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CULTURA

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CENAS CLANDESTINAS CITAS A CIEGASS PARA EL PALADAR

CRISTINA ROSARIO | DIRECTORA CALIDAD REVISTA BOHÍO

Lo clandestino tiende a relacionarse con lo que está fuera de la ley y precisamentela modalidad de cenas clandestinas, aunque no violenta ninguna norma, sí elude la experiencia de una velada que excluye lo convencional de un restaurante.

Son variadas las teorías de los orígenes de esta tendencia. Algunos aseguran que se inspira en las tabernas improvisadas durante la ley seca en Estados Unidos, a las que se accedía con contraseñas. Otros proponen que la idea se tomó de los paladares cubanos en los que una familia ofrece a pocas personas una auténtica comida casera en su propio hogar.

También se cree que nació en Europa a raíz de que chefs desempleados instalaran espacios itinerantes para compartir su arte culinario a un número reducido de comensales. Incluso, se ha llegado a decir que es una revelación de chefs hastiados de las burocracias y la impersonalización del esquema tradicional de restaurante.

De cualquier manera, estamos en presencia de una tendencia sin retorno, que forma parte del bucket list de los viajeros al visitar grandes urbes como París, Berlín, Barcelona, Madrid, Nueva York, Ciudad de México, Santiago de Chile, Bogotá y Buenos Aires.

Entonces, ¿dónde está el enigma?

El misterio está en todo. La publicación de esta clase de cena underground tiende a hacerse 24 horas antes de su realización a través de redes y plataformas donde informan el proceso de reserva. El pago se hace por adelantado. La capacidad de asistentes puede ir de 10 a 30 personas; es decir, vamos a compartir con completos extraños una tertulia diferente.

La ubicación se anuncia tan pronto se confirme su reserva u horas antes del inicio pautado. Los escenarios donde se celebran pueden ser tan recónditos como marquesinas, patios traseros, fábricas abandonadas, techos de edificios, callejones sin salida, sótanos, hasta lugares que de día funcionan normalmente como galerías de arte, museos, lavanderías, bodegas…

El menú o la temática se conoce una vez arribe al lugar. Para evitar sorpresas desagradables puede ser que le proporcionen una breve encuesta para determinar sus restricciones alimenticias. Se exige puntualidad a los participantes, pues toda la dinámica está pensada para una experiencia simultánea con un servicio de alta calidad.

Modalidades

Han surgido varias corrientes de colectivos culinarios que incorporan este formato, con la particularidad de que la ubicación es permanente. Ofrecen este tipo de vivencia una o dos veces por semana. En Bogotá, por ejemplo, sobresale el salón de experiencias gastronómicas Oculto, dirigido por el reconocido chef colombiano David Orozco, que durante el año presenta una exquisita agenda, en la cual combina su veteranía con homólogos paisanos y extranjeros. (IG: @oculto_bog)

Otras referencias

En Medellín puede seguir la cuenta de O’culto en Instagram (@ocultococina) para verificar si su visita coincide con unas de sus aclamadas cenas. De igual forma, consulte en Bogotá las cuentas de dos de los favoritos: el chef Jorge Iván Castro (@castrococina), unos de los propulsores de esta modalidad que en sus inicios utilizaba su casa para semejante tipo de eventos, y @detalmadre. Hay muchas más opciones que puede constatar en www.houspoon.com.

En Chile los colectivos Pilao Escuela de Cocina (@pilaoescuela) y Chancha Javali (chanchajavali.com) son referentes obligatorios. En Europa existe un sinfín de opciones. En su sección de experiencias, la plataforma Airbnb ofrece innumerables alternativas para estos supper clubs (clubes de cena). Por ejemplo, en Madrid y Barcelona aparece letsdrunch.com, que ostenta una calificación de cinco estrellas, según los usuarios.

Tal vez sea el drama, el morbo por lo desconocido, el aumento del acervo culinario o la combinación de todo lo anterior, pero en definitiva las cenas clandestinas son un banquete para degustar con todos los sentidos.

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