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Hay futuro? / Sergio Gómez Montero págs. 14 y
15
La vía para el futuro de la humanidad, Paidós, 2011).
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No es pesimismo excesivo el implícito en el planteo anterior, es atender sólo a las previsiones formuladas, indistintamente, por el antropoceno y el capitaloceno, que a su vez están sustentadas en estudios rigurosos del comportamiento humano y sus efectos destructivos sobre el medio ambiente, que de manera irrefutable conducen a un mundo en el cual los habitantes humanos del entorno actual muy pronto ya no lo podremos ser si no frenamos la destrucción que hoy estamos llevando a cabo de ese nuestro entorno. Así de simple y de sencillo. cómodo porque no te exige razonar” (El País, 3-VII-22), y es así que, por esa razón sencilla, muchos se inclinan por la reacción. Haciendo uso cada vez más de esa aparente sencillez que implica el no razonar, las potencias que se benefician con el desarrollo
“Campañas de del capitalismo cada vez más salvaje odio, guerras su- al que —ni los organismos multinacias, uso faccioso de cionales ni ningún otro— nadie pa-los medios, golpes blandos son ejemplos, entre otros, de la manera en que rece ponerle freno, bien sea porque sus seguidores aún son muchos o porque amenazan continuamente los defensores del con su poderío militar: campañas capitalismo hoy de odio, guerras sucias, uso faccioso operan ” de los medios, golpes blandos son ejemplos, entre otros, de la manera en que los defensores del capitalismo hoy operan.
La guerra de las ideologías y las culturas
Hoy, en ese juego actual por el futuro se entrevera, también, una lucha profunda de ideas y de culturas, cuyo desenlace hasta el momento se desconoce, de la misma manera que se desconoce aún si habrá o no futuro.
Es decir que atrás de las propuestas anteriores hay, ni dudarlo, una lluvia de nociones diversas, las que, unas, se inclinan por considerar que las tendencias que apuntan a la anulación del futuro son hoy las correctas y ellas se inclinan, de muy diversas maneras y por diferentes vías, por defender sus propuestas no por la brillantez de sus ideas sino, casi siempre, por las campañas de odio en que se sustentan. Oliviero Toscani lo dice de manera brutal: “El fascismo resulta muy
Por el otro lado, las ideas del “otro” bando tienen una fuente claramente identificable: el marxismo, que las alimenta de muy diferentes maneras. Un marxismo tanto tradicional y ortodoxo, como un marxismo continuamente renovado —que a veces linda con el revisionismo—, pero que, en la vía de los hechos, no ha logrado vencer lo que en la realidad está sucediendo: la avasallante destrucción del futuro. Aunque sus quejas, por diferentes vías, expresan hoy un pesimismo salvaje (Zizek o Byung-Hul Chan) o no tienen todavía el peso suficiente para que, en la vía de los hechos, las masas adquieran la conciencia suficiente para poner un alto definitivo a esa destrucción del mundo que se está llevando a cabo. Aunque, por ejemplo, la lucidez extrema de los integrantes de la Escuela de Frankfurt es un aporte valioso no sólo al marxismo, sino al propio pensamiento universal. En ese sentido, junto con el nuevo marxismo, hoy en lo particular se hace necesario volver a leer los Manuscritos, La ideología alemana o las notas del VI inédito.
Así, de manera paralela a lo anterior, se registra una contienda por la cultura también altamente significativa, pues es allí en donde con mayor claridad se vislumbra, hoy, en qué consiste esa lucha entre cancelar el futuro y, por el contrario, apostarle todo a que ese futuro (otro) persista, y que, a través de pequeñas organizaciones (partidarias unas, otras definitivamente no), impulsan, básicamente aunque no sólo, la lucha en el terreno de las contradicciones subordinadas (feminismo, indigenismo, defensa del medio ambiente, etc.), en tanto que muy pocas dan cada vez más la lucha por la defensa de los derechos obreros y sindicales y hacen así posible vislumbrar que no todo está perdido ante la avalancha que hoy representa la cancelación del futuro en la Tierra (nuestro Planeta Azul) por parte del capitalismo salvaje que merodea por todas partes del mundo, como recién acaba de suceder con la reunión de la OTAN en Madrid, en donde el militarismo a ultranza lució de una manera absurda para así defender la “democracia guerrera” de esa asociación que, a toda costa, defiende a ultranza al capitalismo salvaje de esta época, mientras, en todo el mundo, miles de asociaciones ciudadanas se oponían al cinismo de quienes se reunieron en Madrid para hacerles sentir que la rebeldía del mundo no está vencida ni mucho menos. Necios, con oídos sordos (“Crecimiento: nadie escuchó las alarmas” de Irmi Seidl y Angelika Zahrnt, Nueva Sociedad, 6 julio 2022), hasta hoy nos negamos a escuchar los clarines del apocalipsis.
En consecuencia, la tarea que se mantiene pendiente es el diseño de lo que será la sociedad del futuro una vez que, al fin, termine el predominio del capitalismo. No se logra visualizar aún, con claridad, cuáles serán las características de ese mundo nuevo. Nadie hay aún que trabaje en eso.
Es decir, hoy la batalla por el mundo, por su futuro, está en su pleno apogeo.
gomeboka@yahoo.com.mx
*Sólo estructurador de historias cotidianas Profesor jubilado de la UPN/Ensenada