Areíto
Zona de la Cultura y de las ideas
www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 17.11.2012
El desierto como una realidad y como metáfora de la vida Página 2
La escritura como deleite
Jochy Herrera rescata el hallazgo de Leonardo da Vinci con su dibujo que llamó El hombre de Vitruvio, para establecer, desde una perspectiva arquitectónica antigua, el vínculo entre el cuerpo humano y el mundo exterior, el entorno, la naturaleza. Página 7
Luz y ritmo en el Caribe El fotógrafo Fausto Ortiz es un maestro en la poética de la imagen en blanco y negro, evitando que el color se imponga e impida romper un mensaje que siempre es confidencial. Si el color se mantiene, es justamente para servir el mensaje. Página 8
Puerta de San Diego
República Dominicana
MONUMENTAL Marcio Veloz Maggiolo y Julio González unen sus talentos en un “libro singular” sobre la formación del espacio urbano y rural en la época colonial Páginas 4 y 5
Frank Marino en el recuerdo A Frank Marino Hernández, recordado por sus grandes aportes a la comprensión de los fenómenos locales, le correspondió la honrosa distinción de ser el primer sociólogo dominicano graduado en una academia de altos estudios, como lo es la Universidad de Puerto Rico. Página3
HOY
AREÍTO
Sábado 17 de noviembre de 2012
Zona Areíto Areito
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Umberto Eco (novelista y ensayista italiano) Me faltó valor para investigar las debilidades de los malvados, porque descubrí que son las mismas que las debilidades de los santos LA GUÍA
Leonardo Boff
LIBROS
Desierto: realidad y metáfora
E
l desierto es una realidad misteriosa y una metáfora fecunda del discurrir contradictorio de la vida humana. Actualmente el 40% de la superficie terrestre está en proceso avanzado de desertificación. Los desiertos crecen a razón de 60 mil km2 por año, lo que equivale a 12 hectáreas por minuto. En Brasil hay un millón de km2 en proceso de desertificación. Sólo en el Nordeste y en Minas son 180 mil km2. Este fenómeno amenazador para las cosechas, para el hambre y la emigración de poblaciones enteras se debe a la deforestación, al mal uso de los suelos, a los cambios climáticos y a los vientos. Recordemos que el mayor desierto del mundo, el Sahara, con una superficie mayor que la de Brasil (9.065000 km2), hace diez mil años estaba cubierto de densas selvas tropicales, contiene fósiles de dinosaurios y restos arqueológicos de antiguas civilizaciones, pues antiguamente el río Nilo desembocaba en el Atlántico. En esa época, sin embargo, ocurrió un drástico cambio climático que lo transformó en una inmensa sabana y después en un desierto árido y extremadamente seco. ¿No es una señal para la Amazonia? Pero la vida siempre es más fuerte. Resiste, se adapta y acaba triunfando. Todavía hoy en los desiertos brota la vida: más de 800 especies de vegetales y minúsculos insectos y animales. Basta que sople un viento más húmedo o que caigan unas gotas de agua y la vida invisible irrumpe espléndidamente. En ocho días, la semilla germina, florece, madura, da fruto que cae al suelo. La semilla se recoge. Espera más de un año, bajo la canícula del sol y el azote del viento hasta poder germinar de nuevo y continuar el ciclo ininterrumpido y triunfante de la vida. Otros arbustos se enrollan sobre sí mismos, se retuercen para escapar de los vientos y sobrevivir. De la misma manera, pequeños animales se alimentan de insectos, mariposas, libélulas y semillas traídas por el viento. Pero cuando hay un oasis, la naturaleza parece desquitarse: el verde es más verde, la atmósfera más sonriente y los frutos tienen más color. Todo proclama la victoria de la vida. Con su tecnología, el ser humano abre los desiertos, traza carreteras brillantes, devuelve el desierto a la civilización como ocurre en Estados Unidos, en China y en Chile. Esta es la realidad de la ecología exterior del desierto. Pero hay desiertos interiores, de ecología profunda. Cada persona humana tiene su desierto a atrave-
sar en busca de una «tierra prometida». Es un recorrido penoso y lleno de espejismos. Pero le espera siempre un oasis para rehacerse. Hay desiertos y desiertos: desierto de los sentidos, del espíritu, de la fe. El desierto de los sentidos ocurre especialmente en las relaciones interpersonales. Después de algunos años, la relación de una pareja conoce el desierto de la monotonía del día a día y la disminución del encantamiento mutuo. Si no hay creatividad y aceptación de los límites de cada uno, la relación puede acabar. Si la travesía no se hace, permanece el desierto desalentador. Hay también el desierto del espíritu. En el siglo IV cuando el cristianismo empezó a aburguesarse, algunos laicos cristianos se propusieron mantener vivo el sueño de Jesús. Fueron al desierto para hallar la tierra prometida en su propia alma y encontrar a Dios desnudo y vivo. Y lo encontraron. Se trata de una peligrosa travesía del desierto. San Juan de la Cruz habla de la noche del espíritu “terrible y temible”. Pero el resultado es una integración radical. Entonces, de la aridez nace el paraíso perdido. El desierto es metáfora de esta búsqueda y de este encuentro. Finalmente está el desierto de la fe. Hoy se vive en la Iglesia Católica un árido desierto pues la primavera que significó el Concilio Vaticano II se transformó en invierno severo por obra de las medidas tomadas por el organismo central del Vaticano en su esfuerzo por mantener tradiciones y estilos de piedad que tienen que ver con el modelo medieval de Iglesia de poder. La Iglesia se comporta como una fortaleza sitiada y cerrada a los llamamientos que vienen de los pueblos, a sus lamentos y esperanzas. Es un modelo de Iglesia del miedo, de la sospecha y de la pobreza en creatividad, lo que revela insuficiencia de fe y de confianza en el Espíritu de Jesús. Lo que se opone a la fe no es el ateísmo, sino el miedo. Una Iglesia llena de miedos pierde su principal sustancia que es la fe viva. Los crímenes de la pedofilia de muchos religiosos y los escándalos financieros del Banco del Vaticano han llevado a muchos fieles a conocer el desierto, a emigrar de la institución, aunque manteniendo el sueño de Jesús y la fidelidad a los evangelios. Vivimos en un desierto eclesial sin vislumbrar un oasis por delante. Será nuestro desafío el de hacer así y todo su travesía con la certeza de que el Espíritu irrumpa y haga surgir flores en el desierto. ¡Pero cómo duele!
