REVISTA LATINOAMERICANA DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
Universos
múltiples
en la ficción juvenil 2018
Zona Libre: veinte años de narrativa juvenil en América Latina Los ojos del perro siberiano: un clásico que ha cautivado a más de un millón de lectores
01 Editorial LIBRE, 02 ZONA veinte años de narrativa juvenil en América Latina por Fanuel Hanán Díaz
polémicos en la literatura juvenil 04 Temas por Lizbeth Alvarado Antonio Santa Ana y Lygia Bojunga 06 Entrevista: por Laura Leibiker y Fanuel Hanán Díaz la violencia aparece en los libros 08 Cuando por Laura Leibiker Paula Bombara y Sandra Siemens 10 Entrevista: por Laura Leibiker literatura juvenil y la importancia de sentir 12 La por Jessica Rodríguez
Número 19
María Fernanda Heredia y Albeiro 14 Entrevista: Echavarría por Jessica Rodríguez y Jael Stella Gómez
Editor Fanuel Hanán Díaz fdiaz@edicionesnorma.com Consejo editorial Laura Leibiker • Argentina Jael Stella Gómez • Colombia Nancy Ceballos • Colombia Lorenza Estandía • México Jéssica Rodríguez • Perú Ilustraciones Santiago Caruso Diseño y Diagramación Alejandra Sierra • Colombia
monstruo sin nombre: 16 Eldeconstrucción de la personalidad en tres novelas para jóvenes
por Jael Stella Gómez
Yolanda Reyes y Pedro Badrán 18 Entrevista: por Fanuel Hanán Díaz y Jael Stella Gómez mirada crítica en la literatura juvenil 20 La por Jessica Rodríguez Javier Arévalo y Jaime A. Sandoval 22 Entrevista: por Jessica Rodríguez, Lorenza Estandía y Lizbeth Alvarado fantástico y el suspenso en la literatura juvenil 24 Lo por Laura Leibiker Sergio Aguirre y Martín Blasco 26 Entrevista: por Laura Leibiker Norma de Literatura Infantil y Juvenil: 28 Premio mosaico de creadores de América Latina
Marcas y signos distintivos que contienen la denominación “N”/Norma/Carvajal ® bajo licencia de Grupo Carvajal (Colombia). Impresión Abril de 2018 Depósito legal ISSN: 1690-5733
por Lorenza Estandía
Cecilia Velasco y Jorge Saldaña 30 Entrevista: por Lorenza Estandía y Lizbeth Alvarado Juan C. Quezadas y María García 31 Entrevista: por Lorenza Estandía y Lizbeth Alvarado
32 Los ojos del perro siberiano
EDITORIAL La narrativa juvenil latinoamericana está de fiesta. Este año se cumplen veinte años de la colección Zona Libre, pionera en el desarrollo de una propuesta editorial para jóvenes en el continente, especialmente desarrollada por escritores locales que se han profesionalizado en el oficio de escribir para este público.
transformación. Diferentes aproximaciones desde géneros y temas permiten tejer a partir de estos hilos reflexiones valiosas que le dan un contexto a la narrativa juvenil latinoamericana. La ilustración de portada, del argentino Santiago Caruso, propone una inusual lectura, simbólica, profunda e incluso mística de lo que implica la ficción y el acto sagrado de crear. Desde lejos parece una mano que porta elementos simbólicos, una corona, una llave, un pez, una espada… Quizás figuraciones que se convierten en impactantes imágenes de la lectura, en su dimensión mágica, poderosa, líquida o reveladora. Pero si miramos de cerca y recorremos esta propuesta visual, nos sorprende encontrar, como en las pinturas de Arcimboldo, nuevas figuras que remiten a otras interpretaciones: con un libro como centro y distintos animales del agua, del aire, de la tierra, de la noche… se van entramando en un juego de raíces que se conectan con esa fuente primigenia e insondable de la creatividad.
Este número de la revista Barataria ofrece un pretexto oportuno para conversar más extensamente sobre algunos tópicos relacionados con la literatura juvenil y conocer autores representativos de América Latina. Temas como el crecimiento, el amor, la amistad, el conflicto, la crítica social y lo fantástico se despliegan con distintos matices en un cuerpo literario de gran personalidad, que da vida a una narrativa juvenil distinta de la oferta comercial. Por su conexión con una potente tradición literaria, diversos artículos en esta revista hacen visible un panorama de los principales contenidos y esquemas de esta literatura. Visión que se complementa con la opinión de creadores que desde el proceso de escritura comparten pistas sobre cómo se construye la ficción y los aportes que la lectura le han dado a este ejercicio.
Como una feliz coincidencia, este año la obra ganadora del Premio Norma es la novela juvenil Koi, del argentino Ezequiel Dellutri. En ella, una chica se entera, luego de la muerte de su padre, de que tiene un hermano... un niño autista. Esta historia, de estructura sencilla y lenguaje poético, va hilvanando poco a poco cómo se teje la relación entre dos seres tan distintos, que tienen como espacio simbólico de encuentro el silencio, la música y la paciente observación de los elegantes peces Koi en una pecera.
Las respuestas lectoras y la definición del género son preocupaciones que alimentan ideas en torno a esta experiencia, la de escribir historias con valor estético que encuentren eco en los lectores y que puedan propiciar encuentros con otros libros e invitaciones a otros territorios de ficción. Muchas reflexiones se tejen en esta páginas a partir de asuntos medulares que confirman una vez más la fuerza de las palabras y sus resonancias.
A todos los lectores de este número de la revista, Universos múltiples de la ficción para jóvenes, los invitamos a disfrutar de un heterogéneo y fundamentado conjunto de artículos y entrevistas, que apenas trazan algunos caminos que servirán para recorrer un inmenso y prometedor territorio literario.
Uno de los motivos más recurrentes en la narrativa juvenil de todos los tiempos es el viaje, no solo como desplazamiento, sino como metáfora de otras búsquedas. También el crecimiento, como el tránsito hacia la adultez, como aprendizaje y como
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ZONA LIBRE,
Veinte años de narrativa juvenil en América Latina Narrativa juvenil en ciernes
Barataria
Hace veinte años aún no existía un perfil claro del lector juvenil y la oferta de lectura destinada para este público era escasa. Muchos libros para jóvenes provenían de la cantera de los clásicos o aquellos de las colecciones infantiles que planteaban temas de crecimiento o demandaban ejercicios lectores más complejos.
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Sin embargo, porque ya estaba madura una generación de lectores que había crecido con una oferta interesante de libros, en el sector comienzan a escucharse fuertemente las demandas por una literatura más acorde con un público juvenil. Obras que hablaran sobre temas que pudieran ser de su interés, de problemáticas más actuales y controversiales como los conflictos intergeneracionales, la búsqueda de identidad, la experimentación de emociones fuertes, la sexualidad y la inserción en un grupo, entre otros. Para el momento en que surge la idea de construir una opción ajustada a esta demanda, muy pocos autores latinoamericanos se habían profesionalizado en esta literatura y los escasos libros juveniles que circulaban en la región provenían principalmente de traducciones que se hacían de autores de otras latitudes donde esta narrativa ya había despuntado. Por eso, Editorial Norma da un paso de gigante cuando crea Zona Libre en 1998, una colección de narrativa juvenil pionera y hoy en día la más representativa de esta literatura en América Latina.
Un espacio para la libertad Las primeras reflexiones que se tejieron para crear la colección provinieron de los mismos lectores y mediadores: la necesidad de disponer de una serie de libros que hablaran abiertamente de temas álgidos, que mostraran la realidad latinoamericana y de otras latitudes, que pudieran ofrecer historias que presentaran la perspectiva juvenil y que ofrecieran formatos más llamativos y cercanos. Surge la imagen de encontrar un espacio donde se sintieran libres, sin restricciones de temas o contenidos… Así nace el nombre de la colección ZONA LIBRE. 2
El espíritu latinoamericano que anima este conjunto de libros ha hecho posible que muchos autores de distintos países dialoguen en un mismo espacio, por lo que lectores juveniles de todo el continente han tenido la oportunidad de compartir distintas voces y distintas maneras como el español se expresa. Miles de libros han circulado de un país a otro, generando así un dinámico intercambio cultural y lingüístico que ha conectado a jóvenes con realidades distintas dentro de un extenso territorio con una herencia compartida. Además, autores reconocidos en otras latitudes han abierto la puerta a la mejor literatura juvenil de valor internacional.
Esta necesidad de abrir un nicho juvenil, se consolidó con el apoyo de la fuerza comercial y la visita a ferias internacionales para determinar tendencias en este sector editorial. Se alentó, así, la decisión de reunir un conjunto de novelas que tocaran la realidad social y emocional de los lectores. Para engrosar este conjunto se decidió incluir libros que ya existían en el fondo y explorar para encontrar las primeras obras que respondieran a este prospecto editorial. En la colección Torre de Papel, creada en 1990, ya existía la Torre Verde que apuntaba a los lectores adolescentes. Sin embargo, no era suficiente con tomar de allí libros como El maestro de las marionetas de Katherine Paterson y Por favor vuelve a casa de Cristine Nöstlinger que, ciertamente, por la intensidad de sus argumentos, atraían a lectores más experimentados. Para fortalecer el nacimiento de Zona Libre fue importante contar con novelas que consolidaron el contorno lector que se estaba creando. Libros como Ojos de perro siberiano, del argentino Antonio Santa Ana que aborda tempranamente un tema de actualidad en ese momento, el tema del sida, con un lenguaje limpio y directo; La venganza de la vaca del argentino Sergio Aguirre que crea una situación de suspenso alrededor de un grupo de jóvenes que esperan un desenlace; y Cambio de voz, de la colombiana Irene Vasco, colección de cuentos con pinceladas costumbristas y elementos del absurdo, fueron las primeras novelas que nacieron con Zona Libre.
La significativa apuesta de esta colección por formar lectores de esta generación ha sido avalada por el reconocimiento público en distintos países, como el premio ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina) a la mejor colección de literatura juvenil y la inclusión de muchos de sus títulos en las listas de libros recomendados por instituciones prestigiosas como el White Ravens de la Jugendbibliothek de Alemania y el premio de la Fundación Cuatrogatos de Miami. Puertas afuera, Zona Libre es también la colección insignia de la narrativa juvenil latinoamericana. Sin duda, Zona Libre ha dejado una profunda huella en el camino de muchos lectores, que reconocen en ella ese espacio honesto donde se les habla desde su perspectiva, donde se les permites explorar las inquietudes propias de su edad, en el que encuentran muchas veces respuestas y soluciones. En su trayectoria, esta colección también ha tenido una amplia aceptación entre mediadores, docentes y bibliotecarios, que encuentran en ella referentes seguros para su trabajo en las aulas y en las bibliotecas.
Desde las primeras ediciones, se sintió la necesidad de crear un entorno lector apropiado. En relación con lo gráfico se decidió no incluir ilustraciones y aumentar el tamaño de los libros para ampliar la superficie de la página en aras de una lectura más amable y se diseñaron tapas que se acercaran a la cultura visual de este público. Desde el punto de vista editorial se propició el desarrollo de capítulos cortos y cargas de tensión que permitieran una experiencia ágil de lectura.
En un mundo de cambios permanentes y vertiginosos, Zona Libre ha logrado adaptarse a los nuevos perfiles para responder a las necesidades y demandas de las nuevas generaciones. Por eso, estamos seguros de que esta historia apenas comienza, que durante estos veinte años se ha construido un sólido escenario para que muchas historias cobren vida en la imaginación de los lectores y dejen marcas imborrables en sus corazones.
Una historia que apenas comienza En dos décadas de existencia, Zona Libre ha delineado una parte del mapa lector de América Latina. Los escritores más importantes de narrativa juvenil han encontrado en esta colección una plataforma para proyectar su trabajo creativo y otros escritores han encontrado aquí una valiosa oportunidad para profesionalizarse en esta literatura.
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Por Lizbeth Alvarado
Temas polémicos en la literatura juvenil Barataria
En la literatura, como en otros ámbitos de la cultura, siempre ha habido temas difíciles o conflictivos que son restringidos a ciertos lectores. La literatura juvenil no ha estado exenta de prohibiciones. De hecho, algunos libros emblemáticos han sido censurados por su tema en algún momento.
