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Los zoológicos: centros de educación y conservación

DEL AULA

Los zoológicos:

CENTROS DE EDUCACIÓN Y CONSERVACIÓN

Irene Romero Nájera Adriana Raquel Aguilar Melo

Una de las actividades favoritas del fi n de semana es ir de visita al zoológico. En este lugar las familias comparten su fascinación por los animales. Es impresionante ver la majestuosidad de los felinos o el gran tamaño de los elefantes y las jirafas, o lo simpático que resultan los monitos bebés jugando con sus papás. Si nos remontamos a la primera vez que fuimos al zoológico, podemos preguntarnos, por ejemplo, si nos impresionó algún animal en particular, si fue ahí donde vimos por primera vez un animal silvestre y cuál fue, si aprendimos algo de las conductas de los animales o de su lugar de origen y alimentación.

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desde tiempos inmemoriales, la admi- danos y, por último, fueron abiertos al público ración y curiosidad del hombre por los en general. Hoy en día, la mayor parte de los animales lo ha llevado a querer conocerlos y po- zoológicos acreditados están conformados coseerlos. Una forma de lograrlo ha sido mediante mo instituciones de investigación y divulgación los zoológicos. Y, a pesar de ser un fenómeno de la ciencia que incluyen programas de conurbano, los zoológicos tienen la capacidad de cientización y educación ambiental dirigidos a ayudarnos a re-enfocar nuestra visión de los la gente que los visita. animales y de los ecosistemas naturales. Es decir, que pueden ayudarnos a entender la naturaleza. Sin embargo, el papel de los zoológicos ha ido cambiando con el tiempo. En un principio fueron creados por particulares para su propio deleite, después para la colección y exhibición de animales a un círculo cerrado de ciuda-

Breve historia de los zoológicos

En la evolución de los zoológicos han estado involucrados tanto sentimientos como intenciones. Entre ellos, el deseo de tener contacto cer-

es.wikipedia.org

Vista del Jardín Zoológico de Regent’s Park, Londres, 1835.

cano con los animales silvestres, la necesidad de poseer cosas extrañas como refl ejo de poder y control, y los sentimientos de protección, amor y cuidado hacia los animales.

El primer zoológico del que se tiene conocimiento existió hace 4300 años y estaba en Ur, Sumeria, la actual Irak. Los reyes egipcios también mantenían colecciones que llegaron a miles de animales. En China, hace 3 mil años, el respetable señor Wen-Wang, de la dinastía Chu, construyó el zoológico llamado “El Jardín de la Inteligencia”. En Grecia, hace 2400 años, muchas de sus ciudades mantenían zoológicos extensos y las visitas eran una parte integral de la educación para jóvenes estudiantes. En Estambul, durante la Edad Media, su zoológico albergaba elefantes, jirafas, búfalos, leones y monos. En Alemania, hace 800 años, el emperador Carlomagno poseía tres zoológicos en donde se decía que los animales gozaban de mejores refugios y alimentación que la mayoría de la gente. En Tenochtitlán, hace más de 500 años, también hubo un zoológico que alojaba jaguares, pumas, llamas, bisontes, caimanes, tortugas, iguanas, serpientes, anfi bios y hasta colibríes. Además, había estanques de agua dulce y salada, y un equipo de enfermería y mantenedores (encargados de la limpieza y alimentación de los animales). Después del descubrimiento de América, Portugal controlaba el mercado de animales exóticos (provenientes de otras regiones), de modo que en su zoológico tenían monos sudamericanos y guacamayas. En la India, en el siglo XVI, había varias ciudades con zoológicos, la diferencia aquí es que cada encierro tenía su propio doctor y se promovía el estudio de la reproducción de los animales. De hecho, a la entrada se leía el siguiente mensaje: “Conoce a tus hermanos, tenlos en tu corazón y respétalos”, lo cual fue un gran paso hacia la concientización y respeto a la vida.

En general, en Europa, los zoológicos eran construcciones que denotaban lujo y sofi sticación pues pertenecían a personas de la realeza o muy adineradas. Aunque algunos, como los alemanes, tomaron ciertas nociones de los griegos al considerarlos lugares de estudio y de recreación para el público de manera gratuita. En el siglo XIX, durante la Revolución Industrial, surgieron leyes de bienestar y protección animal y comenzaron a abrirse jardines zoológicos como esparcimiento familiar para la clase media. Además, agrupaban a los animales de sus colecciones de acuerdo con su taxonomía (clasifi cación biológica de las especies), se involucraban en investigación y usaban herramientas pedagógicas en las exhibiciones. En Londres surgió la idea de incluir paisajes que imitaran el hábitat natural de los animales silvestres, pero el zoológico de Hamburgo fue el primero en el mundo en combinar los paisajes naturales con encierros sin barras y grupos de diferentes especies.

