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Fluir y disfrutar mientras se aprende
Fluir y disfrutar
MIENTRAS SE APRENDE
Julieta Fierro*
Durante la presentación de los nuevos planes y programas
de estudio, el ex secretario de Educación Pública Aurelio Nuño concluyó su discurso mencionando que deseaba que los alumnos aprendieran a aprender y estuvieran felices en la escuela. En este texto me referiré a estudios realizados por Mihály Csíkszentmahályi sobre la felicidad y su concepto psicológico de fluir. Asimismo, explicaré las características de este concepto y la manera en que se puede aplicar en el aula para que los estudiantes se sientan felices cuando aprenden.
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el psicólogo e investigador Mihály Csíkszentmahályi ha estudiado la correlación entre los desafíos a los que se enfrentan las personas y sus habilidades; y ha llegado a la conclusión de que alcanzamos un estado de bienestar, al que ha llamado flujo, cuando dominamos una habilidad y enfrentamos situaciones retadoras. A los niños les gustan los retos. Si éstos están muy por encima de sus habilidades para enfrentarlos, pueden sentir miedo e incluso pánico. Si los desafíos están por debajo de sus habilidades, se aburren. En cambio, si los retos están ligeramente por encima de sus posibilidades, los disfrutan, siempre y cuando logren superarlos.
Un ejemplo escolar de flujo aplicado en el aula sería un examen de matemáticas donde el alumno puede resolver todos los problemas esforzándose y los considera interesantes. Otro sería el de un estudiante que logra comunicar un acontecimiento histórico de manera creativa frente a su grupo; no repitiendo fechas y nombres aprendidos de memoria, sino explicando los sucesos, los problemas y cómo se resolvieron.
* Investigadora titular de tiempo completo del Instituto de Astronomía de la UNAM y profesora de la
Facultad de Ciencias.
Si logramos que los alumnos consigan aprender con dicha, no sólo disfrutarán más de la escuela, sino que tenderán a aprender a aprender, pues sabrán que el proceso les aporta felicidad. Una vez que fluyan durante el aprendizaje, podrán ser más creativos.
Introducción
Todos buscamos la felicidad. Las autoridades educativas pretenden que los niños estén contentos en la escuela, y esto sería deseable, ya que la realidad mexicana es compleja. La mitad de la población vive en situación de pobreza, y los niveles de inseguridad han aumentado considerablemente. Un niño que vive en un entorno difícil no siempre se da cuenta de que la escuela es un refugio donde aprender le facilitará construirse a largo plazo una vida interesante, con momentos felices.
En un texto publicado en Correo del Maestro 1 sostuvimos que para una persona promedio, la felicidad depende del éxito, la familia, los amigos, el altruismo y el trabajo. (Cabe mencionar que para el caso de México esto aplica para familias cuyo ingreso es superior a dos salarios mínimos.)
Como todos sabemos, no existe una manera universal para enseñar bien, ya que cada grupo escolar y cada persona son distintas. Se ha tratado de clasificar de manera muy simplificada el tipo de aprendizaje de las personas en varias categorías: • Las que les gusta aprender solas y las que prefieren hacerlo en equipo. • Las que prefieren aprender por medio de imágenes y las que prefieren leer o escuchar y utilizar el lenguaje.
Imágenes o lenguaje Lógica o arte
Solos o en grupo
Actividades físicas Otras maneras
1 Luis Rayo y Julieta Fierro, “La felicidad y la enseñanza”, Correo del Maestro, núm. 154 (marzo de 2009), pp. 22-30.
• Las que se sienten más confortables con una explicación lógica y las que prefieren sonidos, como la música. • Las que aprenden mejor por medio mateisbf.blogspot.com de actividades físicas.
Esta enorme diversidad nos muestra qué difícil es elegir la manera de enseñar. Lo ideal es emplear una diversidad de métodos para facilitarles la vida a nuestros alumnos.
