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Rodney Zelenka en Ensenada / Carlos-Blas Galindo págs. 3 a
centrista puesto que explora en derroteros dentro y fuera de la esfera de lo artístico mismo. Aunado a lo anterior, cabe anhelar que el arte de los próximos tiempos se aleje de la subalternidad, como desde ahora lo consigue Zelenka tanto en su producción pictórica como en la volumétrica (la de la tridimensión deudora del ensamblaje y la específicamente escultórica). El arte del futuro no tendrá que ser, necesariamente, irreverente. Sin embargo, dadas las condiciones actuales del campo artístico, el arte de transición hacia el del futuro, al igual que el que ya es fundacional de ese arte por venir, como lo es el de este artista, es reconocible por su elevada irreverencia.
Rodney Zelenka, artista panameño formado con docentes vinculados con el medio cultural mexicano, como Julio Augusto Zachrisson (1930-2021) y Rodolfo Abularach (1933-2020), así como con el muy culto artista afro-británico-estadounidense Jessy Patrick Allen (1936), y activo durante el decenio de los 70 del siglo anterior en la escena de la costa este de los Estados Unidos, presenta su exposición individual intitulada Mística social en sedes bajacalifornianas. Proveniente de la ciudad de Tecate —inaugurada en Ensenada el 20 de octubre—, esta muestra se exhibe en la Galería Internacional del Centro Estatal de las Artes de Ensenada, donde el miércoles 7 de diciembre de este 2022 a las 17:00 horas habrá un recorrido con la presencia del artista, con la de Olga Margarita Dávila (quien es titular de la Dirección de Museos y Galerías de la Secretaría de Cultura del gobierno de Baja California), con la de Pancho López (artista del performance, promotor cultural y curador de esta exposición), así como con la intervención del autor de estas líneas, al término del cual se efectuará, también en el Ceart Ensenada, un conversatorio en el que
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intervendremos las personas ya mencionadas, con el propósito de participar en la difusión de la cultura artística y con la de impulsar la tan urgente como necesarísima formación de públicos para las artes. la cultura artística de nuestro medio cultural: el mexicano, en general, y el bajacaliforniano, en particular.
carlosblasgalindo@yahoo.com
Bienvenido, Rodney. Tu exposición redundará favorablemente en un impulso al desarrollo de
*Profesor-investigador de arte, crítico de arte, curador independiente, artista visual y conceptual
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ENTRETELONES RICARDO FLORES MAGÓN: UN CENTENARIO HETERODOXO
POR SERGIO GÓMEZ MONTERO*
No es fácil, de ninguna manera, referirse en la actualidad a Ricardo Flores Magón con todo y que hoy, este año, con bombo y platillo, el gobierno (y mucha otra gente) de la República celebra el centenario de la muerte del patriota oaxaqueño, que alguna vez escribiera, entre otras muchísimas cosas, lo siguiente: “En mis veintinueve años de luchar por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones; he experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto desfalleciendo de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces; he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo casi con celos fanáticos, y esa cosa es mi honra como luchador… no estoy arrepentido de ello; más bien me siento orgulloso de ello”.
¿Frente a esa realidad, qué escribir sobre el camarada?
He ahí el sentido de por qué hoy, a mí, me interesa dejar claro que recordar el centenario del fallecimiento de este tremendo luchador social no puede ser gratuito, no puede ser sólo un homenaje más a uno de los héroes de la historia ortodoxa nacional, sino, más que nada, el recuerdo revolucionario de un revolucionario cuyas ideas siguen vigentes hasta hoy. ¿Por qué se han de preguntar aquí?
Desde luego, no es fácil contestarlo, porque ello conlleva ir en contra de la historia oficial actual, que si bien ubica a Flores Magón en la vitrina de los héroes ilustres, y allí lo deja olvidado, pues hasta hoy se niega a reconocer en él a uno de los guías contemporáneos de la lucha social del país, toda vez que hoy, entre nosotros, aún predomina la presencia de un capitalismo que se niega a arriar banderas y que fue el que, de una u otra manera, sacrificó al luchador oaxaqueño, cuyo centenario de haber fallecido se celebra en este año.
