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Ciudad y educación: la Ciudad Educadora
Ciudad y educación:
LA CIUDAD EDUCADORA
Ana Pi i Murugó
La ciudad de Guadalajara promociona el ocio saludable al aire libre.
La educación no se limita a La las aulas: las propias
ciudades, si atienden y ponen en práctica los conceptos aquí verciu tidos, pueden llegar a convertirse en un instrumento educativo tid que resuelva los nuevos retos y las nuevas necesidades sociales. qu
Ciudad Educadora abarca, entonces, no sólo a la ciudad sino también a las autoridades municipales y a la sociedad civil. tam
diversos autores han expresado la importancia de la ciudad en la educación, formación y el crecimiento de sus habitantes. Extraemos aquí algunas de las consideraciones que nos sirven de marco para entender y defi nir el concepto de Ciudad Educadora:
El educador y fi lósofo Paulo Freire escribió:
La ciudad se convierte en educadora a partir de la necesidad de educar, de aprender, de imaginar… siendo educadora, la ciudad es a su vez educada. Una buena parte de su labor educadora está ligada a nuestro posicionamiento político, y obviamente, a cómo ejercemos el poder en la ciudad, a cómo la utopía y el sueño que impregnan nuestra política en el servicio a aquello y aquellos a quienes servimos –la política de gasto público, la política cultural y educativa, la política de salud, transporte y ocio. El urbanista Jordi Borja postula:
[La ciudad como] aquel producto físico, político y cultural complejo, europeo y mediterráneo, pero también americano y asiático, que hemos caracterizado en nuestra ideología y en nuestros valores como concentración de población y actividad, mezcla social y funcional, capacidad de autogobierno y ámbito de identifi cación simbólica y de participación cívica. Ciudad como lugar de encuentro, de intercambio, ciudad igual a cultura y comercio. Ciudad de lugares y no un mero espacio de fl ujos.
Y el politólogo Isidre Molas explica:
La ciudad moderna constituye un marco primario de vida social y de interrelación; y, por tanto, de solidaridad. Como tal marco proporciona un haz limitado de posibilidades, dentro del cual las personas se mueven y optan. Es decir, concreta
las posibilidades de libertad real para ejercer las libertades universales que el derecho y las costumbres del sistema democrático otorgan. Frente al individualismo, la ciudad es marco de solidaridad. Frente al aislamiento, es marco de comunicación. La ciudad cuenta con las mejores condiciones materiales para forjar una oferta general de difusión de los aprendizajes y de los conocimientos útiles para vivir en sociedad y, al mismo tiempo, puede crear la gradación más dispersa de desigualdades en su distribución. […] El sistema municipal, por su proximidad a los ciudadanos, es el más abierto y el más transparente. Sus decisiones y administración son las más palpables y […] las que generan más fácilmente opinión pública. Es, por tanto, escuela de ciudadanía. La ciudad es, pues, un marco y un agente educador que, ante la tendencia a la concentración del poder, practica la opinión pública y la libertad […]. Facilita el tejido de los hábitos ciudadanos que crean el sentido de reciprocidad. Permite formar personas sensibles tanto a sus deberes como a sus derechos.
En este encuadre, la educación aparece nítidamente como la acción que va más allá de las familias y las escuelas. Aunque incluyéndolas como factores clave, la educación comprende hoy multitud de parámetros y de agentes no reconocidos hasta ahora y abraza toda la población.
Las Ciudades Educadoras
La necesidad de unir esfuerzos, conocer y recoger experiencias sobre la capacidad educadora de las distintas ciudades del mundo, y su posible coordinación, hizo que en 1990 se celebrara en Barcelona el I Congreso Internacional de Ciudades Educadoras. Allí se acuñó la expresión “Ciudad Educadora”, desde el convencimiento indiscutible que la ciudad es educativa y fuente de educación en ella misma, desde múltiples esferas y para todos sus habitantes. Ello hace incuestionable que la planifi cación urbana, la cultura, los centros educativos, los deportes, las cuestiones medioambientales y de salud, las económicas y presupuestarias, las que se refi eren a la movilidad y a la viabilidad, a la seguridad, a los diferentes servicios, las correspondientes a medios de comunicación, etc., incluyan y generen diversas formas de educación de la ciudadanía.
