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Carta a mi madre Verónica Pérez Herrera

CARTA A MI MADRE

Verónica Pérez Herrera

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Quien me iba a decir a mí en esta vida que estaría delante de un lápiz y un papel escribiéndote estas palabras, mamá. La vida ha sido injusta contigo y te has ido demasiado pronto. Eras una persona alegre, plena de vitalidad y de energía, un puro nervio. Una persona cariñosa, llena de amor y felicidad. Por donde pasabas dejabas huella, una de esas personas especiales en la vida de cualquiera. Tu única preocupación era que los tuyos estuvieran bien, sanos, sin problemas, sin penas… Nada te hacía más feliz que vernos felices a todos. Toda esa alegría se nos cortó de golpe cuando tu fuerza, tu cariño, tus palabras, se apagaron para siempre. Ahora nos toca vivir con tu recuerdo, con tu gran recuerdo, lleno de cariño, lleno de un corazón enorme y siempre con esa fortaleza que te caracterizaba. Todavía no habían sonado las primeras notas de un pasodoble y tú ya tenías los brazos en alto, preparada y dispuesta a disfrutar de lo que más te gustaba en esta vida, de tus fiestas. Cómo disfrutabas con tus hermanas, con tu nieta, con tu sobrino, con tu escuadra, con tus Estudiantes, con todo el mundo. Eso era sagrado, tus fiestas de San Jorge te quitaban todos los males del mundo. Festera de pies a cabeza, siempre dispuesta a colaborar por tu comparsa y siempre acudiendo a todos los actos. En esos cuatro días de fiesta no te veíamos el pelo, bandida. Nos transmitiste ese sentimiento festero que te corría por la sangre. Y las muestras ahí están presentes, cada minuto, cada segundo vivido y disfrutado con los Estudiantes ha sido especial. Tuve la suerte de poder compartir muchos de esos momentos junto a ti, jamás lo olvidaré. El maset de los Estudiantes se ha quedado vacío sin ti, sin “La Jose”. Nos hemos quedado vacíos, tristes, sin palabras, con el corazón en un puño aprendiendo a vivir sin ti. Ya nada será lo mismo, pero seguiremos disfrutando de tus fiestas, en homenaje a ti. Ahora nos toca seguir tu legado, sobre todo ese sentimiento festero que fuiste capaz de transmitirle a tu nieta Marta. A pesar de su corta edad lleva las fiestas muy adentro, como solo tu supiste transmitirle, todo gracias a ti. Hace el cabo como tú le enseñaste, disfruta de las fiestas como tú le enseñaste y eso te lo agradeceré toda la vida. Qué suerte tuvo de tener una abuela como tú, que le haya enseñado tantas cosas en tan poco tiempo. Marta ve a los Estudiantes y me dice: “mamá yo también, como la iaia Jose”. Buff, que difícil va a ser vivir sin ti. Cada minuto, cada nota musical, cada pasodoble nos vamos a acordar de ti. Allá donde estés, cuando lleguen las fiestas de San Jorge, siempre estarás a nuestro lado, que nosotros siempre lo estaremos contigo. Te queremos mamá. Hasta siempre iaia Jose.

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