El año del cine

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Consejo Editorial

contenido

Jorge Rodríguez Gómez Freddy Ñáñez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla

02. El cine nacional hoy: ahora es que viene lo bueno

Directora

05. ¡El cine venezolano

Mercedes Chacín

Editor Jefe

Carlos Cova

Coordinadora Editorial

Odry Farnetano

DirecTORa de Arte

Edarlys Rodríguez

COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA

Asdrúbal Briceño

Asesor Editorial

Reinaldo González

Redacción

Rocío Cazal Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida

Diseñadoras

se la juega!

10. Chávez en pantalla 12. ¿Actriz yo? 14. Un día en la Villa del Cine 16. Pedro Durán:

“Soy un actor del pueblo”

19. Cine Guerrilla: la ofensiva en el campo de la ficción 24. Los indelebles cines de Caracas 28. Cinema Paradiso 30. El musical venezolano: entre lo prolijo y la deuda

Zonia García Melany Pérez

32. El primer cine con el nombre del Libertador

Ilustrador

34. Sibaritas y pelabolas

Fotógrafos

36. Días y noches de amor y de guerra (I)

Alfredo Rajoy

Ambrosio Plaza José Rivera

CORRECTOR

Rodolfo Castillo

Colaboran en esta edición

Clodovaldo Hernández, Jessica Dos Santos, Marco Santaniello, Rodolfo Porras, Mauricio Sánchez, Malú Rengifo, Jonathan Mendoza, Nathaly Bonilla y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: José Rivera.

Impresión

Fanarte, C.A.

epale.ciudadccs@gmail.com/@epaleccs Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-3686750 Una publicación de la

nuestra película Mercedes Chacín

39. Crucicompacto 41. La Bitácora de Amón-Ra

Hoy, cuando esto escribo, han pasado exactamente 366 días desde que salió a la calle el primer número de Épale CCS. Fue parida, como correspondía. Nació femenina, nació revista. Y ser jeva le ha permitido cobijar, cumplir, proteger, disfrutar, criticar, animar, alcahuetear, acicalarse, amar, aprender, revolucionar, disculparse, desinhibirse, enamorarse. En suma, ser jeva le ha permitido vivir, abrirse paso erguida, sabiendo que detrás del reconocimiento de un error, de un desliz, viene algo bueno. Decir la verdad de una ciudad como Caracas no se hace con vaselina. Para decir la verdad de las caraqueñas y los caraqueños no se puede ser complaciente; para decir lo que somos, cómo somos, cómo amamos, cómo construimos desde nuestras contradicciones, desde códigos diferentes, desde jergas diferentes hay que tener ganas de cambiar, de revolucionar, de trasgredir, hay que ser valientes... no se puede ser mezquino. En cada uno de estos números hemos hecho eso; decenas de personas han escrito, dibujado y pintado sin censura, sin miedo, sin pena, sin rubor. Y para decir en un solo número lo que somos, escogimos al cine venezolano. Ese cine que tiene amantes, que tiene detractores, que tiene, también, traidores. ¿Quién no ha soñado con una película? ¿Qué es la vida, qué son nuestras vidas sino películas? Para decir la verdad del cine venezolano, para decir la verdad de nuestra película hay que empezar por reconocer, sin mezquindad y con mucha humildad, que el responsable de su renacimiento se llama Hugo Chávez. Quien niegue que esta película, que este rodaje colectivo se hace en libertad se traiciona a sí misma, a sí mismo. Por eso en este número nos adentramos en el cine venezolano. Nos adentramos en las salas de cine de Caracas recuperadas, en el negocio del cine, en la política cinematográfica del Estado venezolano, en sus actores y actrices, en las cerca de 30 películas por estrenar este año, en sus técnicos, en sus directores, en sus modos de hacer cine. Nos adentramos en la verdad del cine. Entra, te invitamos a ver esta película. Y luego hablamos.


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PERFIL


El cine nacional hoy: Ahora es que viene lo bueno Estrenos a granel, premios, reconocimientos, variedad de temáticas y, sobre todo, una audiencia creciente muestran un alentador panorama para el séptimo arte venezolano. Además de representar una alternativa a la omnipresente industria cultural estadounidense, comienzan a darse pequeños pasos hacia una especie de poder popular cinematográfico, un revolucionario empoderamiento de la gran pantalla POR Clodovaldo Hernández ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY

Tiene más apoyo que nunca. Ha ganado más festivales, premios y reconocimientos que en cualquier otra época. Tiene más público que en tiempos pasados. Aborda temas y géneros muy diversos con una libertad plena. ¿Alguien puede dudar que el cine venezolano vive un tiempo estelar, unos años dorados? Sí, claro que hay quienes lo dudan. Sobran los que —enfrentándose obstinadamente a la realidad— dicen que está desasistido, en la ruina creativa, sin audiencia y censurado. Otros, un poco más preocupados por su imagen de gente cuerda, admiten que se trata de un buen tiempo, pero dicen que no es gracias a las políticas públicas de la Revolución sino a pesar de ellas. La película que ven estos afanosos mezquinos podría titularse Cada loco con su tema.

“nuestra cinematografía es la mejor opción de la cartelera, frente a las recurrentes tramas de Hollywood” (Dubraska Moya) —

Por acá preferimos presentar otra, que se llamaría Los hechos son sagrados. José Antonio Varela, presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), el organismo estatal rector para el área, presenta una ristra: “Hasta el 26 de septiembre teníamos 2.065.573 espectadores, la cifra más alta desde 1987, es decir, el

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mayor repunte en 26 años. Hasta la fecha hemos estrenado 16 largometrajes y estaremos estrenando 10 más antes que termine el año. Nuestras películas permanecen en promedio dos meses en cartelera, mientras antes apenas estaban dos semanas. En los primeros cinco años del siglo estrenamos tres películas por año; en los segundos cin-

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co años, saltamos a 15 por año. Este año vamos a llegar a 26”, expresa satisfecho. Y la tendencia continúa. El filme sobre el futuro inmediato de la cinematografía venezolana debería llamarse Ahora es que viene lo bueno. “En 2014 habrá unos 35 estrenos”, añade Varela. En materia de galardones, un título adecuado sería La gran cosecha. Varela habla de nuevo: “En total, el cine nacional ha ganado 21 premios y menciones desde 1951, y diez de ellos han llegado en los últimos cuatro años. En 49 años habíamos ganado 11 premios en festivales clase ‘A’, mientras en los últimos cuatro hemos ganado 10”. Obviamente, se trata del fruto de un esfuerzo que ha abarcado no solo el financiamiento sino también el funcionamiento de la Villa del Cine y el estímulo a cultores de todos los niveles. “Todo comienza con la creación del Ministerio (de la Cultura), la aprobación de la Ley de Cine y la creación de la Plataforma del Cine”, señala Varela, para quien esta actividad es una forma de artesanía. “Hoy tenemos unas condiciones únicas para desarrollarla: mientras más películas hagamos, serán de mejor calidad en todos los sentidos, porque el artesano se construye haciendo”, dice. La calidad es un punto clave, pues ante semejante envión en el número de filmes, cualquiera podría pensar en un cine hecho en serie, adocenado y, en una palabra, malo. No es así. “He sentido mucho gusto por la prolífica producción de cine venezolano de los últimos tiempos, no por lo prolífico sino por su calidad. Si bien es cierto que no estamos a la altura del cine argentino o español, pareciera que ya estamos haciendo un camino que hasta hace poco no habíamos transitado”, dice

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“He sentido mucho gusto por la prolífica producción de cine venezolano de los últimos tiempos, no por lo prolífico sino por su calidad” (alfredo leal) —

el músico Alfredo Leal en su blog Cultura Prima (http://culturaprima.blogspot. com/). “Los argumentos se han vuelto variopintos, los clichés van perdiendo espacios, han aparecido nuevos rostros entre los actores y productores, el Estado se ha tomado más en serio este arte y ha habido un incremento moderado de la audiencia. Estas razones hacen pensar que lo que se está haciendo como cine en este país continuará, al menos, por otro rato”. Dubraska Moya, jefa de Redacción del semanario cultural Todos Adentro, coincide cuando expresa que “nuestra cinematografía es la mejor opción de la cartelera, frente a las recurrentes tramas de Hollywood. En poco tiempo hemos crecido en temáticas y técnicas”. El cineasta venezolano radicado en España Antonio Savinelli se suma al reconocimiento de los logros cosechados y al pronóstico de nuevos avances: “El cine venezolano está viviendo su mejor época y se están haciendo muchos proyectos que antes eran difíciles. Hay que destacar que todo esto se ha generado gracias al Estado y a las políticas cinematográficas. En países sin una distribución tan potente como la norteamericana es imposible, sin apoyo del Estado, que el cine salga a flote. El Estado debe activar la industria y aplicar leyes que protejan al propio mercado, de

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lo contrario terminan devorando nuestro espacios de exhibición y, lo peor de todo, nuestra cultura”, señaló en una entrevista concedida a ENcontrArte. Y, como se trata de Revolución, el asunto no se limita a competir con Hollywood. También está en gestación una especie de poder popular cinematográfico, un empoderamiento de la gran pantalla. Roque Zambrano, cineasta y profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela, cuenta que la Plataforma del Cine y Medios Audiovisuales acaba de activar el primer desembolso para la realización del taller “El arte de maquetar una película en construcción colectiva”, donde se plantea nada menos que “un modelo alternativo al cine mercantilista, un cambio de paradigma de capital por trabajo y el rescate del imaginario colectivo, de la diversidad cultural nuestroamericana y caribeña”. El docente confía en que este sea un paso decisivo para la creación de una comuna de cineastas, videastas y cibernautas bolivarianos que produzcan, de manera sistemática, cine y televisión. Zambrano cierra con una frase que bien podría colocarse como epígrafe en la jubilosa película actual del séptimo arte venezolano: “El cine es representación de los sueños y se construye desde el viaje del soñante”.


MIRADAS

El cine venezolano se la juega POR Jessica Dos Santos Jardim FOTOGRAFÍAS asdrúbal briceño / CNAC Caracas, 6 de octubre de 2013.

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Nuestro cine crece y madura de la mano de un Estado que financia total, o parcialmente, cada película sin importar que con ello también se consoliden creadores y actores pertenecientes al stablishment cinematográfico que se opone abiertamente al proyecto del gobierno. ¿Muestra de democracia o exceso de “bondad”?

¡El parto!

