A LOOK AT
UNA MIRADA AL ZULIA DIRECCIÓN EDITORIAL Y PRODUCCIÓN
Editorial direction and production EDITEMOS
Ginett Alarcón Marisa Mena TEXTOS
Texts Susana Quintero Borowiak TRADUCCIÓN
Translation Pedro Leonardo González FOTOGRAFÍA
Photography Fernando Bracho Bracho DISEÑO GRÁFICO
Graphic design Zilah Rojas PREPRENSA E IMPRESIÓN
Printing and printout La Galaxia EJEMPLARES
Copies 1.500 DEPÓSITO LEGAL
Legal deposit lf25220147003467 ISBN 978-980-7391-07-8 Impreso en Venezuela | Printed in Venezuela
F2331 M67 2014
©Fernando Bracho Bracho, 2014 ©Editemos, 2014 Todos los derechos reservados All rights reserved
Una mirada al Zulia. Fotografías de Fernando Bracho Bracho: A look at Zulia. Photographs by Fernando Bracho Bracho / Texto Susana Quintero Borowiack. Traducción Pedro Leonardo González. [Fotos Fernando Bracho Bracho].[Caracas]: Editemos, 2014.152 p.: fot.; 30 cm.ISBN: 978-980-7391-07-8 (rúst.)
www.editemos.com | info@editemos.com +58 212 9938078 | 414 3202994 | 412 3226627 +57 12849575 | 315 4776281
I. Fotografía II. Zulia III. Venezuela 1. Vida social y costumbres 2. Fernando Bracho Bracho 3. Título
A LOOK AT
UNA MIRADA AL ZULIA fotografías de | photographs by
FERNANDO BRACHO BRACHO
EL CONGO MIRADOR
CONTENIDO CONTENT
Presentación PresentaTION | VíctoR vArgas Irausquín. B.O.D. | 6 Introducción INTRODUCTION | Ginett Alarcón. Marisa Mena. Editemos | 8 El Zulia imaginado ZULIA IMAGINED | Susana Quintero Borowiak | 10 Una mirada al Zulia A LOOK AT ZULIA | Fernando Bracho BracHo | 19 Equipo editorial EDITORIAL TEAM | 148
PRESENTACIÓN
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Víctor Vargas Irausquín Presidente | President Banco Occidental de Descuento
¿Qué puede decirse de la zulianidad? ¿Cómo puede conceptualizarse de forma completa sin que quede nada marginado? Muchos la definen como un conglomerado de tradiciones, costumbres, vivencias y mitos propios del estado Zulia. No obstante, creemos que no hay modo de poner en palabras esta combinación de formas, colores, sentimientos y recuerdos colectivos. Si hay un método para conocer la zulianidad es «viviéndola» y la fotografía nos permite hacerlo una y otra vez. El B.O.D. se siente profundamente honrado de presentar esta publicación que recopila las imágenes del fotógrafo y periodista Fernando Bracho Bracho, quien encara la zulianidad con la sutileza del cronista que no pretende intervenir el entorno, sino darlo a conocer en su máxima expresión. Bracho aborda con especial profesionalismo ese cúmulo de quehaceres, sonidos, mitos y añoranzas que se gestaron en el Zulia, definen de forma inequívoca a los habitantes de la región y los diferencia como pueblo y herederos de los aborígenes de la zona. Y es que el artista conoce su reto. De hecho, un día expresó: «Tengo buen ojo y buen humor, pero un fotógrafo tiene que instruirse, educarse, ver cine, fotos, leer y escuchar. Además debe tener disciplina y responsabilidad». En más de treinta años de creación, el retratista ha capturado los más diversos momentos y lugares. Ahora, en este libro, ven luz espacios tan significativos como el puente sobre el lago y la basílica de La Chinita, junto al imponente relámpago del Catatumbo; hasta puede sentirse el olor de la inigualable y característica gastronomía zuliana y se logran escuchar las notas de una gaita tradicional. Esta obra cuenta con un texto de la investigadora zuliana Susana Quintero Borowiak, quien nos hará viajar por todas estas tradiciones y costumbres, mientras descubre ante nuestros ojos el magnífico registro fotográfico. B.O.D., institución también nacida en la Tierra del sol amada, deja en sus manos esta creación de gran calidad, atractivo formato y a todo color, donde se plasma —para deleite de locales y foráneos— la mágica naturaleza del gentilicio zuliano y se intenta envolver a los espectadores en esa atmósfera única que posee el oriundo de esta región occidental venezolana.
PRESENTATION
How can Zulianity be defined? How can one thoroughly conceptualize it without leaving anything out? Many have defined it as a conglomerate of traditions, habits, experiences and myths related to the state of Zulia. However, we believe there is no way to put into words this combination of collective forms, colors, feelings and memories. The one and only possible method to get to know Zulianity is by «experiencing» it, and photography allows us to do that time and again. The B.O.D. feels profoundly honored to present this compilation of images captured by photographer and journalist Fernando Bracho Bracho, who faces Zulianity with the subtlety of a chronicler who does not pretend to intervene the environment, but to let it show itself in its ultimate expression. Bracho approaches with the highest professionalism this cluster of chores, sounds, myths and yearnings related to the Zulian region which unmistakably define and differentiate its people as heirs of the aboriginal traditions of the area. The artist is clearly aware of the challenge ahead. In fact, one day he stated: «I have a trained eye and a sense of humor, but a photographer has to be learned and educated, watch movies, pictures, read and listen. Besides, he must be disciplined and responsible». In over thirty years of creative career, he has portrayed the most diverse moments and places. This book now reveals such significant spaces as the Bridge over the Lake and the Chinita Basilica, along with the imposing Catatumbo Lightning; you can even smell the unparalleled, characteristic Zulian gastronomy and listen to the traditional gaita tunes. This work also includes a text by Zulian researcher Susana Quintero Borowiak, who will take us into a journey through all these traditions and costumes, while placing before our eyes the magnificent photographic imagery. The B.O.D., an institution also born under the blazing sun of this land, gives out this highlyappealing, colorful creation of the highest quality, which seeks to portray the magic nature of the Zulian identity, for the enjoyment of locals as well as outsiders, while attempting to envelope the spectators in this Western Venezuelan region’s unique and luring atmosphere.
