Revista 12 by Editorial Creavida

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Editorial Mujeres. Portadoras del misterio de un femenino a descubrir, a rescatar, a vivir, a traer al mundo. Los hombres tienen el suyo. Nosotras somos llamadas a asumirlo, a tomar una responsabilidad que significa preguntarnos: «¿Qué es ser mujer?», «¿a qué soy llamada?». El compromiso de un deseo profundo que vive dentro de nosotras. ¿Cómo es la psicología femenina? Si fuimos criadas dentro de lógicas patriarcales, las de la educación, las de la cultura, las de la ciencia..., ¿lo sabemos?, ¿es eso que dicen? Cuando gestamos, todo parece ponerse al revés. Nuestras almas parecen tener otra visión de la historia, de la nuestra y de la del mundo, que implica el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro. Quizás no sea más que un aroma, una intuición, una pequeña brizna que recuerda otro orden. ¿Vamos por allí? ¿O son tantos los miedos que nos quedamos atrapadas en la sumisión? Ecografías, controles, prevenciones a todos los males posibles. ¿En qué condiciones crecemos? ¿Dónde comienza la violencia? Ritmos impuestos, presión de la vida en comunidad, necesidad de adaptarse a un mundo cada vez más vertiginoso que remarca el individualismo, donde el tiempo se convierte en un tesoro que escasea, enseñándonos a correr tras él. ¿Qué pasa en esas condiciones con el desarrollo de nuestra vida afectiva, con los lazos entre nosotros, con nuestra sensibilidad, con nuestros sentimientos y con todo lo que en nosotros responde a ritmos más orgánicos y, por lo tanto, lentos? Cuando hablamos de ser mujeres, estas cuestiones se vuelven esenciales, nos rodean cada día. Cuando tenemos a una pequeña criatura entre los brazos, estos cuestionamientos se vuelven ineludibles. Michel Odent dijo, en un encuentro reciente, que vivimos en una sociedad en la cual a las mujeres les resulta cada vez más complicado segregar hormonas. Resulta fácil pensar que «ahora todo esto es distinto». ¿Dicen eso nuestros sentimientos, nuestras angustias? Una psicoanalista francesa, Jacqueline Schaeffer, desarrolla una solución pulsional que llama «el femenino» y que define como una superación de lo que Freud precisaba como «el enigma de la sexualidad», a saber: el rechazo al femenino. Del fondo de la historia, lo que tiene verdad y vida resurge gracias a las manos de muchos que rasguñan las piedras para ir a su encuentro y de la fuerza propia de lo que no puede reducirse ni torcerse sin consecuencias. Para aquellos que «buscan», hay tantas maneras de ir en su búsqueda que no vale la pena quedarse mirando el dedo que señala la Luna. Una corriente profunda nos llama y nos lleva; seguramente, cada una escucha su música de distinta manera. Hay que tener coraje y perseverancia, ¡ya verás! A lo largo de la historia, el parto fue siempre un camino de iniciación en nuestra vida de mujeres, tal como lo son los misterios de la sangre. De la mano de una nueva vivencia de la maternidad, muchas mujeres están encontrando un sendero largamente tapado que, a la vez, va más allá de la maternidad hacia la mujer en ellas. También muchos hombres lo están sintiendo en su paternidad. Dice Clarissa Pinkola Estés: «Nosotras, las mujeres, estamos construyendo una madre patria; cada una con su parcela de terreno arrancada de los sueños nocturnos o de un día de trabajo. Y extendemos, poco a poco, esa parcela a círculos cada vez más amplios. Algún día será una tierra ininterrumpida, una tierra resucitada procedente del país de los muertos. El Mundo de la Madre, el mundo materno psíquico, coexistirá con todos los demás mundos en condiciones de igualdad.Y lo estamos creando con nuestras vidas, nuestros gritos, nuestras risas y nuestros huesos. Es un mundo que merece la pena crear y en el que merece la pena vivir, un mundo en el que predomina una honrada y salvaje sensatez». Matria trae la idea de madre, de mujer-madre, de una mirada que cambia la perspectiva, que ve desde otro lado. Una mirada que incluye y da lugar, que se une con la naturaleza y con las fuerzas invisibles que en ella habitan, que llama a lo que quiere vivir, a la necesidad de proponer un nuevo orden, a abrir para ir más allá, hacia un mundo posible, grato, nutricio, a la ternura, a recibir. Un orden que a Michel Odent le gustaría llamar oxitocínico, donde sea fácil desarrollar la capacidad de amar. ¿Lo deseas? ¿Te comprometerías con ese deseo? ¡Bienvenidos a la Matria!

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Año 4 / Número 12 / Diciembre 2007 La reproducción de este material por cualquier medio es posible con la autorización de Editorial Creavida. Los artículos publicados son seleccionados por esta editorial.

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SECCIONES

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homenaje

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Ciencias del Inicio de la Vida

SUMARIO

Eventos Grupo de Estudio e Investigación sobre el Nacimiento y el Recién Nacido

El trabajo es un obstáculo para la maternidad, no al contrario

Entre Nos

Historia de la vagina

¿Por qué hablar de «Humanización del Nacimiento»?

Mujer deseada, mujer deseante

La Abuela Margarita

La depresión posparto no es obligatoria

12 de Octubre

Reportaje: Nurit Peled-Elhanan

Mensaje urgente a las mujeres del mundo

Sociedad, Ciencia y Creatividad

Mi mamá es un canguro

Recuperando la tradición del apoyo femenino en la maternidad

Una violencia necesaria

Maternidad y paternidad en el mundo que nos rodea

Madre roja

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Corazón y Ciencia de la Partería Dentro del marco del ciclo de conferencias internacionales realizadas por Midwifery Today, se llevó a cabo del 12 al 16 de septiembre en Oslo, Noruega, el seminario «Corazón y Ciencia de la Partería» (The Heart and Science of Midwifery). Las parteras noruegas tienen mucho para enseñar. Existen programas asombrosos desarrollándose en su país, que podrían ser implementados en otros lugares del mundo. Ina May Gaskin, Michel Odent, Marsden Wagner, Elizabeth Davis, Lisa Goldstein, Jan Tritten y Robbie Davis-Floyd fueron los conferencistas invitados. El evento contó, también, con la presencia de varias parteras saami —parteras tradicionales del lejano Norte—. Éstos fueron algunos de los temas del programa: «Trabajo de parto prolongado», «Visiones y sueños de la Partería», «Técnicas de masaje y rebozo». Para más información: admin@midwiferytoday.com

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Coloquio sobre

Feminismo y Nacimiento Cada tres años, la Sociedad Francesa sobre la Historia del Nacimiento realiza en París un coloquio sobre temáticas relacionadas con su objeto. Esta vez, el tema es «Feminismo y Nacimiento», y la intención es estudiar, tanto en el pasado como en el presente, el lugar de la mujer y las reivindicaciones feministas en la evolución de los partos, ya que estos movimientos han conocido, históricamente, distintas fases en su desarrollo.

A finales del siglo XIX, las militantes feministas reclamaron para las mujeres los derechos que ya gozaban los hombres: el derecho al voto y a la educación, y derechos específicos, como la licencia por maternidad y primas por amamantamiento. A partir de los años cincuenta y sesenta, bajo la inspiración de un libro de culto de Simone de Beauvoir, El segundo sexo, se desarrolló un poderoso movimiento feminista «igualitarista», que reivindicaba en sus luchas la libertad de la contracepción y del aborto, es decir, el derecho a no tener hijos; la maternidad fue considerada una traba, una esclavitud. Fue recién en los últimos tiempos, a partir de los setenta, con la corriente «diferencialista» del feminismo, que la experiencia del embarazo y de la crianza se revaluó positivamente, como una fuente de gozo y de poder para las mujeres. El nacimiento no ha estado jamás en el corazón de los estudios y de los movimientos feministas. Este coloquio propone interrogarse sobre las razones de esta evitación e investigar este tema impensable en la historia del feminismo.

[...] ¿De dónde surge la necesidad de perturbar ese proceso fisiológico y la invención de nuevas excusas para separar a la mamá del bebé y para inmiscuirse en el parto? Somos algo decisivo en la evolución de la humanidad... Debemos inventar nuevas estrategias de supervivencia, para lo cual contamos con las energías del amor. Hoy podemos considerar a la cientificación del amor como un aspecto esencial de la revolución científica que nos lleve hacia lo que en este seminario hemos dado en llamar «el surgimiento de una nueva conciencia».

MICHEL ODENT «Hacia una nueva conciencia del parto y del nacimiento humano». Fundación Creavida Buenos Aires, octubre de 2006

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Seminario Internacional

Ciencias del Inicio de la Vida La Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Chile, organizó en julio pasado este seminario en el marco de la celebración de los cuarenta años de la carrera de Obstetricia y Puericultura.

Los objetivos propuestos por las organizadoras fueron: sensibilizar a los profesionales en el tema; crear interdisciplina; mostrar que la universidad no sólo está preocupada por los avances científicos y tecnológicos, sino también por las necesidades humanas como un servicio a la vida; intercambiar aprendizajes respetando los ritmos de cada uno en calidad de matronas, entendiendo a los que llegan, fortaleciendo a los que quedan cuando una vida se va, acompañando a los que están. «Nos comprometemos con la vida y el amor», fueron las palabras del cierre.

El Dr. David Chamberlain abordó —como les contamos en el número anterior— las nuevas realidades de la vida en el vientre materno, los avances sobre el conocimiento de los acontecimientos de la vida intrauterina y la importancia de la paternidad en el útero. Nos recordó que son los padres y no los profesionales de la salud quienes constituyen el cerebro del bebé. Explicó los conceptos de aprendizajes desconocidos y de memorias tempranas, y redefinió la conciencia del feto. Habló del punto de inflexión que significa el nacimiento para los padres y los bebés, y cuáles han sido los defectos de la psicología y la medicina. Fue fascinante, como siempre, escuchar hablar de los talentos del recién nacido, pero angustiante enterarnos sobre las consecuencias del dolor en el bebé y los riesgos psicológicos asociados al nacimiento moderno a través de los ejemplos que nos ofreció de traumas del nacimiento. En el último módulo, nos relató cuánto sorprende a madres y padres la psicología del embarazo. También abordó los siguientes temas: fertilidad, infertilidad, abortos espontáneos, bebés no deseados, y las dimensiones desconocidas y a largo plazo de la adopción. Ayudó a los profesionales a pensar cómo afrontar las patologías asociadas al nacimiento y a la muerte perinatal y, más profundamente aun,

· Dr. David Chamberlain

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al origen doméstico de la violencia en la sociedad. Sobre el final, desde una visión más amplia después de todo el recorrido realizado, invitó a pensar sobre el dar a luz en familia, en la sociedad pasada, presente y futura. Para la construcción de ese futuro, es imprescindible el replanteo de la asistencia del embarazo y del parto, los cambios de paradigmas frente a los problemas humanos asociados a las etapas tempranas de la vida y el estudio del uso de nuevas terapias para ir hacia una concepción consciente que permita repensar el vínculo prenatal y los retos de la nueva ciencia del nacimiento en la actualidad. «La importancia de la salud mental perinatal en un país que fortalece su desarrollo» fue el tema propuesto por la Dra. Mónica Kimelman, de Santiago. Habló de su experiencia profesional, que le hizo concebir la Salud Mental Perinatal y, en segundo lugar, de la evolución de las prácticas de la asistencia perinatal. «En nuestra tarea, no podemos dejar afuera el trabajar con nosotros mismos como herramientas terapéuticas», dijo, ya que muchas de las historias que escucha remiten a problemas en el vínculo temprano. Sostuvo que, ancestralmente, hemos intuido que la vida psíquica de la madre y del bebé se relacionan. Todos los eventos en la gestación, el parto y el puerperio impactan en los bebés. A través de los aportes de la neurociencia, hoy está confirmado científicamente que:

seguro incluyen que los padres sean sensibles, contenedores, cálidos y mentalizados, lo cual sucede en la interacción. El apego materno durante el embarazo, con sus propias figuras, también es predictor. Tenemos la capacidad de intervenir interiorizándonos acerca de estos temas. Existe así una transmisión intergeneracional del tipo de apego. Una madre puede percibir señales e interpretarlas para dar una respuesta. Si la interacción es armónica, el apego es seguro, pero, si es disarmónica, el apego es inseguro. Debemos cuidar la disponibilidad física y emocional de la madre, y evitar interferencias por parte de la institución; debemos considerar, por ejemplo, la penetrabilidad de las palabras. Los indicadores de desarrollo son: la disminución de la mortalidad, la morbilidad y la violencia; la mejora de la calidad de vida y la ampliación de la conciencia. La medicalización del proceso reproductivo y del nacimiento ha impactado en la disminución de la morbimortalidad, pero no así en la disminución de la violencia, en mejorar la calidad de vida en la sociedad, en la inequidad o en la ampliación de la conciencia. Existe una relación entre el funcionamiento de las instituciones y el de las familias. El gesto técnico es imprescindible para salvar vidas, pero viene de la mano de un gesto interpersonal. La perinatalidad es el espacio-tiempo privilegiado para modular procesos de vinculación que orienten a la formación de apegos seguros. ¿A quién corresponde favorecerlos? A todos. Las características iniciales de la atención perinatal fueron:

· el afecto modula el desarrollo cerebral. · la activación ambiental de los genes es imprescindible para que se expresen, sobre todo en relación con las conductas adaptativas y con la vinculación a través del apego. · somos nosotros quienes damos la posibilidad de esta activación, que permite el apego como sistema de salud. · el estrés es neurotóxico, mediado por hormonas que dañan, como el cortisol. · la memoria es corporal, de modo que toda experiencia deja una huella molecular.

