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Qué es la bodichita?
ningún placer. No hay objeto material, ni joya, ni logro con el que compararla pues, a su lado, todo lo demás carece de valor.
Necesitamos empezar a desarrollar esta mente ahora mismo, en este preciso momento, pues no sabemos de cuánto tiempo disponemos antes de abandonar este cuerpo y tomar otro. Y a menos que podamos llevarnos la mente de la bodichita a la próxima vida, no hay forma de saber cuándo tendremos de nuevo la oportunidad para intentar desarrollarla, y mucho menos actualizarla.
¿QUÉ ES LA BODICHITA?
La bodichita es una mente increíble. Es el pensamiento de beneficiar a todos los seres errantes sin excepción, sin excluir a un solo ser infernal, a un solo espíritu hambriento, a un solo animal, a un solo ser humano, a un solo semidiós o a un solo dios.3 Es el pensamiento de beneficiar a cada uno de los seres sobre la tierra, bajo tierra, en el mar, en el aire; a cada hormiga en cada montaña, a cada pez en cada océano, a cada pájaro e insecto en cada campo, a cada ser errante en cada uno de los seis reinos.
Bodichita es una palabra sánscrita que significa mente de la iluminación o mente despierta: bodi significa “despierto” o “despertar”, y chita significa “mente”. El tibetano para bodichita es jangchup sem: jang, significa “eliminación”, —la destrucción de todos los oscurecimientos burdos y sutiles—; chup, significa “desarrollo” —el desarrollo completo o el perfeccionamiento de todas las cualidades positivas o de todos los logros espirituales—; y sem significa “mente”. Esta mente que hace espontáneamente todo lo posible por alcanzar la iluminación completa trabaja infatigablemente única y exclusivamente para el beneficio de todos los seres vivos. La persona dotada de una mente tan valiosa recibe el nombre de bodisatva.
No obstante, antes de actualizar esa mente altruista espontánea, necesitamos confiar en el razonamiento para poder inducir ese estado. Este primer tipo de bodichita recibe el nombre de bodichita con
esfuerzo o bodichita fabricada. Cuando el deseo de la iluminación se manifiesta en todo momento de manera espontánea y sin artificios, hacemos alusión a la bodichita sin esfuerzo o no-fabricada.
La bodichita con esfuerzo se basa en el razonamiento, utilizando la lógica y las citas de las escrituras para reforzar nuestro deseo de beneficiar a los demás. Comprendemos lógicamente todos los argumentos, y durante el periodo de meditación sentimos que debemos alcanzar la iluminación para el bien de todos los seres. Pero ese estado mental aún no está integrado y lo abandonamos cuando dejamos de analizar las razones o de meditar en ello. Sin depender del razonamiento, no somos todavía capaces de transformar nuestra mente en una totalmente altruista. Por eso, la bodichita con esfuerzo se llama también bodichita fabricada o creada.
Por otro lado, la bodichita sin esfuerzo, sin fabricación o nocreada, no depende del razonamiento. Ya no tenemos que estar pensando que todos los seres sufren, que carecen de felicidad, que son incapaces de emerger de ese estado y que solo nosotros podemos ayudarles. Ese profundo deseo de ayudar está ahí de manera natural, sin necesidad de recurrir al razonamiento.
La bodichita con esfuerzo se compara con lamer la piel de la caña de azúcar. Al meditar en la bodichita a través del razonamiento, podemos sentir intensamente el sufrimiento de los seres errantes, —el sabor está ahí— pero una vez finalizada la meditación ese sentimiento se desvanece. Por otro lado, la verdadera mente de la bodichita, surgida de un adiestramiento continuo, es como lamer la propia pulpa de la caña de azúcar. Si bien es cierto que la piel puede contener algo de dulzor debido a la pulpa de su interior, lo que es realmente dulce, lo que es realmente delicioso, es la pulpa. Eso es lo que en realidad queremos saborear. Esta mente de la bodichita sin esfuerzo es preciosa, absolutamente maravillosa.
Para entender lo muy poderosa que es la bodichita, debemos saber que no solo estamos hablando de un sentimiento, como el amor o la compasión, sino de una mente principal, de una de las
seis conciencias principales. ¿Qué significa esto?