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Alicia en el país de las maravillas de Lewis Caroll, 1865, se prohibió en China en 1931 porque el hecho de que los animales hablaran se consideraba insultante para los lectores; Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain, 1885, fue prohibida desde su publicación en las aulas y bibliotecas de todo Estados Unidos porque era considerada “vulgar” debido a la representación de los delincuentes de clase baja, igual que en su momento Las aventuras de Tom Sawyer, 1876, pero principalmente por sus comentarios racistas. Un mundo feliz de Aldous Huxley, 1932, se prohibió el año de su publicación en Irlanda y Australia por el contenido sexual explícito y su lenguaje ofensivo. En 2010, de nuevo fue censurada y llegó a ser uno de los tres libros que los norteamericanos más prohibieron. El lenguaje, el racismo, la sexualidad, las drogas son contenidos que justificaron dejar estos libros fuera del alcance del lector porque se quería, como expresa el autor Francisco Hinojosa: “... proteger la imaginación de los niños, sin tomar en cuenta que compartimos con ellos el mundo”, y agregaría que la de los jóvenes, a pesar de que esos asuntos forman parte del mundo en el que están inmersos y requieren elementos para saber cómo responder a ellos. Actualmente, por fortuna, algunos de estos libros se han convertido en clásicos. No obstante, sigue habiendo libros que, aunque no son censurados, contienen temas tabúes y por lo tanto son difíciles de acercar a los lectores. En muchos congresos de LIJ, la pertinencia de contenidos controversiales resulta un asunto recurrente y, con el paso del tiempo, se ha confirmado que muchos de estos libros son atractivos para los jóvenes y necesarios en la literatura juvenil. Pero sigue habiendo una brecha entre la teoría y la dinámica para que lleguen a las manos de los jóvenes. 4
Estudió ingeniería química en la UNAM y su pasión por la literatura la llevó a una maestría en edición por la Universidad de Barcelona, España. Desde hace 5 años trabaja para Norma. Inició como promotora, más tarde formó parte de asesoría pedagógica y a partir de 2015 en el área editorial de literatura infantil y juvenil.
¿Cuáles son los temas difíciles actualmente? La muerte, el sexo, la violencia, la diversidad de género, la identidad sexual, el suicidio, el abuso infantil, las enfermedades graves, los conflictos familiares severos, las diferentes estructuras de familia, la pobreza, las injusticias de todo tipo, las enfermedades mentales, etc. son considerados tópicos difíciles por la polémica que generan dentro y fuera del aula.
de los que se burlan de él porque su papá es peluquero y ponen en duda su masculinidad. En ambas novelas, la discriminación, el machismo y el acoso son tratados con sutileza. El desconocimiento que existe sobre ciertas enfermedades genera un prejuicio social que en muchos casos provoca discriminación a quienes la padecen; un claro ejemplo de ello se muestra en la novela Los ojos del perro Siberiano del autor Antonio Santa Ana, en la cual un adolescente descubre que su hermano mayor está enfermo de sida. Otro título es Melany. Historia de una anoréxica cuya protagonista cae enferma de anorexia; su autora, Dorothy Joan Harris, trata este tema con gran sensibilidad.
Es claro que las reservas que tienen los mediadores con este tipo de libros no son por cuestiones de comprensión de lectura, en este sentido los jóvenes pueden leerlos sin problemas. Entonces ¿qué es lo que los hace inadmisibles en el aula? Por un lado, porque las razones morales de los mediadores, padres de familia y docentes los conflictúa, además de no sentirse preparados para tocar estos contenidos con los jóvenes en el contexto del aula. Por otro lado, los mediadores son quienes finalmente determinan qué y cuándo publicar, sobre todo en el circuito escolar.
Hablar sobre el suicidio resulta difícil; en la literatura juvenil suele ser un tema frecuente; algunos libros de Zona Libre que lo exponen teniendo como origen el acoso escolar son El hombre de los pies-murciélago de la autora Sandra Siemens, que está narrado desde la óptica de la víctima. Otro título es La mosca. Acoso en las aulas de la autora Gemma Pasqual i Escrivá, el cual está narrado desde el punto de vista del acosador.
En nuestra colección Zona Libre, sin duda, hay títulos que abordan eventos crudos que son tratados con elegancia en la literatura y que podrían entrar dentro de esa etiqueta de temas difíciles. Libros que han logrado sortear los obstáculos para llegar a sus jóvenes lectores con éxito y contribuir a cerrar la brecha mencionada inicialmente. Libros con importante éxito de ventas, muestra palpable de la preferencia de los lectores.
Los libros de la autora Lygia Bojunga suelen tocar temas controversiales y perturbadores, uno de ellos es El abrazo, el cual relata la terrible experiencia de Cristina, quien es víctima de violación a los 8 años y guarda el secreto hasta su adolescencia. Dos obras de la autora argentina Paula Bombara son significativas para cerrar este breve recorrido. En La chica pájaro, cuyo tema central es la violencia contra la mujer, Mara, la protagonista, huye del ambiente hostil que hay en su casa para librarse del maltrato que sufre en su relación. En Sólo tres segundos, una adolescente lucha por superar la pérdida de su amiga y de un chico al que comenzaba a querer, pues ambos murieron en un accidente de tránsito. Esta novela plantea un tema difícil: las pérdidas en la adolescencia.
Es el caso de Bonsái, de la autora Christine Nöstlinger, que expone el tema de la identidad sexual y el sentido de pertenencia de los jóvenes desde el punto de vista de un chico que vive el conflicto del divorcio de sus padres. Otro libro que toca el tema de la identidad sexual es Las alas de la soledad de la autora Lucrecia Maldonado, cuya protagonista, Mina, encontrará en el club de poesía un espacio idóneo de expresión en donde conoce a un chico que le gusta y del que se enamora, cuando descubre que a él no le atraen las mujeres.
En conclusión, es importante reconocer que hay libros con temas polémicos y que pueden llegar a ser perturbadores tanto para los jóvenes como para sus mediadores; pero son libros que nos sensibilizan al enfrentarnos a los aspectos más duros de la realidad desde una perspectiva distinta de la nuestra, nos permiten identificarnos, nos acercan y nos ponen en el lugar del otro, que no es tan diferente de nosotros.
También encontramos libros en los que se muestra un contexto social intolerante como Billy Elliot de Melvin Burguess y Los pargos azules de Elena Corujo. En el primero, el protagonista quiere ser bailarín pero su padre tiene dificultades para aceptarlo. En el segundo, Daniel quiere aprender a pelear para defenderse
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Entrevista Laura Leibiker, editora Norma en Argentina.
ANTONIO SANTA ANA L.L.: Hablando de Los ojos de perro siberiano y en relación con su temática, ¿por qué elegiste hablar del sida? ¿Estabas interesado en la enfermedad en sí o fue una excusa para hablar de otros temas?
Barataria
A.S.A.: Empecé a escribir esa novela en 1992, cuando el sida era todavía considerado “la peste rosa” y la sociedad era muy distinta a la actual. Pero, como decís, yo casi no hablo de la enfermedad en la novela; a mí me interesaba hablar de otras cosas, de cierto silencio, de la incomunicación. Por eso, la interpretación de la novela que más me gustó fue una que hizo la periodista y escritora Patricia Kolesnicov en el diario El Clarín hace varios años. En una nota colectiva en la que nombraba muchos libros y autores, escribió: “para Antonio Santa Ana, lo privado es político”. Y esa lectura me encantó. Es parte de lo que yo quería abordar.
2018 Nació en Buenos Aires en 1963. Es escritor, editor y especialista en literatura, además de músico. Los ojos del perro siberiano fue su primer libro: tuvo gran repercusión en toda Latinoamérica desde su aparición, en 1998, y fue traducido al italiano y al portugués. También publicó las novelas para jóvenes Ella cantaba (en tono menor) y Nunca seré un superhéroe, y para los más chicos escribió Los Superfósforos. Tiene tres hijos y una perra. Disfruta mucho de cocinar para su familia, de salir a caminar, de escuchar música y de tocar la guitarra. Y, por supuesto, también de escribir.
L.L.: En tus tres novelas de Zona Libre hay familias complejas, con problemas de comunicación. ¿Por qué te interesa ese tópico? A.S.A.: Fue una decisión consciente de cuando empecé a escribir. El realismo no era demasiado habitual en la LIJ argentina de esa época y yo traté de buscar elementos que me diferenciaran. Vi que el realismo, a priori, tenía una carga moral mayor que lo fantástico: en general, los adultos hacían lo correcto; yo decidí que fueran los chicos los que hicieran lo correcto. Abrevé lo que me gustaba en Christine Nöstlinger y María Gripe. Me parece que las historias que elijo contar necesitan personajes un poco solos, con padres fríos o ausentes. Como dice Tolstoi: “Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera”. L.L.: Sabemos que estás trabajando en una nueva novela. ¿Qué podés anticiparnos? A.S.A.: Hace muchos años visité un colegio para conversar con los alumnos sobre Los ojos del perro siberiano. Mientras esperaba el taxi que me llevaba de vuelta, me quedé charlando con un grupo que me comentó un ejercicio que habían hecho: continuar la historia. Tomé notas y fui agregando ideas, y cada tanto releía y sumaba nuevas imágenes. Hoy estoy trabajando con ese collage, imaginando qué pasó con los personajes tras la muerte de Ezequiel. 6
Fotografía por Uri Gordon
“Lo privado es político”.
LYGIA BOJUNGA F.H.D. La obra de Lygia Bojunga se distingue por su intensidad emotiva y el abordaje de experiencias límites. En ella se exploran tópicos realistas como la muerte, el suicidio y el abandono y se evocan fantasías internas de los personajes. ¿De qué manera integra usted estos dos polos, fantasía y realidad, en su obra? L.B.: Se integran mucho, yo no establezco una frontera rígida entre fantasía y realidad, concibo ambos aspectos como un todo. Y de esa forma se integraron desde mi primer libro, tal vez porque he tenido dificultad para enfrentar la realidad como se nos presenta. Yo creo que nuestro mundo es muy turbulento. Tengo la sensación de que para escapar de esa cruda realidad la fantasía me ha ayudado, pero nunca he tenido claro dónde acaba una y dónde comienza la otra. Yo veo ambos aspectos muy vinculados a todos los problemas que siempre me han afligido, la injusticia social que hay en nuestra América Latina, la violencia. Por eso huyo a la fantasía, para escapar de esa realidad.
Entrevista Fanuel Hanán Díaz, Jefe de Relaciones Estratégicas LIJ, Editorial Norma Colombia.
“… Yo no establezco una frontera rígida entre fantasía y realidad…”.
F.H.D.: ¿Por qué es tan importante la presencia de la muerte en sus obras? L.B.: La muerte siempre estuvo presente en mi vida desde pequeña. La gente decía: “Tan pequeña y hablando tanto de la muerte”. Pero yo no la veía ni la veo de una forma morbosa, la siento como algo natural. Siempre me dio mucho miedo. A medida que iba creciendo pensaba mucho en la muerte. De varias maneras, la muerte de los seres queridos, el miedo que me producía. Por eso fui elaborando acercamientos literarios a partir del tema de la muerte. Expreso este tema de una forma diferente en cada uno de mis libros. Hoy en día debo decir que pienso en la muerte de una forma bastante serena, imagino que puede ser una bella epifanía si se ha logrado llevar una vida coherente. F.H.D.: Algunos de sus libros, por el tema que asumen y la estructura narrativa, plantean un lector diestro. ¿Qué nos puede decir de ese lector que apela en algunos de sus libros? L.B.: Yo creo que en cada libro se fue afirmando mi manera de desarmar la búsqueda por un determinado público. A partir de Mi amigo el pintor, mis libros pasaron a otra fase de trabajo. El abrazo o mi última obra, El retrato de Carolina, no son libros que respondan a un público en particular. Esta parte del trabajo que comenzó con Mi amigo el pintor y que he ido desarrollando en otros libros está integrada por obras asumidas por un público más habituado con la literatura, porque son libros difíciles. Siento estos libros como un juego literario que puede resultar complicado para lectores que no tengan una cercanía con la literatura. Me gusta saber que se suscitan muchas discusiones alrededor de mis libros y que estas controversias se siguen generando. 7
Lygia Bojunga es una de las escritoras de libros para niños más importantes de América Latina. Por su vasta e importante obra, ha recibido importantes reconocimientos. Fue la primera latinoamericana en obtener, en 1982, el premio más destacado de la literatura infantil y juvenil, el Hans Christian Andersen. Además, en 2004 obtuvo el Astrid Lindgren Memorial Award. En sus entrañables historias, las fronteras entre realidad y fantasía se fusionan para ofrecer a los lectores una interpretación poética y a veces perturbadora del mundo. Sus obras traducidas al español están en el catálogo de Editorial Norma.
Por Laura Leibiker
Cuando la violencia aparece en los libros Barataria
La sociedad contemporánea ha logrado, a lo largo del tiempo, resolver muchas de sus preocupaciones: los espacios se han acortado gracias a los autos y los aviones, muchas enfermedades mortales se han vuelto curables o han desaparecido y las comunicaciones entre sitios lejanos están a un clic de distancia.