· la concepción biomédica exclusiva, que impidió incorporar variables psicosociales. · la sobrevaloración de la urgencia médica. · el aislamiento de la díada, que impidió la visita del padre. · la violencia institucional a través de lo no dicho o de lo expresado mediante palabras hirientes. · la actitud de hostilidad hacia las madres solteras, añosas, con patologías, prostitutas, drogadictas o adolescentes, que aumenta sus carencias afectivas. Si, en cambio, pudiéramos maternar a las madres, ellas podrían maternar a sus bebés. · la fragmentación de la atención en aras de la

En los años setenta, siguiendo la teoría de los sistemas, se observó que el mejor predictor del desarrollo saludable lo da el tipo de apego a los doce meses de vida. Las condiciones para un apego

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· la acogida personalizada de los padres. · la validación del padre en su identidad parental (al respecto, un padre que vivenció el apego en el parto comentó sobre su padre maltratador: «Hoy entiendo cosas que mi padre no entendió por no haber vivido esta experiencia», y «Valoro más a mi esposa, a mi hijo, a mi madre y a la propia vida»; de este modo, demostró el alto impacto del momento que había vivido). · el taller-video «Conociendo a su bebé», con coordinación de las matronas, en el que se explican las competencias sensoriales y cognitivas. · la evaluación relacional en el puerperio, acerca de: - el grado de aceptación del recién nacido. - la ocurrencia, la calidad y la armonía de las interacciones. - el grado de facilidad para ocuparse del recién nacido. - la reacción frente al llanto. - la tonalidad afectiva.

eficacia (un agente de salud atiende la gestación; otro, el preparto; otro más, el parto; otro diferente, el puerperio; etcétera), así como la integración de los conocimientos provenientes de las ciencias de la conducta. Al respecto, resulta iatrogénico y negligente no integrar los conocimientos existentes. Mi experiencia de introducir la Salud Mental Perinatal a fines de 1989 generó resistencia por esa cuestión de la estabilidad de los sistemas. Los cambios nos cuestan a todos, y llegó a haber reacciones paranoides por parte de colegas ante la presencia de psiquiatras. Pero luego, sobrevino una etapa de indiferencia porque se acostumbraron a verme en la Maternidad, y pude trabajar, de modo que desperté curiosidad en algunos que preguntaron: «¿Los bebés tienen mente?». La clave para vencer las prácticas tan biomédicas, violentas y excluyentes de lo psicosocial fue el mensaje basado en la neurociencia: el apego es una urgencia biológica que, además, con calidad, es una urgencia existencial. La interacción de la madre y el bebé es mutua y produce cambios sinápticos en las neuronas en espejo, que conectan, permiten la empatía, la reciprocidad y ver la intencionalidad. Es la co-ontogénesis del yo-otro.

El bebé no sale de alta en caso de que haya dificultades relacionales que no se puedan trabajar en el ambulatorio. Estamos viviendo un proceso que va de un modelo biomédico hacia un modelo de interfase, en el cual la urgencia médica se traslada a la urgencia relacional, y la violencia institucional muda a la conformación de una red de apoyo institucional. Lo más duro es la violencia institucional, pero se está transitando hacia la autopercepción. Falta avanzar a un modelo más holístico, en espiritualidad y ampliación de la conciencia, para hacer desaparecer todas las acciones de violencia, iatrogenia y negligencia.

Los objetivos del programa son: · transferir estos principios básicos al equipo. · evaluar la eficacia de esta transferencia. · efectuar intervenciones psiquiátricas y psicosociales. Los principios básicos de la prevención son: · la personalización del bebé (el bebé no es un tubo digestivo; ponerle un nombre, dirigirse a él por su nombre, etcétera). · la personalización de la madre (llamarla por su nombre, valorizarla). · el fomento de los vínculos seguros (esto es posible si consideramos personas al bebé y a su madre). · la detección de díadas de alto riesgo relacional. Las actividades que se han ido integrando son:

ADRIANA MARCUS Médica generalista amarcus@infovia.com.ar Centro de Salud «Barrio 582 Viviendas», Avenida 12 de Julio 350, Zapala, Neuquén, Argentina

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GRENN Grupo de Estudio e Investigación sobre el Nacimiento y el Recién Nacido

El GRENN es un grupo de estudio e investigación sobre el nacimiento y el recién nacido que se reúne mensualmente desde hace 33 años con invitados y profesionales que exponen, reflexionan y debaten alrededor de diferentes temáticas. En el mes de noviembre, por ejemplo, el tema fue «el tiempo» en el área de la perinatalidad, ya que se trata de una noción omnipresente en la clínica del embarazo, el parto o el nacimiento. Se preguntaron cómo armonizar el tiempo de los profesionales con la temporalidad vivida de los pacientes tomando, sobre todo, la noción de «urgencia». Actualmente, el GRENN está presidido por el Dr. Albert Goldberg, obstetra dedicado a la Haptonomía. El Dr. Bernard This ha sido presidente también. El Dr. Michel Odent presentó la primera versión en francés de La cientificación del amor en una reunión de esta asociación a fines de 1999. El Dr. Jean-Marie Delassus, psiquiatra honorario de numerosos hospitales de París y ex jefe del servicio de Maternología fue invitado al encuentro de GRENN del mes de octubre. En su charla «Acercamiento a la dimensión humana en la vida prey postnatal», habló sobre la concepción del «nacimiento psíquico», un interesantísimo trabajo que permite una mejor comprensión del devenir humano. Esta investigación puso en evidencia ciertos datos necesarios para el conocimiento de nuestro origen, útiles para las prácticas médicas y psicológicas en perinatalidad. La mayor parte de nuestro cerebro es una red difusa de neuronas libres que se reagrupan bajo la denominación general de áreas asociativas. A partir de allí, en el marco de las teorías de autoorganización y en razón de las nuevas determinaciones que

resultan de la vivencia prenatal, nacer no es un simple llegar al mundo para el hombre, sino encontrarse descuartizado entre sus disposiciones innatas y adquiridas. La discordancia producida anula una parte de nuestras competencias natales: lo que conceptualizamos en términos de premaduración. Entonces, el ser humano es una especie de maduración precoz. Nacer, como ser humano, necesita una integración, un nacimiento psíquico. El recién nacido humano debería ser recibido desde esta perspectiva. El Dr. Delassus ha escrito los siguientes libros: Le génie du fœtus, París, Dunod Les logiciels de l’âme, Encre marine, 2005 Pychanalyse de la naissance, París, Dunod, 2005 Le sens de la maternité, 3ème éd, París, Dunod, 2007

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El trabajo es un obstáculo para la maternidad, no al contrario «Las “madres insumisas” confían en el saber de sus cuerpos para parir y criar, se enfrentan al sistema sanitario y asumen prioridades», proclama Isabel Aler. Para quienes la escuchamos en Jaca, Isabel Aler es una mujer que habla de frente y nos conmueve. Profesora titular de Sociología de la Universidad de Sevilla, es consultada y respetada en los ámbitos académicos españoles. En una conferencia dictada el año pasado en Barcelona, explicó qué es el movimiento de «madres insumisas». Lo definió como un grupo «minoritario pero altamente motivado». Se trata de un movimiento de mujeres que confían en la sabiduría de sus cuerpos para concebir, gestar, parir y criar a sus hijos. Se enfrentan a los dictámenes del sistema sanitario, se preguntan «cómo debe ser una madre adecuada» y se organizan para compartir su experiencia con otras madres. Ante un mercado de trabajo que considera a la maternidad como «un obstáculo», estas mujeres sostienen que lo que en realidad es un obstáculo para una maternidad consciente es el propio mercado de trabajo y asumen «prioridades vitales». También explicó que, en España, la maternidad es «un hecho social crítico», ya que en los últimos treinta años se produjo una drástica disminución de las tasas de maternidad, que alcanza un 50%, y un fuerte aumento del intervencionismo tecnológico en los procesos de concepción, gestación, parto y crianza de los niños.

En ese contexto, manifestó: «Muchas mujeres se han rebelado frente al modelo patriarcal de “madre resignada, sumisa, desautorizada y cargada de trabajo...”». A su juicio, el feminismo actual, cuya lucha tanto ha contribuido a asentar los pilares de una maternidad elegida y no impuesta, está ahora «un poco parado» ante el hallazgo de que ser madre no sólo no supone un lastre, sino que es una vía fundamental para la liberación de las mujeres y un motor de cambio social. Del miedo al deseo Expuso una serie de «co-razones» —una palabra acuñada por ella misma con la que designa motivos tanto racionales como emocionales— para hacer el viaje «de la maternidad patriarcal a la maternidad alternativa». Algunas mujeres han pasado «del miedo al deseo de ser madres» y han asumido el protagonismo en el proceso que va de la concepción a la crianza, donde exigen ser «respetadas y no negadas». Están pasando «de la desconfianza a la confianza en la sabiduría corporal» frente a una sanidad tecnologizada que contempla al embarazo y al parto como si fueran ajenos al cuerpo femenino. Por otra parte, también transitan del «entreguismo» al «enfrentamiento selectivo» con el sistema sanitario, que a veces actúa «en alianza con los intereses del mercado», tal como sucede con la lactancia materna, por ejemplo.

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Estado la ampliación del permiso por maternidad y la implantación de un salario básico para las madres que se dedican a la crianza, que es un trabajo ímprobo. Hoy por hoy, el mejor modelo es el sueco: frente a las dieciséis semanas de licencia que tienen las españolas, las suecas disfrutan de un año de permiso retribuido, con opción a otro año más sin salario, pero con reserva del puesto de trabajo.

Por otro lado, las «insumisas» están creando «espacios sociales calificados», como los «grupos de ayuda madre a madre», que se movilizan social y políticamente para recuperar el parto y las formas de crianza natural. Aler rechaza el hecho de considerar a la maternidad como «un obstáculo para la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo», ya que obvia que «la maternidad es la matriz de las relaciones sociales». «El mercado de trabajo, tal como está concebido —androcéntrico y precario— es un obstáculo para la labor más importante, que es la reproducción de la vida». Así, muchas mujeres trabajadoras deciden prolongar su baja maternal y «hacer malabarismos para dar prioridad a su momento de crianza, con muchas renuncias». Esto no significa que no continúen reclamándole al

Charla con Isabel Aler

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Entre Nos Sobre la libido

La libido es, en potencia, igual en el hombre y en la mujer, pero se manifiesta de distinta forma: el llamado al otro, el estilo, el sentido de la responsabilidad, la capacidad creadora son el fruto de un lazo imaginario o real entre dos seres donde uno anima al otro, lo hace activo y después fecundo, en sentido propio o figurado. No estamos nunca solos, aunque creemos estarlo. Cuando se estudia la vida inconsciente de los seres humanos, se descubre que sus obras testimonian siempre vínculos reales con otros seres que tienen para aquéllos carácter determinante. Todo hombre es hijo de dos genitores. Toda obra nace de un inconsciente humano, fecundado por encuentros creativos. Los seres humanos se encuentran, ya sea en persona o a través de sus obras; estas obras, que son el patrimonio de los grupos étnicos, constituyen la vida cultural de las sociedades. De La foi au risque de la psychanalyse (F. Dolto entrevistada por Gerard Séverin, Ed. Seuil).

