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Por qué Bambi no tiene cuernos?
DEL AULA
¿Por qué Bambi
NO TIENE CUERNOS?
Irene Romero Nájera
Cuernos y astas, ¿sabemos cuál es la diferencia? En este artículo ésta sta se explica con mucha claridad. Sucede que cuando hablamos no todo el tiempo mpo tenemos en cuenta los matices que el lenguaje técnico de una disciplina científi ca, en fica, en este caso la biología, aporta con su saber. No se trata de aprender palabras difíciles e fíciles e impronunciables, sino de ser precisos en el uso de la lengua. Así que, como veremos eremos a continuación, aquí se aporta tanto al conocimiento biológico como al lingüístico. tico.
todos los que hayamos visto la película de Bambi, además de llorar en el momento en que muere su mamá, tal vez habremos notado que el pequeño venadito no tiene cuernos. La respuesta obvia es porque apenas es un cervatillo y los bebés no tienen cuernos, pero en realidad aun cuando crezca nunca tendrá cuernos. Esto se debe a que los venados poseen astas en lugar de cuernos. Ambos términos se utilizan con frecuencia como sinónimos, sin embargo, existen características tanto morfológicas (que se pueden ver a simple vista) como de composición biológica que los hace ser completamente distintos.
Las dos diferencias básicas entre unos y otros es que las astas son ramifi cadas y se caen año tras año, mientras que los cuernos en general no se ramifi can y no se caen. Aunque son estructuras diferentes, ambas cumplen la mis-
ma función en sus portadores: sirven para defenderse de sus depredadores y, en los machos, para competir por las hembras en periodos reproductivos. A continuación explicaré más detalladamente las características de ambas estructuras.
Las astas de Bambi
Las astas son estructuras que parten de una base ósea, o pedicelo, que se ramifican a partir de ella y se mudan año tras año. Están recubiertas por piel y un pelaje suave como de terciopelo, la felpa, que son alimentadas por una densa red de vasos sanguíneos. Son comunes en los machos de la familia Cervidae en la que se encuentran los venados y los alces, con excepción de los caribúes y los renos en los que las hembras también
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Las astas son estructuras que parten de una base ósea o pedicelo que se rami can a partir de ella; además, se mudan año tras año.
las portan. Mientras más grandes y ramifi cadas, más atractivas serán para las hembras, de esta forma los machos con mejores astas serán los que tendrán un éxito reproductivo asegurado. Además, se utilizan para competir contra otros machos que quieran aparearse con las hembras del grupo, así como para defenderse de sus depredadores.
La morfología de las astas varía entre especies y de acuerdo a la edad de los machos. Lo que empieza siendo una simple ramifi cación en los venados jóvenes, llega a ser muy frondosa e intrincada en los adultos, ya que según la concentración de hormonas sexuales que tenga el animal, será el tipo de astas que desarrollará en el transcurso del año. Una vez que ha pasado el periodo de reproducción, la zona donde crecieron las astas deja de irrigarse, con lo que muere tanto la piel que las recubre como el hueso que alguna vez las constituyó, razón por la cual se caerán eventualmente para formar unas nuevas astas el año siguiente. Las dimensiones de las astas también varían de acuerdo a las especies. Las del alce llegan a alcanzar hasta 1.8 metros de ancho con un peso aproximado de 20 kilos, mientras que las astas más grandes registradas en una especie de venado, que ya se extinguió por cierto, llegaron a alcanzar más de 3 metros de envergadura. El gran tamaño se debe tanto a la herencia genética como a la calidad y cantidad del alimento disponible. Se ha observado que en periodos de escasez de alimento las astas son más pequeñas que en periodos de abundancia.
