Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 21.07.2012
La fama de pacotilla, un artículo de Mu Kien Sang Pág4
El historiadordel Santo Domingo colonial Pág 3
José García Cordero,
“Bocanadas de chimenea”
pintor criollo en París
o cuentos de M. Phipps
Durante más de tres décadas, París ha sido uno de los espacios vitales para José García Cordero (Santiago de los Caballeros, 1951). Espacio donde ha llegado a cristalizar sus búsquedas creativas más íntimas...Página8
Roberto Marcallé afirma que Miguel Phipps Cueto, prolífico autor de relatos infantiles, ha venido, desde la soledad y el silencio, construyendo un universo que trasciende los asuntos cotidianos.Página6
El método ecléctico de Giovanni di Pietro El profesor Diógenes Céspedes vuelve sobre Giovanni di Pietro: Mathew Arnold, Francesco De Sanctis y Pedro Henríquez Ureña consideraron, según Giovanni di Pietro, que la obra literaria tenía una finalidad moral. Página5
HOY
AREÍTO
Sábado 21 de julio de 2012
Zona Areíto Areito
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Almudena Grandes (novelista española) Las relaciones sexuales son como el dinero: cuando lo tienes te lo gastas, y cuando careces de él sólo piensas en eso LA GUÍA
José Mármol
LIBROS
Escribo para sobrevivir
LAS BONDADES DEL PLÁTANO
BOLETÍN DEL INSTITUTO DUARTIANO
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scribir es vivir. Ese es el maravilloso título de un libro profundo y sabio. Lo escribió, porque lo habló en el marco del ciclo de cursos magistrales de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo de Santander, en julio de 2003, el novelista José Luis Sampedro. Libro cargado de sapiencia y humildad. Sostiene que el escritor es un albañil del lenguaje, cuyos ladrillos son las palabras. Considera la escritura como una manifestación del arte de vivir cada día, y no sólo como un conjunto de técnicas literarias. Sin desmedro de la técnica, esta es una verdad terrible. Cuando se escribe por necesidad vital, ocurre, sin posibilidad de escape, que la obra se hace con la vida y la vida se hace con la obra. Franz Kafka solía decir que sólo gracias a su escritura se mantenía vivo. Escribir, es, pues, vivir. Soy presa fácil de ese delirio, de esa adicción al lenguaje y su rítmico poder de significación, superación y transgresión del mundo en la superficie alegórica y multívoca del poema, el relato o el ensayo. Cuando escribo experimento un extraordinario poder de fruición, una sensación, fisiológica, tal vez, como en Gustave Flaubert, de que sobrevivo al hastío, la podredumbre y el desgaste de la sociedad actual, por la intención estética de sobrevivir en la tensión estilística de la escritura y su ansiedad de una imposible perfección. Para Fernando Pessoa escribir equivalía a existir. Pasarse algún tiempo sin escribir era igual que pasarse algún tiempo sin existir. Soy lo que escribo, solía decir. Aun así, confesaba sentir un tormentoso autodesprecio, el desprecio de sí mismo, al momento de escribir. Es así, porque la génesis del texto literario produce, a la postre, una extenuación, un cansancio de ser, una abulia por la relación identitaria entre el sujeto (escritor), la
enunciación (acto de articular una lengua) y la escritura (obra). Escribo, pues, por la determinación sistemática, y a la vez, por la renuncia espontánea a ser, como modo de sobrevivencia, de subsistencia creativa, instrumento corpóreo y pensante de la riquísima tradición de mi lengua materna y su capacidad de ampliarse, renovarse como espejo y como primer motor de la sociedad, la cultura y la historia. El que escribe vence al miedo. De ahí que el texto logrado sea, aunque parezca paradójico, el testimonio, la huella, el legado de la autodestrucción del escritor. La escritura trasciende el dominio de los poderes fácticos, burla sus instrumentos coercitivos, rompe las camisas de fuerza de la falsa moral y la falsa política. El que escribe ha de soltar riendas a sus demonios. Los poetas León de Greiff y Antonio Machado escribían para tratar de hablar con Dios. Yo, en cambio, escribo porque con la escritura participo de la afirmación de la soledad y el vacío de la vida contemporánea. Escribo para morir y renacer en cada texto. Escribir, sugiere Maurice Blanchot, es poner el lenguaje bajo la fascinación, y por él, en él, permanecer en contacto con el medio absoluto, allí donde la cosa vuelve a ser imagen. Esa fascinación queda hoy opacada por la violencia de la sociedad. Una violencia atroz que corroe los cimientos de la vida en comunidad. Esa violencia constituye un atentado contra la civilización. Escribo para resistirme a esa avalancha de ignominia y depredación que protagonizan ciertos estratos de la sociedad. Escribo desde el hoy para el tiempo que vendrá. Escribo para vencer el miedo al miedo. Escribo, simplemente, para tratar de llegar a escribir, sin sentir siquiera la necesidad o pretensión de llegar a ser un escritor.
La perseverancia es una de las principales cualidades de los integrantes de la directiva del Instituto Duartiano. La mejor muestra es la publicación de su Boletín, tarea que se lleva a cabo contra viento y marea y venciendo las limitaciones. Este “Boletín del Instituto Duartiano” es el último, el número 29, correspondiente al segundo semestre del año pasado. En sus 163 páginas contiene 10 trabajos que giran, lógicamente, alrededor de la figura del patricio fundador de la República, Juan Pablo Duarte. Estos textos son de la autoría de Roberto Cassá, Juan Bosch, Gustavo Wiese, Ramón Colombo, José Pérez Saviñón, Wilson Gómez, Daniel Nicanor Pichardo y Alejandro Paulino.
El plátano, tan presente en la cocina dominicana pero tan vilipendiado en los centros más urbanizados, ya tiene su libro y su defena. Este pequeño texto, hermosamente diseñado e impreso, es de la autoría de doña Lourdes Benilda Llenas Amarante, reconocida profesora de nutrición y dietética. Está auspiciado por Adrian Tropical. El plátano es originario de Asia, según narra la profesora Llenas Amarante. Alejandro Magno lo llevó a Grecia y los navegantes árabes lo diseminaron por Africa Oriental. Los portugueses lo trajeron al llamado Nuevo Mundo y los esclavos africanos lo expandieron en El Caribe y Centroamérica. Este libro es, en realidad, una guía culinaria de los plátanos en la cocina dominicana. Tiene 37 páginas. Es una publicación del Ministerio de Cultura.
