos de Canarias? o, pese al transporte y todas las molestias, ¿es normal que los productos procedentes de la otra parte del mundo sean más baratos que los que se pueden encontrar en el mismo país o ciudad? Otro ejemplo de prácticas que se llevan a cabo (especialmente por el consumidor occidental), es la consumición de los alimentos que apetezcan en cada momento en lugar de los disponibles en la época del año en la que se encuentre, es decir, no comer productos de temporada. Llenar las baldas de los supermercados con este tipo de alimentos cada mes, exige actividades que fuerzan los procesos naturales. Comer alimentos fuera de temporada tiene numerosos efectos negativos. Uno de los más importantes son los efectos que tienen sobre la salud. Un grupo de investigadores de Nutrigenómica de la Universidad Rovira i Virgili (URV) han observado que comer fruta fuera de temporada puede alterar el reloj molecular del tejido adiposo. Esta alteración puede relacionarse con un aumento en el riesgo de sufrir algunos de los trastornos metabólicos, relacionados con la obesidad y sobrepeso si además coinciden con una dieta poco saludable y alta en azúcares y grasas. Además de efectos en la salud, también provocan efectos en el medioambiente. Transportar frutas de otros lugares donde estas si son de temporada a otros donde no lo son, provoca emisiones de CO₂ perjudiciales para la capa de ozono. Tras todo lo mencionado anteriormente, deberíamos cuestionarnos cuánto cuesta realmente la comida. Los ciudadanos de los países “ricos” se han acostumbrado a pagar poco por su comida, 0,63 € por un kg de patatas o 0,80 € por uno de bananas. Esto parece poco si se tiene en cuenta la cantidad de litros de agua que se utilizan para producir ese kilo, sin considerar las semillas, los fertilizantes y pesticidas (si se usaron), el trabajo de los agricultores, el transporte, los controles de calidad y su procesado, distribución y venta. Entonces el precio parece aún más ínfimo, ya que la factura de las prácticas insostenibles queda impagada. Abusar del agua, la tierra o los bosques sale gratis en la mayoría de los casos. Pero cada vez son más las personas que plantean la necesidad de un sistema que estudie los costes de la producción y obligue a compensarlos a aquellos que actúan de una forma poco sostenible. O, si esto no se consigue, dejar de favorecer aquellas prácticas que sean poco respetuosas con el medio ambiente. 3.2 ¿Cómo afecta el cambio climático a la agricultura? La deforestación, contribuye a la escasez de agua, la desertificación, la acidificación de los océanos, etc. A su vez, la agricultura agota nuestros recursos naturales, lo que dificulta aún más la producción de alimentos, ya que sin agua y sin terrenos apropiados, esta no puede existir. Además, el mal estado de los mares provoca que la pesca se reduzca considerablemente.

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La llegada del cambio climático amenaza la forma de producción y cultivo de millones de personas a lo largo de los siglos. Lluvias impredecibles, huracanes y tormentas extremas en lugares no acondicionados a estas circunstancias, aumento de temperaturas, subida del nivel del mar… El aumento del número y la intensidad de estos desastres naturales, intensifican la degradación de las tierras que producen los alimentos que consumimos, por eso el cambio climático es una de las preocupaciones más importantes a día de hoy para las personas que viven en el campo, ya que amenaza la capacidad de producir alimentos y generar ingresos. Debemos proteger el medio ambiente que nos rodea y nos alimenta. Como la agroecología, se ha desarrollado una nueva filosofía, “Ahorrar para crecer” (Save & Grow). con autores como Teodardo Calles. Esta pretende lograr una producción y consumo sostenible además de mejorar las condiciones de los agricultores. Se basa sobre todo en tres principios fundamentales: una perturbación mínima del suelo, una cobertura permanente de este y la rotación de cultivos con el objetivo de adaptar al mundo a un clima cada vez más impredecible. 3.3 ¿Qué aporta la FAO? La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura, trabaja para lograr una agricultura sostenible. Para ello ayuda a los gobiernos a conseguir sistemas alimentarios sostenibles para alimentar a todo el mundo y además cuidar el medio ambiente, proteger la salud pública y garantizar la igualdad social a la vez. La FAO posee un departamento que se ocupa exclusivamente de la agricultura, el Departamento de Agricultura y Protección del Consumidor. Este se dedica al desarrollo de sistemas agrícolas seguros en todo el mundo, sobre todo en los países en desarrollo. En este Departamento, encontramos, por un lado, la División de Producción y Protección Vegetal (AGP), que se encarga de mejorar la resistencia y productividad de los cultivos, y la División de Producción Animal (AGA), que garantiza la sostenibilidad de la cría de animales. Estas divisiones tienen como fin ofrecer productos frescos, tanto en mercados internacionales como en mercados locales, además de aumentar la capacidad de los pequeños productores. Por otro lado, este Departamento también se encarga del diseño de proyectos de innovación agrícola para encontrar nuevos productos y prácticas que ayuden a los países en aspectos como: la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y la gestión sostenible de los recursos naturales. 3.4 ¿Qué podemos hacer con respecto al futuro de la agricultura? El futuro de la agricultura, y, por tanto, el futuro de los alimentos que consumimos cada día, no está en manos de los agricultores solamente, sino que cada persona puede contribuir con pequeños gestos. Algunas prácticas que pueden llevar a cabo las personas son: -