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Sin embargo, la violencia –en sus diversas manifestaciones- es una epidemia a la que todos los ciudadanos nos enfrentamos a diario. En la escuela, en la calle, en las casas y entre los países, el maltrato, el avasallamiento y la discriminación siguen siendo una realidad en la que viven muchos de nuestros jóvenes. La literatura de Zona Libre propone textos que abordan, desde la ficción, esos temas que nos atraviesan. La violencia que se manifiesta en el comportamiento de los personajes, en sus vínculos y en los conflictos narrados permite que los jóvenes lectores se identifiquen y reflexionen sobre sus propios problemas y sus opciones de resolución. De este modo, se produce en el aula una lectura activa, en la que el lector construye sus propios sentidos, actualizando la obra. Como cuenta Sandra Siemens acerca del impacto de su novela El hombre de los pies-murciélago entre sus lectores: “Una chica se paró frente a un auditorio de trecientos alumnos y lloró y me agradeció porque después de haber leído el libro, se animó a hablar... Yo sé que lo que agradece es que Esper o Dolo (N. de la R.: las víctimas en la novela) hayan empujado su voz obstruida hasta hacerla audible. Otra chica que me mostró sus brazos llenos de cortadas y me dijo que la aliviaba que yo entendiera su dolor, y yo ni siquiera conozco su historia… Es ese juego de palabras, de reglas imperceptibles, el que les trae el alivio de sentirse comprendidos: es la ficción”. También nuestra autora Paula Bombara comparte una experiencia de encuentro con sus lectores de La chica pájaro: “Una alumna de un profesorado de Córdoba, mientras estaba leyendo la novela, fue testigo de una pelea en la calle y no se quedó paralizada como me pasó a mí. Intervino, primero con gritos y luego llevándose 8
Periodista, locutora nacional y editora. Estudió en la Universidad de Buenos Aires. Fue redactora, jefa de redacción y directora de revistas infantiles y condujo el canal de televisión para niños Cablín. Desde 2012 es la directora editorial de LIJ Norma Argentina.
be para solucionar los problemas del lector dirigiendo su comportamiento ante determinadas circunstancias o momentos de su vida.
a la chica golpeada a su casa. Abrazada a su ejemplar del libro, esta estudiante me dijo: ‘Imaginate, tenía a Mara sufriendo adentro del libro y a esta chica afuera, no pude no hacer nada. Me la llevé a casa. Como hace Leonor’.”.
– La forma de exponer las diferentes perspectivas sobre los temas controvertidos permite al lector cuestionarlas, reflexionar sobre las propuestas, sensibilizar y ayudarle a tomar sus propias decisiones”.
La lectura conjunta en el aula permite al docente abordar estos tópicos difíciles y proponer hipótesis diversas: otras resoluciones posibles, un análisis conjunto del comportamiento de los personajes, discusiones acerca de la verosimilitud. Pero también ofrece la posibilidad de canalizar la crítica social que surge de los alumnos y que resulta tan habitual entre púberes y adolescentes.
Novelas como La chica pájaro que aborda la temática de la violencia de género y la reacción social a este flagelo (lista White Ravens 2016); El hombre de los pies-murciélago, que cuenta una historia de hostigamiento feroz; Elisa, la rosa inesperada en la que un personaje con pocos recursos económicos y culturales cae en una red de trata de personas; La noche del polizón que narra la odisea de un joven keniata en las calles de Buenos Aires; La lluvia sabe por qué, que refleja una situación de alarmante actualidad (la violencia a través de las redes sociales) y Sombras de nadie, una ficción sobre el trabajo esclavo, entre muchos otros, son ejemplos de literatura muy atractiva firmada por autores reconocidos. En todos los casos, se trata de textos que introducen a sus lectores en mundos de su interés sensibilizándolos y permitiéndoles identificar situaciones críticas.
Dice la escritora Liliana Bodoc al pensar la literatura para jóvenes: “La ficción literaria es -o tiene el derecho a ser- el lugar de lo extraordinario, el sitio donde ocurre lo imprevisto. Desde luego, hace falta que lo extraordinario sea verosímil”. Y agrega: “El arte, al que respeto como a mi propia dignidad, es acción estética. El divorcio entre arte y realidad es un macabro invento de la burguesía, la misma que empolla artistas fatuos e inofensivos. Artistas que no huelen a nada. Torres de marfil para unos pocos onanistas. La ficción no deviene de sí misma, no es un repollo naciendo de un repollo. Es hija de la realidad y del tiempo”.
La supresión de la identidad y la violencia política latinoamericana durante los años 1970 se hace presente también en dos libros destacados en la lista de White Ravens: El mar y la serpiente, de Paula Bombara, y Matilde, de Carola Martinez Arroyo. Ambas novelas abordan esos años oscuros desde la óptica de dos niñas, y muestran el horror de vivir bajo una dictadura.
Las historias sobre violencia familiar, acoso escolar (bullying), acoso en redes sociales (grooming o cyberbullying), violencia de género, trata de personas, conflictos políticos, discriminación, exclusión y prejuicios tienen su lugar en nuestra colección juvenil. Siempre, bajo la premisa de la calidad literaria y del aporte a una sociedad más justa desde el aporte a una educación crítica. Como lo plantea la especialista Gemma Lluch en su blog www.gemmalluch.com/esp/blog:
La escritora chilena y especialista en LIJ, Carola Martinez, dice sobre su primera novela: “En un país que intenta olvidarlo todo como si nunca hubiera ocurrido, le debo a la niña que fui, a los niños que fuimos y crecimos asustados, rodeados de silencio, con cientos de palabras no dichas, algo que dé cuerpo a esa soledad”.
“El punto de vista de la ideología o de los valores que quiere transmitir una lectura puede ser un criterio de selección en determinadas asignaturas o contextos. En este caso, el criterio fundamental es el respeto por el lector. Sería importante tener en cuenta los siguientes consejos:
Sabemos cuánto interesan a nuestros lectores y mediadores estos libros. Porque lo que proponen, finalmente, es contar la violencia para que, a partir de allí, podamos reflexionar y erradicar de nuestras vidas cotidianas este flagelo y construir un mundo más amable para todos.
– Una lectura muestra respeto al lector cuando el autor no intenta imponer su punto de vista dándole una lección o una enseñanza explícita. El autor no escri-
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Entrevista Laura Leibiker, editora Norma en Argentina.
PAULA BOMBARA
L.L.: La chica pájaro es una novela breve y contundente que fue recibida muy calurosamente por lectores y mediadores. ¿Cómo surgió la idea de escribirla? P.B.: La violencia es una cuestión que me ocupa y me preocupa. Tanta lectura y reflexión sobre este asunto me hacían pensar que si me tocaba vivir de cerca una situación de violencia iba a poder reaccionar. Pero no fue así. Fui testigo, junto a mis dos hijos, de una pelea callejera entre una pareja de adolescentes y no pude hacer nada. Atiné a decirles a mis hijos que esa nunca podía ser la forma de tratarse, pero lo cierto es que me sentí profundamente avergonzada por no poder actuar. De esa impotencia nacida del miedo surgió la voz de Mara, mi protagonista, como un grito de luz en medio de la noche.
Barataria
L.L.: Tu novela se enfoca en los cuerpos de los personajes; vamos conociéndolos no tanto por cómo están descritos, sino por cómo se mueven. ¿Por qué elegiste ese modo de construirlos?
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P.B.: Para poder respirar necesitamos de nuestro cuerpo. Sin cuerpo no hay respiración y sin respiración no hay voz. Los cuerpos tenían que estar en movimiento para bailar en el aire, para quebrar esquemas de violencia que se repiten, para modificar la vida, para pasar las páginas, para buscar una plaza cualquiera, para mirar a los demás a los ojos. L.L.: La voz de Mara, cuando es ella la que narra, es muy particular. La puntuación elegida para esa voz es poco ortodoxa. ¿A qué búsqueda responde? Paula Bombara nació en Bahía Blanca, en 1972. Además de escribir y publicar obras de literatura infantil y juvenil, estudió Bioquímica en la Universidad de Buenos Aires. En Norma publicó El pelotazo (Buenas Noches), Eleodoro (Torre de Papel Roja), La quinta pata (Torre de Papel Amarilla) y en la colección Zona Libre, las novelas Solo tres segundos, El mar y la serpiente y La chica pájaro. Las dos últimas forman parte de la lista de White Ravens (2006 y 2016, respectivamente).
P.B.: Responde, justamente, a la respiración desgarrada de Mara. Es un intento de traducción en signos de eso que está mal en ella. De alguna manera, la puntuación “correcta” nos marca una serenidad que en este personaje, en las circunstancias que se relatan en el libro, es imposible. L.L.: Después de tantas visitas a escuelas para conversar con los adolescentes sobre esta historia, ¿cómo percibís que reciben esta novela? P.B.: Rescato muchos encuentros en los que los varones se han autoproclamado feministas, pues a partir de la novela han puesto en cuestión los conceptos de machismo y de feminismo. Aplaudo esa idea porque hay que repensar el significado de las palabras a la luz de cada presente. Que la lectura de un libro los movilice a generar cambios es algo que me conmueve, pues significa que aquello que el libro dice con sus silencios, entre líneas, los ha emocionado y de esa emoción surgen sus actos. Eso puede aportar la literatura: una provocación. Una que nos mueva a abandonar la indiferencia. 10
Fotografía por Uri Gordon
“La literatura puede aportar una provocación que nos mueva a abandonar la indiferencia”.
SANDRA SIEMENS L.L.: Por lo general, los autores cuentan que siempre hay algo autobiográfico en sus obras. ¿También es ese tu caso en El hombre de los pies-murciélago? S.S.: No hay nada autobiográfico en esta novela. Empezó a gestarse a partir de haber visto una noticia en la tele. Un video de un grupo de estudiantes parisinos que molían a patadas a otro estudiante magrebí. Hablaban de bullying. Yo nunca había escuchado esa palabra. Cuando investigué, me encontré con que era la nueva manera de llamar a algo muy viejo que sí conocía: el acoso. La investigación que hice a partir de haber visto aquel noticiero fue el material con el que trabajé en esta novela. Una búsqueda que me confirmó algo que lamentablemente suele pasar: la realidad supera a la ficción.
Entrevista Laura Leibiker, editora Norma en Argentina.
“Las víctimas no suelen tener voz”.
L.L.: Entre los personajes los hay violentos (Gonza, Iván, Fede), hay quienes aparentemente se dejan llevar por falta de carácter (Jazmín, Lara) y hay quienes reaccionan -antes o después- (Vic, Maca). Y hay dos víctimas: Esper y Dolo. ¿Los lectores se reconocen habitualmente en alguno? S.S.: En general, los que se han animado a hablar son los que se identifican con las víctimas, los que han pasado por alguna circunstancia similar. Y es curioso porque las víctimas no suelen tener voz. Entonces ocurre que un personaje de ficción presta la suya para que a alguien le crezca la voz verdadera. Es una experiencia muy fuerte. Una chica que se para frente a un auditorio de trecientos alumnos y llora y me agradece porque después de haber leído el libro, se animó a contar… Yo sé que lo que agradece es que Esper o Dolo hayan empujado su voz obstruida hasta hacerla audible. Por eso cuando –invariablemente- me preguntan si esa novela (u otra) sirve para algo concreto, yo digo que no tengo idea. De lo único que estoy segura es de que la literatura nos transforma. Nunca somos los mismos que entramos al libro cuando salimos de él. L.L.: La novela fue publicada en 2009. ¿Cómo fue recibida por los profesores y mediadores en aquel momento? ¿Percibís alguna diferencia entre aquellos lectores y los de hoy? Supongo que habrá sido bastante más estremecedora cuando apenas salió que lo que es ahora. Aunque no creo que el impacto fuera por lo que la novela contaba, sino por cómo lo contaba: con personajes violentos, escenas duras, lenguaje crudo, un final que lejos de cerrarles la historia con moño, los inquieta. Ahora, aunque ya no aparecen tantas preguntas sobre el uso del lenguaje, el final sigue provocando incomodidad. Y eso me gusta. 11
Nació en 1965 y vive en Wheelwright, un pequeño pueblo del sur de Santa Fe (Argentina). Cursó estudios de literatura en la Universidad Nacional de Rosario. Ha publicado en Argentina, España, México y Colombia. Su libro El hombre de los pies-murciélagos formó parte de la lista de White Ravens. Ganó el premio Norma-Fundalectura en 2008 con El último heliogábalo y, al año siguiente, El Barco de Vapor por La muralla. También recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil en 2011. La filial de IBBY de Argentina destacó a su libro Tatuajes como la mejor novela juvenil de 2015. Con su novela Lucía, no tardes, ingresó a la Lista de honor de IBBY 2018.