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INTRODUCCIÓN
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Ginett Alarcón Marisa Mena Editoras | Editors
¿Qué es la identidad regional sino ese sentimiento de saberse pleno de una idiosincrasia que nos hace diferentes y a la vez universales? Es asimilar un compendio de sentires y vivencias compartidas que nos ligan a la tierra como árboles cuyas raíces cuesta desenraizar porque pertenecen a un espacio concreto y nos atan afectiva y emocionalmente a él. Esa suerte de «lugar ideal» entendido como el escenario propicio para el bienestar y el confort, un lugar donde somos nosotros, entre gente como nosotros, que aprecia y disfruta de las mismas cosas porque los une un gentilicio común, es decir, una procedencia geográfica con todo el bagaje que eso conlleva. Una mirada al Zulia. Fotografías de Fernando Bracho Bracho no pretende ser un libro que contenga ese compendio de consustancialidades esencialmente únicas de la región zuliana, propias dentro o fuera del Zulia. Pretende más bien constituir un acercamiento a su gentilicio bajo el tamiz de una sola mirada, la de este marabino enamorado de su tierra, por cuyo trabajo nos hemos paseado para recoger, acotado en varios apartados —territorio, ciudad y habitantes, creencias y recursos—, un acento, una piel, un canto, una devoción, una forma de ser, nunca anodina, nunca convencional; siempre profunda y colorida. Agradecemos al B.O.D. el respaldo a la hora de producir esta edición, que llevamos a cabo en todo momento apegados a los patrones de calidad y excelencia tanto en forma como en contenido. El libro seguirá siendo el gran medio de comunicación y registro del acervo cultural humano, no importa en qué medida se transforme su soporte, la información que en él recogemos nos sobrevivirá.
INTRODUCTION
What is regional identity but the feeling of being immersed in an idiosyncrasy that makes us different and perhaps universal? It is the assimilation of a number of shared feelings and experiences which link us to a land like trees whose roots are so hard to pull out because they belong to a concrete space and tie us affectively and emotionally to it. This sort of «ideal place» understood as the propitious stage for well-being and comfort, a place where we are ourselves, amid people like us, who enjoy and appreciate the same things because they are bound by the common legacy of an identical geographical origin with all the consequences it entails. A look at Zulia. Photographs by Fernando Bracho Bracho has no intention of being a book that summarizes the quintessential features of the Zulian region. It is rather an attempt to build an approach to Zulianity sieved by a single look, that of a native of Maracaibo in love with his land, whose work we have gathered to pick up in several delimited instances—territory, city and inhabitants, beliefs and resources—a peculiar accent, a skin, a song, a devotion, a way of being; never anodyne, never conventional; always profound and colorful. We thank B.O.D. for their support in the production of this volume, which has been carried out with a strict commitment to the highest standards of quality and excellence in its form as well as in its contents. The book is and will remain the major medium of communication and recording of human cultural heritage, regardless of the extent to which its substrate is transformed: the information gathered in it will survive us.
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EL ZULIA IMAGINADO |
Susana Quintero Borowiak
El Zulia es un territorio imaginado, el único sitio del mundo donde aquel lugar común que reza: «La realidad siempre supera la ficción» es absolutamente verdad. Pero es verdad porque una realidad tan fantástica siempre debe ser contada en superlativos, siempre abruma, siempre desborda. Imaginamos el Zulia, lo contamos, lo hacemos gentilicio zuliano desde esa suprarrealidad de la vivencia cotidiana. No hay calor como el de Maracaibo, ni gente más fiestera, ni relámpagos como el Catatumbo, ni lagos como el nuestro, ni amigos más leales, ni música como la gaita, ni Virgen más milagrosa. A veces da miedo nombrar al Zulia por aquello de la reiteración. Mis amigos de adolescencia se quejaban compungidos: «¿Hasta cuándo vamos a ser lago, China y puente?». El asunto no es dejar de serlo, es abrazar con el mismo amor los hitos y las particularidades, reconociendo que esos tres símbolos resumen a la ligera una diversidad de elementos tan compleja que es casi irrepresentable. En términos geográficos el estado Zulia está ubicado al noroccidente de Venezuela. Tiene una extensión de 63.100 km2 y cerca de un 20 por ciento de ese territorio corresponde a la superficie del lago de Maracaibo. Su división político-territorial coincide casi exactamente con el espacio geográfico que conforma la llamada Región Zuliana, determinada por la cuenca del lago de Maracaibo. Bordeada por la sierra de Perijá al oeste y las estribaciones de la cordillera andina al este, la tierra zuliana es plana y ondulada, rodea como un gran abrazo al lago que la define y abre hacia el golfo de Venezuela y el mar Caribe, desplegada hacia el mundo. El norte y el sur de la región son muy diversos. Hacia el norte la tierra es árida, el clima seco, la vegetación escasa, casi desértica. El sur, en cambio, es exuberante, de tierra fértil, selvática y rico en actividades agropecuarias. Pero esta aparente oposición no se convierte en división sino en riqueza. La sal de la Guajira condimenta los quesos del sur del lago, y el chivo en coco se sirve con patacones, cabrito del desierto junto a plátano del humedal, los contrastes se solapan para construir identidad. Nacer en esta tierra, o ser adoptado por ella, supone asumir un modo de ser en el mundo que es fácil de reconocer y casi imposible de definir. El Zulia es el lugar del corazón, de las querencias profundas, de los contrastes absurdos, la patria chica que nunca se abandona del todo. Ser zuliano es hablar cantando con un voseo característico imposible de matizar. Es saber que la vida sólo existe a pleno sol, que esa luz que borra el horizonte alimenta los colores y no permite esconder nada. Es ser exagerado, extravagante, apasionado y gracioso. El sentido del humor es otra marca de identidad. Siempre ocurrentes, los zulianos nos reímos de nosotros mismos, nos burlamos del vecino y no perdemos la oportunidad de convertir en chiste la situación más dramática. Afirmamos con alegría esa diferencia. No nos parecemos a nadie y no queremos parecernos. Existe una identidad regional muy marcada. Sabemos que la identidad no es fija, estática o cerrada, cada individuo tiene diversas capas identitarias que le permiten reconocerse en un entorno social. Desde género, etnicidad, condición social o religión, hasta preferencias musicales, la identidad atraviesa y se construye a partir de todo aquello que particulariza al individuo y al mismo tiempo lo vincula a un grupo social. En términos de identidad regional, el conjunto de significaciones y representaciones
ZULIA IMAGINED
