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Vivencias de las Marías y Magdalena
Vivencias de las Marías y Magdalena 2020-2021
Después de grandes momentos solo quedan recuerdos inolvidables
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Mª Nieves Escribano Cascales, Verónica Navarrete García, María Serrano Moya
“¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?” - le contestó Jesús. Juan 11:40
Es así, con sólo una llamada nos cambió la forma de vivir nuestra vida cristiana. Fue a finales de octubre del año 2019, cuando recibimos la noticia de que íbamos a representar a las próximas Marías y Magdalena. Dando comienzo así, a esta bonita vivencia.
En las primeras reuniones conocimos a nuestras compañeras, que formarían parte de este acontecimiento. Llegaron los reportajes fotográficos y las primeras conversaciones, que nos pondrían en situación de lo que estaba por llegar.
Desde el primer ensayo, hubo mucha conexión entre las tres, sabíamos de la gran responsabilidad que teníamos. También tuvimos anécdotas que ahora rememoramos entre risas, lágrimas y buenos recuerdos.
Sin darnos cuenta, llegó ese día tan esperado, el de nuestra presentación. El pueblo de Aspe iba a ser conocedor de que representaríamos a las Marías y Magdalena. Fue una tarde de alegría e ilusión. Pronto nos encontramos en el miércoles de ceniza y en el encendido de la cruz. Juntas hacia la Santa Cruz dábamos inicio a la Cuaresma.
Todo iba como estaba previsto hasta que el Covid-19 apareció en nuestras vidas, y como consecuencia de ello, se anularon los actos de la Semana Santa.
Fueron semanas duras, de desilusión, porque no podríamos vivir ese sueño que tantos años estábamos esperando que llegara, y es aquí, cuando nosotras tres, empezamos a hacer historia. María Serrano Moya como María Magdalena, junto con Mª Nieves Escribano Cascales y Verónica Navarrete García como las Marías, íbamos a ser las únicas en toda la historia de Aspe en ser Marías y Magdalena por dos años.
Después de unos meses, llegó la nueva normalidad. Volvieron las reuniones con incertidumbre por la situación generalizada, no sabíamos que sucedería. Fue entonces cuando se tomó la decisión de realizar los actos en la Basílica y suspender las procesiones. Íbamos a vivir una Semana Santa diferente.
Así dieron comienzo los ensayos en la Basílica, con las emociones a flor de piel, pudimos prepararnos con entusiasmo y ganas.
El Jueves Santo nos vimos por primera vez vestidas y peinadas como Magdalena y Marías, fue muy emocionante. Celebramos la última cena, e hicimos la reverencia al Santísimo. Tuvimos el gran privilegio de estar en un recogimiento interior y de oración ante el Hijo de Dios.
La mañana del Viernes Santo fue única, Ntro Padre Jesús Nazareno presidía el altar. Las Marías tuvimos el encuentro más especial con el Señor. Poder ver en sus ojos su mirada de esperanza y consuelo, poder rezarle desde lo más profundo de nuestro ser. Son emociones inexplicables que jamás podremos olvidar. Finalmente, la Magdalena se despedía de Él mirando su rostro. Recordar estos momentos hacen que los vellos se nos pongan de punta, ya que fue un acontecimiento verdaderamente precioso. miedos y las dudas por cómo saldría todo, después de tanto tiempo, se pudo hacer posible. Al acabar, tuvo lugar la Solemne Eucaristía de la Resurrección del Señor. Ahora sí, todo estaba llegando a su fin.
Tras finalizar, nos dirigimos a la Hermandad María al Pie de la Cruz, a la que pertenece María. Al girar la calle, observamos la imagen de la Virgen, impresionadas no esperábamos la bonita sorpresa que nos tenían preparada. Una vez allí, nos hicieron obsequio de unos cuadros con las imágenes de la Virgen María y de María al Pie de la Cruz. También nos dieron bandejas repletas de flores para ofrecerlas a la imagen de la Santísima Virgen María, primero lo hicimos las Marías, y después la Magdalena. Fue muy especial y emotivo. Lanzamos esas flores al cielo, por las personas que no estaban con nosotras físicamente, pero sí estaban en nuestro corazón. Por lo que vivimos durante este tiempo. Por nosotras, por esa amistad que surgió sin apenas saberlo.
