El material curricular posee unas dimensiones muy adecuadas para llevar a cabo tanto trabajos gráficos como plásticos, y una didáctica elaborada con un criterio eminentemente práctico. Su claridad y rigor, sencillez y variedad, cautivan desde el primer momento, haciendo flexible su utilización al ofrecer libertad de enfoque para el profesor y facilitar la adaptación a las necesidades del grupo.