La intencionalidad educadora de la ciudad constituye un compromiso político que debe asumir, en primer lugar, el gobierno municipal. Como instancia política representativa de los ciudadanos y que les es más próxima; pero ha de ser necesariamente compartida con la sociedad civil.
Tres premisas centran este concepto de Ciudad Educadora:
1. Información comprensible –necesariamente discriminada– hacia la ciudadanía, 2. participación de esta ciudadanía desde una perspectiva crítica y corresponsable, y 3. evaluación de necesidades, propuestas y acciones.
El gran reto del siglo XXI es profundizar en el ejercicio de los principios y valores democráticos por medio de orientaciones y actuaciones adecuadas. Hay que introducir, en el ordenamiento jurídico-político, factores pedagógicos que permitan utilizar la información, la participación y la evaluación como ejes de aprendizaje y de educación, y de construcción de ciudadanía.
En la actualidad, muchas políticas municipales continúan considerando a la Ciudad Educadora sólo como un conjunto de actuaciones relacionadas, de una manera u otra, con las instituciones o edades educativas convencionales. Pero se trata de un nuevo paradigma, un pro-
La Ciudad Educadora - La Ville Éducatrice. Libro realizado con motivo del I Congreso Internacional de Ciudades Educadoras celebrado en 1990 en Barcelona.
yecto compartido que abarca todos los departamentos de las administraciones locales y a la sociedad civil. La transversalidad y la coordinación son básicas para dar sentido a las actuaciones que incorporan la educación como un proceso que se da a lo largo de toda la vida. Las autoridades locales han de propiciar, facilitar y articular la comunicación necesaria para el conocimiento mutuo de las diversas actuaciones que se llevan a cabo a fi n de establecer las consiguientes sinergias para la acción y para la refl exión, y constituir plataformas conjuntas que posibiliten el desarrollo de los principios de la Carta de Ciudades Educadoras.
Las formas concretas de desarrollo y la concreción del concepto Ciudad Educadora son tan diferentes como diversas son las ciudades, con ritmos y niveles de implicación diferentes. Esto dependerá de su propia historia, ubicación, especifi cidad y también del propio proyecto político.
En el II Congreso Internacional de Ciudades Educadoras, celebrado en Goteburgo, Suecia, en 1992, se defi nió una propuesta integradora de la vida ciudadana que concierne a gobiernos locales, pero también a todo tipo de instituciones y asociaciones públicas y privadas que tengan como objetivo:
…trabajar conjuntamente con sentido educativo en el desarrollo de políticas y actuaciones que impulsen la calidad de vida de las personas, su compromiso con el espíritu de ciudadanía y los valores de una democracia participativa y solidaria.
Son diversos los países que se han unido a esta propuesta –en Latinoamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay– y podemos conocer los relatos de proyectos y documentos vinculados.
Recientemente se ha celebrado el II Congreso de Ciudades Educadoras Mexicanas donde participaron 13 ciudades educadoras, y en el cual el tema central fue: “En movimiento. Deporte y Ciudadanía” (México D.F. 6 y 7 de noviembre del 2009). Los participantes intercambiaron experiencias enmarcadas en la temática del deporte como herramienta de inclusión y cohesión social, benefi ciosa para la salud y el medio ambiente. Según el secretario de Educación del Distrito Federal, Mario Carrillo Huerta:
El deporte es un recurso educativo excepcional que promueve valores esenciales para la formación de la personalidad y de las habilidades sociales como el respeto a los demás, la disciplina y la fuerza de voluntad. Educa en la regularidad y en la constancia; en la importancia del trabajo en equipo, propicia también las relaciones interpersonales y multiculturales y mejora la convivencia y el respeto a la diversidad.
Asimismo, los asistentes trabajaron para coordinar la presencia de las ciudades mexicanas en el XI Congreso Internacional de Ciudades Educadoras “Deporte, políticas públicas y ciudadanía. Retos de una Ciudad Educadora”, que se realizó en Guadalajara en abril de este año.