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Historia de la vagina

Catherine Blackledge, inglesa y Doctora en Ciencias, ha escrito el libro Historia de la vagina. Un territorio virgen al descubierto, publicado por Ediciones Península, en España. Explora allí la manera en que los genitales femeninos han sido interpretados y malinterpretados desde el principio de los siglos hasta la actualidad. Explica por qué más de dos milenios de informaciones erróneas han dado lugar a esta cultura occidental en la cual la vagina resulta tabú. De todos los órganos del cuerpo, la vagina es el que se encuentra rodeado de más misterios, prejuicios y creencias obsoletas. En este estudio, la autora descubre también que la Medicina ha representado la anatomía femenina de forma incorrecta y ha reducido su enorme capacidad.

Gracias a recientes investigaciones, comienza a surgir una fascinante visión de los genitales femeninos como un órgano tremendamente complejo. Debido a estos cambios científicos, la autora augura una «revolución vaginal», ya que ellos están aportando una perspectiva más amplia desde la cual la ciencia está empezando a sacar a la luz tanto las funciones y las estructuras reales de los genitales femeninos como el papel dinámico que la vagina desempeña en el placer sexual y en la reproducción. El texto aporta información desde la biología reproductiva, la medicina, la mitología, la historia antigua, la antropología y el arte. Algunos datos sobre el sexo femenino resultan fascinantes: la vulva es la imagen más habitual del arte prehistórico, es el centro del placer sexual femenino, el lugar de la creación de la humanidad y el canal del nacimiento. En muchas culturas, es un símbolo de fertilidad muy venerado al que se

le atribuyen poderes para alejar el mal. En otras, era un ícono de adoración identificado con el origen de la vida, y la vía para alcanzar la longevidad y la vida eterna. Blackledge descubrió que en muchas civilizaciones la vulva ha gozado de una consideración positiva muy diferente. Uno de sus anhelos con este libro es que estas diferentes visiones enseñen a los hombres y a las mujeres el valor de la hembra humana y de sus genitales: «Es fácil menospreciar y destruir lo que no se conoce... Pretendo que la vulva vuelva a ser respetada y conocida en todos sus fascinantes y excitantes aspectos».

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¿Por qué hablar de

Esta denominación —Humanización del Nacimiento— está creando rechazo en algunos ámbitos. Yo también lo siento, a veces, aunque intuyo que por razones diferentes. Preguntándome sobre el porqué, encuentro algunas líneas de pensamiento y reflexión. La Etología, no solamente una ciencia humana, sino desde el humanismo en sí mismo, nos habla del diálogo constante que los humanos hacemos con el entorno y entre las culturas, diálogo que nos permite ir más allá de nosotros mismos, extendernos hacia el otro, los otros. Este diálogo con otras culturas nos cuestiona y nos confronta al ir más allá de uno y de los otros, descubriendo la unidad como raza humana. Al situarnos en el plano de nuestra evolución como humanos, se abre un diálogo con nuevas maneras de pensar que debutan en las conversaciones de la cultura, poniéndonos frente a nuevos enfoques y preguntas. Tanto para el ser humano individual como para las organizaciones y los pueblos, la permeabilidad a ese diálogo es promesa de

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«Humanización del Nacimiento»? ensanchamiento, posibilidad de integración. La condición de las mujeres y la Ecología interesan a esos diálogos. Por parte de ambas, somos llevados hacia lo que hace al mantenimiento y sostenimiento de la vida. En una película reciente sobre el futuro del planeta, un líder aborigen americano decía que lo que estaba en cuestión no era la vida de la Tierra, sino nuestra continuidad en ella, ya que somos sólo una pequeña parte de la Naturaleza. Este diálogo urgente es una prioridad y una preocupación de los gobiernos del mundo. Por eso, prefiero pensar hoy la Humanización del Nacimiento en términos de Ecología Prenatal, en el marco de las Ciencias del Inicio de la Vida como sostén teórico, y de la Medicina basada en evidencias, en el plano de las prácticas. La base, telón de fondo, sostén y sentido sigue siendo la Haptonomía, Ciencia de la Afectividad, en lo que hace especialmente al recibimiento de los nuevos seres en el mundo y al desarrollo de las potencialidades afectivas humanas. Esto requiere que hagamos intervenir nuevos parámetros de pensamiento, como la relación entre la vida y la sangre, el calor, el movimiento, el ritmo, la dinámica, las relaciones, el sentimiento de seguridad, el bienestar, que nos permitan tener percepciones de la realidad despejadas, más vitales, capaces de renovar las concepciones y desencadenar las sensatas acciones que nos posibilitan avanzar. Con la peculiaridad de un movimiento que no sólo alberga lo inter- y lo transdisciplinario sino también las producciones sensibles de la cultura y el arte de

todos los tiempos, cito a García Márquez cuando decía que si se dieran las condiciones para que el talento se desarrollara a lo largo de toda una vida, estaríamos descubriendo uno de los secretos de la felicidad y la longevidad. La querida Doris Lessing creó, en una de sus novelas, una sustancia nutritiva, esencial para el sostén de nuestra vida: la SUS, Sustancia de Unanimidad en el Sentir, generosa en los inicios y escasa en tiempos de degradación en los pueblos. En esa revolución epistemológica que los cambios implican, podemos preguntarnos: ¿Qué premisas sostenemos sin cuestionar? ¿Qué es lo que hace a la paulatina devastación cultural y social en nuestra época? ¿Cómo influye esto en la forma en que nacemos y comenzamos nuestras vidas? ¿Qué saber se actualiza para las mujeres a la hora de parir? En sus inicios, el movimiento de Humanización vino a traer aire fresco. No aspiraba a quedar rigidizado en una forma ante el peligroso pseudoéxito de ser vendido como una opción de nacimiento a la carta en el gran buffet de nuestra sociedad de consumo. Las mujeres no parimos con la cabeza; las formas de parir no deberían ser un nuevo bien de consumo. En la Mitología, Zeus encogió a su esposa embarazada, Metis; la engañó para que se volviera pequeña y pudiera ser tragada, y él parió a su hija Atenea por la cabeza. El mito refleja lo que quizás sucedió hace más de 5000 años, cuando las culturas que durante 25.000 años habían seguido religiones matriarcales y desarrollado sociedades pacíficas, culturalmente avanzadas y no estratificadas fueron subyugadas por teologías basadas en el poder del padre, que conta-

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minaron, incluso, el poder de dar a luz o de crear vida, que hasta entonces había sido patrimonio natural de las mujeres. Podría decirse que es «el resurgimiento de Metis» en las últimas décadas lo que impulsa este movimiento y constituye su columna de sentido. Lo disminuido durante tanto tiempo comienza a hablar desde el interior de las mujeres, convirtiéndose en una fuerza para la evolución de la conciencia en nuestro mundo. El reconocimiento e interconexión de las formas de vida; el poder de lo oprimido; la creación de la paz y la justicia social; la armonía medioambiental; la activación de poderes psíquicos y espirituales, y su integración a la vida cotidiana; el respeto de la Tierra; la recuperación y resignificación del mundo materno psíquico para que coexista con los demás mundos en condiciones de igualdad; la necesidad de bien recibir a los que nacen y el derecho a parir en intimidad forman parte de este resurgir humanizante. Las Ciencias del Inicio de la Vida contribuyen desde la Física, la Fisiología y la Biología, entre otras. La teoría de los campos mórficos, que divulgó Rupert Sheldrake, por ejemplo, nos muestra cómo los seres vivos aprenden y asumen nuevas formas. La Humanización del Nacimiento alimenta un «campo morfogenético» creador de nuevas formas de gestar, parir y nacer, que, a través de las experiencias de cada vez más mujeres y hombres, va generando una memoria acumulativa que se extiende a través del espacio en un fenómeno llamado «resonancia mórfica». A medida que más individuos cambian, la integración de lo nuevo se vuelve progresivamente más fácil. No me canso de decir cuántas personas están involucradas en este movimiento en distintos países del mundo, haciendo esta masa crítica, alimentando el cambio. Son aún minoría, es cierto, pero están construyendo futuro. Aún se sienten desanimados, porque trabajan para algo que todavía no está visiblemente integrado, y por las distorsiones propias de todo surgimiento inicial, sobre todo, cuando es cap-

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dianas—, su alcance y el trabajo que implica su transformación. Lo que no vemos se agiganta como una obviedad inaccesible que, sin embargo, nos rodea. Una vez, en un congreso, escuché a un médico conmovido, que valiente y humildemente tomó su cabeza entre sus manos y dijo: «¡Dios mío! ¡Qué hemos hecho!». Otras veces, este abordaje se confunde con una forma blanda de actuar que imita la sensibilidad, olvidando que se puede ser violento de manera gentil. La ternura tiene un aspecto fuerte de necesaria confrontación confirmante que forma parte del desarrollo del amor y del cuidado. Los movimientos de Humanización —en todas las áreas y para todas las edades de la vida— en defensa de la Ecología, los derechos humanos y la libertad son fuente de cambios fundamentales en nuestras civilizaciones y culturas humanas. Impactan tanto a la sociedad como a los individuos, y son el comienzo de una transformación inevitable y del deseo de participar en la construcción del futuro que habremos de legar a los que lleguen, para que puedan gozar el bienestar y el placer de la vida humana. En este momento del mundo, aquéllos que se involucran con pasión y energía hacia la maduración de un mundo más «humano» y que osan hablar científicamente del amor y la felicidad, cuidando la sensibilidad desde el principio de la vida, despiertan en mí la honra, el respeto y todo mi agradecimiento. Catherine Dolto escribe en uno de sus libros una conclusión en forma de súplica, que termina con una frase de la que me hago eco: «Tenemos todo para ganar y no veo qué podríamos perder al hacerlo».

tado por modos aún viejos que, a veces con la mejor voluntad, asfixian o contaminan los impulsos surgentes antes de que estos hayan podido informarles su peculiaridad y las condiciones necesarias para su buen cuidado y desarrollo. Las transformaciones de la conciencia son lentas. No deberíamos preocuparnos por su forma exterior, que es más bien el resultado de la maduración del proceso, sino cultivar y realizar la cotidiana y pequeña tarea cada día en esa dirección. Desde el punto de vista teórico, la Medicina basada en evidencias acumula contundente información a la que pueden tener acceso todos los que quieran, y que es básica a la hora de fundamentar la necesidad de estos cambios en ciertos ámbitos. Que la tecnologización de nuestra vida ha tomado velocidad y que en el ámbito del parto se amenaza con alienar nuestra esencia como humanos son hechos que podemos observar con nuestros ojos si nos detenemos a mirar lo que sucede en las salas de parto y preparto. Los bebés siguen siendo tan sensibles, tan delicados, tan sutiles como lo son nuestras necesidades afectivas humanas a lo largo de toda la vida, tan ajenos al vértigo de esos progresos, cuyo efecto en sus vidas empieza a poder medirse. Ellos, nuestra vida afectiva y nuestros procesos de evolución humana responden a otro tiempo, a ese tiempo hoy como siempre rítmico en la Naturaleza. Ante eso y como respuesta a la excesiva tecnologización que hace que una mujer se tranquilice más si ve a su bebé en una pantalla que si lo siente en su cuerpo, se yergue este movimiento con el nombre de «Humanización». El reconocimiento de la violencia y las formas que toma en nuestras vidas son parte de la maduración necesaria de la conciencia. A veces, cuando escucho criticar tanto el término «Humanización», me pregunto si ese rechazo no viene de la negativa a querer ver, de reconocer los siglos de mantener la agresión en diferentes formas —muchas de ellas habitualizadas y formando parte de nuestras vidas coti-

Jaqui Zieler

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Mujer deseada, mujer de La Dra. Danièle Flaumenbaum, ginecóloga francesa, ha escrito un interesantísimo libro llamado Mujer deseada, mujer deseante, editado por Payot en el que se entrecruzan la ginecología con la medicina china, el psicoanálisis y la terapia transgeneracional. Está basado en sus treinta años de experiencia como ginecóloga, es decir, como médica de mujeres a lo largo de sus trayectorias de vida. En su obra, vigorosa y dinámica, nos explica cómo las mujeres actuales construimos nuestra sexualidad y el lugar de la madre en esa construcción. Compartimos aquí un extracto del capítulo en el que habla de la construcción sexual de la bebé:

«Una madre hace mucho

informaciones de las que depen-

Devenir madre es una fun-

más que dar la vida. Ella le da

de su construcción sexuada se

ción que no equivale a ser mujer.

forma, literalmente, al futuro de

modificarán y evolucionarán con

No son las mismas fuerzas las

su hija. Le permite, o no, ser sen-

la edad de la niña. Lo importan-

que se movilizan ni los mismos

sible, segura y educada para un

te es tener en el espíritu que la

objetivos los que están compro-

futuro de mujer y de madre feliz

niña necesita la promesa de

metidos, ya que las funciones feme-

que sepa vivir esas dos funciones.

devenir adulta.

ninas y maternales no se sitúan en

Como toda capacidad humana, la

En nuestra cultura, está táci-

el mismo espacio-tiempo. No se es

sexualidad depende de una trans-

tamente entendido que la madre

la misma persona cuando no se

misión de saber y de conoci-

sabe transmitir a su hija el placer

ocupa de sus niños o cuando

miento. La construcción de la

de devenir madre. Eso está lejos

hace el amor con el hombre

femineidad pasa por la transmi-

de ser cierto... Por el contrario,

amado.

sión de las mujeres. Son ellas

se oculta que la femineidad debe

Freud ha teorizado la cons-

quienes les enseñan a las niñas lo

transmitirse para que la niña

trucción sexual del niño. Esa

que es ser una mujer.

pueda sentirse una mujer feliz

teoría ha sido adaptada a la niña

de serlo.

de una manera poco afortunada.