Dicen que el cine venezolano nació un 28 de enero de 1897, pero le tocó una infancia jodida: no fue sino hasta 1973 que el Estado decidió fomentar la cinematografía nacional, dejándose llevar por la euforia del llamado “boom petrolero”. Sin embargo, cuando vio que la cosa no era tan rentable, lo primero que mandó al carajo fue la “cultura”. Y colorín colorado: poco o nada nos duró la magia del 77, cuando por fin logramos realizar 29 películas en un año, nos convertimos en el tercer productor de América Latina y hasta nos batimos un champú estrenando El pez que fuma de Chalbaud, trayéndonos uno que otro galardón a casa. Luego, entramos a un oscuro túnel donde pocas veces se asomaba la luz: el récord de taquilla de la película Homicidio culposo de César Bolívar, que alcanzó la cifra de 1.335.085 espectadores (1984); los 19.189.350 bolívares recaudados por Macu, la mujer del policía (1987); el decreto presidencial que dio origen a la Fundación Cinemateca Nacional (1990); la primera Ley de Cinematografía Nacional que, además, estableció la creación del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (1994); y la puesta en marcha de la Escuela Nacional de Medios Audiovisuales de Mérida (1998). Hasta saltar al año 2006: el refrescamiento del cine, la inauguración de la Edición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS

Villa del Cine y esa Red Audiovisual de Salas Comunitarias que parecían ofrecer un nuevo capítulo. Sí, el cine venezolano había crecido o, al menos, eso decía su partida de nacimiento y tocaba asumirlo, ¿no? ¡No hay vaina más ladilla que un viejo haciendo el ridículo!

ta que la muerte nos separe. Por eso se espera que el número de espectadores crezca hasta llegar a los 2.500.00. ¿Les parece poco? Bueno, quizás, pero antes solo 0,3% del cine visto en Venezuela era nacional y hoy vamos por 11%. Ese detallito nos posiciona como el país de América Latina en el que más se ve cine hecho en casa. Ah ¿sí? ¡Verga!, y ¿a qué le debemos Punto y aparte Después de la falta de apoyo, de las produccio- el milagro? nes escasas e irregulares, de las películas monotemáticas donde se estigmatizaba al pueblo, ¿Magia divina? de la victoria de lo foráneo sobre lo nacional, ¡Bueno, ya!, ni milagros ni panfletos. El nuestra historia cinematográfica decidió cam- crecimiento del cine venezolano se debe al biar de párrafo: en los últimos años nos hemos apoyo sostenido del Estado. Listo, no hay deleitado con películas comerciales, filmes para donde agarrar. Es una realidad que se autorales, dramas sociales. En fin, una gran ha hecho innegable, incluso en los sectores cantidad de producciones que no significaron que más se oponen al Gobierno. Ustedes un bajón en la calidad. Para ñapa, podemos mismos lo han podido ver: la producción agregar que una gran cantidad de gente ha ido cinematográfica venezolana antes de 2000 a ver las películas (La hora cero y Hermano era casi nula, con algunos éxitos, pero inlograron entrar en la lista de las 25 películas tangible en cuanto a cantidad. Y hacienvenezolanas más vistas en el país, por ejem- do tan poquito cine, ¿cómo carajo íbamos plo) y hace apenas unos días se dio a conocer a alcanzar el nivel deseado? Tan básico que 1.904.717 espectadores han acudido a las como eso: mientras más personas (no, no salas de cine de toda Venezuela para ver las 11 diré “cineastas”) mostrando su mirada, producciones nacionales estrenadas en lo que más oportunidades hay de tener mejores va de año: ¡casi dos millones de personas en producciones. Por eso, a partir de 2006, se tan solo un semestre! Y ahora es que faltan es- intensificó increíblemente la cantidad de trenos: Corpus Christi; Secreto de confesión; La trabajos escritos y dirigidos en el territorio distancia más larga; Papita, maní, tostón; Has- nacional, con diferentes estilos e historias Caracas, 6 de octubre de 2013.


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que han hecho que el pueblo tenga opcio- cula Esclavo de Dios, que justo ahora está nes a la hora de escoger. en cartelera. Este grupo es el más poderoso en términos de producción, pero eso no es La Villa del Cine y el CNAC se han encarga- todo. Hay otro “clan” merideño donde se do de gerenciar (término pa’ aburrido, ¿no?) encuentra Karina Gómez, quien dirige el la actividad cinematográfica en Venezuela, Festival del Cine Venezolano de Mérida, y hasta el punto de formular políticas que esti- su compañero Leonardo Henrique. ¿Que mulen nuestra industria (sí, es una industria, cuál es la visión política de estos creadores? con todo lo negativo o positivo que eso pue- Fácil: se oponen acérrimamente al rrrrréda tener). Hasta el año pasado la Villa había gimen. También están otros grupos como realizado más de 80 películas. El CNAC ha el de Diego Rísquez, Mauricio Siso, etc. Y estado igual, o más activo, en cuanto a finan- ese otro donde antes podíamos mencionar ciamiento, pero además es el encargado del a Chalbaud y al fallecido Rodolfo Santana. Laboratorio del Cine y el Audiovisual de Venezuela que, al parecer, vive en una dictadera Coño, ¿y por qué? de talleres. “Durante mucho tiempo la industria cinematográfica estuvo sometida a un letargo donde solo algunos realizadores podían Ay, pero ¡Qué crónica sobrevivir haciendo cine. Sobre todo los tan rosa! ¡Coño, ya va!, denme chance. Yo sé que us- que tenían la posibilidad de presentar y tedes, incrédulos empedernidos, al igual que defender proyectos en las comisiones del yo, ya se andan preguntando: ¿sí?, ¿de verdad CNAC. ¿Y quiénes eran esos? Los que eviesta vaina es así tan de pinga?, mientras pre- dentemente tenían mayores posibilidades y paran los tiros que podrían darme la sacro- podían pimponearse las responsabilidades. santa sepultura periodística. Entonces, vamos Por ejemplo, familias constituidas por un a adelantar la jugada: ¿cómo se otorgan estos director y una productora o un productor financiamientos? ¿Qué tanto se beneficia el y una directora, que se intercambiaban stablishment cinematográfico? ¡El qué! Sí, sí, constantemente los roles, para garantizar ya sé que hay nuevos talentos y se ha estrena- que uno pudiese dirigir su película produdo más de una rimbombante ópera prima (la cida por la otra y viceversa. Eso hacía que primera película de tu vida, pues), pero una construyeran una filmografía sostenible en cosa no anula la otra: en las altas esferas del el tiempo. No es lo mismo esa realidad a cine existe una extraña pero innegable especie la de una persona recién salida de la universidad o recién metida en este mundo de “élite”. Unos “clanes” dignos de analizar: cinematográfico, enfrentándose solo a las El primero es el grupo de José Ramón No- grandes jaurías”, explica el productor Vlavoa y su esposa Elia K. Schneider, quienes dimir Sosa Sarabia quien, oportunamente, son productores y codirectores, depen- agrega: “Además, el cine es un negocio de diendo de los roles escogidos, de pelícu- la pequeña burguesía y eso es en Venezuelas como Sicario, Huelepega, Punto y raya, la y en todas partes del mundo. El cine es Des-autorizados, etc, etc. Además, en el como un trípode, tiene tres patas: es arte, último año se les sumó el hijo de ambos: es entretenimiento y es negocio. Todo el Joel Novoa, quien es el director de la pelí- que hace una película aspira a ganar plata Caracas, 6 de octubre de 2013.

y esa es una visión burguesa. Los hijos del pueblo se van por otras manifestaciones artísticas porque estudiar o hacer cine es sumamente costoso. Sin embargo, en estos tiempos hay un despliegue en cuanto a la formación audiovisual que ha generado un ejército de realizadores que presenta otro lenguaje, otra forma de hacer cine”. Por su parte, el director Luis Alberto Lamata considera “fundamental que se creen mecanismos que aseguren que en cualquier entrega del CNAC haya un porcentaje importante de óperas primas siempre. Yo, en algún momento de mi carrera, cansado, porque constantemente me rechazaron los proyectos en el CNAC, tomé la decisión de no volver a meter proyectos: durante cinco años, efectivamente, no lo hice. Estaba cansado de esa rutina, del esfuerzo de ilusionarte con un proyecto, de presentarlo y encontrarte con que sencillamente no te lo aprobaban. Por eso me parece interesante que el Estado asuma directamente la producción de una parte del cine a través de la Villa del Cine, generando oportunidades laborales”.

¿Y los aires de cambio?

“Yo creo que el CNAC cada vez se ha democratizado más. Fíjate, hasta hace un par de años aplicaban un sistema de selección terrible: unos baremos que te hacían acumular puntos en función de la trayectoria del equipo que tú convocabas para el proyecto. Ese sistema nos ponía en total desventaja a los nuevos realizadores, pues el currículo de Gabriela y La Taguara, al lado del de Román Chalbaud o Solveig Hoogesteijn, lucía bastante precario. Sin embargo, esto ha cambiado en aras de que haya más oportunidades. El sistema de los baremos ha sido sustituido por el concurso de guiones presentados con pseudónimos y ahoEdición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS


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ra prela, para la selección, el valor de la historia por encima del nombre del autor. Para mí eso es un gran logro, así como el hecho de que las comisiones que estudian el proyecto son conformadas por representantes del Estado, de los cineastas, de los productores, del Ministerio de la Cultura e incluso de cineastas internacionales, a fin de que las decisiones no se tomen a dedo o por amiguismo”, comenta Gabriela Fuentes, integrante de la productora La Taguara Fílmica. Algo similar nos dice el cineasta Carlos Azpúrua: “El CNAC ha dado proyectos a todos de forma plural, abierta y parcial en términos de porcentaje, aunque en la selección de proyectos, fundamentalmente, influye el currículo del director, los avances del cortometraje al largometraje, así como su manejo del lenguaje cinematográfico y el guión. Fíjate, para el año que viene se esperan 30 películas, la mayoría financiadas por el CNAC, y son de gente joven”.

La pantallera

¡Coño!, y a todas estas: ¿por qué usarán siempre al mismo grupo de actores telenoveleros que despotrican abiertamente de los muchos o pocos logros alcanzados por el Estado? “Porque garantizan taquilla. Si tú trabajas con actores conocidos, que tienen fans, pues eso hace que el público prefiera tu película. Muchas veces a la gente no le interesa la producción ni la trama ni quien la dirigió, pero la van a ver porque ahí trabaja el ‘fulanito’ de la telenovela ‘tal’. Una película que tiene en su planta actoral a actores comerciales, que funcionan como gancho, pues tiene mejor comportamiento en taquilla. Cosa que no pasa con actores desconocidos o no profesionales, aunque hay excepciones como, por ejemplo, la película Hermano. Igual, honestamente yo creo que a muchos de nuestros directores les cuesta arriesgarse y prefieren irse por lo seguro. Para crear una industria de cine nacional se debe tener una gran plantilla de actores, técnicos y realizadores que no necesariamente hayan venido de la publicidad o de la telenovela. Pero a veces pareciera que nuestros mismos realizadores prefieren quedarse en el estado de confort. El mundo del teatro está lleno de actores desconocidos pero buenos, jóvenes Edición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS

y comprometidos. ¿Por qué no son tomados en cuenta? Creo que solo la Villa del Cine ha dado algunos pasos en ese sentido”, agrega Vladimir Sosa.

Otros detalles

“Es verdad, pero eso no es lo único que tenemos que mirar al pensar en nuestro cine. Por ejemplo: el tema de las mujeres. Si revisas las películas hechas por el Estado o por los sectores adversos al Gobierno, te das cuenta de que nuestros personajes femeninos suelen ser los más estereotipados, menos protagónicos e interesantes del mundo; eso sí, siempre podrán aportar una escena erótica que apoye al tráiler. Además, creo que todavía tenemos mucho que revisar sobre la manera como construimos no solo la imagen de ‘la mujer’, sino también la idea del ‘pueblo’ y del ‘pobre’. Creo que nos falta preguntarnos muchas cosas como realizadores y realizadoras, más allá de que si el Estado nos apoya o no, que en lo personal creo que en este momento Venezuela es uno de los Estados que más apoyo está brindando a su cine. Debemos buscar el tiempo y la forma para contar nuestros puntos de vista en formatos más complejos y así atrevernos a recorrer otras tribunas, porque a veces somos nosotros mismos quienes, por inseguridades o temores, no nos atrevemos a pasar de la pantalla chica a la pantalla grande, y ese es uno de los retos: perderle el miedo a nuestras historias ya que, por primera vez, tenemos un Estado interesado en escucharlas. No tengamos miedo a la crítica, que es saludable y necesaria para el fortalecimiento individual y colectivo, para poder constituir una cinematografía que dé cuenta de la riqueza y complejidad de lo que somos como gente”, agrega Gabriela Fuentes.

Y ahora sí: El verdadero enemigo

“Hay otro problema más grave aún al que no hemos sabido llegarle: los espacios de exhibición. Seguimos con 90% de las salas controladas por dos grandes monstruos: Cinex y Cines Unidos, que exhiben 95% de cine norteamericano con toda la penetración ideológica que eso implica”, insistió el cineasta Carlos Azpúrua. Caracas, 6 de octubre de 2013.