Por Jéssica Rodríguez
La literatura juvenil y la importancia de sentir Barataria 2018
Al inicio de La lluvia sabe por qué, de la escritora ecuatoriana María Fernanda Heredia, un niño le dice a su madre que no le gustan los pájaros porque se comen las migas de pan. “Claro, tienen que alimentarse”, contesta ella y el pequeño, enfadado, añade: “Pero si se comen las migas de pan, alguien no va a encontrar el camino de regreso a casa”. La madre sonríe. Ha entendido. Entonces abraza fuerte a su hijo para que este comprenda que a él no le va a ocurrir lo que les pasa a los niños de los cuentos. Esta escena funciona en la mente y en el corazón de los lectores como una piedra arrojada a un río, como un hechizo que nos impele a seguir la línea que se traza en el aire para ver dónde caerá el objeto, a dónde nos llevará la historia y qué ondas se dibujarán en ese espejo de agua y papel. ¿Cómo se logra esto? Debe haber varias formas, pero creo que mucho tiene que ver con que para llegar a revelar el sentido de algo hay que pasar por una aduana, que es la complicidad del lector. Hay que hacer creíble la historia. Volverla vida. Y para ello, a veces, hay que sacudir emocionalmente al lector. Existen escritores que lo llenan todo con las palabras, que deslumbran con sus recursos estilísticos. A otros, más bien, les interesan los silencios, lo no dicho, lo que se adivina. Hay quienes necesitan saber a dónde quieren llevar una historia antes de comenzar a escribirla y hay quienes se dedican a seguir a sus personajes, a intuir lo que sienten, lo que dirían. Podríamos continuar enumerando supuestos, pero lo más probable es que estos procedimientos sean funcionales a la historia que cuentan. A propósito de esto, interrogado sobre la tendencia “minimalista” de sus dos primeras novelas juveniles, Antonio Santa Ana respondió: “Yo hablo muy rápido, pero escribo muy lento. No soy alguien capaz de producir ocho páginas de una sentada (…). Y ahora que lo pienso, en ese ritmo de escritura no podría hacer demasiadas florituras. Tal vez sea por eso lo breve. Tal vez el ‘estilo’ sea una consecuencia de mi ritmo lento”. (2008, 10) 12
Docente, editora y escritora. Magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado varios libros de ficción, entre ellos, la novela La zona invisible (Premio Barco de Vapor - Perú 2015). Actualmente, es jefa editorial de Literatura Infantil y Juvenil de Editorial Norma Perú.
a su madre: “Acababa de pasar la pelea diaria con ‘la separada’. Los dos estamos ya tan acostumbrados a estas peleas como a lavarnos los dientes”. (11)
Y para prueba de que para emocionar no es necesario llenarse de adjetivos ni de malabares técnicos, la obra del narrador argentino: “Seguro que mi primer recuerdo es ese. El del día que Ezequiel se fue de casa. No es que recuerde exactamente la situación, pero sí que yo estaba en mi cuarto y no podía salir; y una cierta tensión en el aire” (Los ojos del perro siberiano). Nótese como al final de este pasaje con apenas una pincelada, “una cierta tensión en el aire”, se sugiere un mundo que está fuera y que pone a andar la imaginación del lector. Este pequeño giro en el texto genera atmósfera y ayuda a perfilar al personaje, dos elementos claves, sobre todo en la novela juvenil.
La voz que Nöstlinger diseña para su personaje, un adolescente más bajo que el promedio (lo que le vale el apodo) al que le encanta pensar, remueve al lector, especialmente cuando discurre sobre si es o no homosexual o por qué le atrae su prima Eva-Marie. La mirada crítica que ofrece Bonsái interpela nuestra propia forma de vernos, así como Clase de inglés de Lygia Bojunga nos invita a cuestionarnos si el amor tiene edad, a través de las historias de un niño enamorado platónicamente de una mujer adulta y de un maestro prendado de su alumna. Ambas obras logran sacudirnos por la representación matizada de sus personajes y de su mundo interior.
Indagar en el mundo íntimo de los personajes no es fácil. No es fácil de imaginar ni de representar. Y los lectores lo saben. Quizás por eso está tan extendida la idea de que si una escena nos conmueve es porque seguramente el autor vivió intensamente lo que cuenta.
Como vemos, la sensibilidad ante los sentimientos y la memoria de ellos son para un creador muy importantes, pero más aún es saber despertarlos. Durante mucho tiempo, en los colegios se han antepuesto los valores morales a los literarios, pero ya es tiempo de que se reconozca que la literatura debe propiciar un acercamiento más estético que moral. Es una dura batalla. No obstante, si los mediadores se dieran cuenta del impacto que tienen las novelas juveniles por sí mismas, por las emociones que despiertan, por las relaciones humanas que recrean, no tendrían tantos reparos en dejar que los adolescentes se conmovieran con sus historias y sus personajes. Finalmente, una obra no necesariamente enseña, pero, si es buena, seguro que conmueve.
Esta concepción de estirpe romántica tiene algún asidero, pues es evidente que un autor trabaja con elementos extraídos de su propia realidad y procesados en diverso grado, pero también es claro que para lograr la empatía con el lector es necesario poner en juego otros elementos: un buen diseño de los personajes, un tema que comparta el lector, el oficio literario propiamente que enseña a dosificar la tensión, la intensidad y la alternancia de diálogos. Por ello, para muchos de estos recreadores de lo cotidiano, tejedores de la memoria, escribir siempre es algo más. Una búsqueda de sentido que demanda trascender el propio espacio íntimo. Una pelea con el lenguaje para encontrar esa forma de contar que permita “golpear” al lector donde se necesite. Y no siempre se necesita movilizarlo “tiernamente”. Ni hay temas que sirven mejor a estos propósitos. Los temas literarios son, como decía Borges, relativamente pocos porque la literatura es un interrogarse sobre la existencia, y las preguntas que podemos hacernos sobre ella son esenciales, no numerosas. No obstante, en la narrativa juvenil ligada a las emociones, el amor, la amistad, la definición de la personalidad están muy presentes.
REFERENCIAS CABEZÓN, Gabriela (2013). Antonio Santa Ana, el best seller de libros para chicos que puede ir tranquilo al súper. En: diario El Clarín. 09/03/2013. [Disponible en: https://www.clarin.com/ sociedad/antonio-santa-ana-best-seller-tranquilo_0_ryjfhS5jw7g.html:) DÍAZ, Fanuel (2008). Entrevista a Antonio Santa Ana. En: Barataria. Revista Latinoamericana de Literatura infantil y juvenil. n.° 8, vol. 5, pp. 9-12. HEREDIA, María Fernanda (2013). La lluvia sabe por qué. Bogotá: Norma. NÖSTLINGER, Christine (1996). Bonsái. Bogotá: Norma. SANTA ANA, Antonio (2005). Los ojos del perro siberiano. Buenos Aires: Norma.
En la novela Bonsái, de la austriaca Christine Nöstlinger, el narrador protagonista sorprende por su particular forma de verse a sí mismo y de “leer” lo que sucede a su alrededor, por la ironía con que presenta 13
MARÍA FERNANDA HEREDIA Entrevista Jéssica Rodríguez, editora Norma en Perú.
J.R.: Llegas a la literatura a partir de una necesidad de explorar tus propias emociones. Tras varios libros, ¿escribir sigue siendo una búsqueda de respuestas?
Barataria
M.F.H.: Sí. La vida se las ingenia para seguir bifurcando caminos y emociones. Cuando creo haber entendido algo, enseguida surge un nuevo sobresalto, una felicidad que no conocía o una sombra que no esperaba. Escribir es mi manera de levantar tímidamente la mano y pedir una explicación en esta clase magistral que a veces me divierte muchísimo y otras me desarma.
2018
J.R.: En La lluvia sabe por qué, los personajes ven la vida como un nudo difícil de desatar. ¿Cómo es tu proceso de creación cuando das forma a esos nudos?
María Fernanda Heredia es una reconocida escritora ecuatoriana con más de veinte libros para niños, varios de los cuales han alcanzado importantes reconocimientos como el Premio Norma Fundalectura 2003. Hace seis años, por invitación de sus editoras, se animó a escribir una novela juvenil que hoy se lee por toda Latinoamérica y España y está preparando otra. ¿El secreto de su éxito? La sensibilidad, la sabiduría y el humor con que teje el mundo emocional de sus personajes.
M.F.H.: Hace unos años visité Cusco y me acerqué a una mujer que, junto a su hija, vendía pulseras de hilos. Me asombró ver la habilidad y la seguridad con la que la niña tejía las pulseras y se lo dije. Ella sonrió y me respondió “No es tan difícil, hay que saber colocar un nudo junto a otro y darle sentido”. Ese día nació la novela y fue enconcontrando espacio en mi propia necesidad de hablar sobre mis nudos y sobre las ausencias que no había aprendido a aceptar. Siempre hay un rasgo biográfico, no he aprendido a tomar distancia, mis libros terminan siendo una extensión de mis emociones, de mis preguntas y de mis nudos. No obstante, el trabajo de creación me convoca y me apasiona. La carpintería de configurar una voz o un escenario en el que ocurra algo memorable me resulta fascinante. J.R.: En esta novela, los protagonistas comienzan muy vulnerables y desamparados, pero cuantos más golpes reciben, más fuertes se vuelven y más entrañables. ¿Crees que este lado de tus historias es el que más valoran tus lectores? M.F.H.: Creo que los lectores que me acompañan están abiertos a emocionarse en los dobleces sutiles de una historia. En el suspiro o en la risa que nos provoca la propia torpeza. En mi literatura no hay vértigo ni efectos especiales fabulosos, quizá mi aspiración es que mis lectores se sientan acompañados y en confianza, con una historia que les susurre algo al oído y que, ojalá, resuene en el tiempo. 14
ALBEIRO ECHAVARRÍA J.S.G.: Eres un autor que te has movido entre las historias para niños y jóvenes. ¿Consideras que la literatura juvenil es un género? A.E.: Como escritor, y como observador de la oferta editorial para jóvenes, debo aceptar que la literatura juvenil se ha ido aglutinando en torno a unos temas o personajes que la caracterizan. ¿Un género? No lo creo. Lo que ocurre es que cuando los autores arman sus historias, intentan focalizarse en una franja de edad donde se generan grandes contradicciones, reconocimientos y expectativas, y entonces se produce una literatura que intenta conectarse con la tensión e incertidumbre propia de esos años juveniles.
“…Un maestro tiene la posibilidad de hacerle ver a un joven que hay un libro (…) en alguna parte, que lo está esperando…”. Entrevista Jael Stella Gómez, editora Norma en Colombia.
J.S.G.: ¿Crees que la literatura para adolescentes refleja su problemática? A.E.: No solamente su problemática sino también sus aspiraciones, y sus pensamientos más íntimos. Los sentimientos como el amor, el odio son universales tanto en la vida real como en la literatura. Y si vamos a aspectos como la timidez, la soledad, el abandono, o hasta la represión sexual, siempre están presentes en la vida de un adolescente y esos son también los temas que están presentes en los libros. J.S.G.: Desde tu experiencia propia como lector y escritor ¿qué consejo les darías a los maestros para formar jóvenes fascinados por la lectura y la escritura? A.E.: Hay un dicho según el cual el hombre se instruye por la imitación y se anima por el ejemplo. Creo que no hay nada más contagioso que un maestro apasionado por los libros. Para empezar, un maestro así —lector empedernido—, es generalmente muy culto. Ellos no solamente hablan de libros, sino que saben contar historias. Y hablan de autores, y de sus turbulentas vidas, y saben hasta dramatizar una obra. Aconsejan sin llegar a imponer, y se les van los ojos, más allá de la ventana, cuando mencionan un pasaje de una obra que les cambió la vida o les llegó en el instante más oportuno. Pareciera entonces que todo el salón vuela sobre una alfombra mágica y apenas suena la campana, uno se desanima porque el vuelo ha sido muy corto. Hay que reconocer que no a todos los niños y jóvenes les gusta la lectura o la escritura. Pero sí creo que un maestro tiene la posibilidad de hacerle ver a un joven —si es apático mucho mejor— que hay un libro, en alguna parte, que lo está esperando, y que ese libro puede abrirle las puertas a muchos otros libros. 15
Albeiro Echavarría nació en Yarumal y reside en Cali. Desde pequeño demostró especial predilección por la lectura y la escritura, anticipándose a su futuro como escritor. El camino no fue recto ya que estudió Comunicación y se dedicó al periodismo antes de tomar la mayor decisión de su vida: ser escritor de literatura infantil y juvenil. Para jóvenes ha escrito en editorial Norma las novelas El Muchacho de la boina blanca y más recientemente Te amo, peladita.
