Sábado, 18 de agosto de 2012

Page 1

Areíto

Zona de la Cultura y de las ideas

www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 18.08.2012

MIGUEL ÁNGEL FORNERÍN

Ciudad letrada, exilio y posdictadura Página 2

Marassá y la Nada Un libro de Alanna Lockward La historia gira en torno a dos hermanas, Laura, que vive en París y se suicida al principio de la novela, y Mara, que vive en Santo Domingo, absorbe esa tragedia y se deja morir de hambre. Una tercera mujer, Moira, prima de las anteriores y residente en Nueva York... Página 3

Onirias, poemas de Ángela Hernández

El libro de Ángela Hernández está hecho de trazados pictóricos que son poemas, de estampas que son poemas, de sombras que son luz de la palabra. Palabra... movimiento y cromatismo que invade nuestras retinas del azul del mar... Página 6

“El Grito”

de Edvard Munch ¡La obra de arte más robada y más cara de la historia! Página 8

Félix Paula Escultor y pintor Cuando Félix y yo andábamos por calles y callejones de nuestro San Francisco natal enamorándonos juntos…, no podía imaginar que aquel joven alto, rubio, de ojos azules y una recia personalidad… podría llegar a ser el artista de la talla que es en la actualidad. Página 7


HOY

AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

Zona Areíto Areito

2

José Manuel de Prada ( novelista y ensayista español) “Las ideologías nos proponen una visión con anteojeras y nos obligan a ver el mundo sin atisbar las causas que originan el mal” LA GUÍA

Miguel Ángel Fornerín

LIBROS

CUANDO NI LA SANGRE PESA

Ciudad letrada, exilio y posdictadura

D

urante la Era de Trujillo, la ciudad letrada de adentro vivió en constante lucha con la ciudad del exilio. Bajo la era no hubo un saber recuperable, por lo menos hasta pasado dos décadas de la muerte del dictador. De afuera, llegaron dos hombres de perfiles muy parecidos: Juan Isidro Jimenes-Grullón y Juan Bosch. Este último más reconocido como narrador y el primero, como ensayista, historiador y politólogo. Bosch y Jimenes-Grullón representaron el prototipo de intelectual hasta hace pocos años. En ellos se aunaban el saber y la acción política. Dos actividades que las ciudades letradas han trabajado reiteradamente. Los acontecimientos de la posdictadura: el levantamiento de Manolo Tavárez Justo, la Guerra de Abril y el gobierno de los Doce Años de Balaguer dividieron al país a tal extremo que fue imposible crear una cultura democrática, ni desarrollar un pensamiento alejado del dogmatismo y el personalismo. Las universidades y sus proyectos educativos conformaron las ideas particulares de sectores de poder. Poca cuenta se puede dar de un verdadero desarrollo de una comunidad epistémica. El movimiento de reforma a la educación universitaria y media en la década del setenta nos parecen los hitos momentáneos en un país con una tradición educativa mutilada, en donde no se formaron grandes profesores universitarios y que todo el saber dependía de algunas mentes privilegiadas, de autodidactas. Habrá que valorar el aporte que en ciencias y matemáticas hicieron los jóvenes que en el setenta viajaron a países socialistas con una tradición de estudios distinta a la nuestra y el empuje que le dieron

luego como profesores a la academia dominicana. Entre el dogmatismo de izquierda y una burguesía naciente alejada del saber creció mi generación. Los intentos de formar comunidades de aprendices han sido en nuestro país en los últimos años, momentos luminosos. Apreciables intentos que actuarían como excepciones en este panorama. Puedo mencionar algunos: el trabajo de los jóvenes cientistas sociales en la década del setenta; el desarrollo de una nueva universidad en Santiago y sus publicaciones que atrajeron a un grupo importante de intelectuales y un cierto discipulado que dio base a una burguesía naciente. En el plano de la prensa y la circulación de ideas, la revista ¡Ahora! fue por mucho tiempo el medio que nucleó a la ciudad letrada que había estado en el exilio con los nuevos aprendices. Mientras que en los suplementos de El Caribe y de Listín Diario circulaban ideas estéticasy se mantenía la difusión de la crítica literaria en los años setenta y parte de los ochenta. Cabe resaltar la influencia del suplemento literario de El Nacional dirigido por el poeta Freddy Gatón Arce. Las publicaciones académicas no afloran a mis recuerdos más que Las brigadas literarias de Aída Cartagena Portalatín. Los años ochenta, luego de los mejores tiempos del suplemento Aquí de la Noticia, muestran un deseo vívido de hacer y difundir la cultura letrada en la persona de un gran intelectual, Manuel Rueda, y el suplemento de este diario, Isla Abierta. A esto se suman en los ochenta, las revistas Cuaderno de Poética y Yelidá... Con este panorama nos ha sorprendido la crisis y transformación de la cultura de los impresos, el cambio de la ciudad letrada y la crisis de la educación superior.

Mario Méndez es un veterano periodista, editor económico del periódico HOY, que nos regala este libro de relatos bien

EN NOMBRE DEL RECUERDO (ENSAYOS) Marcio Veloz Maggiolo es, sin duda alguna, el escritor dominicano más versátil. Se mueve con igual maestría y elegancia en la poesía, en el cuento, en la novela, en la historia, en la arqueología y en la crítica literaria. Esta obra que le publica el Instituto Tecnológico de Santo Domingo contiene 101 ensayos breves que dibujan de cuerpo entero la sólida y enciclopédica formación de su autor. Son 368 páginas para el disfrute intelectual.

MEMORIAS DE DON JUAN El profesor Luis de León recoge una antología de textos básicos para entender el pensamiento del profesor Juan Bosch. Es prologada por Euclides Gutiérrez F.

contados que narran vidas y circunstancias de un Sur lejano y animista. Este libro tiene la particularidad, además, de que es bilingüe, es decir, los relatos están escritos en español y en inglés. Las doce historias de “Cuando ni la sangre pesa” nos acercan a una realidad distinta a la de los grandes centros urbanos. El mundo de estos relatos es de credulidad, de sincretismo y de una ignorancia en la que toda explicación cabe. Mario Méndez ha publicado ensayos políticos y económicos, y también poesía. Este texto consta de 245 páginas. Fue impreso en Editora Hannover. Tiene una presentación de Eloy A. Tejera.