“Cnac: familias constituidas por un director y una productora (...) que se intercambiaban los roles” (vladimir sosa) — Vaya, punto complejo este: “Las distribuidoras de cine norteamericanas jugaron siempre un papel para que Venezuela no tuviera una Ley de Cine. Y ahí surge otro punto: los encargados de la distribución y la exhibición son los mismos. Los dueños de las salas son también los distribuidores y por eso hasta el reparto de las ganancias es tan desproporcionado”, agrega Luis Alberto Lamata. Para finalizar, un Vladimir que nos eche el cuento puntualito. Ustedes saben, como para saber fijar postura en la batalla: “El negocio del cine exige que, para llegar a las pantallas, debes pasar por un distribuidor, es decir, un director o un productor no puede llegar directamente a las salas y decir ‘Hola, acá esta mi película’. No. Debe haber una empresa que negocie con las salas. Y en Venezuela las salas de cine son las exhibidoras y las distribuidoras a la vez. Entonces, Cinex tiene a la distribuidora Blancica y Cines Unidos tiene a la distribuidora Cines Unidos. Son los mismos. Se quedan con la mayor parte de las ganancias y hasta le niegan a otros la posibilidad de exhibir las películas. Toda película venezolana tiene, por derecho, dos semanas mínimas de permanencia en las salas y los exhibidores privados cumplen con esa obligatoriedad pero, ¿qué pasa? Si después de esas dos semanas la película alcanza un porcentaje específico de espectadores, puede optar a más tiempo en la cartelera y para los exhibidores eso no es rentable. ¿Por qué? Porque alcanza el porcentaje requerido, pero no llenan totalmente la sala, como sí podría hacerlo una película gringa. Porque aunque parece que el negocio de los exhibidores es la película, lo más rentable es la caramelería: mientras más se llena una sala, más se venden cotufas y refrescos. Listo”.


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“Cinex y Cines Unidos (...) exhiben 95% de cine norteamericano con toda la penetración ideológica que eso implica” (carlos azpúrua) —

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OPINIÓN

Chávez en Pantalla Indiscutiblemente, la imagen del líder del proceso histórico bolivariano ha sido una de las más icónicas en el inicio del Siglo XXI venezolano. pero ¿cómo fue, en una depurada síntesis cronológica, la relación de Hugo Chávez Frías con la imagen en movimiento? POR Marco Santaniello ILUSTRACIÓN NATHALY BONILLA

Seguramente mientras iba vendiendo las arañas de lechosa preparadas por Mama Rosa, el pequeño Hugo, a quien mentaban precisamente El Arañero, pasaba una que otra vez frente a la pequeña sala del Cine Bolívar, en su Sabaneta añorada. Y de seguro también veía en esa sala, que servía de entretenimiento en medio de aquella cotidianeidad sabanera, aquellos carteles con las grandes luminarias de la época de oro del cine mexicano: a unos sonrientes y “mero machos” Jorge Negrete y Pedro Infante, de quienes seguro se inspiraría muchos años después para ofrecer aquellas serenatas de amor a su pueblo. O a unas seductoras María Félix, Dolores del Río o la cubana importada a tierras aztecas, Ninón Sevilla, con quienes seguro tuvo los primeros guiños de emoción ante los encantamientos femeninos. O, casi sin duda, disfrutaba mucho de las aventuras del viejo Oeste con alguna de aquellas legendarias películas de John Ford, con John Wayne como rostro definitorio de aquellas historias y quizá uno que otro áspero spaghetti western de realizadores italianos como Leone o Corbucci, con algún Clint Eastwood implacable. O tal vez todo esto que esté acá haciendo volar desde la distancia imaginatoria no sea más que puro cuento y sabana (precisamente como los del arañero, solo que aquellos tenían un poco más de chispa) y Huguito lo que andaba pendiente era de agarrar el mascotín y dar rienda suelta a la pasión pelotera, ejercitando su famosa rabo ’e cochino.

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A ciencia cierta, casi nadie tiene la certeza del Chávez cinéfilo. Uno de los episodios de su vida de los que poco se sabe —pese a que tenía como costumbre compartir sus vivencias en casi todas sus apariciones públicas— es el de sus gustos y andanzas por aquellos viejos templos del arte cinematográfico. Cómo eran los gustos cinematográficos de un hombre que llegó a ser gran amigo de destacados cineastas progresistas norteamericanos, como Danny Glover, quien tiene una participación especial en Miranda regresa (Luis Alberto Lamata, 2007), Sean Penn u Oliver Stone, quien incluso realizó uno de sus documentales sobre el presidente Chávez y varios líderes progresistas latinoamericanos, Al sur de la frontera (Oliver Stone, 2010). Pero de algo sí que no queda duda: Hugo Chávez Frías, desde aquel mediodía del 4 de febrero de 1992, fue un ser mediático. Pero, vayamos de regreso al cine. Hay que señalar acá que, al momento de llegar al gobierno el proceso bolivariano, había una desatención lamentable hacia el desarrollo cultural del país. El acceso a la producción y recepción del hecho cultural era muy limitado, hasta cierto punto, y el cine no estuvo exento de este período de decadencia cuando, a mediados de la década de los 90, se experimentó un descenso drástico en la producción del cine venezolano. Pero, curiosamente, en las postrimerías de aquella agitada década, surge un filme que indirectamente involucraba al propio Chávez en el centro del debate. Se trata de Amaneció

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una avalancha que va creciendo entusiasta hasta el día de hoy, cuando vemos el anuncio del estreno de 30 películas para el año 2013 —


de golpe (Carlos Azpurúa, 1998), crónica cinematográfica de aquel 4 de febrero que sacudió los anales de la historia venezolana, contada de interesante manera a través de historias paralelas y personajes comunes, y no tanto, que vivieron aquella jornada. Pero, años después, ocurre un momento crítico que sacudió al país y a las cifras de producción de la cinematografía nacional. Y es que durante los años 2002 y 2003, años de arremetidas y sabotajes del fascismo criollo, nada más se registraron un total de ¡tres películas producidas! Pero, siempre, a la revolución le hace falta el látigo de la contrarrevolución para así reimpulsarse. Inolvidable resultó la respuesta del Comandante Chávez a la convocatoria por parte de la oposición a un referéndum revocatorio, con el llamado al campo de la Batalla de las Ideas, que tenía fecha y hora: Santa Inés. Casualmente, e incorporándose a ese llamado, se terminó la postproducción de una cinta que ya tenía muchos años de haberse rodado

y que complementaba perfectamente aquella gesta. Estamos hablando de Florentino y el Diablo (Michael New, 1994), filme que representa el enfrentamiento arquetípico del bien contra el mal a partir de la leyenda homónima del llano venezolano.Desde el año 2005, y empezando a consolidarse un poco más la dirección política del proceso venezolano, el presidente Chávez da importancia capital a la incorporación total del fenómeno cultural como raíz fundamental para el éxito de los cambios planteados. Y allí, a su vez, se identificó al cine como parte importante de este cambio estructural. Se crea el Ministerio de Cultura y se aprueba la nueva Ley de Cinematografía y la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión. Esto genera un impulso sin precedentes (quizás solo comparable con la prolija década de los 70) en la producción de contenidos audiovisuales y cinematográficos. Y, como hecho decisivo, la creación de la Villa del Cine, inaugurada por el presidente Chávez en una recordada jornada en donde el entonces ministro de la

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Cultura, Farruco Sesto, le pide en el aire al Comandante una “ñapita” para terminar de poner aquello con “todos los hierros”. Y con todos los hierros se reinició la producción nacional con cintas históricas, demandadas por la necesidad reflexiva del momento y a las cuales Chávez prestó especial atención. Se trata, por ejemplo, del regreso de directores de la talla de Luis Alberto Lamata o Román Chalbaud, con largometrajes como Miranda Regresa o Zamora, tierras y hombres libres. Y, a partir de allí, una avalancha que va creciendo entusiasta hasta el día de hoy, cuando vemos el anuncio del estreno de cerca de 30 películas en 2013; obras inmersas en diversos géneros y estilos, que reenamoran a un público cada vez más entusiasmado con su cine. Todo esto representa uno de los legados indiscutibles de un hombre con una vida digna, con un guión de epopeya, pero que comienza de manera humilde y sencilla en una casita de palma, perdida en la inmensidad de la sabana venezolana.

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fOTO-REPORTAJE

¿ACTRIZ YO? Siempre tomaba el metro con un destino determinado, sin pensar que estar en ese vagón y en ese exacto momento de un buen día la llevaría a la gloria... del cine. es Flora Sylvestre, quien jamás se imaginó que sería modelo, y mucho menos actriz, hasta que fue descubierta allí, en el subterráneo, para llegar a ser el personaje principal de Azú, una película en la que la vanidad se deja a un lado para darle paso al tema de la discriminación racial FOTOGRAFÍAS aSDRúBAL BRICEÑO

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fOTO-REPORTAJE

un día en la villa del cine el ente productor ejerce de motor propulsor del nuevo cine venezolano. Una mirada a sus instalaciones da cuenta del cosmos creativo que gravita entre sus infinitas paredes, las de verdad y las de utilería fotografías Asdrúbal Briceño

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ENTREVISTA

Pedro Durán

“Soy un actor del pueblo” Ha trabajado en más de 65 novelas, 200 obras de teatro y 36 películas. Piensa que existe apoyo al cine nacional, aunque aún faltan cosas por hacer como, por ejemplo, cintas acerca de la historia de nuestros indígenas. A su juicio, hay endorracismo Dentro del medio artístico, pero el país se abre en contra de la discriminación POR Rocío Cazal Fotografías Jonathan Mendoza

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Caracas, 6 de octubre de 2013.


—¿Qué diferencia ve entre el cine de la IV República y el de la V?

—Hay que agradecerle al presidente Hugo Chávez cuando, en 2005-2006, dijo: “Quiero una villa para el cine, quiero una ley de cine”. Todo eso conllevó este desarrollo. Creo que en menos de una década se han producido en la Plataforma del Cine más de 70 títulos, lo que no se hizo antes, si lo comparamos con esos 100 años de la historia del cine. Por ejemplo, entre 2012 y 2013 se estrenan 30 largos y yo quisiera que ese boom continuara en 2014 con 15, 20, 30 o más, producidos en Venezuela. Esto quiere decir que, con su historial, esta es la época de oro del cine. Solo hago un llamado a las autoridades: no tenemos distribución, no tenemos exhibición. Eso lo tienen las salas privadas. No tenemos una plataforma propia para la comercialización. —¿Pero entonces sí hay más apoyo al cine nacional?

las alamedas en ese sentido: en la música, en el deporte, pero especialmente en la televisión, el teatro y el cine. Ese compendio para mí es un logro grandísimo. ¡Imagínate la Ruta Histórica! Pero yo quiero que se hagan más rutas en el interior de la República: en Coro, El Tigre, El Tigrito. Esto es el abreboca. —También han surgido muchas películas históricas ahora...

—Tomás Henríquez hizo de Negro Primero y hubo un Bolívar con Maximilian Schell por los años 70. En este momento copan la escena Miranda, Boves, dos Bolívar, no de dinero sino del Libertador: una con Edgar Ramírez y otra con Roque Valero. Para encarnar y meterse en un guión histórico tiene que haber conocimiento, mística, trabajo. La atmósfera tiene que oler a esa época.

