A mediados de la década de los ochentas, un conjunto de autores (Edgardo Ovando, Alberto Parry, Tristan Louisoder, entre algunos)se agruparon bajo el alero del Taller de Poesía Macul, dirigido por Rosa Cruchaga de Walker, se reunen en busca de la imperfeccion del verso, pero con la certeza de la juventud para intentar el cambio. Cada uno de estos poetas, representa un universo particular, que sin duda, no busca ajustarse a los cánones establecidos, sino transformarlos.