EL CHOQUE DE HIPÓLITO Y DANILO MEDINA _ ____________________________________________________________________
APORTE VALIOSO Este libro del magistrado Alejandro A. Moscoso Segarra es un aporte valioso y único para continuar el estudio de la violencia de género y la violencia intrafamiliar en la República Dominicana. El mismo nos permite apreciar, como observa el autor y la experta Susi Pola, el tratamiento que se ofrece a estos temas de violencia desde el ámbito de la justicia. El texto contiene 287 páginas. Tiene una presentación del doctor Moscoso Segarra, un prólogo del juez presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Mariano Germán Mejía, y un comentario, al final, de la doctora María Jesús Pola Zapico, conocida como Susi. Fue impreso en Editora Corripio.
Belarminio Ramírez Morillo es el profesional dominicano que sigue con mayor carácter sistemático las elecciones dominicanas. El tomó la bandera que abandonó el sociólogo José del Castillo. Este lo hacía desde la sociología y Belarminio lo hace desde el marketing político. Son varios los libros de Belarminio que analizan procesos electorales dominicanos. Este, “El choque entre gladiadores”, analiza la úlitma campaña electoral, ganada por Danilo Medina Sánchez. El texto consta de 317 páginas. En 10 capítulos y un apéndice trata de explicar las claves del triunfo del PLD_ ____________________________________________________________________________
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COMPRENSIÓN DEL CARIBE
¿UN NUEVO O VIEJO PRESIDENCIALISMO? El presidencialismo ha sido una constante en la historia dominicana que nació con la independencia de 1844. Este libro analiza el fenómeno en un período que se considera de consolidación democrática, de 1994 al 2010. Seis jóvenes cientistas sociales nos presentan su mirada al presidencialismo en igual número de ensayos. El libro es presentado por Ramonina Brera del Castillo, directora del Centro Universitario de Estudios Políticos y Sociales, una dependencia de la PUCMM, que auspicia el texto. _ ____________________________________________________________________________
El historiador Luis Alvarez López ofrece en esta obra cinco ensayos, explica, para analizar la historia de la República Dominicana durante la segunda mitad del siglo XIX como una nación caribeña, enfatizando el proceso de independencia política, su estructura económica y social, sus clases sociales y los subsecuentes procesos de anexión a España y la Guerra de la Restauración. El primer ensayo se titula “Diecinueve razones fundamentales de la Anexión y la Guerra de la Restauración 1863-1865”; el segundo trata sobre el secuestro de los bienes rebeldes, el tercero acerca de la independencia nacional y el colonialismo español en Santo Domingo, Puerto Rico y Cuba; el cuarto, aborda el papel de Betances, boricua, en el ciclo revolucionario del caribe hispano, y el último trata sobre las bajas del ejército español. Este libro fue publicado por el AGN.
LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilos Enmascarados
1927
17 DE NOVIEMBRE. Nace Rafael Abella, escritor español especializado en la microhistoria española desde la Guerra Civil hasta los años 1990.
_1927 Rafael Abella, escritor español especializado en la microhistoria española desde la Guerra Civil hasta los años 1990.
1922
18 DE NOVIEMBRE. Fallece Marcel Proust, novelista francés, autor de la serie de siete novelas de “En busca del tiempo perdido”, una de las obras más destacadas e influyentes de la literatura del siglo XX.
1999
18 DE NOVIEMBRE. FAllece Paul Bowles, escritor, compositor y viajero estadounidense. Su primera novela, “El cielo protector”, se convirtió en un éxito de ventas y fue llevada al cine por Bernardo Bertolucci.
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1967
18 DE NOVIEMBRE. muere Joao Guimaraes Rosa, novelista y diplomático brasileño, autor de novelas y relatos breves. Miembro de la Academia Brasileña de Letras. Su obra más conocida es “Gran Sertón: Veredas”.
1910
MURIO EL 20 DE NOVIEMBRE Leon Tolstoi, novelista ruso , autor de obras como “Guerra y Paz” y “Ana Karenina”. Sus ideas sobre la No-Violencia, expresadas en libros como “El Reino de Dios está en Vosotros”, tuvieron un profundo impacto en personalidades como Gandhi y Martin Luther King. _
1976
23 DE NOVIEMBRE. FALLECE André Malraux, novelista y político francés. Su obra “La condición humana” le supuso la concesión del prestigioso premio Goncourt de Francia.