—¿Hay racismo aún en el —¡Antes no, no, no! Ahora hay más. ¡Ima- cine? gínate: 30 largos! —El endorracismo es más fuerte que el racismo. Es algo que está enquistado. El racismo es el papá del fascismo porque puede —¿Y cómo está el área de la ser xenófobo, homófobo o en contra de la actuación? —Si nosotros los actores cobráramos al diversidad aunque se esconda detrás de él cine nacional como se debería cobrar, un enfermo de siete suelas. con una tarifa internacional, tendrían que abrir las arcas. Uno en el cine todavía es —¿Por qué ocurre eso? un colaborador. Yo soy un colaborador —Porque en la televisión negro es negro. obrero del cine y del teatro. De hecho, me En cambio, en Hollywood se hizo el cine considero un actor popular, del pueblo, de independiente de los negros. ¿Por qué malos que venimos acá buscando romper esa tan a Martin Luther King? Recuerda tamincomunicación que hubo. Le doy gracias bién a Jackie Robinson, el primer beisboa Dios por todos esos actores y directo- lista negro de las Grandes Ligas que luchó res que tienen óperas primas, que jamás y contra la discriminación. Tenemos una nunca hubieran podido hacer una película mácula que va más allá de la religión, aunen aquella época (la IV República). que el racismo está escondido hasta dentro de la familia de uno. ¡Vamos ahora a maximizar la negritud! Pero este país se ha —¿Qué pasaba antes? —Todo era más cerrado porque era para los abierto porque veo unas Fuerzas Armadas que tenían nombre. Era como un círculo ahora con generales morenos, indios. Ancerrado. Ahora no, ahora se democratizó, es tes no se veía eso, y eso se llama magnifimás amplio. Como dijo Allende: “Se abri- cencia. Chavez fue magnánimo y por eso rán las alamedas”. Yo creo que se abrieron tuvo tantos enemigos.

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Le doy gracias a Dios por todos esos actores y directores que tienen óperas primas, que jamás y nunca hubieran podido hacer una película en aquella época —

actor y reservista Nació en San José de Guanipa, en El Tigrito, estado Anzoátegui, donde estudió primaria y bachillerato. Estudió 30 meses en la Policía Naval de La Guaira, por lo que dice con orgullo que es reservista de la Marina de Guerra. De ahí, estudió en la Escuela de Teatro Enrique Benshimol. Ha trabajado en más de 65 novelas, unos 200 montajes de teatro, 36 largometrajes y cuatro cortometrajes. Asimismo, produjo 72 micros ambientalistas de ocho minutos llamados Como lo hubiera hecho usted, que se transmitieron en la Televisora de Aragua entre 2001 y 2003. De igual manera, tiene un monólogo montado de Negro Primero recogelata que hizo para los Simoncitos. Su película favorita es La oveja negra de Román Chalbaud y la música predilecta es el joropo, aunque cualquier ritmo le es bienvenido: desde Verdi, pasando por La Lupe, hasta Héctor Lavoe. Se describe como un hombre que se encuentra entre la tragedia, la comedia y lo normal.

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18 en el casting. Es una película de la tierra y mos otro que sea latinoamericano y más que pertenece al colectivo. Es como un río grande. -Sacan un audio por ahí pero, si fuese ver- bonito, una película para no olvidar. dad, yo lo quisiera ver, ¡no me hubiera pues—¿Hacen falta películas que to bravo! Yo quisiera encontrármelo en una —¿Qué cree que le falta traten el tema indígena? esquina y poder preguntarle: ‘Presidente, al cine venezolano? —El cine histórico está empujando, pero ¿dónde estaba?’. Pero esa jugarreta de que —Le falta más estudios capacitados para faltan películas de nuestros ancestros indísupuestamente lo tienen secuestrado, es un el diseño de producción, para el desarrollo genas: Tiuna, Caracas, Guaicaipuro, Tamajuego malo. Siempre le meten la maldad y lo de interiores como los tiene el cine euro- naco, Sorocaima, Chacao, Manaure, Yoraco, enfermo, y no lo comparto. peo y México, que tiene grandes estudios. Caricuao. El cine obrero también hace falta, Así como hemos desarrollado el satéli- sobre la niñez, la mujer. Tenemos muchas te, el deporte, el sistema de orquestas, el películas sobre la biodiversidad. Vienen —¿Azú es la primera película cine nacional necesita más infraestruc- muchos guiones con esa denuncia sutil, que que exalta la negritud? —Es la película donde los negros salen tura, más salas móviles. A veces el cine está enmarcada en lo que nosotros querevictoriosos. Es una película feminista, li- también necesita más apoyo económico mos: una patria perfecta donde quepamos bertaria, ecológica y pacifista. Es un reto para que muchos de nosotros vayamos a todos. Ya es el momento donde juguemos que se marca en un guión de Luis Alber- los festivales, falta más presupuesto. Es un limpio en el arte, la cultura, el deporte. No to Lamata, que se rehízo más de una vez, reclamo de los actores. También podemos quiero que la quinta se vaya de nuevo para y una Flora Sylvestre que encontraron en abrir un festival. Tenemos el de Mérida, el la tercera y la cuarta. No hay quinto malo. el Metro cuando Luis Castillo no la hallaba de Oriente, el de Margarita, pero necesita- Entonces, tenemos esperanza. —Tanto que le sacaron hasta un supuesto audio...

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CIUDAD

Cine Guerrilla: la ofensiva en el campo de la ficción Lo mejor de este cine es que todo su contenido supera a la violencia: La de las cárceles, la de las clases sociales y la de los y las que dicen, cuando por la guerra económica les faltan algunos rollos de papel tualé: “pero tenemos patria” POR gustavo mérida FOTOGRAFÍAs josé rivera

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20 Dentro de Ávila TV hay una especie de solar con algunas mesas y un café. Allí transcurrió la entrevista con Jackson Gutiérrez, un tipo que tiene 17 películas y 13.500.000 resultados en el buscador más poderoso de la web. — entonces, ¿Tú te ves viviendo del cine?

—Bueno, yo tengo una barbería. Está en Petare. —¿Cuánto cobras?

—Cien bolos. —Está caro, Jackson

—Bueno, ¡te estás afeitando con Jackson Gutiérrez, papá! (risas). Como sucede dentro de todos los solares, el sol va moviendo las sombras. Jackson va arrimando la silla poco a poco, sin levantarse, esquivando el calor. Es mediodía. —¿Qué opinas de la idea de Maduro sobre el desarme y la campaña “bájale dos a la violencia”?

—Mira, está muy de pinga, pero si tú vas a a decir “bájale dos a la violencia”, ¿por qué tienes que poner a un Winston Vallenilla o a un güevón de estos que tiene todos los reales del mundo? ¡Coño!, métete pa’ los barrios, agarra chamos que salgan en televisión dando esos mismos consejos, ¿me entiendes? Por lo menos a Javier Castro, que es un chamo que está echándole bolas, ponlo en una pantalla de esas a hablar “bájale dos a la vaina”. Ponen a la misma gente todo el tiempo, eso es con lo que yo estoy en contra. Que los mismos chamos sean los que digan el consejo. ¿Qué hacemos nosotros con una valla grandota ahí con Winston Vallenilla diciendo “bájale dos”? Ya nosotros conocemos a Winston, sabemos que es un burguesito, pues, que es chavista es otra vaina, pero a ese tipo ya todos lo conocemos. Ahora, si tú agarras a un chamo de Petare, de Catia, un chamo que sea reconocido y que esté dando ese consejo a otros chamos, yo creo que pega más la güevonada por ese lado. Yo he hecho mi campaña aparte, con la vaina esta de Cine Guerrilla: voy a los barrios, llevo el guión y hacemos una película. De 25 chamos había cinco malaconductas, a uno le Edición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS

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21 dije: “¡Qué talento tienes tú!”, y el chamo me dijo que se iba a poner a estudiar. Ahorita le voy a conseguir una beca. —¿Qué hacía el chamo en la película?

—Un malandro, actuando. Lo puse como un malandro y el chamo es un as, vale. Le dije: “Marico ¿qué estás haciendo tú? Estás perdiendo tu tiempo”. Y el chamo se puso a llorar y toda la vaina, y me dijo: “No, vale, yo le voy a echar bolas a esta vaina, esto es lo que me gusta”. Eso es lo que necesitamos, no salir por televisión “bájale dos...”. Vamos a hacer vainas... ¿Cuánto dinero no le he pedido yo al Gobierno? No me dan un coño. Mámense un güevo, hago mi mierda yo mismo. Entonces otros güevones por ahí le piden real al Gobierno para otra vaina y se gastan toda la plata y no hacen un coño. A los que están haciendo de verdad no les dan los reales para que hagan. Yo recibí nada más una ayuda del ministro de las Comunas, Reinaldo Iturriza, ese es mi pana. Yo le planteé lo que quería hacer y La vida en el barrio, tema común al Cine Guerrilla. Foto Javier Castro me dijo: “Dale, aquí está este dinero para que hagas esa vaina”. Incluso ahorita le esabren las puertas porque quieres solucionar Antes, en el taba escribiendo porque lo tengo ladillao: tu vida, salirte de ahí y dedicarte a lo que solar, le había “¡Epa!, vamos a vernos otra vez”. Me apote gusta que es el cine, pero buscando una preguntado por el yó y ya terminé el primer curso de Cine fuente de trabajo que te dé el dinero para Guerrilla, él lo financió totalmente y tamtú mantenerte en el espacio cuando estés storyboard, por bién hicimos una película que se le para al trabajando cine. Yo tengo como 10 chamos el guión técnico, lado a cualquier otra. Le hago un llamaque rescaté, que están trabajando en otras por cómo era el do al Ministerio de la Cultura y al CNAC. compañías. Cuando te trazas una meta, ya lenguaje con los Creo que este cine también tiene que ser lo demás viene solo. Y el cine también da. técnicos que son tomado en cuenta para ser proyectado en Yo he hecho películas que me han pagado, las salas. No solamente las de 10 millones, cobro por mi llamado. En La hora cero essus panas. “Mira, 20 millones, sino que a estas películas retán varios actores que trabajaron conmigo maricón, haz esa gionales también se les dé cabida en los ciy fueron pagados. Trabajaron. Nadie llega mierda así”... nes comerciales; que cada cine genere, por fácil a la pantalla grande. — lo menos, una copiecita para que la gente vaya a disfrutar de estos nuevos talentos —¿Tú ves todas las películas que están creciendo. Así le damos oportuvenezolanas? nidad a estos actores populares que se van —Bueno, cuando no me invitan para la previendo en pantalla y también combatimos mier pago mi entrada (risas). Ahorita vi Boduro a la delincuencia. lívar, el hombre de las dificultades. —¿La plata, el dinero?

—¿Qué tal?

—Mira, yo te voy a hablar por mi parte: cuando a ti te gusta y te apasiona el cine, y te hablo también por mis compañeros que tienen siete años conmigo y trabajan en todas mis películas, el dinero te deja de importar. Te importan las ganas de echarle bolas, de trabajar en esa cuestión y, ahí mismo, se te

—A mí no me gusta criticar el cine venezolano, en verdad... No sé qué decirte. Cada historia tiene sus líneas... El director es muy amigo mío, yo lo quiero mucho, Luis Alberto Lamata. Él me apoya a mí así haga una mierda, entonces yo creo que lo voy apoyar a él (risas). No voy a decir “no me gustó” o Caracas, 6 de octubre de 2013.

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22 “es mala”. No la entendí. Yo creo que ningún cine venezolano es malo. Cada director tiene su obra cinematográfica en su coco, es una película histórica que tiene su mérito. —¿Te arrechas si critican tus películas?

—No, me contento, porque ahí es donde aprendo un poco más. El sol se mueve, Jackson se mueve. Se sigue moviendo el sol, se sigue moviendo el director y ya tenemos que mover la mesa. La cargamos y, en un rincón, encontramos el pedazo de sombra. Tiene 20 años en el espiritismo, es “Marialioncero”. Como santero tiene cuatro y es hijo de Changó. “Es una religión que es totalmente respetuosa, hay que llevarla con disciplina. He hecho varias películas criticando lo que es la falta de respeto sobre esto”, comenta Jackson.