En el siglo XX, tras la pérdida progresiva de la biodiversidad, surge un nuevo concepto del

zoológico promovido por Gerald Durrell en 1959 quien, en el Reino Unido, creó el zoológico de Jersey. El objetivo principal de éste es preservar la vida silvestre de todo el mundo. En este mismo periodo William Conway, de Estados Unidos, sugirió que los zoológicos deberían de ser “parques de conservación” con programas efectivos para salvar animales silvestres y sus hábitats.

Los zoológicos de hoy

De acuerdo con la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WASA, por sus siglas en inglés), la meta principal de estos recintos es la conservación de la naturaleza. Por ello, parte de sus funciones es aportar conocimiento, experiencia y recursos a través de sus actividades cotidianas, dentro de las que se encuentran la crianza, reubicación y reintroducción de especies a sus hábitats naturales. Asimismo, se llevan a cabo proyectos de investigación, capacitación, educación y captación de recursos. La idea de los programas educativos es básicamente concientizar y sensibilizar al público sobre la problemática ambiental que estamos viviendo, así como transmitir el conocimiento científi co de manera accesible a favor de la vida silvestre que aún prevalece en distintas regiones del planeta.

Objetivos de los zoológicos

Los objetivos que persiguen la mayoría de los zoológicos actualmente son cuatro:

1) recreación, 2) investigación, 3) conservación y 4) educación.

Recreación

Uno de los lugares visitados con mayor frecuencia por familias enteras son precisamente los zoológicos. Se toman como sitios de esparcimiento y convivencia familiar. En estos recintos, los integrantes de las familias pueden observar a sus animales favoritos y llevar a cabo actividades relacionadas con la conservación de la naturaleza. Asimismo, suelen contar con espacios para tomar refrigerios y convivir con otras familias. De los mil zoológicos y acuarios nacionales e internacionales que pertenecen a la WAZA, se tienen contabilizados más de 600 millones de visitantes al año. En México, existen 89 zoológicos registrados ante la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). En ellos, se reciben alrededor de 20 millones de visitantes al año. Los más frecuentados son el de Chapultepec, el de San Juan de Aragón y el de Los Coyotes, con un promedio anual de 8.6 millones de visitantes.

Foto: Archivo.

Investigación

www.veterinaria.org La investigación que se lleva a cabo en los zoológicos tiene varias vertientes, como mejorar el estado físico de los animales y disminuir las conductas negativas que pueden repercutir en el bienestar animal, como el estrés causado por el hacinamiento y la presencia de los visitantes. Por otro lado, también se llevan a cabo estudios sobre la biología y ecología de cada especie, por ejemplo, los periodos de apareamiento y crianza, los hábitos alimenticios, las enfermedades frecuentes y el tipo de interacciones con otros individuos e, Programa de condicionamiento para hipopotámos en Africam Safari, Puebla. incluso, con otras especies en el caso de los zoológicos donde los animales conviven en espacios abiertos. A partir del conocimiento generado de este tipo de investigaciones, es posible proponer algunas estrategias de conservación para las especies que aún quedan en vida libre. También hay programas de enriquecimiento ambiental para las que se encuentran en cautiverio. A manera de retroalimentación, los estudios sobre especies en vida libre también han contribuido positivamente en el acondicionamiento de encierros, dieta y actividades que se llevan a cabo para mejorar la estadía de las especies en cautiverio. El propósito de la investigación en los zoológicos es contribuir a la conservación tanto de las especies como de los ecosistemas.

Foto: Archivo.

Oso negro del Zoológico de Zacango, Toluca.

Conservación

La conservación biológica se desarrolla de dos maneras: fuera del hábitat natural (ex situ) y dentro del mismo (in situ). La primera es la que se da en cautiverio o en colecciones. En ella, se pone énfasis en los recursos, las técnicas y las infraestructuras especializadas que contribuyen a la recuperación y sobrevivencia de individuos o poblaciones fuera de su ámbito natural. Uno de sus objetivos Foto: Chuck Szmurlo, en: commons.wikimedia.org centrales es reducir el riesgo de extinción de especies, en algunos casos con el propósito de restablecer poblaciones nuevas a sus hábitats originales. La reintroducción o liberación de ejemplares a la vida silvestre es el último paso de la conservación ex situ, siempre y cuando exista el hábitat disponible y las presiones que originaron su reducción hayan desaparecido. En algunos casos, cuando una especie ya no existe en su hábitat natural, la conservación en cautiverio es una estrategia de último Cóndor de California (Gymnogyps californianus). recurso para evitar su extinción. Como sucedió con el caballo de Przewalski (Equus przewalskii), una especie característica de Mongolia de la que afortunadamente, algunos de sus individuos se encontraban en cautiverio es.wikipedia.org cuando desapareció del medio silvestre, lo que permitió crear un programa de recuperación y eventual reintroducción. En México, también se ha logrado reintroducir al medio silvestre especies extraídas de su hábitat, como el cóndor de California (Gymnogyps californianus) en la Sierra de San Pedro Mártir, Baja California, y el hurón de patas negras (Mustela nigripes) en Janos, Chihuahua. El lobo mexicano (Canis lupus baileyi) se reintrodujo en 1998 en Arizona, Estados Unidos, con animales reprodu- Hurón de patas negras (Mustela nigripes). cidos en cautiverio. Sin embargo, en México, el lobo no ha logrado establecerse con éxito en vida libre debido a la cacería ilegal y al deterioro de su hábitat natural. Por último, la paloma de Socorro (Zenaida graysoni), fue eliminada de su medio silvestre en el Archipiélago de Revillagigedo, pero actualmente se mantienen alrededor de 100 individuos en zoológicos de Alemania, Estados Unidos e Inglaterra y hay planes para reintroducirla a su hábitat original. Por desgracia, ejemplos como éstos son muy escasos y el ritmo de extinción de especies silvestres va en aumento.

