8 minute read
EL TESTIMONIO DE AMOR DE LAS COFRADÍAS
Advertisement
Francisco Callejas Sánchez / Consiliario de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Albacete
Las Cofradías tenéis la misión de evangelizar las calles de Albacete. Cada imagen es una lección evangélica y conmueve el alma. Es imposible no conmoverse ante Cristo que sufre, ante su Madre que llora en el dolor y la soledad, o ante los santos que siguieron a Cristo. Os invito a que pongamos de relieve en cada Cofradía vuestro sentiros hermanos. En la familia tenéis hermanos y hermanas, pero en vuestra Cofradía tenéis otra familia, otros hermanos que también esperan de vosotros. Un cofrade no puede permanecer ajeno a lo que su costalero, su compañero de fi la, su joven de la banda está sufriendo o pasando. Juntos tenéis que mostrar a Albacete, que podéis ser un testimonio precioso, como ya lo sois, de Cofradía y sobre todo de Hermandad. Cada Cofradía nació en una época donde no existía la calidad de la imagen digital, ni las tablets, para mostrar la belleza de la fe. Cada imagen es un canto precioso a la belleza de nuestra fe, a saber que esa imagen nos está hablando está testimoniando la presencia del Dios que se ha hecho carne y ha acampado entre nosotros. Necesitamos de imágenes… Las imágenes nos acercan también a Dios. En las procesiones Jesús y su Madre salen a nuestro encuentro, a nuestras calles a mirarnos de frente. Para saber si alguien nos está diciendo la verdad le miramos a la cara. Jesús y su madre nos miran cada año, con su rostro, con su gesto y se hacen pedagogos del amor de Dios, mientras caminan a nuestro lado, arde nuestro corazón y nos conducen al amor. Nadie se queda indiferente ante las imágenes, ante la belleza de nuestras imágenes de Semana Santa. Unos están en silencio, otros lloran, unos se santiguan, otros se inclinan, algunos piden un favor, otros piden perdón, pero todos nos comunicamos. Las imágenes permiten también nuestra comunicación con Dios, nos abren a la verdad defi nitiva del Señor. Los cristianos necesitamos año tras año seguir sintiendo el redoble de los tambores, anunciando que el amor de Dios sale a nuestro encuentro, en las imágenes queridas por nosotros, acompañadas por los nazarenos. Albacete es una ciudad de arraigadas costumbres y de gente que trabaja en torno a las Cofradías y las Hermandades han sabido recoger la antorcha, avivarla y encender con ella tradiciones religiosas de nuestra ciudad. Las Cofradías habéis sabido mirar hacia el pasado y alzaros llenos de aliento hacia el futuro; habéis creído en lo difícil, en lo que aún falta por hacer, llenos de ilusión y esperanza, forjados de entusiasmo, limpiando y engalanado vuestras imágenes y pasos para invitarnos cada año a vivir la Semana Santa en las calles de Albacete. Estad seguros que alguien os lo agradecerá, y será la mejor herencia de vuestros hijos, porque gracias a vosotros, Jesús y María, siguen haciéndose los encontradizos en nuestras calles cada año. Es importante descubrir cómo los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, tienen que vivirse en el día a día de nuestras vidas. La cruz de Jesucristo nos muestra que Él ha hecho suyo nuestro dolor, pero que este dolor no tiene la última palabra. Llevado con amor es motivo de salvación. Por ello, no hay Viernes Santo sin Domingo de Resurrección, ni Domingo de resurrección sin Viernes Santo. Es importante que las Cofradías vivan y vivamos este espíritu de entrega por amor que nos ha mostrado el Señor. Él nos ha mostrado que nuestra fe debe pasar por el amor a los otros. Al final de la vida nos van a juzgar sobre el amor. Nos van a juzgar sobre cómo hemos sido testimonio del amor de Dios en nuestras vidas. Ojalá que ese día nos presentemos con las manos llenas de nombres y circunstancias en las que hemos sido testigos del amor de Dios.
Cada cofrade debería vivir su día a día como una oportunidad que Dios le da para hacerle presente a Él, por luchar para hacer felices a las personas que tiene a su lado. Solo así su vida tendrá sentido plenamente. Qué gesto tan bonito, que las Cofradías estén en primera línea en la solidaridad y la ayuda a los demás. Cristo, al que tantos cofrades y con tanto cariño llevan sobre sus hombros, al que acompañan con su túnica, al que tocan con sus cornetas y tambores, ese Cristo, nos invita a todos a que no permanezcamos indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos. Una Hermandad, una Cofradía también se tiene que distinguir por compartir con los demás. Compartir lo que son y lo que tienen con los hermanos. Qué importante es que las Cofradías estén en primera línea en la solidaridad y la ayuda a los demás. Nuestro amor a Cristo, Nuestro amor a la Virgen se verifi can cada día en aliviar el sufrimiento de niños, jóvenes, adultos y familias que sufren porque no pueden llegar a fi n mes. Una fe sin obras, es una fe que está muerta. Un cristiano, los cristianos cofrades de Albacete tienen que mostrar su fe en el Señor, su amor a la Virgen y a los Santos en el testimonio de caridad para con los demás. Testimoniar que Dios es amor y que nosotros somos instrumentos para mostrar ese amor. Un cristiano cofrade se forma, vive y celebra su fe y vive su amor a los demás. Celebrar una vez al año la pasión, muerte y resurrección de Jesús supone cargar con la cruz de tantas personas para las cuales nuestra ayuda puede signifi car realmente resucitar, volver a vivir con dignidad. Sin embargo, cada cofrade tiene que plantearse que este amor, no es fruto de un voluntarismo, no es fruto de un quedar bien, de un puro “hacer algo por los demás”. Este amor tiene que llenarse primero del AMOR, y ese amor se identifi ca con Dios, nuestro Padre, y con Jesucristo su Hijo Amado. Un cofrade tiene que encontrarse primero con Jesús, en el silencio de la oración, en la vivencia de los sacramentos, para de verdad, impulsar su vida hacia el amor que permanece. Un cofrade tendría que testimoniar su fe, en primer lugar, en su familia, con sus seres queridos. Siendo caudal y alma para sus esposos, esposas e hijos. Un cofrade tiene que ser un buen profesional donde muestre en su trabajo que es cristiano con todas las consecuencias. La resurrección que celebramos cada Semana Santa nos enseña a valorar la vida y a no esquivarla cuando el dolor hace acto de presencia.
A veces me hago una pregunta que puede resonar hoy más que nunca… ¿No pensamos que este mensaje, anunciado y vivido por Jesús es más actual y relevante para nuestro mundo que nunca? ¿No pensamos que cada culto en el templo y cada imagen de Semana Santa no es un canto a la dignidad plena de cada albaceteño? ¿No piensan que Cristo, que su Iglesia, que su
Evangelio, es compromiso concreto y diario por un mundo mejor, y no un motivo de alienación o del pasado? Cómo cambiaría nuestro mundo, si todo esto lo hiciéramos vida en nuestras vidas. Jesucristo en su muerte y resurrección nos ha abierto las puertas de la vida plena, de la vida llena de amor, de la justicia, de la entrega sin límites al hermano, al pobre, al enfermo, al desamparado… Vivamos con intensidad, con pasión de verdad estos días. Cristo va a visitar nuestros corazones, nuestras calles, nuestro Albacete con su amor. Que le hagamos presente también nosotros a los demás. Feliz Semana Santa.