CIEN AÑOS DE ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA: PERSPECTIVA HISTÓRICA Como dice su autor en la introducción de este libro, el eminente lingüista Manuel Matos Moquete, “el lector tendrá la oportunidad de comprobar que a la par que fue forjándose el concepto de nación dominicana, fue implantándose la enseñanza del español: un saber y una práctica construidos en la historia de nuestro país con trozos de lectura, escritura, lenguaje, composición, gramática, literatura, etc.” Se trata, obviamente, de un libro de perfil académico. De hecho, sus trece capítulos son materiales utilizados en la Maestría en Linguística Aplicada en la Enseñanza del Español como Lengua Materna y en el Centro de Investigación en Lingüística Aplicada, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo. El doctor Matos Moquete inicia su itinerario con lo que llama la lectura razonada en la pedagogía de Eugenio María de Hostos y termina en el Plan Decenal de Educación que inició en los años de la década de 1980. El libro consta de 487 páginas. Es una publicación de Intec. Fue impreso en Editora Búho.

LA HISTORIA

1850

EL 18 DE AGOSTO Fallece Honoré de Balzac, novelista francés, el más importante de la primera mitad del siglo XIX, y el principal representante de la llamada novela realista. Su obra más importante es “La comedia humana”.

_

1398

Íñigo López de Mendoza (marqués de Santillana) nació el 19 de agosto. Poeta castellano del prerrenacimiento. Es especialmente recordado por

sus serranillas, poemitas de arte menor que tratan del encuentro entre un caballero y una campesina. _

1936

EL 19 DE AGOSTO falleció Federico García Lorca, poeta y dramaturgo español, perteneciente a la Generación del 27, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Es el poeta más influyente y popular de la literatura española del siglo XX.

_

1899

EL 24 DE AGOSTO nació Jorge Luis Borges, escritor argentino, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX, autor de “El Aleph”. _

1947

Paulo Coelho nació el 24 de agosto. Es un destacado novelista brasileño. Su mayor éxito hasta la fecha ha sido su novela “El Alquimista“.


Literatura

AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

HOY

Alegoría de una hermandad atormentada en Marassá y la Nada de Alanna Lockward “Se changer en échangeant avec l'autre, sans se perdre ni se dénaturer.” “Cambiarse intercambiando con el otro, sin perderse ni desnaturalizarse.” Édouard Glissant

SOPHIE MARÍÑEZ

E

scrita por Alanna Lockward, bailarina, periodista, curadora de arte y autora dominicana, con ilustraciones de Gabriela Vainsencher, Marassá y la Nada es un singular regalo de poesía e intelecto. Se percibe en esta obra un acto de amor tanto a figuras de estilo como a esta conjunción de historias e identidades entrelazadas de Saint-Domingue/Santo Domingo. Hay poesía, sabiduría, personajes alegóricos, espacios cuestionadores, y unos sentidos increíblemente abiertos a la naturaleza, a los ancestros, a lo invisible e intangible. Pero lo que más toca el alma de lectores receptivos es su gran sentido de ética literaria. En un tiempo en el que ya no interesa encasillar textos en géneros, Marassá y la Nada podría leerse como cuento, novela, recorrido histórico o memorias personales, pues a todos pertenece sin que importe cuál de ellos “realmente es”. El dominio magistral del lenguaje figurado revela el alma eminentemente poeta de la autora, y su enfoque insólito y libre de clichés y estereotipos se leen en un tono irremediablemente familiar, íntimo y cercano. Los ecos garciamarquianos del listado de nombres que aparecen al principio podrían desorientar y desanimar al más valiente. Pero pronto se le ocurre a esta lectora que cualquier confusión podría justamente apuntar hacia la otra imprecisión que se sugiere en el texto, la resultante del uso indistinto de Saint-Domingue para nombrar a la vez isla y países, país y ciudad, lado francés y lado español, todo curiosamente invocado con el mismo término… A medida que se avanza en la lectura, el estilo se vuelve más suelto, sus metáforas surgen con más naturalidad, facilidad y elegancia. Se tiene la impresión, al inicio, de tener ante sí a una autora que apenas se está despertando y desperezando, frotándose los ojos, estirando los brazos, sacudiendo la melena y saliendo de la cama. En realidad, es una fase de calentamiento que esconde lo que va a llegar a mitad del texto, que es una narradora en plena forma, con un dominio de la pluma asombroso y prácticamente muscular. Pronto se encariña una con los personajes y comprende que de lo que se trata es de mostrar con sutileza una realidad intangible. La historia gira en torno a dos hermanas, Laura, que vive en París y se suicida al principio de la novela, y Mara, que vive en Santo Domingo, absorbe esa tragedia y se deja morir de hambre. Una tercera mujer, Moira, prima de las anteriores y residente en Nueva York, narra buena parte de la historia mientras se desplaza a Santo Domingo para salvar a Mara. De paso aprovecha para viajar a Haití en busca de los restos de doña Manuela Ricart de Porter, madre de las anteriores, de cuya muerte necesita pruebas para cobrar los derechos de autor de una novela del esposo de la desaparecida, José Alberto Porter Cabral. El viaje a Haití se nos presenta con una frescura impresionante. Nada de repetir estereotipos de viajes al corazón de las tinieblas del África o cuadros interminables sobre la pobreza espeluznante, nada de culpas por el pasado ni de pedir perdón por daños coloniales, imperialistas, masacrantes, humanitarios y demás mecanismos para usurpar riquezas hasta del aire que se respira en Haití. El texto está libre de esta culpa ubicua que se suele invocar a la hora de escribir sobre Haití o nuestras relaciones bilaterales. Y es que cuando se ama realmente al otro no hay espacio para la culpa. Pero este amor al otro sólo llega cuando se ha trabajado la colonización interna, cuando se ha bregado con ese colonizador y ese colonizado que, al menos en el Caribe, todas y todos llevamos dentro, y se aprehende al otro no como un objeto deshumanizado en el cual desatar nuestras furias o deseos de dominio, sino como un igual con quien, precisamente dadas nuestras diferencias, podemos intercambiar algo.

Portada del libro Marassá y la Nada, diseñada por la artista israelí de origen argentino Gabriela Vainsencher, con el título "Lotus Flower, 2005".