AREÍTO
HOY
Aporte
Sábado 17 de noviembre de 2012
Frank Marino Hernández
en el recuerdo
PEDRO ANTONIO MARCHENA
E
n la memoria histórica de los pueblos se van forjando frases lapidarias que, con el paso del tiempo, adquieren el carácter de las cosas juzgadas y comprobadas, como acontece con aquella atribuida a Federico Henríquez y Carvajal, cuando dijo: “Oh América infeliz, que sólo te acuerdas de tus grandes hijos cuando son tus grandes muertos”. La situación reseñada se manifiesta plenamente en el caso del extinto grande hombre que fue Frank Marino Hernández Reyes, que a su paso por la vida supo sembrar semillas de esperanzas en fecundos surcos, y que desparramó su sabiduría entre sus contertulios, a lo largo y ancho de toda la geografía nacional, esfuerzos que a su debido tiempo dieron abundantes frutos, comprometido como estaba con el desarrollo de su amado país. El Frank Marino que conocí, como era llamado por todo el que lo trataba, era un hombre visionario, emprendedor, de recias convicciones y profunda fe en el porvenir de su pueblo. Era un ser humano pleno, con una gran capacidad para cultivar y mantener la amistad, sin dobleces ni zancadillas, dotado de conocimientos amplios sobre una vastedad de temáticas que incluían contenidos como la cultura, la condición humana, la investigación científica y la problemática económica, política y social de su país y del resto del mundo. Durante el tiempo que lo conocí, nunca lo vi descompuesto en su ánimo por difíciles que fueran las circunstancias, siempre lo vi resuelto, infundiendo optimismo entre su personal, para buscar entre todos la solución más idónea a la situación problemática que los afectaba. Se pudiera decir, sin temor a equivocaciones, que Frank Marino fue el pionero de la investigación sociológica de la época moderna en República Dominicana. Con muy pocos recursos y sin el concurso de la tecnología moderna, Frank Marino reunió a un grupo de profesionales de diferentes especialidades y los convenció de que era posible, al comienzo de la década de los años setenta del siglo pasado, fomentar y promover la investigación social en República Dominicana. Frank Marino nació en el 1936 en el municipio de Tamboril, provincia de Santiago de los Caballeros. Sus padres fueron Marino Hernández Franco y Altagracia Reyes. Sus hermanos, Zoilo Rafael y Dolores, ambos fallecidos. Por línea paterna, Frank Marino era sobrino del eximio poeta y escritor tamborileño Tomás Hernández Franco, autor de
exquisitas piezas literarias, como su gran poema “Yelidá”. Durante los años finales de la década de 1960 y hasta el año 1973, Frank Marino dirigió el Comité de Ciudadanos para el Desarrollo Social de la República Dominicana, una institución sin fines de lucro, que recibía fondos de entidades internacionales para invertirlos en la implementación de proyectos de desarrollo que impactaran la calidad de vida de la población, los cuales se realizaban sobre la base del método de enseñanza del educador brasileño Pablo Freyre, de educación para la libertad. No puedo dejar de mencionar que a Frank Marino le correspondió la honrosa distinción de ser el primer sociólogo dominicano graduado en una academia de altos estudios, como lo es la Universidad de Puerto Rico. Debo hacer la salvedad de que los sociólogos dominicanos reconocemos a Pedro Francisco Bonó como el primer sociólogo dominicano, y que en su memoria se celebra el 18 de octubre de cada año como “Día del Sociólogo”. Pero Bonó no egresó como sociólogo de una academia universitaria, era más bien un autodidacta, con gran conocimiento de la sociología. Del mismo modo, Frank Marino fue el primer profesor de la asignatura técnicas de investigación de la Escuela de Sociología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), fundada en el año 1962. Una pléyade inmensa de destacados sociólogos dominicanos de los de hoy en día tuvieron en Frank Marino a su primer mentor y guía en los intrincados caminos de la investigación científica. Nombres como los de Franklin Franco, José del Castillo, Dagoberto Tejeda, Rolando Pérez Uribe, César Pérez, Irma Nicasio, Magda Acosta, la extinta Isis Duarte, Walter Cordero, Ildefonso y Sarah Güémez Naut, Enmanuel Castillo, Guisseppe y Humberto Rímoli, José Cabrera, Rafael Alcántara(fallecido), Parmenio Díaz, Modesto Reynoso, Vinicio Santos, Rafael Herrera Cabral(fallecido), Fernando Tejada, Sandra Mejía, Mariano Escoto Saba y Teófilo Rodríguez, entre muchos otros, aprendieron los fundamentos de la investigación científica con Frank Marino. Más luego, en el año 1974, Frank Marino, acompañado de un grupo de profesionales, entre los que cabe mencionar a Rafael Herrera Cabral, Modesto Reynoso, Vinicio Santos, Pedro Marchena, Ezequiel Valdez, Ivelisse Gatón y Vianela Vittini, crea el Instituto Dominicano de Estudios Aplicados (IDEA), que se especializó en la realización de investigaciones socioeconómicas, estudios de
impacto ambiental, evaluación de programas y proyectos, investigaciones mercadológicas, entre otras, a solicitud de importantes empresas e instituciones del país y de varias del extranjero. Durante mis años de trabajo en el Comité de Ciudadanos y en IDEA, vi desfilar por el despacho de Frank Marino a centenares de académicos, profesionales de diferentes especialidades, empresarios, funcionarios del Estado, representantes de organismos internacionales, y hasta políticos, quienes buscaban la sabia y oportuna consejería de Frank Marino, a los fines de encontrar respuestas a las inquietudes que los llevaban a la consulta. Debo destacar, asimismo, que Frank Marino concibió y dirigió durante varios años el programa semanal de análisis y comentarios de la realidad nacional e internacional titulado “Pensando en Voz Alta”, que se transmitía a través del canal 2 de Teleantillas. Ese grande hombre que fue Frank Marino, que fue buen esposo, buen padre, amigo incondicional, excelente profesor y ciudadano de excepción, terminó su peregrinaje por esta vida terrenal y se nos fue a las moradas celestiales, adonde van los de limpio corazón y los de justo proceder, en el año 2007, a los 71 años de edad, cuando todavía su mente privilegiada, su gran sabiduría y su hombría de bien podían ser utilizadas como un referente ético-moral de las presentes y futuras generaciones de dominicanos-as, en tiempos como los actuales, en donde se le rinde un culto excesivo a la riqueza material y a los placeres hedonistas, en desmedro de la necesaria e impostergable formación cívica de los ciudadanos y ciudadanas. La sociedad dominicana, y particularmente los sociólogos, tenemos una deuda de gratitud con Frank Marino, un maestro que prestigió la cátedra universitaria. Hasta donde sepamos, a Frank Marino no se le ha tributado el primer homenaje en éste, su país, que tanto amó, por lo que nos permitimos sugerir a las autoridades de la UASD que hagan acopio del sabio principio que dice: “honrar honra”, y designen con su nombre una cátedra, un salón o algo por el estilo, para que las nuevas y futuras generaciones de estudiantes puedan conocer y ponderar en su justa dimensión la cuantía y calidad de la obra que a su paso por la vida dejó plasmada Frank Marino Hernández Reyes.