Comprar solo lo que se necesita. Planificar las comidas y hacer una lista de la compra y cumplirla, de esta manera se evitan las compras compulsivas y, además, se ahorra dinero. Saber de dónde viene la comida. Conocer que se está consumiendo revisando las etiquetas y descubriendo cuáles son los ingredientes más saludables. Apoyar a los productores locales de alimentos. Al comprar productos locales se ayuda a los agricultores y a las pequeñas empresas de la comunidad en la que se vive, además de ayudar a reducir la contaminación y las distancias de entrega y recorrido de los vehículos de transporte de estos productos.

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4. Agricultura, cultivos en Murcia 4.1 La huerta de Europa La Región de Murcia y su huerta son consideradas una de las tierras más fértiles de toda España y Europa, dando origen a una industria agraria que se basa en la calidad y el equilibrio medioambiental, con un alto porcentaje de riego por goteo, y la inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), que garantiza la viabilidad de los nuevos cultivos implantados y la rentabilidad de los tradicionales. El resultado de este tipo de agricultura en la Región es un gran abanico de productos hortofrutícolas que se encuentran en una sólida posición y gozan de un gran prestigio, tanto en el mercado nacional como en el internacional. Las peras de Jumilla, los melocotones de Cieza o los limones de Santomera son un claro ejemplo de ello. El 46% de la producción agrícola se concentra en las hortalizas, el 23% va dedicado a los cítricos mientras que el 16% a las frutas dulces y un 7% a los viñedos. La clave en la economía murciana es la producción agroalimentaria destinada a la exportación. En contraste con el mercado regional, esta representa un porcentaje superior al 50%. Entre los cultivos que tienen un mayor impacto económico en la Región y ocupan una gran superficie para ser cultivados destacan: el albaricoque, el brócoli, la ciruela, la col, las judías verdes, la lechuga, el limón, el melocotón, el melón y el pimiento.

HIPÓTESIS Y OBJETIVOS Todos tenemos unos conocimientos básicos de nutrición, pero ¿la gente se preocupa de la sostenibilidad, los alimentos de temporada y el comercio local? Nuestro principal objetivo es hacer un análisis del conocimiento que las personas de la Región de Murcia tienen sobre alimentación sostenible. Para alcanzar dicho objetivo barajamos varias hipótesis. ●

Según el tipo de dieta, las personas estarán más o menos concienciadas en la utilización del comercio local y de frutas y verduras de temporada.

Observar la correspondencia entre el tamaño de la unidad doméstica con la frecuencia de la compra, pues sabemos que no es lo mismo comprar para una sola persona que para toda una familia. Los hábitos de compra se verán afectados por el tamaño de la

Relacionar el conocimiento sobre los productos frescos, locales y de temporada con la forma de hacer la compra. Pues no es lo mismo comprar las frutas y verduras en un mercado, que suele tener fruta local y de temporada, que, en un hipermercado, donde tienes una gran variedad de fruta disponible.

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MATERIALES Y MÉTODOS En cuanto al trabajo de campo, a partir de la documentación obtenida por la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO), desarrollamos una encuesta a través de formularios de Google. 1. La encuesta: ¿sabemos qué es la alimentación responsable? Nos inspiramos y documentamos en otras encuestas de nutrición, además enfocamos las preguntas para justificar nuestras hipótesis y llegar a responder la pregunta planteada por nuestro objetivo. El cuestionario consistía en preguntas de respuesta cerrada con alternativas múltiples. Compartimos la encuesta a través de distintas redes sociales: WhatsApp, Twitter...y así llegamos a 774 usuarios de todas partes de España, e incluso de fuera del país.