Visto el texto de esta manera, las hermanas Laura y Mara surgen como figuras alegóricas de Haití y República Dominicana. Una que vive y se suicida en Francia, colonizador de Haití, la otra que se deja morir de hambre en República Dominicana, país vecino de Haití e igualmente sujeto a las continuidades históricas del lastre colonial. Mara muere expiando una muerte fraterna, que es la única referencia sobre la culpa que aparece en el texto demostrando así su carácter absurdo. Ambas muertes me recuerdan un ensayo de Jacques Derrida sobre el duelo, según el cual éste se procesa no sólo aferrándose a lo que dejó el ser querido, sino también internalizando lo que lo representa —sus ideas, sus gustos y gestos, cosas que decía o que hacía— como una manera de resguardar a ese otro dentro de sí. El análisis derridiano ilumina y reconforta a la vez: para bien o para mal, somos lo que somos gracias a esos seres queridos, por y a través de ellos. Perderlos es perder una parte fundamental de nosotros mismos y por eso los internalizamos. Entonces, si Marassá y la Nada nos recuerda que somos lo que somos no sólo gracias a África, Europa, los taínos y otros orígenes étnicos, sino muy especialmente por y a través de Haití, entonces la muerte de una significaría la agonía de la otra. Como dice Julia Álvarez en Una boda en Haití (Penguin, 2012), Haití siempre fue ese gran hermano desconocido de quien sabía tan poquito. Cruzar a Haití es un viaje que tanto física como simbólicamente (o literariamente) es y será en nuestro país trans-

gredir una frontera más psicológica y política (y por tanto, más dura y riesgosa) que geográfica. Ambas autoras realizan este recorrido con mucha valentía y candidez. Sin embargo, el texto de Lockward presenta una familiaridad con el terreno tan profunda como maravillosa. Sin restarle importancia al efecto del paso de catástrofes naturales y de la codicia humana, sin dejar de advertir la falta de árboles y hasta de piedras en las montañas, sin dejar de notar perros famélicos ni de percibir los sudores de la populace, Marassá y la Nada revela un dominio de la materia que se nutre de ese ir y venir que desde hace veinte años viene realizando su autora más allá de nuestras fronteras geográficas e ideológicas. De hecho, actualmente Acento.com publica entregas diarias de Un Haití Dominicano. Tatuajes Fantasmas y Narrativas Bilaterales (1994-2006), una antología de entrevistas, ensayos y reportajes que realizó desde su primer viaje. Esta experiencia se traduce, en Marassá y la Nada, en una intimidad que presenta a la narradora en sus aguas, como si no le sorprendiera nada de lo que ve, como si la magia de Haití se le revelara a Moira simplemente por vibrar en su misma frecuencia. Y es que, en este texto, nadie es el “otro”. Ni la narradora ni los personajes, ni tampoco el país que se visita. Todos estamos en casa, nadie fascina más de lo ordinario a nadie. Si somos mellizos, que es lo que significa “Marassá” en creole haitiano, no somos idénticos, pero hay vínculos que superan las diferencias.

En la web Tatuajes Fantasmas y Narrativas Bilaterales (1994-2006).

(http://alannalockward.wordpress.com/un-haiti-dominicano/)

3


HOY

AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do

José Alam: distinguido inmigrante libanés

Encuentros

4

Por Edwin Espinal

Instituto Dominicano de Genealogía

Creo que no solo la sociedad y la ciudad se han quedado sin almas, sino que nosotros también estamos perdiendo las nuestras Distorsión - El ser humano... ¿se ha deshumanizado? (por Marga Mangione) Puedo escribirle a la luna y las estrellas, a ese mar que inconstante baja y sube; al cielo refulgente y a las nubes, o a las flores coloridas y tan bellas. Puedo cantar con fe mis emociones, a los mágicos paisajes de la tierra; y olvidarme del hambre y de la guerra, que cunde por doquier por sus rincones.

MU-KIEN ADRIANA SANG

J

osé Alam Debs nació en Raskaifa, Monte Líbano, el 15 de diciembre de 1883. Era hijo de Nicolás Alam y Katherine Debs. Huérfano a temprana edad, fue criado por sus hermanos mayores, Juan y Latife, bajo la supervisión de su tío monseñor José Debs, arzobispo maronita de Beirut. Monseñor Debs lo educó en su colegio “La Sabiduría” y más tarde lo envió a un seminario en Italia, con el objetivo de que siguiera la carrera sacerdotal. Una grave pulmonía, contraída a los 14 años de edad, marcó la interrupción de sus estudios y su regreso al Líbano. Al saber que debía volver al seminario, decidió emigrar hacia América y pasó a Marsella, Francia. Llegó al puerto San Diego en Santo Domingo el 5 de julio de 1899. Se estableció en San Pedro de Macorís, donde contrajo paludismo. Pensó en regresar al Líbano o a Marsella, pero le aconsejaron irse al Cibao, por existir allí mejores condiciones ambientales. Residió en La Vega, Santiago y finalmente se estableció en San Francisco de Macorís. En Santiago fue acogido como miembro de varias sociedades de la ciudad, como el Soberano Capítulo Gethsemaní No.2, la Logia Nuevo Mundo No.5, la Cruz Roja y la Alianza Cibaeña. Representaba a la “colonia siriana” en los actos de las fiestas patrias, siendo uno de los oradores de turno. En 1910, a propósito del diferendo fronterizo domínico-haitiano, encabezó la comisión de la colonia siriana que ofreció su apoyo a los dominicanos. Hacia 1914 había editado en los talleres de El Diario la biografía de su tío monseñor Debs, traducida del francés y el árabe. En 1915 vivía en San Francisco de Macorís, donde era secretario de correspondencia del “Centro Unión Siria”, presidido por Aris Azar. En 1916 era director del periódico “El Oriente” en esa ciudad, órgano de la colonia siria. Era el declamador por excelencia de los reinados del Club Esperanza. Formó parte de la comisión que recibió allí al gran poeta granadino Villaespesa en el año 1919. Fue uno de los fundadores en 1920 de la Respetable Logia Unión No. 23, de esa ciudad, en la que alcanzó el grado 32. En la capital del Nordeste fue también árbitro en juegos de béisbol y produjo un programa en árabe en una emisora de radio de Luis Raúl Betances Ricart. Sabía el árabe y el francés a perfección. Fue contable muy apreciado. Tuvo un primer matrimonio con Juana Jimeno, de quien se divorció en 1918 sin haber tenido hijos. Se casó posteriormente en San Francisco de Macorís con Ana Lucrecia Grullón Grullón el 14 de abril de 1923. Tuvieron tres hijas: Latife Olimpia, nacida el 12 de enero de 1924; Dalcia Argentina, nacida el 14 de febrero de 1926, y Ligia, nacida el 8 de septiembre de 1927. Latife Olimpia Alam Grullón se casó en 1948 con José Julián Domínguez Luciano, y fueron los padres de Alexandra Josefina (1949), José Antonio (1952), María Altagracia (1954), Rosario Juliana (1956), José Acacio (1959), Latife Wenceslá (1961) y Juan Carlos Domínguez Alam (1963). Dalcia Argentina Alam Grullón se casó en 1969 con el Dr. Víctor Manuel Tavares Cabral. No tuvieron descendencia. Ligia Alam Grullón se casó en 1953 con Bienvenido Méndez Piña, y fueron los padres de José Bienvenido (1953), Eladio Augusto de Jesús (1955), Juan José (1958), Eladio Antonio (1960), Oscar Alberto (1964) y Patricia Maribel Méndez Alam (1965). José Alam Debs se naturalizó dominicano el 23 de marzo de 1925 y murió en San Francisco de Macorís el 4 de marzo de 1944.

