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La tristeza de todos tan temida / Fernando Reyes Trinid pág

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LITERATURA DE MENTE

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La tristeza de todos tan temida

POR FERNANDO REYES TRINID*

“E l niño que se alimentaba de pesadillas” es el primer capítulo de la serie surcoreana Está bien no sentirse bien, que me lleva a una de mis películas favoritas con respecto a la sanación de improntas acaecidas durante la niñez Un monstruo viene a verme. Yo también tengo mi texto al respecto: Un niño curaba monstruos. En uno de los capítulos transcribo una conferencia intitulada “Estigmas y paradigmas del mal en la literatura y la psicoterapia”, donde rescato el lado luminoso de los monstruos, desde Frankenstein y Drácula hasta Shrek y Monster, Inc. Uno de esos monstruos paradigmáticos para nuestra sociedad contemporánea es la tristeza.

En el contexto de la “happycracia”, tendemos a negar nuestros sentimientos de tristeza, desánimo, melancolía, nostalgia; grandes temas, por ciento, de la música, la pintura y la literatura. En el mandato superyoico del hedonismo, nos avergüenza decir que estamos tristes, que andamos alicaídos. En su lugar tenemos respuestas evasivas y deflectivas: “Estoy cansado”, “tengo mucho trabajo”, “ando estresado”, “es que no dormí bien”, “me siento resfriado”, “todo bien”, “no pasa nada” y más. Otro surcoreano dice que no nos damos tiempo para detenernos y reflexionar, hacer una pausa y observar, quizá eso nos pueda llevar a un estado de introspección; miraremos hacia adentro y tal vez podamos ponernos melancólicos. Es mejor la distracción, el ruido, mil sabores, mil colores, mil sonidos antes que la reflexión. Tanto escándalo, tanta alharaca, tanta diversión cansa, tanta información, tantas imágenes nos saturan, dice el filósofo. Nos diversificamos a más no poder para no escucharnos, para no mirar hacia adentro, podríamos descubrir cosas, podría doler. ¿Qué podría entristecernos? Desde la guerra, la muerte por pandemia, el desempleo o la carestía hasta un abandono, la partida de un ser amado, la vejez y la enfermedad. ¿Por qué no sentir tristeza? La invalidación emocional es cuando se juzga una emoción, como buena o mala, positiva o negativa. Llamar adaptativa o no adaptativa a una emoción resulta más benéfico e incluyente. Recordemos el personaje de Tristeza en Intensamente, la película que evolucionó el cine para niños. Qué

“¿Qué podría en- importante es hablar de gestiones tristecernos? Desde emocionales durante los primerosla guerra, la muerte por pandemia, el desempleo o la carestía hasta un abanaños de vida. Cuántos de nosotros nos obligaban a reír, jugar o saludar co n buena cara cuando era lo último dono, la partida de que queríamos. Alguien que siemun ser amado, la ve- pre habla de lo que le entristece es jez y la enfermedad” un drama queen, si se queja una y otra vez de lo mismo es una persona tóxica y si se atreve a decir abiertamente lo que quiere es un intenso. Maya Tamir en El lado oscuro de la felicidad dice que hay situaciones y momentos inapropiados para la felicidad. Una emoción desmesurada puede causar desequilibrio físico, por ejemplo cuando por demandas sociales aparentamos felicidad en vez de enojo, miedo o tristeza. El exceso de manifestaciones de emociones positivas provocan un detrimento en la salud física y psicológica: atracones, abuso de sustancias, promiscuidad, consumo de alcohol (agrego, manías de ejercicio, consumismo feroz, adicción al trabajo), lo cual —a su vez— lleva a sentimientos de superioridad, delirios de grandeza, poder e invulnerabilidad.

En el final del primer capítulo de la serie referida, escribe la escritora infantil protagonista: “Sólo aquellos que guardan en su corazón los recuerdos hirientes y dolorosos, los recuerdos de arrepentimientos profundos, los recuerdos de herir o ser herido, de ser abandonados, son aquellos que se harán fuertes, apasionados, flexibles emocionalmente, sólo aquellos podrán alcanzar la felicidad. Si no lo superas siempre serás un niño, con el alma estancada”.

Dostoyevsky fue aún más allá, como en toda su obra, implacable: “El dolor es obligatorio para los corazones profundos. Los hombres verdaderamente grandes deben, al parecer, experimentar en la tierra una gran tristeza”, Crimen y castigo.

ferreyes2004@yahoo.com.mx

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