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AREÍTO
Sábado 17 de noviembre de 2012
Historia y Fotografía
HOY
Iglesia de Nuestra Señora de las Aguas.
Fuerte El Invencible.
AREÍTO
Sábado 17 de noviembre de 2012
Catedral.
HOY
Casa de Juan de Viloria. JULIO GONZÁLEZ
Calle Las Damas.
Capilla de la Tercera Orden Franciscana.
Ruinas del Convento de San Francisco.
República Dominicana Monumental: fotografía y memoria EDWIN ESPINAL HERNÁNDEZ
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L
a puesta en valor del patrimonio monumental dominicano a partir de la segunda mitad de la década de 1960 acentuó la atención que desde el siglo XIX había empezado a prestarse a un valioso conjunto de bienes de nuestra herencia cultural hispánica, preferentemente respecto de aquellos concentrados en el casco antiguo de la ciudad de Santo Domingo. La restauración de sus piezas arquitectónicas más emblemáticas y su categorización como Ciudad Colonial, así como la de una serie de Monumentos Arquitectónicos y Sitios Históricos de su trama urbana como Monu-
mentos Nacionales – más tarde exaltada a la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad –, marcaría el inicio del rescate de otros significativos hitos levantados durante la conquista y colonización de La Española, situados en diversos puntos del país. “República Dominicana Monumental”, concebida por el lente de uno de los miembros del movimiento más dinámico y trascendente en la historia de la fotografía nacional y la pluma de una de las figuras angulares de la literatura dominicana del siglo XX, ofrece un completo recorrido por ese pasado tangible, impronta fundamental de nuestra memoria construida.
“Personalidad exigente, escrupulosa y vivaz”, como lo definió en una ocasión Marianne de Tolentino, Julio González ratifica en las fotografías que se recogen en ese volumen el objetivo de resaltar la imagen nacional, que fijó en su imaginario desde su presencia fundacional en Jueves 68, las que revelan, al mismo tiempo, su dominio de la dinámica compositiva: la perspectiva, las oposiciones dimensionales, los ejes focalestt, el detalle, el resalte de planos como enmarque y la degradación, conjugan contrastadas matizaciones de luces, sombras y claroscuros. En acertada conjunción y con sobriedad científica, Marcio Veloz Maggiolo las
acompaña con textos de trazos precisos, fijando con rigurosidad expresiva las descripciones, los personajes y las fechas resaltantes vinculadas a cada inmueble, enlazando con maestría el dato histórico y el arquitectónico. Dos pasiones, la fotografía y la memoria, se aúnan en este libro singular para interpretar líneas dominantes de la formación del espacio urbano y rural en la época colonial y ofrecen una aproximación de la vida social en la parte este de la isla de Santo Domingo entre los siglos XVI y XVIII, ya que no sólo se fijan en los monumentos más relevantes de carácter militar, religioso y residencial de la
Ciudad Colonial de Santo Domingo, depositaria del más rico acervo del período, sino que extienden su interpelación al pasado a otras edificaciones y ruinas en la geografía nacional para animar a una visión global de su resonancia como elementos identitarios de la dominicanidad. “República Dominicana Monumental” nos convoca pues a ser observadores privilegiados de un tesoro admirable, dotado de una pluralidad llena de significados trascendentes, y nos hace partícipes de la dialéctica creativa de sus autores, nombres irrenunciables en el registro del arte y la cultura dominicana.
La Puerta de la Misericordia.
Claustro de las Mercedes.
Ruinas del Hospital San Nicolás de Bari.