Figura 1. Elaboración propia. 2. Desarrollo de la encuesta Esta encuesta se desarrolló desde el 10 al 16 de octubre del 2019. La encuesta fue completada por 774 usuarios. De estas respuestas solo resultaron válidas 750, ya que las 24 restantes no resultaban coherentes y/o útiles, y por tanto, prescindimos de ellas. Comunes a todos los usuarios tenían tres cuestiones: procedencia del encuestado/a, edad del encuestado/a, y tipo de dieta, donde discriminamos entre cuatro variantes. Omnívora, enfocada en aquellas personas que comen carne y vegetales indistintamente; vegetariana, para aquellas que su dieta se fundamenta en la alimentación a base de verduras; vegana, para todas aquellas que no consumen productos alimenticios de origen animal y “otro tipo de dieta” para todas aquellas que tienen una alimentación diferente, ya sea por intolerancias, problemas alimenticios y/o dietas específicas. Enfocamos la encuesta en los habitantes de la Región de Murcia. Ya que para nuestro trabajo nos resultaba más eficaz analizar los resultados de producción local, productos de temporada, procedencia de alimentos, y cultivos locales. Por tanto, al contestar en la procedencia distinta, se agradecía la participación del usuario y finalizaba la encuesta. Obtuvimos 450 respuestas de habitantes murcianos. Además, dependiendo del tipo de dieta que siguieran, la encuesta enviaba al usuario a una sección u otra. Todas las secciones poseían las mismas preguntas, pero este hecho nos facilitaba la corrección de encuestas y obtención de conclusiones. Las preguntas de las secciones estaban divididas en puntos de interés: calidad de dieta, frecuencia de compra, producción local, productos de temporada, y conocimiento del cultivo murciano. Las preguntas realizadas fueron: 1. ¿En qué comunidad autónoma vives? 2. ¿Qué edad tienes? 3. ¿Qué tipo de dieta sigues? 10


4. ¿Cómo de grande es tu unidad doméstica? 5. ¿Eres el responsable de hacer la compra en tu unidad doméstica? ¿Con qué frecuencia haces la compra? 6. ¿Dónde compras los productos frescos? 7. ¿Qué productos consumes con más frecuencia? 8. ¿Estás al tanto de los productos alimenticios de cada temporada? 9. ¿Intentas comprar productos de temporada? 10. ¿Sabes lo que es la producción local? 11. ¿Sueles fijarte en la procedencia de los alimentos que consumes? ¿Te afecta esto a la hora de comprarlos? 12. Marca las frutas y verduras que sepas que se cultivan en Murcia Obtuvimos 449 respuestas de individuos de Murcia en total, 375 respuestas de usuarios con dieta omnívora, 15 vegetariana, 0 vegana, y 59 con “otro tipo de dieta”.

Figura 2. Elaboración propia.

Figura 3. Elaboración propia.

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RESULTADOS A partir de los procedimientos realizados, que han sido previamente nombrados en el apartado Materiales y métodos hemos obtenido 449 respuestas de residentes de Murcia. De estos seguían una dieta omnívora 375 personas, un 83,5% una dieta vegetariana 15 personas, un 3,3%, una dieta vegana 0 personas y otro tipo de dieta 59 personas, un 13,1%, como podemos ver en el siguiente gráfico:

Figura 4. Elaboración propia. Para la primera hipótesis, “Según el tipo de dieta, las personas estarán más o menos concienciadas en la utilización del comercio local y de frutas y verduras de temporada” empleamos las preguntas 13 y 14 de nuestra encuesta: “¿Estás al tanto de los productos alimenticios de cada temporada?” e “¿Intentas comprar productos de temporada?”, queríamos saber si estar concienciado con los alimentos de temporada estaba relacionado con la dieta. Con las respuestas a la pregunta 13 de nuestra encuesta hemos obtenido que lo más concienciados con los productos alimenticios de temporada son aquellas personas que tienen otro tipo de dieta, que no sea omnívora o vegetariana, con un 81% de síes, 48 personas de un total de 59. Mientras que los que menos conocen son las personas con una dieta vegetariana, con un 40% de noes, 6 personas de un total de 15 (figura 5).