Por Jael Stella Gómez
El monstruo sin nombre: deconstrucción de la personalidad en tres novelas para jóvenes Barataria
El crecimiento en la adolescencia se vive de manera paradójica. Por un lado, el niño quiere crecer, ser adulto e independiente para tomar sus propias decisiones con autonomía. Por otro lado, siente que no encaja en la sociedad ni se acomoda a los cambios de su cuerpo, se descubre torpe y quiere seguir siendo niño para contar con la protección y el regazo familiar.
2018
Crecer es duro porque implica desprenderse de la seguridad que da la niñez e ir en busca de una identidad propia, asumiendo una personalidad singular y haciéndose cargo de sí mismo en medio de la presión del entorno social. Esto genera mucha inseguridad y desasosiego; para mitigarlos es fundamental la compañía de los padres. El desamparo en esta época de la vida puede desembocar en el aislamiento, producto de un sentimiento de extrañeza (incluso rechazo) hacia el mundo y hacia el propio cuerpo. Frankenstein, modelo de literatura clásica del romanticismo, refleja la fractura que ocasiona crecer sin un padre, el miedo del ser humano a encontrarse sin la protección de sus congéneres, de verse abandonado a su suerte y enfrentar, en completa soledad, su existencia. Con un cuerpo armado de retazos y sin nombre propio, la criatura o el monstruo, como se le menciona en la novela, es arrojado a la vida sin la posibilidad de autorreconocerse y de trazar su lugar en el mundo. Tal es la huella del desamparo del padre–creador. Como consecuencia, elige el camino de la venganza: “…Desde aquel instante me declaré en guerra constante contra todo el género humano, y particularmente centré mi odio en quien me había dado vida para condenarme a vivir en un mundo del que solo recibía miseria y tormento”. La literatura juvenil contemporánea ha puesto el acento en las historias de crecimiento, enfocando el tema en circunstancias traumáticas que enfrentan los seres humanos de cualquier edad en el proceso de integración a su comunidad. Esto, a su vez, se vincula con el desarrollo de una o varias perspectivas de los protagonistas para apreciar el mundo y discernir cómo desenvolverse en él. 16
Psicóloga y magíster en educación y en literatura infantil. Especializada en el área del lenguaje y en los procesos de lectura y escritura, ha sido profesora de la Facultad de Psicología y Comunicación y Lenguaje de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y tutora virtual del CERLALC. Actualmente se desempeña como jefe editorial de literatura infantil y juvenil.
En su libro Tony, la autora ecuatoriana Cecilia Velasco construye un relato polifónico sobre la adolescencia a través de las voces de varios jóvenes cuyas experiencias familiares y emocionales demuestran que hay tantas formas de crecer como diversas son las singularidades de cada uno de ellos. Tony es hijo de un padre chino estricto y tan violento que lo lleva a dudar de sus sentimientos hacia él: “…tal vez los dos estamos muriendo de pena por no poder hablarnos. Siento que tal vez me arrepentiré, más adelante, cuando ya sea un adulto como él o un viejo, de no haberle preguntado por el significado de tantas cosas” (p. 24). Por su lado, Miguel y sus hermanos viven en casa de su abuela después de que su padre los abandonó y su madre se siente arrimada en un lugar que no le pertenece. Julia toma la decisión de suicidarse cuando sus padres malinterpretan su relación con Consuelo y la alejan de ella. En este caso, los jóvenes no encuentran un lugar propio donde crecer o no obtienen el reconocimiento ni el afecto que necesitan para hallar significado a su existencia.
Al igual que en Frankenstein, la soledad y el abandono acompañan a algunos de estos protagonistas y el trauma del crecimiento se aborda desde la perspectiva de personajes adolescentes que rompen el vínculo con la madre, se alejan del hogar materno, para realizar un viaje iniciático en el que buscan enfrentarse cara a cara con el padre que los abandonó en la infancia o que, estando presente, no ha ejercido de manera estable la protección esperada. Es el caso de Sebas, el protagonista del libro de Albeiro Echavarría El muchacho de la boina blanca. Abandonado por su padre al poco tiempo de nacer, vive con su mamá y sus tías en casa de la abuela. A pesar de ser un muchacho sensible e inteligente, sus compañeros de colegio lo atormentan sin descanso, burlándose de sus gestos y de su manera de vestir. Todo cambia, sin embargo, cuando es adoptado por un excéntrico inventor, amigo de su madre, quien funge como padre. Pero solo cuando Sebas enfrenta a su padre biológico puede emprender una profesión distinta y asumir su condición de adulto: “Lo extraño es que nada, ni siquiera las huellas del hambre impresas en mis talones, ha logrado que sienta odio hacia usted. Pero es por una razón: no puedo odiar lo que no existe, lo que ya murió” (p. 195). Decide olvidar, reparar la rabia y el dolor y superar cualquier idea de venganza buscando por sí mismo un lugar y un nombre propios en la sociedad.
Es significativo que en estas novelas juveniles el crecimiento, el paso de la infancia a la adolescencia, está marcado, al igual que en Frankenstein, por la soledad y el abandono del padre. Jóvenes más o menos inquietos que de alguna manera deben superar la negación de lo real o lo imaginario en su núcleo familiar para crearse un lenguaje que puedan usar para comprenderse y construirse a través del carácter en la adolescencia. Representan a tantos jóvenes de nuestras comunidades que son abandonados a su suerte, ya sea por padres que estando presentes no asumen su papel benefactor o por padres ausentes que niegan de manera rotunda su paternidad; padres que seguramente también fueron abandonados en su infancia y no conocen la importancia de los lazos familiares en el crecimiento. Algunos encuentran una forma acertada de representarse en el mundo y construir su propia identidad superando las dificultades y el dolor de crecer.
De manera similar, apuntando también a la recuperación del padre ausente, Pedro Badrán revela en la historia de Sócrates, personaje principal de sus novelas Todos los futbolistas van al cielo y Sangre de goleador, el crecimiento de un chico cuya vida estuvo determinada por el fútbol, incluso desde antes de su nacimiento. Hijo de un futbolista que lo abandona antes de nacer porque está más interesado en su propia consagración, crece al cuidado de su madre y de su abuela. El chico solo puede superar el individualismo y su afán de protagonismo en la cancha el día que su padre regresa y le enseña a cobrar tiros libres. En este caso, el conflicto con el padre se resuelve por la conjunción de intereses y por la manera como el reencuentro permite la consolidación de un lugar personal en el fútbol que, estimulado por el progenitor, resulta una metáfora sobre la autorreconciliación y el reconocimiento de los afectos y los fines que soportan la vida.
Aunque la literatura no pretende la identificación de los lectores, los adolescentes pueden encontrar referentes de crecimiento y superación en los protagonistas de las historias leídas. Ya sea para descubrir claves que les ayuden a crecer o para establecer una imagen de la cual alejarse críticamente y elegir un camino propio. 17
Entrevista Fanuel Hanán, Jefe de Relaciones Estratégicas LIJ, Editorial Norma Colombia.
Barataria 2018 Nació en Bucaramanga en 1959. Ha consolidado una obra como autora no solo para niños y jóvenes, sino también en narrativa para adultos y como ensayista. Estudió Ciencias de la Educación en la Universidad Javeriana de Bogotá. Dirige y fue fundadora del Taller Espantapájaros, espacio de formación integral para la primera infancia. Su libro La casa imaginaria (Norma: 2007) es un referente iberoamericano sobre la formación lectora en la primera infancia. Recibió en 1994 el Premio Jóvenes Talentos de Fundalectura, y algunos de sus libros han sido seleccionado en la lista White Ravens.
YOLANDA REYES
F.H.D.: Los procesos de crecimiento representan un motivo recurrente en muchas novelas juveniles. ¿De qué manera los lectores de estas edades pueden encontrar en la literatura respuestas a estas transformaciones que experimentan en ellos mismos? Y.R.: Me parece que en toda novela, sin importar “la edad de la novela” (suponiendo que exista ese concepto), hay un proceso de crecimiento en el sentido de que los personajes se transforman y no son los mismos en la primera y en la última página. Quizás por eso resulta difícil escribirlas y, quizás también por eso, un joven lector puede sentirse interpelado con la transformación de los personajes de una novela: con esos llamados “dolores de crecimiento” que quizás él experimenta y a los que muchas novelas (no solo las juveniles) dan palabras. A mí me interesa explorar esos bordes cuando escribo: esos tránsitos entre momentos o estados distintos de la vida que a veces no se nombran mientras estamos ocupados en vivir y en atravesarlos. Pienso que crecemos de muchas formas (incluso al envejecer) y que un material de la literatura es, precisamente, la transformación humana: el efecto del tiempo en las personas. Los jóvenes perciben ese tirón que significa crecer; quizás por eso necesitan mirar el devenir de otros para poner el suyo en perspectiva. F.H.D.: ¿Cuál fue el mayor reto que tuviste como escritora para encontrar la voz o las voces de Los años terribles? Y.R.: Fue un trabajo muy difícil al comienzo porque cada una de las tres protagonistas contaba su historia en primera persona. Y cuando alguien dice “yo”, puede parecer imposible que esa misma persona diga de nuevo “yo”, pero que ya no sea el primer yo sino otra persona que usa la misma perspectiva para hablar consigo misma y sobre sí misma. Y el asunto se complica más con una tercera persona que también se nombra “yo”. En este caso, esas tres voces surgían de una autora ( de otra yo) que las iba tejiendo en una especie de trenza. Tuve que conocerlas bien: dejarlas hablar, dejar que me hablaran y eso significó un trabajo apasionante de construcción de personajes, de tonos, de texturas. Quería que sonaran distinto y las dejé habitar dentro de mí hasta que cada una fue encontrando su lugar, capítulo por capítulo. A veces he comparado ese ejercicio con los juegos de muñecas de mi infancia: yo iba hablando por cada una y ellas iban creciendo y al mismo tiempo que hablaban, iban emergiendo: se iban haciendo personajes independientes de mí. 18
Fotografía por Paula Guerra Arjona
“… Un material de la literatura es, precisamente, la transformación humana”.
PEDRO BADRÁN J.S.G.: ¿Crees que en una sociedad en la que los jóvenes tienen acceso a tantas formas de entretenimiento, el fútbol es todavía una opción de diversión para ellos? P.B.: Por supuesto, el fútbol pasa por la televisión y por las distintas versiones de los juegos de video. Y sigue siendo consumido y disfrutado por niños, niñas adolescentes, jóvenes y personas adultas de todas las razas y condiciones sociales. Ahora, más que nunca, el fútbol es una religión con sus fanáticos, sus rituales, sus ceremonias y sus sacerdotes. J.S.G.: ¿Crees que hay algunos temas que son más atractivos a la hora de escribir para jóvenes? P.B.: Sin duda, aunque me parece que la palabra “jóvenes” es demasiado amplia, quizás equívoca, no sé a qué rango de edad te refieres. Es cierto que un adolescente puede identificar ciertos temas que son cercanos a su mundo, a sus sensibilidades. Pero eso no significa que un escritor no pueda abordar temas profundos cuando se dirige a un público infantil. Lo importante es saber hacerlo. De la misma manera, un adolescente despierto también puede acercarse a la gran literatura universal sin problemas. Lo digo porque conozco lectores que, por ejemplo, han disfrutado Crimen y castigo a los 14 años. Los libros encuentran sus lectores.
Entrevista Jael Stella Gómez, editora Norma en Colombia.
“…Un adolescente despierto también puede acercarse a la gran literatura universal sin problemas…”.
J.S.G.: ¿Cuál fue tu primer acercamiento a la colección Zona Libre como lector y como autor? P.B.: A veces descansaba leyendo un volumen de la colección, buscando además escritores muy cercanos, otros muy poco conocidos, de los cuales había leído uno que otro cuento o una novela y me había interesado el título del libro. O incluso me interesaba por aquellos libros de corte fantástico, pero nunca pensé que iba a publicar en Zona Libre, ni siquiera que iba a escribir sobre fútbol. Publiqué Todos los futbolistas van al cielo hace ya 16 años y el libro se sigue leyendo entre adolescentes, jóvenes y adultos. La figura de Sócrates, el futbolista, resultó atractiva para los muchachos. Luego apareció Sangre de Goleador. Y allí seguía Sócrates Solano metiendo goles. J.S.G.: ¿Piensas retomar el personaje de Sócrates? ¿Habrá una próxima novela? P.B.: Sócrates vuelve este año en una nueva aventura que lo lleva a Francia y a los confines del río Amazonas en busca de un objeto mágico y misterioso. Esta nueva novela se llama Sócrates y el misterio de la copa robada. Quién sabe qué pasará después con mi personaje... 19
Pedro Badrán, nació en Magangué y reside en Bogotá. Es escritor, editor y periodista. Obtuvo el Premio Nacional de Novela Breve con su obra El día de la mudanza. Con Editorial Norma ha publicado en la colección Zona Libre Todos los futbolistas van al cielo, Sangre de goleador y recientemente Sócrates y el misterio de la copa robada.