La instrucción de la niña tiene como objetivo plantar las

Para una niña, el telón del

Hasta que Françoise Dolto lo

semillas de su futura femineidad,

teatro de la vida se abre sobre su

remedió, los terapeutas conside-

permitirle inscribir en las células

predestinación a devenir una

raban la construcción sexual de

de su cuerpo la doble vocación

madre, pero también una mujer

la niña como el desconcierto en

de su sexo: la del placer y la del

“orgullosa del genio de su sexo”.

que la sumergía el hecho de no

gozo sexual que la hará sentirse

Las mujeres de mi generación no

tener pene, como si ella no tuvie-

mujer, y la de la reproducción

sabían que no era lo mismo ser

ra su propio sexo. Ahora bien, si

que la hará devenir madre. Las

madre que ser mujer.

se le da a la niña la información

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deseante la consideran y se ocupan de ella. Son los modelos con los cuales ella se hace. Su historia ancestral, la manera de vivir, el estado de su espíritu, sus pensamientos y creencias van a instruirla y permitirle desarrollarse. La manera en que ellos la miran, se dirigen a ella, la tocan, la lavan, la alimentan, la cambian, le hablan o responden a sus llamados es lo que estructura y modela su crecimiento psíquico, afectivo y moral, lo que construye su “sentimiento de sí” y su seguridad de base. A través de todos esos intercambios, su cuerpo va a impregnarse y a imprimir el conocimiendar la vida que pasará por su pene

to de sus diferentes funciones y

en erección, la niña pequeña debe

capacidades futuras. Todo ese len-

conocer la existencia de la función

guaje afectivo va a constituir una

del clítoris, la vagina, el útero y los

memoria. Esos intercambios le

que la instruye sobre la manera

ovarios. Además, si se le permite

darán forma literalmente a la niña

en que ella está hecha —es decir,

expresarse, ella misma dirá: “Tengo

siguiendo sus estadios de cons-

como su madre— no será desva-

un agujero y un botón”.

trucción y de integración sucesi-

lorizada en su anatomía de mujer.

En la actualidad, no está aún

Al contrario, habrá comprendido

integrado en nuestras costum-

que es diferente de su padre, sus

bres que la sexualidad adulta se

Como aún no habla, estas

hermanos y los hombres en gene-

construye en el cuerpo a cuerpo

informaciones le llegan “en blo-

ral para ser complementaria, y

afectivo que se tuvo cuando se

que”. La niña pequeña no com-

que el sexo del hombre y el de la

era pequeño, en el curso de los

prende aún su sentido preciso,

mujer están hechos para encas-

tres primeros años de nuestra

pero siente el placer o el displa-

trar como Legos. Del mismo modo

vida. La niña pequeña, como el

cer, el interés o el desinterés, lo

que el niño pequeño debe saber

niño, se construye con lo que son

bien hecho o el desagrado, la

que la función de sus testículos es

sus padres, con la manera en que

coherencia o la incoherencia».

vos que le permitirán convertirse en ella misma.

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La Abuela Margarita

La Abuela Margarita, curandera y guardiana de la tradición maya, se crió con su bisabuela, que también era curandera. Conoce y practica los círculos de danza del Sol, de la Tierra y de la Luna. Pertenece al Consejo de Ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo. Para sustentarse, sigue cultivando la tierra. Rezuma sabiduría y poder, lo cual se percibe con nitidez.

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Sus rituales —como gritarle a la tierra el nombre de

dan, tendrán otra manera de comportarse con las

un recién nacido para que reconozca y proteja su

mujeres y con la Madre Tierra.

fruto— son explosiones de energía que hacen bien

Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber

a quienes los presencian. Cuando mira a los ojos a

que el sexo es un acto sagrado; ésa es la manera de

alguien y le dice que somos seres sagrados, algo pro-

que sea dulce y nos llene de sentido. La vida llega a

fundo se agita.

través de ese acto de amor. Si banalizamos esto, ¿qué

Tiene 71 años, nació en el campo, en el estado de

nos queda?

Jalisco, México, y vive en la montaña. Es viuda, tiene

Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia

dos hijas y dos nietos de sus hijas, pero miles de

nuestra actitud ante la vida. Si la mente se une al

otros nietos con quienes ha podido aprender el

corazón, todo es posible.

amor sin apego.

Quiero decirle algo a todo el mundo: Debemos suti-

Sostiene que nuestro origen está en la Madre Tierra

lizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar nuestras

y en el Padre Sol, y que ha venido aquí a recordar-

capacidades, entender... Entonces, es fácil curar, tener

nos lo que hay dentro de cada uno de nosotros.

telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite.

Así nos habla:

Nuestros antepasados nos dejaron la custodia del —¿Qué merece la pena?

conocimiento: «Llegará el día en que se volverá a

—Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en

compartir en círculos abiertos». Creo que ese tiem-

ti y tú entras en el otro y te haces uno con él. Esa

po ha llegado.

relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados. ¡La

Margarita

felicidad es tan sencilla! Consiste en respetar lo que somos..., y somos tierra, cosmos y gran espíritu.

Al hablar de la Madre Tierra, también hablamos de las mujeres, que deben ocupar su lugar de educadoras.

(La persona de la foto no es la abuela Margarita.

—¿Cuál es la misión de las mujeres?

Esta imagen ha sido tomada a modo de ilustración).

—Enseñarles a los hombres a amar. Cuando apren-

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La depresión posparto no es obligatoria Hay un antes y un después del parto, y con-

recientes eran cuidadas por otras expertas, y se

viene ser realista de antemano

conocían las necesidades de un recién nacido (a

Tener un bebé deseado es una inmensa felicidad.

nadie se le ocurría que los bebés tenían que acos-

Pero son muchas las madres que atraviesan un

tumbrarse a estar solos, por ejemplo). En nuestra

terremoto emocional tras el parto, que en un 10%

cultura, sin embargo, se desconoce lo que un bebé

de los casos puede derivar hacia una verdadera

requiere, lo cual genera expectativas equivocadas

depresión. Y es que el puerperio es un tiempo pre-

sobre la crianza. Muchas mujeres, pues, entran en

cioso en el que se tiene la sensibilidad a flor de piel.

conflicto entre lo que esperaban y la realidad, entre su deseo de complacer al bebé y el discurso social

Se acabó la «Superwoman»

de que los bebés se malcrían si pasan demasiado

Miedo, dudas, inseguridad y cansancio hacen mella

tiempo en brazos, entre la realidad de su físico y lo

en el puerperio. Incluso modelos y actrices como

que dicen los medios sobre que tal o cual famosa ha

Brooke Shields o Elle Mac Pherson han contado

recuperado un cuerpo adolescente al mes del parto.

públicamente su dolorosa experiencia con la depresión posparto.

Sobre todo, descansar

A menudo, la maternidad desencadena una crisis

La falta de sueño también favorece la depresión. Es

en la que, por primera vez, muchas mujeres sienten

preciso aprovechar cuando el bebé duerme para

que ya no pueden con todo. «¿Pero cómo estoy

descansar junto a él. Incluso siestas cortas producen

tan mal si no hago nada en todo el día?», se pre-

mejoría en el ánimo. Amamantarlo y dormir cada

guntan las madres.

vez que él duerme; dejar para los demás las tareas

«No hacer nada» suele incluir cuidar del bebé todo

del hogar es una sabia decisión. Los bebés no nece-

el día, amamantarlo, cambiarle los pañales, atender

sitan una casa reluciente, ni siquiera un baño diario.

ocho llamadas telefónicas, hacer tareas en la casa,

Los bebés sólo quieren estar con sus madres.

levantarse tres veces en medio de la noche... Cuidar al bebé requiere una gran energía física y, sobre

Un plan de acción efectivo

todo, emocional.

Es el momento, pues, de simplificar la vida. Para conseguir que la maternidad sea una experiencia

De la fantasía a la realidad

gozosa y no deprimirte has de saber pedir ayuda,

En la mayoría de las culturas antiguas, las madres

aceptar ser cuidada para así poder cuidar al bebé.

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No hay que esperar a estar mal, sino ser realista y

tas. Dado que muchas mujeres tienen a sus hijos lejos

pedir apoyo desde el tercer trimestre de embarazo.

de sus hermanas, madres o abuelas, es fundamental

También es recomendable posponer las visitas hasta

tener espacios de encuentro con otras madres.

después del primer mes, para poder descansar al

Lo ideal es mantener un contacto frecuente con las

máximo. Y pedirles a familiares y amigos que nos

compañeras de la preparación al parto, con quienes

obsequien con platos nutritivos o llevándose la ropa

la amistad surge casi espontáneamente. Los grupos

para lavar y trayéndola planchada, o llevando a los

de posparto de los centros de salud, los grupos de

hijos mayores al parque por las tardes.

apoyo a la lactancia y crianza o simplemente pasar tiempo con otras madres en el parque o en una

Maravillosas hormonas

cafetería son herramientas preciosas.

Oxitocina, endorfinas y prolactina son el cocktail hor-

Rodeada de otras madres y sus bebés, es mucho más

monal del amor que el cerebro produce en gran can-

sencillo poder ayudarse, desdramatizar, poder reírse

tidad tras el parto y que hacen que la madre se sienta

de una misma y ser más realista en las expectativas.

feliz, enamorada de su bebé y que le sea fácil criarlo.

Separar al bebé de la madre después de nacer favorece la depresión posparto.

