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Setenta y cinco años tras los pasos de la Piedad

Semana Santa 2018 Cartagena Setenta y cinco años tras los pasos de La Piedad

En este año 2018 se cumplen setenta y cinco años de la creación de varias agrupaciones marrajas, así como otras efemérides de diversa índole en nuestra Cofradía. La restauración de la Semana Santa de Cartagena en los primeros años cuarenta, tras las persecuciones religiosas del lustro anterior y la desaparición de buena parte del patrimonio, no sólo trajo consigo la recuperación de pasos perdidos y reconstrucción de destruidos, sino la creación de nuevas agrupaciones y diferentes formas de entender la Semana Santa. En ese elenco de celebraciones con las que este año contamos, destaca por su importancia el setenta y cinco aniversario de la Agrupación de Portapasos-Promesas de la Santísima Virgen de La Piedad.

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Desde que en 1926 se constituyera la Agrupación del Santo Sepulcro, se fueron creando hasta los años ochenta dichas entidades, todas ellas al amparo de la Cofradía Marraja. Con la excepción de granaderos y judíos, tercios armados, todas las demás lo hicieron para, precedidos de un tercio de capirotes, desfilar por las calles con una u otra advocación, dejando la tracción física de los tronos en manos primero de portapasos pagados, para posteriormente -y siguiendo también el ejemplo del Sepulcro- adoptar la rueda como soporte. Mientras que por aquel entonces el resto de tronos eran portados -que no procesionados- por pagados, los devotos de la Virgen de la Piedad decidieron no sólo ser ellos mismos quienes sacasen a la Madre de las Promesas, sino además pagar por ese privilegio. Este hecho que se produce en 1940 y se mantiene hasta nuestros días tiene pocos ejemplos con los que compararse, lo que evidencia su singularidad: el titular de los marrajos no salió a hombros de voluntarios hasta cuarenta años después.

Dentro de este papel diferenciador de la Agrupación en sí, debemos mencionar la necesidad de su salida. Como ya sabemos por el origen dominico1 de los marrajos, nuestra función es la de dar testimonio del Evangelio y predicar con el ejemplo más allá de la penitencia, que es siempre individual y nunca colectiva. Por ello, los marrajos encargan al escultor Capuz en año 1925 la talla de la Virgen de La Piedad (teóricamente) a imagen y semejanza de la Virgen de la Caridad, patrona de Cartagena. Sin entrar en la historia de la talla y de la Agrupación de La Piedad, esta imagen, comprada para procesionar en Viernes Santo, generó tal devoción entre los cartageneros que la Cofradía se vio obligada a remitir a todas esas promesas a la tarde del Lunes Santo desde 1930, al traslado desde la Calle Adarve -almacén de la Cofradía- junto con el Cristo de la Agonía, que venía saliendo en ese día. El periodo que va desde esa fecha hasta la Guerra Civil, y posteriormente desde 1940 a 1943 es discutido y discutible en lo que se refiere a la entidad de ese evento como traslado, como procesión o como procesión de traslado. Semana Santa tras la Guerra Civil, salen portapasos voluntarios. Así me lo relató D. Francisco Salmerón de Lara (1923-2012), último fundador con vida en una conversación mantenida en el 2010. En el año 1943, y tal como se viene refiriendo en los anales2 volvieron números reemplazos de la División Española de Voluntarios, más conocida como División Azul. Así consta en los primeros documentos de la agrupación3, que aquellos primeros portapasos voluntarios, o al menos una parte de ellos, eran cartageneros que habían vuelto de combatir a la Unión Soviética en el frente de Krasni Bor. No tenemos fotografías de aquel año, siendo los primeros documentos gráficos de nuestros portapasos de 1945 pero sí sabemos de divisionarios que, con su uniforme, portaron a La Piedad, tales como Luis Pavía, Leandro Guillén, Hipólito Clares y Rodríguez Casaú.

Destacan también nombres como el de Juan Jorquera, primer Presidente de la Agrupación y otros marrajos: Espín, Sáez Meroño, Salmerón o Rubio Espinós. Y sabemos que la preocupación por el buen hacer de aquellos portapasos era tal, que ya en las instrucciones del año 1951 se recomendaba: “(…) ir durante la procesión con todo orden, sin hablar en voz alta y sin hacer ostentación, cantando la Salve cuando sea indicada, lo mismo con el trono a hombros que en las paradas 4” Del mismo modo, señalar que desde los primeros días fue tal la devoción de los portapasos, que las listas de espera se demoraban años, con lo que en un intento de vestir al máximo número de portapasos posibles ya se señalaba en una convocatoria de Junta General de 1945 que: “como quiera que es imposible el que formen más que los puestos fijos del trono y diez relevos (…) se han solicitado de la Cofradía, plazas de Portacables-Promesas para la referida procesión5”. Este hecho viene a colación de la frase de D. Antonio Cremades (1929-2012) Presidente (1960-1978) y capataz histórico del trono que afirmaba que “(…) aquí entra todo el mundo que, sencillamente, quiera salir. Es como la Legión”.

Para más información sobre la fundación, espíritu e historia de este paso, el libro “Los portapasos-promesas de La Piedad, una agrupación marraja” fue editado por la Agrupación en el año 2011, siendo co-autores José Eduardo Pérez Madrid (1957-2017), portapasos-promesa recientemente fallecido y el que suscribe estas líneas. Un libro que fue la síntesis definitiva de qué ocurrió en aquellos primeros años cuarenta, de cómo pasó y de la necesidad que existía.

Porque desde entonces, desde hace setenta y cinco años, los Portapasos de la Piedad procesionan cada Lunes Santo a la Madre de las Promesas, al paso del tambor y en respetuoso silencio, Pues no son los hombres los que mueven a La Piedad, sino La Piedad a los hombres 6 . Les invito a compartir la experiencia única e irrepetible de ver el paso de La Piedad, a los sones de Plegaria, desfilar por las calles de nuestra Ciudad en el lunes más marrajo del año. No deja indiferente.

Javier Pérez Bódalo Secretario de la Comisión de Observancia de la Regla de la Cofradía Marraja

1. Conferencia ‘Marrajos y Dominicos: dos siglos caminando juntos’ de D. Agustín Alcaraz Peragón, pronunciada el 22 de enero de 2018 en la sede social de la Cofradía Marraja. 2. EL NOTICIERO, 7 de Abril de 1943, p. 2. Archivo Histórico Municipal de Cartagena 3. Reglamento General de 12 de junio de 1950. Archivo Juan Jorquera del Valle 4. Instrucción 6ª. En la Procesión. Instrucciones, 8 de Marzo de 1951. Archivo Familia Pérez-Bódalo 5. EL NOTICIERO, 30 de Marzo de 1945, p.2. Archivo Histórico Municipal de Cartagena 6. Miguel Alberto Guillén Pérez

El trono de la Piedad inicia su salida en el interior de Santa María de Gracia. Procesión del Lunes Santo. Foto: Moisés Ruiz

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