Por Jéssica Rodríguez
La mirada crítica en la literatura juvenil Barataria
¿Hasta qué punto las novelas que hoy leen masivamente los adolescentes no brindan una representación light de la realidad? ¿La literatura juvenil ayuda realmente a conectar a los lectores con el mundo? ¿A más realismo más pensamiento crítico?
2018
El término realismo, como categoría artística, empieza a usarse en Francia durante la tercera década del siglo XIX, primero en la pintura y luego en la literatura, para referirse a un enfoque distinto de aquel del romanticismo. A diferencia de este, que se caracteriza por prestar atención al pasado, que idealiza los sucesos y genera altas dosis de sentimiento, el realismo se interesa por su entorno inmediato, cultiva una mirada más objetiva y asume temas en los que los sentimientos no siempre son lo central. Asociado a los cambios en la sociedad europea, como el surgimiento de nuevas clases sociales, el crecimiento de las ciudades, así como el desarrollo de la industria, la banca, la prensa y el comercio, el realismo llegó para quedarse, aunque irá sufriendo transformaciones. En las primeras décadas del siglo XX, en Hispanoamérica, la aparición de los movimientos nacionalistas y vanguardistas genera variantes en esta parte del mundo, como el regionalismo. En el caso del Perú, por ejemplo, luego de haberse presentado bajo la forma de indigenismo, decantó en realismo urbano hacia los años 1950 y contó con una generación dorada, que en la narrativa fue liderada por Mario Vargas Llosa. Una década después, aparecen una serie de relatos poblados de jóvenes de estratos populares o de clase media baja, que habitan en las márgenes de sus ciudades y que no parecen tener mayor futuro que la delincuencia. De gran repercusión local, aunque no fueron pensados para el público juvenil, libros como Los inocentes (1961) del peruano Oswaldo Reynoso y Gazapo (1965) del mexicano Gustavo Sainz, se convirtieron en clásicos juveniles de sus países antes de que apareciera la literatura juvenil propiamente. 20
Docente, editora y escritora. Magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado varios libros de ficción, entre ellos, la novela La zona invisible (Premio Barco de Vapor - Perú 2015). Actualmente es jefa editorial de Literatura Infantil y Juvenil de Editorial Norma Perú.
Por otro lado, en la última década, los narradores que escriben para jóvenes se muestran más atentos a la forma como sus lectores leen el mundo. Saben que los adolescentes son consumidores de narrativas que circulan por varias plataformas y no solo a través de los libros. Este hecho les ha conferido más libertad. Hoy, muchos están atentos al día a día y escriben sobre lo que es objeto de discusión en el momento. En muchos casos, el autor de literatura juvenil ya no pretende ser el “maestro de la sociedad”, como en los inicios del realismo cuando intentaba mostrar el funcionamiento social. Se acerca más al papel que buscaba desempeñar el escritor naturalista: abordar directamente y sin complejos los asuntos que tocan más de cerca a los jóvenes desde el punto de vista de estos.
En la segunda mitad del siglo, un nuevo giro se produce. Surge lo que se conoció como realismo sucio en EE. UU. con John Fante, Charles Bowowski y Raymond Carver, que apuestan por la narración minimalista y la representación de personajes corrientes desde una mirada desencantada y antisistema. Estos escritores abandonan los grandes conflictos y se concentran en los dramas cotidianos, para los que no postulan ninguna solución. Cabe resaltar acá la obra de J.D. Salinger, El guardián en el centeno (1951), cuyo protagonista adolescente gravitará sobre la narrativa propiamente juvenil que aparece en los años 1980 y que se denominará realismo social y crítico. Estos autores ubican a sus protagonistas en entornos hostiles, adoptan sus puntos de vista y con un estilo, en general, rudo y pesimista, abordan problemas que ponen en tensión el mundo personal con el exterior y tocan temas tabú hasta entonces como la aceptación de la sexualidad, el embarazo precoz, la experimentación con las drogas, etc.
Es en este punto donde podemos intentar responder a las inquietudes del inicio. La novela juvenil de perspectiva realista es uno de los recursos más importantes, aunque no el único, con que cuentan los lectores para construir su visión de mundo. Si el libro contiene una buena historia, seguramente el lector saldrá de ella con muchas inquietudes sobre los diversos temas que en ella se abordaron. Esa conmoción en lo emocional es lo que da lugar a nuevas ideas, a cuestionamientos, a comprensiones.
La literatura que sigue esta ruta creció en autores, temas y recursos en distintas partes del mundo, se mezcló con otros géneros, pero mantuvo un tronco sólido en sus tramas: adolescentes rechazados por el mundo adulto que transgreden los códigos sociales. Esta vertiente realista de la narrativa consiguió desplazar la narrativa de aventuras y la fantástica que dominó durante décadas la literatura juvenil.
Recordemos este pasaje de la novela Él cazaba halcones de Javier Arévalo:
Más allá de lo interesante que es en sí misma esta corriente, que se nutre en gran medida de la observación de la realidad, muchos mediadores adultos la promueven porque la consideran formativa y no evasiva, y porque creen que “conecta” a los jóvenes con el mundo. No obstante, no hay que confundir proponer lecturas que incluyan referentes reales con propiciar una lectura crítica de la realidad. Ni siquiera poner al alcance buena literatura que ofrezca una mirada crítica del mundo basta para volver sensibles y agudos a los lectores.
–¿Qué pasa? –pregunté y le metí un mordisco a un pedazo de pizza. Mi padre sacó unas hojas del bolsillo interior de su saco y las agitó ante mi nariz. –Es un correo electrónico, hijo, aparentemente de un policía que está harto de las porquerías que ve en este gobierno y del sujeto a quien protege. Tengo una lista de casas que supuestamente se han comprado los generales del Consejo de Guerra, con dinero del Estado. Han pasado más de veinticinco años del hecho real aludido en ella: una dictadura que, para perpetuarse, compraba militares, periodistas, empresarios... La novela sigue ganando lectores que no tienen memoria de ese tiempo y que la leen como un policial, como la historia de amor entre un padre y un hijo o como algo que puede estar pasando en este momento, cerca o lejos. Al final de cuentas, en una novela caben varias realidades.
La crítica está en la forma de ver, incluso en la dirección de la mirada. Por lo tanto, la capacidad de leer críticamente la realidad no depende del texto por más problemas reales que este recree. El autor crea una historia, pero el cotejo con la vida lo realiza el lector desde su lugar en el mundo, desde las historias que ha leído, desde su experiencia, entre otras cosas. Hay que educar esa mirada crítica. 21
JAVIER ARÉVALO Entrevista Jessica Rodríguez, editora Norma en Perú.
Barataria
“ Nada que pueda contar en literatura puede compararse con la cruda realidad”.
J.R.: ¿Crees que la literatura puede generar cambios en la sociedad? J.A.: El arte en general modifica radicalmente a los seres humanos. Cada creencia que tenemos proviene de una mente creativa que la expuso y la sociedad la aceptó y la incorporó a su vida como realidad. La literatura es solo un elemento más que penetra en la mente de los seres humanos y allí produce sus estragos: leer es un acto de rebeldía contra la realidad, porque la suplanta. Pero cuando volvemos a la realidad la ficción a la que nos hemos expuesto nos hace creer que podríamos hacer lo mismo con la realidad: recrearla. En ese sentido es subversiva al orden porque produce mentes creativas que siempre creen que pueden cambiar al mundo.
2018
J.R.: En Él cazaba halcones exploras la conciencia de un adolescente y das cuenta de un momento concreto del país. ¿Cómo conjugaste estos dos niveles? J.A.: Planeé un policial. Ocurre que nuestras vidas políticas peruanas son más policiacas que cívicas: los alcaldes pasan del sillón municipal al banquillo de acusados, tenemos dos presidentes presos y los otros esperan juicio y ojalá condenas. En ese contexto, que una novela sobre el amor entre un padre y un hijo se convierta en un policial parece un asunto lógico. J.R.: ¿Cómo se cruzan realidad y ficción en Vértigo bajo la luna llena?
Javier Arévalo es un narrador y periodista limeño. Sus primeros libros aparecieron en los años 1990, cuando el Perú estaba inmerso en el terrorismo y la dictadura; y aunque hay mucha crítica social y política en su literatura, él solo se reconoce escritor. Con editorial Norma ha publicado en la franja juvenil las novelas Él cazaba halcones y Vértigo bajo la luna llena, y más recientemente Sofía y las invisibles.
J.A.: La realidad es que viví en un barrio donde un chico que vendía marihuana era un chico tierno y amoroso con su hijo recién nacido. Este chico murió acuchillado en la esquina de mi casa por el hijo drogadicto de un general. Mi novela es menos cruenta, no es un retrato de la realidad, pero es un espejo de esas cosas que viví todos los días en mi adolescencia. J.R.: ¿Cuál fue el detonante de tu última novela, Sofía y las invisibles? J.A.: El primero de todos es una vocación por contar historias. Luego, descubrí en la vida real a una pequeña mujer muy bonita que era un verdadero torbellino de ganas de cambiar al mundo. Y eso me llevó a un tema que me destroza el alma: las niñas abandonadas por todos, por cada uno de nosotros, que de pronto son llevadas por sus propios padres a un burdel donde el juez, el policía y su propio profesor de colegio pagan por tener sexo con ella. Eso pasa en Madre de Dios, en la selva del Perú. Nada que pueda contar en literatura puede compararse con la cruda realidad. 22
JAIME ALFONSO SANDOVAL
“La mejor manera de ser contestatario y criticar tu sociedad es conocerla”. Entrevistan Lorenza Estandía y Lizbeth Alvarado, editoras Norma en México.
L.E.: En tu novela Operativo nini haces una crítica social a la situación de los jóvenes que no tienen oportunidades de estudio ni de trabajo. ¿Qué tan necesario es para la literatura juvenil presentar una crítica a la realidad? J.A.S.: Creo que es fundamental, sobre todo en sociedades como la nuestra donde hay muchos conflictos sociales que no se han resuelto e incluso crecen. Cuando escribí Operativo nini fue a partir de haber leído un reportaje… me espeluznó saber que en mi país existían casi 8 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan. Para mí es importantísimo tocar estos temas porque están ahí. Los chicos y las chicas los viven día a día. L.A.: ¿Crees que la literatura crítica con la realidad sea de interés para los jóvenes? J.A.S.: Por supuesto. Lo detecto cuando van entrando a la adolescencia. Quieren ser contestatarios. Y esa es la edad para serlo. La mejor manera de ser contestatario y criticar tu sociedad es conocerla. L.E.: Para la escritura de la novela ¿cómo abordaste el tema o qué trabajo previo tuviste que hacer? J.A.S.: Investigué sobre los jóvenes. Los chicos que consiguen sus primeros trabajos son los peor pagados. Caen en unos sistemas de explotación laboral terribles… También tomé prestadas experiencias de mi propia adolescencia y la de mi hermana, de nuestros primeros trabajos. Todo eso lo recuperé para construir las anécdotas del protagonista. L.A.: En tu obra sueles hacer crítica a la televisión, Operativo nini no es la excepción, ¿por qué? J.A.S.: He trabajado mucho en televisión tanto pública como privada y sé cómo se produce. Muchas veces la televisión que no es del Estado, la que es netamente comercial, aprovecha esta función tan poderosa de poder entrar a los hogares para darles solamente basura. En muchas de mis obras aparece esto tan terrible y se ve reflejado con cierta sátira. 23
Narrador y guionista mexicano. Estudió cine en la UNAM y en la escuela de escritores. Ha sido galardonado con el Premio Barco de Vapor (2006), el Gran Angular (1997 y 2001) y el Premio Nacional de Literatura para Jóvenes FeNal-Norma con Operativo nini (2011). Algunas de sus obras han sido traducidas al holandés y al francés.
