3 minute read
Las dicciones argentinas
YSIGNIFICADOS
Arrigo Coen Anitúa (†)
w ww. ant iq uesonkettner.com
No voy a tratar aquí de los argentinismos,
locuciones o giros propios de los naturales de la República Argentina, sino de las voces relativas al argento o plata, esto es, las palabras argénteas. Pues bien, para los franceses ‘el dinero’ es l’argent, como para los italianos l’argento y para nosotros la plata. Y en América hemos pergeñado el adjetivo platudo por ‘rico’ o ‘acaudalado’. El argento, como el oro, debe su nombre a su brillo, ya que el griego argyrós, forma correspondiente al latín argentum, se relaciona con argós, ‘blanco’, ‘esplendente’, y el sánscrito arjuna, ‘blanco plata’, esto es, ‘blanco brillante’, que proviene de la raíz raj, ‘brillar’. En osco, aragetom corresponde al sánscrito rajata, ‘plata’, ‘blanco’, y el irlandés y gaélico airgiod, ‘plata’, ‘dinero’, es pariente de arg, ‘blanco’.
Lo blanco es lo ‘claro’, lo ‘luminoso’ por excelencia, por eso, cuando se trata de hacer luz sobre un asunto, de iluminarlo o ilustrarlo –lustre es igual a brillo–, se aclara mediante argumentos, se arguye, esto es, etimológicamente, se pone en blanco, en limpio. De argutus, participio pasivo del latín arguere, ‘argüir’, proviene argutia, nuestro ‘argucia’, que no es sino el argumento falso, presentado con agudeza para que cuele como legítimo.
La medicina conoce con los nombres de argirismo o argiriasis, una “decoloración de la piel o de las mucosas, debida al abuso de preparados de plata, al depositarse ésta en los tejidos”.
Sólo por imitación llamamos mercurio al hidrargiro o hidrargirio, forma científica y pedante de llamar al único metal líquido a la
temperatura ordinaria, y cuyo nombre en buen español es azogue. Hydrárgyros en griego significa literalmente ‘agua de plata’ o, mejor, ‘plateado como el agua’.
La alquimia medieval dio al oro un símbolo consistente en un círculo con un punto en el centro, imagen del disco solar; también dio a la plata el nombre de Luna, y representó al azogue con el signo del planeta Mercurio. De ahí que se llame también mercurio al azogue, hidrargirio o argento vivo, forma, esta última, sospechosa de italianismo.
El que los alquimistas hayan llamado luna a la plata, viene a apoyar la figura poética “astro de plata” con que ya nos traen lunáticos los trovadores –nótese que trovar es ‘hacer versos’, literalmente ‘encontrar’ metáforas, metros y rimas, no cantar; y trovistas o trovadores no son cantantes, sino ‘poetas’. Ya Homero habló del “rielar de la Luna en el agua del río”, llamándolo argyrodínes (Ilíada, II, 752) o, lo que es lo mismo, ‘plata que rueda’.
Se solía laminar el argento para facilitar su uso industrial, por lo que, de la voz bajolatina con que se designaba ‘lámina de metal’, plata, tomó su actual nombre en español, y plata, en antiguo francés.
En 1526, Sebastián Cabot, Caboto o Gaboto, ascendiendo el Mar Dulce –en realidad una enorme ría–, obtuvo de los indios guaraníes, a cambio de baratijas, tal cantidad de ornamentos y otros objetos de plata, que dio el nombre de Río de la Plata al gran curso de agua que iba remontando y que ha conservado tal denominación hasta nuestros días. ¿Influyó más tarde este nombre para dar el suyo a la actual República Argentina? Ello es evidente.
El uso de la plata como sinónimo de dinero no es ni mucho menos reciente: en la antigua Roma, argentium solvere significó pagar una deuda, y aun antes los griegos habían forjado palabras en las que la plata tenía valor pecuniario e intencionado: argyrotheísai se dijo de las poesías compuestas evidentemente por interés; y cuando Demóstenes, cohechado por los dineros de Harpalo, se abstuvo de hablar, aduciendo como pretexto una inexistente afección de la garganta, sus contemporáneos dijeron que había sido víctima de una repentina argyrankhé, esto es, una ‘angina de plata’. ¡Ay, poder del dinero, cuántas enfermedades como ésta has provocado y sigues causando!
www .eve r yst ock p h o t o. com