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CÓMO HACER CIENCIA POLÍTICA LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS Y LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO DEMOCRÁTICO Este es un nuevo libro de Iván Ernesto Gatón Rosa, un joven internacionalista que se destaca con pasos firmes en su especialidad. Este texto corresponde a la tesina presentada para optar por el diplomado en Estudios Avanzados del Doctorado en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid, en España. El libro está presentado por el doctor Antonio Remiro Brotons, profesor de la citada universidad y tutor de Iván Ernesto Gatón Rosa. “La Organización de Estados Americanos y la Aplicación del Principio Democrático” tiene 191 páginas. Fue impreso en Amigo del Hogar. _ ____________________________________________________________________
El maestro Giovanni Sartori, quien a los 88 años dice que ya no tiene fuerza para ponerse a escribir libros, ha recogido en este texto ocho ensayos sobre Metodología Política. Son escritos de distintas épocas, pero como entiende que una de las sutilezas de la lógica aristotélica es que nunca cambia, el eminente pensador italiano espera que estos ensayos todavía tengan vigencia. Y sí que la tienen. “Cómo hacer ciencia política” consta de 406 páginas. Es una publicación de Taurus, de la colección Pensamiento. Los ensayos del profesor Sartori contenidos en este libro son Malformación de Conceptos; La Idea de Política; Filosofía, Ciencia y Valores; La Torre de Babel; Reglas para el Análisis de los Conceptos; Comparar y Comparar Mal; Fragmentos, y Un Ensayo Autobiográfico.
LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado
1899
ERNEST HEMINGWAY, novelista estadounidense, premio Pulitzer 1953 y premio Nobel en 1954, nació el 21 de julio. Uno de los más importantes escritores del siglo XX, autor de novelas como “El viejo y el mar”, “Fiesta”, “Adiós a las armas”, “Por quién doblan las campanas” y “París era una fiesta”. _+
1967
EL 22 DE JULIO FALLECIÓ CARL SANDBURG, escritor estadounidense galardonado dos veces con el Premio Pulitzer.
1972
MURIÓ EL 22 DE JULIO MAX AUB, escritor hispano-mexicano de origen franco-alemán. Escribió ensayo, teatro, poesía y narrativa. Miembro de la Generación del 27, muy implicado políticamente y con la situación social que se vivía en España. En torno a la Guerra Civil gira “El laberinto mágico”, serie integrada por seis obras con esta temática. _
1990
MANUEL PUIG FALLECIÓ EL 22 DE JULIO. Fue un destacado escritor argentino, autor de obras como “Boquitas pintadas”, “El beso de la mujer araña”, “Sangre de amor correspondido”.
1886
SALVADOR DE MADARIAGA Y ROJO, escritor y diplomático español, nació el 23 de julio. Como historiador publicó notables ensayos sobre la historia de España y su papel en el mundo, y la historia de Hispanoamérica. Como novelista, su obra más importante es “El corazón de piedra verde”. ALEXANDER DUMAS (PADRE), novelista y dramaturgo francés, nació el 24 de julio. Es autor de obras tan conocidas como “Los tres mosqueteros”, “El Conde de Montecristo” y “El collar de la reina”.
1803
ÁNGELA PEÑA
Viaje por la historia
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Genaro Rodríguez, historiador colonial
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s el erudito del siglo XVI, el dominicano que más ha estudiado el periodo colonial, el más aventajado paleógrafo, el único que ha estado por 25 años ininterrumpidos en el Archivo General de Indias y el que ha vinculado al país con prestigiosos historiadores de Europa y Norteamérica. Genaro Rodríguez Morel ha acumulado otras primacías desde que partió a España un adolescente, pero ya con experiencia académica, política e historiográfica como auxiliar del reconocido dominico fray Vicente Rubio y con Raymundo González Peña, a rastrear los Fondos Coloniales de los Archivos de Sevilla para asociar la documentación encontrada a las celebraciones del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Interrumpió para esta misión la licenciatura en historia que cursaba en la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde además militó en el Partido Socialista, fundado por Max Puig; en Tendencia Marxista Revolucionaria, que integraban intelectuales como Roberto Cassá, Otto Fernández, Carlos Julio Báez, Julio Sánchez, Luis Gómez Pérez y Pedro Catrain, entre otros. Después estaría entre los iniciadores del Movimiento de Unidad Socialista (MUS), y dirigiría la revista “Poder Popular”. Sigue siendo de izquierda aunque ahora esta tendencia “no es lo que era, incluso la intelectualidad ha perdido su independencia porque los poderes del Estado han absorbido” gran parte de esa clase, dice. Los valores son otros y no hay independencia de pensamiento, salvo raras excepciones, confiesa este leal militante que llegó a involucrarse con el PSOE llevando ideas transformadoras pero lo abandonó porque percibió que “era un partido del sistema”. Se define librepensador, pese a mantener vínculos con esa organización, y logra mantenerse “honesto” en sus ideas. Quizá es más conocido en la madre patria y en Estados Unidos, a pesar de que en República Dominicana su nombre es familiar en la intelectualidad, sobre todo entre historiadores, a los que evita el costo económico de un viaje, el consumo de inagotables horas entre viejas escrituras e inmensidad de legajos y transcripciones y la inversión en fotocopias o discos compacto porque ha trasladado la información más valiosa en su obra inestimable, fértil, galardonada, que refleja la historia nacional a partir de 1492. Cuando se marchó en 1988 retornó al país en diciembre de 1992 pero ya el amor de Maricarmen Seda lo había conquistado y en febrero de 1991 volvió para casarse y quedarse. Ella es la madre de su hijo Genarito. En España, Genaro Rodríguez Morel escribe e investiga más de 15 horas diarias desde las cuatro de la madrugada. A veces se queda en la casa redactando el resultado de sus hallazgos. Sus libros no son comerciales. Los han patrocinado el Patronato de la Ciudad Colonial, el Archivo General de la Nación, la Academia Dominicana de la Historia para que los tome el interesado y tenga una idea acabada de lo que pasaba en la colonia en los diferentes momentos que él ha estudiado. Algunos volúmenes son los únicos legajos existentes en Sevilla sobre Santo Domingo, que él ha transcrito y reproducido con una extensa introducción descriptiva. De Mao y Montecristi. Nació en Montecristi el 17 de octubre de 1955, hijo de Dominga Morel y Genaro Rodríguez, él de Mao, trasladado a aquella comarca como mecánico de la Grenada Company. En 1957 la familia retornó a Valverde y Genaro estudió en los colegios Santa Teresita, Don Bosco y Juan de Jesús Reyes hasta que ingresó a la UASD en 1975. En 1977 ya era asistente de Roberto Cassá. Luego trabajó en Patrimonio Cultural con Fernando Pérez Memén, Víctor Bisonó y el padre Rubio. Posteriormente auxilió al sociólogo André Corten en trabajos de campo en los bateyes. De esa época es su investigación sobre la presencia de la familia Bogaert en Mao. Terminó la licenciatura en 2001, en España, y tiene doctorado de la Universidad Jaume I. Entre sus libros publicados están: Cartas del cabildo de Santo Domingo en el siglo XVI; Cartas de los cabildos eclesiásticos de Santo Domingo y Concepción de La Vega en
Genaro Rodríguez con Herbert Klein.
