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Guerra, paz… y orejas de mar
Y SIGNIFICADOS
Arrigo Coen Anitúa (†)
Creían los antiguos germanos que, si morían en com-
bate, sus almas serían transportadas por las valquirias hasta la ‘Mansión de los Occisos’, de los ‘interfectos’, de los www.wikipedia.org ‘muertos violentamente’ en la lucha, de los ‘que murieron matando en combate’.
A este palacio de la inmortalidad, dieron el nombre de Valhala; Walhalla en alemán, del norso valholl, cuyo signifi cado literal es el que se apuntó en el párrafo anterior.
En sentido fi gurado posteriormente se aplicó ese nombre en alemán a cualquier edifi cio o lugar en que se depositaban los restos de los héroes nacionales, de prominentes hombres de ciencia o de excelsos artistas, como, por ejemplo, nuestra Rotonda de los Ilustres. Y se dio especialmente al Templo de la Fama, mandado construir por Luis I de Baviera, en Donaustauf, cerca de Ratisbona, dedicado a los alemanes de renombre.
El norso valholl, cuyo genitivo valhalla se puede descomponer en: valr, ‘matanza’, ‘destrozo’, ‘carnicería’, como el danés val- en valplads, ‘campo de batalla’, Wall-statt o Wahl-statt en alemán, waelstow en anglosajón; y holl, que no es otra cosa sino el tan conocido hall con que, incurriendo en anglicismo, denominamos al vestíbulo de las modernas casas habitaciones, pero que en su sentido más lato signifi ca el edifi cio, o la parte del mismo, que se destina al En esta ilustración del siglo XVII se Enestailstracióndelsil XVIIsepúblico, la sala, pues (que nos llega a las lenguas romances ve a Heimdall cubriendo la puerta desde el gótico). de Valhalla.
He aquí un peregrino concepto de cielo: el gran palacio de los ‘muertos en la carnicería’, ‘en la embriaguez de sangre’, donde el festín y el holgorio duran por la eternidad. Sólo una mentalidad cruel puede requerir tales méritos de vida, tan destructiva moral, para premiarlos con semejantes galardones de sensualidad.
El mismo componente valr se halla en el norso –antiguo islandés– valkirja, ‘valquiria’, cada una de las compañeras o asistentes de Odín, que
www.wikipedia.org suelen ser nueve, aunque su número varía según las diferentes leyendas. Servían y participaban en los banquetes y orgías del Valhala, pero su principal misión, de la que toman su nombre, era la de ‘escoger’ a los guerreros que más se distinguían en los combates, ‘designar’ con sus lanzas a los que debían caer, y arrebatar sus almas hacia el Valhala. El segundo elemento de valquiria, kyrja, signifi ca ‘selectora’, la que escoge, del verbo norso kjosa, ‘elegir’, de la misma familia que el kuren alemán, el choose inglés, el choisir francés, y aun de nuestro gustar, claro que dando un rodeíto fi lológico. Parece que la raíz, en indoeuropeo, es jush, ‘apetencia’, ‘fruición’, ‘goce’. La palabra paz ha penetrado en la mayoría de los idiomas europeos, aun en algunos no roBrunilda visitando a Sigmundo. Ilustración de Arthur mances, del latín pax, cuya raíz pac indica ‘conRackham para la ópera La valquiria, de Wagner. venio’, ‘trato’, como en las voces pacto y pago, en contraste con la palabra bellum, por ‘guerra’, que sólo subsiste en algunos términos aislados como bélico, beligerancia, y debelar pues fue muy pronto sustituida por el germánico werre, ‘escaramuza’, ‘hostilidad’, ‘refriega’, ‘combate desordenado’, que entró aun a las lenguas romances o neolatinas. El mismo concepto bellum no implica la idea de batalla o contienda: originalmente fue duellum, ‘duelo’, esto es, ‘asunto de dos’, cuestión caballeresca, si se quiere: duo, en latín, ‘dos’. Por la década de 1830 empezó a conocerse y a extenderse por todo México el consumo de una nueva carne, la de abulón. Abulón, he aquí un nombre raro para el lingüista. Se da en la costa del Pacífi co a unos moluscos, de la familia de los haliótidos, u ‘orejas de mar’ –del griego (h)áls, ‘mar’ y oús, ‘oído’– por la excesiva abertura y el aplastamiento de la espiral de su caracol, que semeja más bien una concha, y que, en efecto, parece una gran oreja. Lo curioso es que en la Alta California se le llama abalón y hay quien relaciona esta palabra con abalorio, porque con la concha, que da perladas iridiscencias, se hacen artísticos trabajos de incrustación y se manufacturan botones y otros artículos de adorno. ¿Abalón es término indígena y se trata de una simple coincidencia su semejanza con la voz abalorio? Vaya usted a saber. Sería cuestión de preguntarlo a quienes estudian las lenguas de los indios de aquellas regiones.
En las costas del Japón se pesca una variedad de ‘oreja de mar’, muy parecida a la californiana, y los japoneses la llaman awabi. ¿Tendrán relación uno y otro nombres?
Sea como sea, lo cierto es que los nativos de nuestra California, como los pescadores del Sol Naciente, hace tiempo que comen la carne de abulón n –si es que carne se puede llamar al cuerpo de un molusco, aunque con el cocimiento se endurece.
Por si tuvieran razón quienes ven parentesco entre abulón o abalón y abalorio, veamos qué quiere decir esta última voz. Por defi nición, abalorios son las cuentecillas de vidrio, taladradas, con que se hacen sartas para colguijes y con que se borda en relieve. Por extensión, abalorio es cualquier zarandajada de adorno, sin valor, lo que en otros términos llamadas alhajas ‘gofi r’. No vale un abalorio se dice para dar a enntender que una cosa es de poca o ninguna estimación.
No ha faltado quien, teniendo presente el sustantivo anticuado abalón, ‘cosa sin valor’, del verbo abalear, ‘separar los granzones del grano útil’, ha tratado de referir abalorio a la voz abalón y darle la misma etimología: bajo latín baleium, ‘escoba’, del céltico balaen, ‘retama’, esto es, ‘lo que se barre’. A favor de esta tesis está también la palabra abaleo, acción de abalear, la escoba con que se abalea y aun la planta de que se hacen esas escobas.
Para venir a complicar el asunto, resulta que aquí, en América, crece una planta purgante, rica en ácido tánico, a la que se da el nombre de Abalón. ¿No son ya demasiadas coincidencias?
Ahora bien, de aceptarse la etimología latina expuesta, habría que comprobarla en todas las lenguas romances, las derivadas del latín; pero es así que sólo se registran abalorio en español y avelorio en portugués, y… pare usted de contar; por lo que se ha creído más fundada la opinión que defi ende la etimología árabe, idioma en que al-ballor, al-bellur, quiere decir ‘(cosa) de vidrio’ de bellur, ballor, del griego beryllos, que el latín convirtió en berryllus, ‘berilo’, nombre de una piedra preciosa, y después de haberle dado su propia signifi cación, los árabes lo usaron con la de vidrio.
Las baratijas o abalorios hechos de concha de abalón o abulón puede que no tengan mayor mérito; pero un platillo bien preparado de abulón… ¡no más pruebe usted, y verá!
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Interior y exterior de un abulón, Haliotis lamellosa.