Zulia is an imagined territory, the only place in the world where the well-known adagio «truth is stranger than fiction» is absolutely true. And it is so because such fantastic truth must always be told in superlatives, it is always overwhelming and overflowing. Let us then imagine Zulia, narrate it, assume Zulianity from this supra-reality of everyday experience. There is no hotter place than Maracaibo, no more boisterous merry-makers than Zulians, no lightning like Catatumbo’s, no lakes like our own, no stauncher friends, no music like gaita, no Virgin more miraculous. Sometimes the very name Zulia can be fearfully reiterative. My teen-age friends used to achingly complain: «Will we ever be anything but lake, Chinita Virgin and bridge?». The point is not to stop being these things, but to embrace with the same passion other milestones and peculiarities, acknowledging the levity with which these three icons have come to summarize a diversity of elements so complex that it is almost non-representable. Geographically, the state of Zulia is located in the Northwest of Venezuela. Its surface encompasses 39,437 square miles, with nearly 20 per cent of this area occupied by the Lake of Maracaibo. This territory and its political-administrative divisions matches almost exactly that of the traditional Zulian region, determined by the basin of the Lake of Maracaibo. Delimited by the Perijá Sierra in the West and the foothills of the Andes in the East, the Zulian land is flat and wavy, embracing the formidable lake and opening itself towards the Gulf of Venezuela, the Caribbean Sea and the world. The Northern and Southern regions are quite diverse. To the North, the land is barren, the weather dry; vegetation is scarce, almost desert-like. The South, on the contrary, is exuberant, fertile, sylvan, teeming with agricultural and breeding activities. This apparent opposition is in fact complementary. The salt from the Guajira peninsula seasons the cheeses produced in the Southern Lake prairies, and goats and coconuts from the desert are eaten with the patacones made with plátanos from the wetland: contrasts overlap to create identity. To be born in this land, or to adopt it as your own, implies the assumption of a way of being in the world which is easily recognizable and almost impossible to define. Zulia is a place of the heart, of the deepest affections, of nonsensical contrasts, it is the homeland we never completely leave behind. Being from Zulia is to speak in a singsong with certain nuances impossible to hide. It is being greater-then-life, extravagant, passionate and funny. A particular sense of humor is another identity mark. Zulian wit allows us to laugh at ourselves as well as the neighbor, and we never miss the chance to turn the most dramatic situations into pranks. Our difference is always joyfully affirmed. We are unlike any other people and do not wish to be like anybody else. Regional identity is sharply emphatic. We know that identity is not fixed, static or closed, each individual possesses different identity layers derived from his or her own social milieu. Identity cuts through gender, ethnicity, social condition or religion, even musical preferences, and constructs itself from everything that particularizes the individual and at the same time links him or her to a social group. In terms of regional identity, the set of meanings and representations involved in being acknowledged as Zulian is relatively stable in time and includes many of the aforementioned features—language, weather, geography, faith, sense of humor—but also a sense of belonging to a common, traditional heri-
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que posibilitan ese reconocimiento como zuliano es relativamente estable en el tiempo e incluye muchos de los rasgos que ya mencioné —acento, clima, geografía, fe, sentido del humor— pero además tiene que ver con el acervo histórico común, con la gastronomía propia, con las raíces ancestrales y con la indeleble impronta de la actividad petrolera. Al hablar de comida zuliana la lista de platos es tan extensa como deliciosa: mandocas, patacones, lomo negro, bollitos pelones, mojito en coco, pastel de plátano, dulce de caujil, huevos chimbos y un largo etcétera en el que prevalecen los ingredientes propios de la región. Se usa coco en salsas y dulces. Plátano —llamado siempre «maduro», aunque esté verde— a manera de pan, asado y acompañado con queso, o como parte de las recetas. Pescado en el mojito o asado en hojas de plátano. Carne de vacuno, caprino o cerdo, en mil variantes: lomito de res a la parrilla, tierno y jugoso venido del sur del lago; mientras que en el norte reina el chivo, asado, en coco o en friche; los trasnochadores marabinos terminan generalmente las fiestas comiendo arepitas de pernil. Lácteos: ¡todos! Quesos frescos —telita y palmita— o semimadurados —concha negra—, crema de leche, natas, mantequillas. Sabores pensados para alegrar la vida. Cada ingrediente habla de diversidad, de encuentros culturales asimilados y ligados a un territorio. El cruce de lo indígena con lo español y lo negro se acrisola en la experiencia caribe y se nutre hasta con influencias de la India, gracias a los condimentos que aprendimos de las islas. Otro aspecto unificador en la identidad zuliana es la devoción a la Virgen de la Chiquinquirá, conocida popularmente como «La Chinita». La tradición cuenta que el 18 de noviembre de 1709 sucedió el milagro de su aparición. Una lavandera cumplía con su trabajo a orillas del lago cuando vio flotando una tablita de madera y decidió recogerla para tapar la tinaja de agua en su casa. Al día siguiente escuchó golpes fuertes como de alguien que tocaba la puerta con urgencia y al ir a ver lo que sucedía descubrió que la tablita brillaba y revelaba la imagen de la Virgen. La casa de la lavandera se convirtió en sitio de peregrinación hasta que la imagen fue trasladada a la ermita de San Juan de Dios, en el lugar que hoy ocupa la basílica donde ambos santos permanecen. La Chinita es la patrona de Maracaibo y del Zulia. Aunque formalmente la ciudad esté dedicada a San Sebastián, la devoción mariana es muy intensa y la Virgen madre de Dios es por antonomasia madre de todos sus fieles. Las ferias que conmemoran su aparición reúnen actos devocionales como las misas conmemorativas, la bajada de la Virgen, la procesión por los pueblos de aguas del lago y su recorrido por el centro de Maracaibo, junto a actividades más profanas como las corridas de toros, los amaneceres gaiteros, los juegos de béisbol, el concurso de belleza para elegir a la reina de la feria y el desfile de carrozas y comparsas. La feria es una mezcla, a partes iguales, de intensa devoción mariana y rumba en todas sus formas. El 18 de noviembre, luego del amanecer gaitero celebrado en lugares públicos y privados pero cuyo centro se despliega en la plazoleta frente a la basílica, suceden varios eventos tradicionales como el juego de las Águilas del Zulia en el estadio Luis Aparicio, las corridas de toros en la plaza Monumental de Maracaibo y el encendido de las luces navideñas de las avenidas Bella Vista y La Limpia, porque aunque usted no lo crea, en el Zulia la Navidad inicia en noviembre, con la feria y de la mano de la Virgen.