Figura 5: Elaboración propia

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La pregunta 14, nos ha llevado a la conclusión de que los que intentan comprar productos de temporada con mayor frecuencia son las personas con otro tipo de dieta, al igual que ocurre con la pregunta 13. Hicimos una selección de las personas que habían respondido que sí a la pregunta 13, reduciendo así a 318 personas, pues consideramos que si no conocían lo que es un producto de temporada no sabrían contestar con propiedad a esta pregunta. Esta vez, los más concienciados con la compra de productos de temporada fueron los omnívoros un 85% de personas con dieta omnívora afirmaron que intentaban comprar productos de temporada siempre o casi siempre, y tan solo una persona de las 261 omnívoras que respondieron sí a la pregunta anterior afirma no intentarlo casi nunca, no hubo ninguna respuesta que afirmara que nunca intentaba comprar productos de temporada. Los que menos en este caso vuelven a ser aquellos con dieta vegetariana, con un 46,6% de siempre y casi siempre y un 11% de nunca o casi nunca. (figura 6)

Figura 6: Elaboración propia El análisis de la pregunta 13 nos lleva a pensar que estas personas, con otro tipo de dieta, debido a estar condicionados por lo que suponemos que sea o bien una dieta especial debido a enfermedades, o alguna variante de las dietas presentadas en la encuesta, como puede por ejemplo ser la dieta ketogénica (alta en grasas saludables y baja en hidratos) tienen una mayor concienciación por tener que monitorizar de una forma más exhaustiva su dieta. En la pregunta 14 se esperarían los mismos resultados que en la anterior, los omnívoros los que más y los vegetarianos los que menos, pero esto realmente no ocurre. Un 4% más de personas omnívoras afirman soler comprar productos de temporada, demostrando que el 70% de los conocedores de lo que es la producción local están altamente concienciados con ello. Los resultados obtenidos reafirman nuestra hipótesis; según el tipo de dieta las personas están más concienciadas con los productos de temporada. Aunque a diferencia de lo esperado, los vegetarianos que realizaron nuestra encuesta, pese a basar su dieta principalmente en productos de origen vegetal no están realmente concienciados con cuales son las frutas y verduras de temporada y las personas omnívoras, que al ser una dieta común y menos regulada es bastante probable pensar que no iban a tener en cuenta la producción de temporada, en realidad sí están concienciados. Para la segunda hipótesis, “Observar la correspondencia entre el tamaño de la unidad doméstica con la frecuencia de la compra” analizamos las preguntas “¿Cómo de grande es tu unidad doméstica?” y “¿Eres el responsable de hacer la compra en tu unidad doméstica? ¿Con qué frecuencia haces la compra?”. Tomamos todas las respuestas que obtuvimos de personas de la comunidad murciana, y las ordenamos, según el tamaño de la unidad doméstica en seis grupos; una persona, dos personas, tres personas, cuatro personas, cinco personas, seis o más personas, de tal forma que estos grupos hacen referencia al número de personas que hay dentro de la unidad doméstica.

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Además, dentro de dichos grupos hicimos una separación entre las personas responsables de hacer la compra en su unidad doméstica y las que no, ya que las respuestas a la pregunta ¿Eres el responsable de hacer la compra en tu unidad doméstica? ¿Con qué frecuencia haces la compra?” se agrupaban en: No; Sí, mensualmente; Sí, semanalmente; Sí, dos veces a la semana; Sí, dos veces al mes.

Figura 7: Elaboración propia De esta forma, podríamos agrupar según la frecuencia de compra en: mensualmente, dos veces al mes, semanalmente y dos veces a la semana. Para así hallar la relación que planteamos en la hipótesis .

Figura 8: Elaboración propia Gracias a esta, podemos ver que, como hemos planteado en la hipótesis, el tamaño de la unidad doméstica influye en la frecuencia de compra. En las unidades domésticas unipersonales, destaca ir a hacer la compra dos veces a la semana, mientras que en las unidades domésticas de seis o más personas, destaca ir a hacer la compra semanalmente. Por lo general, podemos decir que independientemente del tamaño de la unidad doméstica, lo más común es ir a comprar dos veces por semana 132 personas de las 295 responsables de hacer la compra, el 44,75% , eligieron esta opción, y lo menos frecuente es ir a hacer la compra mensualmente, tan solo 8 personas de 295 un 2’71% han elegido esta opción. 14


Para la tercera hipótesis, “Relacionar el conocimiento sobre los productos frescos, locales y de temporada con la forma de hacer la compra” relacionamos la pregunta 15, “¿Dónde compras los productos frescos?” con tres variables diferentes: “¿Estás al tanto de los productos alimenticios de cada temporada?”, “¿Intentas comprar productos de temporada?” y “¿Sueles fijarte en la procedencia de los alimentos que consumes? ¿Te afecta esto a la hora de comprarlos?” gracias a las preguntas 17, 18 y 20.