El derecho a la Ciudad Educadora
En la Carta Inicial de las Ciudades Educadoras se establecieron los principios básicos para el impulso educativo de la ciudad. El texto fue revisado en el III Congreso Internacional (Bolonia, 1994) y en el VIII Congreso (Génova, 2004) con la fi nalidad de adaptar sus planteamientos a los nuevos retos y necesidades sociales. La actual Carta se fundamenta en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966); en la Convención sobre los Derechos de la Infancia (1989); en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990), y en la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (2001). Entre sus principios y postulados destacamos los que siguen:
1. Todos los habitantes de una ciudad tendrán el derecho a disfrutar, en condiciones de libertad e igualdad, de los medios y oportunidades de formación, entretenimiento y desarrollo personal que la misma ofrece. El derecho a la Ciudad Educadora se propone como una extensión del derecho fundamental de todas las personas a la educación. La Ciudad Educadora renueva permanentemente su compromiso con la formación de sus habitantes a lo largo de la vida en los más diversos aspectos.
Y para que ello sea posible, deberá tener en cuenta todos los grupos, con sus necesidades particulares. En la planifi cación y gobierno de la ciudad se tomarán las medidas necesarias encaminadas a suprimir los obstáculos de cualquier tipo, incluidas las barreras físicas, que impidan el ejercicio del derecho a la igualdad. Serán responsables de ello tanto la administración municipal como otras administraciones que incidan en la ciudad; y estarán también comprometidos en esta empresa los propios habitantes, tanto a nivel personal como a través de las distintas formas de asociación a las que pertenezcan.
2. La Ciudad promoverá la educación en la diversidad, para la comprensión, la cooperación solidaria internacional y la paz en el mundo. Una educación que combata cualquier forma de discriminación. Favorecerá la libertad de expresión, la diversidad cultural y el diálogo en condiciones de igualdad. Acogerá tanto las iniciativas de vanguardia como las de cultura popular, independientemente de su origen. Contribuirá a corregir las desigualdades que surjan en la promoción cultural producidas por criterios exclusivamente mercantiles.
3. Una Ciudad Educadora fomentará el diálogo entre generaciones, no sólo como fórmula de convivencia pacífi ca, sino como búsqueda de proyectos comunes y compartidos entre grupos de personas de edades distintas. Estos proyectos deberían orientarse a la realización de iniciativas y acciones cívicas cuyo valor consista precisamente en su carácter intergeneracional y en el aprovechamiento de las respectivas capacidades y valores propios de las distintas edades.
4. Las políticas municipales de carácter educativo se entenderán siempre referidas a un contexto más amplio inspirado en los principios de la justicia social, el civismo democrático, la calidad de vida y la promoción de sus habitantes.
5. Las municipalidades ejercerán con efi cacia las competencias que les correspondan en materia de educación. Sea cual fuere el alcance de estas competencias, deberán plantear una política educativa amplia, de carácter transversal e innovador, incluyendo en ella todas las modalidades de educación formal, no formal e informal y las diversas manifestaciones culturales, fuentes de información y vías de descubrimiento de la realidad que se produzcan en la ciudad. El papel de la administración municipal es establecer las políticas locales que se revelen posibles y evaluar su efi cacia; además de obtener los pronunciamientos legislativos oportunos de otras administraciones, estatales o regionales.
6. Con el fi n de llevar a cabo una actuación adecuada, las personas responsables de la política municipal de una ciudad deberán tener información precisa sobre la situación y necesidades de sus habitantes. En este sentido realizarán estudios, que mantendrán actualizados y harán públicos, y establecerán canales permanentes abiertos a individuos y colectivos que permitan formular propuestas concretas y de política general. Asimismo, el municipio en el proceso de toma de decisiones en cualquiera de los ámbitos de su responsabilidad, tendrá en cuenta el impacto educativo y formativo de las mismas.
