Hermandad de la Oración en el Huerto

Han pasado 50 años: El Santo Traslado de Jesús al Sepulcro y San Pedro Apóstol

Amediados del mes de febrero del año 1972 llegaba a Aspe la imagen de San Pedro Apóstol y el grupo escultórico de cuatro figuras que representan “El Santo Traslado de Jesús al Sepulcro”. Este dramático y doloroso momento de la Pasión de Cristo, está representado por cuatro figuras de tamaño real dos de ellas indivisibles talladas en madera noble por el escultor valenciano Francisco Gil Andrés, su precio fue de 72.000 pesetas.

José de Arimatea y Nicodemo fueron los que después del descendimiento de Cristo de la Cruz, lo trasladaron a un sepulcro propiedad del primero. A él, como a Nicodemo, la iglesia les venera como santos y tienen dedicadas iglesias en todo el orbe cristiano. La fiesta de San José de Arimatea es el 17 de marzo, y al haber dado sepultura al cuerpo de Cristo la tradición lo hizo patrono de embalsamadores y sepultureros. El Evangelista Lucas describe a José de Arimatea como una persona buena y honrada que guardaba el reino de Dios. Juan lo señala como un discípulo clandestino por miedo a las autoridades judías, pues él era miembro del Sanedrín que apresó y juzgó a Cristo. Marcos lo describe superando los temores de su cita: armándose de valor reclama el cuerpo del maestro. Vale recordar que fue el único que reclamó el cuerpo, los apóstoles desolados y confundidos, a excepción de Juan, el hijo bien amado, se habían escondido. Nicodemo, alfarero de oficio, era propietario de la más importante alfarería de Jerusalén, aparece tres veces en el evangelio: el primero es cuando él visita a Jesús una noche para escuchar sus enseñanzas, segundo es cuando él indica la ley referente a la detención de Jesús y el ultimo cuando él asiste a José de Arimatea en la preparación del cadáver de Jesús para el entierro. Se gastó cien libras en ungüentos para la sabana de la mortaja, desafiando así al Sanedrín y al pueblo judío. Ambos llevaron consigo especias, lo envolvieron en lienzo de lino y lo colocaron en la tumba, con una piedra grande en la entrada. Después, a petición de los judíos, fue puesto el sello romano sobre la piedra que cerraba la tumba y una guardia para cuidarla.

Cristo Yacente, José de Arimatea, Nicodemo y María Santísima que les mira llena de dolor hacia su hijo muerto y de ternura hacia las dos personas que se han apiadado de él, formando este hermoso grupo que lleva 50 años recorriendo las calles de nuestro pueblo en la procesión del Santo Entierro.

San Pedro Apóstol: Príncipe de los Apóstoles, Primer Papa que recibiría suprema potestad pontificia del mismo Jesucristo, Obispo de Antioquía y Obispo de Roma. Pedro es mencionado frecuentemente en el Nuevo Testamento, en los Evangelios, en los Hechos de los Apóstoles y en las Epístolas de San Pablo, su nombre aparece 182 veces.

San Pedro murió crucificado, él no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo crucificaron con la cabeza hacia abajo. El lugar exacto de su crucifixión fue guardado por la tradición muy cerca del circo de Nerón. Hay testimonios arqueológicos de la necrópolis con la tumba de San Pedro, de que esta se encuentra directamente bajo el altar mayor de la gran Basílica que lleva su nombre. Un edículo de 160 c. en el cual puede leerse en griego San Pedro esta aquí.

Con su triple negación Pedro queda asociado a la Pasión y Muerte de Jesús, con su llanto amargo al amanecer, queda asociado a la resurrección de Cristo.

Así lo entendimos y así lo entendió el entonces presidente de la Hermandad Oración en el Huerto, Antonio Romero Martínez (ROMERO) pero era imposible hacerle frente en un mismo año al coste de del proyecto que incluía la Imagen del Apóstol. San Pedro, era pescador tal vez el oficio del Santo cuando Jesús lo hizo pescador de hombres, toco el corazón Antonio Pérez Bernabéu (EL COLCHONERO) pues su negocio con el que sacó a su numerosa familia adelante era traer el mejor y más fresco pescado al mercado de Aspe para ponerlo a la venta. Nunca se supo el coste de la hermosa talla de San Pedro porque Antonio, nunca lo dijo pero, sí puso una condición: él custodiaría la Imagen en su casa. Han pasado 50 años y sigue custodiándola en estos últimos años su viuda Josefina Agulló.

Carlos Aznar Pavía

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