Por Laura Leibiker
Barataria 2018
Lo fantástico y el suspenso en la literatura juvenil La literatura dirigida a los jóvenes ofrece una amplia gama de posibilidades narrativas. Desde esquemas que provienen de la literatura clásica a fusiones de géneros que muchas veces hacen difícil reconocer en una obra la pureza de un modelo literario. En un intento de clasificación nos encontramos entre dos polos que proponen distintos modos de representación: la realidad y la fantasía. Lo fantástico, en una definición amplia, ha servido para señalar aquellas obras donde lo insólito irrumpe en la realidad o la ficción asume elementos sobrenaturales, mágicos o maravillosos. De un tronco más antiguo nace la magia en la literatura y de allí la fantasía con su lado luminoso y su lado oscuro. Lo fantástico y la fantasía convergen en la narrativa juvenil contemporánea, especialmente por la proliferación de sagas y obras que proclaman la tradición de la fantasía épica sajona. Esta relación entre fantasía y lo fantástico comienza a desdibujar sus fronteras y hoy en día, cuando nos referimos a lo fantástico, ha24
Periodista, locutora nacional y editora. Estudió en la Universidad de Buenos Aires. Fue redactora, jefa de redacción y directora de revistas infantiles y condujo el canal de televisión para niños Cablín. Desde 2012 es la directora editorial de LIJ Norma Argentina.
rece ante los ojos del protagonista desde el momento en que llega a la lóbrega mansión abandonada, y trae resonancias de un evento que detonará el final inquietante de esta historia.
blamos de un heterogéneo y amplio universo de formas narrativas: la novela gótica, el policial, el thriller, la ciencia ficción (entre otras). En común mantienen el elemento insólito, irreal, que escapa de la lógica y que desafía al lector en muchos casos, o lo ubican en otra realidad creada por la materia portentosa de la literatura.
La ciencia ficción, en la que el futuro aparece adelantado por la imaginación del autor, también encuentra su espacio en Zona Libre. En El secreto de la cúpula, Margarita Mainé construye un futuro cercano en el que el Sol se vende al mejor postor. Suma la fantasía de un mundo repleto de extraños artefactos de comunicación y nuevas enfermedades a una alarma sobre el descuido del medio ambiente y los riesgos que esto implica para el futuro de la humanidad toda.
De alguna forma, el suspenso -aunque no es un patrimonio exclusivo de lo fantástico- se mantiene como un hilo conductor de estas obras que han logrado sostener el interés de los jóvenes a lo largo del tiempo. Sumergirse en un texto y no poder soltarlo. Anticipar tramas, despuntar hipótesis y sorprenderse ante un desenlace inesperado describen las sensaciones de un lector frente a un texto que lo captura y le impide detener la lectura.
Un ser extraterrestre protagoniza la novela de Marcelo Birmajer El abogado del marciano. Allí, un joven abogado se encuentra con la difícil tarea de defender a un alienígena que mató -quizá sin intención- a un terráqueo. En esta obra, los límites de la ciencia ficción se expanden para dar lugar a una historia que, con una buena dosis de humor, revisa las preguntas básicas de la humanidad: ¿adónde vamos al morir? ¿cuánto tiempo vive el alma humana?
La venganza de la vaca, Los vecinos mueren en las novelas y El misterio de Crantock del autor argentino Sergio Aguirre, constituyen el corazón de una obra impactante que desde un aparente realismo se interna en las inquietantes aguas del terror. Aguirre, un autor de gran proyección en Latinoamérica, es un especialista en construir escenarios turbadores, personajes complejos y tramas en las que, habitualmente, recurre a las historias enmarcadas que le permiten narrar experiencias que estremecen.
En la novela policiaca, el suspenso alimenta la curiosidad que permite encontrar una solución al enigma. En la literatura para todas las edades, este género sigue creciendo en ventas en el mundo. En ocasiones, tomando casos resonantes de la realidad; en otras, detallando resoluciones basadas en los avances de la ciencia; siempre se trata de marcar los indicios y de encontrar las pruebas que lleven a la solución utilizando recursos variados. Las novelas de Norma Huidobro (La tercera puerta y ¿Quién conoce a Greta Garbo?) y las de la dupla autoral de Eduardo González y Osvaldo Aguirre (Graffiti Ninja y La plaza de los chicos rubios) utilizan el género para también dar cuenta de conflictos sociales, discriminación y secretos familiares. El corazón de Voltaire de Luis López Nieves, basa su pesquisa en una trama de correos electrónicos que lo llevan a armar un rompecabezas: el que permitirá saber dónde está oculto el corazón del gran filósofo Voltaire, incluso poniendo en duda el curso de la historia.
En el thriller, el objetivo principal es mantener al lector en un estado de tensión ante el desarrollo de la historia. La novela La oscuridad de los colores, de Martín Blasco, resulta un excelente ejemplo de un género que se caracteriza por la tensión permanente respecto a lo que va a suceder a lo largo de la historia. La obra logra sujetar tanto a los lectores como a los mediadores gracias al secreto que recién se devela al final y, además, porque suma cuestionamientos de índole filosófica que invitan al debate acerca de temas como la experimentación con seres humanos, el rol de la educación (y si esta puede modificar la verdadera esencia de una persona) y la desaparición de niños por motivos pseudocientíficos. El terror gótico tiene su expresión en la novela del autor inglés Chris Priestley. En Lo más cruel del invierno, una casa rodeada por un pantano, el invierno más crudo que pueda imaginarse y un joven huérfano son los tres lados de un triángulo que promete a los lectores más de una noche de insomnio. Lo sobrenatural, en este caso, se alimenta por una presencia que apa-
El suspenso como ingrediente fundamental de lo fantástico no solo constituye una parte esencial de este territorio narrativo, donde lo sombrío encuentra profundos ecos, sino que promueve la lectura como una experiencia trepidante y abierta a otras realidades y así mantiene interesada a la comunidad de lectores juveniles. 25
“…a los géneros por los que transito, el suspenso, el terror, no les importa la edad”.
Entrevista Laura Leibiker, editora Norma en Argentina.
SERGIO AGUIRRE
L.L.: Sos ampliamente reconocido en Latinoamérica por tus novelas, ligadas al suspenso y al terror. ¿Por qué elegís estos géneros para expresarte? S. A.: Mi elección proviene de mi gusto por estos géneros desde que era chico. Entre los primeros cuentos y novelas que leí, los que más me impresionaron trataban siempre de cosas terroríficas o intrigantes. Recuerdo que los primeros cuentos que escribí cuando era adolescente estaban impregnados de toda la inquietud que me producía leer en esa época a Poe y a Cortázar. Y hoy me permito imaginar otras historias que me hubiera gustado leer a esa edad.
Barataria
L.L.: En tus novelas suele haber algún detalle que queda sin resolver. ¿Cuál es tu búsqueda? ¿Cómo reaccionan los lectores frente a esa incertidumbre?
2018 Nació en Córdoba, Argentina, en 1961. Es escritor y psicólogo. Por sus libros para niños y jóvenes ha recibido varios premios: el Accésit del Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma-Fundalectura 1998 por La venganza de la vaca y mención en el Premio Nacional 2012 por El hormiguero. En Editorial Norma ha publicado Los vecinos mueren en las novelas, El misterio de Crantock y La señora Pinkerton ha desaparecido.
S. A.: Creo que mi búsqueda resulta, de una experiencia de lector temprana. Cuando leí Casa tomada de Julio Cortázar, ese cuento quedó dándome vueltas por la cabeza días y días. No se podía saber, finalmente, qué había tomado la casa ni cuál era el peligro, ni el destino de los personajes. Y sin embargo había leído algo maravilloso. Me daba cuenta de que no había forma de explicitar algo más sin arruinar el cuento. Esa “incompletud”, que me llenaba de preguntas y ganas de volver al texto, de querer desentrañarlo, me producía una excitación nueva, incomparable con nada que hubiera leído antes. Tenía la sensación de que ese cuento seguía vivo. Por eso creo que mi búsqueda se orienta a replicar esa vivencia apostando por un lector activo que disfrute de las dudas y de la ambigüedad que le plantea un texto para interrogarlo y, a su manera, completarlo. L.L.: Es habitual escuchar que para que una novela interese a los lectores jóvenes, estos deben poder identificarse con los protagonistas. Sin embargo, tus novelas suelen transcurrir lejos de nuestros países, en otras épocas y con protagonistas adultos. ¿Creés que hay una narrativa exclusiva para jóvenes? S. A.: Por supuesto, hay una literatura orientada hacia los jóvenes y la identificación con un personaje y su realidad pueden llegar a ser un elemento importante. Pero no creo que eso determine el género. De hecho, cada lector tiene sus propias condiciones para que una novela le interese y esas condiciones no necesariamente se relacionan con su edad ni con su realidad. La fantasía y lo insólito, en mi caso, definieron cuál era mi literatura juvenil. Por otra parte, nunca me he visto en la situación de tener que limitarme en ningún sentido. Tal vez porque a los géneros por los que transito, el suspenso, el terror, no les importa la edad. 26
Fotografía por Uri Gordon
MARTÍN BLASCO L.L.: Cuando pensás en escribir para jóvenes, ¿cuáles creés que son los límites o cuáles te imponés? M.B.: No creo que haya ningún tipo de límite al escribir para jóvenes y si lo hay es importante superarlo. Por lo menos yo, de adolescente, leía novelas tan complejas como las que leo ahora, así que parto de esa base.
“ No creo que haya ningún tipo de límite al escribir para jóvenes…”.
L.L.: En tus dos últimas novelas, La oscuridad de los colores y En la senda del contrario hay una coincidencia: los finales sorprendentes. ¿Cuál es tu búsqueda en ese sentido? M.B.: Presto especial atención a los finales, me gusta trabajarlos mucho. Eso no quiere decir que siempre tenga que haber una sorpresa, como en el caso de esas dos novelas, pero cuando las historias tienen buenos finales, las disfruto especialmente. L.L.: La oscuridad de los colores relata el secuestro de un grupo de niños a manos de un científico que intenta realizar un experimento social. ¿Cuál fue la génesis de esta idea? ¿Qué lecturas e investigación requirió la construcción de estos personajes tan particulares? M.B.: La oscuridad de los colores requirió mucha investigación sobre todo por la parte histórica, pues intenta reconstruir la Buenos Aires de 1910. En el tema de la experimentación psicológica me dejé llevar por mi propia imaginación, porque es un tema que me interesa especialmente. Intenté que la novela estuviera en el límite de lo fantástico; busqué llevar las posibilidades de la realidad al extremo. L.L.: ¿Qué repercusión ha tenido la novela? ¿Cuáles son las preguntas, dudas y reflexiones de los lectores durante tus visitas a escuelas? M.B.: La repercusión ha sido increíble. De todos mis libros, es sin duda el que más preguntas e interés generó en los lectores, no solo jóvenes. Creo que tiene que ver con que gira alrededor de la identidad: ¿por qué somos como somos? ¿Por nuestra educación y condiciones de vida o hay otras causas? Las charlas con los chicos en las escuelas sobre la novela han sido apasionantes para mí. 27
Nació en Buenos Aires. Estudió dirección y guión de cine. Trabajó como guionista y productor en diferentes programas de televisión. En Norma ha publicado Maxi Marote, Cinco problemas para Don Caracol, El misterio de la fuente, La leyenda del calamar gigante y El desafío del caracol en la colección Torre de Papel. Y en Zona Libre, sus novelas El bastón de plata, En la línea recta (seleccionada para integrar la lista White Ravens en 2007), La oscuridad de los colores (ganadora en la categoría Novela juvenil mejor editada 2015 – Cámara Argentina de Publicaciones) y, recientemente, En la senda del contrario.
Barataria
Una de las labores más importantes de Editorial Norma, fundada en Colombia en 1960, ha sido la conformación de un robusto catálogo de literatura infantil y juvenil que se ha posicionado como uno de los más importantes de América Latina. Los escritores más reconocidos en este campo tienen una o más obras publicadas bajo el sello Norma, cuya orientación ha marcado un respaldo fundamental al desarrollo de esta literatura latinoamericana. Se han impulsado diferentes estrategias enfocadas a incrementar el catálogo con obras de calidad. Entre ellas sobresale la convocatoria anual del Premio Norma de Literatura Infantil y Juvenil.
Por Lorenza Estandía
Premio Norma de Literatura Infantil y Juvenil: mosaico de creadores de América Latina
2018
Fundalectura, representante de IBBY en Colombia, invitó a varias editoriales para presentar propuestas de un premio de literatura infantil y juvenil en el ámbito latinoamericano. Editorial Norma fue la seleccionada y las primeras bases se publicaron en 1996. El premio, desde entonces, se ha impulsado de forma ininterrumpida en toda la región. Este importante galardón literario, además de contribuir a la profesionalización de los autores, ha estimulado la participación de escritores consagrados, ha logrado ampliar el horizonte de los relatos de ficción o realistas para este público y ha contribuido significativamente con la formación de lectores. Paralelamente, ha reforzado el prestigio de Norma en este contexto por el apoyo a los nacientes escritores latinoamericanos interesados por especializarse en literatura infantil y juvenil. Podemos decir con orgullo que se ha posicionado como el premio más importante de la narrativa infantil y juvenil de la región. La convocatoria se dirige a los autores adultos, ciudadanos de países latinoamericanos residentes en cualquier país, con obras inéditas escritas en castellano o en portugués. Un año se convoca para literatura infantil y al siguiente para juvenil. El premio considera una remuneración económica de 15000 dólares americanos, como anticipo a cuenta de regalías. Ofrece, además, la publicación bajo el sello Norma y la comercialización de la obra ganadora en los países de América Latina. El jurado se conforma por tres miembros de reconocido prestigio: un representante de Editorial Norma, un autor y un especialista en literatura infantil y juvenil. A lo largo de los años se ha contado con la participación de reconocidos autores, editores, críticos literarios e investigadores. 28
Estudió Pedagogía en la UNAM y ha trabajado como editora por más de 20 años. En Norma se desempeña como Gerente de Literatura Infantil y Juvenil. Ha sido jurado de varios premios literarios y es consejera de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana y el Programa Universo de las Letras de la UNAM.
que, al suicidarse, deja un enorme vacío y muchas dudas entre sus compañeros de colegio.