Deshumanizada

Puedo decir absurda e inconsciente, que no existen la muerte y el dolor; que el ser humano reina con honor, en un mundo generoso y esplendente. Puedo ocultar fríamente la verdad, ignorando que el hombre en su pasión provoca cataclismos y erosión, destruyendo el planeta sin piedad. Puedo engañar y engañarme cuanto quiera, fingiendo que este plazo no termina; que no es cierto que al mundo lo extermina la búsqueda brutal de una quimera. Puedo hacerlo... ¿y qué gano en el intento, de mostrar oropeles y reflejos; en la falsa distorsión de algún espejo, que esconde lo fatal y lo violento? La realidad supera a la ficción, la hora del final está muy cerca; si no termina con su ambición tan terca, causará el hombre: ¡su propia destrucción! Marga Mangione

T

ransitaba distraída por las calles. Estaba protegida por mi pequeña fortaleza rodante, ensimismada con la música de Alberto Cortez, cuando de repente sentí de un golpe seco en mi ventana. Era una mujer joven, de unos 30 años, quizás menos, que con insistencia solicitaba una limosna. La miré, me pregunté por qué pedía y no se ponía a trabajar en lo que fuese para ganarse el sustento diario. De repente, como meteoro que llegara desde la luna, una sucia esponja mojada aterrizó en el cristal delantero. Un limpiador buscaba una paga por obligarme a ensuciar mi cristal recién lavado. Molesta por el susto y la imposición, les dije a ambos que no. Insistieron. Una siguió golpeando mi ventana, el otro comenzó a limpiar/ensuciar el cristal, y, más enojada, todavía, utilicé el limpiavidrios y lo obligué a retirarse. Para suerte mía el semáforo cambió de luz roja a verde y pude proseguir mi camino. Este episodio tan frecuente, que estoy segura que a muchos les ha ocurrido, me puso a reflexionar. En el trayecto me pregunté: Mu-Kien, ¿dónde quedó tu humanidad? Buscando respuesta a esa pregunta, me quedé sin aliento, me sentí triste y me puse a llorar. La calle está llena de mendigos, por necesidad unos y por oportunismo, otros. Nos

encontramos con mujeres jóvenes con hijos alquilados que imploran clemencia, intentando despertar en el transeúnte los sentimientos de solidaridad y humanidad. Pasean por las esquinas las atrofias humanas, que, por no existir una verdadera política social, no tienen más remedio que mendigar para sobrevivir. Mujeres con abscesos tan graves que les desfiguran el rostro, jóvenes mutilados de los brazos y los pies y ancianos llenos de rasguños infectados; todos ellos reflejan el deterioro de esta sociedad que margina y excluye a los sin nombre. Creo que no solo la sociedad y la ciudad se han quedado sin almas, sino que nosotros también estamos perdiendo las nuestras. ¿Qué sentido tiene la vida sin alma y sin sentimientos? ¿Para qué sirve vivir si no puedo sentir? ¿Para qué sirve la vida si el otro, el prójimo, el más cercano, no existe? ¿Para qué sirve el pensar, si esta sociedad de la nueva civilización nos está mimetizando? ¿Para qué sirve decirnos humanos si la sociedad del espectáculo nos está convirtiendo en autómatas, en robots programados para hacer y comprar cosas y no para soñar? La violencia social, que se ha generalizado en todos los estamentos y en toda la geografía nacional, ha sido un factor que nos ha obligado a encerrarnos en nosotros mismos. La sicosis generada por los múltiples asaltos cotidianos de mucha y poca monta, con saldos dolorosos de muertes y atropellos físicos, nos deshumaniza, nos encierra y nos aísla. ¡Qué realidad tan triste y tan dramática! Yo me pregunto ¿Qué se puede hacer? ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo lograr hoy el difícil equilibrio de solidaridad versus atropello, de humanidad versus miedo a la violencia? No, no tengo respuestas. Solo alcanzo a formularme muchas preguntas, y cuando reflexiono para contestarlas, me nacen otras nuevas. Quiero ser humana y solidaria con el prójimo, con los que me rodean, pero tengo miedo a ser víctima del engaño, de la violencia física y del atraco. Quisiera poder socorrer a los desconocidos que buscan ayuda. Pero ya le temo a sus discursos, porque muchos de ellos mienten. Tengo miedo de abrir mi portamonedas, porque en un instante puedo yo convertirme en la víctima. Ya me ha ocurrido, y me aterra volver a vivir la experiencia. He tenido amigos y familiares que han sido vejados, atracados y hasta golpeados. ¿Cómo recuperar la confianza perdida? ¿Cómo volver a sentir y practicar el sentimiento hermoso de la solidaridad? Necesitamos políticas públicas eficientes. No queremos dádivas. Esta práctica en vez de ayudar, solo ha acrecentado el problema. Ayúdeme a buscar respuestas. No las tengo. Ahora solo me golpea de forma constante la conciencia. Mi alma está adolorida y triste por la deshumanización que forzosamente vivimos. Me siguen lastimando los espectáculos de dolor que hay en las calles, mientras transito en mi pequeño carruaje protector. Sólo sé que tengo mi pecho acongojado al ver y palpar mi disminuida humanidad. mu-kiensang@hotmail.com


