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Jürgen Habermas o el devenir de la reflexión social / Fernando Mancillas págs. 8 a

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Bataille, Derrida, Castoriadis, Heidegger, Foucault, Horkheimer, Adorno, Luhmann. Asimismo, participa en la “Disputa de los historiadores” donde Habermas enfatiza la responsabilidad colectiva de los alemanes por los crímenes del nacionalsocialismo. En 1986 recibe el premio Gottfried Wilhelm Leibniz. En la primavera de 1988 es miembro de la Academia Europea de Londres y en abril es invitado por el Centro de Desarrollo Humano de la Universidad de Harvard, para impartir una conferencia sobre la filosofía moral americana y la psicología del desarrollo de Lawrence Kohlberg. En otoño de 1992 aparece su estudio de filosofía de derecho Facticidad y validez (696 páginas), que examina la interconexión entre las esferas del derecho y la moral como requerimiento necesario para la legitimación de las normas jurídicas y su observancia de manera vinculante en el Estado moderno.

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En su análisis de la globalización como constelación posnacional asimétrica, Jürgen Habermas señala: “Con el término ‘globalización’ designamos los procesos orientados hacia la expansión mundial del comercio y la producción, de los mercados de bienes y capitales, de las modas, los medios y programas, las noticias y las redes de comunicación, los transportes y los movimientos migratorios, los riesgos de la gran tecnología, los daños medioambientales y las epidemias, el crimen organizado y el terrorismo. En estos procesos, los Estados nacionales se ven involucrados en una sociedad mundial cada vez más interdependiente y de la que ellos mismo dependen; una sociedad mundial cuya especificación funcional prosigue sin reparar en absoluto en fronteras territoriales”. De ahí los riesgos de una desregulación de los mercados financieros y de capitales productivos, que tienen repercusiones en la esfera pública de los países, afectando los procesos de legitimación del Estado nacional.

En octubre de 2003 recibe el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y, en 2004, el Premio Kioto en Arte y Filosofía. Entre naturalismo y religión se publica el verano de 2005, ampliando más su análisis de la religión en la modernidad tardía con Mundo de la vida, política y religión (2012). Aparece en 2013 En la espiral de la tecnocracia en una necesaria autocomprensión del proceso de formación pública de la opinión. Participando en el debate conti-

nental escribe La crisis de la Unión Europea: Una respuesta (2014). En 2019 se publica en alemán (hasta ahora inédito en español) Una historia de la filosofía, en dos volúmenes. Su última obra editada en español “Con el término ‘globalización’ dees: Refugiados, migrantes e integración, Tecnos, 2022. signamos los procesos orientados hacia A sus 93 años, Jürgen Haberla expansión mun- mas nos sigue legando sus contridial del comercio y buciones al conocimiento del ser la producción, de los humano, como su reflexión sobre mercados de bienes y capitales, de las modas, los medios y programas, las nola singularización del ser social en la definición del yo, como individuo en la modernidad posmetafísiticias y las redes de ca: “En la medida en que el adulto comunicación” asume su propia biografía responsabilizándose de ella, puede volver sobre sí mismo recorriendo las huellas, recuperadas narrativamente, de sus propias interacciones. Sólo quien asume su propia vida y se hace cargo de ella responsabilizándose de ella puede ver en ella la realización de sí mismo. Hacerse cargo de la propia vida responsabilizándose de ella significa tener claro quién quiere uno ser, y desde de este horizonte considerar las huellas de las propias interacciones como si fueran sedimentos de las acciones de un autor dueño de sus actos, de un sujeto, por tanto, que ha actuado sobre la base de una relación reflexiva consigo mismo”. Esto como base del imperativo vital del individuo moderno en su necesidad de autocercioramiento.

Se han escrito diversas biografías de Habermas, cito algunas: Rolf Wiggershaus, Jürgen Habermas, Reinbak, Hamburgo, 2004; Stefan Müller-Doohm, Jürgen Habermas. Leben, Werke, Wirkung, Frankfurt del Meno, 2008; Matthew G. Specter, An Intellectual Biography, Cambridge University Press, 2010 (en español: Habermas: una biografía intelectual, Madrid, Ed. Avarigani, 2013); Luca Corchia, Jürgen Habermas. A Biography: Works and Studies, Pisa, 2013.

