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Entre blanco, negro y gris (Domingo Alija
from Hacendera nº9 - 2020
by editorialmic
ENTRE BLANCO, NEGRO Y GRIS
DOMINGA ALIJA
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Comenzaré por el principio. No se puede uno adelantar a los acontecimientos…. El día de Nochevieja, como es la tradición, me lo pasé en Madrid con mis hijos y nietos, y como siempre, brindamos por el nuevo año 2020. Qué contentos estábamos mandando globos con luz al cielo para pedir cada uno tres deseos, sin pensar que apenas dos meses y medio después, el año de los dígitos redondos, nos iba a traer un maldito coronavirus, que se expandió por todo el mundo como una bola de fuego y desde el 14 de marzo hasta el 26 de Abril en que salieron los niños a la calle, nos quedamos todos confi nados. El lema de todos los medios de comunicación era ”quédate en casa”. Los españoles, como somos obedientes, lo cumplimos al pie de la letra: se cerró el mundo, desaparecieron los aviones, trenes, autobuses, coches particulares. Se cerraron bares, restaurantes, cines, tiendas, teatros.., prácticamente todo; solo supermercados, fruterías, panaderías y tiendas de alimentación, porque aunque en casa encerrados, el apetito no se fue. Todos nos pusimos a hacer dulces. Ha sido un trauma y ha habido 29.000 fallecidos y gran cantidad de contagiados en los hospitales que se veían desbordados por tanto paciente, la falta de espacio y material para poder atenderlos. Desde el 14 de marzo hasta el 26 de Junio, se declaró el estado de alarma; entre tanto fuimos saliendo a la calle, y a partir de ahí se fueron abriendo negocios, pero con muchas medidas de seguridad, aún así la mayoría de la gente con mucho miedo. En vez de comprar ropa y zapatos para fi estas, bodas y comuniones, -que no nos
han hecho falta porque se han suspendido la mayoría-, hemos tenido que comprar mascarillas de distintos modelos porque estamos obligados todos a partir de los 6 años a llevarlas por la calle en todo momento. Va pasando el verano y hay nuevos contagios, por tanto no nos podemos relajar y aunque ahora parece que no hay tantos casos graves, da mucho miedo. Empezamos el año bien y de la noche a la mañana se volvió negro como en tiniebla. Ahora está gris porque tenemos una libertad de movimiento que nos da miedo aprovechar, muchas dudas de futuro y yo al menos estoy triste. El encierro me afectó mucho por lo que estábamos viendo cada día; que si no se ve, no se cree. Qué complicado se pusó para todos…., los estudiantes teniendo que completar el curso a distancia, de la noche a la mañana el mundo al revés, si bien es cierto que como a los españoles nos gusta improvisar, todo el mundo se puso al día rápidamente. Cada día normas nuevas, adaptándonos al ritmo que nos iba marcando la pandemia. Hay que ser cívicos y cumplir con las normas higiénicas y de convivencia que nos marcan, distancia, lavado de manos y uso de mascarilla. A ver si podemos contar el final, que por lo que parece tardará en llegar. Salud y ánimo a los sanitarios que nos cuidan que ya van sobrecargados y a todas las personas que han trabajado sin descanso para que el resto pudiésemos estar en casa, transportistas, labradores, repartidores, servicios esenciales. También a todas esas personas cercanas que para que los mayores no nos expusiésemos, se encargaron de hacernos la compra personalmente o por internet. Gracias a todos. No quiero extenderme en contar más de lo que todos sabemos y tenemos tan reciente, una verdadera catástrofe sanitaria y económica de la que falta mucho tiempo para recuperarse. Este año no criticamos a los que organizan las fiestas porque no se han celebrado, por tanto todo ha estado bien. Lo siento por los quintos, pobrecitos, en qué mal año han cumplido los 18!! Ya el año que viene haremos Semana Santa, el escabeche de San Isidro, la bendición del campo y celebraremos bodas, bautizos, comuniones, y por supuesto nuestra fiesta de Santiago, todos juntos, con más ganas si cabe y por todo lo alto. El año 2021 es Año Santo y si hay que ir a Santiago; se va, para abrazarle y pedirle que nos libre de estas tinieblas. No obstante, y como también hay que hablar de otras cosas, no sólo del monotema, Valcabado como siempre va progresando, de lo que yo me alegro infinito. Este año se ha pavimentado la zona del consultorio, del padel y del edificio de promoción turística con su verja, todo un lujo. También se ha completado el parque con su tirolina, demás juegos y su valla que es una preciosidad y un seguro de vida. También hay nuevos murales y restauración de las esculturas al aire libre en la calle de los bares. Si alguien no lo ha visto que se pase por el pueblo y lo observe, que ahora se puede, bastante tiempo ya estuvimos encerrados, que un poco de movimiento nos vendrá bien. Espero que todo el mundo sepa valorar las mejoras que se van produciendo en nuestro pueblo. Ahora a la espera de restaurar el portal de la iglesia y el artesonado, que es nuestro principal monumento. Tiempo al tiempo. Sin más que contar y con un abrazo para todos los vecinos de Valcabado y para quienes se ocupan de su cuidado y de sus servicios para disfrute de todos. Espero que mis deseos se cumplan.