Aporte

AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

HOY

Antiteoría, traducción y semiótica en el eclecticismo de

Giovanni di Pietro A

l definir el segundo tipo de crítica conceptualizado por Di Pietro, él escribe con prevención, producto de una cultura universal que está en el ambiente de la teoría del signo, la cual consiste en devaluar la teoría, cualquiera que sea, en beneficio de lo práctico y utilitario. Según este discurso devaluador, el teórico es un ser que no aterriza, vive en la luna, es un soñador; de él no se espera ningún resultado práctico que le beneficie a sí mismo, a su sociedad o a la humanidad. Ese es el núcleo discursivo que condena juntos al teórico y a la teoría. ¿Por qué esta desconfianza en la teoría? Más de dos mil años de pensamiento occidental la condenan irremisiblemente a través de la teoría del signo de griegos y romanos. Es, pues, algo aprendido culturalmente por los occidentales del siglo XXI. Incluso si grandes escritores y científicos han proclamado que la teoría es inseparable de la práctica o que la teoría misma es una práctica, como lo escribió una vez Luis Althusser. O Marx y el marxismo posterior inventado luego de su muerte. El materialismo histórico y dialéctico no se cansó de pregonar que la teoría era inseparable de la práctica. ¿De dónde vino la desconfianza en ese axioma? Vino de la única teoría del signo que ha reinado en Occidente durante más de dos mil años: la separación, distancia o abismo existente entre el signo y el objeto al que alude. Del lenguaje, esa separación, distancia o abismo pasó a la filosofía, a la historia, a la política y demás prácticas sociales vigentes desde la Antigüedad hasta nuestros días. Y esa teoría del signo funciona como un inconsciente en los sujetos. No importa que Saussure haya demostrado lo contrario al teorizar que el signo lingüístico está compuesto de dos elementos inseparables: el significante y el significado, y que este signo es radicalmente arbitrario y radicalmente histórico.

No importa. Los sujetos siguen repitiendo hasta el cansancio que hay una separación entre el signo y la cosa a la que alude. Incluso algunos llegan a asumir que no hay separación, pero tres líneas después de haber admitido esto, se contradicen. Creo que la peyoración de la teoría por parte de Di Pietro le viene de este inconsciente. Por esta razón él dice del segundo tipo de crítica: “La crítica teórica es otro asunto, y la practican algunos de los más preparados críticos del país, como Diógenes Céspedes, Manuel Matos Moquete y José Alcántara Almánzar. Esta crítica está relacionada a veces con una determinada fase del desarrollo intelectual del mismo crítico. Alcántara Almánzar, por ejemplo, trabajó mucho la crítica marxista al principio; Céspedes se ha inclinado hacia las teorías literarias de Meschonnic. El problema de este tipo de crítica es que a veces se hacen análisis sólo para comprobar la teoría, que es como poner la carreta antes que los bueyes. Sin embargo, es siempre valiosa, pues no se diluye en esas loas desmedidas y esos ditirambos estrafalarios que forman parte de la crítica periodística.” (“Otras lecturas. Más ensayos de literatura dominicana. 1989-2012”. San Juan de Puerto Rico: Unicornio. P.366).

DIÓGENES CÉSPEDES

Escribo en mi nombre. Matos Moquete y Alcántara Almánzar que escriban en el suyo. Para eso son sujetos. Pero digo y sostengo a partir de la irreductible unidad dialéctica entre significante y significado con dominancia del significante, pero sin anulación del significado que, siguiendo la definición del signo lingüístico de Saussure expuesta más arriba, la teoría y la práctica poseen igual funcionamiento que el signo definido por Saussure, puesto que teoría y práctica no pueden expresarse sino a través del discurso, donde se producen los sentidos organizados por la sintaxis ordenadora de esos signos. No se trata, pues, de carreta delante de los bueyes, frase que agrava el desprecio a la teoría, como lo proclama en Occidente la teoría y la política del signo. Y esta teoría y política del signo es la que los sujetos practican inconscientemente cuando no han asumido la teoría del signo tal como la definió Saussure. Además analizar para comprobar si la teoría funciona en un texto es lo

que debe hacer cualquier crítico a fin de constatar que el método y los conceptos de dicho método están bien empleados y que no hay problema epistemológico. Lo que no puede realizar el crítico es, con su teoría, empobrecer el texto, que es lo que hacen los analistas de obras literarias que trabajan con la teoría metafísica del signo. Y esta comprobación la realiza Di Pietro con su teoría ecléctica, como se verá luego de leer el tercer tipo de crítica existente en nuestra cultura: “¿Cuál es el método crítico que ahora está más de moda? Es el semiótico, y eso todo el mundo sabe que es pura jerga indescifrable hasta para los mismos expertos que lo practican. Sostengo, pues que no hay que avergonzarse de hablar de protagonistas centrales y secundarios, de trama y subtramas, de ubicación en el espacio y el tiempo, géneros, tendencias, biografía del autor y tantas otras cosas que antes hacían de la lectura de la crítica un ejercicio placentero, como tomarse una buena taza de café o un vaso de vino y fumarse un puro.” (Pp. 367-368) He repetido hasta la saciedad en el aula, en el periódico y en mis libros la frase de Emile Benveniste: “A la semiótica le está prohibido analizar textos literarios. Esta disciplina se ocupa únicamente de prácticas sociales que no usan el lenguaje humano. Pero el neoliberalismo y lo posmoderno han hecho de la semiótica una “ciencia” internacional”. Con su terminología abstrusa y seudotécnica, mientras la semiótica más se enfoque en lo que no le incumbe –los textos literarios, sean o no “light”–, más feliz están los centros de mando del neoliberalismo, pues mantienen bien ocupados en su labor ancilar de mantenedores del orden cósmico y natural a esos intelectuales de la metafísica del signo. Es imposible determinar lo biográfico en una obra de valor literario. Si el texto es pu-