Hoy, nosotros (los que luchamos por un México fundado en la justicia y la igualdad para todas y todos) reivindicamos a cien años de haber muerto al camarada Ricardo Flores Magón porque para él la vida debe ser lucha mientras no se alcance la igualdad y la justicia para todos, o sea, hasta erradicar de raíz al capitalismo. Es decir, sí, nosotros —los que buscamos que el socialismo impere en el país— también celebramos el centenario de la muerte del camarada Ricardo, pero lo hacemos con los dientes apretados de rabia, porque a cien años de distancia los ideales de Flores Magón no se han podido alcanzar.
Es decir, en efecto, la vida de don Ricardo — nació en 1873 y murió precisamente en 1922—, vincula un gran tramo de ella en enlace con las luchas revolucionarias de su tiempo, junto con sus hermanos Enrique y Jesús, e hijo de padres que también fueron destacados luchadores sociales —Teodoro Flores y Margarita Magón— y al lado de la que fue su esposa: María Talavera Broussé, ensenadense por adopción (nació en Zacatecas y en la niñez emigró a Estados Unidos, en donde se vinculó sentimentalmente con Flores Magón), y con quien compartía su anarquismo radical; puede catalogarse él como uno de los perdedores más relevantes del conflicto social denominado revolución mexicana, pues si bien sus ideas y su tendencia tuvieron destacados seguidores en ese conflicto —y ahí está, entre otras cosas, la Constitución original de 1917 que no puede negarlo—, al final de cuentas no pudo vencer a los caudillos del norte del país, quienes llevaron al triunfo a las tendencias capitalistas que ya desde aquel entonces marcaron finalmente el signo del país con el atributo del capitalismo de una manera indeleble.
Lo anterior permite elaborar la hipótesis de
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Ricardo y Enrique Flores Magón. CRÉDIT O DE IMAGEN: ww w. inehrm .g ob.m x
que la revolución mexicana como se le conoce, alimentó en su seno a dos corrientes —la anarcosindicalista y la capitalista, que finalmente resultó dominante— que mantuvieron, hacia el interior de ella, durísimas batallas, de las que finalmente resultó triunfante la capitalista, que hasta hoy domina los regímenes de gobierno del país.
Alto fue el costo que en particular el camarada don Ricardo tuvo que pagar por consagrar su vida a la lucha revolucionaria: la mitad de ella la pasó en ergástulas y cárceles de México y Estados Unidos, en donde finalmente fue asesinado (en la prisión de Leavenworth, Kansas, Estados Unidos) pagando así su compromiso indeleble e indestructible con los obreros y pobres de México, Estados Unidos y el mundo entero, a quienes dedicó su vida e intelecto para que no dejaran de luchar mientras hubiera capitalismo. Su compromiso de lucha, pues, nunca fue sencillo.
¿Cómo el capitalismo, impulsado sobre todo por Carranza y sus llamadas reformas, se impone en la Revolución del 10-17? Porque, escribe Flores Magón en Regeneración del 25 de noviembre de 1915, entre otras cosas, “El campesino dentro del sistema de la propiedad privada o individual tiene que pagar el agua para el regadío de su parcela; tiene que pagar la leña que trae del bosque o del depósito del burgués; tiene que construir su jacal a costa de dinero y que comprar la herramienta y bestias que necesita para sus trabajos; tiene que contar con provisiones para no morir de hambre mientras levanta la primera cosecha; tiene que contar con fondos para hacerse de semillas que necesita para la siembra. En suma: necesita dinero para todo, y aún para lo que no le hace falta, sino que pesa sobre él, lo embrutece, lo sangra, y lo explota: la autoridad y el clero”. Si lo anterior, escrito en 1915, marcaba una tendencia clara dentro de la revolución mexicana, con Carranza y Obregón encabezándola, esa tendencia se consolidó de tal forma que hasta hoy, con muy ligeras variantes, sigue manteniendo a los campesinos del país viviendo con la misma explotación que Flores Magón describía para 1915, y si no lo creemos, démonos una vueltecita a San Quintín para comprobarlo, o si queremos viajar más lejos visitemos Chiapas y veamos en qué condiciones viven los campesinos —casi todos indígenas— de por aquellos lugares.
Es decir, la presencia de Flores Magón entre nosotros tiene hoy una vigencia indeleble, porque aún en el país se registra, como modelo de organización dominante, un capitalismo que hoy está empeñado en destruir al planeta, comenzando por aquello que, como bien sabía Flores Magón, desde el siglo XVI enarbolaba como principio: explotar de una manera inmisericorde al trabajo para favorecer siempre, sin miramientos, al capital.