Entre ahijados y padrinos

Un par de semanas después estamos en un barrio de Barquisimeto, con escaleras y cancha de básquet como cualquiera de Caracas. Con curiosos. Jackson y su equipo ruedan una escena. Antes, en el solar, le había preguntado por el storyboard, por el guión técnico, por cómo era el lenguaje con los técnicos Jonfran Ferrer, egresado del curso sobre Cine Guerrilla, también hace de actor que son sus panas. “Mira, maricón, haz esa Más tarde, el director la chalequearía porque mierda así” (risas). le pidió que la dejara decir “¡acción!”. Primero filman a dos tipos conversando. Se saludan de esa manera: chocan primero las El joven recostado del árbol. Dos tipos se le palmas de las manos y luego los puños. El acercan, lo rodean, lo enganchan. Forcejeos fotógrafo interviene: “¿Pueden repetirla, para inútiles: ya está sometido. “¡Quédate quietomar la foto?”. Y se quedan como congela- to!”. Uno de los tipos le presiona la garganta dos en el saludo. Uno, dos segundos... hasta con premeditación y un poquito de alevoque se ríen. Jackson ofrece: “¿Quieres una de sía, que va incrementando mientras dura la escena. Jackson, que es el otro tipo, se acción? Pero sin pistola”. da cuenta: “¡Corten!”, y el joven se libera y tose, todos ríen. “Déjate llevar, no opongas Se reúnen y cuadran rápido cómo hacerla. tanta resistencia”. Otra vez las indicaciones, El tipo viene bajando las escaleras, unas esca- se repite la escena, vuelven los forcejeos y leras de barrio. Sin tumbao, normal. Es joven la guerrilla y están haciendo cine. Así de y flaco. Se recuesta de un árbol, buscando simple. sombra. El sol aprieta. Repiten la escena. Luego de someterlo, la “¿Sonido?”. “Grabando”, responde la sonidis- cara de malo de Jackson se le acerca al flaco ta. “¿Cámara?”. Y responde lo mismo Gusta- de la mala sombra. “¡Jálalo pa’ ca! Quédate vo Guerrero, quien también hace la dirección quietecito que te agarró fue el malandreo, de fotografía. Y la asistente de Jackson dice: mamagüevo”. Y en medio de la actuación le “Toma uno, plano ‘A’ —aplaude— ¡acción!”. da un beso en el cachete. Risas. Corte. Edición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS

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Jackson Gutiérrez, en el solar de Ávila TV. foto asdrubal briceño

Pelo malo

Jackson está jadeando aún y, mientras caminamos, me pongo chismoso: “¿Supiste lo que dijo Mariana Rondón de Chávez?”. “No”. “Se ganó un premio ahorita”. “¿Con qué película?”. “Pelo malo”. “¿Qué dijo?”. Y le respondo que la directora le echa la culpa a Chávez de sentenciarnos a esta guerra. “¡Verga! Chávez no nos llevó a ninguna guerra. La guerra nos la causamos nosotros mismos por nuestra mala cabeza. El que no sabe vivir en esta tierra se va a vivir a la otra, dice el dicho. Aprende a vivir para que puedas vivir bien. La guerra la genera uno mismo. ¿Cómo que Chávez va a venir a generar una guerra? A veces la política es algo estúpido. Todos nuestros males y problemas, lo que pasa en los barrios, se los queremos achacar al Gobierno y resulta que es culpa de nosotros mismos, que no tomamos conciencia y vemos la vida de otra manera”.

como asistente de producción y actúa. Lo que más le gusta es la producción. “Trabajar al lado de él es un aprendizaje. Son muchas cosas nuevas que estás viendo y no las ves en cualquier parte”. El fílmico, como dicen los cubanos, también es de Lara. Junto con Jonfran Ferrer son los que están haciendo Cine Guerrilla. Un borrachito que estuvo curioseando todo el tiempo, mientras rodaban, se acercó a oír la entrevista. Cuando escuchó Cine Guerrilla, afirmó: “Yo soy guerrillero”.

Jackson me dice: “Espero que todos vean la película que se hizo en Barquisimeto, luego del curso guerrilla de Jackson Gutiérrez”. Antes de volver, con un par de botellas de cocuy del estado Lara, el anfitrión nos brindó la cena, una buena parrilla. Jackson, respetuosamente, le pide permiso a su padrino para comer. Él, a su vez, tiene ahijados. Y La sonidista es de Barquisimeto: Alexan- una ahijada. La misma a la que le permitió dra Pérez. Tiene 23 años, también trabaja decir: “¡Acción!”. Caracas, 6 de octubre de 2013.

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Foto-reportaje

Los indelebles cines de Caracas La era del mall fue cercando paulatinamente a los viejos cines de Caracas, dando al traste con una rica arquitectura patrimonial. Otro tanto hicieron los grupos religiosos, a los que esos patios de butacas les vendrían al pelo como centros de evangelización. Hoy, sin embargo, varias de esas salas ven rebrillar sus viejas marquesinas y vuelven a ser noticia en la ciudad fotografías jonathan mendoza

Ayacucho: los mercaderes dentro del templo

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Broadway: piadoso destino en Chacaíto

Rívoli: de lo profano a lo sagrado

Caracas, 6 de octubre de 2013.

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Ávila y Continental: vencidos por el consumo

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Junín: esplendor en la plaza

Principal: como el ave fénix

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minicrónicas

cinema paradiso FOTOGRAFÍAs JONATHAN MENDOZA

En el Teatro Caracas

El Teatro Caracas estaba allí, en la esquina que hoy lleva su nombre. Salomón Cohen, ese demiurgo de lo adocenado, lo convirtió en otro doral, aldoral, doral, etc., como ha hecho con media ciudad. A principio de los 70 se exhibía mucho cine y poco o nada de teatro. Los sábados y domingos, a las 11 am y a las 3 pm, había función para niños, generalmente refritos de Disney. Pero los sábados a las 7 pm y el resto de los días, la pornografía de la época se apoderaba de la pantalla del Teatro Caracas. Nuestra técnica era sencilla e infalible: pagábamos la última película censura “A” y, antes de terminar, nos escabullíamos por entre los pasillos a esperar la velada porno. A pesar de la furtividad de nuestra situación entre una función y la otra, todavía recuerdo la belleza de la sala. Además era gigantesca, no solo el foro. No solo era un teatro hermoso sino funcional. Las imágenes las veíamos detrás de la pantalla, cómodamente recostados en unas butacas desechadas, que poco a

poco fuimos reorientando hasta que quedaron perfectas para la función. Que lo de la derecha quedara a la izquierda y viceversa no nos perturbaba ni un ápice, más bien era parte de la diversión. Todavía, en aquel momento, había escenas que el proyeccionista tapaba con el dedo o un cartón. La pandilla de espectadores detrás de la pantalla fue creciendo. Entre ellos estaba Carlos Luis, uno de los panas del grupo. Se hizo asiduo, pero a él no le gustaba ver la película al revés, así que apenas se apagaba la luz se pasaba para las butacas del frente. Dos semanas después de esta decisión, estábamos concentrados en las enormes tetas de una actriz que limpiaba con un plumero, y por detrás venía el dueño de la mansión con intenciones insospechables cuando, de repente, la sombra de Carlos Luis cruzó la pantalla. Alguien lo perseguía con las manos extendidas. Nuestro sobresalto se trocó en susto por un momento, pero la hilaridad del público de pago nos contagió. Sobre todo cuando la sombra cruzó hacia el lado contrario. Salimos todos detrás de la pantalla en solidaridad con el pana. Se encendieron las luces y se detuvo la proyección. La gritería era la dueña del lugar. Nos atraparon. Por primer vez no salíamos camuflados entre un público que siempre se hacía cómplice. Un policía, rolo en mano, fue el custodio que con el portero y otro hombre, supusimos que el proyeccionista, nos escoltaron a la calle, nos amenazaron con cadena perpetua y la coñaza del siglo, pero no pasaron de allí. Nos fuimos muertos de risa, contando las impresiones, dejando atrás, para siempre, un teatro hermoso, significativo y que, sin la dorada manía, hubiese podido ser parte de nuestro patrimonio cultural. POR Rodolfo Porras

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Avión en La Pastora a lo Lumiére

Corría la década de los 70. Eran los estertores de una dorada época: los cines de barrio. La Pastora disponía de dos cines que se encontraban en los alrededores de la plaza: Granada y Plaza. No hubo domingo que no asistiera a uno de ellos, sobre todo el Granada, ya que lo que exhibía el Plaza —en el horario de matiné, 3 pm— se limitaba al cine mexicano (Capulina) y mis inclinaciones se orientaban, en ese momento, hacia el cine estadounidense (películas infantiles de Disney). Recuerdo el ritual dominical: me levantaba e iba a comprar y sellarle un cuadro del 5 y 6 a alguno de mis hermanos mayores a cambio de un bolívar, justo el importe de la entrada del cine. Después del almuerzo me disponía a echarme un buen baño, me ponía mi mejor pinta (la dominguera, claro está) y caminaba las siete cuadras que me distanciaban del templo: el prodigioso lugar en donde lo increíble tenía dejos de verosimilitud y la magia coqueteaba con sutiles acercamientos a la realidad.


Cine en carro o carro dentro de un cine

Antes de que Caracas se atiborrara de multicines, de esos que tienen como 10 salas, con mínimas opciones para escoger películas, en las que debes esperar unos 40 minutos para comprar los combos de cotufa o perros a precios de restaurante francés, existían unos lugares ahora extintos, muy bien llamados Autocines. Pues sí, gente, antes usted podía ingresar en carro a ver su película. Eran como gigantes estacionamientos, con una enorme pantalla de cine en uno de sus lados, en los cuales, dentro de su vehículo, podía vacilarse una película. En Caracas, recuerdo la existencia de, al menos, tres de ellos: Los Chaguaramos, El Cafetal y el que quedaba cerca de donde vivía en los años 80, el Autocine Santa Fe. A este último, generalmente acudíamos con

En unas vacaciones escolares, hartos de jugar todo lo que nos pasara por mi cabeza y la de mis amigos, se nos ocurre asistir al cine un sábado en un horario más audaz para nuestras edades: 5 pm. Aquello significó un cambio de paradigma en nuestros hábitos. No recuerdo si la película era censura "A" o, debido a la poca asistencia de la sala, el portero nos dejó pasar y al mismo precio: ¡un bolívar! El filme que se exhibía era La batalla de Midway. Realmente estaba hipnotizado y sumergido en el filme cuando un kamikaze avanza para estrellarse de frente contra el centro de operaciones de un acorazado gringo. Los 10 segundos que tardó en estrellarse arrebataron hondamente mis pulsaciones y, justo antes del impacto, se escuchó mi grito en la sala: “¡CUIDAAADOOO!”, para luego agacharme y cubrir mi cabeza con las manos. Las carcajadas de mis amigos no se hicieron esperar y, obviamente, el “chalequeo” tardó años en desaparecer. Tiempo después, en la mención Cine de la Escuela de Artes de la UCV, cuando nos proyectaban en clase Llegada de un tren a la estación y mis compañeros se

los amigotes, preadolescentes de 13 a 15 años y, por supuesto, sin carro. Sucedía que ese lugar, localizado en lo que es ahora el Centro Comercial Santa Fe, estaba pegado a un cerro; entonces subíamos una lomita, saltábamos una reja y, cual alimañas nocturnas, corríamos entre sombras para no ser descubiertos por los vigilantes y así poder disfrutar la “peli” de turno, gratis. Una vez pasada la prueba, se podía acceder a una pequeña salita abierta donde las personas que deseaban salir del carro podían ver la película en la total incomodidad de los asientos, pero comiendo un perrito o unas cotufas (sí pueblo, los perros calientes en el cine no son invención moderna). Quienes quisieran quedarse en el carro, la mayoría, pues bajaban un poco la ventana y colgaban una cornetita de hierro macizo, la cual estaba pegada a un pequeño poste que de alguna manera dividía los espacios entre auto y auto.

reían del hecho de que los primeros espectadores salieran corriendo, me sentí privilegiado de haber descubierto a los 10 años el poder y la magia del cine.