Genaro Rodríguez muestra uno de sus libros.
el siglo XVI; Cartas del cabildo de la ciudad de Santo Domingo en el siglo XVII; Cartas de la Audiencia de Santo Domingo de 1530 a 1545 (un tomo) y otro de 1546 a 1575. También Los orígenes de la economía de plantación de Santo Domingo en el siglo XVI, que fue su tesis doctoral y mereció el Premio Nacional de Historia José Gabriel García, del Ministerio de Cultura, el año pasado. Es autor de artículos sobre la economía azucarera de La Española, aparecido en “Tropical Babylon”, donde escriben los mayores especialistas en plantación del mundo, y que coordinan Stuart Bschwart, de Yale; Franklin Knight, de John Hopkins University; Herbert Klein, de Columbia y Alejandro de la Fuente, cubano, entre otros. Ha colaborado, además, con el libro Del trabajo esclavo al trabajo libre, por José Antonio Piqueras, profesor de Jaume I, con un trabajo sobre esclavitud y plantación, y con un ejemplar acerca de la historia de los mercados en el que analizó el comercio dominicano en el siglo XVI. Son muchas más sus aportaciones como articulista y magistral disertante. Es un cooperador de la Academia Dominicana de la Historia y del Archivo General de la Nación al que asesoró en materia archivística y en la organización de la sala de investigación desde que Roberto Cassá asumió la dirección. Es el recopilador de todos los Juicios de Residencias de los siglos XVI y XVII y de cartas del siglo XVIII tocantes a gobernantes de la Isla, presidentes de la Real Audiencia, jueces y oidores y tiene en preparación volúmenes
sobre correspondencia de obispos y arzobispos, cuentas de las Cajas Reales, del Cabildo Eclesiástico, de la Real Audiencia… Sencillo, humilde, dispuesto, desinteresado, es un eficiente enlace entre criollos y foráneos a los que trae para que aporten gratuitamente conocimientos y experiencias en cursos, cursillos, cátedras, charlas. Coordina el primer tomo de la Historia General del Pueblo Dominicano y es autor de cinco capítulos de ese ambicioso proyecto en el que participa más de un centenar de historiadores nacionales. El valor de sus investigaciones y libros los resume afirmando que “aquí no hay documentos del siglo XVI, el país no tiene fuentes y para ir al Archivo de Indias es costoso y de gran dificultad. He transcrito ese acervo para hacer fácil la labor a los interesados. Me he especializado en el periodo colonial”. En la República, nadie lo conoce tanto como él.
Algunos de los libros de Genaro Rodríguez
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CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/Por Julio González
Apellidos únicos (7 de 8) PORCELLA: Desde Zoagli, Génova, Italia, llegó en 1878 Angelo Porcella Vicini (1864-1924). PRANDI: José Prandi Santerro, de Savona, Italia, llegó a principios del siglo XIX a Santo Domingo. PRATS: Desde Mayagüez, Puerto Rico, llegó Francisco Prats López a finales del siglo XIX. PROTA: En 1908 llegó a San Pedro de Macorís Pascual Prota (1888-1973). Era nativo de Morigerati, Salerno, Italia. PUGLIESE: Nicolás Pugliese, natural de Vibonati, Salerno, Italia, trajo a Santiago el apellido a fines del siglo XIX. Posteriormente llegaron sus hijos Vicente y José Pugliese. PUIG: José María Puig Sanz, de Barcelona, España, se radicó en Puerto Plata a fines del siglo XIX. RAINIERI: Isidoro Rainieri llegó a Puerto Plata en 1898 procedente de Bolonia, Italia. RAMIS: A fines del siglo XIX llegó Damián Ramis López procedente de Alcudia, Mallorca, España. RANCHÉ: Juan Ranché de Base-Terre, Guadalupe, llegó a Puerto Plata hacia 1846. RANCIER: Pourcain Racier, oriundo de Verneuil, París, Francia, llegó al país alrededor del 1802. READ: Procedente de Roxbury, Suffolk, Massachusetts, llegó hacia 1846 William Augustus Read Fox (1820-1887). REDONDO: Pedro Redondo López natural de Zamora, España, llegó a Santo Domingo a mediados del siglo XIX. REID: William Campbell Reid (1887-1973) llegó en 1916. Era natural de Aberfeldy, Perthshire, Escocia. RIGGIO: Llegó José Riggio Schiffino (1903-1972) a Santiago en la primera mitad del siglo XX proIsidoro Rainieri y su cedente de Santa Doesposa Bianca menica Talao, Italia. Franceschini ROCHET: Christhophe Rochette Sellier (1795-1840) llegó a Santiago procedente de Metz, Francia, a principios del siglo XIX. RUECKSCHNATT: Procedente de Alemania llegó a Moca a mediados del siglo XX Otto Rueckschnatt. SAGREDO: José Manuel López de Sagredo Domínguez (1852-1911) llegó a Santiago hacia 1860 procedente de San Juan, Puerto Rico. SALADÍN: Llegó a Santo Domingo Juan María Saladín a principios del siglo XIX procedente de Puerto Príncipe, Haití. SALETA: A principios del siglo XIX llegó a Santiago desde Arenys del Mar, Cataluña, España, José Saleta Torres (n. 1801). SANLLEY: Martín Salley Arnau (1834-1892) llegó a Santo Domingo desde Monistrol de Caldes, Cataluña, España, a mediados del siglo XIX. SARNELLI: Naturales de Bracigliano, Nápoles, Italia, los hermanos Vicente y Flor Sarnelli introdujeron el apellido en el país. SCAROINA: Alfredo Scaroina Montuori (n. 1864) llegó al país en 1890. Había nacido en Avellino, Italia. SCHACK: Ferdinand Schack Bornhoff procedente de Mecklemburg, Alemania, llegó a Santo Domingo a mediados del siglo XIX. SCHOTT: Llegó a Moca desde Alemania Walter Schott. SERRATI: Desde Italia llegó Juan Bautista Serrati a mediados del siglo XIX. SERULLE: A principios del siglo XX llegó Habrahan Serulle procedente de Nazaret, Palestina. SICARD: La familia de Agustín Sicard llegó al país procedente de Cabo Haitiano a principios del siglo XIX. Él era marsellés y se suicidó en Haití. SILBERBERG: Desde Polonia llegó a Samaná Aaron Silberberg a fines del siglo XIX.
