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Para atreverse a escribir

LIBROS

Rosalía Guerrero Arenas

Presentamos Si te atreves, dilo por escrito, de Valeria Gar-

cía Ferrerio, escritora que ha incursionado en diversos géneros literarios, además de la divulgación de la ciencia. Tal y como sugiere el título, la temática que aborda este libro es la fuerza de la escritura. No sólo por el mero acto de escribir, sino por sus consecuencias. En este texto se abarca la historia y el cambio que ha sufrido la escritura en diversas culturas y épocas a lo largo de doce capítulos, los cuales, dicho sea de paso, se pueden leer en forma lineal o al gusto del lector. La información se presenta en pequeñas dosis, casi en forma de anécdotas, pero en conjunto comprenden un panorama integral de esta actividad.

en el primer capítulo, “La historia es escrita”, la autora recuerda que el inicio de la historia está marcado por el comienzo de la escritura. Si bien se reconoce que no hay un iniciador único a quien se atribuya el invento de esta actividad, se ha consensuado que hay cuatro culturas pioneras en cuanto a sus propios sistemas de escritura: China, Egipto, Mesopotamia y los mayas. De éstos, sólo los sistemas de escritura china y mesopotámica lograron sobrevivir y convertirse en los medios por los cuales se unifi caron territorios que se habían logrado conquistar.

Así, la escritura se convierte en un instrumento para ejercer el poder. Esta idea se utiliza como premisa en el segundo capítulo “La escritura al servicio del imperio”, ejemplifi cando la infl uencia del español y árabe, debido a los confl ictos bélicos entre ambos países.

En el tercer capítulo, “Los imperios de la escritura”, se habla del latín, lengua que fue la elegida por los documentos religiosos católicos, así como del griego, idioma reivindicado durante el Renacimiento.

La invitación a desafi ar el principio de autoridad se refl eja en el cuarto capítulo “Si está escrito, atrévete a contradecirlo”. En esta parte del libro, la autora señala dos casos en los que se enjuicia la credibilidad de los medios escritos: el primero de ellos, el escándalo Sokal, involucró al profesor de física Alan Sokal, quien llegó publicar una serie de escritos con afi rmaciones

incoherentes en revistas arbitradas de ciencias sociales. Recientemente, dos conductores de la televisión francesa, quienes habían cursado doctorados en ciencias, fueron objeto de críticas al descubrirse que su prestigio académico se basaba en diversos artículos sin bases científi cas. Además de lo anterior, se analiza por qué la autoridad de las leyes es mayor si son escritas.

El registro de nuestro nombre en el momento del nacimiento determina en buena medida nuestra identidad; y no sólo eso, sino que en algunas culturas se creía que el epitafi o implicaba consecuencias en la vida eterna; ello se analiza en el quinto capítulo, “Somos un nombre”. También se muestra que, a diferencia de nuestra cultura, los árabes acostumbraban asociar elementos que permitían identifi car la identidad de las personas. Así, cuando una persona moría, el nombre señalaba su genealogía, posesiones, ofi cio, formación, actividad profesional, entre otros elementos. Finalmente, se hace un recuento del signifi cado de la fi rma en nuestra cultura, como sello particular de nuestra identidad.

“Negro sobre blanco”, según García Ferreiro (sexto capítulo), es una expresión que se utiliza para exigir o manifestar la intención de exponer una idea con absoluta claridad. El “negro” no siempre fue tinta, sino que se han utilizado diversas combinaciones de grafi to y otros materiales. El “blanco”, por otro lado, no sólo abarcó las diversas variedades del papel –o la pantalla de la computadora en tiempos modernos–, sino diferentes fi bras vegetales como el papiro o el amate. En el siguiente capítulo “Blanco sobre negro” la autora señala la manera en que la escritura se ha utilizado como instrumento para dominar y someter socialmente a través de la imposición de castas y razas.

En el octavo capítulo “Los enredos de la lengua”, se detallan los orígenes de las normas de ortografía de nuestro idioma. Y también se hace un recuento del lenguaje científi co, jerga incomprensible para una buena parte del público, sus efectos y su uso en el lenguaje cotidiano.

Para completar el panorama, en el capítulo 10, “Traicionera traducción”, se nombran los numerosos inconvenientes y contratiempos a la hora de enfrentarse con la traducción de un idioma extranjero.

El autor, personaje responsable de sus escritos, puede ser reprimido, censurado y condenado por sus textos, tal como lo sentencia “Todo lo que escribas será usado en tu contra”, en el capítulo nueve. En esta parte se narran varios sucesos en los que los autores sufren la censura, o en el peor de los casos, la muerte. Si el deseo de escribir es mayor que la persecución que pueda sufrir un autor, la autora propone: “Si no te atreves, encripta”, capítulo en el que reseña la historia de la criptografía, así como el papel que desempeñó en diversos episodios históricos.

Por último, en “Lo que se quedó en el tintero” hay diversas anécdotas sobre la escritura y los ciegos, la escritura y la música, así como los estudiantes y su habilidad para escribir.

Este libro es una invitación a acoger a la escritura no sólo como un acto mecánico, sino como un medio para valorar nuestra propia historia. La próxima vez que escribamos, miremos hacia delante y atrás: pensemos no sólo en las consecuencias de la palabra escrita, sino en los acontecimientos que ocurrieron antaño.

Reseña del libro Si te atreves, dilo por escrito, de Valeria García Ferreiro, Por las dudas: colección para curiosos escépticos, Siglo XXI, México, 2009, 126 pp.

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