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HOY
AREÍTO
Sábado 17 de noviembre de 2012
CÁPSULAS GENEALÓGICAS www.idg.org.do/Por Mario Jáquez y Blas Caba
Antiguas familias de Moca
Encuentros
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La Resistencia (1)
U
n caso interesante es el de Francisco Tejada, natural de Santiago, casado con Lucía Almonte, nacida en 1800, natural de Dajabón, vecina de San José de las Matas desde los 7 años de edad e hija legítima de Juan Almonte y Francisca Espinal. Ambos fueron dispensados en el tercer grado igual. Este Francisco Tejada tenía parientes en Dajabón, Santiago, Sabaneta, San José de las Matas, La Vega, Moca y San Francisco de Macorís. Otro caso es la pareja Melchor Ureña y Rosa Díaz, quienes bautizaron sus hijos en San José de las Matas por los años 1814-1827, algunos de los cuales casaron en Moca en la década de 1840, siendo igualmente dispensados por los lazos sanguíneos con sus cónyuges. En cuarto orden, cabe mencionar a Pedro Lajara, procedente de Azua, quien casó con Tomasa Gómez, siendo abuelo materno de Horacio Vásquez. En algunos documentos encontramos datos como "....son de calidad blancos, limpios de toda mala raza y cristianos viejos", sin duda en referencia a los isleños que fueron traídos a la isla para poblar ciudades como Dajabón, Hincha, Montecristi y Puerto Plata. Esos habitantes destinados a la frontera fueron alejándose de los disturbios en esa zona a finales del siglo XVIII y a principios de siglo XIX y se adentraron en comunidades del Cibao Central, entre ellas Moca. No obstante su desplazamiento, mantuvieron enlaces familiares por varias generaciones. Hay que referir que en la segunda mitad del siglo XIX se verificó un proceso inverso: el desplazamiento migratorio de mocanos en todas direcciones. Así, Valeriano Díaz, viudo de Irene Rodríguez e hijo de los mocanos Lorenzo Díaz y Teresa Ureña, casó en Guayubín con Altagracia Ventura, prima hermana de su antigua esposa. La mocana María Polo, hija de Ambrosio Polo y Candelaria Gutiérrez, casó en San Cristóbal con Ramón de la Cruz en 1889. La variedad de la procedencia de los habitantes de la Moca del siglo XIX no se circunscribió solamente a lugares de la geografía nacional, sino que encontramos también personas naturales de España, Francia, Italia, Haití y África. Un ejemplo de esto es el matrimonio el 25 octubre de 1826 de Pedro Santiago, hijo de Juan y Catalina Fran, naturales de la colonia, con Catalina Antonia, hija natural de María Antonia, “naturales de África”. Otro caso es el de Félix Butin (sic), natural de Italia, quien se unió en matrimonio por primera vez con Agustina Pérez, y ya viudo con Manuela de la Cruz, hija legítima de Ygnacio de la Cruz y Merchora Merced. Dejó descendencia con ambas esposas. Es de destacar que ambas partidas matrimoniales estaban redactadas en francés. La riqueza patronímica de la migración hacia Moca queda confirmada por el testimonio de José R. Morel Castro, mocano residente en Santiago hacia principios del siglo XX, quien recordaba que al salir de su pueblo natal en 1877, “las principales familias de esa época serían los Brache, Cabrera, Rojas, Lara, Vásquez, Pérez, Jiménez, Rodríguez, Cabral, Salcedo, Pichardo, Almonte, Badía, Jáquez, De la Maza, Guzmán, Tapia, Cueto, Michel, Estévez, Lapeyretta, Cáceres, Riva, Lajara, Alvarez, Cordova, Morín, Morillo, Ceara, Pacheco, Arnaud, Contin, Viñas, López, Aybar, Del Orbe, Bidó, Ramírez, Comprés, Lizardo”. Esa nómina de apellidos demuestra que Moca, como escribió el comisionado norteamericano David Dixon Porter en 1846, “atraía más de lo acostumbrado”.
Instituto Dominicano de Genealogía
MU-KIEN ADRIANA SANG
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Mira! Las palabras inocentes me han rejuvenecido al fin y como en otro tiempo las lágrimas brotan de mis ojos. Y recuerdo los días hace mucho pasados y la tierra nativa vuelve a alegrar de nuevo mi alma solitaria y la casa donde crecí un día con tus bendiciones, donde, alimentado con amor, muy pronto creció el niño. Ah, cuántas veces pensé que yo te reconfortaría Cuando a mí mismo me veía obrar a lo lejos sobre el vasto mundo. Mucho intenté y soñé, y me he llagado el pecho a fuerza de luchar, pero haréis que yo sane... Ernesto Sábato.
S
in lugar a dudas, uno de los grandes intelectuales de América Latina fue Ernesto Sábato. Un gran pensador que tuvo la suerte de haber tenido una larga y fructífera vida. Murió en el 2011 a la edad de 100 años. A pesar de haber estudiado física, descubrió que su verdadero mundo era la escritura. Escribió mucho, desde ensayos, novelas hasta artículos de crítica política. No le tuvo miedo a las consecuencias que le traerían sus palabras. Por esta razón no se amedrentó cuando le fue arrebatada su condición de catedrático en la Universidad Nacional de La Plata porque había escrito una serie de artículos críticos contra Perón. Sus obras literarias impactaron en Latinoamérica y el mundo. Las obras más conocidas son El túnel, publicada en 1948, y Sobre héroes y tumbas, que apareció en 1962. También se destaca Hombres y engranajes, de 1951; así como El escritor y sus fantasmas, publicado en 1963. Una de sus últimas obras es La resistencia, que salió a la luz en el año 2000. Por su posición vertical en contra de las veleidades de la sociedad de su tiempo, su compromiso político en defensa de la democracia, Ernesto Sábato es y será siempre la conciencia, que a través de las palabras, hacía