Instituto Dominicano de Genealogía
Encuentros
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MU-KIEN ADRIANA SANG
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La fama de pacotilla Esto es la fama: domingos, una sensación de vacío como en Balthus, callejuelas empedradas, iluminadas por el sol, resplandecientes, una pared, una torre marrón al final de una calle, un azul sin campanas, como un lienzo muerto en su blanco marco, y flores: gladiolos, gladiolos marchitos, pétalos de piedra en un jarrón. Las alabanzas elevadas al cielo por el coro interrumpidas. Un libro de grabados que pasa él mismo las hojas. El repiqueteo de tacones altos en una acera. Un reloj que arrastra las horas. Un ansia de trabajo.
Derek Walcott
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Qué significa la palabra Pacotilla? Basura, es decir algo inservible que solo tiene como destino el basurero. O como dice el diccionario, es una mercancía sin valor que los marineros y oficiales de un barco pueden embarcar sin pagar por ello. Asimismo, cuando algo es definido como pacotilla significa que es de poca calidad y de escaso valor. NO hay más nada que agregar. La fama de pacotilla es asquerosa, asqueante, aborrecible y, por supuesto, de poco valor. Esta sociedad se ha convertido en un verdadero y gran escenario. El espectáculo ha copado todas las áreas de la vida. El mercado, ese lugar etéreo y real en el que cualquier cosa se convierte en mercancía y puede venderse a cualquier precio, colma nuestra vida y penetra por los poros. Hasta el amor se vende y se mide por la calidad de los regalos. Se vende cada parte del cuerpo de la mujer. Es un acto de oferta y demanda el acto maravilloso en el que dos cuerpos se entregan con amor para expresarse la intensidad de sus sentimientos, y de esa entrega, podrían hacer nacer nuevas vidas. Hoy ese acto sagrado y bendecido por el amor y el respeto se ha convertido en un producto que se oferta a precios diversos en el mercado de servicio. ¡Qué asco! ¡Qué asco! ¡Qué asco! Así, por obra y gracia del Poderoso Señor Dinero, el espectáculo ha crecido, así como las ofertas de productos al mercado de la perdición. Existe, por ejemplo, una familia Kardhasiam (¿se escribe así? no me importa) que ha hecho una gran fortuna produciendo un programa en el que se evidencian los más bajos sentimientos, en el que se exhiben, sin pudor ni remordimientos, sus reprochables vidas, sus propias miserias humanas y su falta de humanidad. No tiene importancia que el mundo entero conozca las intríngulis de la vida de Kim, cuyo matrimonio y divorcio fue un espectáculo de mal gusto que fue objeto de grandes noticias en todos los tabloides. O el desamor de su madre ambiciosa. O la otra, la menos glamorosa, que está casada con un astro del deporte, y el deleite de ellos es presentar al mundo la cotidianidad de su matrimonio, una vivencia que debería ser un bello secreto de la pareja. Sus programas son un canto a la vanidad. A cambio de ganar dinero, se han convertido en íconos (¿?) en la industria del entretenimiento (¿?). La privacidad y los secretos familiares se venden a través de la TV, y su vida se ha convertido en la telenovela de la gran vergüenza. ¿Cuál es el valor de estas mujeres? ¿Sus traseros que se ven más grandes por la ropa ajustada de gran diseñador que utilizan después que han vendido lo más íntimo de sus vidas? Eso es basura, pacotilla de la grande y degeneración de los valores humanos. Es fama de pacotilla, el político que por su espectacular pegada al líder del momento logra subirse a una yipeta último modelo, tener sus propios guardaespaldas (¡qué emoción para ellos!). Cuando entran a un salón repleto de gente, hacen su entrada triunfal mirando para arriba saludando a sus otrora desconocidos, convertidos en amigos de la oportunidad. Saludan, dan la mano y se sienten dioses porque creen que lo admiran. Olvidan que en muchos de esos saludos también existe la hipocresía para ver si el nuevo Rey Midas le puede beneficiar con el toque mágico del tráfico de influencia. Otros lo miran con desprecio y di-
simulan su incomodidad. Pero él entra como dueño del mundo, camina silencioso, saluda aquí y allá, y se sienta. Mira a su alrededor y se asegura que hay miradas que todavía lo siguen. ¡Se siente tan importante! El nuevo traje comprado de una marca cara cuyo nombre olvidó, es su sello de distinción. ¡Oh Dios que pacotilla tan grande! ¡Basura! ¡Pura porquería y pura basura! Es fama de pacotilla, las mujeres que lograron pegarse de un turpén, el que fuese, el primero que cayó en la trampa tendida por sus muslos y su sexo. Ellas, las que otrora no tenían nada, ahora disfrutan del dinero y las cosas que antes no podían comprar. Ellas, las yuleidis del momento, hacen su entrada triunfal en las tiendas, llevan siempre tacones altos, altísimos y llamativos, ropa sensual que no deja nada a la imaginación. Sus inmensas caderas están ceñidas por un pantalón guante. Su busto exuberante de silicona recién colocada brota de manera sugerente de la blusa y se mueve al compás de sus movimientos. Se creen diosas, se sienten diosas, y no son más que basura. Basura de esta sociedad del espectáculo que tolera y acepta la corrupción y el tráfico de influencia. Basura porque son mujeres que han pisoteado con sus acciones el sacrificio y el valor de otras tantas que han luchado con ahínco y sacrificio por ganar espacios de poder ganados en las luchas sociales. Es fama de pacotilla, las París Hilton, las Kim, las Khloe, y todas las mal llamadas mujeres que han perdido el sentido del pudor y la decencia. A pocos años de su muerte se venera a Michael Jackson, un gran cantante corruptor de menores, pederasta, que compró el silencio de los padres de los niños abusados con dinero. ¡Qué vergüenza! La gran voz de Whitney Houston se vio opacada