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tage, with its own gastronomy and ancestral roots, as well as the indelible trace of petroleum and its related activities. Zulian gastronomy includes a wide variety of delicious dishes: mandocas, patacones, lomo negro, bollitos pelones, mojito en coco, pastel de plátano, dulce de caujil, huevos chimbos and many others, a veritable showcase of regional ingredients. Coconut is used in sauces and sweets. Plátano—always called «Maduro» (ripe) even when it is green—is either eaten like bread, baked and filled with cheese, or as an ingredient in many recipes. Fish can be part of the mojito or cooked in plátano leaves. Beef appears as much as goat meat and pork in a thousand varieties: grilled beef loin, tender and juicy in the Southern Lake area, while the North is the realm of goat meat, roasted, in coconut or friche (first roasted and then fried); night-birds in Maracaibo usually eat arepas with pork. There are all sorts of dairy products: fresh cheeses— telita and palmita—or semi-mature—concha negra—, butterfat, buttermilk, butter. All of them with lively tastes. Each ingredient is loaded with diversity, with cultural encounters assimilated and linked with a territory. Crossover of aboriginal, Spanish and Negro foodstuffs refined with the Caribbean experience nurtured with influences even from India, through the seasonings we have learned in the islands. Another unifying factor of Zulian identity is the devotion for the Chiquinquirá Virgin, popularly known as «La Chinita.» According to tradition, there was a miraculous apparition the 18th of November 1709. A washerwoman was working at the lakeshore when she saw a wooden tablet floating, and decided to pick it up to cover a jar in her house. The next day she heard noises like someone urgently knocking at the door, and when she went to see what was going on, found the tablet shining and showing the image of the Virgin Mary. The washerwoman’s house became a pilgrimage site until the image was taken to the San Juan de Dios hermitage, in the same location where the Basilica stands today. La Chinita is the patron saint of Maracaibo and Zulia, though the city is formally dedicated to Saint Sebastian. But the devotion is so intense that the Holy Virgin Mother of God is also the mother of all the faithful. The fair to commemorate the apparition is carried out each November and includes such devotional acts as memorial masses, the exposure of the Virgin’s image, the procession throughout the lake villages and the center of Maracaibo, as well as more profane festivities like bullfights, gaita festivals all night long, baseball games, beauty pageants to choose the fair’s queen and parades of carriages and troupes. The fair combines intense devotion for the Virgin Mary and all sorts of equally intense festivities. On the 18th of November, after the gaita festival staged in public and private places but centered around the plaza located in front of the Basilica, several traditional events take place, such as the match of the Zulia Eagles baseball team in the Luis Aparicio stadium, bullfights in Maracaibo’s Monumental Arena, and the Christmas lighting event in Bella Vista and La Limpia avenues, because it must be said that Christmas in Zulia begins in November, with the fair in homage to the Virgin Mary. This festive spirit is perhaps a consequence of the warmth of this generous land. North and South, villages and towns, are diverse and contrasting, but they all share a warm-to-hot tem-
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Ese espíritu festivo quizás esté marcado por el «calorcito» de esta tierra generosa. Norte y sur, pueblos y ciudades, son diversos y contrastantes, pero comparten un clima que va de tibio a caluroso por toda la región. Maracaibo, capital del estado, fundada por Ambrosio Alfínger en 1529, está situada en la salida del lago de Maracaibo, en su costa noroccidental, justo donde inicia la boca del golfo de Venezuela. Esta posición geográfica favoreció su consolidación como puerto capital del estado al ser sitio del cruce de caminos terrestres y lacustres. Un skyline que se recorta inmenso sobre la costa del lago nos habla de las enormes proporciones de la ciudad, de la diversidad arquitectónica y de la riqueza urbana. En Maracaibo coexisten restos de arquitectura tradicional, como las coloridas casas de la calle Carabobo y el barrio Santa Lucía, o ejemplos de arquitectura contemporánea como la gran mole gris del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia. Amplias avenidas confluyen en laberínticas calles, mientras que el espíritu moderno que impulsó soberbias obras civiles como el puente sobre el lago de Maracaibo o el metro de Maracaibo no han logrado desterrar el orgánico desorden de los mercados populares y los barrios producto de invasiones. En contraste, frente a esta compleja, caótica y fascinante ciudad la región es en su mayor parte rural. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas basados en el censo de 2011, la población de Maracaibo —considerando los dos municipios: Maracaibo y San Francisco— es de 1.906.205 habitantes y concentra el 51,5 por ciento de la población regional, mientras que el restante 48,5 por ciento se distribuye en el extenso territorio comprendido por los otros veinte municipios que conforman la entidad. El segundo centro urbano es la ciudad de Cabimas con apenas 263.056 habitantes —7,1 por ciento de la población—, mientras que en el municipio insular Almirante Padilla apenas viven 11.929 personas —0,3 por ciento de la población—. Estos datos, sumados a las referencias sobre las características geográficas de la región, pueden ayudarnos a imaginar el paisaje cuando salimos de la capital. En la Guajira el mundo es árido y pedregoso, predominan las tunas, los cardones y los cujíes. Al sur del lago, en las extensas planicies anegadas, empiezan a aparecer los grandes árboles, la explotación agropecuaria marca el paisaje y nace el relámpago del Catatumbo. Las islas y las costas nos ofrecen playas y pescadores, pueblos de agua, palafitos, lugares inmensos donde el lago parece mar. Y como si todo esto fuera poco, subiendo las montañas el Zulia también tiene selvas húmedas y bosques tropicales cuyos senderos siguen siendo dominio privilegiado de sus habitantes ancestrales. A la llegada de los españoles, los pueblos que habitaban la región tenían una vida nómada vinculada a los frutos de la tierra. Hoy su vida está ligada a otras actividades productivas como la agricultura, la producción artesanal, el comercio en distintas escalas y el desarrollo profesional. Wayúu, añú, yukpa, japreira y barí continúan habitando estas tierras. Los más numerosos son los wayúu, el mayor pueblo indígena de Venezuela, pertenecientes a la familia lingüística arawak y ligados al territorio de la península de la Guajira —sin reconocer dentro de su cultura la división política occidental que separa el territorio entre Colombia y Venezuela—. Su riqueza cultural es parte viva en la cotidianidad zuliana, su lengua suena en las calles de Maracaibo y la «matrilinealidad» de sus linajes permea la sociedad mestiza otorgando a la madre
