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• Hermandad de Ntra. Sra. de las Angustias y Sta. María Magdalena • Cofradía de la Sta. Mujer Verónica
Una estrella brilla en el cielo
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Mi historia comienza en el año 2002, cuando conocí a la persona con la que comparto mi vida y he formado una familia, mi marido.
Hasta ese momento, mi visión de la Semana Santa era muy distinta. Como adolescente que era, tan solo veía las procesiones como desfile de personas (“capuchos”) que repartían caramelos, sin ver más allá de la realidad.
Fue en 2002 cuando, mi marido (mi novio en aquellos años) y su familia, me invitaron a vivir la Semana Santa desde dentro, procesionando junto a todas las personas que forman nuestra Hermandad y porteando a nuestra queridísima María Magdalena.
En ese instante algo en mi interior despertó, un sentimiento en lo más profundo de mi corazón y mi alma que año tras año va creciendo.
Ahora, intento que mis hijos entiendan la Semana Santa como realmente se tiene que vivir, como el recuerdo de los últimos momentos de Cristo en la Tierra; la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo. Y, es así, como desearía que trascendiera a las venideras generaciones.
No hay más orgullo que ser costalera de María Magdalena, y, junto a ella, acompañar a Nuestra Madre de las Angustias. Además, cabe destacar a nuestras queridísimas “chulonas”, quienes procesionan en nuestra más deseada procesión; la procesión de Las Mantillas, que, junto a nuestros hermanos y hermanas cofrades y los más pequeños, acompañan y velan por toda la Hermandad.
No podría acabar esta historia, mi historia, sin nombrar el año que representé a las Marías vivientes, junto a mi queridísima “María”. Juntas vivimos lo más bonito de las procesiones y momentos únicos que solo ella y yo tendremos en nuestro recuerdo y en nuestro corazón. Fue un año realmente especial y emocionante, un acontecimiento único e irrepetible que recomiendo a toda persona que quiera vivir una Semana Santa desde lo más profundo del alma. Durante esta experiencia conocí a personas que ahora llevo en mi corazón.
Estas palabras se las dedico, especialmente, a esa persona que está en el cielo guiándonos, y que cada año, cuando tenemos que portear a Nuestra Señora de las Angustias, nos ayuda y nos da fuerza en los momentos de flaqueza. Estoy segura que esté donde esté, Él está con nosotros y está orgulloso de vernos seguir en una Hermandad tan grande y especial como la nuestra, Hermandad Nuestra Señora de las Angustias y Santa María Magdalena.
Gracias por dejarme expresar un sentimiento que llevo en el corazón desde el momento en que escuché ese sonido inconfundible de cornetas y tambores, que me hicieron y me hacen vibrar y emocionarme cada vez que mis oídos perciben ese sonido, el cual anuncia que, de nuevo, la Semana Santa se acerca para rememorar y vivir con amor la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo.
Gracias a todas las personas que hacen que nuestra Hermandad siga viva.