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Las andas del Ecce-Homo de San Miguel. Una joya en la Semana Santa de Cuenca desde 1951

Por Rafael Pérez Caballero

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Si nuestra mirada, al contemplar el paso de las distintas procesiones, se centra en las magníficas tallas escultóricas que van desgranándose día a día en los desfiles procesionales de Cuenca, no en menos cierto que también nos fijamos en las andas que cada Imagen o grupo escultórico soporta. Hemos ido viendo sus cambios, las sustituciones de unas, más antiguas, por otras nuevas. Algunos echan de menos en sus hermandades aquellas andas que parecían mejores que las actuales. Otras han ido cambiando al igual que ha cambiado la Semana Santa. Otras son producto de la época en que se realizaron, porque también las distintas décadas han ido marcando el estilo de cada una de ellas.

Las andas con las que actualmente desfila cada Miércoles Santo la gran talla del Santísimo EcceHomo de San Miguel pertenecen a un pequeño y, para mí, selecto grupo de andas que han resistido el tiempo y han sobrevivido a nuevas modas y cambios desde aquellos años 50 del siglo pasado. Son una explosión barroca, doradas, siendo un eslabón entre las antiguas andas de nuestros pasos, pequeñas y sencillas de los años anteriores a la Guerra Civil hasta las nuevas que tuvieron que fabricarse para los nuevos grupos escultóricos más grandes de los años 40.

Andas, es una palabra que cada conquense conoce casi al nacer. Es junto a banzo, horquilla, capuz y tantas palabras las que forman parte de nuestro aprendizaje nazareno desde que somos niños. El diccionario de la Real Academia Española define que la palabra “andas” proviene del latín amites que es el plural de ames que significa angarillas. En su primera definición las andas son “tablero que, sostenido por dos varas paralelas y horizontales, sirve para conducir efigies, personas o cosas”.

Haciendo un poco de historia, las primeras andas posteriores a la destrucción que sufrió la hermandad durante la Guerra Civil se eligieron en Junta General de 29 de enero de 1941. En esta Junta se presentaron tres modelos de andas quedando elegido uno de ellos. No disponemos de más información de estos modelos que fueron sometidos a votación entre los hermanos, lo que es importante reseñar es que cuatro días antes, el 25 de enero de ese año se había firmado el contrato entre la Junta de Cofradías y el escultor Federico Coullaut Valera para encargar la construcción de la nueva imagen del Ecce-Homo. En este contrato, además de fijar el precio de coste en 12.000 pesetas, el escultor se compromete a entregar la imagen en su estudio el día “31 de marzo próximo venidero en condiciones de poderla sacar procesionalmente en la Semana Santa y para tener tiempo suficiente para prepararle las andas y exponerla al público”.

Estas andas primeras no serían las definitivas, ya que solamente desfilarían en procesión desde ese 1941 hasta el año 1950, en las cuales se estrenarían las actuales que podemos contemplar y que son el objeto de este artículo.

Ya en el año 1944, en la Junta de 12 de marzo vuelve a salir el asunto de las andas y “se da un voto de confianza a la directiva para que estudie ampliación y reforma de las andas”. Esto se explicaría por el número de banceros, que fueron doce en 1941 y aumentaron su número a dieciséis ese año.

Sería en la Junta de 8 de enero de 1950, Junta Extraordinaria, cuando se reúna de nuevo la hermandad para “tomar solo y exclusivamente el acuerdo de la construcción de nuevas andas”. Ya en agosto del año anterior se había hablado de reformar las andas que se venían utilizando o de construir unas nuevas. Volvamos a enero de 1950, en la Junta se ven los presupuestos y diseños facilitados por don Apolonio Pérez Llandres, y fueron elegidos entre varios modelos decantándose la hermandad por el llamado “modelo nº 1”, cuyo coste alcanzaba la cifra de 7.000 pesetas de las cuales se pagarían 4.500 en el momento de recibirlas y el resto en plazos “como le pueda permitir las fuerzas económicas a la Hermandad”. Se hace constar que estas nuevas andas se deberían entregar el 25 de marzo de ese mismo año.

Y así fue. El paso se puso en sus nuevas andas el Domingo de Ramos día 2 de abril, quedando el paso expuesto en la Iglesia de El Salvador hasta el lunes de Gloria una vez terminase la procesión del Miércoles Santo. Hay que recordar que durante estos años la hermandad se incorporaba a la Procesión del Silencio cuando ésta llegaba a la Plaza Mayor y terminaba su procesión en la Iglesia de El Salvador. Las andas nuevas salieron este año en su color de madera, sin dorar ni platear.