ramente ideológico, no es difícil. Meschonnic dijo en una entrevista que le hice cuando vino a Santo Domingo al acto de circulación de su libro “Crisis del signo. Política del ritmo y teoría del lenguaje” que la biografía del autor no tenía ninguna pertinencia para la determinación del valor poético de una obra artística y que esa idea arraigó en el siglo XIX con Sainte-Beuve, quien fracasó al tratar de leer con esa hipótesis los poemas de Baudelaire, de quien fue muy amigo y creyó que por esa razón podía dar con la clave de su poesía. ¡Lástima grande es que Di Pietro, al describir los diferentes tipos de crítica vigentes en el país no analizara la teoría del signo y del lenguaje que sostienen esos discursos, inseparables de una teoría de la literatura, de lo político, de la historia, del Estado, del poder, de la traducción, del sujeto y del poema y del ritmo! Solo a través de la coherencia y la dialéctica indefinida de estos conceptos puede medirse la grandeza o la miseria de esos discursos críticos dominicanos o de cualquier otro ámbito geográfico. En cuanto a la traducción, Di Pietro se remite al dicho italiano de que el traductor es un traidor al texto que traduce. Otra vez la insuficiencia del lenguaje o la lengua para comunicar la vida. Sin teoría del discurso, este discurso doxal coloca la mentira en el lenguaje o en la lengua, no en el discurso, sitio y funcionamiento de la mentira y la verdad. Ya Román Jakobson, en su texto “Aspectos lingüísticos de la traducción”(“Ensayos de lingüística general”. París: Minuit, 1963, p. 80, ed. francesa) repetía lo de traductor-traidor y se preguntaba con cierta ironía: ¿traidor a quién, traidor a qué?

5


AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

Poesía

HOY

Autorretrato en el Parque Nacional Banff. Serie Política de lo Nimio 78.

Onirias de Ángela Hernández

Con Quijote y Sancho frente a la Casa de Cervantes, Alcalá de Henares.

E

CHEMA COTARELO ASTURIAS

6

l azar o el destino, o tal vez el anhelo del atino en estado hipercrítico, hizo que me encontrara una vez más con la artista dominicana Ángela Hernández, esta vez en Madrid, en el Café Comercial, donde había acudido a presentar un poemario del común amigo Paco Vaquero, El ajimez de la casa de piedra. La anterior ocasión fue dentro del marco del III Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico, de tan grata memoria y feliz recuerdo. Me entrega para su lectura ONIRIAS, que me apresuré a leer, a ver, a tocar, a oler, a acariciar levemente con ternura. Y no sé por dónde huir de tanta belleza, de tanta embriaguez de imágenes líricas, poéticas; artísticas. Por qué formas escaparme de sus páginas que me abrazan fulgurantes, plenas de color, de exaltación, de vida. La edición, exquisita, pertenece al Departamento cultural del Banco Central de la República Dominicana, con diseño interior y cubierta de Rosángela Bichara. Es un libro TODO de poemas, toda vida, germen, “agua asible, sol esquivo; / la cuenta del amor que me consume”. Un libro pétalo y gota de rocío, con tapetitos de colores y reflejos opacos, con letras grabadas en sus páginas a punta de navaja; libro raíz, árbol, corteza donde alguna vez alguien escribió: te quiero. Hay palabras nube “la culpa, la estrategia/de tu espejo en mi ojo”; palabras pájaro que surcan el infinito de la imaginación, nadas florecidas y alas rotas sobre el hielo; que es, como se sabe, el silencio del agua antes de ser verso o abismo. El libro de Ángela está hecho de trazados pictóricos que son poemas, de estampas que son poemas, de sombras que son luz de la palabra. Palabra pues arista y movimiento y cromatismo que invade nuestras retinas del

Serie Política de lo Nimio 29.

Serie Domístico Viajero 6.

azul del mar, “todo mar me resulta nostálgico/ y el amor, canon suficiente”. Da lo mismo leer que mirar. El lector/observador se siente de inmediato atrapado por esa explosión de luz poética, ese grito nacido de la blanca página para decirnos algo. Un cuaderno dejado caer con unos versos, unas llaves sin dueño ni

espacio, una raya de agua sobre el arco del tiempo, una mancha de sol sobre la tarde amurallada; son evocaciones que nos asaltan al dejar volar nuestros ojos por entre estos remansos de melancolía: “rojo se pone el horizonte si te pienso”. Símbolos de gran sutileza y delicadeza, a los que sólo una poeta pudiera darles vida: Ángela Hernández. No sé cómo huir de esta belleza que me cautiva. No sé cómo hacer para desguazar el libro y sutilmente colocar cada hoja en las paredes de mi memoria. Sé que soñaré estas fotografías, sé que me anegarán del aroma de la bondad, sus palabras “Oh días extraños enredados en la constante pérdida/ Sueño de la memoria reticente”. ONIRIAS es un regalo que la vida nos hace para solaz del espíritu, para el goce del sentido, para la emoción del encuentro. Doy gracias por haber conocido a esta talentosa artista cuya anterior obra, internacionalmente celebrada, ha configurado este magnífico poemario que nos impregna de palabras, color y sentimientos; en suma, de poesía. Granada, España 21 de junio 2012


Reportaje

AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

HOY

FÉLIX PAULA o la constancia en “la toma del cielo por asalto”