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perature common to all the region. Maracaibo, the state’s capital, founded by Ambrose Alfinger in 1529, is located in the exit of the Lake of Maracaibo, on its Northwestern shore, right at the border of the Gulf of Venezuela. This favorable geographical situation consolidated its position both as a port and the state’s capital, being the crossroad of maritime and land pathways. The huge skyline on the lake shore reveals the vast dimensions of the city, its architectonic diversity and urban wealth. In Maracaibo we can find remnants of traditional architecture, such as the colorful houses of Carabobo Street and Barrio Santa Lucía, or samples of contemporary architecture, like the gray massive hulk of Zulia’s Museum of Contemporary Art. Broad avenues converge in labyrinthine streets, while the spirit of modernity which boosted magnificent engineering works like the Bridge on the Lake or Maracaibo’s Subway have not been able to overcome the organic mess of popular markets and shantytowns produced by illegal occupations. In open contrast with this complex, chaotic and fascinating city, the rest of the region is mostly rural. According to the National Institute of Statistics, based on data gathered in the 2011 census, Maracaibo’s population–including the municipalities of Maracaibo and San Francisco–is 1.906,205, which amounts to 51.5 per cent of the state’s population, while the remaining 48.5 per cent is distributed throughout the vast territory comprised by the state’s other twenty municipalities. The second urban center by population is the city of Cabimas, with barely 263,056–7.1 per cent of the total–while in the insular municipality of Almirante Padilla there are scarcely 11,929 inhabitants, or 0.3 per cent of the total. These data, plus the references on the geographical features of the region, give us an idea of what the landscape looks like outside the capital city. The Guajira peninsula is a barren and stony world, covered with xerophytic vegetation. In the vast wetlands of the Southern Lake area, the large trees start to appear, agricultural and breeding tasks dominate the landscape, and the famous Catatumbo Lightning becomes visible. The islands and lakeshores teem with beaches and fishermen, palafito towns on the water, huge extensions where the lake looks like a sea. And on top of all that, the trails of Zulia’s mountains and their rainy tropical forests are a privileged realm for the state’s ancestral inhabitants. When the Spaniards arrived, the region’s aboriginal peoples were mostly nomads dependent on the fruits of the land. Today, they carry out other productive activities such as agriculture, craftsmanship, different types of trade and professional development. Wayúu, Añú, Yukpa, Japreira and Barí nations still populate these lands. The Wayúu, related to the Arawak linguistic family, are by far the largest indigenous people of Venezuela. Established in the Guajira peninsula, their strong and free culture does not recognize the political division of their territory between Venezuela and Colombia. This cultural wealth is a living part of Zulia’s everyday life. Wayúu language can be heard in the streets of Maracaibo and their matriarchal system, which grants the mother a central role in the family organization, has had a lasting influence on Creole society. For another distinct feature of Zulian people are the matrons: «mamaíta» is the loving mother or grandmother, the great cook and formidable and undisputed master of the house. In the average Zulian home, nobody escapes the controlling tutelage of the lady-dictator, who assumes the roles of economist and counselor, while sheltering husband, children, grandchildren, nephews, nieces,
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un papel medular en la organización familiar. Porque si otra cosa distingue a los zulianos son sus matronas: «mamaíta» es la madre, la abuela, la querendona, la gran cocinera y la temible dueña de las riendas de la casa. Nadie, en un hogar zuliano promedio, escapa de la égida controladora de la señora-dictadora que hace las veces de ecónoma y consejera, mientras ampara a marido, hijos, nietos, sobrinos, amigos y vecinos con una enorme sonrisa, un tibio plato de comida o mínimo un dulce de frutas en almíbar —piña con coco para mí, por favor—. Ser hospitalario es parte de ser zuliano, se lo aprendimos a la abuela y lo practicamos con generosidad. ¿Será que esa hospitalidad y esa generosidad se deben a que nos sabemos y creemos ricos? La región cuenta con abundantes recursos naturales. El petróleo cambió el paisaje y la vida de venezolanos y zulianos. La explotación petrolera inició con el siglo xx y casi un siglo después aún es el motor determinante en la historia del país. Un alto porcentaje de la producción de crudo en Venezuela proviene del Zulia, además de que aquí también se procesa en la Petroquímica del Tablazo. El lago se pobló de torres y de gabarras, Maracaibo se llenó de acentos nuevos, de confort y contraste, el país abandonó la tierra, la agricultura, para tender a la industrialización eso que devino en modernidad fallida. Pero paradójicamente los zulianos, así petroleros y todo, no dejaron de cultivar, no rompieron su lazo natural con la tierra y el lago. Así que además de arrancar a las profundidades petróleo, gas y carbón, los trabajadores zulianos siguen aprovechando los frutos de la superficie, siembran palma aceitera, plátanos, cacao, coco, frutales, apacientan ganado, producen leche y procesan una multitud de derivados lácteos, a lo que se añade la riqueza del lago, el cual continúa abasteciendo la pesca directa y las industrias camaroneras. El trabajo duro se reconoce como factor de movilidad social y es un espacio que nos iguala. Zuliano, el gentilicio. Zulianidad, la calidad de zuliano, abstracción que aspira a transformar esa identidad vinculada al territorio en una categoría de vocación universalizante. Desde el año 2002 la zulianidad se celebra el 28 de enero por decreto gubernamental, para conmemorar la fecha de 1821 en la que el gobernador Francisco Delgado declaró la independencia de la Provincia de Maracaibo frente a la corona española. Este gesto, desfasado once años de la declaración de independencia hecha desde el centro, fue también un acto de autoafirmación, pues la provincia consideró primero sus propios intereses comerciales antes de plegarse a la gesta independentista.Y quizás de eso se trata ser zuliano, es eso la zulianidad, un conjunto de gestos significativos e imposibles de contabilizar que nos hacen particulares. Una luz, un acento, un arrebatado sentido del humor, un modo de ser en el mundo. Zulianidad es el desborde del gentilicio, es su expresión superlativa, su ficción, su esencia.
