3 minute read
Alcaldesa de Cartagena
SALUDA Alcaldesa de Cartagena
Escribir sobre la Semana Santa de Cartagena siempre impone. Mucho y muy interesante se ha publicado sobre nuestra Semana de Pasión, que cuenta con grandes eruditos que han analizado en profundidad cada Cofradía, cada agrupación y cada grupo escultórico o imagen que participa en nuestros cortejos pasionales.
Advertisement
Así que no os hablaré de historia ni de patrimonio, sino de pasión y emoción.
Una pasión que los cartageneros aprendemos desde la cuna y cada año renovamos ante el paso firme y acompasado de nuestros penitentes.
Una emoción que se contagia de padres a hijos, como dejan de manifiesto los cientos de nazarenos marrajos o los cientos de niños y niñas californios que cada Domingo de Ramos procesionan por nuestras calles, felices y orgullosos.
El amor por nuestra Semana Santa se vive los 365 días del año, no sólo durante los 10 días que duran nuestros cortejos, gracias al enorme esfuerzo de nuestros procesionistas.
Quisiera dedicarles estas letras a ellos, a los miles de cartageneros que dedican todo el año a mantener viva nuestra Semana Santa.
Su labor social y solidaria va más allá de los cortejos pasionales. Valga como ejemplo, por citar sólo una, la Cofradía del Socorro, que destina el 33 por ciento de su presupuesto a ayudar a los más necesitados. De la misma forma actúan marrajos, californios y resucitados. Y lo hacen sin alardes ni aspavientos, en silencio.
Nuestros procesionistas recogen juguetes para ayudar a los Reyes Magos en Navidad, participan en campañas solidarias de recogida de alimentos y mantienen sus propios centros sociales donde ayudan a mayores y personas necesitadas, entre otras muchas actuaciones.
Una solidaridad que ejercen como parte de la pasión que sienten por nuestra Semana Santa y por Cartagena.
Los procesionistas no sólo donan su tiempo, sino que también realizan importantes aportaciones económicas que contribuyen a engrandecer nuestros cortejos pasionales y nuestro municipio.
A esto se suma la enorme repercusión económica de nuestra Semana Santa, ya que cada año nos visitan miles de turistas y cartageneros en el exilio que se alojan en nuestros hoteles, comen en nuestros restaurantes, visitan nuestros yacimientos arqueológicos y nuestra costa y compran en nuestros comercios.
Asimismo, la propia inversión de las Cofradías y de las agrupaciones en flores, música y conservación de su patrimonio, entre otras cuestiones, contribuyen a engrandecer Cartagena.
Por todo ello, nuestro municipio no se entendería sin su Semana Santa, que no sería posible sin la entrega y dedicación de nuestros procesionistas.
Gracias a todos; desde el monaguillo que por primera vez participa en la procesión, hasta el nazareno que reparte sus caramelos con seriedad; pasando por los penitentes y portapasos, los responsables de patrimonio, vestuario e iglesia; los directivos de las agrupaciones y de las cofradías; los hermanos mayores y los miembros de la Junta de Cofradías, entre otros.
No quiero olvidarme de las mujeres; las que realizan esos magníficos trabajos de bordado para que los vestuarios luzcan impresionantes; las que planchan las capas y capuces, las que visten las imágenes; pero también las que procesionan con sus tercios y llevan a hombros los tronos; las que trabajan incansablemente en sus agrupaciones y en las cofradías; las Mujeres Cofrades. En definitiva, todas aquellas que luchan para que nuestra Semana Santa sea cada día más grande.
Gracias por vuestra dedicación, pasión y emoción, la de todos, que habéis sabido contagiar a todo un municipio, y por vuestro afán de superación que queda reflejado en la publicación de esta revista con la que contribuís a la difusión de nuestra Semana Santa.
Ana Belén Castejón Hernández Alcaldesa de Cartagena