América Latina se ha visto representada por la participación de autores de una diversidad de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Venezuela e, inclusive, España. Gracias al Premio Norma, magníficas obras se lanzaron al mercado latinoamericano y muchos escritores de la región encontraron aquí una excelente oportunidad para darse a conocer en un mercado más amplio. Las obras de narrativa juvenil que han ganado este premio conforman un grupo diverso en temas y géneros, con elementos comunes de su calidad literaria, su capacidad para atrapar a los lectores y una profunda exploración de la psicología y de los sentimientos de los personajes.
Oki, tripulante de terremotos de Juan Carlos Quezadas, autor mexicano, es la historia de un niño japonés hipocondriaco cuyo padre trabaja en la planta de Fukushima y su madre, ausente la mayor parte del tiempo, lo hacen refugiarse en los libros convencidos de que un libro puede cambiar su destino. El descubrimiento del poeta portugués Pessoa marca un parteaguas en su vida. Estudia literatura y se especializa en el famoso autor y años después viaja a Portugal en busca de ese libro perdido. Relato de iniciación al amor por los libros. La isla de los lagartos terribles del mexicano Francisco Haghenbeck es una novela de aventuras de un naturalista inglés y su hijo que se embarcan en un navío de piratas holandés, rumbo a México, en el siglo XVII, para buscar dinosaurios sobrevivientes. Enfrentarán duras batallas para rescatar a un personaje, descubrirán la personalidad extravagante de los piratas y de la única mujer pirata registrada en la historia. Esta novela enlaza sucesos históricos, aventuras de piratas y dinosaurios en una trama bien lograda.
Paloma son tus ojos, del argentino Eduardo Dayan, es una historia de amor entre un joven judío universitario y una chica cristiana que transcurre en el Buenos Aires de 1994, después del atentado con bomba a una asociación judía. Narrada a varias voces, ofrece la visión de cada personaje sobre la situación de prejuicio religioso, diferencia de edad, estrato social, color de piel y nivel económico. Los puntos de vista individuales ofrecen una mirada de conjunto que invita al lector a asumir una posición personal sobre el tema.
Koi de Ezequiel Dellutri de Argentina habla sobre las dificultades de comunicación de una adolescente de 15 años y de su necesidad de relacionarse con otros. A partir de la muerte de su padre, a quien nunca conoció, empieza a hacer preguntas a su madre, le exige las respuestas y sabe de la existencia de un medio hermano autista. Su soledad la lleva a refugiarse en la música, mientras él solo se interesa y se obsesiona por los peces. El encuentro entre ellos, que comparten la música y los peces, les dará la fuerza para construir un vínculo emocional significativo para ambos.
Querida Alejandría de la mexicana María García Esperón es una novela histórica epistolar sobre Cleopatra Selene, hija de 14 años de Cleopatra y Marco Antonio, al momento de la caída de su ciudad, Alejandría, ante el Imperio romano. Escrita con gran sensibilidad y una prosa casi poética, evoca sus recuerdos de infancia, la relación con sus padres, la vida en Alejandría, las guerras, la muerte de sus padres y su traslado a Roma como trofeo de guerra. Entreteje la historia con elementos de ficción para rescatar la vida de un personaje poco conocido y despierta el interés de los lectores por el conocimiento de la época clásica.
Hace dos décadas la narrativa juvenil estaba en ciernes. En estos años han surgido muchos nombres que hoy se han proyectado más allá de su país de origen, para atraer a jóvenes lectores de otras latitudes del mundo. El Premio Norma se ha desarrollado en paralelo con la literatura juvenil regional conformando un interesante mosaico con las obras publicadas en la colección Zona Libre, la cual celebra sus 20 años en 2018. Como su nombre lo indica, es una colección de horizonte amplio, libre de ataduras, libre de prejuicios, abierta a nuevas obras y autores. Zona libre ha trascendido fronteras con la enorme satisfacción de haber logrado formar un sinnúmero de lectores entusiastas críticos y propositivos.
Tony de Cecilia Velasco, de nacionalidad ecuatoriana, es una historia realista contada a cuatro voces adolescentes, cada una con sus sentimientos, estilo personal y reflexiones sobre la identidad, su lugar en el mundo y la marginalidad. Los protagonistas son un joven ecuatoriano de ascendencia china diferente de los demás, una chica adolescente cuyos padres rechazan a su hermano deficiente mental, un chico distraído que vive a las afueras de la ciudad y una adolescente confundida por lo que siente por otra 29
GANADORA DEL PREMIO NORMA DE LIJ CON LA NOVELA JUVENIL TONY
CECILIA VELASCO ¿Cómo fue tu experiencia cuando recibiste el Premio Norma Fundalectura por Tony?
Nació en Ecuador, en 1965. En el año 2010, ganó el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil con la novela Tony. En la actualidad, es columnista de opinión del periódico ecuatoriano El Telégrafo, editora de la revista digital tête-à-tête y colaboradora de Mundo Diners.
Cuando recibí el Premio Norma Fundalectura por Tony en el año 2010, tuve una enorme alegría: viajar a Bogotá y asistir a la Feria del Libro de esa ciudad fue una experiencia enriquecedora, pues de otro modo tal vez no habría tenido ocasión de ser invitada. Luego de la premiación, visitar ciudades como Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Valledupar, y charlar con estudiantes y profesores secundarios implicó una inmersión intensa en el querido país hermano: en sus quebrantos y optimismo. ¿Qué te ha dejado en tu carrera haber ganado este premio? En mi carrera literaria, haber ganado este premio ha significado ser leída fuera de las fronteras de mi país, Ecuador. Gracias a Tony pude entablar contacto con autores como Liliana Bodoc, quien fuera uno de los miembros del Jurado y con el prestigiado autor Antonio Orlando Rodríguez, a quien mi libro entusiasmó vivamente. En Colombia, México, Ecuador, Perú, las páginas que un día escribí con dolor y amor han sido leídas por cientos, miles de lectores.
GANADOR DEL PREMIO NORMA CON LA NOVELA RONDA DE PERDEDORES
JORGE SALDAÑA ¿Cómo fue tu experiencia cuando recibiste el Premio Norma Fundalectura por Ronda de perdedores?
Nació en Argentina en 1969. Es abogado, egresado de la Universidad del Salvador. En 1994 recibió una mención especial de la Editorial Baobab por su cuento El duelo, que fue publicado en una recopilación de jóvenes narradores argentinos.
Primero fue una gran sorpresa. Escribí el libro pensando en mi hijo y para divertirme. Porque creo que la literatura es muchas cosas, pero es también entretenimiento. Y cuando me avisaron que la novela había ganado el premio pensé que me estaban haciendo una broma. Después caí en cuenta de que no fui yo el premiado, sino Tintín y el Sapo, los protagonistas de la novela. ¿Por qué decidiste participar en este concurso con esta obra? No lo decidí yo, fue en parte aleatorio y en parte porque hubo otros qué creyeron en el peso de la historia que contaba. Cuando terminé el primer borrador del libro se lo pasé a un amigo músico y escritor para que me dijera qué le parecía, y a los dos días me llamó para decirme que no había podido dejar de leerlo y que tenía que publicarlo. Cuando llegó a Norma Kapeluz hubo otra creyente, Daina Reinhardt, que después de leer el libro me convenció de mandarlo al concurso. 30
GANADOR DEL PREMIO NORMA DE LIJ CON LA NOVELA OKI, TRIPULANTE DE TERREMOTOS
JUAN C. QUEZADAS ¿Cómo fue tu experiencia cuando recibiste el Premio Norma por Oki, tripulante de terremotos? Para mí fue una gran emoción obtener un premio que anteriormente habían ganado escritores a los que admiro e, incluso, quiero mucho. ¿Qué te ha dejado en tu carrera haber ganado este premio? Creo que en las bases del premio deberían agregar que, además del monto económico y la publicación, el ganador tendrá la oportunidad de conocer a mucha gente maravillosa. Por lo menos así fue en mi caso. Gracias al Premio Norma conocí a muchas personas muy lindas. Cuéntanos alguna experiencia relevante que hayas tenido con tus lectores. Durante una gira de promoción en Colombia se destapó en México la terrible noticia de la matanza de Ayotzinapa. Por esos días estaba en Cali en un salón de clases con 43 estudiantes colombianos. ¡43 exactamente! El número de estudiantes muertos en México. Les conté la historia a aquellos jóvenes. Nos entristecimos juntos. Y al final, me reconfortaron con sus palabras. Fue una plática inolvidable.
Escritor mexicano, nacido en 1970. Estudió en la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha ganado varios premios literarios: Premio Castillo de Novela Infantil en 2002, ‘Barco de Vapor’ en 2008, el premio nacional de cuento infantil ‘Juan de la Cabada’ en 2009 y el Premio Norma en 2014 con la novela Oki, tripulante de terremotos. En editorial Norma ha publicado dos novelas y participa en dos antologías de cuentos.
GANADORA DEL PREMIO NORMA POR LA NOVELA QUERIDA ALEJANDRÍA
MARÍA GARCÍA
¿Cómo fue tu experiencia cuando recibiste la noticia de haber ganado el Premio Norma Fundalectura y cuando fuiste a Colombia a recibirlo? Fue una emoción muy intensa… no podía dormir de felicidad y descubrir una nueva vocación. Soy una persona muy espiritual, tengo una visión mística de la vida y en las cartas del tarot me salía el amor y pensaba “esto es el amor”. Nunca había ido a Colombia y cuando se abrió esta posibilidad fue una nueva vida. Cuéntanos alguna experiencia relevante que hayas tenido con los lectores de esta novela. Estaba en un colegio en Colombia cuando una chica me dijo: “estoy en una época de mi vida muy difícil, mis papás se están separando, leí esta novela y me ayudó mucho, fue como verme en el espejo del personaje y contemplar que todos tenemos problemas…”. En el caso de Querida Alejandría es un imperio que se está perdiendo, los padres de Cleopatra Selene mueren, pero para esa niña era lo mismo: su universo se estaba perdiendo, sus padres se estaban separando y ella se veía sola. 31
Autora mexicana cuya obra se centra en la novela histórica y la poesía. Ha sido reconocida internacionalmente con el Premio Norma Fundalectura (2007) por su novela Querida Alejandría, que también se incluyó en la lista White Ravens (2008).
LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO Barataria 2018
Un clásico que cautivó a más de 1 000 000 de lectores.
Los
del 20 ojos perro
AÑOS
siberiano
Hace tiempo que Ezequiel no vive en casa. De él no se habla, ni de los motivos de su ausencia. Hasta sus padres evitan pronunciar su nombre. El protagonista de esta novela, hermano de Ezequiel, encontrará en esta situación un camino para emprender un viaje hacia el encuentro con un afecto ausente, hacia la despedida y hacia el interior de sí mismo. La novela, escrita con una inteligente economía de palabras, describe de manera poética el difícil territorio de los sentimientos en presencia de los prejuicios, y hasta qué punto el orgullo y la severidad son capaces de demoler el amor de unos padres por su hijo. Un reencuentro al final del camino hará posible que dos hermanos que han estado separados armen las piezas de los recuerdos que los unen. Ahora que Ezequiel ha muerto, una nueva historia comienza… Los ojos del perro siberiano toca profundamente el corazón de sus lectores, que se ven confrontados por los silencios que sugieren otras escenas que no se cuentan y que hacen más denso el tejido emocional de esta historia. Ciertamente, una novela que remueve y toma distancia de un tema controversial para ofrecernos una experiencia literaria que ha conectado a diferentes generaciones.
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Ezequiel Dellutri Novela ganadora del Premio Norma de Literatura Infantil y Juvenil 2018 Una historia que conecta a dos hermanos que aĂşn no se conocen. Dos mundos trazan un puente entre el silencio y el deseo de estar juntos.
ISSN
9
1690-5733
771690 573006
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