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El delito siempre deja vestigios
Y SIGNIFICADOS
El delito siempre
DEJA VESTIGIOS
Arrigo Coen Anitúa (†)
En latín había dos verbos muy semejantes: vestigare e in-
vestigare, ambos con las acepciones de ‘seguir la pista’, ‘inquirir’, ‘hallar’, ‘buscar’, ‘indagar’, ‘ha ‘averiguar’, ‘descubrir’, derivados de vestigium, ‘vestigio’, ‘pisada’, ‘huella’, ‘rastro’, ‘pista’, ‘planta del pie’, vestig ‘traza’; del segundo de estos dos verbos se derivó nuestro ‘traza’; investigar, y luego investigación e luego inve investigador. En francés, investigar se dice En francé rechercher, de re-, ‘otra vez’, y chercher (del bajo latín (del bajo latín circare, ‘rodear’, y éste de c circu, circum, ‘alrededor’, ‘rodeo’),
‘buscar’, porque para hallar se suele dar vueltas mientras se busca. En italia‘buscar’, porque p no también, ‘búsqueda’ e ‘investigación’ son no también, ‘bús ricerca; y del francés recherche provino el inglés research, ‘averiguación’, ‘escrutinio’, ‘examen’, ‘investigación’.vino el i
No se conoce el origen de buscar, voz que sólo el portugués y el español tienen originalmente y que se encuentra documentada ya en el Cid; de estas dos lenguas toman otros romances sus voces afi nes (por ejemplo, el abruzo revusceca, ‘escudriñar’, el italiano buscare, ‘conseguir con maña’, y el antiguo francés busquer, del mismo signifi cado que en español). Nosotros entendemos por buscar: ‘dirigir la mirada a distintos sitios para dar con algo’, ‘hacer gestiones o pensar con el fi n de hallar una idea’, ‘comportarse en manera de obtener ciertas reacciones de la gente’ (como en “buscar bronca, líos o camorra, difi cultades o tres pies al gato”); otrora se tomó como sinónimo de ‘procurar’, aunque la creencia más extendida es la de que fue término de cacería, con el sentido de ‘seguir el rastro’ y que proviene de bosque, mediante boscar, voz que con la misma acepción se encuentra documentada ya en el siglo VII (Fuero Juzgo); esta pretendida etimología es incompatible con el hecho de que buscar no se introdujo a la lengua castellana hasta el siglo XII, u XI cuando muy temprano.
Ya quedamos en que, etimológicamente, investigar es ‘guiarse por los vestigios’; vestigio es la ‘planta del pie’, así como su impronta, la ‘huella’. Gonzalo de Berceo ya usaba hollar como ‘pisar’ o, mejor, ‘pisotear’ (del latín vulgar fullare, ‘abatanar’), y huella, aparte de su signifi cado inicial de ‘señal que se deja al pisar’, tiene el de ‘lo que, después de una acción, queda por efecto de la misma’; semejante es el sentido de pisada, participio pasivo, femenino, del latín vulgar
pinsare, variante del latín clásico pinsere, ‘golpear’, ‘machacar’, ‘aplastar’ (como es el caso de “pisar la uva”).
Por lo que concierne a rastro, copio de Corominas:
del latín rastrum, ‘rastrillo del labrador’. Primera documentación en el Cid. Del rastrillo se pasó a la huella que éste deja, y de ahí rastro ‘huella, pista’, en general, que es la acepción del vocablo en el Cid. Ésta es normal en todas las épocas (de ahí ‘séquito, acompañamiento’ en el Conde Lucanor; indagare es ‘buscar por rastro e inquirir con orden’, según Fernández de Palencia).
Indicio deriva en español del latín idicium, ‘señal’, ‘manifestaciones’, ‘revelación’, y luego ‘delación’; es de la misma familia que índice, ‘indicador’, ‘lista’: la raíz es deik que da la idea de ‘mostrar’, ‘señalar’, en griego deíknome; decir (del latín dicere) también es ‘manifestar’ ‘exponer’; juez (del latín iudex) es ‘quien dice la ley’ (una de las formas de ley en latín es ius); luego, indicio es lo ‘que da a conocer’, ‘que revela’.
“Por las trazas” es la expresión que precede al enunciado de una suposición (hipótesis) fundada en los aspectos (indicios de lo que se trata) se dice: ‘por las trazas, aquí debió estar el ladrón’; ésta es una extensión del sentido de traza como ‘aspecto’, y es posverbal de trazar (del latín vulgar tractiare, en latín clásico trahere, ‘traer’); equivale, pues a pista, ‘huella’, ‘rastro’, ‘señal por la que es posible seguir algo’, posverbal de pistar, que, como pisar, viene del latín clásico pinsere, ‘golpear’, ‘machacar’ (a nosotros nos llega mediante el italiano pistare); el truhán al que se le siguen las trazas procura borrar el rastro y dejar huellas equívocas, a fi n de lograr despistar a sus perseguidores.
Inquirir (del latín inquirere, ‘buscar’, ‘investigar’, ‘averiguar’, a su vez de quaerere, ‘querer’, ‘buscar’, ‘pedir’, ‘solicitar’) es ‘indagar’, ‘preguntar para adquirir información’, ‘hacer encuesta’ (adoptado por el francés enquête), y tiene el mismo origen que inquisición. Quedó ya dicho que indagare en latín es ‘seguir la pista’, ‘rastrear las huellas’, de donde indagación, en español, que equivale a investigación; e indagatoria, la ‘declaración previa’, la que se le toma informalmente al presente reo.
Ya a principios del siglo XIV queda documentado en español, con la forma delicto, el derivado del latín delictum, participio pasivo de delinquere, ‘cometer falta’, ‘delinquir’, y posteriormente se simplifi có en delito.
En los tiempos de Roma, prácticamente, el delito era genérico y el crimen específi co; este último era la realización del hecho delictuoso con “dolo malo” o intención perversa; se distinguían atendiendo a la culpabilidad; la bibliografía penal en el periodo fi losófi co clasifi có las infracciones punibles y dio el nombre de crimen a los hechos que lesionaban el derecho natural (vida, libertad); llamó delito a la violación de los derechos creados por el contrato social (la propiedad) y agregó un tercer concepto, el de contravención (de contravenir, ‘venir en contra’), para los hechos que infringían reglamentos y disposiciones policiales.