Por la tarde, vivimos en primera persona el entierro de Jesucristo. Junto a su cuerpo yacente, pudimos experimentar la pérdida. Fue lo más impactante y en lo que más nos apoyamos las tres.
El sábado de Gloria, acudimos a la Vigilia Pascual, para acompañar a Jesús en su resurrección. La celebración sin duda más importante de todo cristiano.
En la ``Mañanica de Pascua,´´ tuvo lugar una de las ceremonias más esperadas y conmovedoras para nosotras, y en especial para la Magdalena. La ofrenda de flores al Santísimo, la dedicó con devoción a su madre. Después, llegó el acto de la coronación, su hermano le colocó la corona de flores, instante muy importante y significativo para ella, que pudo hacerse realidad, en el cuál sintió paz y amor, ya que sabía que su madre estaba junto a ellos en ese momento.
A continuación, se dio paso a las deseadas cortesías. Comenzamos las Marías, separadas en distancia pero unidas ante lo que estábamos viviendo, y por último la Magdalena. Estuvieron llenas de emoción e intimidad ya que las realizamos dentro de la Basílica. Atrás quedaron los Para terminar, nos encaminamos a la Hermandad de la Oración en el Huerto, a la que pertenecía Mª Nieves, nos sentimos muy agradecidas con ellos, puesto que nos
abrieron las puertas para ver las imágenes y tuvieron un pequeño detalle con nosotras.
Sin duda alguna, recordamos esta experiencia con una gran sonrisa mezclada en lágrimas, con muchos sentimientos encontrados y una enorme complicidad entre nosotras. Disfrutamos cada instante vivido, cada sesión de peluquería, cada ensayo, cada llanto y abrazo que nos daba ese apoyo que necesitábamos.
Ha sido una Semana Santa diferente a lo que se ha visto hasta ahora, pero no la cambiaríamos por nada. A pesar de las mascarillas y de las restricciones, pudimos sentir la pasión, amor y resurrección de Cristo. Además de disfrutar de la intimidad y sentimiento que requería cada ocasión.
¡Hicimos historia chicas… y qué bonita historia!
Queremos dar las gracias a todas aquellas personas que nos han ayudado cuando más lo necesitábamos, por habernos prestado su apoyo incondicional. También a la junta central, que ha hecho de esta Semana Santa algo único que perdurará para siempre. Las sensaciones vividas no se pueden explicar con palabras, pero esperamos de corazón, haber podido transmitir todos nuestros sentimientos vividos al lado de Jesús.
Antes de concluir, queríamos dedicar unas palabras cada una de nosotras:
María Serrano Moya como María Magdalena:
“Todo está cumplido” Juan, 19:30.
Un sueño que hemos hecho realidad, mamá. He caminado orgullosa al saber que tú lo estarías también desde el cielo, acompañándome en cada momento, en cada risa, en cada lágrima. Sentimientos difíciles de explicar, pero que bonito y emocionante el sentirte. Una experiencia en la que te he tenido muy cerca y que quedará siempre marcada entre nosotras. Sonríe mamá,porque todo es por tí.
Gracias a mi hermano, Roberto, nadie mejor que tú, para vivir y compartir esta experiencia. Desde el principio y hasta el final, ilusionado con cada acontecimiento que estaba viviendo, el poder coronarme como a ella le hubiera gustado y compartir todo lo vivido juntos y unidos como ella nos enseñó, es algo que siempre guardaré en mi corazón.
Para mí lo vivido, ha sido único. Tras salir de pequeña de María Magdalena, he tenido el privilegio de volver a serlo de mayor. Como bien me dijeron “El reflejo del alma son los ojos”, los míos reflejaron los sentimientos que reviví en estas fechas, el dolor y sufrimiento de la pérdida, pero también la fortaleza, el cariño y la seguridad que tenía al saber, que como la Virgen María protegía a su hijo, tú lo estabas haciendo también conmigo.