Cuando el parto no se interfiere y la mujer puede ser protagonista; cuando todo va bien y el bebé pasa los primeros días pegado piel con piel al pecho de su madre, la depresión es casi inexistente. Un parto

Ibone Olza

traumático o con fórceps, una cesárea urgente, la

(Médica, psicoanalista española y madre)

prematuridad o la separación del bebé favorecen la depresión posparto. La maternidad es un asunto social Criar un hijo es mucho más sencillo cuando la madre puede rodearse de amigas y de otras madres exper-

Flor y Pedro

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HOMENAJE

Clarissa Pinkola Estés Un recogido silencio gira a nuestro alrededor ante la sola y unánime idea de homenajear, en este número sobre las mujeres, a quien es nuestra mentora desde que iniciamos este proyecto de la Fundación Creavida. Clarissa Pinkola Estés nos lleva de la mano —cada vez más hondo— en busca de la Mujer Salvaje y de la recuperación más bella que una mujer pueda hacer en su vida. Hemos aprendido tanto en estos años, que nuestro agradecimiento es una complicidad entre ella y nosotras (todas las «nosotras» que somos aquí, en los cinco grupos, ¡¡y más aún con las lobas españolas!!), un guiño de quienes se saben parte de una manada, hermanadas en una búsqueda que es a la vez solitaria y acompañada. Su libro comienza diciendo que la Mujer Salvaje es una especie en peligro de extinción, ¡de nosotras depende conservarla! Esta psicoanalista junguiana, médica, poeta, contadora y guardiana de los antiguos relatos nos ha dado un tesoro. Está convencida de que la maltrecha vitalidad de las mujeres se puede recuperar efectuando amplias «excavaciones psíquico-arqueológicas» en las ruinas del subsuelo femenino. Recorriendo las tareas, conseguimos recobrar las maneras de la psique instintiva natural; ésa que, a la hora de gestar, de parir y también de criar, se nos vuelve tan necesaria. Ese instinto, personificado por ella en el arquetipo de la Mujer Salvaje, nos permite discernir las maneras y los medios de la naturaleza femenina más profunda, aquélla capaz de reestablecer la antigua sabiduría. Eligió hacerlo a través de los lobos, porque —después de estudiarlos— comprendió que tanto ellos como nosotras compartimos características psíquicas tales como una aguda percepción, un espíritu lúdico y una elevada capacidad de afecto. Son seres sociables e inquisitivos por naturaleza; están dotados de fuerza, resistencia, intuición, y preocupación por sus vástagos, sus parejas y su manada. Son expertos en el arte de adaptarse a circunstancias siempre cambiantes, y son fieramente leales y valientes. Sin embargo, ella sabe también que tanto ellos como esa naturaleza han sido perseguidos, hostigados y falsamente acusados de ser voraces, agresivos y de valer menos que sus detractores, sofocando lo instintivo hasta el punto de no dejar ni rastro de él. Cuando niña, fue una esteta y una caminante extasiada que prefería la tierra y los árboles, las cuevas y todos aquellos lugares donde podía apoyarse en la mejilla de Dios. Tuvo la suerte de criarse en la naturaleza, pero creció en una época en que a las mujeres se las trataba como una propiedad y unas niñas, y se les enseñaba a ser criaturas disfrazadas. Más adelante descubrió —como médica y analista— que la psicología tradicional se agotaba demasiado pronto cuando analizaba a la mujer creativa, talentosa y profunda, y que se mostraba parca o totalmente silenciosa a propósito de las cuestiones más íntimas e importantes para las mujeres. No se puede abordar la cuestión del alma femenina moldeando a la mujer de manera que se adapte a una forma más admisible, según la definición de la cultura que la ignora.Tampoco se puede doblegar a una mujer con el fin de que adopte una configuración intelectualmente aceptable para aquéllos que afirman ser los portadores exclusivos del conocimiento. Las potencias fuertes y naturales se apagan y confunden de ese modo. Nosotras, como tantas mujeres en el mundo, en todos los idiomas a los que está traducida su obra, despertamos y renacemos cuando escuchamos sus palabras. Un recuerdo antiquísimo se despereza en nuestro interior. Su poesía y la ternura que emanan de sus palabras nos acompañan cada día a desenredar nuestras naturales esencias, a enderezar lo torcido y a recuperar lo que yace en nuestro interior. Si sos una de esas mujeres, si estas palabras hacen saltar algo dentro de vos, si sentís que en este reino del revés hay algo por lo que vale la pena emprender la tarea, por vos, por tus hijas, por las hijas de tus hijas y por todas..., ¡bienvenida! ¡Eres una loba!

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12 de Octubre A propósito del «12 de Octubre», en un reportaje al jefe de la comunidad toba de Las Lomitas, Santa Fe, una periodista le preguntó: —¿Qué Tierra le estamos dejando a nuestros hijos? El sabio jefe le respondió: —No es ésa la pregunta que nosotros nos hacemos. Nosotros nos preguntamos: «¿Qué hijos le estamos dejando a nuestra Tierra?».

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PALABRAS GRÁVIDAS

¡Bendita porque sos hembra! ¡Dichoso del que te siembra! Palabras Grávidas es un ensayo de nuestro colaborador, Carlos Semorile, acerca de cómo la buena literatura cobija las diversas temáticas de la maternidad. Hemos escogido para este número dos fragmentos que rescatan a la mujer en la madre y a la madre en la mujer. Incluimos, además, un poema que celebra esa doble condición.

Leamos, entonces, lo que escribió la inglesa Katherine Mansfield: «“¿Te atreverás a tocarme mientras tengo el niño en brazos?” no es ninguna superficialidad. Cambiemos el “te atreverás” por “puedes” y es ¡tief, sehr tief! Estaba pensando... que apenas me atrevo a dar rienda suelta a mis pensamientos sobre J. y a mi anhelo por J., y pensé: “Si tuviera un niño, ahora jugaría con él y ‘me perdería en él’ y lo besaría y lo haría reír”». Y leamos esta escena de El Médico, la novela de Noah Gordon, en donde un hombre vuelve de la guerra: «Rob fue a su lado en tres zancadas y la abrazó sin hablar. Después tocó el vientre plano. —¿Todo fue bien? Mary soltó una carcajada temblorosa, porque estaba fatigada y dolorida. Rob se había perdido sus frenéticos gritos por cinco días. —Tu hijo tardó dos días en llegar. —Un hijo.

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Apoyó su enorme palma en la mejilla de Mary. A su contacto, la oleada de alivio la hizo temblar, estuvo a punto de derramar el aceite de la lámpara, y la llama

Por qué será que parece que voy p´ande va tu sombra, que rama que el viento mece florece cuando te nombra. Rubia... dorada, que no morena Lluvia... bendita sobre mi pena. Con esta luna que crece nos vamos para la villa; ya vamos llegando a trece, y tu amor fue la semilla.

parpadeó. Durante su ausencia, se había vuelto dura y fuerte, una mujer curtida, pero era todo un lujo volver a confiar en alguien competente. Como pasar del cuero a la seda. Mary dejó la espada y le cogió la mano para llevarlo al interior, donde el bebé dormía en una cesta forrada con una manta. En ese momento, vio con los ojos de Rob el trocito de humanidad de carne redonda, las facciones hinchadas por los dolores del parto, la pelusilla oscura en la cabeza. Sintió fastidio por ese hombre, pues no logró dilucidar si estaba decepcionado o

Madre... dorada de mis changuitos tiernos y, como yo, morenitos. Calladita, chinitita, alivio de toda pena. Madrecita, rubiecita, mejor que la yerba buena. Por qué será que parece que se ensanchan mis graneros, que tu amor en mi alma crece, que hay más luz en mi sendero. Lluvia... dichosa sobre mi siembra, rubia... dichosa porque sos hembra.

sobrecogido de júbilo. [...] El bebé soltó un leve vagido, y Rob lo levantó del canasto y le acercó el dedo meñique, que el niño aceptó, hambriento. Mary usaba un vestido suelto con un cordón en el cuello, que le había cosido Fara. Aflojó el cordón, dejó caer el vestido por debajo de sus senos henchidos y cogió al bebé. Rob también se echó en la estera cuando ella comenzó a amamantarlo. Le apoyó la cabeza en el pecho libre, y Mary notó que tenía la mejilla húmeda. Nunca supo que su padre o ningún otro hombre llorara, y las sacudidas convulsivas de Rob la asustaron. —Querido mío... Mi Rob... —murmuró».

Por qué será que parece que nos mira todo Huaco; también la majada crece y está más viejo el guanaco. ¡Tierra... dichosa porque sos hembra! ¡Tierra... dichoso del que te siembra!

Allí están las mujeres que los hombres anhelan, ahora convertidas en madres. Allí está todo ese mundo de felicidades compartidas que la pareja ha sabido construir hasta ese momento, ahora ofrecido al niño. Y he aquí la celebración del milagro del fruto del vientre en esta canción que el poeta sanjuanino Buenaventura Luna le escribió a Olga Maestre, su compañera de tantos años y madre de sus «changuitos»:

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Nurit Peled-Elhanan

REPORTAJE

El mes pasado, Ima Sanchis, aquella maravillosa periodista que escribió El don de arder, entrevistó a Nurit Peled-Elhanan, una profesora de la Universidad de Tel Aviv, Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia. Esta mujer, madre de cuatro hijos, lanza un llamado como un grito de conciencia a todas las madres del mundo después de que su hija de 13 años fuera asesinada en un atentado suicida palestino. —¿Hace usted un llamamiento a todas las madres del mundo? —Sí, porque el concepto de madre se ha pervertido. En Occidente la labor de la madre se menosprecia, se ridiculiza. Nos presentan como seres fuera del mundo que persiguen a los pequeños con bocadillos. —Usted reivindica a las «Madres Coraje». —Sí, porque no hay función más elevada que educar a un hijo.Y eso no sólo deberíamos venerarlo, sino que debería ser una prioridad. —¿Son transmisoras de valores? —Así debería ser. ¿Pero qué ha ocurrido? Que los políticos han usurpado nuestro lugar. Nos enseñan a creer que nuestros úteros son un «bien nacional». Se nos educa para que no exclamemos: «¡Hemos traído a nuestros hijos al mundo y no permitiremos que sus vidas valgan menos que el petróleo o que un pedazo de tierra!».

—Tiene usted razón... —Pero cada una de nosotras está aterrorizada por esa educación recibida que infecta el espíritu. —¿Por qué se perpetúa el miedo? —El poder eterniza el miedo y la ignorancia porque la guerra, la explotación y la ocupación son muy buenos negocios. Las madres deberíamos ponerle fin a esto; deberíamos dejar de criar hijos para entregarlos al Estado, pero lo que hacemos, en cambio, es llorar, gritar y tomar ansiolíticos... —¿Es una broma? —No, pero parece la única opción, cuando lo natural sería intentar sacar a nuestros hijos de allí...

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Mensaje urgente a las Mujeres del mundo

· Conferencia en Niger de mujeres emprendedoras

La preocupación de las madres por hacer del mundo un lugar seguro para la infancia podría conducir el planeta hacia la paz y hacia la posibilidad de un sostenimiento global. La mayoría de los opresores que intentan intimidar o ejercer control sobre otros fueron, durante la niñez o en la edad adulta, víctimas de la humillación y de sus secuelas, con frecuencia traumáticas, ejercida por quienes tenían poder sobre ellos. La ansiedad comienza en el vientre de la mujer embarazada que vive el terror de la violencia que la rodea o que teme por su propia vida y por la del ser que lleva en su seno. El cortisol —la hormona del estrés— sube en las mujeres embarazadas sometidas a situaciones traumáticas, llega a la placenta y afecta el cerebro del feto. A menudo, estas madres dan a luz bebés prematuros o pequeños, que se convierten en niñas y niños con poca predisposición a controlar los impulsos; niñas y niños faltos de interés, con problemas de comportamiento y aprendizaje —propensiones que se agravarían en el caso de que presenciasen actos de violencia o fueran víctimas de la brutalidad o el abuso—. La violencia ciertamente engendra violencia.

fianza básica. Por el contrario, los niños y niñas que viven en zonas de guerra no se sienten seguros; viven sobresaltados por la intensidad del ruido, los cañonazos, las explosiones y las voces coléricas o aterradas. Un barrio peligroso, en el que inesperadamente se producen tiroteos, o aquellos hogares en los que estalla la violencia doméstica y donde las mujeres y los más pequeños resultan lastimados, son zonas de guerra para los que allí viven. En semejantes situaciones, las necesidades de esas niñas y esos niños son ignoradas; viven en peligro y sienten un gran desamparo si las personas adultas se ausentan por cualquier razón. Sin una persona adulta o una sociedad que los proteja, las niñas y los niños son vulnerables a todo aquello que tenga el potencial de hacerles daño. [...] La campaña de Amnistía Internacional «Stop violence against women: It´s in our hands» (No más violencia contra las mujeres: Está en nuestras manos) considera las estadísticas de actos violentos cometidos contra mujeres como una catástrofe de los derechos humanos. [...] Las madres que viven asustadas y sin confianza en sí mismas no pueden proteger a sus hijas e hijos por mucho que los amen. Para un bebé, o un niño o niña de corta edad, su madre es todopoderosa: ella

[...] En las niñas y niños adecuadamente alimentados y atendidos, con madres capaces de responder a su aflicción y a sus necesidades, se desarrolla una con-

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[...] Existe ya un proyecto para empezar a construir un mundo en el que las mujeres estarían a salvo de la violencia, la explotación y la discriminación; en el que podrían ocuparse del bienestar de sus pequeños y pequeñas, y tener voz en todo tipo de cuestiones, incluidas las relativas al medioambiente. Así se expone en detalle, en la Declaración de Beijing celebrada en 1995, en la que se señalan doce áreas especialmente preocupantes y se especifican los pasos para remediarlas. La firma de un documento como éste fue un significativo paso simbólico, que pudo darse sólo tras superar una ingente resistencia. Sin embargo, los hechos son lo que importan en realidad, y la verdad es que, en este mundo patriarcal, el interés por las mujeres y las niñas no ocupa un lugar entre las cuestiones prioritarias.

es la fuente de alimentos y de consuelo, de aprobación o de castigo. Las personas adultas son gigantes en comparación con el diminuto organismo físico de esos pequeños seres. Así pues, si una madre (que en muchas culturas tradicionales podría ser, a su vez, poco más que una niña) es incapaz de procurar protección y cuidados a su prole, esos niños y niñas se sienten profundamente traicionados, no sólo por su madre, sino por el mundo. Aquellas madres convencidas de su impotencia inspiran desconfianza y transmiten a sus hijas e hijos una imagen devaluada de la mujer. Niñas y mujeres a salvo y con control en sus vidas El hecho de que las mujeres individualmente tomen decisiones en su propio interés y de que sus descendientes sean niños y niñas sanos y deseados contribuye, también, a aliviar el problema planetario de la superpoblación. La idea de que la mujer pertenece al hombre y de que la potencia masculina se refleja en el número de criaturas que éste engendra está muy arraigada en el patriarcado. Cuanto más patriarcal son las familias, la religión y la cultura, más jóvenes se casan las mujeres y menos cultas e independientes son. La sexualidad y la maternidad de las mujeres están, entonces, en manos de los hombres.