por una vida llena de miserias humanas, drogas, sexo y alcohol sin medidas. Fue enterrada como diosa y heroína. Su pasado tormentoso fue esfumado por arte de magia. Ya no tengo palabras, ni lágrimas, ni sentimientos, ni gritos.... todo se me ha agotado cuando veo que esta sociedad ya no tiene alma. Para vender un perfume, hay que presentar dos modelos en posición provocadora... Para vender un jean se necesitan dos personas desnudas.... para vender una cartera de piel, se exhibe ante todo la piel femenina. ¿Acaso ya no existe la palabra pudor? Estoy clara que los códigos morales aceptados socialmente cambian con el tiempo. Estoy consciente que la libertad ha sido una bandera de lucha a través de los siglos. Los esclavos lucharon contra la opresión que los encadenaba, los siervos querían separarse definitivamente de sus amos, y el proletariado buscaba mejores condiciones laborales. La libertad ha costado muchas lágrimas y muchos sacrificios a la humanidad. Pero hay valores eternos, que permanecen por encima de los códigos impuestos. La ética trasciende el tiempo y permanece en nuestras conciencias, especialmente en situaciones comprometedoras que nos pueden llevar al abismo. Es posible que ya no sea tan tolerante. Porque no acepto hoy, ni aceptaré nunca que Sobeida, la de Agosto; Kim, la del programa; Mary la otra vinculada a Agosto y París, la flaca que es famosa porque tiene dinero y mucho desenfreno en su vida, que “esas” mal llamadas mujeres formen parte del exclusivo mundo de las mujeres peligrosas que nos hemos ganado un espacio a base de trabajo arduo y tesonero. De nosotras, las que hemos elevado nuestras voces para defender la igualdad de oportunidades. Ellas, “esas” son la negación por lo que siempre hemos luchado, hemos defendido y hemos abogado. Ellas, “esas”’, son la antítesis de lo que hemos soñado. Ellas, “esas” ni siquiera alcanzan la categoría de caricatura. Ellas son pacotilla, basura barata llenas de dinero. No son, no pueden formar parte, de las que amamos el peligro de pensar, de escribir, actuar por una mejor sociedad. Escribir este artículo es mi forma de resistir. No puedo aceptar ser víctima del mercado de bienes, servicios, sentimientos y valores que esta sociedad basada solo en el mágico tener. Hay que buscar la forma de sacudir la cabeza y los corazones para resistir. Resistir, resistir y resistir. Odio la fama de pacotilla construida sobre la vulgar venta sin escrúpulo alguno, del alma y del cuerpo. Esta gente es basura y nada más.
Aporte
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El método ecléctico de Giovanni di Pietro
DIÓGENES CÉSPEDES
M
athew Arnold, Francesco De Sanctis y Pedro Henríquez Ureña consideraron, según Giovanni di Pietro, que la obra literaria tenía una finalidad moral. ¿Y si, como lo creo, esos tres críticos están equivocados? ¿No habrá entonces ninguna pregunta que destruya esa afirmación, como propugnaba Bernard Groethuyen? ¿Puede durar entonces ese discurso tanto como el de los teóricos griegos que afirmaron que la literatura y las artes tenían un fin moral y pedagógico? ¿Durará ese discurso más tiempo que el de la concepción plana de la tierra y su inmovilidad o la no circulación de la sangre en el cuerpo? Me formulo estas preguntas porque la poética sostiene que la moral, la pedagogía, la psicología, la lingüística, el marxismo, el sicoanálisis, la historia, la sociología, la filosofía y cualquier otra disciplina informativa con las cuales está constituido el método ecléctico y que abonan Arnold, De Sanctis y Henríquez Ureña, son prácticas discursivas o ideologías y que el sentido simbólico y político de una obra, para que sea valor literario, debe estar orientado en contra de esas y otras ideologías. Pero Di Pietro sostiene que todos los métodos de análisis literarios son válidos: “Ha habido y sigue habiendo varias escuelas críticas. En tiempos pasados, estaban de moda algunos métodos, como por ejemplo, el marxista y el arquetípico. Aparecieron otros, cada uno pretendiendo ser el único válido. Pero yo siempre he sostenido que no existe ninguno que lo explica (sic) todo. Por consiguiente, hay muchos métodos y, según mi punto de vista, todos son válidos.” (p. 356) En mi criterio, si todos los métodos son válidos, Di Pietro debe señalar las debilidades de su propio método, ya que lo ha hecho para los demás. Según su eclecticismo, ningún método es verdadero. En esto concuerda con la poética. Este método sostiene, sin embargo, en aras del concepto saussureano de negatividad, que los signos se distinguen por este rasgo. De signos, pero no se confunde con ellos, está hecha toda obra literaria, aunque su valor reside en la pluralidad infinita de sus sentidos orientados política y rítmicamente en contra de los sistemas sociales y sus ideologías de época. Si un método demuestra esto, será más coherente que otros métodos que no hagan lo propio. Pero ser más coherente no quiere decir que tal método sea verdadero ni superior a los demás. Semejante lectura ayuda a los sujetos de esa sociedad a vivir y a ser sujetos, no a través de la moral o la pedagogía de la obra literaria, sino a través de la ética del texto, la cual hace de un sujeto un sujeto libre al empujarle a ir más allá de una simple moral y no hacer de él un mequetrefe, esclavo o siervo de los sistemas sociales y sus poderes. La ética es plural y política, mientras que la moral es binaria. No hay alternativa: o es el bien o es el mal. Y aunque el método ecléctico de Di Pietro se limita a lo moral y lo pedagógico del mensaje, el análisis de contenido donde los protagonistas simbolizan la patria o el pueblo ayuda en parte al vivir de los lectores cuando el crítico advierte una orientación política en contra de la corrupción, el clientelismo y el patrimonialismo que han hundido a la sociedad dominicana, desde 1844 hasta hoy, en la injusticia, con la justicia politizada y la política y el Estado privatizados por parte de nuestros políticos que han gobernado y gobiernan en el presente la república. La validez de todos los métodos conduce, a mi juicio, a la indistinción. Cuando Di Pietro define los demás métodos con respecto al suyo, pese a que afirma que ninguno es superior a los demás, si se le aplica un análisis epistemológico, se ve por los lexemas del discurso la peyoración de los demás métodos. Oigamos primero cómo define su método ecléctico: “¿Cuál es la crítica que practico? No sé cómo se llama en la actualidad. Tampoco sé si hay críticos que todavía la ejercen. Entiendo que sí. Puedo sacar de la manga, entonces, el término que la describe: “Crítica ecléctica”. Como bien se sabe, este método crítico en (sic) ningún modo es con-