E

n verdad, la vida está llena de enigmas, oquedades insondables que impiden el que seamos capaces de acercarnos a presentir, siquiera, lo que nos depara eso que llaman destino. Cuando Félix y yo andábamos por calles y callejones de nuestro San Francisco natal enamorándonos juntos, inventando mil formas de juegos infantiles, y sobre todo, jugando a tomar el cielo por asalto, no podía imaginar que aquel joven alto, rubio, de ojos azules y una recia personalidad matizada con un halo de profunda infantilidad que permitía una interacción inmediata y permanente al tratársele, podría llegar a ser el artista de la talla que es en la actualidad. Con el mismo carácter que asumía de temprano la cuota mayor del sostén familiar se disponía a prepararse en los estudios de primaria y secundaria para luego ingresar a la Escuela local de Bellas Artes de San Francisco de Macorís, donde terminó sus estudios guiado por ese gran maestro del dibujo y la pintura, ido a destiempo, Manuel Bello Velardi, así como por el profesor de escultura Adalberto Madera. Félix Paula no solo se pule con el tiempo en el dominio de las artes plásticas, sino en el cultivo de la ciencia, preparación necesaria para un artista con criterio claro de lo que es el mundo, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, la Escuela de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Miami, U.S.A. en la que estudió Diseño y Comunicación Visual. Ahora bien, de la plástica se habla de su modernidad en el sentido de los diferentes estilos y rasgos característicos que modulan el quehacer de movimientos o escuelas que en determinado periodo se han dado en la humanidad, pero lo cierto es que en el arte no existe tal esnobismo, ya que el registro de dichos cambios se encuentra, en lo fundamental, diseminado en todo el quehacer histórico de la creatividad del hombre, ese sostén se deja sentir desde los fundamentos del esbozo artístico que se conoce como arte rupestre, pasando por el arte egipcio, etrusco, griego, romano, con sus vertientes del Trecento, Quatrocento, y sobre todo el Cinquecento Florentino, la escuela francesa, alemana, portuguesa, inglesa, española, y su expresión flamenca,… De manera que lo que existe no es más que un ir y venir en el tiempo con, eso sí, cierta modificación por parte del creador en la verificación de esa, su herencia artística. En ese sentido, el hermano Félix Paula coloca su dedo creador para plasmar sus huellas e identidad en lo que es ya conocido como su aporte a la búsqueda de los paráme-

El rector de Unibe hace entrega del pergamino de reconocimiento al escultor Félix Paula.

Escultura monumental de Félix Paula colocada en la parte sur del Palacio de Bellas Artes.

tros de una plástica nacional. Tiene ocho exposiciones individuales y un sinnúmero de colectivas, exprofesor de la Escuela de Arte de la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y la Escuela de Arte Guillo Pérez. Félix es un excelente escultor, dibujante y pintor. Es más, aunque parezca una herejía, me atrevo a afirmar que este artista, pese a su sólida formación académica en las plásticas y gran capacidad para conceptualizar sobre la misma, condición muy escasa en nuestro medio, es escultor, primero, y después dibujante y pintor. Así lo afirmo porque conozco la manera en que Félix se enfrenta a la madera o al barro para transformarlos y construir la realidad que le parezca, realidad que todo creador construye sin pensar en el orden de las cosas que se dan en la naturaleza y solo siguiendo lo que le dicta el espíritu más que los sentidos. El verdadero artista es el que crea su realidad como máximo aporte a la naturaleza imbuido de la más eficaz forma de corresponder a la problemática que afecta al protagonista principal de la misma, el hombre como especie, y la felicidad como su meta más trascendental. Félix cree que no vale la pena hacer arte si no es para ponerlo al servicio de los sueños más caros de la humanidad, eso lo hace diferente ante una mayoría de artistas flemáticos ante los problemas de nuestro pueblo. Félix Paula acaba de producir su más grande aporte a la construcción de la plástica nacional, y son las estatuas de tamaño monumental que por el frente sur guardan celosas el Palacio de Bellas Artes en la ciudad de Santo Domingo. El 17 del recién pasado mes de julio, Félix Paula nos brindó su más reciente propuesta escultórica en los vetustos salones de la prestigiosa Universidad Iberoamericana (Unibe).

MANUEL ALMONTE

De derecha a izquierda, tercero, el escultor Félix Paula junto a los demás artistas homenajeados por Unibe.

En síntesis El homenaje de Unibe

Unibe le reconoció a nuestro Escultor Nacional Félix Paula su capacidad como uno de los escultores de mayor carácter y compromiso con los afanes de desarrollar una plástica nacional ajustada a los valores más puros de una dominicanidad que habremos de

ir puliendo, cual joya de fina estirpe, con el esfuerzo diario y mancomunado de todos los hombres y mujeres de buenos sentimientos. El arte consciente solo puede parir una obra de calidad tal que, tarde o temprano, tendrá que ser asumida por

toda la sociedad. Solo, que los artistas debemos hacer consciencia al respecto, respetando y dándole valor a nuestro trabajo, entendiendo que cualquiera no puede hacer lo que como arte hacemos. De entenderlo así, auguramos desde

ahora que nuestra plástica tendrá que ser admitida como un aporte de valor incalculable al acervo cultural de la humanidad. Para ese magnífico escultor, que es Félix Paula, le deseamos que siga cosechando muchos éxitos. –M. A.

7


AREÍTO

Sábado 18 de agosto de 2012

Arte Contemporáneo

HOY

AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

8

“El Grito” de Edvard Munch ¡La obra de arte más robada y más cara de la historia!

