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Carta a Cristóbal Albero Vicente Ferrero Molina

CARTA A CRISTÓBAL ALBERO

Vicente Ferrero Molina

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Escultor

Querido amigo Cristóbal:

Esta noche, con sorpresa y mucha tristeza he sabido por tu hija Carmen y su esposo Carlos que has decidido marchar a reunirte con tu querida esposa Carmen; a buscar la luz que aquí ya te faltaba. Pienso que has sido un hombre afortunado, no tan sólo por haber vivido una muy larga estancia junto a nosotros, sino además porque ésta ha estado llena de contenido. Una vida dichosa por haber estado rodeado de una gran familia que te ha querido, y por esa enorme inquietud y amor por nuestro pueblo, que siempre te ha embargado. Protegiste y volviste a la vida a nuestro santo y seña, el castillo, que es como decir Banyeres, tal vez la más trascendente labor que te ocupó; quiero aquí recordar también a tu compañero Octavio. Este castillo que casi rozabas con los dedos desde tu terraza; esa torre, corazón palpitante de nuestras raíces, faro de nuestros caminos. Como hombre culto, que tanto y tantas letras le dedicaste a tu pueblo, tu inquietud te llevó en los últimos tiempos a añadir imágenes a tus palabras y así, lienzos y color ocuparon tus horas y, esto, Cristóbal, si cabe nos unió más.

Por ello, siempre es doloroso perder a un amigo, pues también perdemos algo de nosotros. Quiero pensar que te has marchado pero que te has querido compartir generosamente. También te has quedado con tu familia, ya que como dice la escritora Ida Vitale: “Los seres queridos son extensiones de nosotros mismos, prolongaciones de nuestras carnes, tuétanos de nuestros huesos”. Queda en paz, amigo. Sonrío pensando que seguirás construyendo allá, con tus amigos, nuevos castillos.

Vicente Ferrero Molina. Banyeres de Mariola. Lápiz plomo sobre papel. Colección Cristóbal Albero Francés.

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