siderado como académico. No se considera así por una sencilla razón: Porque sostiene lo que apenas acabo de decir, o sea, que todos los métodos son válidos, y no existe uno que sea más válido que los demás. ¿Qué hace el crítico ecléctico? Muy simple: Lee el texto y, para llegar a una determinada interpretación, echa mano de todos los métodos que conoce para extraer de él su máximo sentido. Realizada esta labor, como divulgador de ese sentido, expone sus hallazgos en ensayos y libros.” (Ibíd.) El eclecticismo es, según sus fundadores, una variante de la hermenéutica. Se funda en la interpretación verdadera de un texto que, teológicamente o no, remite al primado del contenido y al olvido del significante, lugar del ritmo, el discurso, el sujeto y la pluralidad infinita de los sentidos y la lucha en contra de las ideologías. Según Marcel Deschoux, redactor del artículo “Eclectisme” del Diccionnaire des grandes philosophis. Paris: Privat, 1980, p. 91, esta corriente filosófica fue fundada en el siglo XIX por Victor Coussin. “La doctrina de esta escuela –dice Deschoux– debía constituirse como un espacio filosófico en el punto de convergencia de las verdades tomadas prestado a las grandes filosofías del pasado. De hecho el eclecticismo tiene vocación de espiritualidad y se abroga el derecho de escoger de esas filosofías los temas que considera verdaderos, y se da como tarea el volverlos conciliables al debilitarles su especificidad. (…) Dentro de su generalidad, el término eclecticismo puede aplicarse a cualquier filosofía que haga prevalecer para sí el espíritu o el cuidado de conciliación.” (Pp. 91-92). El último párrafo del artículo de Deschoux toca el paso del eclecticismo al arte y la literatura: “En el dominio del arte, es ya un problema el saber si el eclecticismo del gusto es una debilidad o una virtud (o en qué mo-
mento esta virtud se vuelve debilidad…) En materia de filosofía, el problema queda planteado cuando se desea saber si hay que preferir el rigor a la flexibilidad, la coherencia a la diversidad de los puntos de vista; y, si hay que empujar más lejos la explicación de la totalidad o el discernimiento de los valores, en su firmeza del juicio ético.” (P. 92). No se olvide, como recordatorio, que el libro de Coussin donde teoriza el eclecticismo lleva por título Du vrai, du bien et du beau.-Sobre lo verdadero, el bien y lo bello. Los grandes teóricos del método ecléctico a quienes Di Pietro sigue son Leslie Fielder, autor de un libro que para nuestro crítico es clave: The Romantic Agony.-La agonía romántica. Luego les siguen en importancia Mario Praz, D. H. Lawrence y Cesare Pavese. Gracias a estos paradigmas del eclecticismo, Di Pietro puede afirmar: “Ahora a Fielder se le considera como el precursor de la crítica postmoderna. De modo que ese adjetivo, ecléctico, dejó de ser una mala palabra y se tradujo a otra muy respetable, el adjetivo postmoderno. Y ya que, como todos sabemos, la crítica postmoderna es considerada la más avanzada del momento, podemos decir que, por mi temprana asociación con esa figura, yo también soy un crítico postmoderno y mi crítica es de las más avanzadas.” (P. 358). Hay en esa afirmación un poco de orgullo y suficiencia acompañados de una ideología del progreso de las ideas con respecto a otras consideradas como atrasadas. Fielder, Praz, Lawrence y Pavese seguían a su vez la parte ecléctica de la filosofía y la teoría literaria de Platón, Aristóteles y Cicerón, copiada en el siglo XVII por Leibniz, Descartes y Kant, y en el siglo XIX por Schelling y Hegel y sistematizada a mitad del siglo XIX por Cousin (1792-1867).
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AREÍTO
Sábado 21 de julio de 2012
Literatura
HOY
ROBERTO MARCALLÉ ABREU
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Miguel Phipps Cueto Enigmas y lecciones en “Bocanadas de chimenea”
C
omo a todos nos gustan las historias sobre la vida de la gente, sus momentos placenteros, desdichados o tristes, creo que debo contarles que hace algún tiempo descubrí un pequeño libro de cuentos infantiles publicado por Ediciones Unión de La Habana, Cuba. Me impresionó, de entrada, la hermosa y aleccionadora inocencia con la que estas historias están narradas. Y la sugestiva belleza de sus ilustraciones: niñas y niños de razas diversas, confundidos en su portada e interiores con avecillas azules y sepia, en un fondo verde como la misma naturaleza, que también suele ser multicolor. Sobre el verde tranquilo volaban, con notable gracia, mariposas blancas y amarillas. De la tierra, brotaban lirios de tallos angostos que parecían danzar con la brisa. Busqué asiento y empecé a leer. La primera historia, El murciélago de las maravillas, de Miguel Phipps Cueto, petromacorisano y al que todos tenemos el honor de conocer, realmente me llegó al corazón. La sucesión de escenas, escritas con un lenguaje apacible y elegante, que fluye como aguas mansas y puras, nos hablan de cuán imperiosas resultan la generosidad y la