Recordaré las Semanas Santas del 2020/2021, como algo inolvidable. Gracias a todas y cada una de las personas que han estado conmigo, acompañándome en estos días.
Eternamente agradecida a mi Hermandad María al Pie de la Cruz, donde he crecido. Fueron momentos de valor incalculable todo lo acontecido allí, ya que la imagen de Ntro. Padre Jesús Cautivo es muy importante para mí, el poder verme frente a él vestida de María Magdalena, con mi hermano al lado, fue algo que jamás olvidaré. Instantes que quedarán guardados en lo más profundo de mi corazón.
Agradecer también a los familiares de mis dos compañeras que me han arropado en todo momento y sobre todo a vosotras dos, Mari Nieves y Verónica, gracias porque habéis hecho que todo lo vivido sea, aún si cabe, más bonito, verdadero y especial. Nuestro vínculo quedará para siempre.
Verónica Navarrete García como María:
Esta experiencia vivida me ha cambiado la vida para siempre. Me ha ayudado, más si cabe, a confíar en el Señor y todo se lo debo a mi padre.
Cuando comenzaban los preparativos de la Semana Santa 2020, todos en casa teníamos mucha ilusión y estábamos emocionados. Nadie antes en la familia había representado el papel de Magdalena o de una de las Marías.
No sabíamos que esa Semana Santa el Señor cogería la mano de mi padre para llevarlo a su lado. Sólo nos quedaba asimilar su partida y aceptar la voluntad del Santísimo. Uno de los actos que más me marcaron fue el del ¨Santo Entierro¨. Pude despedirme de él y decirle todas las cosas que guardaba en mi corazón. También le agradecí al Señor esa oportunidad única que me brindaba.
El día de más ilusión y felicidad fue sin duda el ¨Domingo de Pascua de Resurrección¨, cuando Jesucristo vuelve al tercer día a la Vida. Este día especial coincidía con el cumpleaños de mi padre. Sabía que ese día era para él, que las cortesías a Nuestro Señor se convertirían en el mejor homenaje que le podría ofrecer. Él me veía junto a Jesús desde el cielo.
Nada de esto habría sido posible sin el cariño ni la fuerza que he recibido de mi familia y mis queridas compañeras, ahora amigas. Sin sus ánimos y comprensión no me habría visto capaz de hacerlo. Gracias de corazón.
¨Entonces Jesús le dijo: -Yo soy la resurrección y la Vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás¨ Juan 11:25-26
Va por ti papá.
María de las Nieves Escribano Cascales
como María:
Siempre se dice que “No lo entiendes hasta que no lo vives” y qué gran razón.
En un principio no estaba segura de querer representar a las imágenes vivientes pero un empuje de mi familia hizo que me adentrara en esta bonita, irrepetible y única experiencia.
Gracias a ella he podido sentir más si cabe todo lo que conlleva la Semana Santa. Para mí fue muy especial el encuentro con Ntro Padre Jesús Nazareno. Recuerdo que cuando era pequeña iba con mi madre, mi abuela y mi abuelo a ver cómo se bajaba de su capilla. Una vez bajo se lo acercaban a mi abuelo que con gran devoción lo miraba y le tocaba sus manos. Esa mañana de Viernes Santo, el encuentro lo tuve yo. Allí estaba presente mi abuelo, ese momento fue de nosotros tres. Por ti y para ti abuelo, gracias por esa bonita coincidencia que hizo que ese instante fuera de nosotros, lo recordaré siempre.
Por ti abuela y por ti mamá, porque sé que esta experiencia era muy importante para vosotras, la habéis vivido y sentido de una forma diferente. Agradecer también a mi familia y amigos que me han acompañado en todos los actos y que han estado presente en todo momento, pero también dar las gracias a mis compañeras porque gracias a ellas ha sido esta una experiencia inigualable.