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La familia Loaysa Milagrosa Esperanza Esplugues Megías
José Luis Vañó Pont
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Continuando con el Proceso entre Bocairent y Banyeres, este año se agrupan por temas las distintas notas históricas que en él aparecen mezcladas en las declaraciones de los testigos, los desarrollados este año son: agua de riego, que era de vital importancia para la economía de entonces; lavaderos, muy necesarios para la higiene de las personas; frontera con el Reino de Castilla, que recoge diversos incidentes ocurridos en la misma; y algunos datos referentes a la parroquia.
AGUA DE RIEGO
Del terreno cultivado de Banyeres de Mariola, sólo una sexta parte es de regadío, siendo el resto de secano o monte.
Las principales fuentes de ingresos económicos del Banyeres de entonces eran la agricultura y la ganadería y por ello las aguas del río Vinalopó eran muy necesarias para su subsistencia. Además, servían para poner en marcha los molinos harineros y algún batán situados en su ribera, por ello las defendían con uñas y dientes. Hoy en día, por el cambio climático, algunos autores y la gente joven creen que el río Vinalopó nace en la Font de la Coveta, pero la realidad es otra, Cavanilles ya en el siglo XVIII lo plasmó de la siguiente manera:
“Las aguas que fecundan los campos de Bañeres, y sucesivamente los de Bocayrént, Benijama y Biar, vienen por el río Vinalopó. Este principia en el rincón de Bodí ó foya del Bobalar a una hora del poniente de Moncabrer, y sigue pobre por barrancos hasta las inmediaciones de la torrecilla de su nombre: allí se encuentra con multitud de fuentes, muchas de ellas copiosas”.
Cavanilles, tomo II, página 168. En este proceso, tanto Banyeres como Bocairent defienden que el río nace en su término municipal, afirmándose que:
“Es verdad que la villa de Banyeres era la primera y señora en las tandas de las aguas y nuestros antepasados se quejaban de que una vez adquirido Banyeres, se hicieron con las aguas contra su voluntad y por la fuerza, llevándolas a molinos particulares y heredades singulares, ejecutando las penas y multas para transferir las aguas propias y aplicárselas, especialmente el alcalde de Bocairent por interés de un molino suyo, lo que no se puede ni debe tolerar”.
Folio 230r.
Este es un tema que necesita un estudio aparte.
El agua de la acequia, además del riego, era utilizada para abrevar los ganados y lavar la lana de los mismos, llegando los habitantes de las masías cercanas por donde discurre a beber de esta agua, por todo ello las autoridades ya advertían del peligro de contaminación penando con multas de cinco sueldos a los que no hicieran caso. Pero la faceta que más vestigios nos ha dejado, después del riego de las tierras, ha sido el uso que hacían de ella para lavar la ropa de los vecinos.
LAVADEROS
Hasta la actualidad, nos han llegado una serie de lavaderos, en mejor o peor estado, a lo largo del recorrido de la acequia, y que estuvieron activos hasta la instalación del agua potable en las casas y la aparición de las lavadoras, de ellos alguno es curioso por estar situado en una ventana de los edificios colindantes, como en el Molí de la Farina, por lo que
solamente había que abrir la misma para proceder a la colada. De todos ellos el más grande es el dels Clotets, aunque en un estado que reclama una pronta restauración y evitar así su pérdida.
Situado en el río Vinalopó, aunque a mayor distancia de la población, hay otro en la partida de Blanes. Las mujeres cargaban la ropa en una burra y allí se encaminaban. Para los chiquillos era toda una aventura, por el magnífico espacio que hay para jugar en la ribera del río. Era costumbre, antes de proceder al lavado beberse la graciosa (gaseosa, para ello había que diluir en el vaso de agua los dos sobres, uno blanco y otro azul para producir la ebullición, siendo la más afamada la marca Colón) y así aliviar el calor de la caminata.
Otros lavaderos públicos, no situados en la acequia o en el río, que aún existen, son el del Teularet, en un estado de total abandono, cerca de la Font del Sapo. Y el mejor conservado, cercano, más grande y utilizado, en la Font Bona. Asimismo, hay otro, aunque pequeño, en buen estado de conservación y de propiedad privada, pero que, no obstante, en los tiempos de sequía, permitían a los vecinos usarlo, al que podemos considerar el lavadero con más encanto de la población por su situación, ya que está enclavado dentro de una cueva, al tiempo que disfruta de unas magníficas vistas. FRONTERA CON EL REINO DE CASTILLA
Banyeres de Mariola y Bocairent pertenecían al Reino de Valencia. Villena y su marquesado formaban parte del Reino de Castilla. Y aunque los dos reinos eran cristianos, ello no era óbice para que las poblaciones situadas a ambos lados de la frontera, tuvieran sus altercados. En este proceso aparecen algunos de ellos, nuestros antepasados se quejaban de que, algunas veces, los mismos los iniciaban los vecinos de Bocairent y las represalias de Villena generalmente se descargaban sobre Banyeres que les cogía más cerca.
Afirman que, en la Guerra de Catalunya, –por la época del documento estudiado se deben de referir a la conocida como Guerra dels Remences–:
“Vinieron de Villena mucha gente a caballo infestando toda la frontera con la intención de tomar el castillo y quemar el lugar, por lo que tuvieron que venir 200 hombres a defenderlo, pero al final no ocurrió nada. No indica la procedencia de estos hombres, pero es de suponer que, en su mayoría, serían de Bocairent puesto que eran un mismo municipio”.
Hubo una incursión que no solamente afectó a Banyeres y Bocairent, sino que llegó hasta Benisoda,
Lavadero C/Fàbriques de Beneyto. Año 2018.