bondad, en un mundo abatido por el egoísmo y los intereses particulares. Miguel Phipps Cueto, prolífico autor de relatos infantiles, ha venido, desde la soledad y el silencio, construyendo un universo que trasciende los asuntos cotidianos de nuestra existencia y se remonta hasta nuestros sentimientos más cálidos y enaltecedores. Por eso, fue como asistir a una fiesta de luces el tener en mis manos sus cuentos reunidos y que él tituló “Bocanadas de chimenea”. Este libro es el resultado de una vocación y de un ejercicio. Los frutos del árbol que ha plantado y cuidado con esmero. Su verdor, el olor intenso a naturaleza, y la sombra que nos protege de la maldad del mundo. El volumen incluye sus libros El seno de lo prohibido, Las hogueras del infierno, Los duendes de la noche y Los cuentos del barrio. Cuando uno, seducido por la lectura, se transforma en testigo de las tribulaciones de la gente de carne y hueso que retrata el autor en estas páginas, nos vienen a la memoria las reflexiones sobre el trabajo literario de Edward Morgan Foster, autor de El viaje más largo (1907) y Habitación con vista a la calle (1908). “A los escritores nos gusta fingir que no usamos personas reales, pero en realidad lo hacemos”, nos dice el maestro. Y manifiesta, entonces: “En ninguno de mis libros he puesto más que las personas que me gustan, la persona que pienso que soy y las personas que me irritan”. Las ocurrencias, los ambientes, los personajes con los que uno se tropieza en estas Bocanadas de chimenea nos hacen cómplices y testigos al contarnos sus sorpresas y contagiarnos sus alegrías, o las verdades y recuerdos que los atormentan. Sin duda, hay un dejo de misterio que se esboza en los conflictos de sus vidas. Ciertas historias son, en verdad, un poema. En Imposible amor, Miguel Phipps nos dice: La veo acercarse con su caminar/los ojos resplandecientes y húmedos. Rozo su mejilla y la siento temblar/. Una necesidad que mis caricias exasperan. Imaginamos a Phipps cuando observa con ojos vehementes la realidad que lo rodea, el contraste entre las enseñanzas recibidas y los que se decidieron por la incertidumbre y la locura. Este petromacorisano, con los ojos bien abiertos, como recomendaba Stanley Kubrick, con voz penetrante, nos mira y se presenta. Soy hombre de familia, hijo de una madre católica y un inmigrante de las islas, apegado desde sus orígenes a los dictados de la “church”. Las palabras, como bien dice Krishan Chopra, “son símbolos que expresan emociones, intenciones y deseos, y tienen un valor incalculable. Están constantemente creando y cambiando la historia de nuestra existencia. Las palabras equivocadas pueden traer desgracia, guerra y muerte”. Los motivos que Phipps utiliza como materia prima de sus historias conmueven las honduras de nuestra alma y nos transmiten la sensación de que nunca podremos borrarlos de nuestra memoria. El manejo de la sorpresa, nos anega en un ambiente de presagios y dudas y es, en de-
finitiva, el monto a saldar por insertarse en este universo particular de Miguel Phipps Cueto donde hombres y mujeres transitan sus caminos bajo la sombra incierta de la vida y la muerte. El cuento titulado Pacto infernal representa un ejercicio de recuperación de los mitos agrarios que fueron tan vivos, tan intensos, en nuestros años infantiles. Carlos Esteban Deive nos habla de que la fe en la magia se relaciona con pautas de comportamiento, normas y el rumor de que ciertos individuos pretenden tener acceso a poderes especiales y a la capacidad de usarlos antojadizamente. Por eso, en Éxodo amoroso se reitera esta condición de leyenda campesina sobrenatural que tanto es del gusto de nuestro autor. Se nos habla de Amancia, de quien se rumoraba que “ningún hombre dormía un sueño completo en su regazo” y cuya vida emocional “era como una montaña rusa”. Francois Muriac, el genio francés autor de Las manos juntas y El beso del leproso, decía que cada escritor debe inventar su propia técnica y equiparaba la obra literaria a un mundo, grande o pequeño, que tiene sus propias leyes así como su propia flora y su propia fauna. Será ésta la razón por la que Miguel Phipps no se circunscribe a un solo modelo cuando elabora sus cuentos. A veces asume el esquema tradicional (principio memorable de gran impacto, contenido, clímax y un desenlace que nos corta la respiración), tal y como nos dicta el maestro Horacio Quiroga. Otras, se sienta frente a nosotros y de manera doctoral comienza a brindarnos lecciones. En su ánimo está estructurar no solo historias dispersas sino un mundo de leyendas, sueños, costumbres y vivencias. Nos encontramos, entonces, con el hecho
de que Miguel Phipps ha cruzado exitosamente la frontera desde la historia infantil y didáctica, al cuento sobrio y tantas veces ácido que retrata las veleidades de los seres humanos y la incertidumbre de la existencia. Miguel nos cuenta, en la historia infantil de El murciélago de las maravillas, que “enclavada entre los ríos Soco y Cumayasa, en la provincia de San Pedro de Macorís, existe una cueva donde la naturaleza hizo magia”. Cerca de la cueva, “y al anochecer, las golondrinas y las mariposas, jugaban antes de irse a dormir”. Cuando los visitantes penetraron a ese lugar tan lleno de misterios, corrieron a “mirarse en el espejo de agua”. Yo los invito a todos ustedes a mirarse en este espejo de aguas cristalinas y maravillosas, de corrientes suaves e imperceptibles, que son las historias que Miguel Phipps nos entrega en sus cuentos reunidos. Estas palabras se las dio como consejo, años atrás, el doctor José Hazim Azar, fundador de la UCE, al autor de Bocanadas de chimenea. “Miguel, siembra generosamente las semillas de tu bondad hasta en los terrenos que te parezcan más estériles. Tarde o temprano, el sembrador recogerá los frutos, superando a todas sus esperanzas”.
