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La importancia de la bodichita

se lanza al fuego y lo rescata. No lo duda, no piensa ni por un segundo en su propia seguridad; ella tiene que salvar a su precioso niño. Esta es la actitud que mantenemos hacia todos los seres sentientes, esta determinación absoluta de liberarlos a todos y conducirlos a la iluminación.

Este sentimiento hacia todos los seres errantes surge de una reflexión previa sobre lo insoportable que nos resulta estar atrapados en el ciclo interminable de sufrimiento llamado samsara, sobre cómo la existencia cíclica no es más que sufrimiento. Al darnos cuenta de lo repugnante y aterrador que es el samsara, queremos liberarnos de él inmediatamente. Pero entonces vemos que todos los demás seres están sufriendo de la misma manera y que ellos también desean liberarse del sufrimiento. Desde aquí, surge un sentimiento espontáneo de responsabilidad hacia todos los seres, la actitud especial que precede a la bodichita.

LA IMPORTANCIA DE LA BODICHITA

Los grandes maestros budistas, como el lama Tsongkapa,5 explican que la bodichita es el corazón del budismo del mahayana. Si vivimos con bondad amorosa con compasión, con el precioso pensamiento de la iluminación, estaremos practicando la esencia del mahayana. El propósito de todo cuanto hacemos en el budismo del mahayana es desarrollar el buen corazón, así que todo lo que hagamos que favorezca su consecución nos ayuda en el camino a la iluminación. Y si es así, toda la felicidad temporal y última y todos los logros espirituales llegarán sin dificultad, sin apenas esfuerzo.

Por eso es sumamente útil generar la motivación de la bodichita al comenzar cualquier actividad, ya sea sentarnos a meditar o la acción cotidiana de conducir al trabajo. Debemos comprobar todo lo que hacemos para ver si nuestras acciones son beneficiosas o perjudiciales, cultivando las primeras y abandonando las últimas. Si estamos a punto de realizar una acción negativa, por pequeña que sea, debemos pensar que no nos reportará ningún beneficio sino solo sufrimiento,

y decidir no realizarla. Entonces, podemos transformar nuestra mente en el pensamiento amoroso y compasivo de la iluminación. Así es como adiestramos nuestra mente, asegurándonos de que nuestros actos, libres del pensamiento egoísta, sean solo de beneficio para los demás y nos acerquen al estado iluminado.

Para ello, evidentemente, necesitamos comprender que lo único que es suficientemente bueno es la felicidad última de la iluminación y que, por tanto, debemos renunciar a la totalidad del samsara, lo que hacemos al ver que su naturaleza es sufrimiento. Esto implica tener una comprensión sólida de todos los temas elementales del camino, como el renacimiento humano perfecto, el karma, la transitoriedad y la muerte, etc.

Además, las mentes del amor incondicional y la compasión son esenciales para nuestra felicidad y la de todos los demás seres. Desarrollar compasión hacia los demás, tanto si se trata de un solo ser sentiente o de innumerables seres, es el camino que nos conduce hasta allí. De hecho, es el corazón de todo el darma del Buda: de las enseñanzas del hinayana y, dentro del mahayana, de las enseñanzas del paramitayana y de las enseñanzas secretas del vajrayana.6

El vinaya —las enseñanzas sobre la disciplina ética y los votos— señala que lo que diferencia el budismo de las otras religiones es el énfasis en la compasión por todos los demás seres. Así pues, la compasión es el centro de todo el darma del Buda y, sin duda, el corazón del mahayana, porque sin compasión y sin amor incondicional es imposible transformar la mente en bodichita. Y sin bodichita no podemos obtener los logros superiores ni tampoco destruir por completo los oscurecimientos perturbadores del pensamiento y los oscurecimientos más sutiles del conocimiento, que nos impiden el logro de la iluminación completa.7

Por lo tanto, sentir compasión incluso unos pocos segundos cuando vemos a dos insectos peleándose, es parte de nuestro camino; nos acerca un poco más a la iluminación. Cuanto más fuerte es la compasión que generamos, más se purifican las negatividades en

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