E

l Grito” (Skrik), es el título de cuatro obras pictóricas ejecutadas entre 1893 y 1895 por el artista noruego Edvard Munch (1863-1944), una de cuyas versiones fue rematada la noche del miércoles 2 de mayo del 2012 en 119,9 millones de dólares por la prestigiosa casa Sotheby's de Nueva York, estableciendo un nuevo récord como la obra de arte más cara jamás vendida en una subasta. La versión más conocida de “El Grito” forma parte de la colección de la Galería Nacional de Noruega y a través de los últimos cien años no sólo ha devenido en símbolo terriblemente profético de la angustia existencial que marca a una parte considerable de la humanidad contemporánea, sino que también resulta una de las obras más trascendentales e instantáneamente reconocibles en la historia del arte y de la cultura visual popular. En efecto, desde finales de la primera mitad del siglo XX, “El Grito” adquiere estatus de verdadero icono cultural universal. En 1961, la revista “Time” reproduce el cuadro en la portada de su edición dedicada a los complejos de culpa y a la ansiedad. Entre 1983 y 1984, Andy Warhol, máximo exponente del Pop Art en los Estados Unidos, se reapropia la imagen y realiza una serie de impresiones sobre seda con las que pretendía la desacralización de la pintura, convirtiéndola en un objeto de reproducción masiva. Asimismo en las últimas cinco décadas, la obra cumbre de Munch ha sido reproducida en calendarios, tazas, camisetas y otros objetos de la vida cotidiana al mismo tiempo que ha sido objeto de varias investigaciones, libros y películas en distintos países. La reproducción de “El Grito” en numerosos productos, desde enciclopedias, revistas, calendarios, pósters y hasta llaveros, evidencia su definitiva desacralización como objeto único y reafirma su estatus como signo cultural totalizante. En este sentido, “El Grito” es comparable con otras obras paradigmáticas del arte universal, proclamadas también como símbolos culturales de Occidente, tales como la “Gioconda”, de Leonardo Da Vinci o “Las Meninas”, de Diego Velázquez. El Grito es una obra de fuerza expresiva y emocional definitivamente estremecedora y la banalización de esta imagen, mediante el recurso de su masiva “explotación” comercial, podría interpretarse como un intento de minimizar la inefable sensación de desasosiego que su atenta confrontación provoca en el espectador. En realidad, la fama de “El Grito” se dispara a lo largo de las últimas dos décadas, luego de una serie de robos espectaculares: en 1994, la versión de la Galería Nacional de Oslo fue robada y recuperada tres meses después por la policía noruega. En agosto del 2004, otra versión fue robada en pleno día por hombres armados en el Museo Munch de Oslo, siendo recuperada en el 2006, convirtiéndose de esta manera en la obra de arte más robada de la historia. Las cuatro versiones de “El Grito”, considerada como una de las obras más importantes de Munch y del movimiento expresionista, muestran una figura andrógina en primer plano, representando un hombre “moderno” en un espacio de angustia indecible y profunda desesperación existencial. El paisaje del fondo es la ciudad de Cristianía (actual Oslo) vista desde la colina de Ekeberg. El estado anímico del artista se refleja en un texto poético que escribe en su diario hacia 1892: “Paseaba por un sendero con dos amigos -el sol se puso- de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio -sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad- mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza”... Entre las fuentes que podrían haber inspirado la obra se considera la atormentada vida del artista que, siendo niño, vio morir a su madre y una hermana de tuberculosis. Sin embargo, Robert Rosenblum, reconocido especialista en la obra del pintor noruego, estima que el origen de la estilizada figura humana que gravita en la composición podría haber

El Grito, de Edvard Munch, en la casa de subastas Sotheby’s.

yecta hacia los confines de un escenario insólitamente precario y todavía más perturbador. El personaje parece gritar con expresión tormentosa, de angustia o ansiedad. El cielo rojizo estalla como territorio “movedizo”, mientras en la lejanía, casi al borde de la bidimensión, aparecen otras dos transfiguraciones con sombrero cuyos rasgos no pueden distinguirse con claridad. El expresionismo fue una corriente artística que enfatizaba en la expresión de los sentimientos y las emociones, más que en la representación de la realidad objetiva. Lo esencial para los artistas de este movimiento es la forma y el sentimiento en la búsqueda de un impacto fundamentalmente emotivo ante sus obras, mediante la utilización de colores fuertes y puros. Los cuadros expresionistas se caracterizan por su expresividad y gran fuerza psicológica a través de composiciones agresivas en las que destacan la distorsión rítmica del dibujo y el retorcimiento de las formas. Sir. E. H. Gombrich sostiene que los expresionistas sintieron intensamente la pobreza, la violencia y la pasión; abordaron las injusticias sociales y el sufrimiento humano como una cuestión de honor. “El Grito” y la obra global de Edvard Munch impactaron especialmente a los expresionistas alemanes, nucleados en el grupo “El Puente”, integrado inicialmente por Fritz Bleyl, Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, y más adelante por Karl Schmitdt-Rottluff Emil Nolde, Otto Mueller y Max Pechstein, entre otros. Originalmente, se estimaba que “El Grito” alcanzaría los 80 millones de euros, pero la exaltación de los “escualos financieros”, coleccionistas habituales y poderosos cazadores de trofeos artísticos, desbordaron las apuestas. El precio de salida fue de 50 millones de dólares. Subiendo de millón a millón, a los 99 millones, Tobías Meyer, el subastador, tuvo que respirar profundo y adEdvard Munch en su taller. mitir con fina ironía: “Tenemos todo el tiempo del mundo”. A los 100 millones, el público presente en la sede newyorkina de Sotheby’s, irrumpió en aplausos. La batalla se había reducido a dos compradores por teléfono cuando, a los 12 minutos, fue sellado el histórico remate. El precio total: 119.922.500 millones de dólares, incluyó la comisión que la casa cobró al desconocido comprador. En los últimos años, un total Madonna. Edvard Munch. de ocho obras se han vendido The Child. Edvard Munch. Grabado en metal. por 80 millones o más en una subasta. Sólo dos obras más, adesido una momia peruana que Munch vio en la más de “Desnudo, hojas verdes y busto”, de Exposición Universal de París en 1889. Picasso, han sido rematadas por más de 100 La versión rematada por Sotheby's había millones, incluyendo “Muchacho con pipa”, permanecido durante más de 70 años en ma- del mismo Picasso, vendido en 104,1 millones nos de la familia del empresario Petter Olsen, en el 2004, así como “L'Homme qui marche I”, cuyo padre, Thomas, había sido vecino, amigo de Alberto Giacometti que se vendió por 104,3 y luego protector del artista. “He vivido con millones en el 2010. En el 2011, Sotheby's y esta pintura toda mi vida, y su poder y energía Christie's multiplicaron sus ganancias, cresimplemente han crecido con el tiempo”, sos- ciendo un 14% con respecto al 2010. tuvo Olsen, al declarar que había decidido venMientras las grandes economías siguen der la pintura a través de Sotheby's entendien- estremecidas, las casas de subastas y el merdo que había llegado el momento de “darle al cado de las obras maestras del arte moderno resto del mundo la oportunidad de poseer y y contemporáneo persisten enajenados en apreciar este extraordinario trabajo”… A nivel medio de una burbuja de perpetua felicidad cromático, esta versión al óleo y pastel sobre que ni siquiera se ha desinflado cuando en el tabla es la más rica, intensa y excitante de las 2008 estallaba “oficialmente” la crisis financuatro obras, y la única cuyo marco fue in- ciera internacional. Así que, ante el colapso tervenido a mano por su autor. En la misma, inminente de bancos, corporaciones y paípredominan los colores cálidos del trasfondo, ses, y ante los incesantes sobresaltos de las contrastando la atmósfera crítica y sombría. La grandes bolsas financieras, el arte sigue reafigura principal de la composición está repre- firmándose como valor-refugio de los gransentada en un sendero con vallas que se pro- des capitales a nivel global.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.