[...] Para las mujeres, la paz no es sólo la ausencia de guerra, sino la seguridad y el bienestar de sus hijos e hijas, nietas y nietos, y el sentirse libres de toda clase de terroristas, incluidos aquellos que representan a su gobierno o que cometen actos de violencia doméstica contra sus familias. Una madre con una conciencia global sabe que no son únicamente sus hijos e hijas, nietos y nietas, o las niñas y niños de su comunidad o de su país, sino los hijos e hijas de todas las personas y de todos los países los que merecen disfrutar de una vida grata y segura. El poder de Madre que poseen las mujeres unidas El poder latente de las mujeres unidas es el recurso aún no utilizado que la comunidad y el planeta necesitan. Sólo cuando las madres sean fuertes de espíritu, de mente y de cuerpo, habrá posibilidad de que las niñas y los niños sean queridos y estén alimentados y a salvo. Sería posible entonces que, al cabo de varias generaciones, las relaciones entre los hombres y las mujeres experimenten un cambio evolutivo en beneficio de todos. El ejercer nuestros derechos o exigir aquéllos que no se nos han concedido, a fin de cuidar del hogar que es nuestro planeta, de la familia y de quienes comparten la Tierra con nosotros es tarea de las mujeres, y se lleva a cabo mejor cuando se hace en compañía. Jean Shinoda Bolen Párrafos extraídos del libro Mensaje urgente a las mujeres del mundo Editorial Kairos

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SOCIEDAD, CIENCIA Y CREATIVIDAD

Estamos viendo, en la Ciencia, un importante período de cambio y una modificación de los paradigmas. De la idea sobre la Naturaleza inanimada y mecánica, pasamos a una nueva comprensión de ella como orgánica y viva. El Dios de un mundo vivo es muy diferente del Dios de un mundo mecánico. En la historia de la humanidad, son vasta mayoría los seres humanos que han dado por seguro que la Naturaleza está viva. En nuestra cultura, la gente habla de la Madre Naturaleza y la Madre Tierra. Se da por hecho que vivimos en un mundo vivo. Los griegos, los judíos y otros pueblos de la Antigüedad sostenían lo que ahora llamamos «una visión holística». [...] Mucho cambió durante la Reforma cuando el culto a la Madre y otras festividades fueron suprimidos como vestigios de paganismo. Entonces, la religión llegó a preocuparse exclusivamente por la relación entre el hombre y Dios, y el mundo de la Naturaleza fue privado de fuerza espiritual. La religión ya no imponía restricciones a la conquista y explotación de la Naturaleza. A comienzos del siglo XVII, Sir Francis Bacon propuso un nuevo orden del día para el dominio humano por medio de la Ciencia y la Tecnología. [...] La madre había dejado de tener valores intrínsecos propios y estaba allí sólo para que el hombre la usara como le pareciera adecuado. Bacon ayudó a preparar el camino de la revolución mecanicista en la Ciencia. Al alma, el principio animante, se la sustrajo de la Naturaleza en su totalidad y, también, del cuerpo humano. Se procedió a «des animar» el mundo; se lo consideró una máquina automática, carente de alma, de vida espontánea y de propósito propio. Esta visión de la Naturaleza despojada de lo sagrado, inanimada y carente de alma pasó a ser el cimiento de la Ciencia moderna. [...] La Biología y la Medicina académicas se rigen aún con la visión mecanicista del mundo y parecen los fósiles vivientes de un modo más viejo de pensar. [...] La Teoría del Big Bang, en 1966, dio paso a la idea del cosmos como organismo; nos dice que el Universo empezó siendo pequeñísimo y que fue creciendo, dando lugar a una sucesión de nuevas estructuras y formas. Esto no se parece en nada a una máquina, sino al modo en que un embrión se desarrolla o un árbol crece a partir de una semilla. [...] Darwin nos ayudó a reconocer que la Naturaleza siempre está generando nuevas formas de vida, y bajo la luz de la Teoría del Big Bang, vemos al cosmos como un sistema evolutivo creador. [...] Ahora nos encontramos en un estado postmecanicista, un giro más elevado de la espiral. Vemos a la Naturaleza en vías de desarrollo y en plena actividad. La idea de que la Naturaleza está viva ha sido conservada por los poetas románticos y coincide con muchas experiencias directas e intuitivas de la gente en relación con el mundo natural. Los niños lo dan por sentado. De modo que de ninguna manera nos resulta extraña, simplemente la hemos relegado al plano de nuestra experiencia subjetiva y de nuestra vida privada, mientras que hemos dotado de autoridad científicamente objetiva a nuestras actitudes mecánicas. Sin embargo, la Ciencia misma nos está conduciendo ahora hacia un nuevo conocimiento de la vida de la Naturaleza.

Rupert Sheldrake Extractos de Ciencia y Espiritualidad Editorial Kier (1999)

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Recuperando la tradición del apoyo femenino en la maternidad Las doulas en Creavida

Después de unos años de organización, las directoras de Nacere —un grupo de doulas de Córdoba— obtuvieron la certificación oficial y los permisos necesarios en la Universidad Nacional de Córdoba, y pudimos llevar a cabo el primer curso de formación de doulas en esa ciudad. Se acercaron muchas mujeres provenientes de ésa y de otras provincias del país. Mujeres curiosas, vitales, con diferentes experiencias de vida y con una misma convicción: querer acompañar a otras mujeres en este momento de la vida. Las que ya lo estaban haciendo buscaban profundizar en su tarea. En los cuatro encuentros que tuvimos una vez al mes, trabajamos los aspectos físicos, emocionales y espirituales de las mujeres en trabajo de parto. Estudiamos la teoría que sostiene nuestro quehacer, elaboramos el rol de la doula, jugamos, nos reímos y también nos emocionamos. Se sorprendieron al descubrir la importancia de la afectividad y la sensorialidad de los bebés, y la trascendencia de «bien recibirlos». La riqueza del trabajo compartido me hizo muy feliz, como me sucede cada vez que puedo acompañar a otras mujeres a descubrir sus ganas de hacer crecer esta red femenina y cuidar a las madres para que puedan cuidar. Para que las verdaderas experiencias de la vida puedan surgir con todo su esplendor, es menester respetar todos los procesos que demanda este delicado momento. Fortalecer la red de mujeres comprometidas en renovar todos los días la tradición del apoyo femenino en la maternidad tiene un aroma único... a sangre de parto.

Grace Cobe Responsable del Voluntariado de doulas de la Fundación Creavida

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Una violencia necesaria «¿Para qué prepararse para el parto cuando la técnica obstétrica está tan bien manejada y el dolor —gracias a la peridural— ya no es más un problema? ¿Cuál es el beneficio de la preparación si el parto termina en una cesárea de urgencia bajo anestesia general?» Estos interrogantes me plantean los asistentes a los cursos de formación o las estudiantes de la Escuela de Parteras cuando desarrollo ante ellos el concepto de «preparación para el nacimiento». Ahora bien, la urgencia médica no excluye el acompañamiento preparatorio, sino todo lo contrario.

tre de la madre.

Una pareja espera su primer bebé con alegría. Inés es una bella mujer, de mirada sonriente, sus

La segunda sesión es muy representativa de la

movimientos son muy flexibles, trabaja en el área

atmósfera de nuestros encuentros. Al principio, el

de la comunicación. Él es un encantador psiquiatra

padre me señala que ha reflexionado sobre esta histo-

psicoanalista, de sensible inteligencia. Me manifiestan

ria del lenguaje, del significante y de los gestos. Temo

su deseo de prepararse juntos para el nacimiento de

que recomiencen nuestras discusiones intelectuales,

su bebé siguiendo la preparación en grupo y el acom-

pero me dice con una sonrisa: «Como el lenguaje es

pañamiento haptonómico. Les propongo un programa

un instrumento de trabajo para mí, encontré una solu-

de trabajo, pero el padre me hace una objeción. Dice

ción para ser natural con mi hija: voy a hablarle en ita-

que si los gestos deben ser naturales, este «aprendiza-

liano, que es mi lengua materna, así mis gestos serán

je para el parto» se parece mucho al conductismo. Me

realmente naturales». Admirando su fineza, le propon-

dejo llevar y entro en una apasionante discusión sobre

go mostrarle cómo mecer a su mujer y a su hija con

la preparación, la haptonomía y el psicoanálisis. Pero la

un movimiento muy calmo. No se resiste a danzar

madre, que al principio estaba atenta, empieza a

meciéndolas, lo que nos hace sonreír a todos. El con-

moverse un poco sobre la silla, ligeramente molesta. Le

trol médico se desarrolla sin problemas; la prepara-

propongo suspender nuestra conversación y dedicar-

ción, también. Las discusiones temáticas en los grupos

nos al niño, que no debe comprender nuestras suti-

de preparación se alternan con los momentos íntimos

lezas semánticas. La sesión es emocionante: el bebé

privilegiados en haptonomía. [...]

acaricia la palma de su padre apoyada sobre el vien-

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En otro encuentro con ellos, esto sucedió ante

riores: está ahí, en su cama, en una inmovilidad con-

una cesárea que debió realizarse de urgencia:

trastante con la flexibilidad de movimientos que le

Mientras el equipo prepara la sala de operaciones,

conocía. Me recibe con una preciosa sonrisa; volvemos

le repito a la pareja las indicaciones médicas. El padre,

a hablar de lo que pasó. La niñita está bien; la madre

médico, comprende la decisión, pero el desconcierto

está feliz; el padre, aliviado. Pero, a pesar de eso, es

es tal en esta mujer que las palabras parecen resbalar

indispensable para la pareja rearmar todo el escenario

sobre ella. Paso entonces mi mano bajo la sábana y la

a fin de comprender una vez más, de llorar y de reír

apoyo sobre el lugar de la futura incisión mientras afir-

una vez más. Inés se siente como si estuviera suspen-

mo que, ahora, «el camino del nacimiento es por aquí».

dida en el tiempo, con el sufrimiento mezclado con la

Les recuerdo así lo que habían vivido antes del naci-

alegría de ser mamá tan repentinamente.

miento, a fin de que puedan encontrar en esa energía

Me parece indispensable proceder a este «rebo-

la fuerza para adaptarse a esta violencia y darle seguri-

binado de la película» justo después del nacimiento,

dad a su bebé brindándosela también a ellos mismos.

porque los relatos hechos con mucha posterioridad,

La cesárea se realiza sin inconvenientes. La madre y el

por ejemplo durante la siguiente gestación, a menudo

niño están a salvo. Es una magnífica victoria médica.

son incompresibles. Los gestos y las palabras durante

Pero esta violencia necesaria que les ha permitido

el parto anterior son siempre mal interpretados. Las

constituirse en una familia, ¿no vuelve superflua la pro-

consecuencias de esos posibles «malentendidos» pue-

puesta de preparación? Lo que sucedió después

den ser graves. Hay que actuar con rapidez después

demuestra que, justamente, esta incisión salvadora en

del nacimiento, ya que los recuerdos se esfuman veloz-

el cuerpo de la madre debe elaborarse antes, durante

mente en la memoria.

y después del nacimiento.