9,8%

90,2% 7,8%

14,4%

85,6%

92,2%

¿ESTÁS AL TANTO DE LOS PRODUCTOS ALIMENTICIOS DE CADA TEMPORADA?

HIPERMERCADO

MERCADO

SI

TIENDA LOCAL

NO

Figura 9: Elaboración propia Podemos observar que, dentro de las personas encuestadas, las que tienen un mayor conocimiento de la producción local son aquellas que compran en mercados, por un 92,2%. Por otra parte, las personas que realizan su compra normalmente en hipermercados son las que menos conocimiento tienen de los productos habituales de cada temporada, seguidas por los clientes de tienda local.

HIPERMERCADO

CN

AV

19,7%

23,0% 1,6%

MERCADO

N

3,3%

15,6% 3,3%

13,8%

6,7%

4,4%

27,9%

33,3%

47,1%

47,8%

52,5%

¿INTENTAS COMPRAR PRODUCTOS DE TEMPORADA?

TIENDA LOCAL

CS

S

Figura 10: Elaboración propia Las posibles respuestas de los encuestados eran: Nunca (N), Casi nunca (CN), A veces (AV), Casi siempre (CS) y Siempre (S). A partir de estas respuestas podemos deducir que las personas que realizan su compra en mercados son los mayores consumidores de productos de temporada, uniendo los porcentajes de siempre y casi siempre 81’1%, tras estas se sitúan los consumidores en tienda local 72’2%, A su vez, podemos afirmar que el menor consumo de productos de temporada lo realizan los clientes de los hipermercados 60’9%. 15


HIPERMERCADO

44,3%

MERCADO

NO

SI PN

19,7% 9,8%

10,0%

26,2%

26,7%

23,3%

14,1%

10,4%

28,9%

40,0%

46,6%

¿SUELES FIJARTE EN LA PROCEDENCIA DE LOS ALIMENTOS QUE CONSUMES? ¿TE AFECTA ESTO A LA HORA DE COMPRARLOS?

SI NS

TIENDA LOCAL

SI

Figura 11: Elaboración propia Las posibles respuestas de los encuestados eran: No (NO); Sí, pero no me afecta (SI PN); Sí, intento tenerlo en cuenta a la hora de comprar, pero no siempre me fijo (SI NS), y Si (SI). Por último, al hablar de la concienciación de la huella de carbono, es decir, la procedencia de los alimentos que consumimos, podemos observar que los clientes de mercado, un 76’7% sumando todos los síes, son los que más se fijan, al contrario que los del hipermercado, que son los que menos se fijan, un 71’1% sumando todos los síes.

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CONCLUSIONES A raíz de nuestra investigación hemos observado que hay personas que se preocupan más que otras a la hora de hacer la compra y el lugar en donde la realizan y la influencia de esto sobre la unidad doméstica. La encuesta realizada contenía ciertas preguntas, de apoyo a las analizadas en el trabajo A partir de los resultados obtenidos y desde un punto de vista general, llegamos a la conclusión de que aquellas personas que están más concienciadas con la procedencia de los alimentos que consumen y de los productos de temporada y locales, son aquellas que realizan la compra en mercados. Además, analizando los datos obtenidos, observamos que las personas que llevan un tipo de dieta diferente y las que llevan una dieta omnívora, son las más conscientes de que productos son de temporada y de su compra. Con todo lo mencionado anteriormente, podemos llegar a la conclusión de que las personas que compran en el mercado y llevan un tipo de dieta diferente u omnívora son los que más productos locales compran y las que más se preocupan por el medio ambiente y por la huella que puede dejar comprar productos de fuera y que no son de temporada. Gracias al análisis de estos resultados, hemos podido observar que en aquellas casas donde vive una unidad familiar de seis personas o más, se hace la compra semanalmente, al contrario que en una casa donde solo habita una persona, que hace la compra dos veces a la semana. Podemos concluir este análisis diciendo que nuestra segunda hipótesis “Observar la correspondencia entre el tamaño de la unidad doméstica con la frecuencia de la compra, pues sabemos que no es lo mismo comprar para una sola persona que para toda una familia”, se verifica aunque realmente el tamaño de la unidad doméstica no es del todo determinante respecto a la frecuencia de la compra ya que podemos observar que hay una variable que se repite entre todas, esta es hacer la compra semanalmente, por lo que podemos deducir que la mayor parte de los encuestados realizan la compra semanalmente. Gracias al trabajo realizado observamos que deberíamos analizar nuestra dieta no solo teniendo en cuenta el impacto en la salud de esta, sino también con su impacto en el medio ambiente. Es nuestra decisión dedicar nuestro tiempo a comer de forma consciente y transmitírselo a todo aquel que nos sea posible para, de esta forma, conseguir un mundo mejor para todos.