COMPROMISOS DE LA CIUDAD EDUCADORA
7. La Ciudad ha de saber encontrar, preservar y presentar su propia y compleja identidad. Ello la hará única y será la base para un diálogo fecundo en su interior y con otras ciudades. La valoración de sus costumbres y de sus orígenes ha de ser compatible con las formas de vida internacionales. De este modo podrá ofrecer una imagen atractiva sin desvirtuar su entorno natural y social. A su vez, promoverá el conocimiento, aprendizaje y uso de las lenguas presentes en la ciudad como elemento integrador y factor de cohesión entre las personas.
8. La transformación y el crecimiento de una ciudad deberán estar presididos por la armonía entre las nuevas necesidades y la perpetuación de construcciones y símbolos que constituyan claros referentes de su pasado y de su existencia. La planifi cación urbana deberá tener en cuenta el gran impacto del entorno urbano en el desarrollo de todos los individuos, en la integración de sus aspiraciones personales y sociales y deberá actuar contra la segregación de generaciones y de personas de diferentes culturas, las cuales tienen mucho que aprender unas de otras. La ordenación del espacio físico urbano atenderá las necesidades de accesibilidad, encuentro, relación, juego y esparcimiento y un mayor acercamiento a la naturaleza. La ciudad educadora otorgará un cuidado especial a las necesidades de las personas con dependencia, en su planifi cación urbanística, de equipamientos y servicios, con el fi n de garantizarles un entorno amable y respetuoso con las limitaciones que puedan presentar, sin que hayan de renunciar a la máxima autonomía posible.
9. La Ciudad Educadora fomentará la participación ciudadana desde una perspectiva crítica y corresponsable. Para ello, el gobierno local facilitará la información necesaria y promoverá, desde la transversalidad, orientaciones y actividades de formación en valores éticos y cívicos. Estimulará, al mismo tiempo, la participación ciudadana en el proyecto colectivo a partir de las instituciones y organizaciones civiles y sociales, tomando en consideración las iniciativas privadas y otras formas de participación espontánea.
10. El gobierno municipal deberá dotar a la ciudad de los espacios, equipamientos y servicios públicos adecuados al desarrollo personal, social, moral y cultural de todos sus habitantes, con especial atención a la infancia y la juventud.
11. La Ciudad deberá garantizar la calidad de vida de todos sus habitantes. Ello supone el equilibrio con el entorno natural, el derecho a un medio ambiente saludable, además del derecho a la vivienda, al trabajo, al esparcimiento y al transporte público, entre otros. A su vez, promoverá activamente la educación para la salud y la participación de todos sus habitantes en buenas prácticas de desarrollo sostenible.
12. El proyecto educativo explícito y el implícito en la estructura y el régimen de la ciudad, los valores que ésta fomente, la calidad de vida que ofrezca, las celebraciones que organice, las campañas o proyectos de cualquier tipo que prepare, serán objeto de refl exión y participación, con los instrumentos necesarios que ayuden a las personas a crecer personal y colectivamente.
Experiencias de Ciudades Educadoras
Hay muchas experiencias que se vinculan con la infancia y la ciudad, que se han mostrado y pueden consultarse en los documentos de las distintas organizaciones que aglutinan a las Ciudades Educadoras. Aquí presentamos algunas que ilustran proyectos en funcionamiento con ya una trayectoria y consolidación amplias de tres ciudades europeas (Munich, Ginebra, Lyon).
Hoy en día las ciudades viven un importante proceso de transformación que plantea necesidades educativas y sociales nuevas que afectan la etapa de la educación preescolar (0 a 6 años) y a otros grupos de la población. Los ejemplos que mostramos son prueba de cómo una ciudad afronta estos retos y propone estrategias e innovaciones adaptadas a estas nuevas realidades en las que se promueve la interculturalidad, las relaciones entre generaciones y la adaptación de los servicios municipales a los nuevos usos del tiempo.
Uno de los cambios profundos que experimentan las ciudades es el aumento de los fl ujos migratorios y de la diversidad cultural, la aparición de nuevas estructuras familiares, la emergencia de ritmos descompasados a causa de la fl exibilización del mundo laboral y el envejecimiento de la población. Frente a estas transformaciones sociales, las familias necesitan un soporte en la tarea que tradicionalmente han asumido en el cuidado y educación de hijos en los primeros años de vida. Considerando estos preceptos presentamos a continuación tres experiencias de ciudades educadoras europeas.