Con el fin de reunir la cantidad de dinero suficiente para el pago de las andas varios hermanos se dedicaron a esta tarea. Para ello se hicieron tres grupos que irían visitando a los hermanos para recabar donativos. Estos “grupos” estaban encabezados por los hermanos Florián Montero, que recaudó 510 pesetas, Joaquín Borja con 285 pesetas recaudadas y el de Epifanio Rubio con 305 pesetas. A todo esto, se añadió la venta de Lotería de la Navidad de 1949 que dejó 800 pesetas en las arcas y la subasta de banzos para esta Semana Santa de 1950 que dobló la subasta del año anterior.

La intención de la hermandad era terminar las andas dándoles un dorado o plateado. De nuevo se convocará una Junta con carácter extraordinario el 13 de octubre de ese año para tratar “sobre ver la forma de dorar las andas para el presente año”. Se vota entonces si “se han de dorar o platear, acordándose por mayoría que sean doradas”. Ya con el respaldo de la hermandad en enero de 1951 se convocará de nuevo una Junta Extraordinaria “para tratar sola y exclusivamente la forma de dorar las andas para este año”. Se acuerda que el dorado lo haga el Sr. Gimeno. Se trata de Enrique Gimeno Monrabal 1, la hermandad tenía la intención de tener las andas ya doradas para primeros de marzo de este año (el 18 de marzo sería Domingo de Ramos). El precio del dorado de las andas será de 8.000 pesetas que serían pagadas de la siguiente forma; la cantidad de 2.000 a la entrega del trabajo y las restantes “en plazos como lo permita el estado económico de la hermandad”. Hay que recordar que la hermandad sumaba el coste de este dorado a los plazos que se estaban pagando de la construcción de las andas. Con el fin de recaudar se acordó hacer unos boletos con el fin de entregar a los hermanos y que fueran rellenados con la cantidad que cada uno estimase para pagar por trimestres. Las andas anteriores se vendieron a la localidad conquense de Villar de Olalla por 1.000 pesetas. Todas las gestiones del dorado de las andas las llevaron a cabo los hermanos Mayores Manuel Saiz Abad y Victoriano Palomo.

En el año 1957 “se acuerda nombrar una comisión para visitar a los hermanos con el fin de requerirles par ayudar con una cuota extraordinaria a los gastos hechos con motivo del dorado de los grupos”, los hermanos encargados fueron Felipe Grande Real, Santos Cañas Castillo, Valeriano Ruiz Campos y Pedro Castellanos Barreña.

Durante los años siguientes la hermandad fue realizando los correspondientes pagos, reflejándose en los libros de cuentas los apuntes contables anotados como “recibo Apolonio”, “recibo pintor Gimeno” y similares hasta el año 1960 que se paga la última factura del dorado de Enrique Gimeno.

Los grupos de luz de las andas aun tendrían una modificación, ya que se les añadió una pieza más de madera tallada en forma de “s” que es la que vemos actualmente desde aproximadamente el año 1957.

Las andas, además de pequeñas restauraciones y arreglos puntuales fueron restauradas y de nuevo doradas en el año 1994 por el taller de José Antonio Martínez de la localidad de Horche (Guadalajara) con oro de ley y un coste de 761.645 pesetas.

En este año 2022, tras dos años sin desfilar por la pandemia estas andas cumplirán 72 años desde su primer desfile procesional de 1950, siendo un patrimonio muy importante para la hermandad. Debajo de ellas han sido muchos los banceros que cada Miércoles Santo han, hemos portado nuestra querida talla del Ecce Homo. Unas de las mejores andas salidas del taller conquense de Apolonio Pérez para elevar al cielo una magnífica escultura de Federico Coullaut Valera.

1. Enrique Gimeno Monrabal, en el año 1964 fue Maestro de Taller de Dorado y Policromía en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid.

Bibliografía: Libro de Actas de la Venerable Hermandad del Santísimo Ecce-Homo de San Miguel. Libro de Cuentas de la hermandad. 150 años Venerable Hermandad del Santísimo Ecce-Homo de San Miguel. Libro de historia de la hermandad. 2011.

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