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friends and neighbors under a broad smile, a warm plate of food or at least some sweet fruit in syrup–pineapple and coconut for me, please. Being hospitable is quintessential to being Zulian, we learned that from our grannies and practice it generously. Is this hospitability and generosity rooted in the fact that we consider ourselves rich? The region possesses great wealth in natural resources. Petroleum radically changed the landscape and lives of all Venezuelans and Zulians in particular. Oil exploitation started with the 20th century, and almost a century later is still the decisive factor in the country’s history. A high percentage of Venezuela’s crude production comes from Zulia, which is also a major processing center through El Tablazo petrochemical plant. The lake became a forest of towers and barges, Maracaibo filled itself with new sophistication, comfort and contrasts, people abandoned the countryside and agriculture to embrace industrialization, only to end up with a feeling of failed modernity. But paradoxically, despite petroleum, most Zulian people continued working on their crops and refused to break their natural link with the land and the lake. Thus, besides drawing out oil, gas and coal from the depths, Zulian workers still take care of the products of the surface, growing oil palm, plátanos, cocoa, coconut, fruit; herding cattle, producing milk and processing all sorts of dairy products; and exploiting the inherent wealth of the lake, which sustains large-scale fishing and shrimp industries. Hard work is acknowledged as the main factor of social prosperity and equality. Zulianity, the quality of being Zulian, is an abstraction as much as an aspiration to transform regional identity into a universal category. Since 2002, by governmental decree, Zulianity is celebrated the 28th of January, to commemorate the day in 1821 when Governor Francisco Delgado declared the independence of the Maracaibo province from the Spanish crown. This deed, though occurred eleven years after the declaration of independence of the central provinces, was also an act of self-affirmation, since Maracaibo always considered its commercial interests first before joining the independence struggle. And perhaps this is what Zulianity is all about, a set of meaningful, unquantifiable gestures that constitute our particularity. A light, an accent, a brash sense of humor, a way of being in the world. Zulianity is the ultimate expression of being Zulian, its fiction, its quintessence.
RELÁMPAGO DEL C ATATUMBO
Una mirada al Zulia A LOOK AT ZULIA |
FERNANDO BRACHO BRACHO
TERRITORIO diverso, única región-estado del país, el Zulia contiene en su geografía selvas, desiertos, serranías y un LAGO inmenso que se abre al mar. De norte a sur, vamos de lo árido a lo exuberante. De este a oeste, encontramos pueblos de agua y muchedumbres de torres petroleras que semejan SELVAS. En los 63.100 km2 de la región, el lago de Maracaibo, que ocupa casi 20 por ciento del territorio, es determinante. La depresión que lo conforma figura un territorio que va desde COSTAS ubicadas al nivel del mar hasta alturas que superan los 3.000 metros en la sierra de Perijá. Es una tierra tan opulenta y desmesurada que produce un fenómeno inexplicable como el RELÁMPAGO del Catatumbo, descarga eléctrica que no suena, que regala ozono cada vez que sucede y parece tener su origen en la confluencia única del río, el lago y la desbordada vegetación.
TERRITORIALLY diverse, the one and only region-state in the country, Zulia’s geography encompasses jungles, deserts, sierras and an immense LAKE opening towards the sea. From North to South, we go from aridity to lushness. From East to West, we find towns on the water and a multitude of petroleum towers similar to FORESTS. The Lake of Maracaibo, occupying 20 per cent of the region’s 39,437 square miles, is absolutely determinant. The lake’s basin configures a territory which includes COASTS located at sea level and heights over 9,900 feet in the Perijá Sierra. It is a land so opulent and incommensurable that it produces such an inexplicable phenomenon as the LIGHTNING of Catatumbo, a soundless electrical discharge which gives away ozone every time it occurs and seems to be originated by the unique confluence of river, lake and overwhelming vegetation.