Los cuernos del toro
Los cuernos, por otro lado, son proyecciones óseas que crecen sobre los huesos frontales, es decir, sobre la frente del animal, aquellos no se caen, permanecen con su portador toda la vida y si llegan a perderlos no serán reemplazados. Otra diferencia con las astas es que los cuernos no se ramifi can, además de que en muchas es-
pecies nunca dejan de crecer y son generalmente huecos, aunque varían su forma y tamaño entre especies. Se presentan en los machos y con frecuencia también en las hembras de la familia Bovidae en la que se encuentran los toros, antílopes, ovejas y cabras. Están formados por un núcleo óseo llamado “osicono”, cubierto por queratina. Aunque están fusionados con el cráneo no están unidos a él, por ello, si los llegan a perder no se compromete la supervivencia del animal. Al igual que las astas, los cuernos son utilizados para competir con otros machos por las hembras en periodos reproductivos, así como para defenderse de sus enemigos naturales. Los cuernos de las hembras son más delgados y pequeños que los de los machos, pero también les sirven para defenderse. Sus dimensiones dependen de la edad y de la especie; por ejemplo, en el grupo de los antílopes se tienen registrados cuernos desde 30 cm hasta más de 1.80 metros de longitud, mientras que en Australia, un toro rompió el récord del cuerno más largo, alcanzando los 3 metros de longitud.
Otro ejemplar que también tiene cuernos, pero con sus particularidades, es el berrendo. En esta especie, tanto los machos como las hembras presentan cuernos bifurcados, lo que es una excepción a la regla, además de que se despoja de ellos cada año, como sucede con las astas de los venados, otra excepción a la regla. Sin embargo, se consideran cuernos ya que presentan un núcleo óseo, aunque el resto de la cornamenta está formada por pelo comprimido, que es lo que en realidad se elimina año con año.
Estructuras similares a los cuernos
Existen otros organismos que portan estructuras similares a los cuernos, como es el caso de las jirafas y de los rinocerontes.
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Los cuernos son proyecciones óseas que crecen sobre los huesos frontales, y permanecen toda la vida.
Las jirafas portan otro tipo de estructuras llamadas “procesos óseos”, que se encuentran justo encima de la cabeza.
Los cuernos del rinoceronte tampoco se consideran cuernos verdaderos ya que carecen de un núcleo óseo.
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Animales silvestres como los venados, los antílopes, los renos, entre otros, han disminuido debido a las distintas prácticas ilegales de caza y por la pérdida de su hábitat natural.
En el caso de las jirafas se denominan “procesos óseos” porque se quedaron en eso, en un simple intento de cornamenta. Cuentan con un par de cuernitos cortos que no se ramifi can ni se caen y que, al igual que las astas, están cubiertos de piel y pelo. Estas estructuras están ubicadas en la conjunción del hueso frontal y parietal, es decir, no están sobre la frente sino justo encima de la cabeza. Están presentes desde la formación del feto pero, en la mayoría de los casos, se fusionan al cráneo hasta que la jirafa alcanza la edad de 4 años aproximadamente. Los portan tanto machos como hembras y hasta el momento no se les ha atribuido alguna función biológica. Los cuernos del rinoceronte tampoco se consideran cuernos verdaderos ya que carecen de un núcleo óseo, son más bien una gran cantidad de células epidérmicas y papilas dérmicas (procedentes de la piel), en la que cada papila formará una fi bra córnea similar a un pelo grueso. Así que el cuerno del rinoceronte no es más que una gran acumulación de fi bras parecidas a pelos que forman una masa dura y apelmazada que se extiende hacia arriba en la parte interna del cuerno. Dicho cuerno está situado en los huesos nasales, es decir, por arriba de la nariz y generalmente se tuerce hacia atrás. Existen especies de rinoceronte que poseen no uno, sino dos cuernos: en esos casos el segundo cuerno se ubica en la frente del animal y tiene la misma constitución biológica que el primero.
Y, ¿qué le sucedió a la mamá de Bambi?
Tanto los cuernos como las astas son muy valorados comercialmente, representan un trofeo de cacería y también son trafi cadas de manera ilegal por compradores fanáticos de la caza deportiva. Desgraciadamente, debido a las distintas prácticas ilegales, se han mermado las poblaciones de animales silvestres como los venados, los antílopes, los renos y los rinocerontes, entre otros. Las cornamentas, además de trofeos, también se utilizan como afrodisiacos y algunos hasta les atribuyen propiedades curativas para ciertas enfermedades. Los cazadores furtivos, el tráfi co ilegal de especies y el deterioro de su hábitat natural son algunas de las causas por las que varias de las especies mencionadas ya se encuentran en peligro de extinción.
Para mayor información se pueden consultar las siguientes páginas:
• vertebrados.wordpress.com/material-comple mentario/mamiferos-temas-especiales/astas-ycuernos/
• cazadorinteractivo.ve.tripod.com/venadodes.htm