Ya adolescente, íbamos en carro, y si ibas con la novia, pues tenías el derecho a mandar a bajarse a todos los demás, pues de que había sexo dentro del auto, ¡lo había! Buenos recuerdos los de los autocines, aunque no todo era maravilloso. El sonido creo que era parecido a escuchar una radio AM. La calidad de la imagen no era la mejor. Además, siempre había un infeliz que dejaba las luces delanteras de su carro encendidas, ya sea por omisión o por ganas de joder. Entonces, desde todos los demás autos presentes, quizá entre 100 y 250, para que el bicho apagara la luz, se tocaban cornetas al unísono, en lo que sería un anticipo, una profecía, de lo que ocurriría, gracias al infernal tráfico, en la ciudad de Caracas de hoy. POR Mauricio Sánchez Díaz

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POR rodolfo castillo

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MÚSICA

el músical venezolano: entre lo prolijo y la deuda mientras que en el documental venezolano la muestra musical ha sido abundante y acertada, en lo que respecta a la ficción ha dejado mucho que desear. salvo los filmes sobre el sistema de orquestas, los intentos han sido escasos y fallidos POR rodolfo castillo FOTOGRAFÍAS Archivo ciudad ccs

La relación entre la música y el cine en Venezuela nos adentra en un terreno donde, en el ámbito documental, existe gran cantidad de realizaciones. Y en cuanto al largo de ficción, el género musical ha tenido tibios ensayos que han obedecido, en gran medida, a éxitos musicales que han ocasionado cierto furor en las masas; fenómeno que somete a la producción criolla al mecanismo más elemental: el cine como industria. Desde los años 50 y 60 movimientos como el cinéma vérité y la nouvelle vague significaron fuertes cuestionamientos a la manera formal de hacer cine: despojar al discurso visual de todo halo de fantasía, en el primero, y optar no solo por la libertad de expresión sino también por la libertad técnica en el campo de la producción fílmica, en el segundo. Dichos puntos de inflexión trajeron

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consigo, en Europa, una diáspora de realizadores provenientes de distintas ramas del saber (sociología, antropología, etnografía) más que cineastas propiamente dichos. El documental se convirtió en una herramienta más, una prolongación visual de su trabajo de campo. En este orden de ideas, en Venezuela, a partir de los años 60, la producción documental se orientó hacia la creación y resguardo de la memoria audiovisual como discurso contrainformativo al modelo de producción hegemónico, al tiempo que fungía como instrumento de indagación social. Y es en esta disputa (mensaje hegemónico/ rescate patrimonial) donde el documental halla material para abordar temáticas más acordes con nuestra idiosincrasia, siendo las manifestaciones musicales temas re-

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El documental se convirtió en una herramienta más (de sociólogos, antropólogos y etnógrafos), una prolongación visual de su trabajo de campo —


currentes en su producción. En términos generales la documentalística venezolana, en lo que toca a la música, más allá de pretender registrar un “arqueo de caja” del sinnúmero de manifestaciones, se traduce en una búsqueda de nuestra identidad cultural, como lo evidencia el filme del cineasta Manuel de Pedro Un solo pueblo (1985), en el que se hace un tour por diversas regiones del país cuyas fiestas patronales arrojan manifestaciones culturales características, entre ellas su música.

la documentalística venezolana, en lo que toca a la música, más allá de pretender registrar un “arqueo de caja” del sinnúmero de manifestaciones, se traduce en una búsqueda de nuestra identidad cultural —

Del mismo modo en que ha recurrido a la música tradicional, también ha incursionado en géneros más citadinos tales como la música bailable y la salsa como género propiamente urbano, sin dejar de lado manifestaciones más contemporáneas como el hip hop o el rock. Esta variopinta producción documental no hace más que ratificar una constante del cine nacional de los últimos años: su versatilidad y calidad.

mismo Petrizzelli (1998), sobre uno de los últimos cantantes recios del folclore venezolano: El Carrao de Palmarito. Siguiendo con el culto al virtuosismo encontramos títulos como Metralleta de Belén Orsini (2007), donde se muestra al ejecutante de arpa Carlos “Metralleta” Orozco quien, trascendiendo la academia, ha logrado un sitial a nivel internacional. Y en cuanto a la música bailable emergen nombres como A gozar con Billo: Luis María Frometa de Fernando Venturini (2003); Felipe Pirela, el bolerista de América de Milagros Torres (2001), sobre el desaparecido cantante zuliano, y Merengue caraqueño ayer, hoy y siempre de Miguel Guédez (2005), donde la manifestación autóctona caraqueña se hace presente.

Puesto que la apreciación musical del común se focaliza en el virtuosismo de las individualidades, en ese mismo tenor se ha volcado la producción. Así, tenemos El rey del bandolín de John Dickinson (1985), sobre el portento musical Cruz Quinal, el inventor de la bandola morocha. También se encuentra La madera sonora de Tata Guerra de Yoly Chacón (2007), trabajo sobre el célebre músico y compositor, un “caballito de guerra” de la escena salsera nacional. O El rey del galerón de John Petrizzelli (2008), merecido tributo a la obra musical de Benito Quirós, quien popularizó y dio a conocer el género oriental; y Carrao del

cretismo presente en la afrovenezolanidad; más que una manifestación, una forma de ver la vida.

En lo que concierne al largometraje de ficción, cintas como Señora bolero de Marilda Vera (1981) y Entre golpes y boleros de John Dickinson (1990) hacen un justo homenaje al considerado género latinoamericano por excelencia. Caso aparte representan los filmes protagonizados por los hemanos Primera: Salserín, la primera vez de Luis Alberto Lamata (1996) y Muchacho solitario de César Bolívar (1999), que obedecieron a una circunstancia netamente comercial. No así Tocar y luchar (2006) y Dudamel: el sonido de los niños (2011), ambas de Alberto Arvelo, en las que se hace una semblanza de la labor del Sistema de Orquestas venezoSin duda la lista resulta escueta dada la lano. cantidad de producciones que se han inclinado por estos derroteros. Pero un nom- Solo queda esperar del cine venezolano, tebre no puede faltar: El afinque de Marín niendo como referencia el portento musical de Jacobo Penzo (1980). En él se recoge lo que es nuestro país, incursionar en el géneque significa la música para los habitantes ro pero de una manera renovadora y transde ese populoso sector caraqueño: el sin- gresora.

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MITOS

el primer cine con el nombre del libertador POR rocío cazal ILUSTRACIÓN NATHALY BONILLA

Cuando se habla del desaparecido Cine Rialto, ese que quedaba de Monjas a Principal, frente a la Plaza Bolívar, todo el mundo lo recuerda solo como un recinto dedicado a la proyección de lo mejor de la pantalla grande. Sin embargo, no siempre fue así.

por casi dos años, hasta el 8 de junio de 1919, cuando fue adquirido por el empresario Francisco Granados Díaz, quien 20 días después lo reinauguró con el nombre de Teatro Rialto. Era una sala muy moderna para la época y las funciones eran continuadas. Allí se presentó la primera proyección cinematográfica de Caracas. Se dice que fue con Battle of Heart (El grito del odio en español), que tuvo un aforo de mil personas. ¡Un éxito total!

fue demolido. Dos años después, el 29 de abril de 1943, lo reinauguraron otra vez como Cine Rialto. Su primera proyección no podía ser otra que la afamada y ganadora del Oscar de ese año, Casablanca. ¡Toda una novedad!

Pero el cine no solo era cine. El primer piso de esa edificación fue ocupado por las redacciones del diario Últimas Noticias y del semanario humorístico El Morrocoy Azul desde el 2 de abril de 1943, y en los dos pisos restantes funcionaban varios locales comerciales y oficinas. Mientras, en la planta Sin embargo, para el 2 de febrero de 1941 el baja funcionaba el cine con un patio y un Fue el 3 de octubre de 1917 cuando se inau- teatro cerró sus puertas con la presentación balcón, que tenían accesos y salidas sepaguró como Teatro Princesa, que funcionó del drama mexicano Ojos tapatíos y luego rados. A finales del siglo XIX allí funcionaba un estudio de fotografía artística, nada más y nada menos que del famoso pintor Martín Tovar y Tovar y del fotógrafo José Antonio Salas, que a principios del siglo XX se convertiría en dos establecimientos comerciales.

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se espera que este cine tan reinaugurado durante 96 años se convierta en el Cine Bolívar, la primera sala de proyecciones de películas del país que llevará el nombre del Libertador —

Más que un cine

Décadas estuvo cerrado el cine hasta que en 2006 el Gobierno del Distrito Capital junto con la Alcaldía de Caracas comenzaron la recuperación de las oficinas: se removieron los frisos, los cielorrasos, los pisos y las butacas de la sala.

cuado a los requerimientos actuales de la comunidad.

De hecho, para el sistema de visualización se seleccionó un proyector de gran resolución para exhibiciones de gran tamaño y una pantalla de 10,5 x 6 metros, mientras que en la sala de usos múltiples se instalará una pantalla moSin embargo, desde 2009 se acondicionó un torizada de 2,30 x 4,30 metros. buen espacio de ese edificio Rialto para que funcionara la redacción del periódico Ciu- Por otro lado, el sistema de audio será podad CCS. Allí estuvieron decenas de perio- livalente, ya que va a funcionar para cine distas hasta mediados de este año teclean- digital, presentaciones multimedia y teatro. do, subiendo y bajando páginas desde la planta baja hasta el primer piso, y viceversa. Para la acústica arquitectónica se tomaron De ahí que las anécdotas siempre saldrán a en cuenta los diferentes usos de la sala, con flote. De hecho, estuvieron conviviendo du- el fin de que se acoplaran correctamente el rante un año con obreros, técnicos e inge- cine, la música en vivo, los conciertos y el nieros que estaban desde junio de 2012 en teatro. Es por esto que utilizaron madera, hierro, aluminio y aglomerados múltiples el proceso de rehabilitación integral. en los difusores laterales y techo, todo de Se espera que este cine tan reinaugurado manufactura venezolana. durante 96 años se convierta finalmente en el Cine Bolívar, la primera sala de proyec- En cuanto a la mecánica teatral, cuentan ciones de películas del país que llevará el con una tramoya de 20 barras contrapesadas manuales con un sistema de doble ponombre del Libertador. lea para iluminación teatral, cortinaje y uso Además, tendrá una capacidad de 679 buta- general. cas: 504 para que los cinéfilos puedan apreciar las mejores cintas cinematográficas y Sí, su diseño arquitectónico responde a los requerimientos de las salas de teatro y cine una sala múltiple con 175 puestos. de última generación para que los amantes Pero las novedades siguen: aparte de la ta- de estas artes cuenten, además, con espaquilla y el hall de acceso, contará con una cios para la degustación de un buen café, vitrina de exposición con las molduras que chocolate y diversos productos; incluso, el se encontraban en la boca del escenario, espacio se podrá utilizar para otras actividades culturales y reuniones. una cotufera y una tienda. Por supuesto, el Cine Bolívar contará con diseño de última tecnología en lo que tiene que ver con la acústica arquitectónica, mecánica teatral, iluminación, así como sistemas de audio y visualización unidos de manera armónica para que los asistentes cuenten con un espacio funcional y ade-

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Con la inversión de 60 millones de bolívares se espera que este revolucionario cine abra sus puertas este diciembre y, a partir de estas navidades, los caraqueños se apropien del espacio que estratégicamente queda en el hermoso y recuperado casco histórico de la ciudad.

