S U G E R E N C I A S PA R A E V I TA R E L S E X I S M O E N E L Á M B I T O L A B O R A L
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Introducción. Las mujeres, el lenguaje y la igualdad en el mundo laboral En un mundo cada vez más preocupado por conseguir la igualdad, existen abundantes elementos que atestiguan que esta no se ha producido en el ámbito laboral: la brecha salarial, la persistencia de estereotipos hacia las cualidades y capacidades de mujeres y hombres, la pobre valoración de las opiniones femeninas, el techo de cristal, un menor número de directivas, la escasa presencia femenina en ciertas profesiones, la falta de conciliación de la vida laboral y familiar, el acoso sexual… Ante obstáculos de tanto calado, en apariencia infranqueables, podríamos preguntarnos qué sentido tiene detenernos en el lenguaje.
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La respuesta a esta pregunta viene dada por la función que cumple el lenguaje en la desigualdad. Mediante el lenguaje reproducimos la cultura, interpretamos la realidad y transmitimos ideología y valores; además, el lenguaje nos sitúa en el mundo, nos proporciona identidad y conciencia de quiénes somos y cómo se nos considera. Juega, por tanto, un papel muy relevante en la visión que tenemos de los seres humanos, mujeres u hombres: es fundamental a la hora de conceptualizar a unas y otros, contribuye a mantener los estereotipos sobre la idoneidad de hombres y mujeres en ciertas tareas y sirve para asentar las viejas creencias de que ellas son «el segundo sueldo del hogar» o no están capacitadas para ciertos puestos. El lenguaje sexista está, por ello, íntimamente unido a la falta de equiparación de las actividades, salarios y valoraciones de hombres y mujeres.