llamados desesperados frente a una sociedad que sin amedrentarse calificó de sombría. Fue más que un hacedor de historias a través de sus novelas. Fue, es y será un ejemplo, un monumento humano y una autoridad ética, en este tiempo confuso, en el que prevalece el adormecimiento y la complacencia al poder y al status quo. El libro La Resistencia llegó a mis manos hace algunos años. Después de devorarlo, decidí darle la categoría exclusiva de libro de cabecera. Había encontrado una fuente de inspiración ante mi angustia existencial de no aceptar pasivamente la realidad. La obra consta de 5 cartas: LO PEQUEÑO Y LO GRANDE, LOS ANTIGUOS VALORES, ENTRE EL BIEN Y EL MAL, LOS VALORES DE LA COMUNIDAD y LA RESISTENCIA. Concluye con un epílogo al que tituló: LA DECISIÓN Y LA MUERTE. Desde la primera carta, Sábato expresa su
posición. Defiende la resistencia como arma contra las insensatas e injustas imposiciones sociales: El hombre se está acostumbrando a aceptar pasivamente una constante intrusión sensorial. Y esta actitud pasiva termina siendo una servidumbre mental, una verdadera esclavitud... (Primera Carta. Lo pequeño y lo grande) En la Segunda Carta, Sábato critica duramente el sello alienador de la modernidad capitalista. La vida moderna, marcada por horarios precisos y tangibles metas que cumplir, obliga a los hombres y mujeres de olvidarse de vivir. La prisa de las grandes ciudades, la multitud que deambula en soledad absoluta, con contactos cada vez más lejanos y superficiales, alienan inevitablemente la existencia. Se necesita descubrir lo pequeño, y, sobre todo, la reivindicación del amor, como motor esencial de la vida: El latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo, y a través de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas más fortificadas. O una enfermedad puede ser la apertura, o el desborde de un milagro cualquiera de la vida: una persona que nos ame a pesar de nuestra cerrazón O como una gota que golpeara incesantemente contra los altos muros. Y entonces la persona que estaba más sola y cerrada puede ser ella misma la más capacitada por haber sido quien soportó largo tiempo esa grave carencia. Motivo por el cual son muchas veces los que más orfandad han sufrido quienes más cuidado ponen en la persona amada. Amor que nunca se recibe como descontado, que siempre pertenece a la magnitud del milagro.... (Segunda Carta: Los antiguos valores) En la Tercera Carta, sobre el bien y el mal, Sábato, partiendo de su propia experiencia, afirma que solo tenemos esta vida para hacer lo que debemos hacer. Que los errores cometidos no pueden repararse, y que por lo tanto, en cada momento de nuestras existencias tenemos, necesariamente, que hacer una elección entre el bien y el mal: ...el mundo no sólo está afuera sino en lo más recóndito de nuestro corazón. Y tarde o temprano aquella alta montaña incorruptible concluye pareciéndonos un triste simulacro, una huida, porque el mundo del que somos responsables es éste de aquí: el único que nos hiere con el dolor y la desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la existencia, esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte. El único que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la mano que amamos.... Seguimos en la próxima entrega con este maravilloso libro que aviva el espíritu de la inconformidad y la rebeldía contra una sociedad que quiere una ciudadanía autómata y acrítica.
mu-kiensang@hotmail.com
JOSÉ MÁRMOL
Literatura
AREÍTO
Sábado 17 de noviembre de 2012
HOY
La escritura como un deleite reflexivo
D
esde la publicación de sus dos libros anteriores, a saber, Extra-sístoles (Y otros accidentes), en 2009, y Seducir los sentidos, apenas un año después, Jochy Herrera se nos ha revelado como un exquisito y profundo ensayista, capaz de articular, en una sola pieza y para gustos diversos, la mirada crítica de la ciencia médica sobre la maquinaria del cuerpo; la hendidura que permite entrever la luz en una escena inolvidable del mejor cine contemporáneo; la poderosa magia de la poesía sobre la cartografía de un corazón prestado; la seducción de un cuadro de Goya, Klimt o Egon Schiele; un suspiro de Cortázar, un amago filosófico de Savater, un sortilegio de blues, un dejo de bachata y un clamor de rock; el placer de pasear por ciudades y campiñas; una visión crítica acerca de la deshumanización de la medicina actual, entre otras tantas magias de la ciencia y el arte, y todo ello vertido y entregado al lector en una prosa que hace de la hondura del pensamiento un deleite de la emoción. Es, para qué postergar el dicho, el libre ejercicio de la escritura como fruición, como deleite singular del complejo acto de pensar y escribir. Teníamos, claro está, la sospecha de que el eminente cardiólogo y promotor cultural se encaminaba a esa consagración, desde la lectura de sus artículos en periódicos y revistas especializados y generales, ya fueran sobre el intrincado mundo de la medicina y su influjo sobre el individuo y la sociedad; o bien, sobre artes visuales, música, literatura, sociología, filosofía… Eso que solemos llamar, con cierta nostalgia, ámbito de las humanidades. Esos artículos constituyen, en cierto modo, la base sobre la cual se edifican los volúmenes ensayísticos con los que Herrera ha venido a refrescar, entre los lectores de lengua española, un oficio crítico que había perdido su halo pasional y estético, para derivar en un acartonado ejercicio de piruetismo