Munich, una ciudad que opta por la interculturalidad
Para contextualizar este proyecto cabe mencionar que 23% de la población de esta ciudad alemana es de origen extranjero y procede principalmente de Turquía, Croacia, Serbia, Montenegro, Grecia, Austria, Italia, Bosnia y Herzegovina y Polonia. La ciudad de Munich está situada en la región de Baviera, y es uno de los principales centros económicos de Alemania. La población total de la ciudad es de casi un millón y medio de habitantes, y la capital bávara se caracteriza por ser una ciudad joven, dinámica y multicultural, donde los infantes menores de seis años constituyen 14.4% de su población total. En el ámbito escolar, algunos centros educativos infantiles concentran a alumnos de más de 30 nacionalidades. Frente a esta rica realidad multicultural, en 2001 el Departamento de Educación del Ayuntamiento de Munich inició un proyecto de educación intercultural que actualmente se extiende a 50 centros de educación infantil de la ciudad.
Los objetivos principales del programa se basan en la creación de un ambiente de diversidad positiva, donde el desarrollo lingüístico es la herramienta competencial clave, además de la promoción de propuestas pedagógicas de calidad que incrementen las oportunidades educativas de los infantes. Para conseguirlo, el programa cuenta con el apoyo de las entidades como el Instituto de Baviera de Educación y la Primera Infancia, el gobierno del estado de Baviera, y un equipo de especialistas en educación intercultural, educadores que gestionan el proyecto a nivel de centro y un coordinador consultor.
En el desarrollo de este proyecto se da mucha importancia a la implicación de las familias, que actúan como colaboradores para mejorar los resultados educativos de sus hijos. Por este motivo se desarrolla un trabajo intensivo con los padres que incluye la formación, el asesoramiento, la mediación y su implicación en el uso del material guía. Respecto a los materiales pedagógicos para abordar la diversidad cultural, des-
Asociación Internacional de Ciudades Educadoras , Boletín informativo, núm. 6, 2008.
Niños en Múnich durante una actividad con tambores africanos. Algunos de los materiales a disposición de los centros para abordar la diversidad cultural son las “maletas interculturales”, con diversos materiales y objetos para trabajar aspectos relacionados con la cultura, el arte, la religión y la historia de los diferentes continentes.
tacan las “maletas interculturales” de los cinco continentes que contienen videos, instrumentos musicales, ropa tradicional, máscaras, etc., para trabajar aspectos relacionados con la cultura, el arte, la religión y la historia de los diferentes continentes. Además, se ha editado un pequeño libro con escenas de la vida diaria, traducido a varios de idiomas. De este modo, desde hace años se ha consolidado un proyecto de educación intercultural, y una cooperación constructiva y activa entre educadores, familias y niños en todos los centros de educación infantil. La evolución de este proyecto y sus resultados prácticos se han recogido también en un video titulado Las galletas de la fortuna.
Ginebra, más que abuelos y nietos
“Las plazas de juego” son una experiencia desarrollada en Ginebra que promueve la creación de estos espacios en los patios de juego de las escuelas y en los parques públicos. El juego es un medio de descubrimiento del entorno y un medio de aprendizaje, por lo tanto, se considera ideal que las plazas o los parques públicos permitan distintas formas de juego –de creación, de relación, de expresión y movimiento, etc. En un resumen contextual podemos mencionar que Ginebra es la segunda ciudad de Suiza y la primera de habla francesa. Tiene una población de 188 000 habitantes y más de 453 000 si consideramos los 45 municipios conurbados que conforman el cantón de Ginebra. Cerca de 45% de la población es de origen extranjero (180 nacionalidades) y los mayores de 65 años constituyen 6.4% de la población total de la ciudad. El Departamento de Cohesión Social del Ayuntamiento de Ginebra desde hace años ha apostado fuerte para fomentar actividades que consoliden y establezcan puentes entre las generaciones, concretamente entre los niños de dos a cuatro años
y la gente mayor de 65. De este modo, se aprovechó la proximidad del kínder La Terrassière a una residencia de la tercera edad, y la ubicación cercana de la escuela Tom Pouce en el mismo centro de una casa de abuelos. En 2006 se iniciaron dos experiencias paralelas de encuentros intergeneracionales. Y se llevaron a cabo actividades como la creación conjunta de cuentos, un taller de pintura, representaciones teatrales, juegos, paseos, meriendas o la celebración de diversas fi estas. Y se han concretado espacios y momentos para descubrir, aprender y jugar entre ambos colectivos. Como resultado de estos encuentros se realizó un cuento titulado El carnaval de los animales, creado por los abuelos y pintado por los niños, así como distintos exposiciones de dibujos y fotografías.