Nunca he leído un libro de psicología occidental en profundidad pero hace muchos años, me ofrecieron lo que se suponía era un libro muy bueno sobre la mente. Aunque estuve ojeándolo, no pude encontrar una definición clara y concisa de la mente. Hablaba con todo detalle de cosas relacionadas con la mente, pero decía muy poco sobre lo que realmente es. Sin embargo, en los monasterios tibetanos, estudiamos la mente desde muy temprana edad. Todo lo que nos enseñan en un monasterio tiene por objetivo llevarnos a la liberación y a la iluminación, por lo que se considera sumamente importante conocer exactamente lo que es la mente de cara a poder transformarla de su estado engañado a uno perfecto. Así como se necesita saber todo sobre el ordenador para luego poder montar y programar ordenadores, también nosotros necesitamos saber todo sobre la mente.
Tenemos un cuerpo y una mente. El cuerpo tiene color y forma, mientras que la mente carece de color y de forma. La naturaleza de la mente goza de claridad y de percepción y, al igual que un espejo libre de polvo, tiene el poder de reflejar los objetos de los sentidos. Dentro de la mente hay muchas mentes diferentes, divididas en conciencias principales o primarias y factores mentales secundarios. Las conciencias principales son seis: una percepción directa para cada uno de los cinco sentidos: ver, oír, oler, saborear y tocar, y una percepción directa para la mente. La conciencia principal percibe el objeto directamente, sin añadidos ni superposición alguna. Es como el jefe. Los factores mentales, las mentes que acompañan a cada una de las conciencias principales, son como los empleados que trabajan para el jefe. Tradicionalmente, los factores mentales son cincuenta y uno y se dividen en diferentes tipos: mentes positivas como el amor; engaños como el enfado y el orgullo; y factores mentales cambiantes, es decir, mentes que pueden ser tanto positivas como negativas, por ejemplo el dormir.4
La llamada mente de la bodichita se compone de dos aspiraciones: el deseo de liberar a todos los seres sentientes del sufri-
miento y el deseo de alcanzar la iluminación para llevar a cabo dicho propósito. Pero la bodichita no es un factor mental, sino una conciencia principal acompañada de estas dos intenciones. Pensar en el sufrimiento de todos los seres y generar el deseo de liberarles forma parte del pensamiento conceptual, lo mismo que desarrollar el deseo de alcanzar la iluminación para poder hacerlo. Sin embargo, la verdadera mente de la bodichita es espontánea, un estado mental más allá del razonamiento; algo que sentimos desde el corazón. Es la bodichita sin esfuerzo.
Esta es la mente a la que debemos aspirar. Practicar el darma solo en el cojín de meditación no funciona, y tampoco pasamos tanto tiempo meditando. La mayor parte de nuestro día se nos va en actividades mundanas como comer, dormir, y demás, así que si solo acumulamos virtud durante el breve tiempo que nos sentamos a meditar, poco progresaremos. Por lo tanto, necesitamos integrar nuestra práctica del darma en nuestra vida diaria a fin de que cada segundo sea del mayor beneficio para todos los seres. Con la bodichita jamás hay confusión; vemos lo que es más beneficioso y lo llevamos a cabo de forma natural y espontánea. Lo que decidamos hacer es solo para el beneficio de los demás, nunca para nuestro propio beneficio. Ese deseo está ahí, no importa lo que estemos haciendo. Cualquiera que sea la actividad, nuestro corazón desea constantemente, espontáneamente, alcanzar la iluminación para todos los seres. Es más, asumimos personalmente la responsabilidad de llevarlo a cabo.
Esta mente se compara con los sentimientos de una madre para con su amado hijo cuando está enfermo. La madre ama tanto a su niño que le considera lo más precioso del mundo. Cuando está enfermo, independientemente de cualquier otra cosa que ella haga —lavarse, cocinar, ir de compras y demás— no hay un segundo en el que no esté deseando que su hijo se libere de la enfermedad.
Supongamos que los miembros de una familia, durante un picnic, ven cómo el más pequeño cae al fuego. Mientras los otros familiares permanecen conmocionados —sin poder hacer nada para salvarlo— la madre, sin pensárselo dos veces,