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GASTRONOMÍA

PICHONES DE SIBARITA

acompañar una película con cotufas y vino POR KAY YAM HUNG FOTOGRAFÍA jONATHAN MENDOZA

Entre gustos y colores no han escrito los autores. Así dice el refrán y es por esto que las diversas actividades de entretenimiento de la ciudad varían para todos y todas, bien sean grandes o pequeños.

COMO EN CASA

Imagina ahora ver una película en el cine mientras estás acostado en un sillón (tan suave que te puedes quedar dormido) y que te traigan todo lo que ordenes. Bueno, así son los salones VIP. Son más cosAlgunas de esas tantas actividades que se tosos que las salas comunes pero, como pueden disfrutar son ir a una plaza o parque, digo, algo así de vez en cuando no hace reunirse con los amigos, hacer un poco de daño. ejercicio en las ciclovías o admirar el talento nacional en el teatro. Sin embargo, una de las No todas las salas de cine ofrecen estos sercosas que más me gusta hacer es ir al cine. vicios, así que les toca a ustedes buscar. Además, yo no voy a hacer publicidad gratis. Y es que ver una película en la gran pantalla es mucho más que lo que hacían nuestros La primera ventaja es que, al llegar, no hay abuelos(as), mirar desde el carro en los auto- gente en la cola y accedes a un salón de cines. Con las pantallas 3D, el sonido más so- espera con sillas y mesas. Allí puedes opfisticado y el confort de las salas VIP, ir al cine tar por una variedad de “combos” o platos hoy en día es una experiencia inimaginada. combinados.

En estos espacios VIP las opciones son: cotufas, refrescos, tequeños, perros calientes y una diversidad de chucherías a costo de barra normal. Sí, no hay novedad. Todo sabe igual y las cotufas están bien calentitas. No te creas que hay una larga lista de pasapalos o un buffet. ¡Nada de eso! Lo que sí está fuera de lo común -y se agradece- es la oferta de bebidas “espirituosas”: vinos y whisky. Eso sí, no les recomiendo el vino porque no es del todo óptimo. También es de agradecer que los chicos empleados en el establecimiento te lleven el pedido a la butaca. El precio de la entrada VIP es de Bs. 125. Efectivamente, es más costoso, pues el boleto general sale en Bs. 85 y la sala 3D en Bs. 95. La buena noticia es que existen las promociones:

RECETARIO DEL PELABOLA

Pelabola cinéfilo, pelabola con filo POR Malú Rengifo malurengifo@gmail.com

Conozco, aparte de mí, a muchos otros gurús de la pelazón de bola. Cada vez que nos reunimos compartimos datos nuevos para llevar una vida sabrosa y entretenida, aunque haya una pelazón. Intercambiamos semillas —y con ello incentivamos a la siembra—, compartimos los lugares más baratos donde vamos a comer, nos contamos las hazañas más grandiosas que hemos hecho pa’ ganarnos unos cobres, nos asociamos para tigres colectivos y quedamos como héroes si logramos compartir un rato con invitados, sin estar obligados al ayuno hasta que el dios de las mamazones nos perdone el pecado de la generosidad. Edición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS

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Calidad Precio Ambiente Atención

los lunes y jueves se puede disfrutar de este cómodo entretenimiento a mitad de precio.

el aquiles

¿Sabías que el antiguo Cine Urdaneta, ubicado en El Silencio, es ahora el Cine Aquiles Nazoa (recuperado por el Gobierno del Distrito Capital y la Alcaldía de Caracas)? Este es un espacio que no puedes dejar de visitar. Aunque no tiene un servicio VIP, la sala cuenta con 492 butacas y en ella se proyectan películas venezolanas, latinoamericanas y del mundo entero al módico precio de Bs. 15. Allí podrás encontrar variedad en dulcería criolla, jugos y helados nada desdeñables, a precios accesibles.

Hay pelabolas de todo tipo. A algunos les gustan los perros y te De paso, ahora a los cines les dio por poner puras películas 3D, que es enseñan a cuidar a tu mascota, para no tener que pagarle a un ma- más caro, y a mí eso me marea. ¿A ti te gusta esa vaina? tasanos por cortarle las garritas a Plutarco. —Me da igual. Es un gasto bobo. ¿Y haces pastelitos para ver la película? Hay pelabolas adictos a la lectura que intercambian o regalan sus novelas sin dolor. Esos nunca tienen cúmulos de polvo en —No. Hago torrejas con azúcar como las que venden en la playa. Eso los estantes. es para picar. Si cortas las masas en cuatro antes de freírlas te salen tremendos pasapalos. Hay pelabolas cinéfilos también, como mi hermana, Mafe Rengifo. —¿Y las cotufas? —Hola, Mafe.

—Esas también. Las hago en una olla a fuego bajo para que se cocinen todas sin quemarse. Cuando tengo flojera meto el maíz en una bolsa de pan con un clip de plástico y la meto al microondas por un minuto. Quedan como de dieta, sin aceite ni nada, pero otras veces se queman con todo y bolsa. Luego, les pongo sal.

—Hola, Malú. —¿Ves muchas películas?, ¿vas al cine muy seguido? —Sí veo burda, pero no voy al cine, eso es un poco ’e plata. Es más cómodo comprar la película quemada, más un paquete de maíz para cotufas, que te alcanza para varias veces, y unas masitas para hacer pastelitos, que es lo más caro. Ni con eso llegas a lo que valen dos entradas para el cine.

—Bueno. Un mensaje para nuestros compañeros pelabolas. —Mira, ahorita que mencionaste a los perritos: pon ahí que yo no he bañado a Stalin desde hace un poco de meses. Ahora tiene la piel más sana y no huele mal nunca.

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DIARIO

Días y Noches de Amor y de Guerra (I) POR Eduardo Galeano Ilustraciones ALFREDO RAJOY

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37 A partir de este número Épale CCS propone una variación en el contenido habitual de la sección: un diario literario. Al ofrecer esta obra por entregas, si bien acentuamos su estilo fragmentario, apostamos sobre todo al potencial narrativo de unos textos que, breves y francos como un puñetazo, pueden ser incluidos dentro del género del microcuento. Si el lector, en algún punto, llegara a echar en falta el contexto históricopolítico en el cual se inscribe, apele al sentido puro del relato y no quedará defraudado. Todo lo que aquí se cuenta, ocurrió. El autor lo escribe tal como lo guardó su memoria. Algunos nombres, pocos, han sido cambiados. Este libro está dedicado a Helena Villagra En la historia, como en la naturaleza, la podredumbre es el laboratorio de la vida. Carlos Marx

EL VIENTO EN LA CARA DEL PEREGRINO

BUENOS AIRES, MAYO DE 1975: EL PETRÓLEO ES UN Edda Armas me habló, en Caracas, del bis- TEMA FATAL abuelo. De lo poco que se sabía, porque la historia empezaba cuando él ya andaba cerca de los setenta años y vivía en un pueblito bien adentro de la comarca de Clarines. Además de viejo, pobre y enclenque, el bisabuelo era ciego. Y se casó, no se sabe cómo, con una muchacha de dieciséis.

1 Ayer apareció muerto, cerca de Ezeiza, un periodista de La Opinión. Se llamaba Jorge Money. Tenía los dedos quemados, las uñas arrancadas. En la redacción de la revista, Villar Araujo me pregunta, masticando la pipa:

Dos por tres se le escapaba. No ella: él. Se le escapaba y se iba hasta el camino. Ahí se aga- —¿Y? ¿Cuándo nos toca a nosotros? zapaba entre los árboles y esperaba un ruido de cascos o de ruedas. El ciego salía al cruce y Nos reímos. pedía que lo llevaran a cualquier parte. En la edición de Crisis; que está en la calle, heAsí lo imaginaba, ahora, la bisnieta: en ancas mos publicado la última parte del informe de de una mula, muerto de risa por los caminos, Villar sobre el petróleo en la Argentina. El aro sentado atrás de una carreta, envuelto en nu- tículo denuncia el estatuto colonial de los conbes de polvo y agitando, jubiloso, sus piernas tratos petroleros vigentes en el país y cuenta la de pajarito. historia del negocio con toda su tradición de infamia y crimen.

CIERRO LOS OJOS Y ESTOY EN MEDIO DEL MAR

Perdí varias cosas en Buenos Aires. Por el apuro o la mala suerte, nadie sabe adónde fueron a parar. Salí con un poco de ropa y un puñado de papeles. No me quejo. Con tantas personas perdidas, llorar por las cosas sería como faltarle el respeto al dolor. Vida gitana. Las cosas me acompañan y se van. Las tengo de noche, las pierdo de día. No estoy preso de las cosas; ellas no deciden nada.

“Cuando hay petróleo de por medio —escribe Villar— las muertes accidentales no existen”. En octubre de 1962 en un chalet de Bella Vista, Tibor Berény recibió tres balazos, desde ángulos diferentes y en distintas partes del cuerpo. Según el dictamen oficial, se trataba de un suicidio. Berény no era, sin embargo, un contorsionista sino un alto asesor de la Shell. Al parecer servía, también, agente doble o triple, a las empresas norteamericanas. Más reciente, de febrero de este año, es el cadáver de Adolfo Gavalli. Gavalli, que había sido dirigente gremial de los obreros petroleros, había caído en desgracia. La pérdida del poder le había mejorado la cabeza. Últimamente predicaba la nacionalización integral del petróleo. Tenía, sobre todo, bastante influencia en el área militar. Cuando lo cocinaron a tiros en Villa Soldati, llevaba en la mano un portafolios. El portafolios desapareció. Los diarios informaron que el portafolios estaba lleno de dinero. El robo era, pues, el móvil del crimen.

Cuando me separé de Graciela, dejé la casa de Montevideo intacta. Allí quedaron los caracoles cubanos y las espadas chinas, los tapices de Guatemala, los discos y los libros y todo lo demás. Llevarme algo hubiera sido una estafa. Todo eso era de ella, tiempo compartido, tiempo que agradezco; y me lancé al camino, hacia lo no sabido, limpio Villar vincula estos casos argentinos con otros y sin carga. asesinatos internacionales con olor a petróleo. La memoria guardará lo que valga la pena. La Y advierte en su artículo: “Si usted, lector, se memoria sabe de mí más que yo; y ella no pier- entera de que después de escribir estas líneas, al cruzar la calle, me aplastó un colectivo, piense de lo que merece ser salvado. mal y acertará”. Fiebre de mis adentros: las ciudades y la gente, desprendidos de la memoria, navegan hacia 2 mí: tierra donde nací, hijos que hice, hombres Novedades. Villar me espera en mi escritorio, muy sobresaltado. Alguien lo ha llamado por y mujeres que me aumentaron el alma. Caracas, 6 de octubre de 2013.

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38 teléfono y con voz nerviosa le ha dicho que el portafolios de Gavalli no contenía dinero sino documentos: —Nadie sabe qué documentos eran. Solamente yo lo sé. Y lo sé porque yo se los había dado. Tengo miedo. Quiero que usted también lo sepa, Villar. El portafolios contenía... —y en ese momento, clic, se cortó la comunicación. 3 Anoche Villar Araujo no llegó a dormir a su casa. 4 Revolvemos cielo y tierra. Los periodistas anuncian la huelga. Los diarios del interior no han aparecido hoy. El ministro ha prometido ocuparse personalmente del caso. La policía niega tener ninguna información. En la revista recibimos llamadas anónimas, con datos contradictorios. 5 Villar Araujo ha aparecido anoche, vivo, en una ruta vacía cerca de Ezeiza. Fue abandonado allí con otras cuatro personas. Ha estado dos días sin comer ni beber y con una capucha en la cabeza. Ha sido interrogado, entre otras cosas, sobre las fuentes de información de sus artículos. De esos hombres solo ha visto los zapatos. La Policía Federal difunde un comunicado sobre el asunto. Dice que Villar Araujo había sido detenido por error.