Lyon: guardería 24 horas al día
Lyon es la capital de la región de Rhône-Alps, la segunda en importancia económica de Francia. Su población es de 466 400 habitantes y ha experimentado un importante crecimiento desde 1900, en buena parte gracias a las migraciones y la alta tasa de natalidad. De este modo, la población se ha rejuvenecido y la franja de edad de 20 a 30 años ha aumentado 14%, frente a 3.4% de personas de más de 65 años. La mayoría de los inmigrantes que llegan a Lyon pertenecen a la franja poblacional de los jóvenes que estudian o buscan trabajo, mientras que en los últimos años las personas mayores, jubiladas, emigran.
Esta situación hizo que desde 2005 el Ayuntamiento de Lyon proporcionara en algunos centros un servicio de guardería de niños de tres meses a cuatro años con horarios diurnos no típicos, que permitían a los padres trabajar en ámbitos como la atención hospitalaria, los servicios de transporte, a los restaurantes o a la vigilancia, entre otros.
La guardería Mirabilis, por ejemplo, dispone de 30 plazas en horario diurno ampliado (6 a 22 hs) y 12 de guardería nocturna (de 19 a 6 hs) ocupadas por diversas familias en función de sus necesidades. Un equipo de 19 personas trabaja en este centro, que tiene unas normas muy estrictas para respetar los ritmos de vida de los niños y su bienestar. Así, no se puede realizar ninguna entrega de infantes desde las 10 de la noche hasta las 6 de la mañana, con la fi nalidad de respetar su sueño. Por otro lado, existe un mínimo de horas de estancia de los niños –10 horas por día. Estas normas fueron elaboradas por un equipo de pediatras y se complementan con un proyecto educativo inspirado en los principios pedagógicos de la red Pikler-Lóczy de aprendizaje activo, atención personalizada respecto a la autonomía de los niños, fomento de las interrelaciones y la concreción de un ambiente estimulador y estable. Con este proyecto de la escuela Mirabilis, Lyon consigue dar respuesta a una nueva necesidad emergida de unas ciudades en cambio constante, con ritmos de vida descompensados.
Conclusiones
La ciudad no es sólo un fenómeno urbanístico; está constituida por las sinergias que se producen entre las instituciones y los espacios culturales, y que nos brindan la posibilidad de aprender en ella. El Proyecto Ciudad Educadora tiene como fi nalidad primordial la construcción de una ciudadanía organizada, autónoma y solidaria, capaz de convivir en la diferencia y de solucionar pacífi camente sus confl ictos. En este proceso continuo y dinámico de aprendizaje, construcción y crítica, en el cual los seres humanos crean y recrean la cultura, la memoria colectiva tendrá que recuperar históricamente
sus haceres, sus saberes y sus tipos de organización. Ciudad Educadora es un proyecto que reivindica lo colectivo y lo público, lo político y lo ético.
Con este interés se creó la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE) formada por gobiernos locales comprometidos con el cumplimiento de la Carta de Ciudades Educadoras (Barcelona, 1990; y Génova, 2004). En ella están presentes todos los continentes, y cuenta con un total de 410 ciudades asociadas de 35 países.