Stefan Müller-Doohm, Jürgen Habermas. Una biografía, Madrid, Ed. Trotta, 2020, 642 páginas.

fernamancillas@yahoo.com

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Jean Meslier, Testamento...

POR CONY SIGÜENZA*

La primera vez que escuché hablar de Jean Meslier fue en la tele, en la presentación del Tratado de ateología de Michel Onfray, cuya publicación había desatado odios y amores y donde habla de este cura ateo haciéndolo parecer simpático.

En El espejismo de Dios (The God Delusion) Richard Dawkins menciona a Meslier como el primer autor en Europa que se declara ateo en su obra El testamento de Jean Meslier. Es seguramente gracias a la obra de Dawkins y tal vez en menor medida a la de Onfray, que he encontrado, en este siglo, varios artículos que hablan de Jean Meslier en internet, en varios idiomas. Antes, pocos se acordaban de Jean Meslier e incluso, se ignoraba la existencia de su obra, y yo me contaba entre esos ignorantes.

He visto en memes una frase que podría ser suya, dice algo así como “El hombre sólo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último sacerdote”. Una frase similar se encuentra en su obra, pero él dice haberla escuchado decir a otra persona; de cualquier modo, cuando se lee su obra, es evidente que aunque no sea con esas palabras, la idea sí está allí, sin embargo, es muy frecuente que en los memes se adjudique esta idea a Diderot o incluso a Voltaire y no es de ninguno de ellos, aunque hay quienes dicen que muchos de los intelectuales de la época le copiaron ideas a Jean Meslier.

El párrafo que da contexto a la frase, que me atreví a traducir del francés antiguo, dice lo siguiente: “¡Ah!, mis queridos amigos, si conocieran la vanidad y la locura de las mentiras que les dicen con el pretexto de la religión y si supieran cuán injusta e indignamente se ha abusado de la autoridad que les han usurpado a ustedes mismos con el pretexto de gobernarlos, lo único que ustedes sentirían sería desprecio por lo que les han hecho adorar y respetar y sólo sentirían odio e indignación por aquellos que abusan de ustedes, por los que los gobiernan tan mal y los maltratan tan indignamente”.

En el siguiente párrafo, nos da la famosa frase, diciendo que la escuchó de alguien cuyo nombre no cita: “Al respecto, me acuerdo de un deseo que expresó un hombre que no tenía ni ciencia ni estudios, pero que, según las apariencias, no carecía de buen sentido para juzgar sanamente todos los detestables abusos y ceremonias que denuncio aquí (…). Él deseaba (…) que todos los grandes de la tierra y que todos los nobles fueran colgados y estrangulados con las tripas de los curas”.

¡Encantador! ¿No les parece?

Aunque seguramente no fue el primer ateo, sí fue el primero que lo gritó a los cuatro vientos, aun si lo hizo después de muerto; desde luego, estamos hablando desde nuestro reducido mundo occidental; debió haber ateos entre los filósofos chinos antiguos o incluso entre los filósofos griegos o latinos y, desde luego, entre los filósofos y escritores de la llamada Ilustración, pero el peligro de la hoguera pesaba sobre algunos de estos últimos, a tal punto que tenían que desterrarse e incluso morir fuera de sus países a causa de la amenaza de la iglesia católica.

A veces no era siquiera cuestión de declararse ateo, el sólo describir el mundo de una manera que sugiriera que se dudaba de lo dicho en la Biblia era suficiente para ganarse la condena de la iglesia; Galileo fue condenado en 1633 por defender la idea de que la Tierra gira alrededor del Sol; Descartes, que estaba terminando su obra El mundo, o Tratado de la luz, donde defendía el heliocentrismo, al enterarse, decidió que era muy riesgoso publicarlo, su tratado fue publicado hasta 1664, varios años después de su muerte.