Educación

fotonatura.org Los zoológicos son sitios de contacto con la naturaleza y piezas clave para sensibilizar al público a través de programas de concientización y educación ambiental. En este apartado, además de informar a los visitantes sobre cuestiones biológicas de cada especie, también se pretende exponer los problemas ambientales a los que se enfrentan cotidianamente las especies en vida libre. Así, se intenta cambiar la actitud y visión de los visitantes hacia la naturaleza y, en la medida de lo posible, asumir la responsabilidad de nuestras acciones Gorila en el Zoológico de Chapultepec. sabiendo que repercutirán en el bienestar de otros seres con los cuales compartimos el planeta. En un estudio realizado por la zoóloga Amanda Embury en 1992, se documentó la percepción del público hacia una de las especies seleccionadas, que en este caso fue la de los gorilas. En una primera evaluación, se les pidió a los visitantes que seleccionaran, de una lista de adjetivos, palabras que describieran a estos ejemplares, y sus respuestas fueron negativas como: “vicioso”, “feo”, “aburrido” y “tonto”. En una segunda evaluación llevada a cabo dos años después, las respuestas fueron opuestas como: “fascinante”, “pacífi co”, “fantástico” y “poderoso”. Este cambio de percepción se dio cuando los gorilas fueron reubicados a una exhibición más grande y ambientada a modo de un bosque de neblina, donde normalmente habita esta especie, lo que nos indica que tanto los encierros como la información debe de ser atractiva para el público para así lograr que tengan actitudes y visiones positivas sobre los animales y sus ecosistemas. Además, de esta manera también se promueve que se conozca la vida silvestre de una forma más integral.

Los zoológicos en México

De los 89 zoológicos registrados ante la SEMARNAT, cinco tienen proyectos científi cos de investigación con especies en vida libre. Éstos son el Africam Safari, el Zoológico de Guadalajara, el Parque Zoológico de San Luis Potosí, el de la Dirección General de Zoológicos de la Ciudad de México y el ZOOMAT (Zoológico Miguel Álvarez del Toro, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas). En tanto que la investigación que realizan los demás zoológicos registrados es sobre las especies que tienen en cautiverio. Varias de estas investigaciones contemplan, además, programas de conservación de especies silvestres. Lamentablemente, muchos de los zoológicos mexicanos no aportan un mensaje positivo sobre la importancia de la naturaleza, la mayor parte de ellos no cuenta con el apoyo sólido de una sección de educación ambiental o de documentación científi ca. Sólo 5% aplican programas de evaluación continua sobre las actividades educativas que

Elefantes del Zoológico de Zacango, Toluca.

Foto: Archivo.

realizan y muchos carecen de los registros de procedencia de cada uno de los individuos que conforman sus especies, por lo que no es posible que puedan participar en programas de reproducción ofi ciales. Como vemos, en México, apenas se cumplirán uno o dos de los objetivos que los zoológicos persiguen.

Los retos actuales y futuros

Los zoológicos, al igual que muchas instituciones dedicadas a la conservación, continuamente tienen altibajos debido a la carencia de recursos, a los cambios constantes en las instituciones gubernamentales que los apoyan o dejan de apoyar (como el gobernador de estado o presidente municipal que se encuentre en turno), así como a los cambios en la administración interna y a la falta de continuidad en los programas ofi ciales. El reto de cualquier zoológico será que, a pesar de todas estas piedritas en el camino, logre contribuir de forma directa o indirecta a la conservación de la biodiversidad, mediante el seguimiento de los cuatro objetivos que persigue como institución.

Mayor información: ASOCIACIÓN Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA), Construyendo un futuro para la fauna salvaje. La Estrategia Mundial de los Zoológicos y Acuarios para la Conservación, AIZA (Asociación Ibérica de

Zoológicos y Acuarios), Barcelona, 2005. DURRELL, G. y L. Durrell, Wild mammals in captivity.

Principles and techniques, The University of Chicago

Press, Chicago, 1996. EMBURY, A., “Gorilla rain forest at Melbourne zoo”, en International Zoo Yearbook, vol. 31, London Zoological Society, Londres 1992. HANCOCKS, D., A different nature. The paradoxical world of zoos and their uncertain future, University of California Press, Berkeley, Los Ángeles y Londres, 2001.

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