conceptual a secas, carente de imaginación, agudeza, belleza expresiva y aliento o enseñanza para el lector. Para suerte nuestra, Jochy Herrera no conoce la fatiga, y ahora nos entrega un nuevo libro, Cuerpo (Accidente y geografía), publicado este año 2012 por la Editorial Santuario. Una nueva aventura del pensamiento y la palabra, que hace del cuerpo humano el centro de la gravitación existencial en nuestro tiempo. Aunque el mismo autor indica que no pretende una lectura enciclopédica del cuerpo humano, el lector advertirá, sin embargo, que de eso se trata. Una andadura que conjuga los atrevimientos de la visión artística o estética del cuerpo y la vida del ser humano con los graves desafíos e históricas mutaciones cualitativas de la visión filosófica y científico-natural, que sobre el cuerpo, el saber ha ido tejiendo en una metafórica madeja de complejidades, aciertos y desaciertos. El hombre desnudo como, en la acepción de Alfonso Reyes, “hierofante del misterio”. Y de ahí la imagen estética junto al concepto científico como lecturas sobre el cuerpo que se entrecruzan. La travesía, pues, del cuerpo, desde el goce del deseo hasta el sufrimiento de la tortura, desde su estado embrionario hasta su sepultura o pulverización. El cuerpo, en fin, como espacio de materialización de relaciones de saber y de poder. En Jochy Herrera se abrazan la pasión clínica heredada de Galeno e Hipócrates, la pasión reflexiva y estética proveniente de da Vinci y la penetración cognitiva y crítica sobre el cuerpo de la historia. Esto sólo podría darlo el sentido de la sospecha heredados de Nietzsche y de Foucault. Esas bases de su pensamiento le permiten acercarse al objeto analizado con una vastísima sabiduría científica y arqueológica, en términos epistémicos, y, al mismo tiempo, una excepcional sensibilidad artística. De ahí que pueda moverse, con singular destreza, desde el pensamiento clásico antiguo de las ciencias y las artes hasta la más reciente expresión estética. No para mientes el cardiólogo y escritor Jochy Herrera en cuestionar la mercantilización del ejercicio profesional o seudoprofesional de la medicina de hoy día. Saca cuentas claras de la degeneración de las cirugías plásticas en cuerpos femeninos (y cada vez más en mas-
culinos) y de la forma en que la propaganda seudomédica estimula el consumo de viagra más en jóvenes que en adultos con probable disfunción eréctil, ya sea por involución celular o por causa del estrés y la presión económico-social. Concluye, con característico escepticismo posmoderno, que la ética de la estética corporal, basada en el bisturí, esconde una espejística cuestión mercurial o de bolsillo, tanto por parte del facultativo como del paciente o cliente. El miedo en la sociedad contemporánea es considerado por Herrera, quien vio en el corazón el “pobre órgano del susto”, como uno de tantos accidentes a que se somete el cuerpo. Uno de los más terribles temores que acosa a la mujer actual, por ejemplo, es el flagelo de la violencia intrafamiliar que, en demasiadas ocasiones, termina en feminicidio. Se interna en Vivas en su jardín, de Dedé Mirabal, y en el vil asesinato de sus hermanas. Además, y reforzando la perspectiva de los accidentes sobre el cuerpo, Jochy Herrera analiza y cuestiona, de una forma que raya en la soberbia de la razón, la pedofilia de la curia católica y el abuso y explotación de los inmigrantes indocumentados en países desarrollados, una problemática sociopolítica y económica fundamental del tercer milenio. Estas aristas reflexivas son prueba de que nuestro autor está dotado de una vastísima sensibilidad y de un interés inagotable en presentarnos el cuerpo como testimonio, fósil o actual, de la vida, la cultura y la sociedad en general. Por ello valida Herrera la tesis de Michel Leiris que ve en el cuerpo un “misterioso teatro”, donde quedan representadas las visiones del cuerpo mismo como máquina compleja que encarcela el espíritu o el alma, lenguaje de lenguajes y morada del deseo, espacio fetichista del consumo, o bien, superficie de inscripción de la culpa, el castigo y la tortura. En la tercera y última parte del libro, titulada Geografía(s), el autor se remite a la metáfora de la piel como lenguaje del ser humano. Un lenguaje cargado de simbolo-
Jochy Herrera
gía, cultura, historia, explotación socioeconómica, prejuicios, huellas, sensualidad y dolor o castigo. La piel va mucho más allá de su evidente función de embutir la carne y los huesos. Es, también, superficie en la que se escriben relaciones de poder y saber, de libertad y escarnio, de grito y silencio. Jochy Herrera rescata el hallazgo de Leonardo da Vinci con su dibujo que llamó El hombre de Vitruvio, para establecer, desde una perspectiva arquitectónica antigua, el vínculo entre el cuerpo humano y el mundo exterior, el entorno, la naturaleza. Las palabras de este excepcional ensayista, cronista agudo del sujeto y el tiempo de la posmodernidad líquida y consumista, como la llama Z. Bauman, dueño de una grácil e incisiva prosa, con hondura de pensamiento y fácil, aunque sopesada erudición, se van descalzando sobre las ciencias y el arte, sobre el sujeto y la sociedad, para terminar el viaje de la lectura, el recorrido por el cuerpo allí, donde justamente todo comienza, aunque parezca, a simple vista, finalizar: el poema Itaca de Constantino Cavafis, a mi ver, la definición estética mejor lograda de la relación íntima entre palabra, pensamiento, imaginación y vida.