Los objetivos primordiales de la AICE son los siguientes: • Promover a la educación como derecho fundamental e inalienable, • identifi car y desarrollar los aspectos educativos presentes en las distintas políticas locales, y • fomentar y facilitar la comunicación, el intercambio y la cooperación entre ciudades.
El concepto de Ciudad Educadora es una nueva dimensión complementaria y, hasta cierto punto alternativa, al carácter formalizado, centralista y a menudo poco fl exible de los sistemas educativos, que conlleva implícita la interacción entre las propuestas de la educación formal, no formal e informal.
Esta nueva dimensión implica considerar que la educación de los niños, jóvenes y ciudadanos en general no es sólo responsabilidad de los estamentos tradicionales (Estado, familia y escuela) sino que también lo es del municipio, de las asociaciones, de las industrias culturales, de las empresas con voluntad educadora y de todas las instancias de la sociedad. Por ello hay que potenciar la formación de los agentes educativos no escolares y el fortalecimiento del tejido asociativo. La ciudad es el marco de la intervención, pero ha de tener en cuenta la dimensión metropolitana y estar abierta a la cooperación con las ciudades de su entorno.
En el marco de la Ciudad Educadora, las administraciones locales tienen como función básica la promoción de la participación ciudadana en la gestión y transformación de su ciudad potenciando aquellas acciones que impliquen la interacción entre niños, jóvenes, adultos y ancianos. Por esta razón es preciso que promuevan la formación específi ca de los distintos agentes educativos y la participación e iniciativa ciudadana poniendo los recursos necesarios a su disposición. Los gobiernos locales, como administración más próxima a los ciudadanos, deben velar por la racionalización y el equilibrio de la oferta educativa que se da en su territorio, priorizando los sectores de población más desfavorecidos.
El desarrollo de medios de comunicación de carácter local puede ser una fórmula válida para la consecución de los objetivos propuestos. También se valora la necesidad de establecer sistemas de evaluación en profundidad para conocer el impacto de las iniciativas educativas que se lleven a cabo en el territorio, ya que actualmente sólo se dispone de datos cuantitativos. En este sentido también es necesario promover espacios de diálogo e intercambio entre ciudades (congresos, talleres, etc.), para ofrecer la posibilidad de confrontar la propia experiencia con la de otros, y ayudar a objetivar los problemas, los modelos de intervención, las metodologías de trabajo y, por tanto, a consolidar o reformar la propia experiencia.
Para terminar, citamos el artículo de Gilberto Guevara Niebla “Una propuesta de reforma educativa para el Distrito Federal”, en el que presenta el ideal educativo al que debe aspirar el Distrito Federal sustentado en los principios legales de la Constitución mexicana (especialmente el art. 3) y de la Ley General de Educación, y
con base en la fi losofía de la Ciudad Educadora. Además, considera una reestructuración global del sistema educativo, que recoja las experiencias existentes, con buen desempeño, y que adopte un modelo de gestión escolar multinivel.
El autor confi rma que entre las características que este modelo educativo ideal se deben considerar:
• Eliminar desigualdades; • Integrar la educación inicial; • Autonomía de intereses políticos sectarios; • Considerar el tiempo de escuela; • Transparencia y rendición de cuentas; • Elección de los docentes de los contenidos, métodos de enseñanza y materiales educativos; • Tecnología y materiales; • Mejorar la supervisión; • Consejos educativos municipal, estatal y nacional; • Información sistemática de los padres de familia; • Becas; • Investigación educativa; • Educación indígena; • Educación de adultos; • Servicio integral el estudiante.
Respecto a la ciudad de México como Ciudad Educadora, argumenta que se deben poner en práctica diversos proyectos para ampliar el potencial educativo (educabilidad): redes escolares, bibliotecas, museos, parques, centros cívicos, prensa, librerías, salas de cine, televisión, radio, centros comerciales, centros de salud, que confi guran un complejo entramado educativo que es posible organizar en forma sinérgica a través de apropiadas políticas gubernamentales.
Bibliografía y páginas web consultadas: AAVV, “La Ciudad Educadora”, Ajuntament de Barcelona, Barcelona, 1990. BOLETÍN INFORMATIVO Asociación Internacional de
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