EL HITO, C ASTILLETES
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«Es la tierra del zuliano un paraíso pequeño Donde todos son hermanos Desde el guajiro al costeño» JOSEÍTO RODRÍGUEZ Y NORBERTO PIRELA
LA GUAJIRA
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PESC ADORES AÑÚ EN LA LAGUNA DE SINAMAIC A
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«NACÍ EL EN LA REGIÓN ZULIANA DONDE EXISTE EL C ALORCITO CONTAGIOSO Y SABROSITO SEA DE NOCHE O DE MAÑANA» RIC ARDO PORTILLO
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EL CONGO MIRADOR
RÍO KUNANA
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RÍO C ATATUMBO
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pรกgina anter ior ANCIANOS PESC ADORES WAYร U | NORTE DEL ZULIA
RÍO GUASARE
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«TODAS LAS MAÑANAS KA’I, EL SOL, TRABAJA, TIENE QUE TRABAJAR TODO EL TIEMPO, ES SU DESTINO TRABAJAR, PUES TODOS LOS HOMBRES TIENEN QUE SEGUIR ESE RITMO DE TRABAJO, TAMBIÉN LOS PÁJAROS, LAS PLANTAS, LAS FLORES, LOS ANIMALES» RAMÓN PAZ IPUANA
UNIVERSO WAYÚU
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PAIPAI (PROTECTOR SOLAR WAYÚU)
SIERRA DE PERIJÁ
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«EUFRASIO TIENE SU BURRO QUE NO LO QUIERE C AMBIAR NI POR UN C ARRO MERCEDES NI POR UN CONTINENTAL EN ESE BURRO VA Y VIENE CON SU GRITO POPULAR VENDIENDO LOS CEPILLAOS POR LA ZONA COMERCIAL» ASTOLFO ROMERO
ALITASÍA, TERRITORIO WAYÚU | página siguiente PLAYAS DE QUISIRO
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Equipo editorial EDITORIAL TEAM
FERNANDO BRACHO BRACHO Maracaibo, 11 de junio de 1966 Fotógrafo y periodista egresado de la Universidad del Zulia (LUZ), es autor de los libros fotográficos Lara, El Tocuyo, El lago de Maracaibo y su cuenca, Nueva Esparta, Miranda, El Zulia, La cocina zuliana, Atlas del Zulia, Monagas de J&M Editores; La cocina en el arte, Mercedes Aché de Canaán (2007); Catálogo Reapertura Teatro Baralt (1998); Catálogo Teatro Baralt, Ediciones Kyma (2000), y coautor de El día que tuvo dos noches, Ingenio Editorial; El infinito canto de este sol, Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez; Nuestra gran Venezuela y Atlas geográfico de Venezuela, J&M Editores (2004); Costas y pescadores de Venezuela, Armitano Editores (2000); Dos familias en el Maracaibo del siglo xvii (2005); La Virgen en Venezuela, Editorial Diagrama (2005); El Zulia, la primera patria, Julio Portillo (2008); Patrimonio de la Humanidad en Venezuela, Editorial Diagrama (2007). Su trabajo ha aparecido publicado en diversos medios impresos nacionales e internacionales como La Columna, Correo del Caroní, «Papel Literario» de El Nacional, El Globo, Economía Hoy (Venezuela), Expressen (Suecia); Eventum, Extra Cámara, Balletín (Argentina); MV. Catálogo ARCO 2002 (Feria de Arte Contemporáneo de Madrid); Catálogo Feria de Arte de Toronto 2001 y 2003. Desde 2004 es corresponsal del diario El Nacional y desde 2008 colaborador para la revista Papa y Vino. Además de su participación en múltiples muestras colectivas desde el año 1986, ha llevado a cabo exposiciones individuales entre las que podemos destacar: Remedios, la bella, Alianza Francesa de Barquisimeto y Museo de Artes Gráficas Balmiro León (1987); Vida privada, Alianza Francesa de Maracaibo (1990); Centro de Bellas Artes de Maracaibo y La espera, Alianza Francesa de Barquisimeto y de Mérida (1995); La espera, Alianza Francesa de Maracaibo; Sueño tropical, Festival de Ultramar, Roma (1996). A lo largo de su trayectoria profesional ha sido objeto del Premio Nacional de Periodismo y Premio Monseñor Pellín otorgados al diario La Columna (1990); III Premio IV Salón Bienal de Fotografías Seguros Catatumbo (1992) y Gran Premio Salón de Artes Visuales de Coro (2007).
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FERNANDO BRACHO BRACHO Maracaibo, 11 June 1966 Photographer and journalist graduated from the Universidad del Zulia (LUZ), author of the photographic books Lara, El Tocuyo, El lago de Maracaibo y su cuenca, Nueva Esparta, Miranda, El Zulia, La cocina zuliana, Atlas del Zulia, Monagas de J&M Editores; La cocina en el arte, Mercedes Aché de Canaán (2007); Catálogo Reapertura Teatro Baralt (1998); Catálogo Teatro Baralt, Ediciones Kyma (2000), and co-author of El día que tuvo dos noches, Ingenio Editorial; El infinito canto de este sol, Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez; Nuestra Gran Venezuela y Atlas Geográfico de Venezuela, J&M Editores (2004); Costas y pescadores de Venezuela, Armitano Editores (2000); Dos familias en el Maracaibo del siglo xvii (2005); La Virgen en Venezuela, Editorial Diagrama (2005); El Zulia, la primera patria, Julio Portillo (2008); Patrimonio de la Humanidad en Venezuela, Editorial Diagrama (2007). His work has been published in different national and international media such as La Columna, Correo del Caroní, «Papel Literario» de El Nacional, El Globo, Economía Hoy (Venezuela), Expressen (Suecia); Eventum, Extra Cámara, Balletín (Argentina); MV. Catálogo ARCO 2002 (Feria de Arte Contemporáneo de Madrid); Catálogo Toronto Art Fair 2001 and 2003. Since 2004 he is a credited correspondent of the journal El Nacional and since 2008 a collaborator in the magazine Papa y Vino. Besides his participation in multiple collective shows since 1986, he has carried out individual expositions among which are worth mentioning: Remedios, la bella, Alianza Francesa de Barquisimeto and Museo de Artes Gráficas Balmiro León (1987); Vida privada, Alianza Francesa de Maracaibo (1990); Centro de Bellas Artes de Maracaibo and La espera, Alianza Francesa de Barquisimeto and Mérida (1995); La espera, Alianza Francesa de Maracaibo; Sueño tropical, Festival de Ultramar, Roma (1996). Throughout his professional career he has been awarded the National Prize of Journalism and the Monseñor Pellín Prize granted to the journal La Columna (1990); III Premio IV Salón Bienal de Fotografías Seguros Catatumbo (1992) and Gran Premio Salón de Artes Visuales de Coro (2007).
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SUSANA QUINTERO BOROWIAK Maracaibo, 30 de agosto de 1971 Es Licenciada en Letras, mención Historia del Arte (Distinción Magna Cum Laude), por la Universidad de Los Andes (2003). Cursa el Diplomado en Museología Comunitaria de la Universidad del Zulia, Maracaibo (2006), y actualmente la maestría en Filosofía, mención Pensamiento Latinoamericano, de la Universidad Católica Cecilio Acosta, Maracaibo. Ha participado en diversos talleres y seminarios sobre curaduría y arte contemporáneo. Desde 2008 y hasta 2014 trabaja como curadora y editora independiente. Fue Jefe de la Unidad de Investigación del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (2005-2008). Durante su trayectoria ha sido reconocida con la Beca de Investigación Curatorial, 14 Salón Regional de Artistas, Zona Oriente, Colectivo Aiuna, Proyecto Caminos-Reales, Ministerio de Cultura de Colombia (Convocatoria 2010) y la Beca de Curador Internacional, Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá, Colombia, Proyecto de Artistas para Artistas: Crónica viva de los espacios alternativos en Bogotá (Convocatoria 2012). En la actualidad es Curadora del Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta, Colombia.