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A pesar de la importancia de sus ideas, la primera biografía de Meslier apareció en 1965, escrita por un comunista, Maurice Dommanget, lo que explica el título: El cura Meslier, ateo, comunista y revolucionario durante el reinado de Luis XIV, de esta obra y de la versión del “Testamento” publicado en Holanda por el conde Rudolf Carel d’Ablaing van Giessenburg —quien aparece en la portada como Rudolf Charles— librero y editor holandés (de él tomo algunos de los párrafos que traduje e incluyo en este texto).

Jean Meslier nació en 1664 en Mazerny, en las Ardenas, su familia era pequeño burguesa, Jean fue educado dentro de la religión católica; se mostró brillante en sus primeros estudios, lo enviaron al seminario a continuar sus estudios y más tarde entró en el sacerdocio. Fue sacerdote durante 40 años en Étrépigny, un pequeño pueblo cerca de Champagne. Según documentos existentes en la arquidiócesis, cuando contaba con 25 años, sus superiores le reprocharon tener una sirvienta de 18 años, cabe aclarar que estaba establecido en el canon de la iglesia católica que la edad, llamada “edad canónica”, de una mujer para trabajar al servicio de la iglesia era de 40 años. Esto se repitió cuando Meslier ya tenía 50 años, en esta ocasión la “sirvienta” contaba con 23 años y Meslier se defendió diciendo que era su sobrina y no una mujer con la que tuviera relación marital, pero seguramente sus superiores no le creyeron, ya que el obispo lo envió a un retiro de un mes en un monasterio en Reims. Michel Onfray menciona esto sugiriendo que tenía mujer y que no seguía al pie de la letra las obligaciones de sus votos religiosos.

Se dice que, si bien tenía buenas relaciones con sus parroquianos, su relación con el señor local no era tan buena; en esa época los párrocos con frecuencia dependían de un noble dueño de un castillo y de las tierras que lo rodeaban en el cual trabajaban, o más bien, eran explotados los parroquianos. A Meslier le indignaba el trato que “Anthoine de Touilly, caballero, señor de Cléry, Saint-Martinsur-Barre y Pouilly”, daba a sus campesinos y se dice que habría expresado de manera sutil su descontento durante alguna misa, pidiendo “ que Dios lo perdone y que le conceda la gracia de expiar en el otro mundo los malos tratos que les hace sufrir a los pobres y la conducta sospechosa que ha tenido hacia los huérfanos”. La expresión frecuente de su descontento hacia el señor del pueblo en el púlpito le valió tremendas reprimendas por parte del obispo. Dejó de expresar su descontento en el púlpito para concentrarse en expresarlo en el papel. Pasó los últimos diez años de su existencia escribiendo su tratado contra la religión y los poderosos, murió enfermo y agotado a los 65 años. En su obra nos dice: “Las lágrimas de los justos afligidos y las miserias de tanta gente tiránicamente oprimida por los ricos y grandes de la Tierra, me dieron, como a Salomón, tanta repugnancia y desprecio por la vida, que como él, he considerado la condición de los muertos, mucho más feliz que la de los vivos, y la de los no nacidos, mil veces más feliz que la de los que gimen aún en tan grande miseria”. A diferencia de ateos como mi papá, y de algunos pseudo ateos que conozco, que lo que tienen son cuentas pen-

“A pesar de la im- dientes con su dios, Meslier era un portancia de sus erudito, en su biblioteca se enconideas, la primera traban obras en varios idiomas, de biografía de Mes- autores recientes y antiguos, mulier apareció en 1965, escrita por un comunista, Maurice Dommanget” chas de estas obras estaban cubiertas de anotaciones. Es interesante el caso de la obra de Fénelon, Demostración de la existencia de Dios y de sus atributos que estaba cubierta de anotaciones al margen en una caligrafía extremadamente clara y fina. Sus acertados comentarios eran tan apreciados, que la obra, anotada al margen, fue reproducida y circulaba entre otros eruditos de la época que la apreciaban aún más que la original. Su obra es a veces conocida como “Testamento”, a pesar de que ese término no se encontraba en el título original, según parece, fue Voltaire quien dijo que había leído el término dentro de la obra, aún si esto es inexacto, es útil por ser conciso ya que el título original era: Memorias de los pensamientos y sentimientos, con el

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