También retomamos cada frase dicha, a veces Veo de nuevo a la

deformadas por la paciente; otras, incomprendidas u

paciente durante los

olvidadas. Abro el legajo, les muestro las fotos de las

cuidados poste-

ecografías, el monitoreo, los exámenes sanguíneos. La «película» vuelve a pasar, y

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la cama son muy penosas.

las emociones afloran; las explicaciones técnicas aclaran la concatenación de los acontecimientos.

Las parteras y las enfermeras hacen lo posible

Necesitamos tiempo para que nuestras palabras

para prevenir una complicación, por lo tanto, reciben

encuentren una música común. Con una mirada inten-

toda la fuerza de la agresividad que reacciona. En espe-

sa, Inés cuenta que recién en el momento en el que

cial, cuando la decisión fue tomada durante el trans-

puse mi mano sobre su vientre, pudo ser verdadera-

curso del trabajo, las mujeres tienen gran dificultad

mente capaz de comprender todas las explicaciones de

para soportar esta «mutilación», esta incapacidad de

seguridad que, primero el equipo y luego yo, le dába-

ser una mujer como las otras. A menudo, se sienten

mos sobre la necesidad de la cesárea. En ese instante,

disminuidas y frustradas por no haber podido ayudar a

recuperó la confianza que bañó su cuerpo en la espe-

su bebé como se debe; algunas llegan a calificarse

ra de la anestesia general.

como «menos madres». Ese sentimiento se refuerza

Evocamos, entonces, las sesiones de preparación

por la dependencia física de los primeros días posope-

en las que se abordó voluntariamente la eventualidad

ratorios. Es penoso —y hasta humillante— pedir la

de una cesárea y de fórceps durante el parto. Esta anti-

chata para orinar, hacerlo a pesar de todo el tacto y la

cipación a un acontecimiento siempre posible es, para

diligencia de los ayudantes, esperar a que la retiren,

mí, el fundamento del concepto de «preparación» del

hacerse lavar, y comer caldo y yogur antes de retomar

que hablé antes. Es esencial poder darles a las parejas

el tránsito intestinal normal. Todos estos detalles coti-

suficientes referencias anticipatorias para que no se

dianos de una operación son tomados como momen-

encuentren demasiado perdidas en esta conmoción

tos desagradables, pero necesarios en una mujer que

que constituye la llegada al mundo de un niño, cuyas

ha vivido bien la cesárea, mientras que en una mujer

modalidades tienen siempre una parte imprevisible.

shockeada, cansada o en pleno baby-blues, se vuelven

Habíamos hablado mucho, pero no habíamos

insoportables. Si las palabras precisas no vienen a

dicho todo. Le propuse, pues, a Inés efectuar con ella

«curar» estas heridas, éstas difícilmente cicatrizarán.

las levantadas de la cama posteriores a la cesárea que

Por esta razón, es esencial volver sobre la significación

me había enseñado una partera. Pero esa incorpora-

objetiva y subjetiva de los acontecimientos del naci-

ción es difícil: los tejidos cosidos son muy sensibles al

miento durante los cuidados posteriores o en la visita

estiramiento provocado por la movilización y se siente

postnatal hasta las seis u ocho semanas después del

mucho dolor. Las enfermeras pasan la prueba, ya que

nacimiento. El riesgo, si no lo hacemos —y lo hemos

poseen una infinita paciencia y multiplican el aliento

visto—, es un enquistamiento de los «dolores» que se

para ayudar a las pacientes con cesárea. Los analgésicos

despertarán en los siguientes nacimientos o quedarán,

atenúan mucho el sufrimiento, tanto como las camas

quizás, como un grano de arena que molestará la rela-

articuladas, cuyos respaldos pueden levantarse

ción con el niño.

automáticamente. Pero queda aún la sensación de

Es necesario, entonces, con el legajo en la mano,

estiramiento, en general seguida de una potente

volver sobre las circunstancias que dieron origen a la

contracción uterina, muy desagradable. Si a estas

cesárea, sobre las palabras que quizás no fueron com-

causas físicas les agregamos la decepción, el rencor

prendidas, sobre el sentido de los gestos y las miradas.

y el sentimiento de haber sido privada —de alguna

Hay que hacerlo reconociendo la violencia del acto de

manera— del parto, las sesiones para levantarse de

«abrir el vientre» —y su absoluta necesidad—, para

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pequeña danza.

ayudar al nacimiento de un bebé sano. Más allá de las palabras, es necesario también

Esta avalancha de detalles me parece necesaria

hablarle al cuerpo afligido para devolverle a la mujer el

para hacer comprender cuán difícil es crear una cohe-

estatus de sujeto actuante y no de paciente sumisa,

rencia entre el discurso y los gestos; una coherencia

objeto de atentos cuidados. Debe hacerse de manera

necesaria si se quiere respetar las realidades médicas,

concreta: si para levantarla de la cama se le tira de los

personales, físicas y afectivas.

brazos, aunque sea con suavidad, solicitando luego

A lo largo de la historia de Inés, de su hija y de su

ayuda a los abdominales, se acentúa de manera invo-

marido, el equipo ha podido comprender el sufrimien-

luntaria el lado pasivo y doloroso de incorporarse. Al

to manteniendo su profesionalismo, atenuando así la

tirarle de los brazos, se la toma a cargo y esto des-

violencia de la cesárea.

pierta el sufrimiento de haber sido dependiente en el

Es fácil darse cuenta, me parece, de la complejidad

momento del parto: la paciente cree haber sufrido una

de conocimientos científicos, técnicos y psicológicos

cesárea por haber sido incapaz de parir normalmente.

que un equipo de trabajo alrededor del nacimiento

El sentimiento de culpabilidad puede anclarse.

necesita dominar constantemente. El «trabajo de preparación» no debe ser puesto entre paréntesis sólo

Para el momento de ponerse de pie después de

porque se necesite una cesárea.

la cesárea, hay que invitar a la paciente a impulsar por

La especialización de los conocimientos médicos

ella misma el movimiento que le permita pararse. Es

que se requieren para comprender los fenómenos no

necesario brindar asistencia física y psicológica. La paciente está en el borde de la cama, le pro-

debe producir una impresión de separación entre las

pongo pasar mi brazo alrededor de su cuerpo, mien-

pacientes y sus parejas. La dificultad reside en no con-

tras ella me toma por los hombros, como en una pose

vertirlos en personas incapaces de ser los actores de

de danza. Luego levanto sus piernas pasando mi otro

esta aventura. Sólo una formación brindada a todo el

brazo debajo de sus rodillas para que sus abdominales

equipo de salud puede permitir una real participación

no se tensen durante el movimiento. Si la cama per-

de los padres.

mite levantar la espalda, ubico mi mano sobre sus tobi-

Dr. Evelyne Petroff Carnets d’une obstetricienne Ed. Albin Michel

llos cruzados. Después del consentimiento de la paciente —y sólo después—, la incito a realizar un movimiento girando alrededor del eje del sacro y del cóccix para ayudarla a sentarse. Esto sucede bastante rápido, pero en un movimiento continuo. Luego, ubicando mi mano sobre la cicatriz durante la contracción provocada por el cambio de posición, le pido que deje pasar esta sensación dolorosa, meciéndola imperceptiblemente. Por último, ella se apoya sobre sus talones para pasar a la posición de pie. De este modo, utiliza la fuerza de sus muslos y no la de sus abdominales. Camina algunos pasos durante los cuales la aliento, teniéndole las manos en una especie de

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Maternidad y Paternidad Tuve el privilegio de que mi primera experiencia en un evento relacionado con la maternidad y el nacimiento fuera el curso de verano que organiza la Universidad de Zaragoza en Jaca, España, cuyo tema fue «Maternidad y Paternidad en el mundo que nos rodea». Aprovechando estas últimas vacaciones de julio, decidimos participar en familia: mi marido, mi hija y yo desde Buenos Aires; y mi hermana con mi sobrina, desde Barcelona, ciudad en la que viven.

Escuchar a las ponentes fue otro privilegio; son todas mujeres de una fuerza y energía muy poderosas. Se abren y cuentan sus experiencias de vida muy sincera y humildemente, con sus dolores y alegrías. Desde ahí, transmiten todo lo que saben. Las presentaciones fueron muy fuertes, contundentes y emotivas, llegaban a lo más profundo de la conciencia y del alma. De todas las charlas, la que más me impactó —y con la que me sentí más identificada, probablemente debido a mi proceso personal de los últimos años— fue la primera conferencia que dio la socióloga Isabel Aler, quien, desde el corazón, nos transmitió sus conocimientos académicos y su sabiduría. Reviví con ella todo mi proceso de dolor y sufrimiento de estos últimos tres años (desde el nacimiento de mi hija) por mi escisión entre mi mandato patriarcal «interno» de continuar con mi carrera profesional y mi profundo sentimiento de poder ser exclusivamente madre y poder vivir la maternidad de una forma más gozosa. Oír sus palabras fue liberador, tal como sucedió en mi vida cuando pude reunir mis sentimientos y legitimar el amor inconmensurable que siento por mi hija, y darme cuenta de que no debía complacer a otros, sino complacerme a mí misma en mis más íntimos deseos. Isabel nos introdujo en las siete «co-razones» partidas de las mujeres modernas, que caracterizan muchas de las experiencias de quienes, con conciencia de género, deciden transformarse en madres. Sostuvo que cuando asumimos el reto de adentrarnos en la maternidad, se renuevan nuestros procesos de transformación social de hembra a mujer y de mujer a madre. Entonces, surge un miedo a convertirnos en madres que tiene que ver con el rechazo a reproducir los modelos patriarcales conocidos y, al mismo tiempo, la impotencia para cambiarlos. Las siete «co-razones» —ampliamente explicadas en sus trabajos de investigación— son: el miedo a transformarnos en madres, la desconfianza en la sabiduría corporal, la soledad, el aislamiento y el estrés, el entreguismo al sistema de expertos, la carencia de espacios sociales cualificados, la escisión pervertida de prioridades vitales y la reproducción social de relaciones

Jaca es una ciudad hermosísima, llena de historia. Está rodeada por el bello paisaje de los Pirineos y, por su estratégica ubicación, forma parte del Camino de Santiago. Su ciudadela del siglo XVI, el estilo gótico del Ayuntamiento y la Torre del Reloj, y la catedral románica hacen de Jaca un lugar fuera del mundo y del tiempo. Cuando llegamos a la Universidad, nos sorprendimos placenteramente, pues el curso se vive «en familia». Los niños pequeños pueden estar con sus madres en las aulas: mamando, a upa o jugando en un lugar preparado para ellos; para los más grandes, hay actividades organizadas en otro espacio. El ambiente que allí se respira es bellísimo. Las mujeres que participan parecen verdaderas fieras con sus crías. Conectadas con sus instintos más profundos, defienden sus valores a rajatabla. Muchas amamantan a dos hijos al mismo tiempo: en un pecho un bebé y en el otro, un niño de 2, 3 años o más. Son un ejemplo de entrega y disponibilidad. A los padres, también se los puede ver participando de las charlas, cuidando a sus hijos o alcanzándoselos a las mamás para que los amamanten; son auténticos cuidadores de la díada madre-hijo y están totalmente involucrados en la crianza. Del curso en sí, me gustaría contar muchas cosas, pero tengo miedo de que las palabras no me alcancen, porque la mayoría fueron vividas y sentidas en el alma. Comenzamos con las charlas de apertura de los directivos; luego, cuando Rosa Zaragoza cantó la «Rumba de las Madres», ya estábamos todas bailando y emocionándonos.