Analizaremos cómo se pueden mejorar las habilidades de los estudiantes mediante retos y en qué forma logra- Aprendizaje en equipo rán obtener niveles de bienestar empleando al máximo sus conocimientos cuando se enfrenten a situaciones que estén un poco por encima de sus posibilidades.
Ejemplo para entender el concepto de fluir
Para comprender el concepto de fluir (flow, en inglés) que estudió Mihály Csíkszentmahályi, lo explicaremos aplicándolo al futbol de manera sobresimplificada. (Los científicos solemos sobresimplificar los problemas para entenderlos y después los vamos complicando más y más, para enten- © commons.wikimedia.org der la realidad, que suele ser compleja.)
Imaginemos lo que sentirían los integrantes de un equipo de futbol de segunda división si tuviesen que enfrentarse a la selección de Alemania o al Real Madrid. Tal vez en su mente se imaginarían un marcador de 8-0 a favor del rival; sentirían pánico. Si su rival fuera el finalista de la liguilla, sentirían miedo; y si fuera un equipo de futbol llanero, tal vez sentirían desánimo, aburrimiento. Mihály Csíkszentmahályi
Ahora imaginemos que ese mismo equipo se enfrenta a un rival de la primera división, al que considera ligeramente superior, pero al que puede vencer si perfecciona sus habilidades. Es probable que los futbolistas sientan que el partido fluye y resulta divertido, ya que el equipo rival sólo posee facultades ligeramente superiores a las suyas y les ofrece retos novedosos que logran sortear. Es decir, los jugadores se sentirían felices.
La gráfica que generó Mihály Csíkszentmahályi incluye más sensaciones que las que acabo de describir. Se trata de graficar el nivel de los retos en función del nivel de las habilidades:
Alto
Nivel de reto
Bajo Ansiedad Emoción
Fluir
Preocupación Control
Apatía Relajación, distensión Aburrimiento
Bajo Nivel de habilidad Alto
El investigador descubrió que cuando uno está en el estado de fluir siente felicidad. Tal vez nos preguntemos cómo es posible que un neurocirujano salga con una gran sonrisa después de realizar una operación que le tomó diez horas o cómo un bombero sale orgulloso de un hospital en llamas, con un bebé en brazos; pues es justamente porque se enfrentaron a un reto complejo y lo resolvieron, y mientras estuvieron trabajando fluyeron.
Invito a los docentes a recordar algún momento de su vida –tal vez mientras preparaban alguna actividad escolar complicada–, en el cual, cuando encontraron la solución, experimentaron una sensación de paz y felicidad.
Evaluación durante la clase para lograr fluir
Mencioné con anterioridad que cada persona posee habilidades diferentes y tiene una forma particular de aprender, así que el docente se preguntará cómo podría plantear retos para sus estudiantes si cada uno posee cualidades propias. En mi práctica, a cada estudiante le asigno un número. Tengo un bote de fichas numeradas de donde saco una, varias veces durante cada clase, y le pre-
gunto al estudiante elegido algo que tenga que ver con el tema; vuelvo a poner la ficha en el bote y las revuelvo. Esto tiene varias ventajas: mis alumnos están atentos porque no saben a quién le voy a preguntar y les suele dar vergüenza no saber la respuesta, así que ponen atención y estudian. Con este sistema me doy cuenta si están aprendiendo; ellos se enteran si saben; y, una vez que conozco a mi grupo, puedo hacer preguntas retadoras, adecuadas a cada estudiante, gracias a lo cual los alumnos sentirán que fluyen cuando aprenden. ¡No sólo se sentirán bien ellos, sino también yo, como docente!
Los retos
En general a los seres humanos nos gustan los retos siempre y cuando no los encontremos inalcanzables ni nos produzcan pánico. Pensemos en un bebé que quiere aprender a caminar: le dedica horas a aprender a ponerse de pie, a dar sus primeros pasos sosteniéndose con las manos, y finalmente camina. No le importa caerse; aunque le duela, vuelve a intentarlo. Ya que logra caminar, sigue adelante: corre. Está concentrado mientras se ejercita, repite una y otra vez, no se distrae fácilmente y se siente feliz cuando logra dominar su nueva habilidad.