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AREÍTO
Sábado 17 de noviembre de 2012
De Señal a Señal
HOY
DELIA BLANCO
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Luz y ritmo en el Caribe L
a sala de exposiciones de la Embajada de Francia nos presenta una exposición que convoca a los artistas dominicanos para expresarse a través de un proyecto innovador y multidisciplinario, en el que la luz y el ritmo son los ingredientes. En una primera etapa se trata de reflexionar sobre la luz y el ritmo que identifican el Caribe en toda su geografía insular. Esto es, sin dudas, una excelente opción para crear un diálogo estético entre la diversidad multidisciplinaria de los soportes y medios de expresión artísticos. En la exhibición participan pintores como Wali Vidal, que con una obra escenifica la visión más inmediata del Caribe musical y danzante, en un ambiente de combo enloquecido, en el que la composición de la imagen despierta el ritmo por los colores encendidos de los trajes de las bailarinas del frente de tarima que imponen sus movimientos en sus cuerpos envueltos en el color amarillo azafrán y que marcan una secuencia visual donde el gesto de las piernas y brazos de las mujeres animan la tela. Fausto Ruiz, fotógrafo, se caracteriza por la sugestión de la imagen siempre discreta y anónima con unos efectos de sombras que nos invitan a adivinar el sitio y el lugar donde la imagen fue tomada. Ortiz es un maestro en la poética de la imagen en blanco y negro, evitando que el color se imponga e impida romper un mensaje que siempre es confidencial. Si el color se mantiene, es justamente para servir el mensaje. En su obra “Sombras del silencio” nos presenta una pared ocre y blanca, que recibe la proyección de la sombra del cuerpo de una mujer bailando en la esquina de una acera; la mujer no la vemos, pero sí la adivinamos, en esa pared que recibe su esbozo en sombras como si el muro fuera una pantalla, la fotografía es la sombra resultado de la luz, cuando intenta enfocar el objeto. Es obvio que aquí tenemos más que una fotografía, un concepto visual donde luz y sombra van de la mano en una propuesta dialéctica de la imagen que también sirve en dualidad la convivencia de elementos contrarios, opuestos, pero al servicio de una totalidad que propone una idea, una visión, en este caso no hay sombra sin luz... La poeta Ángela Hernández participa con una reflexión que referimos porque acompaña las obras mencionadas. “Esa luz lame nuestra sangre y filtra nuestra memoria. Esa luz es follaje terrestre y espejo marino. Esa luz ha formado nuestra piel espiritual y se ha colado a nuestras emociones”… Con la obra de Amaury Suárez “Un nuevo amanecer” entramos en una sensación que se conjuga se inmediato con el cielo y la tierra. La tierra y el agua; el aire y el sol. Aquí, el blanco y negro sirven una geometría de perspectiva horizontal con un sol levante que se ofrece al hombre como ánimo espiritual por la vida. Todos los surcos del arrozal inundados ofrecen espacios plomizos que reflejan toda la fuerza del trabajo del peón agrícola arrocero, en un amanecer de vida donde el hombre está en el centro cargando el resultado de su trabajo en una trayectoria hacia el infinito que puede tener por lectura un trabajo opresor que nunca se termina, un trabajo que es la única posibilidad de vida. Obteniendo un gran equilibrio en la composición donde todos los matices del blanco y el negro conviven para evocar la llegada de la luz del sol en un espacio invadido por las aguas de la condición humana dentro de su realidad social. El artista Amaury Suárez expresa con precisión que el Caribe es contraste dual que se manifiesta en luz y sombra… La luz y la sombra para un artista visual es el ingrediente existencial que nutre sus obras
en cuanto a los matices y contrastes de la composición. Nuestro planeta Tierra recibe el mismo sol, la misma luna, en toda su geografía planetaria; sin embargo, en cada espacio terrestre las luces y las sombras tienen lenguajes visuales diferentes y se manifiestan en un gran abanico de horarios opuestos, que cuando en un lugar se acuesta el sol en otro se levanta, y estos fenómenos contribuyen a una mística que se manifiesta en las obras de arte. Los impresionistas franceses fueron a buscar la luz del mediterráneo, lo que significó grandes revoluciones en el color y la composición que podemos analizar en las obras de Cézanne y Van Gogh. La luz influye en el tratamiento y evidencia del color hasta convertirse en una obsesión de investigación que el maestro Cézanne trató con la variedad de composición cromática de la montagne Sainte Victoire. Así como hablamos de la luz del mediterráneo, el Caribe tiene su propia luz, y los maestros han conducido sus obras tomando en cuenta todas las posibilidades de matices cromáticas a través del sol caribeño. El maestro Plutarco Andújar supo manejar una luz anunciadora de vida en una perfecta armonía de tonos blancos y apenas verdosos para proyectar en la tela la dulzura del amanecer sobre las aguas de un mar Caribe en descanso. Es una luz de paz que arranca el día. El maestro Yoryi Morel toma una dimensión secreta en los atardeceres en las parejas que bailan merengue bajo un bombillo que apenas permite divisar a los bailarines. Esta relación del día y de la noche se enriquece en el Caribe por la potencialidad de vida que se complementa y se matiza entre revelación y clandestinidad, ruido y silencio. La exposición “Luz y ritmo en el Caribe”, concebida bajo una reflexión de la Alianza Francesa de Santo Domingo, compartida con los artistas dominicanos Manuel Llibre, Amaury Suárez y Fausto Ortiz, nació en noviembre del 2011 en Santiago de los Caballeros durante una misión de la Delegación General de la Alianza Francesa de París. Hoy
día, se concretiza con una dinámica integradora con artistas como el maestro Rafael Mirabal, músico joven y valeroso, que creó y escribió una música inédita, que tituló “Rirmontir”, con percusiones que evocan los sonidos del viento y del mar. Maricarmen Rodríguez se destacó con una danza performance “Dembow inagotable”. Ángel Urrely confirma su sentido crítico y del humor con un Mapa de la locura urbana, en el que este excelente artista plástico maneja el dibujo y el espacio con una factura muy propia que evidencia una gran poética visual en la percepción del espacio. Raúl Morilla instala un proyecto que escenifica y dramatiza el espacio urbano a través del lenguaje femenino en una semántica de desnudez y geometrías como sugerencia de ruptura de los mitos y tabúes. Joan Padilla con su video “Frontera” y Manuel Llibre con la fotografía presentan “Memorias del Sol”, logrando romper todos los estereotipos del Caribe en unas propuestas visuales que lo integran al mundo. La exposición será itinerante durante un año por el Caribe, y se presentará en la isla Guadalupe, enriqueciéndose de artistas guadalupanos; llevando las mismas perspectivas con Haití y otros lugares, anchando así una visión compartida desde su idea inicial. Están invitados a visitarla en la Sala de Exposiciones de la Embajada de Francia en Santo Domingo, de la calle Las Damas, en el corazón de la Ciudad Colonial, durante el mes de noviembre en curso. Esta visita representa una oportunidad para reflexionar y compartir la estética del Caribe.