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en el mundo que nos rodea filiales patológicas. Nos contó cómo se está transformando la maternidad en la sociedad española, la cual se caracteriza por la tendencia a tener menos hijos con más tecnología. Se refirió, también, a la paradójica relación que existe entre maternidad y ciudadanía en la actualidad, ya que, a pesar de que la maternidad es un hecho crucial para la reproducción de la sociedad, aún sigue siendo una práctica social excluida. Sobre el final, nos invitó a reflexionar sobre la siguiente pregunta: «¿De qué manera contribuimos nosotras (como mujeres y madres) a reproducir un mundo que no nos gusta?». Según ella, el gran reto de hoy es qué tipo de madres queremos ser y para qué, y cómo queremos que sean las relaciones con nuestros hijos durante toda la vida. Otra ponencia iluminadora fue la de la matrona Blanca Herrera, que nos habló sobre las indispensables condiciones que deben darse en un entorno hospitalario para poder vivir un parto natural y experimentar una maternidad y paternidad gozosas. Con palabras preciosas, describió a una mujer en trabajo de parto: dijo que no se trata de una persona vulnerable, sino tremendamente fuerte, poderosa y, sobre todo, erótica; lo que ella resiste en ese momento es difícil que lo puedan tolerar otras personas. Agregó, también, que cuando una mujer pare por sus propios medios nos da una lección del poder de la mujer, del verdadero poder. Ana González, psiquiatra y psicóloga, nos habló sobre los vínculos afectivos y el sueño de los bebés, y nos reaseguró en nuestros conocimientos instintivos. Al transmitirnos algunas nociones de la teoría del apego, le dio sustento a determinadas pautas de crianza: amamantamiento a demanda, contacto corporal, consuelo a los bebés, etcétera. Con datos estadísticos respecto el sueño infantil, nos demostró que los despertares nocturnos infantiles son evolutivamente normales y que desaparecen con el crecimiento y la maduración, por lo tanto, es injustificable dejar llorar a los niños para que duerman solos. También se refirió al colecho como una opción que facilita el amamantamiento y favorece el sueño de la familia.

Josefa Aguayo, neonatóloga, nos contó sobre su experiencia con los bebés prematuros. No sólo habló de los avances tecnológicos en el cuidado, sino también de la importancia de priorizar la relación del bebé con la mamá, los «cuidados canguro» y el contacto piel-piel con los padres. Por las tardes, teníamos el placer de disfrutar de diferentes actividades. Los talleres de baile y canto de Rosa Zaragoza en los que participamos y nos divertimos en familia fueron imperdibles. Tal como ella nos dijo, se sentía que todos bailábamos y cantábamos desde el corazón. Una tarde, participé del precioso taller de Nuria Beitia, «De mujer a mujer, ir haciendo genealogía», en el que pudimos vivenciar la manera en que, desde niñas, aprendemos a ser mujeres viendo cómo otras mujeres crean y recrean sus vidas. También nos hizo sentir cómo fueron todas esas mujeres que nos precedieron, qué sintieron, qué les pasó, qué nos transmitieron..., fue muy emocionante. En el taller de Blanca Herrera y Pilar de la Cueva, «La pelvis que amamos», aprendí y me divertí muchísimo. Otro excelente taller fue el de Pilar Tena, «Buscar el equilibrio a través del arte», en el que pudimos experimentar las formas en que la expresión artística nos habla de todo lo que sucede en nuestro interior, y nos permite tomar contacto con esas sensaciones y ponerlas en orden. Otro regalo para el alma fue escuchar «La doncella manca» narrada y cantada por Rosa Zaragoza en el jardín, en familia, con algunos niños despiertos y otros dormidos, bajo un cielo estrellado y una luna preciosa. Esa semana en Jaca me permitió reencontrarme con el femenino profundo y reafirmarme en mi forma de ser mujer y madre, en este mundo y en el momento que me toca vivir. Fue una experiencia que nunca se me borrará del alma y que siempre recordaré con mucha emoción.

Andrea Mazzeo (Madre de Lara, embarazada y contadora)

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LIBROS La Cientificación del Amor Michel Odent

Bienamado Bebé Laura Lerner Emmer

Del Médico al Sanador Robbie Davis-Floyd Gloria St-John

El Granjero y el Obstetra Michel Odent

Haptonomía pre- y postnatal Catherine Dolto

Nacimiento renacido Michel Odent

Palabras Grávidas Carlos Semorile

¡Las Mamás y los Bebés primero! Myriam Szejer Francine Caumel-Dauphin

Crónicas de un Obstetra Humanista Ricardo H. Jones

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REVISTAS

DVD

Pร GINA WEB

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TESTIMONIOS

Encuentro de lectores Una verdadera historia de amor José Julio Erazo, de 84, y María Leonor Endara, de 74, acaban de cumplir 56 años de matrimonio. Son ecuatorianos y viven en una pequeña ciudad del norte del país. Él fue maestro; ella, ama de casa y hábil tejedora de maravillas que aún nos abrigan. Los dos son miembros de un coro de tercera edad y comparten actividades propias de los años grandes con otros hombres y mujeres que también se acogieron a los programas de recreación de la Seguridad Social, que los han rescatado de las enfermedades, de la depresión y, a veces, del abandono de sus familias. Yo soy Mercedes, de 53, su segunda hija viva. Soy comunicadora social y disfruto contando, en cada escenario que piso, la historia de mis viejos, a los que venero. Soy hija del amor, como mis otros cinco hermanos. Pero fuimos once. Todos nacidos de parto humanizado en manos de mi padre y en la casa de turno, pues, maestro como fue durante más de cuarenta años, tuvo que mudarse a distintos pueblos a desempeñar su profesión. Los maestros de pueblos pequeños muchas veces, en situaciones de emergencia, multiplican sus quehaceres y terminan haciendo de todo. Sus experiencias rurales y su sentido común lo habilitaron para ser un partero perfecto una vez por año con mi propia madre, que empezó a parir antes de los 19. Durante mi niñez y mi adolescencia, no la recuerdo sin el vientre abultado y sin dar de lactar..., y siempre feliz de recibir a los hijos que Dios disponía. Era tan fecunda ella... Quedaba encinta, creo, de la simple y eterna mirada enamorada de mi padre. Lo que no pudieron hacer fue salvar las vidas de varios hijos hermosos que murieron ya creciditos por falta de servicios de salud, problemas que subsisten hasta el día de hoy. Recuerdo como si fuera hoy... A veces, empezaba la noche, y sus mejillas traían un

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sospechoso rubor. Ella sabía que los pañales de dife-

El último embarazo de mi madre coincidió con

rentes clases de tela debían estar en orden pues su

mi primer embarazo y con el tercero de mi herma-

alumbramiento era cuestión de poco tiempo. En el

na mayor. Yo no puedo, lamentablemente, contar la

cuarto contiguo, esperábamos mientras mi padre

misma historia que mi madre, pues el miedo com-

aguardaba leyendo, sereno, en la sala. Jamás escuché

partido por mi ginecólogo y mi marido me privaron

un ¡Ay! de dolor..., sólo dos palabras: «Hijo, ya...» era

de tener a mis hijos en la postura que yo necesita-

todo lo que decía. Entonces, él limpiaba con cuidado

ba. Cosa curiosa: este médico asistió al Primer

sus manos y desinfectaba las fieles tijeras. Sólo la luz

Encuentro de Parto y Nacimiento Humanizado que

indispensable. Silencio absoluto.

se realizó en abril, en Quito, Ecuador. No lo había

No había pasado una hora cuando venía a noso-

visto en mucho tiempo. No pudo haber otra opor-

tros y nos presentaba al hermanito envuelto como

tunidad más idónea para sanear mi corazón y decir-

una humita o como una pequeña momia que dormía

le que aún siento el frío intenso del quirófano.

plácidamente. La placenta era enterrada en el huer-

Obviamente, no tuve respuesta; aspiro a que lo que

to prodigioso que todos cultivábamos... La vida

escuchó en el Congreso lo aplique con sus próxi-

dando vida.

mas «pacientes».

Nos sorprendía la madrugada, y ello nos obliga-

Vuelvo a mis padres, que seguirán viviendo en

ba a ver a la mamá tempranito al siguiente día..., y

su ciudad pequeña, caminando sin prisa, tomados de

participábamos de los potajes que le restauraban la

la mano, saludando con cuanto transeúnte encuen-

energía perdida, esto es, caldo de gallina de campo,

tren a su paso. Desafiando al tiempo. Amándose,

colada de maíz en pura leche y canela, pan de hue-

apoyándose, cantando juntos. Rezando juntos.

vos y nata. Todos rodeándola. Todos felices. Afuera,

Confirmando que todos sus hijos traídos al mundo

mi padre y sus angustias de hacer alcanzar el mismo

de un modo natural les han dado la salud física, men-

escaso dinero para una familia cada año más grande.

tal y espiritual que se traduce en una palabra para

Y nunca faltó.

muchos tan lejana: «Felicidad».

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Madre roja [...] El rojo es el color del sacrificio, de la cólera..., pero también es el color de la vida vibrante, de la emoción dinámica, de la excitación, del Eros y del deseo. Es un color que se considera una poderosa medicina contra las dolencias psíquicas, un color que despierta el apetito. Hay, en todo el mundo, una figura conocida como la Madre Roja. No es tan famosa como la Madre Negra o la Virgen Negra, pero es la guardiana de las «cosas que brotan». Es especialmente invocada por aquéllas que están a punto de dar a luz, pues quienquiera que abandone o venga a este mundo tiene que cruzar su rojo río. El rojo es la promesa de que está a punto de producirse un crecimiento o un nacimiento.

Las mujeres de la Antigüedad y las modernas aborígenes solían crear un lugar sagrado para esta clase de comunión y búsqueda. Dicen que, tradicionalmente, se establecía durante el período menstrual de las mujeres, pues

[...] La soledad no es ausencia de energía o de acción, tal como algunos creen, sino una abundancia de provisiones salvajes que el alma nos transmite. En tiempos antiguos, tal como sabemos a través de los escritos de los médicos-sanadores religiosos y místicos, la soledad deliberada era no sólo paliativa sino también preventiva. Se utilizaba para curar la fatiga y prevenir el cansancio. También se usaba como oráculo, como medio para escuchar el yo interior y pedirle unos consejos y una guía imposibles de escuchar en medio del estruendo de la vida cotidiana.

en estos días una mujer vive mucho más cerca de su propio conocimiento que de costumbre; el espesor de la membrana que separa la mente inconsciente de la consciente se reduce de manera considerable. Los sentimientos, los recuerdos, las sensaciones que, por lo general, están bloqueados penetran en la conciencia sin ninguna dificultad. Si una mujer se adentra en la soledad en este período, tiene más material para examinar. Mi experiencia en el análisis de las mujeres me lleva a pensar que buena parte de los trastornos premenstruales de las mujeres modernas no es sólo un síndrome físico sino también una consecuencia de su necesidad insatisfecha de dedicar el tiempo suficiente a revitalizarse y renovarse. Siempre me río cuando alguien menciona a los primeros antropólogos, según los cuales en muchas tribus las mujeres que menstruaban se consideraban «impuras» y eran obligadas a alejarse del poblado hasta que «terminaban». Todas las mujeres saben que, aunque hubiera un forzoso exilio ritual de este tipo, cada una de ellas sin excepción, al llegar este momento, abandonaba la aldea con la cabeza tristemente inclinada, por lo menos hasta que se perdía de vista, y después rompía, de improviso, a bailar y se pasaba el resto del camino muerta de risa.

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Para

To d o s

AMAMARTE - Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna y Crianza

LIBERPARTO, un espacio para repensar el nacimiento

Invitamos a todos a participar de nuestras reuniones semanales gratuitas, los viernes de 13:30 a 15:30, que se reanudan en el mes de marzo. Les recordamos que nuestra sede se encuentra en Simón de Iriondo 1240,Victoria, en el Club Ferroviario. Contactanos: 4745-8331 / 4746-5084 / 4746-6467 amamarte@yahoo.com.ar ¡¡LOS ESPERAMOS A TODOS!!

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tando, que trabajamos en forma voluntaria para compartir día a día con otras mujeres la maravillosa experiencia de amamantar. Nuestro principal objetivo es hacer llegar a la población las bondades del amamantamiento, así como también las desventajas que presenta su ausencia. Las esperamos todos los miércoles de 14.00 a 15.30 horas en 3 de Febrero 857, Orientación para la Joven, ciudad de San Fernando. Importante: durante el mes de enero de 2008 no se realizarán los encuentros. La entrada es libre y gratuita. Para información: 4749-6199 / 4763-7454 / 4744-6872 / 4717-2904 grupoamamanta@yahoo.com.ar/grupoamamanta@hotmail.com

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