AREร TO
Sรกbado 21 de julio de 2012
HOY
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AREÍTO
Sábado 21 de julio de 2012
Arte Contemporáneo
HOY
AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
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José García Cordero RECIBE MEDALLA AL MÉRITO DEL SENADO FRANCÉS El pintor dominicano fue distinguido por sus logros y trayectoria artística excepcionales, poniendo la República Dominicana en lo más alto del escenario cultural internacional
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urante más de tres décadas, París ha sido uno de los espacios vitales para José García Cordero (Santiago de los Caballeros, 1951). Espacio donde ha llegado a cristalizar sus búsquedas creativas más íntimas hasta recibir, en varias ocasiones, reconocimientos tan importantes como justamente merecidos. Recientemente, el Senado francés ha condecorado a García Cordero con la Medalla al Mérito Artístico, en el marco de las actividades en la ya tradicional conmemoración del Día de América Latina y el Caribe en Francia. En el mismo acto, que se llevó a cabo el pasado 31 de mayo en la sede del hemiciclo senatorial, también fueron reconocidas distintas personalidades de América Latina, tales como el célebre artista colombiano Fernando Botero, “por sus logros nacionales e internacionales y en honor a sus importantes contribuciones al fortalecimiento de los lazos de amistad y fraternidad entre los pueblos”. La candidatura de José García Cordero a la Medalla al Mérito del Senado francés fue sometida por la doctora Laura Faxas, embajadora de la República Dominicana en Francia, tomando en cuenta su trayectoria excepcional y trascendente, tanto en su país como a nivel internacional. “Fue un gran honor para la Embajada someter la candidatura de este destacado artista”, sostuvo Faxas, al mismo tiempo que reconoció la implicación de la obra de García Cordero con su tierra y su pueblo, así como su fructífera y ejemplar integración en Francia… La década de los 70 del siglo XX constituye un periodo de férreas dictaduras militares e ilustradas en varios países de América Latina y el Caribe. Es la década de los “exiliados políticos”, de los “fugitivos” que escapan a la miseria espiritual, a los “malos olores” y peores dolores de la trágica atmósfera tropical de la insularidad. Inmediatamente después de su llegada a la capital francesa (1977), García Cordero ingresa a la Facultad de Humanidades de la Universidad de París Vincennes, considerada como una de las facultades más “calientes” por el signo crítico y provocador de las ideas políticas, ideológicas, estéticas y filosóficas que desde la misma se analizaban y difundían. De ese ambiente europeo de los 70, con banderas, ideales y “vanguardias en crisis” y que no excluía el cálido abrazo fraternal, participaba el “fugitivo iluminado” José Chichi García Cordero, relacionándose con los máximos exponentes del estructuralismo, el neopsicoanálisis y los llamados “nuevos filósofos” franceses. Y es, precisamente, en esta etapa universitaria parisina cuando García Cordero obtiene una experiencia cognitiva que vitaliza especialmente la carga existencialista de su poderoso y lucido imaginario poético-pictórico. En su intensa trayectoria, García Cordero llega a plasmar con singular rigor y virtuosismo uno de los universos visuales más sugestivo e inquietante del arte latinoamericano de la actualidad. Él procede siempre con su humor cáustico, ironizando con notable originalidad y lucidez en torno la historicidad, las mitologías identitarias y las circunstancias trágicas del sujeto en una sociedad frenéticamente abismada en los ritos cotidianos del terror, la violencia, la doble moral y la corrupción política. En su producción de la última década aborda una extraordinaria diversidad de temas relacionados con la cultura, el ecocidio y las contradicciones sociopolíticas en el Caribe contemporáneo. En estas pinturas “aparecen” imágenes subversivas, bestias y seres aterradores, transfiguraciones y sombras siniestras “acechando” constantemente al espectador. En otras se instalan “paisajes” y espejismos movedizos, territorios y árboles calcinados, bosques nocturnos ardiendo bajo rojas llamaradas, espacios “destructivos” de la razón que operan como memoria dolorosa, “naturalezas vivas” o terribles encarnaciones de nuestras incertidumbres, otredades y devastaciones ontológicas. En obras de una fuerza atractiva estremecedora como las tituladas “Erosión” (1998),
Bajo Bosque Seco (Desiderio).
Retrato en bosque de cactus. Pintura sobre tela.
Litigio. Oleo sobre tela
JOSÉ GARCÍA CORDERO Arquitecto, pintor, dibujante y escultor, José García Cordero nace en Santiago de los Caballeros en 1951. En 1977 se establece en París e inmediatamente a su arribo a la capital francesa se matricula en la Facultad de Historia de la Universidad de Vincennes, donde entra en contacto directo con los movimientos estéticos, filosóficos y politicosociales más relevantes de la contemporaneidad. Entre sus
“Litigio-perro bipolar o el retorno de la bestia”(2007), “La envidia” (2007), “Crucifixión I” (2007), “Bajo bosque verde”(2009); “Ojitos”(2008); “El sueño de García Márquez II”(2009); “Paisaje con perros”(2004-2008); “Bajo bosque seco -Desiderio-”(2009); “Marina Clara” (2008); “Palma Sola”; “El tronco de Montecristi” y “Paisaje de Auvernia”(2009), estas últimas de la serie “Landscapes Post-Publicitarios”, García Cordero procede ironizando de manera brillante en torno a la psicohistoria de una sociedad frenéticamente abismada en el consumismo, el hedonismo, la violencia, el absurdo, la doble moral, el miedo, la depredación del medioambiente y la corrupción política.
García Cordero en el Senado francés.
exposiciones individuales figuran: “Falsos Trópicos”, Galería Ángel Romero, Madrid, España (1998); “Situaciones Humanas”, Museum of Latinoamerican Art, Long Beach, California, USA (2002); “Full Optimist”, Lyle O. Reitzel Gallery, Miami (2003). Entre sus más importantes reconocimientos destacan: Primer Premio de Dibujo XlV Bienal Nacional de Artes Plásticas (1979); Premio Especial de Pintura XVll Bienal Nacional de Artes Visuales (1990); Premio Novembre a Vitry, Vitry-Sur-Seine, Francia (1991); Medalla de Oro de la 1ra. Bienal de Pintura del Caribe y Centro América, Santo Domingo (1992); Medalla de Oro lll Bienal de Pintura del Caribe y Centro América (1996). Sus obras forman parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, Museum of Latinoamerican Art, Long Beach, California, Centro Eduardo León Jimenes, Meyer & Merle Berger Family Foundation, Pittsburgh, Pennsylvania, USA, Credicorp Bank, Panamá, Salón Vitry-Sur-Seine, Francia, y Banco Central de la República Dominicana, entre otras. Su obra es representada por Lyle O. Reitzel Gallery (Santo Domingo). Actualmente vive en Montreuil, París, Francia.
En estas y otras reacciones simbólicas de una recursividad metafórica desquiciante se instalan “paisajes” y espejismos movedizos; territorios y árboles calcinados; bosques nocturnos, ardiendo bajo las rojas llamaradas; espacios “destructivos” de la razón que operan como memoria dolorosa, “naturalezas vivas” o terribles encarnaciones de nuestras otredades y devastaciones ontológicas. Por su impactante y rigurosa obra pictórica, el artista dominicano García Cordero está considerado por la crítica internacional como uno de los más lucidos y vitales representantes de la “figuración crítica” contemporánea.