AGRADECIMIENTOS Nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que han colaborado en este proyecto de investigación. Al instituto de Educación Secundaria Saavedra Fajardo, por implantar el Bachillerato de Investigación y ofrecernos esta magnífica experiencia. A todos nuestros profesores por su paciencia e interés, gracias por la labor que hacéis. Mención especial a Virginia Verdú Tortosa, profesora del Proyecto de Investigación y tutora del proyecto, por su confianza y apoyo incondicional sin el cual este proyecto no habría sido posible. De igual modo agradecer a Narciso Marín Marín, profesor de Educación Física en el centro y tutor del proyecto, por motivarnos e inspirarnos en todo momento. Gracias por tu obsesión por aprender y enseñar. Agradecer también a Guadalupe Ruiz Merino, Matemática (Bioestadística), por su ayuda prestada a la hora del análisis de las hipótesis y la realización de las gráficas. Por último, dar a las gracias a nuestras familias, amigos y compañeros, sin cuya confianza no habríamos tenido el valor suficiente de emprender esta aventura. “Elige para tu vida todo aquello que te hace bien; esto incluye alimentos y personas”

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BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA Listado de páginas webs, artículos y blogs consultados: Ethic: Salud. La alimentación sostenible, una batalla por ganar. <https://ethic.es/2018/11/retos-alimentacionsostenible/> [Consulta: 21 de enero 2020] FAO. Sustainable diets and biodiversity. Directions and solutions for policy, research and action. <http://www.fao.org/3/i3022e/i3022e.pdf#page=31> [Consulta: 19 de noviembre 2019] Health Keeper. ¿En qué consiste la dieta vegana? <https://www.axahealthkeeper.com/blog/en-que-consiste-la-dietavegana/> [Consulta: 14 de Noviembre 2019] Maia Orgánicos. Dieta Omnívora: comer de todo es saludable. <https://maiaorganicos.mx/dieta-omnivora-comerde-todo/> [Consulta: 5 de noviembre 2019] Medline Plus. Dieta Vegetariana. <https://medlineplus.gov/spanish/vegetariandiet.html> [Consulta: 3 de diciembre 2019] 20 minutos: Gastronomía. Comer fruta fuera de temporada podría ser perjudicial para la salud. <https://www.20minutos.es/noticia/3459312/0/comer-fruta-fuera-temporada-perjudicial/> [Consulta: 21 de enero 2020] Nukas. Si me como un chuletón, ¿estoy matando al planeta? <https://naukas.com/2019/10/24/si-me-como-unchuleton-estoy-matando-al-planeta/> [Consulta: 19 de noviembre 2019] OMS: Carga mundial de morbilidad <https://www.who.int/topics/global_burden_of_disease/es/> [Consulta: 22 de diciembre 2019] Región de Murcia Digital. Sector Agrícola. <https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,24,m,3111&r=ReP23210-DETALLE_REPORTAJESPADRE> [Consulta: 3 de Diciembre 2019]

Listado de obras consultadas: Mulet, J.M. (2017) “Transgénicos y medio ambiente. La contaminación invisible...o inexistente” en Transgénicos sin miedo. Barcelona: Destino. Mulet, J.M. (2017) “Breve historia de la comida desde dentro” en Transgénicos sin miedo. Barcelona: Destino. Ríos, C. (2019). Come Comida Real: una guía para transformar tu alimentación y tu salud. Ediciones Paidós. Yeves, E. y Javaloyes, P. (2018). El estado del planeta: La nutrición. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Yeves, E. y Javaloyes, P. (2018). Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura. El estado del planeta: La nueva revolución del planeta. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. 18


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