EDITEMOS Editorial especializada en consultoría, asesoría y dirección de publicaciones de arte dirigida por Ginett Alarcón, Licenciada en Letras por la Universidad Católica Andrés Bello, y Marisa Mena, Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Navarra, España, con más de veinte años de experiencia acreditada en el contexto museístico y cultural. A lo largo de su trayectoria han sido objeto de diversos reconocimientos: Premio Nacional del Libro 2003: Categoría Libro sobre arte, Mención honorífica, por Hacedores de país, Fundación Artesanogroup/CANTV. Premio Nacional del Libro 2005: Categoría Libro de turismo, Mención honorífica, por Hacedores de país. Mundo e imagen del artesano ancestral, Artesanogroup; Categoría Libro institucional por Café con leche: cultura migración e identidad, Instituto Goethe; Categoría Libro objeto de arte por Venezuela indígena, Exxon Mobil. Premio Nacional del Libro 2006: Categoría Libro objeto de arte por Megaexposición II, Ministerio de la Cultura; Categoría Libro sobre arte por Alejandro Otero ante la crítica, Sidor/Artesanogroup; Categoría Libro sobre tema indígena por Los chaima del guácharo, Ministerio de Educación; Categoría Catálogo de exposiciones, Mención honorífica, por I Certamen Mayor de las Artes y las Letras, IARTESMinisterio de la Cultura. Premio Gráfico Nacional José Gianelli por Utopía. Ricardo Benaim (2009) y el Premio de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo Venezuela, por Soto (2010); The 2011 International Latino Book Award con la distinción de Best Arts Book Spanish or Bilingual, Honorable Mention por el libro Una colección de arte cubano; Premio de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo Venezuela, Categoría Edición de Libro o Catálogo de Arte, Mención Publicación Infantil, por Arte&punto (2011).
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SUSANA QUINTERO BOROWIAK Maracaibo, 30 August 1971 Graduated in Literature, mention History of Art (Magna Cum Laude), at the Universidad de Los Andes (2003). Currently registered in the Diplomado en Museología Comunitaria at the Universidad del Zulia, Maracaibo (2006), and in the Master’s Program in Philosophy, mention Latin American Thought, at the Universidad Católica Cecilio Acosta, Maracaibo. She has participated in several workshops and seminars on curatorship and contemporary art. From 2008 up to 2014 she works as an independent curator and editor. She headed the Research Unit of the Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (2005-2008). Throughout her career she has been awarded the Curatorial Research Scholarship, 14th Salón Regional de Artistas, Zona Oriente, Colectivo Aiuna, Proyecto Caminos-Reales, Ministerio de Cultura de Colombia (Convocatoria 2010) and the International Curator Scholarship, Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá, Colombia, Proyecto de Artistas para Artistas: Crónica viva de los espacios alternativos en Bogotá (Convocatoria 2012). She is currently a curator at the Museo Norte de Santander y Ciudad de Cúcuta, Colombia.
EDITEMOS Editorial firm specialized in consultancy, advising and direction of art publications headed by Ginett Alarcón, graduated in Literature at the Universidad Católica Andrés Bello, and Marisa Mena, graduated in Hispanic Philology at the Universidad de Navarra, Spain, both of them with over twenty years of credited experience in the artistic and cultural milieu. Throughout their career they have been awarded several acknowledgments: Premio Nacional del Libro 2003: Categoría Libro sobre Arte, Mención honorífica, for Hacedores de país, Fundación Artesanogroup/CANTV. Premio Nacional del Libro 2005: Categoría Libro de turismo, Mención honorífica, for Hacedores de país. Mundo e imagen del artesano ancestral, Artesanogroup; Categoría Libro institucional for Café con leche: cultura, migración e identidad, Instituto Goethe; Categoría Libro sobre arte for Arte venezolano del siglo xx. La megaexposición; Categoría Libro objeto de arte for Venezuela indígena, Exxon Mobil. Premio Nacional del Libro 2006: Categoría Libro objeto de arte for Megaexposición II, Ministerio de la Cultura; Categoría Libro sobre arte for Alejandro Otero ante la crítica, Sidor/ Artesanogroup; Categoría Libro sobre tema indígena for Los chaima del guácharo, Ministerio de Educación; Categoría Catálogo de exposiciones, Mención honorífica, for I Certamen Mayor de las Artes y las Letras, IARTES-Ministerio de la Cultura. Premio Gráfico Nacional José Gianelli for Utopía. Ricardo Benaim (2009) and Premio de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo Venezuela, for Soto (2010); The 2011 International Latino Book Award in the category Best Arts Book, Spanish or Bilingual, Honorable Mention for the book Una colección de arte cubano; Premio de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo Venezuela, Categoría Edición de Libro o Catálogo de Arte, Mención Publicación Infantil, for Arte&punto (2011).
ESTE LIBRO SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EN DICIEMBRE DE 2014 EN LOS TALLERES DE LA GALAXIA, CARACAS. EN SU COMPOSICIÓN SE USARON TIPOS DE LA FAMILIA GILL SANS. FUE IMPRESO SOBRE PAPEL RECUBIERTO MATE DE 150 GRAMOS. SU PRODUCCIÓN ESTUVO AL CUIDADO DE EDITEMOS.
THIS BOOK WAS PRINTED IN DECEMBER 2014 AT THE LA GALAXIA WORKSHOP IN CARACAS. TYPES OF THE GILL SANS. FAMILY WERE USED. IT WAS PRINTED ON 150 GRAMS MATTE RECOVERED PAPER. PRODUCED UNDER THE CARE OF EDITEMOS.