En principio, así podría ser la educación: plantearles retos a los alumnos, como escribir, dibujar, pensar, crear, bailar, construir algo, etc., darles tiempo suficiente, sin presión, para que se ejerciten, siempre estimulándolos un poco para que asuman retos más difíciles y mejoren sus habilidades.
Una manera de lograr esto sería organizando concursos para cada tipo de habilidad. Retos de lectura (comprensión, síntesis); concursos de cuentos; creación de programas de cómputo (ya existen para varios niveles, incluso para preescolar, están en línea); clubes de ajedrez y de coleccionistas de plantas y minerales; concursos de dibujo, deportivos, de canto, y de juegos tradicionales que fomenten las habilidades www.wikihow.com psicomotrices como las matatenas, el trompo, el balero y el yo-yo.
Comprendo que no son de tiempo completo todas las escuelas y que en las grandes ciudades los alumnos viven en departamentos. Sin embargo, actividades como leer, escribir, dibujar, jugar matatenas, yo-yo o balero, se pueden realizar dentro de departamentos pe- Algunos juegos como las matatenas pueden elaborarse con elemenqueños. tos de bajo costo y jugarse de manera individual o en grupo
Por supuesto, utilizar la lengua materna para fluir mientras se aprende es fundamental. Estudios recientes han mostrado que si las personas escriben lo que desean, por ejemplo su nombre cuando son pequeñas, es más fácil que aprendan a leer después. Si escriben lo que quieren, más tarde se van a interesar por leer lo que otros han escrito. Los docentes pueden utilizar retos para que los niños pequeños escriban voces muy largas como: supercalifragilisticoespialidoso o Parangaricutirimícuaro.
Si son más grandes, pueden escribir un tweet sobre lo que acaban de aprender. Así, no sólo aprenderán a escribir sino también a sintetizar. ¡Recordemos que deben ser de preferencia textos que estén por encimas de sus habilidades!
Redactar un diario es un gran reto, y con la práctica será una habilidad.
En el caso de docentes que alfabetizan adultos, si éstos aprenden a escribir textos muy breves con sus celulares, como mandar mensajes o hacer la lista del mandado, a la larga aprenderán a emplearlos para leer libros y revistas. No importa si no logran tener letra bonita, ¡el teclado lo hará por ellos!
Otra manera de entender el concepto de fluir
En ocasiones las ideas nuevas son difíciles de entender. Una noción nueva es un reto.
Más o menos a los cuatro años, los niños comienzan la edad de los porqués. Pongamos un ejemplo: preguntan por qué se mueven las nubes. Los docentes tenemos varias opciones. Una es contestar: “Porque las empuja el viento”. Otra es preguntarles: “¿Tu qué piensas que ocurre?”, y que hagan un pequeño experimento. Para esto necesitan una hoja de papel arrugada más o menos en forma de bolita, ponerla en el suelo y dejar que los niños le soplen para ver qué ocurre. Notarán que la pelotita se mueve porque soplan y el aire la empuja. De ese modo, el docente les ayudará a comprender cómo el viento es el que mueve a las nubes, si ellos mismos no revistas.unitru.edu.pe llegan a esa conclusión. La idea es que cada pregunta que se hagan los alumnos sea un reto para ellos, y que el do- cente les facilite encontrar la respuesta. Por cierto, cuando un alumno hace una pregunta que no tiene respuesta, tiene alma de científico, y no tiene nada de malo que los docentes le contestemos: “No sé. Es una pregunta excelente”. La ciencia avanza justo gracias a las preguntas que no tienen respuesta. Si el alumno aprende a contestarse sus preguntas, aprenderá a cuestionar su vida, a buscar respuestas y a tomar mejores decisiones.