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Mosaico de secuencias
problemas SIN NÚMERO
Claudia Hernández García
El mundo se nos presenta como un conjunto de obje-
tos organizados en distintos niveles de complejidad. Los objetos aparentemente ocupan un lugar en el espacio, tienen una duración en el tiempo y pueden ser analizados por las partes que los componen, como partes, a su vez, de otros objetos o sistemas, o como totalidades. Desde esta perspectiva, el mundo es un complejo organizado de cosas. Sin embargo, pronto nos percatamos de que las cosas se desintegran y que se relacionan entre sí de una manera intricada y cambiante, con lo cual llegamos a percibir que el mundo puede ser visto también como un proceso, como un devenir semiordenado. De hecho, nuestro mundo más inmediato se revela ya sea como un universo de cosas, entre las que ocupamos nuestro lugar, o como un universo en fl ujo constante.
Ver al mundo como un proceso resulta particularmente enriquecedor. Por una parte, produce vértigo el percatarnos de lo efímero, de que nada permanece igual, pero por otra parte nos damos cuenta de su extraordinaria organización en el tiempo. Los movimientos de las cosas y sus relaciones, es decir, su intercambio de materia y de información, conforman un proceso en el que, de acuerdo a las circunstancias internas y externas del sistema, se combinan una direccionalidad y un azar. En efecto, los procesos pautados son procesos estocásticos, es decir, en los que existe una organización temporal que no es totalmente caótica ni totalmente previsible. Dentro de las directrices y limitantes de las necesidades vitales, los organismos vivos nos movemos en líneas de comportamiento más o menos estables, pero es la novedad causada por el desequilibrio la que proporciona posibilidades de reacomodo y líneas diferentes de desarrollo.
JOSÉ LUIS DÍAZ
Tomado de El ábaco, la lira y la rosa. Las regiones del conocimiento, de José Luis Díaz, Fondo de Cultura Económica, Colección “La ciencia para todos” núm. 152, México 2003, pp. 60-62.
José Luis Díaz Gómez (n. 1943) es médico cirujano y actualmente trabaja en la Facultad de Medicina de la UNAM. Además de su labor como investigador del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, se procura espacios para hablar, discutir y refl exionar sobre la historia, la fi losofía y la comunicación de la ciencia.
Actividad
En este número de Correo del Maestro les proponemos una actividad para alumnos de cuarto de primaria en adelante. Les sugerimos que primero intenten resolverla en equipos de dos o tres personas y luego compartan sus estrategias, difi cultades y soluciones con el resto de los equipos.
1. Escribe el número que sigue en esta secuencia
11, 12, 14, 17, 21, 26, 32, ___
2. ¿Cuáles números faltan en esta secuencia?
___ , 81, 74, 67 ___ , 53
3. ¿Qué horario falta en esta secuencia?
9:30, ______ , 10:50, 11:30, 12:10, 12:50
4. Ana está leyendo un libro que la tiene atrapada. El lunes leyó 15 hojas, el martes leyó 18, el miércoles 21 y el jueves 24. Si sigue con este mismo ritmo de lectura, ¿cuántas hojas habrá leído el sábado?
5. ¿Dónde tendría que ir la bolita en la última retícula?
izquierda. arriba. De manera que en la última cuadrícula, la bolita se ubica en la esquina superior La bolita cambia de ubicación desplazándose dos casillas a la izquierda y luego una hacia 5.
habría leído 27 hojas y el sábado tendría que haber leído 30 hojas. Cada día Ana lee tres hojas más que el día anterior. Si el jueves leyó 24 hojas, el viernes 4.
las 10:10. Entre una hora y otra hay 40 minutos de diferencia, así que el horario que falta es el de 3.
los números que faltan son el 88 y el 60. Cada uno de los números en esta secuencia es 7 unidades menor que el anterior; así que 2.
así sucesivamente. tercero hay que sumar 2 al segundo; para obtener el cuarto hay que sumar 3 al tercero; y números en orden: para obtener el segundo hay que sumar 1 al primero; para obtener el El número que sigue es el 39. Para llegar de un número al siguiente hay que sumar los 1.