HACE DIEZ AÑOS, YO ASISTÍ AL ENSAYO GENERAL DE ESTA OBRA

1 ¿Cuántos hombres serán arrancados de sus casas, esta noche, y arrojados a los baldíos con unos cuantos agujeros en la espalda? ¿Cuántos serán mutilados, volados, quemados? El terror sale de las sombras, actúa y vuelve a la oscuridad. Los ojos enrojecidos en la cara de una mujer, una silla vacía, una puerta hecha astillas, alguien que no regresará: Guatemala 1967, Argentina 1977. Aquel había sido oficialmente declarado “el año de la paz” en Guatemala. Pero ya nadie Edición Número Cincuenta. Año 02. ÉPALE CCS

pescaba en la zona de Gualán, porque las redes atrapaban cuerpos humanos. Hoy la marea devuelve pedazos de hombres a las costas del Río de la Plata. Hace diez años, los cadáveres aparecían en las aguas del río Motagua o eran descubiertos, al amanecer, en los barrancos o al borde de los caminos: esos rostros sin rasgos no serían identificados jamás. A las amenazas sucedían los secuestros, los atentados, las torturas, los asesinatos. La NOA (Nueva Organización Anticomunista), que proclamaba operar “junto al glorioso Ejército de Guatemala”, arrancaba la lengua y cortaba la mano izquierda de sus enemigos. La MANO (Movimiento Anticomunista Nacionalista Organizado), que funcionaba en la órbita de la policía, marcaba con cruces negras las puertas de los condenados.

mar ni mártires para velar. A los hombres se los traga la tierra y el Gobierno se lava las manos: no hay crímenes que denunciar ni explicaciones para dar. Cada muerto se muere varias veces y al final solo te queda, en el alma, una niebla de horror y de incertidumbre. 3 Pero fue Guatemala el primer laboratorio latinoamericano para la aplicación de la guerra sucia en gran escala. Hombres entrenados, orientados y armados por los Estados Unidos llevaron adelante el plan de exterminio. 1967 fue una larga noche de San Bartolomé.

La violencia había empezado, en Guatemala, años atrás, cuando un atardecer de junio de 1954, los aviones P-47 de Castillo Armas cubrieron el cielo. Luego las tierras fueron deEn el fondo del lago San Roque, en Córdoba, vueltas a la United Fruit y se aprobó un nuevo aparecen ahora cuerpos sumergidos con pie- Código del Petróleo traducido del inglés. dras, como encontraron los campesinos guatemaltecos, en las cercanías del volcán Pacaya, En la Argentina, Las Tres A (Alianza Antiun cementerio clandestino lleno de huesos y de comunista Argentina) hicieron su aparición cuerpos en descomposición. pública en octubre de 1973. Si en Guatemala se desencadenó la guerra sucia para aplastar 2 a sangre y fuego la reforma agraria y se mulEn las cámaras de tormento, los torturadores tiplicó luego para borrarla de la memoria de almuerzan ante sus víctimas. Los niños son los campesinos sin tierra, en la Argentina el interrogados sobre el paradero de sus padres; horror empezó cuando Juan Domingo Perón los padres, colgados y picaneados para que di- defraudó, desde el poder, las esperanzas que gan dónde están sus hijos. Crónica de cada día: había despertado, durante el largo exilio, en “Individuos vestidos de civil con los rostros cu- el llano. Humor negro de Buenos Aires: “El biertos por capuchas negras... Llegaron en cua- poder —dicen— es como un violín. Se toma tro automóviles Ford Falcon... Todos estaban con la izquierda y se toca con la derecha”. fuertemente armados, con pistolas, metralle- Después, al fin del verano del 76, los militares tas e Itakas... Los primeros efectivos policiales volvieron a la Casa Rosada. Ahora los salallegaron una hora después de la matanza”. Los rios valen la mitad. Se multiplican los despresos, arrancados de las cárceles, mueren en la ocupados. Están prohibidas las huelgas. Las ley de fuga o en batallas donde no hay heridos universidades regresan a la Edad Media. Las ni bajas del lado del Ejército. Humor negro de grandes empresas multinacionales han recuBuenos Aires: “Los argentinos —dicen— nos perado la distribución de combustibles, los dividimos en: aterrados, encerrados, enterra- depósitos bancarios, el comercio de la carne dos y desterrados”. La pena de muerte se incor- y los cereales. El nuevo Código Procesal perporó al Código Penal a mediados del 76; pero mite trasladar a tribunales de otros países los en el país se mata, todos los días sin proceso pleitos entre las empresas y la nación. Se deni sentencia. En su mayoría, son muertos sin roga la Ley de Inversiones Extranjeras: ahora cadáveres. La dictadura chilena no ha demora- pueden llevarse lo que quieran. do en imitar el exitoso procedimiento. Un solo fusilado puede desencadenar un escándalo En la Argentina se celebran ceremonias aztemundial: para miles de desaparecidos siempre cas. ¿A qué dios ciego se ofrece tanta sangre? queda el beneficio de la duda. Como en Guate- ¿Puede acaso imponerse este programa al momala, parientes y amigos realizan la peligrosa vimiento obrero mejor organizado de América peregrinación inútil, de prisión en prisión, de Latina sin pagar un precio de cinco cadáveres cuartel en cuartel, mientras los cuerpos se pu- por día?. dren en los montes y en los basurales. Técnica de las desapariciones: no hay presos que recla- Continúa próxima semana Caracas, 6 de octubre de 2013.


2

1

4

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Que Harten, Símbolo Lengua Lije, Apócope Pasta de empala- Oferta, químico oficial de impiden, que es- de mamá almendras barata Laos guen y nueces suavice del osmio torban Labráis, surcáis

Biela, cigüeñal Figura 1

Cochino de monte (pl.)

Rabia, furia (inv.)

Figura 3 Madera, tronco

Figura 5 Pez acantopterigio (pl.)

Antes de meridiano

Natural de Libia

Número para red

Elevó

Memoria

Figura 6

Cortapico Vocal repetida

Paño, manto

Repetición de un sonido

Suf. que aumenta Polo magnético

Madure, envejezca

Figura 4

5

Lago de Pirineos Inscripción

Emite

Estampa, grabado

Artículo neutro

Farolas, focos Cuero para tener la cola del caballo

Techa, cubre

Mezcla, combina

Que no cree (inv.) Figura central

Mezcla de harina de trigo

Sustraiga, quite (inv.)

6

Degluté, Sociedad Acusona, tragué Anónima delatora (inv.) Montón de paja (pl.)

Junte

Nota musical

Risa

Contracción

Emplea

Carbón encendido

Problemas

Cerilla, lucerna

Apolilla, gasta (inv.) Long play (s.)

Dí a luz

Grifo, válvula Unidentified Flying Object (s.)

Altar, retablo

Letra “B”

Voz militar

Hilos torcidos

New Eco. Policy

Univers. Bicent. de Aragua

Flamea, serpentea

Cubren el suelo con piedras, lajas

Sacrificio orisha

Alondras, cogujadas

Brasas, lumbres

Voz para expresar asco

Estado venezolano de los Llanos

En en inglés Carta de la baraja

Patada de bestia

Escorpión Letra “G”

Mil millones de años

Negación

Apócope de santo

Figura 2 Madero entre largueros de puertas

Voz para calmar las caballerías

C A R U A C H

LA RANA PLATANERA

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P L E G A

M A D U R A R T O S O O C

POR NATALY SANOJA

Hermano, de Marcel Rasquin

SOLUCIÓN DEL ANTERIOR

“La vida siempre nos va a caer a goles, por eso es que todos los días tenemos que levantarnos convencidos de que el juego va cero a cero”

F L U O R

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laranaplatanera2012@gmail.com

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CUENTOS DEL ARAÑERO

Orfeón universitario POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIón MELANY PÉREZ

El 3 de septiembre de 1976, siempre lo recuerdo porque perdí varios amigos, varias amigas, una de ellas muy querida, compañera de bachillerato, de esa edad tan bonita de los 15, de los 16. Era Coromoto Linares Pinzón, de la muy linda ciudad de Barinas, por aquellos años 69, 70, 71. Era el 3 de septiembre de 1976, día que cayó aquel avión venezolano de la Fuerza Aérea en Las Azores. Ahí se fue todo nuestro Orfeón Universitario, con su director y con sus voces. No hay 3 de septiembre que no recuerde esa tragedia. Nos habíamos visto semanas antes con un grupo de amigos que cantaba en el Orfeón, con algunos de ellos hacíamos reflexiones políticas. Coromoto estudiaba Farmacia, estaba ya por graduarse, era de ese grupo de allá, de Cheo Rodríguez. Morela era su hermana mayor, su padre Abraham —el poeta Linares—, su madre, allá en su casa de la avenida Mérida, donde íbamos a estudiar Matemática, Historia. A veces amanecíamos estudiando, sobre todo en tiempos de julio, para los exámenes finales. Eran los días de aquella película Las fresas de la amargura. Recuerdo que con Coromoto fuimos una vez a ver una película en el cine Verdi: era una de las primeras películas con Charles Bronson. A ambos nos gustaban mucho las de Charles Bronson. Alguien detrás de la puerta, Visitantes en la noche. Vaya mi sentimiento y mi recuerdo desde el alma y la de todos nosotros a las voces que no se fueron. Se quedaron cantando con nosotros el Orfeón Universitario y su director, el maestro Vinicio Adames. Ese septiembre de 1976 recuerdo que veníamos muy alegres de San Cristóbal con el teniente Arleo Espinoza, manejando un Camaro “envenenado”. Éramos subtenientes; habíamos jugado beisbol en San Cristóbal. El batallón de Barinas ganó el campeonato de beisbol de San Cristóbal, de todos los batallones de la División de Infantería. Veníamos de allá, y yo: “Arleo, no corras tanto que está lloviendo”. “No, que este es un Camaro cauchos anchos”. Agarramos una curva a mitad de camino entre San Cristóbal y Barinas y, de repente, nos conseguimos una laguna. ¿El Camaro? ¡Mentira!, ¡qué cauchos anchos ni qué nada! Nos encunetamos, recuerdo que dijo Arleo: “¡Cónchale, otra vez!”. “¿No te dije que no corrieras tanto, Arleo?”. Veníamos todavía con el uniforme de beisbol del batallón Cedeño de Cazadores, y el radiador roto.

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Nunca se me olvidará que me paré en la carretera y le digo: “Quédate aquí, ¿tienes la pistola?, yo me llevo la mía. Voy hasta el batallón a buscar la grúa”. Estaba como a una hora de Barinas, así que empezamos a parar la cola. Se detuvo un señor de Barinas en una camionetica; me conocía. “Chávez, ¿qué tal?”. “Arleo, cuídate, yo vengo con la grúa”. Íbamos hablando el señor, la familia, y él prende la radio, Radio Barinas: “Última hora. Un avión cayó en Las Azores”, y dan la lista de los muertos, Coromoto Linares. “¡Ay, ay, no puede ser, Dios mío!”, entre tantos dolores en un accidente aéreo en la isla Terceira del archipiélago de Las Azores, Portugal, murieron los muchachos. Las causas reales del drama jamás fueron plenamente reveladas. Contó el gobernador de Las Azores que había mal tiempo y los muchachos tenían que hacer una escala allí. Era un Hércules de la Fuerza Aérea. El piloto se equivocó de isla. Tenía que aterrizar en Santa María, que es la pista internacional donde siempre aterriza el “Camastrón”. Se fueron a la otra isla que está más allá, con una pista pequeña y no pudieron. Se metieron contra la oscuridad que se los llevó. Un recuerdo, pues, para los muchachos. ¡Viva el Orfeón Universitario!

Caracas, 6 de octubre de 2013.




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